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lunes, 19 de enero de 2015

NUEVO ZARPAZO ELÉCTRICO


lunes, 19 de enero de 2015

Con razón a estas alturas del año leemos noticias sobre muertes por intoxicación de CO2 emitido por braseros de cisco picón, usados por personas de escaso recursos que tratan así de paliar el efecto del frío y el efecto criminal del recibo de la luz.

El recibo de la luz arrancó el año con una subida superior al 5% como consecuencia del mayor coste de la electricidad en el mercado mayorista. A pesar de que el Ministerio de Industria ha mantenido congelada la parte de los peajes -equivalentes al 50% del total de la factura-, es la parte energética la que ha comenzado con fuertes alzas por el incremento de la demanda y la menor generación con energías renovables.

El nuevo sistema de tarifas domésticas, puesto en marcha el pasado año por el departamento que dirige José Manuel Soria, liga de forma directa el precio de la factura de la luz al comportamiento del mercado mayorista, que actúa como una especie de 'Bolsa eléctrica' en la que el precio del kilovatio por hora fluctúa a diferentes precios durante una jornada.

De esta forma, el recibo de la luz se calcula en función del precio medio que haya registrado el mercado durante un periodo de facturación concreto. El coste del mercado eléctrico en la primera quincena de este año fue de 55,66 euros/megavatio hora (mwh), esto es, un 17,2% superior al registrado el pasado mes de diciembre.

La parte de la energía supone un tercio del recibo, por lo que al incluir los impuestos resultaría un incremento en el coste final superior al 5%, según coinciden distintos cálculos realizados por fuentes del sector. El encarecimiento del mercado eléctrico en las primeras semanas del año responde a la coincidencia de dos factores. Primero, un incremento de la demanda de luz y una reducción de la oferta de las instalaciones renovables que venden electricidad a un coste más bajo.

Estas energías son la eólica y la hidráulica, cuya participación en el mercado se ha visto seriamente afectada como consecuencia del anticiclón que asoló España en las primeras dos semanas de enero. La caída de ambas tecnologías ha hecho que tengan más protagonismo las centrales térmicas de carbón y gas, cuyo coste es mayor.

La generación de electricidad

En cifras, la electricidad generada por instalaciones incluidas en el régimen especial -renovables y cogeneración, principalmente- ha reducido su cuota de mercado del 42% al 32% en comparación con el pasado mes de diciembre. Ese hueco ha sido cubierto con centrales de carbón -cuya cuota pasa del 17% al 23%- y de gas, que incrementan su uso en un punto, hasta el 5,6% de la oferta.

El Mundo

" ESTO SOLO TIENE UN NOMBRE, HOMICIDIO. 12 ENFERMOS DE HEPATITIS C MUEREN CADA DÍA"


Publicado en: 19 enero, 2015

Por Cecilia Guzmán

 
Alonso











El ministro de Sanidad, Alfonso Alonso, ha rechazado la creación de un fondo para hacer frente a la crisis de la hepatitis C, como han pedido las autonomías socialistas de Andalucía y Asturias y ha aplazado una solución en principio hasta el mes de marzo. La Plataforma de Afectados por esta enfermedad ha criticado con dureza la inercia del Gobierno que ha calificado de “homicidio”. Según los datos facilitados por los hepatólogos, “12 enfermos mueren cada día”, asegura el vicepresidente de la plataforma a ELPLURAL.COM, Damián Caballero.

Alonso desautorizó al coordinador de expertos
Alonso ha supeditado una decisión para solventar esta crisis médica al análisis del Comité de técnicos, pero ha empezado desautorizando a su coordinador, el doctor Joan Rodés, que ha defendido la creación de una partida económica, “como ha hecho Francia o Alemania, que han destinado un fondo inicial de 700 millones de euros, y con menos de la mitad de los enfermos que hay en España”, explica Damián Caballero.

Poca capacidad humana
El vicepresidente de la Plataforma de Afectados por la Hepatitis C (PLAFHC) ha criticado que el ministro haya dicho que intentarán fijar otra reunión monográfica sobre la hepatitis C “antes de que finalice marzo, para no coincidir con la convocatoria de elecciones autonómicas y municipales”. Caballero considera “escandaloso” que Alonso mezcle la tragedia de tantas familias con citas electorales. “La anterior ministra dio sobradas muestras de ineptitud, el actual, de poca capacidad humana”.

12 personas mueren cada día
El ánimo entre los afectados por esta enfermedad es de desesperación y de malestar. “Hay personas que nos dicen que en Francia ha habido unos terroristas que han causado 11 asesinados, aquí mueren 12 personas cada día, ¿cómo hay que llamar a esto?”, pregunta Damián Caballero.

Unos 30.000 enfermos en la fase cuatro
El vicepresidente de PLAFHC puntualiza que los datos citados por la organización son estimativos y se basan en los que manejan los hepatólogos. “En 2013, murieron 4.000 enfermos y se calcula que en España hay actualmente entre 175.000 y 200.000 personas diagnosticadas; de ellos entre 30.000 y 35.000 se encuentran en la fase cuatro, la más grave, con riesgo de posibles formaciones de cánceres, algunos a la espera de un trasplante…”.

¿Por qué se oculta el coste del tratamiento?
El coste del tratamiento por paciente es de unos 40.000 euros, según el dato oficial del Gobierno francés, pero, Damián Caballero recuerda que la exministra Ana Mato anunció que había conseguido un precio de 25.500 en sus negociaciones con la farmacéutica Gilead. “Mato se vanaglorió de haber conseguido una rebaja importante en el coste, sin embargo ahora el ministro Alonso no ha querido decir públicamente el precio”.

“No entendemos ese ocultismo. ¿Es que hay intereses o irregularidades que se quieren tapar? El ministro francés ha dicho claramente cuál es el coste del tratamiento. ¿Por qué aquí el Gobierno no hace lo mismo?, se pregunta Caballero.

“Rajoy miente”
“El presidente Rajoy dijo que todos los enfermos recibirán el tratamiento, pero no es cierto, no se cumple, es una mentira. Sabemos de muchas personas que tienen prescrito el medicamento desde el mes de julio pasado y aún no lo han recibido. Increíble, ¿no?”.

El martes, ante el Parlamento Europeo

Damián Caballero advierte de que la plataforma seguirá con su batalla. Están ultimando una querella ante el Tribunal Supremo y el martes y miércoles próximo estarán en el Parlamento Europeo. “Estamos unificando con las fuerzas políticas una acción conjunta para presentar en Bruselas. Vamos a acudir invitados por Podemos, pero ya hemos contactado con Izquierda Unida, UPyD y nos sentaremos también con el PSOE”, explica Damián.
Un fondo de 800 millones

“Nos reuniremos con la comisión europea de sanidad y haremos una concentración a las puertas del Parlamento para denunciar la situación de los enfermos y la falsa ‘marca España’. Presentaremos nuestras propuestas: una partida presupuestaria, como mínimo 800 millones de euros, un informe médico de especialistas. Nos acompañará José Luis Rodríguez, hepatólogo, un experto que nos asesora”.

http://www.elplural.com/2015/01/15/esto-solo-tiene-un-nombre-homicidio-12-enfermos-de-hepatitis-c-mueren-cada-dia/

¿ ES MULSUMÁN EL WAHABISMO?



