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domingo, 30 de marzo de 2014

NOTICIAS DEL FRENTE BÉLICO SIRIO

30 de marzo de 2014

Mientras el Ejército sirio responde al ataque de Turquía (porque es Turquía) en Latakia, tomando la colina observatorio 45, expertos consideran que Moscú acabará con Erdogan.

Después de las consecutivas victorias de la resistencia en la región, los elementos del complot internacional contra Siria han decidido mover el campo de batalla desde la frontera sur a la norte con el fin de proteger a Israel e implicar a Turquía directamente en el conflicto.

Los combates en Kassab no han llevado a una victoria importante de los grupos militantes, ya que dicha localidad no posee una significación estratégica, señaló el investigador Taleb Ibrahim al sitio de Al Manar.

Ibrahim añadió que los grupos militantes en Siria están tratando de obtener una victoria moral después de la enorme derrota que supuso la toma de Yabrud por el Ejército.

El experto militar Hassan Hassan dijo también al sitio de Al Manar que la circulación de informaciones sobre “La ofensiva rebelde en el Sur” buscó desviar la atención del plan de la batalla de Kassab y la ofensiva de los grupos militantes en Latakia.

El primer ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, está en la actualidad chocando con el presidente Abdulá Gül, de su propio partido, y con otras facciones turcas, incluyendo los laicistas y el Ejército, que ha comenzado a recuperar una cierta influencia política tras la liberación del General Alger Bashkorg, que había sido acusado de intento de golpe de estado.

Erdogan considera que podría convertirse en victima de la crisis siria si sufre una derrota electoral. Según las encuestas, la mayoría de los turcos se opone a las políticas hostiles del gobierno de Ankara contra el vecino del sur.

Los escándalos de corrupción han deteriorado también la posición política de Erdogan antes de las elecciones municipales del día 30 de Marzo. Como resultado, él ha buscado implicar al Ejército turco en un choque armado con Siria con el fin de crear una situación de emergencia nacional que le permita seguir en el poder.

Hassan cree también que Turquía mantiene una coordinación con Israel y dijo que la participación turca en el conflicto sirio es una de las últimas manifestaciones del complots internacional contra Siria. Él vincula el ataque turco también a la crisis de Crimea y considera que la relación entre los dos conflictos es directa y clara.

La agresión de Turquía en Kassab se produce en el contexto de la respuesta de EEUU y la OTAN a la incorporación de Crimea a Rusia. Ibrahim considera, sin embargo, que la presencia de la flota rusa en el Mediterráneo impedirá a Turquía alcanzar una victoria en Kassab o intervenir en Siria.

Moscú considera que la resistencia de Siria frente al complot internacional dirigido contra ella ha permitido la aparición de nuevos equilibrios internacionales y que el despliegue de la flota rusa en la costa de Siria ha reforzado el papel estratégico de Rusia en el mundo.

DICEN QUE " ACTUARAN CON FIRMEZA EN LAS MANIFESTACIONES"

30 de marzo de 2014

 
¿Más aún? 

Agencias.- Un joven de 19 años que resultó herido en las cargas policiales el pasado 22-M tras las Marchas de la Dignidad, ha perdido el 90% de la visión de un ojo, han denunciado sus familiares, que llevarán el caso ante los tribunales. 

Según según consta en los informes médicos publicados por la Cadena Ser, se debe a un pelotazo de goma de la Policía. "No va a recuperar la visión y no es operable", ha indicado su padre a la Cadena Ser.

¿Sabe alguien si los pobres policías que, según los medios han sido las "víctimas"del 22-M, han perdido un ojo, el culo o el esternón? Sólo nos consta la pérdida de un casco que sus propios compañeros camuflados mostraron como un trofeo.

DE LA UTOPÍA DE LA TRANSICIÓN A LA DISTOPÍA DEL TARDOFRANQUISMO EN ESPAÑA


por Gemán Gorraiz Lopez
 
Domingo, 30 de Marzo de 2014 

Análisis del paso de la utopía de la Transición al actual escenario distópico del Estado español.

