17/5/201
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Cine de la Base (Raymundo Gleyzer)
Extraordinario
documental sobre el conflicto en la fábrica INSUD, Buenos Aires:
explicación de la plusvalía. Ultimo film de Raymundo Gleyzer
(desaparecido en 1976).
Me matan si no trabajo y si trabajo me matan
Por Juan Ciucci
Película testimonial filmada en 1974 basada en un conflicto obrero en
la fabrica Insud: los trabajadores tienen plomo en la sangre por las
deplorables condiciones laborales. Saturnismo, se llama esta enfermedad
grave que va matando lentamente: es impotencia sexual, dolor de cabeza
insoportable, dolor en los huesos, mareos, hormigueos en los pies,
acidez estomacal, debilidad general. La ropa esta contaminada, y al
lavarla en las casas, se intoxican también las mujeres y los hijos. Los
obreros se organizan para reclamar mejoras en las condiciones laborales.
Ollas populares, pasacalles y carteles, marchas. Organización,
resistencia.
Me matan comienza con una voz en 'off' que nos relata el conflicto, y
su solución en favor de los trabajadores. Nos introduce en la historia a
partir de su resolución favorable, a partir de la lucha obrera, y luego
nos hará testigos del proceso. No trabaja el suspenso, no intenta
construir un relato; por el contrario, lo que pretende es que
comprendamos y analicemos este echo puntual, en el marco de una lucha
general. A partir de allí le sede la palabra a los obreros, y los
interrumpirá solo para acotar y encuadrar el relato. Son ellos los que
nos cuentan sus problemas, cómo el medico de la fabrica les mentía sobre
su salud, cómo fueron muriendo compañeros, cómo empezaron a comprender
lo que sucedía. Pero a su vez se lo están contando entre ellos en
asamblea, no a nosotros como espectadores. Participamos de la asamblea,
no están dando testimonio ante las cámaras. Democracia directa,
democracia obrera.
La cámara se interna en esta olla popular, comenzamos a escuchar sus
voces, sus relatos, su historia. Algunos planos ayudan a reforzar el
relato de los obreros ('travelling' por las inmediaciones de la fabrica
para constatar que ya no quedan perros en la zona, toma desde un auto en
movimiento con sonido en off de metralla para apoyar el relato del
tiroteo de un trabajador por la burocracia), sirven como conectivos de
los sucesos. También se juega con la alegoría del cementerio cercano,
con los pasacalles colgados en su puerta. La muerte esta presente, son
estas amenazas, estas ausencias; y también está en el cuerpo. “Vos estas
podrido”, le dice el medico del sindicato a uno de ellos: la
explotación se ha evidenciado en su cuerpo, la lleva con él
permanentemente. Se empieza a convivir con la muerte. En una época en
que la muerte estaba presente de muchas maneras para todo el campo
popular (veremos luego a Ortega Peña), esta película hoy nos resuena con
el espesor diario de esa tragedia.
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Al mismo tiempo que Cine de la Base
relata los sucesos, los analiza; también los interviene. Es
significativa la presentación de la película: pintadas callejeras sirven
de títulos. Allí podemos ver en la puerta de entrada de la fabrica
Insud el titulo de la película pintado con aerosol. El espacio del
conflicto se ve así transformado, complejizado. Esta obra esta en el
aquí y ahora del conflicto, interviene virtualmente con su cámara y su
presencia; pero a la vez físicamente también con su cámara, su
presencia, y sus pintadas. Aquello que será el relato de estos sucesos,
está presente como anuncio desde las propias paredes de la fábrica.
Logra de esta manera confundir los tiempos del relato y de la realidad
filmada, potenciando el momento del registro. Cómo no tomar conciencia
de lo que significa este registro (tanto por parte de los trabajadores
como del grupo cinematográfico), a partir de su inscripción concreta en
esta realidad filmada.
Asistimos a la decisión de marchar hacia el congreso para exigir las
mejoras. Vemos los preparativos, participamos de la marcha, oímos las
canciones, las proclamas. Una cámara que marcha, junto a nosotros.