En su libro Les Egarés. Le wahhabisme est-il un contre islam?, Jean-Michel Vernochet muestra como esa corriente se ha erigido en único islam auténtico y ha condenado como herético el islam tradicional, existente desde hace 11 siglos. Desde su punto de vista histórico y teológico, Vernochet refuta la idea, divulgada desde el inicio de la expansión del wahabismo –subvencionada por Arabia Saudita–, de que el wahabismo es una forma extrema del islam tradicional. El estudio de Vernochet aparece en momentos en que ese punto de vista y otros similares se extienden por el mundo árabe como reacción ante las fechorías de la Hermandad Musulmana, de al-Qaeda y del Emirato Islámico. El autor responde aquí a nuestras preguntas.
| Damasco (Siria)  
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Jean-Michel Vernochet
Red Voltaire: El wahabismo se extiende hoy ampliamente en el seno del islam sunnita presente en Europa. Pero usted estima que el wahabismo no es sunnita y que ni siquiera es musulmán, en el sentido tradicional de ese término. Explíquenos, por favor, esa paradoja.
Jean-Michel Vernochet: Si nos tomamos el trabajo de consultar a los innumerables doctores del islam cuyos trabajos podemos encontrar en internet, notaremos que el wahabismo [1], que es la ideología de los degolladores de Daesh [2], constituye una verdadera ruptura epistemológica con la tradición islámica clásica, al igual que en relación con lo que podemos llamar el islam popular. Cuando hablé de eso, personalmente y cara a cara, con el erudito militante Sheikh Imran Hossein, este se mostró totalmente de acuerdo con esa definición de la doctrina wahabita. Estuvimos de acuerdo en que se trata de una herejía cismática que los sabios musulmanes, y también los intelectuales laicos árabes, designan con el término dajjál, ¡cuya traducción más exacta sería el anticristo! [3]
Al dar a conocer en mi trabajo los análisis de ulemas cuyo conocimiento del islam está más que comprobado, mi objetivo es proporcionar elementos indiscutibles que permiten mostrar la naturaleza fundamentalmente divergente del wahabismo en relación con el islam tradicional –algo que los occidentales desconocen por completo en la medida en que no saben prácticamente nada del islam, con excepción del resumen extremadamente sucinto que proporcionan algunos teólogos cristianos, desgraciadamente dogmaticos pero que creen saberlo todo a partir de lo que dicen sobre el tema la prensa escrita y audiovisual, prensa dirigida por personas cuyo primer objetivo es impedir que sepamos porque es para ellos la mejor manera de conducirnos, volens nolens, hacia el fuego de posibles guerras civiles.
El prejuicio más extendido es que el islam constituye un bloque monolítico, cuando es evidente que el islam es –en realidad– múltiple, empezando por sus diversas interpretaciones de la ley coránica en materia de jurisprudencia. Hay que subrayar que este triste desconocimiento del verdadero islam va incluso más allá de los no musulmanes. En la Unión Europea la mayoría de los jóvenes descendientes de inmigrantes tienen un conocimiento extremadamente limitado de su propia religión, lo cual facilita las posibilidades de influenciarlos predicándoles un islam supuestamente original, puro y “no falsificado”… como las leyes de la competencia liberal que debe dirigirse por todos los medios, incluyendo los medios coercitivos, a convertirse en «pura y perfecta» en el paraíso terrenal del hipercapitalismo.
Vemos aquí lo peligroso que puede resultar confundir todos los rostros del islam y sobre todo reducirlo a su caricatura, que es el takfirismo [4].
Si el islam se viese limitado a las diferentes expresiones del wahabismo, estaríamos cerca de la guerra total entre las civilizaciones. Estamos hablando de una guerra en que la que 1 000 millones de occidentales de cultura cristiana tendrían que enfrentarse a 1 500 millones de musulmanes. Salta a la vista el carácter loco y absurdo de esa perspectiva. Sin embargo, algunos –como los pensadores y simultáneamente agitadores que tenemos en Francia, los Jacques Attali, los Bernard-Henry Levy y tantos otros por el estilo, y sobre todo los tanques pensantes de Washington– presentan ese choque de civilizaciones como algo probable cuando no como inevitable. Y ya sabemos que la influencia de esos gurús puede conducir, como en el caso de Libia, al baño de sangre y el caos duradero.
Para responder a su pregunta con más precisión resaltaré que el wahabismo es un literalismo exacerbado. Y, como tal, se sale de la ley islámica tal y como esta última aparece revelada en el Corán. Como ilustración de ello quiero recordar que la prédica del jurista Abdul Wahhab (1703-1792) se desarrolla tomando estrictamente al pie de la letra cada palabra, cada frase de la Recitación. O sea, en su sentido literal más absoluto, al extremo de llegar a hacerle decir al Corán enormidades fenomenales. Como que Dios estaría concretamente sentado en un trono y que tendría una pierna en el infierno [5]. Cualquier musulmán sabe perfectamente que decir que Alá tiene un cuerpo material es algo particularmente absurdo… todos saben que ese tipo de representación es puramente metafórica. Es una imagen, no una descripción antropomórfica de Dios.
Pero eso no sería gran cosa si ese literalismo, esa lectura primaria, primitiva del Corán no llevara a los adeptos del wahabismo –con el pretexto de un regreso a los orígenes, o sea de una salafiya, de una imitación de la vida del profeta– a negar los principios mismos del Corán… o a reducir el Corán a una lectura jurídica restrictiva extremadamente manipulada en función de las necesidades de conquista política y de consolidación de un poder temporal… el de la familia reinante de Arabia o de las múltiples variantes de la Hermandad Musulmana, ¡como en Turquía con el régimen islamo-kemalista de Erdogan I!
Peor aún, los wahabitas han llegado incluso a inventar un 4º pilar de la fe islámica. Sería una obligación secreta que consistiría en convertir por la fuerza a los descreídos así como a los malos creyentes y los apóstatas… lo cual apunta contra todos los chiitas y las corrientes sufistas y también contra la mayor parte de los musulmanes sunnitas cuyas prácticas religiosas serían consideradas como corruptas por la influencia de los no creyentes. Para imponer esa idea, los wahabitas inventaron de la nada un deber de hacer la guerra santa. Eso es una interpretación tendenciosa del concepto de yihad que es ante todo –por mucho que le pese a los malintencionados de todos los bandos– un esfuerzo por alcanzar la perfección individual, una guerra interior de cada cual, guerra contra nuestras propias debilidades, contra nuestras pasiones y contra la tentación del Mal que vive en nosotros mismos y que se mantiene permanentemente al acecho. Al imponer la obligación de la yihad, los wahabitas han cometido lo que los doctores [del islam] designan con el término bid’a, que es una innovación perjudicial. Y la innovación está fundamentalmente prohibida en el islam, conforme al hadith [6]:
«El libro de Dios transmite el discurso más real. La mejor enseñanza es la de Mahoma. Las invenciones son la peor de las cosas. Toda invención es una innovación. Toda invención es una aberración y toda aberración conduce al infierno.» (An Nassi, Sunna, 3/188).
Así mismo, Hassan el-Banna (1906-1949), fundador de la Hermandad Musulmana, presenta la guerra santa como una obligación necesaria e inevitable y afirma que no cumplirla o rehuir el combate constituiría un pecado capital de los que merecen ser castigados con la gehenne, o sea el fuego del infierno. El-Banna incluso difundió una “carta” dedicada a ese tema y destinada a sus seguidores, carta en la que hace precisamente una “innovación” al agregar al nombre del profeta el título de «Señor de los muyahidines». ¡El-Banna designa además «el combate contra los infieles y la conquista» como la verdadera yihad, en oposición a la yihad «del alma», como habitualmente creen los musulmanes!
Red Voltaire: Históricamente los británicos utilizaron el wahabismo para luchar contra el Imperio Otomano, que había caído en manos de los donmeh revolucionarios más conocidos bajo la denominación de “Jóvenes Turcos”. Hoy en día, la Turquía que usted califica de islamo-kemalista apoya el califato wahabita, en este caso el Emirato Islámico, mientras que este último acaba de designar la monarquía wahabita saudita como su segundo enemigo, después del chiismo. ¿Cómo se explican esas contradicciones?
Jean-Michel Vernochet: Son muchas preguntas y poco fáciles.
Al principio, el objetivo de los británicos en el siglo 19 no era apoderarse del Imperio Otomano, ya por entonces más o menos moribundo y afectado por el ascenso de fuerzas irresistibles. Esas fuerzas que acabarían con él estaban representadas principalmente por los Jóvenes Turcos del Comité Unión y Progreso. Ese movimiento revolucionario, que se inspiraba en la Revolución Francesa y cuyas raíces se situaban en París, Ginebra, Roma y Londres, sería el actor principal de la debacle. El derrumbe del poder otomano y la toma del poder, en 1913, por el triunvirato de los Jóvenes Turcos dieron lugar al genocidio armenio y a la dictadura kemalista, régimen ateo que se establece a la sombra del patíbulo y que no habría surgido sin el activo respaldo de las logias masónicas inglesas, francesas e italianas… o sin el respaldo de Lenin y de la burocracia bolchevique. Se trata de un hecho poco documentado, poco conocido, pero auténtico.
Pero, volvamos al Imperio Británico. Durante el siglo 19 casi toda su política hacia la Sublime Puerta (Constantinopla) será guiada por una sola preocupación: garantizar la protección de la Ruta de Indias. Seguridad que implica el control geográfico total del Golfo Arábigo-Pérsico. Volvamos atrás por un momento para entender bien el contexto, tanto del derrumbe del Imperio Otomano y del consecutivo surgimiento de un reino wahabita del Hedjaz y del Nejd… Durante la guerra de Crimea (de 1853 a 1856), la Inglaterra aliada de Francia acude en ayuda de los osmanlíes contra Rusia. La interrogante que se plantea en aquella época se presenta bajo la forma de una alternativa: desmembrar el Imperio –pero, ¿cómo ponerse de acuerdo sobre la manera de repartirlo?– o mantenerlo en estado de coma para desestabilizar la región, teniendo siempre como trasfondo el eterno problema de Londres sobre la seguridad de las vías marítimas y terrestres hacia la India.