El relato oficial dice que entre la muerte de Franco en 1975 y el fallido golpe de Estado de Tejero (23 de febrero de 1981), España sería una Arcadia idílica (de apellido Transición), en la que los líderes de la oposición al régimen de Franco y los reformistas del interior pactaron una agenda para preparar al Estado español para su anhelada entrada en Europa así como garantizar la democracia y el progreso generalizado, todo ello bajo la supervisión del rey Juan Carlos I como valedor de la balbuciente democracia.Sin embargo, al cabo de 4 décadas,la crisis económica , la desafección política de la sociedad española motivada por los sangrantes casos de corrupción de la élite político-económica y el creciente descrédito de la institución Monárquica han hecho revisar tales esquemas, incluida la tesis de la supuesta reconciliación nacional propagada por la “mass media” de la época de la Transición , todavía pendiente de su finiquito legal.


La distopía del Estado español
El término distopía fue acuñado a finales del siglo XIX por John Stuart Mill en contraposición al término eutopía o utopía de Thomas More y sería “una utopía negativa donde la realidad transcurre en términos antagónicos a los de una sociedad ideal”. Las distopías se ubican en ambientes cerrados o claustrofóbicos enmarcados en sistemas seudo-democráticos donde la élite gobernante (establishment) se cree investida del derecho a invadir todos los ámbitos de la realidad en sus planos físico y virtual , no dudando en restringir los derechos básicos de la ciudadanía y estigmatizar a todos los sectores refractarios a la doctrina oficial del establishment con un anatema recurrente.

En el plano político, asistimos en España a un escenario distópico fruto del Tejerazo de 1.981, en el que los líderes políticos confinados en el Congreso fueron “invitados” a aceptar un acuerdo tácito por el que se declaraban intocables el sistema monárquico y la unidad indisoluble de España, pasando Navarra desde entonces a ser considerada “cuestión de Estado” por lo que cualquier cambio institucional que se pueda producir en el viejo Reyno foral deberá contar con el visto bueno del establishment del Estado español, lo que hará imposible cualquier intento de instaurar un Gobierno alternativa al endemismo recurrente UPN-PSN, tesis refrendada tras el Agostazo del 2007 (Pacto fallido PSN-Nabai-IU) y el Marzazo del 2014 (renuncia “in extremis” del PSN a la presentación de una moción de censura contra Barcina).

Además, estaríamos asistiendo a la progresiva implementación en el Estado español del Tardofranquismo, (anacronismo político que beberá de las fuentes del centralismo jacobino francés y del paternalismo de las dictaduras blandas), que vendrá refrendado por iniciativas como la aprobación de la nueva Ley de Educación (Lomce);el rechazo del Grupo Popular a la proposición no de ley de IU para “sancionar penalmente los actos de apología de la dictadura franquista así como la actividad delictiva de los grupos de ultraderecha”, la implementación de la censura en Internet tras el cierre decretado por la AN de la web “Ateak Ireki” y la previsible modificación del Código Penal para constriñir hasta su nimiedad los derechos de huelga, reunión y manifestación.

Así, no sería descartable la próxima modificación de la actual Ley de Huelga a petición de la CEOE y una nueva y agresiva reforma del Código Penal, en la que se penalizará la resistencia a la autoridad (tanto activa como pasiva) y la convocatoria de concentraciones violentas por cualquier medio de comunicación, (incluido Internet y las redes sociales como Facebook, Twitter), con el objetivo inequívoco de hacer realidad la frase de Fraga en su etapa de Ministro de la Gobernación del régimen franquista (“La calle es mía”), aunado con la adopción en las ciudades gobernadas por el PP como Madrid, de medidas anticívicas calcadas de la Ley franquista de Buen Gobierno (1948) y la posterior implantación en todo el Estado español de un clon de la Ley de Vagos y Maleantes (ley nacida en la II República y adoptada por aclamación por el régimen franquista).

Posteriormente, se procederá a la implementación de la “Doctrina Aznar” que tendría como ejes principales la culminación de la "derrota institucional de ETA para impedir que el terrorismo encuentre en sus socios políticos el oxígeno que le permita sobrevivir a su derrota operativa" y el mantenimiento de la "unidad indisoluble de España ", lo que se traducirá en el finiquito de la representación institucional lograda por EH Bildu en base al apoyo popular mediante la ilegalización del partido abertzale Sortu antes de las Elecciones Municipales y Forales del 2015 tras la remisión por UPyD a la Fiscalía del TSJPV de una denuncia penal contra el presidente de Sortu, Hasier Arraiz, al que acusa de «justificar y reivindicar» la actuación de ETA y la prohibición de la celebración del referéndum sobre la independencia en Cataluña previsto para noviembre del 2014, medidas que conllevarán el final de la más larga experiencia seudodemocrática de la historia del Estado española (35 años).