Solo el pueblo salvara al pueblo
Y en el medio del conflicto, la historia se complejiza. Y aparece el
homenaje al intelectual revolucionario: Rodolfo Ortega Peña [militaba en
el Peronismo de Base]. El único diputado que se acerco a escuchar a
estos trabajadores, que se implicó con ellos. Un referente en esta época
de compromiso y militancia. La marcha al congreso es el 29 de Marzo de
1974. Menos de 5 meses después, el 1 de Agosto, será asesinado en la vía
pública, al bajar de un taxi, en una zona liberada del centro porteño,
por la organización parapolicial La Triple A. Es por eso que es un
homenaje doblemente significativo: por la importancia y el riesgo de
denunciar claramente su asesinato y a sus ejecutores tan cerca del echo;
y por las diferencias políticas que tenían con este referente del
“peronismo revolucionario”, que sin embargo los unían en el enemigo a
enfrentar. La filmación de esa plaza, en la que Ortega Peña arenga a los
trabajadores para que continúen con la pelea y no esperen que el
congreso les solucione el problema, demuestra la honestidad y el respeto
con que tratan a este abogado revolucionario.
Aquí podemos encontrar un rasgo común a varias de las películas del grupo o de Gleyzer ('México, la revolución congelada';
'Los Traidores'; 'Ni olvido ni perdón'): incluir en el análisis al
peronismo revolucionario, confrontarlo criticamente, entablar un dialogo
superador de dicotomias. Estos intentos son cercanos a la propuesta del
FAS (Frente Antiimperialista por el Socialismo), que era el frente del
PRT-ERP que intentaba la unidad con otros sectores políticos. Se lo
muestra a Ortega Peña participando justamente del VI Congreso del FAS, y
son las únicas siglas políticas que aparecen en la película. Dice la
voz en 'off': “Diputado del pueblo. Apoyó siempre a los obreros en
conflicto, buscó continuamente la unidad entre la izquierda combativa y
los sectores revolucionarios del peronismo”. Podemos diferenciar estas
películas de alcance un poco mayor, con los comunicados del PRT-ERP
filmados por el grupo (Swift, BND), claramente ligados al desarrollo del
partido, a un sentido más propagandístico. Es diferente el enfoque y el
análisis, el punto sobre el que se decide incidir.
Ortega Peña expone el problema, y entrega el petitorio a los
diputados que se han comprometido a asumir el problema “dentro de este
marco limitado como saben ustedes que es el parlamento”, dice el
diputado. “Pero una vez más queremos recordarles: la lucha no se libra
en el congreso sino que la libran los propios trabajadores. Solo el
pueblo salvara al pueblo, no debemos olvidar esto”, remata.
“Por una ley que favorezca a la clase obrera en general”
Los trabajadores logran un primer triunfo en Insud: consiguen que la
empresa reconozca la existencia de Saturnismo, y que les pague las seis
quincenas adeudadas. En el Congreso, la cámara dialoga con el obrero
orador, lo sigue. Lo retrata. Ambos están testimoniando, denunciando.
“Prácticamente somos hombres inútiles”, dirá él. Por la explotación de
los monopolios, de este sistema. Es el gran protagonista de la película:
un dirigente obrero de base, al que la cámara le permite explayarse, lo
acompaña en sus discursos tan cinematográficamente expresivos. Es un
hallazgo, y Gleyzer se da cuenta inmediatamente. Son los momentos más
ricos, cuando este obrero se abisma en su mismo discurso al intentar
exponer lo que les pasa, lo que sienten. Y la cámara acompaña, no
intenta embellecer su relato, su testimonio. Interpreta el valor de esa
puesta, de ese discurso. “Y al trabajador no lo atajan paredes, ni
ametralladoras, ni tanques”, dice, montado luego del homenaje a Ortega
Peña, a la imagen de su ataúd. Y nos conmueve, nos moviliza, logra
impelernos a continuar nuestro accionar, a no desistir.