El destino del «Hombre Enfermo de Europa» [7] de hecho se mantiene en suspenso desde principios del siglo 19 por haberse establecido un statu quo explícito entre las potencias cristianas –Inglaterra, Alemania, Rusia, Francia, Grecia e Italia– que de cierta forma congelaba las ambiciones de todos. Nadie quería precipitar un derrumbe, en definitiva inevitable, pero que habría afectado o cuestionado el precario equilibrio de fuerzas en la región. Eso explica el carácter clemente del tratado de Andrinopla, firmado en 1929, al término de la guerra ruso-turca. El zar estimó que un Imperio Otomano decadente, exhausto debido a la deuda contraída con buitres de la finanza internacional era algo preferible al caos. Esta forma de sabiduría política ya no existe en nuestros tiempos…
Este largo recordatorio era necesario para demostrar que en estas cuestiones es el pragmatismo lo que predomina sobre cualquier otro tipo de consideraciones, empezando por las de orden religioso. Posteriormente, manipulando durante la Primera Guerra Mundial a las tribus wahabitas del Nejd contra la Sublime Puerta en momentos en que el Imperio ya estaba virtualmente muerto, Londres ya sólo quiere destruir el poderío otomano aliado al Reich alemán, y nada más. El aspecto religioso es aquí secundario, nada fundamental. La guerra mundial está en su apogeo y el triunvirato Jóvenes Turcos que ha tomado el poder en Constantinopla [8] en 1913 ha optado, en efecto, por asociar su destino al de Alemania, país que goza de una inmensa influencia económica en el Imperio… El triunvirato espera aprovechar la confusión de la guerra para aplicar a gran escala una política de limpieza étnica contra todas las comunidades cristianas del Imperio, seguramente con algún tipo de segunda intención mesiánica y un odio escatológico que muy pocos se atreven a mencionar, ni siquiera hoy en día. Se abre entonces un abismo en el que la mayoría de la nación armenia va a verse arrastrada entre 1915 y 1916.
Se trata de una política genocida que Kemal Pacha (Ataturk) proseguirá y completará por mucho tiempo después de la derrota de los Jóvenes Turcos y de la victoria aliada de 1918, en particular en 1924, en ocasión de los traslados masivos de pobladores cristianos de Anatolia previstos en el Tratado de Lausana, firmado el 24 de julio de 1923. Con ese tratado se cierra definitivamente la Gran Guerra en el frente oriental. Es importante señalar que al proseguir el etnocidio [9] iniciado por sus predecesores, el ateo fanático y compañero de ruta del Comité Unión y Progreso Kemal Pacha es solamente un precursor de la limpieza étnico-confesional que actualmente desarrollan, aunque a una escala mucho más reducida, los yihadistas salafo-wahabitas contra los católicos asirio-caldeos y los yazidíes en el norte de Irak.
Pero volvamos a los años de la Primera Guerra Mundial. Los aliados estiman que ha llegado el momento de desmembrar un imperio agonizante y cuyos nuevos amos donmeh han escogido una mala opción estratégica al optar por el Reich alemán. Mientras estallan rebeliones armadas en todas partes –en Afganistán, Irak, Siria, Palestina, Egipto–, Londres y París se reparten de antemano los despojos del Imperio, en 1916, con el acuerdo secreto Sykes-Picot. Y lo hacen burlándose de las promesas de independencia hechas a los árabes que habían combatido junto a británicos y franceses. Los ingleses, a partir de 1916, utilizarán el wahabismo por su dinámica, por su fuerza explosiva, como fanatismo e ideología de conquista, para consolidar su control en la Península Arábiga.
En cuanto a la situación actual, indudablemente no se trata más que de rivalidades entre poderes que compiten entre sí. Si miramos la historia regional, en particular en este último medio siglo, vemos una lucha perpetua por alcanzar el liderazgo. Así sucedió con Gamal Abdel Nasser, Hafez el-Assad, Muammar el-Kadhafi, Sadam Husein, sin entrar a mencionar el Estado hebreo, cuyo papel en la destrucción de sus vecinos y enemigos potenciales es un factor básico. Ahora son Teherán, Ankara y Riad quienes están compitiendo por el mismo objetivo, independientemente de sus identidades confesionales. Es por consiguiente en términos de competencia que yo interpreto las luchas, a menudo sangrientas, que enfrentan entre sí a las diferentes facciones salafo-wahabitas. Y entre ellas se encuentran los diferentes movimientos que luchan en Siria, con el Emirato Islámico en primera fila. Asimismo, la dimensión sectaria de las divergencias entre la Arabia wahabita, la Turquía islamista y Daesh [el Emirato Islámico], es a fin de cuentas secundaria en relación con las ambiciones hegemónicas, al menos de carácter regional, que los oponen entre sí… sobre todo teniendo en cuenta que todos comparten el fondo ideológico wahabita, y eso incluye a la Hermandad Musulmana aunque esta última no lo reconozca abiertamente.
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Réseau Voltaire: Usted dice que la Hermandad Musulmana y el wahabismo tienen mucho en común. ¿Qué más puede decirnos al respecto?
Jean-Michel Vernochet: Aún sin ser “una sociedad secreta wahabita”, la Hermandad Musulmana no deja de ser una prolongación de la secta madre que tiene su sede en Riad. Habría que hacer un trabajo minucioso de comparación entre las doctrinas y programas. Pero insistimos en un punto ya mencionado: el wahabismo y la jamiat al-Ikhwan al-muslimin [La Hermandad Musulmana] son esencialmente ante todo herramientas ideológicas, o sea no religiosas, a pesar de toda su fachada de puritanismo. Son medios ideocráticos de conquista y nada más. Resulta evidente que el wahabismo no es la pura y simple expresión de una fe viviente sino su caricatura más exagerada. Y los musulmanes no se equivocan cuando lo denuncian como la caricatura que es.
Y no soy yo quien lo dice sino los doctores del islam. O sea, lo dicen todos aquellos cuya voz el «Occidente» perezoso no quiere oír porque es más fácil dedicarse a la sociología barata en los barrios populares de las metrópolis europeas con una fuerte tasa de población inmigrante que estudiar, con un poco de humildad, la dimensión teológica del fenómeno yihadista y del apoyo proactivo que le aporta ese otro puritanismo que es el calvinismo anglo-estadounidense cuando sirve de instrumento a un imperialismo carente de alma y de entrañas.
Hecho hoy olvidado, la Sociedad de los Hermanos Musulmanes creada por Hassan el-Banna en 1928 rápidamente acoge, después de su nacimiento, a miembros del Ikhwan que huyen del Nejd tratando de escapar a las represalias de Abdelaziz ibn Saud. Son esos los hombres que formarán el núcleo duro de la nueva cofradía egipcia. En 1954, cuando Nasser disuelve la cofradía, los cuadros de esta irán naturalmente al reencuentro de sus orígenes en Riad. Finalmente la cofradía dará lugar al nacimiento –en los años 1970– de la Yihad Islámica egipcia, antecesora de Daesh [el Emirato Islámico], que se planteaba como objetivo el restablecimiento del califato en Egipto. Y eso es lo que acaba de hacer el Emirato Islámico con la bendición de los “aliados hermanos enemigos” de Ankara, Londres, París, Riad, Doha, Washington, Amman y Tel Aviv.
Red Voltaire: Los británicos apoyaron el desarrollo del wahabismo y después lo hizo Estados Unidos. Actualmente, la Hermandad Musulmana incluso está representada en Washington, en el Consejo Nacional de Seguridad [de Estados Unidos]. ¿Puede decirse de la cofradía lo mismo que usted denuncia al referirse al wahabismo, o sea que esas formaciones serían en el mundo musulmán las vías y medios de lograr la destrucción del islam desde adentro?
Jean-Michel Vernochet: La contínua expansión del wahabismo durante el siglo pasado está estrechamente vinculada con la del modelo financiero, económico y societal anglo-estadounidense. La suerte de la Península Arábiga ha estado indisolublemente ligada, desde 1945 y hasta el sol de hoy, a la América-Mundo… la cual constituye una especie de hidra de varias cabezas pero cuyas cabezas fundamentales están en Manhattan, Chicago (donde se halla la bolsa mundial de materias primas), Washington con la Reserva Federal, en la City de Londres, en Bruselas con la OTAN, en Francfort con la sede del Banco Central Europeo y en Basilea, ciudad que alberga una súper empresa anónima en el sentido jurídico que funge como banco de los bancos centrales, o sea ¡el Banco de Pagos Internacionales!
Así que sería demasiado simple ver la ideología wahabita sólo como un instrumento de influencia o incluso de dominación regional. El mundo musulmán cuenta 1 000 millones y medio de personas. Controlarlo es una empresa gigantesca. Desde esa perspectiva, seguramente hay que ver en la ideología wahabita un claro intento de subvertir el islam. En otras palabras, la versión islámica, incluso “adaptada al islam”, de la nueva religión global que trata de imponerse en todas las naciones y a todos los pueblos, ya sean cristianos o musulmanes. Religión societal, religión de mutación civilizacional que antecede o acompaña la progresión de un mundialismo caníbal. Una religión destinada a reemplazar a todas las demás y que podríamos designar con toda razón como el “monoteísmo del mercado”.
Está comprobado que el wahabismo cohabita perfectamente con el anarco-capitalismo. Por muy sorprendente que pueda parecernos, eso está fuera de dudas. Ese puritanismo está destinado, quizás habría que decir predestinado, a sustituir el islam tradicional con su apego pasado de moda a valores morales tradicionales, esencialmente compasivos. A los puros, el wahabismo les justifica el asesinato de todo aquel que no se someta íntegramente a una misma e inexorable interpretación de la charia… exactamente igual que la democracia universal y supuestamente humanitaria que Estados Unidos pretende imponer por la fuerza de las armas en los cuatro puntos cardinales del planeta. La Gran América ve su Destino Manifiesto como un derecho ilimitado a matar a todos los que se muestran reticentes a entrar por voluntad propia en la matriz democrática judeo-protestante made in America.
En pocas palabras, si el wahabismo es un instrumento, es el instrumento de una destrucción interna y programada del islam… de la misma manera que el mesianismo marxista y posteriormente el freudo-marxismo liberal-libertario realizaron y prosiguen una obra análoga de liquidación en nuestras sociedades postcristianas.
Red Voltaire: Existen actualmente 3 Estados que tienen el wahabismo como religión oficial. Son Arabia Saudita, Qatar y Sharjah, uno de los Emiratos Árabes Unidos. Puede ser que [la región libia de Cirenaica] se una pronto a ellos [10]. Sin embargo, esos Estados están en guerra entre sí. ¿Cómo se explica eso y qué es lo que está en juego en ese enfrentamiento?
Jean-Michel Vernochet: A pregunta compleja, respuesta elemental. En otros tiempos, las tribus se atacaban entre sí. Hoy en día no se trata de bandas de saqueadores sino de Estados. Hemos pasado a una dimensión superior pero el principio sigue siendo el mismo. Los Estados occidentales comparten entre sí la misma idolatría por una democracia de apariencias, lo cual no les impide tratar de destruirse entre sí, aunque sólo sea a través de una cruel guerra económica. «Una guerra que no se declara como tal» pero que no deja de ser implacable, donde los contendientes no tienen amigos ni aliados. «Una guerra a muerte», decía el difunto [presidente de Francia] Mitterrand [11]. Finalmente, son guerras ideológicas y societales. Hay que mirar hacia Rusia y el Donbass, es una buena ilustración de lo que estoy diciendo.