Hacia la Utopía

El término eutopía o utopía (lo que no está en ningún lugar) fue empleado por Thomas More en el siglo XVI y sería “la búsqueda incansable de la Humanidad desde el comienzo de los tiempos de un lugar o sociedad ideal” y a pesar de su carácter no real, permite reconocer los ideales de una sociedad o comunidad en un momento concreto de su singladura histórica así como los obstáculos que impiden cristalizar su sueño idílico, con lo que la utopía así concebida, sería el camino para alcanzar un sueño que llevaría implícito en su potencia la facultad de devenir en acto concreto (en el camino está la meta), siendo preciso transitar por la senda marcada por el pragmatismo político: “Comienza haciendo lo que es necesario, después lo que es posible y de repente estarás haciendo lo imposible”.

Hermann Hesse en su libro “El lobo estepario” (Der Steppenwolf,1.927), plasma el sentimiento de angustia, desesperanza y desconcierto que se apoderó de la sociedad europea en el período inter-guerras y es un lúcido análisis sobre la locura de una época en la que agoniza lo viejo sin que haya nacido lo nuevo. En dicha obra critica mordazmente la sociedad burguesa ( “la decadencia de la civilización”), dictadura invisible que anula los ideales del individuo primigenio y le transforma en un ser acrítico, miedoso y conformista que sedado por el consumismo compulsivo de bienes materiales pasa a engrosar ineludiblemente las filas de una sociedad homogénea, uniforme y fácilmente manipulable.

Dichas reflexiones siguen vigentes casi un siglo más tarde, pues la entrada en recesión de las economías europeas ha implementado el estigma de la incertidumbre y la incredulidad en una sociedad inmersa en la cultura del Estado de Bienestar del mundo occidental, derivando posteriormente en un shock traumático al constatarse el vertiginoso tránsito desde niveles de bienestar hasta la cruda realidad de la pérdida del trabajo y posterior desahucio, inmersión en umbrales de pobreza y dependencia en exclusiva de los subsidios sociales, por lo que se antoja inevitable un proceso de catarsis y posterior metanoia colectiva.

El término Metanoia (del griego μετανοῖεν, metanoien), sería “un enunciado retórico utilizado para retractarse de alguna afirmación realizada y corregirla para enfocarla de la manera adecuada a un nuevo contexto “,lo que traducido a la actual coyuntura socio-económica, se traduciría como “transformar la mente para adoptar una nueva forma de pensar, con ideas nuevas, nuevos conocimientos y una actitud enteramente nueva ante la irrupción del nuevo escenario socio-económico ”, lo que implicaría la doble connotación de movimiento físico (desandar el camino andado) y psicológico (cambio de mentalidad tras desechar los viejos estereotipos económicos vigentes en la última década) y que tendrá como efectos benéficos la liberación de la parte indómita del individuo primigenio ( el lobo estepario) que ha permanecido agazapado en un recodo del corazón, sedado y oprimido por la tiranía de la manipulación consumista de la actual sociedad burguesa occidental.

En consecuencia, asistiremos a la aparición de un nuevo individuo reafirmado en una sólida conciencia crítica sustentado en valores caídos en desuso pero presentes en nuestro código atávico como la solidaridad y la indignación colectiva ante la corrupción e injusticia imperantes y dispuesto a quebrantar las normas y las leyes impuestas por la “ monarquía de las tinieblas”, no siendo descartable la adopción de políticas activas de desobediencia civil que conducirán a un nuevo Motín de Esquilache colectivo y a la declaración unilateral de independencia de Cataluña y País Vasco en el horizonte del próximo quinquenio.