De este caso particular sacamos la enseñanza del funcionamiento
general del sistema. “En Insud el capitalismo no ha reparado en hacer
peligrar la vida de los obreros. Es que el capitalismo solo puede
obtener su ganancia explotando a los trabajadores, robándoles la parte
de las utilidades que les corresponde”, nos aclara la voz en 'off'. Y
allí les da voz a los capitalistas para que nos expliquen como han
llegado a ser los dueños de las máquinas: acumulación originaria, dirá
Marx. Aquí nos encontramos con uno de los aportes fundamentales de Cine
de la Base al cine político-militante (revolucionario): la utilización
de la animación, y con ella, del humor. Dentro de la película, este
breve corto de animación sirve para producir un extrañamiento, una
ruptura en su discurso. Algo inesperado sucede: vemos una animación en
la que se ridiculiza al capitalista, a la vez que se nos muestra la
injusticia capital de este sistema. Su explicación, su discurso, es tan
ridículo como ficcional. Solo la violencia puede sostenerlo; la
violencia diaria, cotidiana, imperceptible de tan naturalizada. Aquí el
humor permite retratarla en su verdad, que es completamente falsa. Y
permite al espectador experimentar una suerte de “extrañamiento
brechtiano”, una ruptura en el canon documental con este relato
ficcional y humorístico. Se hace palpable el aquí y ahora de la
proyección, del discurso. Lo testimonial abre paso al análisis, que
desde el humor se nos impone.
El extrañamiento también se refuerza en la utilización de la música.
Este cantor popular (la leyenda nos cuenta que fue Gleyzer quien se lo
cruzo, y quiso incluirlo en la película) también maneja el humor y la
ironía. Sus canciones de protesta son absolutamente contrapuestas a lo
esperable, son consignas simples y directas, que denuncian y proponen
respuestas directas. Su versión de los versos de Guillen que dan título
al film, es tan original como disruptiva; exquisitamente desprolija. Y
en el final, rematara sobre imágenes del Cordobazo un “Los vamo a
reventar, los vamo a reventar”, tan apoteótico como genuino,
profundamente popular. El recorrido de las canciones permite pasar de un
primer momento de ruptura humorística, a este final que nos convoca a
la lucha, de un modo original y sincero.
Para el cierre queda la reflexión de un trabajador en la olla popular
de la fabrica, sobre las elecciones del 11 de marzo (del ´73), y la
liberación que han votado y de la que no se ha dado nada. Las últimas
imágenes retoman el Cordobazo, la movilización obrero- estudiantil, el
pueblo en las calles, buscando esa liberación. Profunda reflexión sobre
esta democracia burguesa, conflicto ineludible con los “peronistas
revolucionarios”, apuesta y convocatoria al pueblo, a la clase obrera.
Ultima película dirigida por Raymundo Gleyzer, es una clara exhortación a
no caer en la trampa de la democracia representativa burguesa, a no
perder todos estos años de lucha y de organización, a no dejar caer las
banderas. Le llevó la vida este planteo, este ideal. Como a tantos
otros.
“Esta película es nuestro homenaje. Compañero Ortega Peña, Presente. Hasta la Victoria Siempre”.
Coda: Fragmentos recuperados
De la copia que circula en la Argentina, ha reaparecido un faltante que se recuperó en Italia, y que aparece en 'Un arma cargada de futuro',
la película de Mascaró Cine sobre la política cultural del PRT-ERP y su
frente cultural, el FATRAC. Allí aparece el secuestro del director de
la Empresa de Industrialización del Plomo INSUD, Enrique Mendelsohn,
realizado por el ERP. Quienes lo cuentan son los trabajadores, en al
olla popular. Recuerdan cuando no les pagaba, cuando los amenazaba con
pegarles con un látigo para que trabajen. La acción es así presentada
desde las bases, y apoyadas por éstas. Por comprender que esa acción
violenta se suma a sus luchas, en búsqueda del triunfo de la clase
obrera. Un faltante en la copia que recupera parte de esa historia, y de
esas luchas.
http://tierraentrance.miradas.n
Inteligencia interna
La
prensa atlantista se obstina en presentar los crímenes perpetrados en
Odesa el 2 de mayo de 2014 como el resultado de un incendio accidental,
a pesar de que las fotos y videos disponibles no dejan lugar a dudas:
las víctimas fueron torturadas y ejecutadas, antes de ser quemadas.
El siguiente trabajo contiene información de primera mano sobre esta
operación, planificada bajo la autoridad directa y personal del
presidente golpista Olexander Turchinov y del oligarca israelo-ucraniano
Igor Kolomoisky.