Todo se aclara si comprendemos que los diferentes Estados wahabitas y las diversas variantes de la Hermandad Musulmana –entre ellas el Partido para la Justicia y el Desarrollo de Recep Tayyip Erdogan– no están interesados precisamente en que se cumpla la palabra de Dios en la tierra ni por ningún objetivo trascendente sino más bien en objetivos de poder puramente materiales. Sus ambiciones no son otras que las del poder. A partir de ahí, sus intereses, estrategias y alianzas no son exactamente los mismos. En la práctica, casi siempre están en desacuerdo y casi siempre rivalizan entre sí.
Esto puede parecer algo trivial, pero si queremos comprender el funcionamiento del mundo… basta con ver una película de Hollywood sobre las pandillas de mafiosos. ¡Eso explica todo! Todos se destripan entre sí por un territorio, por un mercado, por una posición dominante, por cuestiones de rango o de categoría formal. La única diferencia –si acaso existe alguna– entre esas guerras de clanes y las guerras de la diplomacia armada del hard y del soft power, reside en su envergadura pero no en su naturaleza.
Red Voltaire: Al-Qaeda se define como wahabita, pero uno de sus principales fundadores y actual jefe, Ayman al-Zawahiri, es un ex miembro de la Hermandad Musulmana. En realidad, si bien todos los líderes del terrorismo internacional se declaran wahabitas, la mayoría de ellos son ex miembros de la Hermandad Musulmana. ¿Piensa usted que la ideología actual de la yihad es wahabita o es que viene de esa sociedad secreta que es la Hermandad Musulmana?
Jean-Michel Vernochet: No me parece que, a estas alturas, la pregunta pertinente sea saber quién fue primero, ¿el huevo o la gallina?, en la medida en que ¡se trata de dos rostros de una misma ideología! Los dos se han desarrollado y consolidado con el apoyo del imperio británico: apoyo armado para el Tercer Reino Wahabita del Nejd y del Hedjaz y apoyo financiero para la Hermandad Musulmana en Egipto. De esa manera, wahabismo y cofradía son ya consustanciales puesto que ambos tienen en común los mismos padrinos en Londres, en Washington y últimamente en Riad. En cuanto a la yihad, ya hemos visto claramente que en Egipto la nueva Ikhwan [Cofradía] ha engendrado una organización de lucha armada, la Yihad Islámica, en aplicación de la doctrina wahabita que habla de la existencia de un sexto pilar del islam, el de la guerra santa, desconocido en el islam clásico, o sea la obligación de convertir a los demás, incluso por la fuerza, recurriendo al hierro y el fuego de ser necesario. En eso el wahabismo hace de la violencia una dimensión estructural que no puede suscitar en Occidente otra cosa que el rechazo más categórico. Estamos viviendo, en efecto, en una lógica de choque frontal entre culturas y civilizaciones.
Eso impone en nuestras sociedades oscuras perspectivas, sobre todo si los musulmanes integrados a ellas llegasen a verse algún día obligados a escoger un bando por la difusión extensiva de un falso islam.
Los años terribles que vivió Argelia en los años 1990 no serían seguramente nada en comparación con lo que tendrían que vivir las comunidades musulmanas europeas… porque, como podemos comprobarlo en todas partes, los primeros blancos y las primeras víctimas del wahabismo no son otros que los musulmanes.
[1] El wahabismo es un movimiento creado por Mohammed ben Abdelwahhab en el siglo 18. Es la religión oficial de Arabia Saudita, de Qatar y del Emirato de Sharjah (miembro de los Emiratos Árabes Unidos).
[2] Daesh es el acrónimo árabe de la organización anteriormente conocida como EIIL (Emirato Islámico en Irak y el Levante) y hoy designada indistintamente como Emirato Islámico, Estado Islámico o, en inglés, y por razones de propaganda estadounidense, bajo las siglas ISIS. Nota de la Red Voltaire.
[3] La tradición islámica reconoce la llegada, cerca del momento del fin de los tiempos, de un hombre que engañará al mundo, llamado Al-Masih Ad-Dajjal, o sea el mesías impostor, o si se quiere el anticristo… Su ideología será puramente materialista, aunque se presentará bajo una apariencia mesiánica, y cuando sirve a los valores humanistas es únicamente con una perspectiva terrestre, negando el regreso de Dios y el Juicio Final. Es una civilización tuerta en la medida en que pretende organizarse independientemente de los mandamientos divinos.
[4] El takfirismo es un movimiento surgido de la Hermandad Musulmana. Fue creado en 1971 por el mesías egipcio Ahmed Mustafa Chukri. Según el takfirismo, todos los musulmanes que no son takfiristas son apóstatas y los verdaderos musulmanes están en la obligación de matarlos.
[5] «El primer punto fundador del dogma wahabita es el tachbih, o sea la asimilación de Dios a Sus criaturas (el antropomorfismo). Los wahabitas plantean como regla fundamental que en los que textos sagrados hay que entender en sentido recto todas las frases sobre el Creador que pueden prestarse a confusión, cuando en realidad esas frases tienen como objetivo expresar la majestuosidad, la piedad, la aceptación u otros atributos que dignifican a la divinidad. De esa manera, los wahabitas han llegado a decir que el Creador es un cuerpo sentado en un trono, con las manos del lado derecho, que se desplaza, se asombra, se ríe y que tiene un pie que mete en el infierno”. Cf. «Qui sont les wahhabites?».
[6] Los hadiths son libros sobre la vida del profeta compilados, más de 150 años después de su muerte, a partir de los testimonios de sus compañeros. Existen muchos de esos libros. Los hadiths permiten a los musulmanes entender mejor el Corán, pero ninguno de ellos goza del estatuto de revelación ni tampoco se le impone a los creyentes.
[7] Así se designaba al Imperio Otomano en el siglo 19.
[8] Surgida el 11 de mayo del año 330, Constantinopla pierde su condición de capital en 1923. En 1930 recibe oficialmente el nombre de Estambul en el marco de la política de turquización aplicada bajo la influencia de Mustafa Kemal Ataturk.
[9] 1914 es la fecha en la que se articulan, hace 100 años, el inicio de la Gran Guerra y el comienzo del genocidio final contra los cristianos del Imperio Otomano por parte de los Jóvenes Turcos donmeh que habían tomado el poder en Constantinopla en 1913. En cuanto a los asirios [cristianos siriacos], la cantidad de víctimas varía según los autores. Algunos presentan, además del millón y medio de armenios arrastrados a las infernales marchas de la muerte por las áridas estepas de Licaonia y de Siria, la cifra de 270 000 víctimas. Investigaciones más recientes elevan ese estimado mencionando entre 500 000 y 750 000 muertos en el periodo que va de 1914 hasta 1920, o sea alrededor del 70% de la población asiria de aquella época. Hay que recordar la Gran Guerra no se terminaría en el Oriente hasta julio de 1923 con el Tratado de Lausana, consecuencia de la derrota griega del 13 de septiembre de 1921. A pesar de todo, Kemal Pacha (Ataturk) proseguirá hasta su muerte –el 10 de noviembre de 1938– su política de purificación étnico-confesional. En 1937, Ataturk sellará su sangriento reinado con una última masacre contra los kurdos alevíes de Dersim, que dejó como mínimo 10 000 muertos. Sin embargo, para nuestros contemporáneos Ataturk siguió siendo aún por mucho tiempo el prototipo del héroe.
Ver G. W. Rendel, Mémoire Du Bureau des Affaires Étrangères sur les Massacres et les Persécutions commises par les Turcs sur les Minorités depuis l’Armistice, 20 de marzo de 1922. Según afirma Manus I. Mildrasky en The Killing Trap: Genocide in the Twentieth Century (2005), los estimados más serios fijan en 480 000 el número de griegos de Anatolia que terminaron sus días en los mataderos humanos. En todo caso, el Estado turco heredero de la dictadura kemalista seguirá negando la planificación de aquellos exterminios masivos y, posteriormente, la veracidad del genocidio perpetrado contra los cristianos del Imperio Otomano.
[10] Sería un error considerar el takfirismo wahabita como un fenómeno contemporáneo limitado únicamente a las zonas donde hoy se manifiesta. Si bien es cierto que el bum petrolero le garantizó un inesperado florecimiento, ya al principio del siglo XIX el takfirismo wahabita estaba activo en las Indias, donde Sayyed Ahmed, predicó el wahabismo –en la región de Punjab– hacia 1824, después de un peregrinaje a La Meca. Sayyed Ahmed aspira entonces a poner en práctica “la obligación ausente” de librar la guerra santa. En 1826, después de reunir un ejército en Peshawar, Sayyed Ahmed lanza un llamado a la yihad contra los sikhs y al año siguiente se proclama Comendador de los Creyentes, Amir al-muminn, título que también usará el mollah Omar antes de la caída del régimen de los talibanes en el otoño de 2001. En 1830, Sayyed Ahmed toma Peshawar. Pero muere en 1831 en la batalla de Balakot. No será hasta 1870, después de medio siglo de desórdenes, que los ulemas chiitas y sunnitas de la India condenarán los excesos de los wahabitas. Pero la influencia de estos se mantiene y, en 1927, se funda en la provincia de Mewat la “Sociedad para la Predicación” (Taglibhi Jamaat), cuyo papel proselitista es de sobra conocido. El takfirismo inspirará también los levantamientos senussi en Libia y la revuelta de los musulmanes de China (de 1855 a 1874). En cuanto a al-Qaeda, es particularmente emblemático el caso del miembro de la Hermandad Musulmana Abdullah Azzam. Antes de encontrar la muerte en la explosión de su automóvil, en 1989, este palestino fue el jefe espiritual de los voluntarios islamistas extranjeros. Pero Azzam había sido miembro de la Hermandad Musulmana y había enseñado en la universidad de Riad, en 1980, y posteriormente en Pakistán, en la Universidad Islámica Internacional de Islamabad. Eso fue antes de convertirse, en Peshawar, en principal organizador del reclutamiento y entrenamiento de los yihadistas que luchaban en Afganistán contra el gobierno comunista y las tropas soviéticas.
[11] «Francia no lo sabe pero estamos en guerra con Estados Unidos. Sí, es una guerra permanente, una guerra vital, una guerra económica… una guerra aparentemente sin muertos. Sí, los americanos [estadounidenses] son muy duros, son voraces, quieren un poder no compartido sobre el mundo. Es una guerra desconocida, una guerra permanente, aparentemente sin muertes y sin embargo es una guerra a muerte», François Mitterrand in Georges-Marc Benamou, Le dernier Mitterrand, 1997.