GERMÁN GORRAIZ LÓPEZ- Analista

EL ATAQUE OCCIDENTAL A RUSIA SE HACE CADA VEZ MÁS DIRECTO


por Rómulo Pardo Silva
 
Sábado, 29 de Marzo de 2014 

  Pueden quemarse, ya no son lo que fueron. teletica.com
El peligro mundial se cubre con silencio. Nadie quiere asustar con la verdad.
www.malpublicados.blogspot.com

Los poderes reales en USA/OTAN tienen decidido someter o destruir a Rusia y China. El objetivo se ha preparado sin pausa.
La operación Ucrania con un costo de seis mil millones de dólares ha iniciado la desestabilización de Moscú.

Tienen agentes políticos y empresariales internos, traidores los llama Putin, han levantado una zona de desgaste militar en la frontera de Crimea, al estilo de Afganistán para la URSS, y levantan un bloqueo económico empobrecedor.

Se filtró que el gobierno turco planeaba un autoataque de sus comandos desde Siria para justificar una guerra con intervención de la OTAN contra los intereses rusos en el Mediterráneo.
Muchas veces los cálculos de la cúspide fascista mundial han terminado en fracasos y este puede ser otro.

La unión de Rusia y China puede descomponer por completo la economía y política mundial. La votación en la ONU contra la anexión demostró que los rusos no están aislados. El BRICS es una posibilidad de ruptura en grandes bloques.

Han creado una situación en medio de una economía global que se prevé marcha a una gran crisis.
Se llega a un límite de recursos que necesita una nueva civilización. Los fascistas del gran capital eliminando competidores independientes para construir una suya pueden destruirse a sí mismos. Y a la humanidad.     
 
Lo han pensado y les entró la duda.

EL SINDICALISMO NACIONALISTA Y DE CLASE EN LA LUCHA POLÍTICA ANDALUZA,¿ HACIA DÓND QUEREMOS IR?

por Pedro Antonio Honrubia Hurtado
 
Domingo, 30 de Marzo de 2014

Reflexiones sobre el futuro del SAT en la lucha política del pueblo trabajador andaluz, a la luz de la deriva tomada por el sindicato con las recientes marchas de las dignidad del 22-M, y las reacciones desatadas al respecto entre algunos militantes críticos con dicha deriva. 
 
Las marchas del 22-M ¿solo un éxito?
*“Artículo 4º.- El ámbito de lucha del SAT abarca a todos los trabajadores y trabajadoras que prestan su fuerza de trabajo en Andalucía y su ámbito territorial será el de Andalucía”.

*”Artículo 8º. Punto 6.- Valorar la importancia de la lucha internacionalista, ya que la globalización de la economía y su utilización por parte de los grupos financieros internacionales y de los estados que los sirven, hacen imperativo el establecimiento de relaciones entre todos los trabajadores que sufrimos sus consecuencias: globalización capitalista, precarización del mundo del trabajo, pactos antiobreros, tráfico ilegal de mano de obra y todos los desafíos que presentan los enemigos de los trabajadores”.

El SAT ha sido unos de los principales impulsores de las recientes marchas de la dignidad que confluyeron en Madrid el pasado 22 de Marzo, poniendo al servicio de las mismas tanto la acción militante de sus afiliados como la labor organizativa de sus dirigentes. El papel desempeñado por el sindicato andaluz, tanto en la elaboración, como en la organización y, por supuesto, en la realización concreta de las marchas, ha sido fundamental para el buen desarrollo de las mismas, así como para vertebrar un movimiento unitario del que han formado parte varias centenas de organizaciones y movimientos sociales de todo el estado.

Dirigentes del SAT estuvieron presentes en la elaboración de las marchas desde un primer momento, también han recorrido el estado haciendo actos de presentación de las mismas durante meses y, finalmente, dentro de la columna Andalucía, aportaron a las mismas el mayor grueso de marchantes y manifestantes llegadas a Madrid para los actos del 22-M y sucesivos. Nadie podrá negar, por tanto, el papel central que nuestro sindicato ha tenido en todo lo relacionado con la elaboración, organización y realización de las marchas de la dignidad. Como acción concreta y puntual del sindicato, teniendo en cuenta la masiva presencia en las manifestaciones del 22-M y el arduo debate que han conseguido generar posteriormente, podemos decir que las marchas han sido un éxito, y el SAT ha logrado los objetivos de movilización que se había propuesto con la realización de esta acción. No obstante, pese a ello, cabe preguntarse si una acción similar es propia de un sindicato que se dice nacionalista y de clase, cuyo ámbito de acción territorial, según definen sus propios estatutos, es Andalucía.