DOCE MUERTOS


19 Enero 2015 
Purificación González de la Blanca

Como un mazazo hemos recibido la noticia de los brutales asesinatos del semanario satírico  Charlie Hebdo, en pleno corazón de París. Doce personas, ni más ni menos.  Hubo otros tres fallecidos más, que igualmente lamentamos.

Debo reconocer que en más de una ocasión en que  llegaron ejemplares de Charlie Hebdo a mi correo no les di difusión, por respeto a los compañeros creyentes (musulmanes y cristianos) que participan en la  red en la que colaboro.  Desde mi punto de vista personal una cosa es la libertad de expresión y otra la provocación hacia personas  que tienen unas creencias que también deben ser respetadas.

Pero nada puede justificar esta atroz matanza, ante la que ya será difícil investigar, ni hacer justicia.

Ojalá no se demuestre que individuos tan diestros para el crimen fueron entrenados, dotados y financiados por los países occidentales, como los fueron los miles de mercenarios introducidos en Siria y los que conforman ese “Emirato Islámico de Iraq y Levante”, llamado también ISIS o Daesh, que fue creado por la CIA, el Mossad y el MI6, y cuenta con la financiación de Arabia Saudí y Qatar. Colaboración de Estados Unidos que fue reconocida por la misma Hillary Clinton en declaraciones al medio digital The Atlantic   (http://www.alertadigital.com/2014/09/07/hillary-clinton-admite-que-el-estado-islamico-isis-es-nuestra-creacion/)  Y esperemos, por otra parte, que no se trate de un crimen de falsa bandera, como el que se atribuyó a Mohamed Merah, argelino que trabajaba para los servicios secretos franceses. Todo parece indicar que también era así en este caso y que al menos uno de los hermanos había sido asiduo del despacho de Sarkozy.

Doce muertos fueron también los que provocó la OTAN en el caso conocido como “la tragedia de Sorman “(Libia).  En realidad los muertos de la OTAN se cuentan por miles, pero me voy a referir a este caso porque se trataba de la familia de mi amigo Khalet Elhamedi.  El 20 de junio de 2011 celebraban  el tercer cumpleaños del pequeño de la casa, Al-Khweldy, cuando los aviones de la OTAN lanzaron ocho misiles, de 900 kilos cada uno, contra la vivienda, que quedó arrasada.  Los trozos de los cuerpos de los niños y de sus amigos y familiares, incluida la madre, Safa, que estaba embarazada, tuvieron que ser recogidos dispersos por una enorme extensión de terreno y en medio de un reguero de pájaros muertos. Fue terrible porque la cabeza del pequeño no aparecía, y era necesario encontrarla para poder darle sepultura por el rito musulmán. Tardaron en dar con ella.  Pero a la OTAN nadie la sentará en el banquillo de los acusados ni nadie la juzgará.  A estos doce muertos no se les hará justicia.

A las pocas semanas la OTAN eligió como objetivo el Hospital de Sirte, también en Libia. Aquí los muertos fueron 200  ¿Se informó de estos bombardeos en  algún periódico, en alguna cadena de radio o televisión? No.
Pareciera que los muertos son de distintas categorías.

Ya sabemos que hay errores de bulto, como el “olvido” de un D.N.I. (el 11-S fue un pasaporte) y el exterminio físico de los hermanos. Ya nadie podrá hablar. También Mohamed Merah fue abatido a tiros.

Todo esto merece una profunda reflexión sobre la actitud de Occidente para con los países musulmanes y sobre la política exterior que practica Europa, muy alejada de la igualdad, de la legalidad y de la fraternidad a las que Francia volvió la espalda hace tiempo.  No descartemos, por tanto, los intereses existentes en promover lo que los ideólogos  sionistas norteamericanos llaman un “choque de civilizaciones”. A cuenta de este acto, complotismo e islamofobia van a prosperar y van a permitir la toma como rehenes de millones de personas, no solo de confesión musulmana, en Francia y en Europa.  Todo esto viene muy bien a quienes temen un vuelco político radical ante la frustración de  los ciudadanos europeos.

Reflexionemos también sobre el papel que está desempeñando la OTAN en el terrorismo internacional. Y entonemos un “mea culpa”.

Purificación González de la Blanca
Oj1os para la Paz
14.01.2015

 
EN su filípica a las Fuerzas mal Armadas (según confesión de Pedro Morenés, ministro del ramo) y la Guardia Civil (que a pesar de su nombre es un estamento militar, porque en este reino todo lo oficial es falso), con motivo de la celebración de la pascua militar, su majestad el rey católico nuestro señor Felipe VI tuvo un recuerdo para su padre, el abdicado rey Juan Carlos I, que en su opinión reinó “siempre con el objetivo de prestar el mejor servicio a España. A él le dedico en este día el homenaje de gratitud y respeto que merece de todos nosotros”. Parece que Felipe es un buen hijo, pero o bien ignora las tropelías cometidas por su padre, o mal tiene una cara dura de cemento borbónico, por atreverse a decirnos esas palabras a quienes hemos sufrido su corrupto reinado.
 
   Ya en su primera filípica al ser proclamado rey, el 19 de junio de 2014, mientras sus matones nos apaleaban a los que intentábamos exhibir calladamente una bandera tricolor en la calle, tuvo la osadía de decirnos entre balbuceos: “Quiero rendir un homenaje de gratitud y respeto hacia mi padre, el rey Juan Carlos I. Un reinado excepcional pasa hoy a formar parte de nuestra historia con un legado político extraordinario.” Cierto que fue extraordinario, pero por su inmensa corrupción. Y si con esos homenajes quiere indicarnos que va a seguir su ejemplo, tenemos que hacer las maletas para exiliarnos, a no ser que le hagamos exiliarse a él, que no sería el primer Borbón en largarse a toda máquina, de tren o de barco.
 
   Un historial de esos envilecidos 36 años ha sido parcialmente resumido por Iñaki Errazkin en su último libro, Juan Carlos, un rey con antecedentes, que acaba de publicar Akal en Madrid, con 94 páginas. Muy pocas para todo lo que se puede contar de este escandaloso reinado, pero constituyen un memorial vomitivo de las tropelías perpetradas con total impunidad por el abdicado, como financiero, como putañero y como cazador, sus aficiones favoritas, a las que se dedicó alegando que en eso consiste reinar según su manera de entender el oficio.
 
Cómo nos ha borboneado
 
   No es una obra de investigación, sino de recopilación. El autor ha consultado libros, revistas, diarios y blogs en los que se revelan aspectos impropios de un jefe de Estado, protagonizados por el abdicado rey de España, antes de transferir sus poderes ilegítimos a su hijo pequeño. Un buen chico que le ha consentido reinar todo el tiempo que quiso, a diferencia de lo que él hizo con su padre, a quien arrolló en su carrera por alcanzar el trono, y solamente le permitió reinar después de morir. Tal vez fuera su venganza por haberle entregado al dictadorísimo cuando solamente tenía diez años, con el propósito de que lo educara a su imagen y semejanza. Así salió él de espabilado.
 
   El breve libro no es una biografía, aunque recuerda los datos esenciales en la vida borbónicamente regalada del designado sucesor a título de rey por el dictadorísimo, una vez que le juró lealtad a su exigua persona y fidelidad a sus leyes genocidas. El propósito de Errazkin ha consistido en reunir documentos demostrativos de los desmanes cometidos por el abdicado, que sigue reinando y goza de todos los privilegios aforados, con los que se convierte en irresponsable ante la justicia administrada en nombre del rey.
 
   La lectura de estas páginas provoca indignación. Es un recopilatorio abreviado de los chanchullos económicos que han convertido al abdicado en uno de los ricachones más potentes del mundo. Su padre, Juan, vivió a costa de los llamados nobles, que lo mantuvieron toda la vida para que no necesitara pegar golpe, y lo sostuvieron hasta el final, hasta pagar los gastos derivados de su internamiento en la clínica donde murió.
 
   Los italianos llaman il dolce far niente a esa vidorra sin tener que molestarse en hacer nada para ganarse el pan de cada día. Y encima los borbones comen mucho más que pan, viven en continuo festín a costa del pueblo. La verdad es que no se les puede censurar por ello, puesto que el pueblo lo aguanta. A quien hay que criticar es al pueblo consentidor.
 
   Cualquier vasallo de su majestad católica con un historial semejante al del abdicado, estaría condenado a tres mil años y un día de prisión mayor, por lo menos. Pero no se debe equiparar a los amos y a los siervos. Los amos cuentan con magistrados, fiscales, militares y policías a su servicio, todos ellos enemigos del pueblo al que muchos pertenecen. Los siervos tenemos la obligación de pagar impuestos y callar. O hacer la revolución.
 
Autor de 1.051 delitos comunes
 
   Cita el autor a Ramón Francisco Arnáu de la Nuez, antiguo agente del CESID (Centro Superior de Información de la Defensa, transformado desde 2002 en el Centro Nacional de Inteligencia, nombre adoptado para camuflar el espionaje, a semejanza de la criminal CIA gringa). En la actualidad se encuentra incomunicado en una mazmorra especial de la cárcel de Segovia, probablemente sujeto a la pared con argollas de hierro y alimentado solamente con pan y agua, como en la Edad Media. Nadie puede comprobarlo, porque está incomunicado. Pese a ello, se las ingenia para enviar mensajes a familiares y amigos, que los colocan en la red electrónica.
 
   Su expediente consta de 12.000 folios inculpatorios. Su delito es haber imitado a Zola, y lanzar un “¡Yo acuso!” contra el abdicado, tras haber ido investigando sus descomunales hazañas financieras, eróticas y golpistas. Lo acusa de haber cometido 1.051 delitos comunes. Y lo peor de todo es que los documenta. Un tipo meticuloso y detallista, que sería de gran utilidad en una democracia, pero aquí está considerado un peligro público al que es preciso encerrar. Como escribía el anónimo autor del Cantar de Mio Cid, otra víctima de la crueldad real en su tiempo, “¡Dios, qué buen vasallo si hubiese buen señor!” Lamentablemente, en la historia de España no hay ni ha habido nunca buenos señores. Ni los habrá en la monarquía.
 
   Lo que no debemos tolerar es que el Libro Guinness de los records no incluya al abdicado como el mayor delincuente con más delitos en su historial. Se comprende porque se elabora en la pérfida Albión, como decía el dictadorísimo, en donde no perdonan que unos palurdos españoles le quitaran el brazo derecho a Nelson en la batalla de Santa Cruz de Tenerife, cuando intentaba colonizar las islas Canarias.
 
El hombre que sabe demasiado
 
   Arnáu de la Nuez es canario, nacido el 20 de octubre de 1963 en Las Palmas. Acosado porque sabía demasiado, solicitó asilo político en Lisboa, pero fue entregado a los esbirros borbónicos. Según cuenta en los informes remitidos a las instancias judiciales y políticas del reino (¡qué ganas de perder el tiempo!), el abdicado lleva 25 años cobrando comisiones por los barriles de crudo que el reino fascista de España compra al reino dictatorial de Arabia Saudita, y como intermediario de negocios se embolsó 3.800 millones de euros por bendecir la privatización de Repsol--YPF; otros 1.040 millones de dólares por la OPA de LUKoil, más 2.000 millones de pesetas que le entregó el financiero filibustero opusdeyero Javier de la Rosa de su chiringuito con KIO; por cierto: su hija menor, Gabriela, fue la amante oficial durante una temporada de Juan Gómez--Acebo y de Borbón, hijo mayor de Pilar de Borbón, hermana mayor del abdicado, así que todo queda en la familia, La relación de cobros improcedentes resulta mucho más amplia y larga, por lo que es preferible finalizarla aquí y ahora.
 
   Según Arnáu, el abdicado se sirve de La Caixa para blanquear su fortuna y colocarla a buen recaudo fuera de su reino. El superpresidente de las entidades del grupo La Caixa es su amigote Isidre Fainé, el que tiene empleada a la infame Cristina de Borbón en una sinecura en Ginebra, para que cobre mucho sin hacer nada, según la costumbre borbónica tradicional de la dinastía, desde aquel Felipe V que llegó a España montado sobre una guerra que destruyó a las gentes y a las tierras.
 
   No obstante, Fainé debiera ser más cauto, puesto que los amigotes del abdicado suelen terminar en la cárcel, un lugar al que no pueden ir a residir los miembros de la llamada familia irreal, debido a su inmunidad para jueces y fiscales servilones, pero del que no se libran sus compinches cuando dejan de serle útiles. Los borbones son así, como demuestra la historia.
 
   En Google puede encontrarse una variada información acerca de Francisco Ramón Arnáu de la Nuez, que merece la pena leer detenidamente.
 
El moro amigo
 
   Es comprensible, pues, que el abdicado posea una de las mayores fortunas del mundo. Es una hormiguita hacendosa para acumular pasta, y eso que al ser proclamado rey como sucesor de su padrino político el dictadorísimo no tenía en dónde caerse muerto. Pero era un vivo, mejor todavía, un vivales, así que empezó su reinado pidiendo limosna a moros y cristianos, “para el fortalecimiento de la monarquía”. Es conocida la desvergonzada carta que envió al entonces sha de Persia, proponiéndole que le regalase diez millones de dólares, calderilla para el tirano que ya tenía los días contados.
 
   La carta está reproducida en el libro de Jesús Cacho El negocio de la libertad (Madrid, Akal--Foca, 1999), muy bien documentado, tanto que el abdicado ha prometido “dar dos hostias” al autor si se le pone delante, según le oyó decir David Rocasolano, el primo preferido de la Leti, y así lo cuenta en el libro dedicado a la actual reina,Adiós, Princesa (Madrid, Akal--Foca, 2013).  Es de suponer que haya tomado precauciones, porque es sabido que el abdicado maneja la muleta como un matador de tronío.   
 