Entendemos que la confluencia con otras organizaciones sindicales y políticas, así como con los movimientos sociales, forma parte del espíritu fundacional del sindicato y que, por tanto, nadie debería extrañarse de que se hagan movimientos políticos y/o sindicales en este sentido, de la misma forma que el carácter internacionalista y de clase que también se recoge en los estatutos  hace que no sea incompatible el poder converger con esas otras organizaciones y movimientos sociales del conjunto del estado en un acto de estas características. Siempre y cuando, a nuestro parecer, ello no implique que el análisis de la realidad nacional andaluza pase a un segundo plano en relación a otros objetivos de carácter estatal. Esto último es lo que, a nuestro juicio, ha ocurrido en el caso de estas marchas del 22-M. Como acción global, analizada desde el punto de vista de la lucha contra el gobierno español actual, las marchas pueden ser consideradas un éxito –a nivel de movilización y repercusión social-, pero, entendemos, no podemos decir que se pueda calificar de la misma manera la labor del SAT en estas marchas si la analizamos desde el punto de vista de la realidad nacional andaluza.

Aunque el conjunto de los trabajadores y trabajadoras del estado español nos vemos afectados por las políticas de recortes y de “austeridad” llevadas a cabo por el gobierno de Rajoy, no todos los pueblos, por su propia situación de partida, se han visto afectados de la misma manera. Aquellos que, como Andalucía, partían ya de una situación de mayor marginación y dependencia, con unos niveles de desempleo, pobreza y emigración mayores, se han visto afectados, como no podía ser de otra manera, con más fuerza y virulencia que aquellos territorios con unas mejores condiciones de partida. Ello no implica que haya que olvidarse de las consecuencias que estas políticas están teniendo en el conjunto de la clase trabajadora del estado español, pero sí, entendemos, obliga a hacer un análisis diferenciado de la realidad, pasada, presente y futura, que afecta a cada nación del estado.

No es posible comparar la realidad del pueblo trabajador andaluz con la de los territorios más pudientes del estado, porque, aunque en ambos casos las clases trabajadoras están sufriendo las consecuencias de esta estafa que llaman crisis, ni las soluciones, ni las causas, son iguales en cada caso. La realidad andaluza tiene unas condiciones específicas muy concretas que no pueden verse anuladas por una visión globalizada de los problemas de la clase trabajadora en el conjunto del estado español, no al menos si desde una posición nacionalista y de clase, como se supone es la del SAT, se trata de hacer el análisis de los problemas cotidianos y sistemáticos que afectan al pueblo trabajador andaluz. En estas marchas es justo lo que ha ocurrido, y ello, desde tal perspectiva nacionalista y de clase, solo puede ser considerado como un fracaso. O dicho de otro modo, las marchas del 22-M han sido un éxito de movilización en Madrid, pero un fracaso para el sindicalismo andaluz nacionalista y de clase propiamente dicho que, en teoría, debería hacer un análisis y un trabajo sindical, así como socio/político, desde y para Andalucía. Mal haríamos los militantes del SAT que nos consideramos nacionalistas en obviar tales hechos. Que ahora el entusiasmo por las masivas movilizaciones de Madrid pueda hacer que estos planteamientos no sean bien recibidos en muchos sectores del sindicato, no quiere decir que tengamos que callarlos. Es más, justo por eso es el momento preciso de visibilizarlos.

Es obvio, no obstante, que la acción, en conjunto, no puede ser considerada como un fracaso, y la mayor parte de los militantes y/o simpatizantes del SAT que, de una u otra manera, han participado en ella, tienen razones sobradas para sentirse orgullosos del trabajo realizado y felices por el resultado conseguido, a nivel de movilización, por las mismas, pero, ¿es esa la línea de trabajo que el sindicato debe seguir en el futuro? Abrir este debate se nos antoja imprescindible.