   Siempre citando otras referencias, Errazkin da buena cuenta de las cuentas acrecidas gracias a “la tradicional amistad con los pueblos árabes”, muletilla muy usada por otro matador, aunque sin trono ni tronío, el dictadorísimo genocida. Al tirano de Arabia Saudita le sacó cien millones de dólares por colaborar con los gringos durante la primera guerra del Golfo. Entre golfos andaba el juego, nadie lo duda. A los jeques, emires y demás fauna tiránica les sobra el dinero, de modo que no debe de remorder la conciencia a quienes los estafan, porque ellos estafan a sus pueblos.
 
El Urdangarin, estrella invitada
 
   Diego Torres, socio del yernísimo ladronísimo del abdicado en la fraudulenta empresa “sin ánimo de lucro” con el nombre griego de  Nóos (la antigua reina consorte es griega), publicó un libro con el seudónimo de Ricardo Grenville,Urdangarin y la Copa de Europa, en el que revela actividades delictivas del abdicado, en favor de los chanchullos organizados para robar con guante blanco, por su hija favorita y su yerno favorito. En una relación de robos y saqueos no podía faltar el inevitable Urdangarin como estrella invitada, porque su brillo es cegador en el firmamento de la delincuencia internacional.
 
   El 27 de agosto de 2007 el ahora abdicado, entonces en el trono, abandonó su palacio en Mallorca, en donde descansaba de su descanso habitual, para viajar a Marbella, en donde posee un palacio el príncipe saudí Salman, gobernador de Riad. Acudió con su barragana de entonces, la supuesta princesa Corinna zu Sayn-Wittgenstein, involucrada en los pinchazos morunos para ganarse la vida decentemente (además usa otros métodos).
 
   El viaje del rey católico para visitar al príncipe moro no tenía un carácter amistoso, sino económico: pretendía sacarle 110 millones de euros para patrocinar la celebración de la Copa América, uno de esos proyectos fantasiosos ideados por el Urdangarin y la Cristina con la complicidad del Torres. Este dato debiera tenerlo muy en cuenta el juez José Castro, que ha imputado al trío y cómplices, pero no al abdicado. Lo mismo que debiera considerar importante la reunión que el tristemente célebre Urdangarin mantuvo en el mismísimo palacio de La Zarzuela, residencia oficial del abdicado cuando no está de pendoneo por ahí, con los jerifaltes valencianos del partido que se dice Popular Francisco Camps y Rita Barberá con el único objeto de tratar sobre la organización de la misma Copa.
 
   Los reyes o emires o como se llame a los tiranos de las monarquías árabes han resultado en verdad los moros amigos del abdicado. Desde 2003 ha efectuado once viajes a la zona, el último en abril y mayo de 2014. Según las crónicas periodísticas, realizó esos viajes acompañando a empresarios españoles que desean negociar en esos países enriquecidos por los ingresos del petróleo, sin importarles que no respeten los derechos humanos. ¿Qué pinta un rey entre empresarios? Nada, a no ser que actúe a comisión.
 
Negocios muy cristianos
 
   Es sabido que el dinero no tiene nacionalidad ni religión, así que el rey católico también negocia a su manera con prepotentes cristianos. Por ejemplo, con el antes poderoso caballero don José María Ruiz Mateos, numerario de la secta satánica del Opus Dei, quien confesó (y después comulgó devotamente) haber entregado al abdicado “cientos de millones de pesetas”. Durante la presidencia del presunto socialisto Felipe González, uno de los grandes amigotes del abdicado, cayó en desgracia Ruiz Mateos, se le expropiaron sus empresas y fue encerrado en una mazmorra borbónica. Como asegura un refrán, así paga el diablo a quien bien le sirve. “Tóo pal pueblo”, declaró el hermano de Juan Guerra, que era vicepresidente de ese Gobierno, pero la verdad es que al pueblo solamente nos tocó pagar, pagar y pagar, mientras los beneficios se los repartían los de siempre.
 
   De otro opulento opusdeísta financiero, Javier de la Rosa, ya se ha comentado que pasó de íntimo del abdicado a preso común. Compartió módulo carcelario con otro financiero amigote del abdicado y de su padre, Mario Conde, famoso porque le brilla más el pelo que los zapatos. Se dice que guarda una bomba de relojería, con documentación comprometedora para el abdicado, pero no se atreve a publicarla de momento por miedo a las represalias. Se conoce que espera la pronta proclamación de la República.
 
   Dos primos que de tales no tienen nada, los albertos Alcocer y Cortina, han sido juzgados por varios delitos económicos, aunque no han ido a la cárcel porque una poderosa mano los protege. El abdicado favorece a quien quiere y abandona a quien le parece. Así, al milmillonario Juan Miguel Villar Mir, con una fortuna calculada en seis mil millones de euros, le concedió en 2011 el marquesado de Villar Mir “por su destacada y dilatada trayectoria al servicio de la Corona”, con pingües beneficios mutuos, “para sí y sus sucesores”. Su sucesora hija Silvia está casada con Javier López Madrid, uno de los ruidosos amigotes del actual rey Felipe VI. En cambio, Manuel de Prado y Colón de Carvajal, intendente real y celestino, fue dejado caer en una mazmorra cuando ya no era útil en sus oficios.
 
La mordida que no cesa
 
   El expresidente de la compañía petrolera francesa Elf, acusado de fraude, manifestó ante el juez haber entregado 55 millones de euros al abdicado cuando todavía no lo estaba, como soborno para que hiciera valer su valiosa (y tanto) opinión a favor de la compañía. Se ignora si actuó por patriotismo el abdicado, aunque no parece aceptable suponerlo, cuando telefoneó al presidente mexicano Vicente Fox para interceder por la empresa hotelera española Riu, que no quería demoler los tres pisos de más construidos ilegalmente en uno de sus edificios en la turística Cancún. El tal Fox es otro pájaro de cuenta; el Congreso de su país investigó el origen de los mil millones de pesos conseguidos ilícitamente, en parte con el narcotráfico. No hace falta decir que se entendieron muy bien los dos jefes, y que los tres pisos se quedaron donde estaban.
 
   La misma incógnita se presenta al saber que el abdicado presionó al entonces jefe del Gobierno español, el inepto socialisto Rodríguez Zapatero, para que el Gobierno aprobase la entrada de la petrolera rusa LUKoil en el accionariado de Repsol: seis veces al día llegó a telefonearle. Claro que en el negocio intervenía como comisionista la famosa Corinna, con la que no sabemos qué relación prima, si la financiera o la sexual.
 
   Dedica Errazkin tres páginas a comentar los extraños manejos sucedidos con la herencia del duque de Hernani, título que el abdicado traspasó a su hermana menor Margarita, al mismo tiempo que, al parecer, se traspasaba a sí mismo la colección de 681 cuadros, de incalculable valor por ser piezas únicas de grandes pintores, reunida por el finado. Interpuesta demanda contra él por el sobrino y heredero presunto del duque, fue multado el demandante por ofensas al rey. El entonces secretario general de la Casa de Su Majestad, el general Sabino Fernández Campo, ordenó y mandó militarmente a los directores de los medios de comunicación que ignorasen el tema. El único periodista que osó incumplir la prohibición, Antonio Hernando, falleció muy accidentalmente cuando practicaba la pesca submarina, un deporte de mucho riesgo en el que era un verdadero profesional. Pero se arriesgó demasiado. Los borbones traen mala suerte.
 
   En resumen: según calcula la revista Forbes, la fortuna personal del abdicado asciende a 1.800 millones de euros. Y todos se los ha ganado él solito con su esfuerzo y su obsesión ahorradora, porque no se gasta el dinero más que en hacer regalos a sus barraganas.
 
Juego de camas
 
   Y así entramos en otro capítulo demoledor para el juicio que el abdicado merecerá a los historiadores de su reinado. Probablemente será conocido en los tratados de historia con el sobrenombre de El Putañero. Este asunto no debiera importar más que a su resignada cónyuge, Sofía Pasaportodo, si no fuera porque nos ha costado muchos millones de pesetas y euros a los vasallos, unos dilapidados en regalos a las concubinas, y otros gastados en sobornos para que las mismas depusieran sus amenazas de chantaje.
 
   Según relata Andrew Morton en su bien documentado ensayo Ladies of Spain (Madrid, La Esfera de los Libros, 2013), inexplicablemente traducido al castellano dejando su título original en inglés, el abdicado disfrutó a lo largo de su crapuloso reinado de un harén de mil quinientas rameras sucesivas, cifra que ni los tiranos árabes pueden igualar. Como se entere un tal cardenal electo Blázquez, presidente de la Conferencia Episcopal, va a excomulgar al poliadúltero, aunque es posible que no se entere, y de esa manera se evitará los problemas derivados de topar con la realeza.
 
   Tampoco su tatarabuela la reina Isabel II gozó de tal número de amantes, a pesar de estar considerada la mayor golfa de la historia de España. Lo fue  tanto que los militares de su tiempo organizaron la Gloriosa Revolución en setiembre de 1868 y la expulsaron a Francia. Aquellos militares defendían la honra de España, porque pertenecían al pueblo.
 
   Hemos tenido que comprar las cursis y ridículas cartas que el abdicado escribió a Olghina di Robilant, una condesa italiana tan aprovechada que después de venderlas las publicó en Italia y en España. Los lacayos del entonces rey ignoraban que existen fotocopiadoras. Asegura que comparte a su hija Paola con el abdicado, pero la muchacha no ha reclamado una pensión hasta ahora. Quizá le avergüence tener ese padre y prefiera olvidarlo.
   En cambio, los que sí reclaman una prueba de paternidad al abdicado son Albert Solà e Ingrid Sartiau. Se han hecho un análisis de ADN con el resultado de tener un progenitor común, que no pueden ser las respectivas madres que los parieron en países distintos. El abdicado se niega a rebajarse hasta el punto de consentirlo. Según el citado exagente del CESID Arnáu de la Nuez, se le conocen al menos cinco hijos bastardos. Con mil y quinientas odaliscas a su servicio no son muchos bastardos. Seguramente aparecerán más. Preparemos la cartera, el que todavía la tenga.
 
De esos polvos salen estos fondos
 
   La barragana que nos ha costado más cara, por ser la más cuca, se llama Margarita García, pero atiende por al alias artístico de Bárbara Rey, muy adecuado. Se la celestineó el entonces presidente Adolfo Suárez, que deseaba contar con una espía adicta en la cama real, y él perdió la cabeza (en sentido figurado, no en la guillotina hasta ahora). Pero ella decidió montar su propio negocio, así que grabó en vídeo los saltos del tigre que hacía su amante, y las conversaciones políticas que le sonsacaba. Los borbones se consideran tan intocables que no toman ninguna precaución para sus aventuras sexuales extramatrimoniales, al parecer ni siquiera utilizan preservativo, y por ello después pasa lo que pasa, para beneficio de barraganas y bastardos. Ellos son irresponsables, y además pagamos los vasallos.
 
   Los vídeos, según se cuenta en los mentideros, parecen una versión íntegra no censurada de La Bella y la Bestia. Para que no los exhibiera en un cine porno, a la apodada Bárbara, que lo es, hubo que pagarle una pensión mensual, a cargo de los fondos reservados del Ministerio de la Presidencia, que según se comenta en los citados suma dieciocho millones de pesetas, y por fin comprarle el material gráfico, más bien pornográfico, se dice que por cuatro millones de dólares, aunque autores hay que multiplican esas cifras. Una cuidada documentación se encuentra en el ensayoUn rey golpe a golpe (Navarra, Miatren–-Kalegorria, 2001) firmado por Patricia Sverlo, seudónimo empleado por Rebeca Quintáns para evitarse las complicaciones judiciales inherentes a quienes escriben sobre la familia irreal. Los vasallos pagamos las diversiones de los reyes. Para eso estamos.
 
   Sin embargo, no todas las barraganas han tenido tanta suerte. Por ejemplo, la actriz porno Sandra Mozarowsky, hija de padre ruso, que tras su aventura con el entonces rey murió defenestrada el 14 de setiembre de 1977, a los 18 años; se dice en esos mentideros siempre bien informados que se hallaba embarazada, aunque no se explica de quién.
 
   También era ruso el padre de otra actriz porno, conocida como Nadiuska porque su nombre es impronunciable en castellano; la casaron con un chatarrero, matrimonio de conveniencia después anulado, y ahora a sus 62 años está internada en un sanatorio porque padece esquizofrenia, según dice el diagnóstico médico. No es para menos.
 
   Y dejemos aquí el relato, porque para recordar a las mil y quinientas se  necesita un volumen como los del Espasa. Está claro que el abdicado padece el síndrome de la incontinencia sexual, característico de la dinastía borbónica, en hombres y mujeres. La única mujer que no soporta es la legítima esposa, quizá porque sea alérgico a todo lo legal. Según cotilleo del general Sabino Fernández Campo, testigo presencial, llegó a tirarle un plato a la cara durante una discusión mantenida en la mesa. Y tiene buena puntería el abdicado, o al menos la tenía en sus buenos años, puesto que en sus últimos discursos reales quedó demostrado que ya no ve tres en un elefante.
 
Caza mayor, caída superior
 
   Debido a ello se cayó por las escaleras al salir de una habitación a las cuatro de la madrugada del 13 de abril de 2012 en Botsuana, adonde acudió para cazar elefantes, acompañado por su última barragana, la apuesta supuesta princesa Corinna. Entre que no ve y que la noche africana es negra, y que a saber lo que estuvo haciendo, se pegó un traspiés mayestático y se fracturó la cadera derecha en tres tristes trozos. Después declaróurbi et orbi que se había equivocado, y prometió que no repetiría tales aventuras. Las cinegéticas, quería decir, no las eróticas, porque a la Corinna le puso un chalé con criados, conductores y guardaespaldas, a costa de los fondos reservados, como es natural. De cacería era preferible que no saliera, en beneficio de los guías y ojeadores, más aún que de los elefantes.
 
   La afición por matar animales tiene antiguas raíces en el ahora abdicado, que al dejarse llevar por ella demuestra su desprecio total por la conservación de la naturaleza y de la fauna. Según confidencia de su amigo Juan José Macaya, cuando el abdicado era niño se entretenía matando gallinas, así como otros juegan a las canicas. Y de mayor mantuvo la afición, con animales de mayor envergadura. Por eso el 28 de febrero de 2004 mató un gran ejemplar de bisonte europeo, especie en extinción, en una reserva natural en Polonia. Entre el 8 y el 10 de octubre del mismo año mató diez osos y un lobo e hirió a otros varios en Covasna (Rumanía); se trataba de la especie de ursus arctos, protegida por la Convención de Berna de 2001. Protegida, pero no de reyes valientes que no le temen a nada. A nada legal.
 
   El oso más famoso de cuantos ha matado tenía nombre propio, Mitrofán. Se lo prepararon en agosto de 2006 en Vologda (Rusia), emborrachándolo con miel y vodka, para que su real persona no estuviera en peligro nunca, que él es valiente, pero precavido. Lo denunció un guarda forestal en carta publicada en un periódico ruso. A un periódico vasco, Deia, publicar la noticia le costó una denuncia por “injurias al rey”.
 
   Para exhibir adecuadamente sus trofeos venatorios, el entonces rey se hizo construir un pabellón de caza en terrenos de El Pardo, entre 2007 y 2009. Costó 3,4 millones de euros, pagados por el Patrimonio Nazional, que es patrimonio borbónico. A lo único que tenemos acceso los vasallos es a pagar los costes de las diversiones reales. Nos lo merecemos. Y menos mal que no tuvo la ocurrencia de cazarnos a nosotros.
 
El mayor delincuente
 
   Errazkin aborda otros temas en Juan Carlos, un rey con antecedentes, como la muerte por disparo de Alfonso de Borbón cuando jugaba con su hermano Juan Carlos y con una pistola, propiedad del superviviente, asunto polémico porque el padre de ambos prohibió que se hiciera la autopsia al cadáver, como es reglamentario en los casos de muertes no naturales. El asunto ha dado pie a muchas cábalas y cavilaciones.
 
   Asimismo cita lo que cuenta Arnáu de la Nuez, respecto a la participación del abdicado en reuniones conspiratorias con varios jefes militares y seis civiles, en un piso de la madrileña calle del General Cabrera, en las semanas previas al histórico 23 de febrero de 1981. Se ignora, aunque se sospeche, quién era el “elefante blanco” aquel día. Le gustan tanto los elefantes al abdicado que algunos piensan en él, sin ninguna prueba, claro es. También sobre esta cuestión existe abundante bibliografía a disposición de los incrédulos en los informes oficiales.
 
   Y por todo lo dicho y lo demás que se encuentra en el ensayo, puede calificarse a Juan Carlos de Borbón como el mayor delincuente de España, y tal vez de Europa; de otros continentes no se debe apostar. Y éste es el modelo que se propone seguir su hijo y sucesor Felipe VI, quien además ha aportado a la dinastía a una mujer con pasado borrascoso por vicioso, que tiene ahora mismo a su padre, su tía y su abuelita encausados en un Juzgado asturiano, una broma pesada para los otrora príncipes de Asturias. Esta familia irreal no se priva de nada, porque el pueblo lo soporta todo.
 
   Comprueben lo documentado que está el ensayo, leyéndolo antes de que lo secuestren. Y repitan como los revolucionarios de 1868: ¡Viva España con honra! ¡Abajo los borbones!
 
Autor: Arturo del Villar, a propósito del ensayo de Iñaki Errazkin Juan Carlos, un rey con antecedentes
 
Fuente: http://fresdeval.blogspot.com.es/2015/01/el-mayor-delincuente-de-espana.html