La realidad nacional andaluza, una problemática diferencial
*“Artículo 9º. Punto 4.- ANDALUZA. NACIONALISTA DE IZQUIERDAS.
Desde el SAT, intervendremos, junto con otras organizaciones políticas, sindicales y/o sociales, en la ingente tarea de la transformación de la sociedad andaluza, cooperando en la consecución de una Andalucía y un mundo más libres de cualquier tipo de opresión, discriminación y explotación. Luchamos por la defensa de nuestra soberanía alimentaria, de nuestros recursos, así como de nuestra cultura, mestiza y dinámica, frente a la centralización política y la homogenización cultural que pretende imponer el capitalismo global. Para ello necesitamos recuperar nuestra soberanía política desde una concepción de izquierdas, que incluya con plenos derechos sociales y políticos a todos los habitantes que residen en nuestra tierra, que promueva la libre circulación de las personas, la mayor descentralización comarcal y municipal posible, así como la confederación en pie de igualdad con todos los pueblos de la tierra que luchen por estos mismos valores”.

Andalucía, con un mercado interior en el que el 90% de los productos que se consumen no están elaborados en el interior de nuestras fronteras (frente al 68% del País Vasco y el 63% en Cataluña, por ejemplo), siendo en su mayoría productos fabricados por empresas del Estado español, con un sector financiero controlado por los grandes bancos españoles, con el negocio de los seguros destinado a engrosar las arcas de las potentes empresas españolas del sector, con unos servicios diarios (luz, teléfono, Internet, gasolina, butano, etc.) en manos de empresas españolas, con un turismo preso de los tour-operadores extra estatales y las multinacionales españolas, con una agricultura diseñada para satisfacer los intereses marcados por Europa y por el Estado, con un sector de la construcción (pública y privada) dominado por empresas españolas, en definitiva, con una economía esclava y sumisa a los intereses del estado español, con una producción de materias primas destinada principalmente a la exportación para que, con ellas, empresas extranjeras elaboren productos que luego revenden en la propia Andalucía, con casi dos millones de andaluces y andaluzas emigrados de su tierra desde hace décadas, ¿no merece un debate propio y sosegado, sobre las causas, políticas y económicas, que generan el histórico subdesarrollo andaluz en relación con otros territorios del estado, y, en consecuencia, un marco de soluciones propio que rebase la propuesta de una lucha contra el actual gobierno español y sus políticas de recortes sociales y laborales?, ¿qué queremos?, ¿tumbar al gobierno español o resolver los históricos problemas que han asolado al pueblo trabajador andaluz?

Bien es cierto que el SAT viene realizando acciones contra los causantes de la actual crisis económica desde el mismo momento de su fundación, pero ¿acaso antes del año 2007 no existían ya la mayor parte de los mismos problemas que actualmente afectan al pueblo trabajador andaluz? Por poner un caso, en enero de 2008, ocho meses antes de que estallara la actual crisis, el desempleo en Andalucía se situaba en el 14%, mientras que la media del estado español estaba situada en el 8,6%. Desde entonces, las cifras de paro se han triplicado tanto en un espacio territorial como en el otro, la relación, obviamente, no es casual. A peores condiciones de partida, mayor debilidad. A más dependencia económica, mayor repercusión negativa de los efectos de una crisis. ¿Se va a solucionar ese mal endémico de la economía andaluza tumbando al actual gobierno? E incluso en el hipotético caso de que la economía española volviera a entrar en una senda de crecimiento y las luchas sociales y sindicales tuvieran como consecuencia la recuperación de algunos de los derechos perdidos en estos últimos años, ¿iba eso a solucionar los problemas endémicos a nivel de desempleo, pobreza, emigración y subdesarrollo que el pueblo andaluz lleva arrastrando desde hace siglos?

No, un sindicato andaluz y nacionalista no puede sojuzgar el análisis de la realidad concreta de Andalucía a una estrategia de lucha unitaria en el conjunto del estado español, porque eso no sería más que volver a incidir en las causas históricas que generan los problemas principales que han afectado a las clases trabajadoras andaluzas y que, entre otras cosas, tiene como consecuencia que, en momentos de crisis, sean los trabajadores y trabajadoras de Andalucía los que en mayor número sufran las consecuencias de tal crisis. No diremos en mayor magnitud ya que, por supuesto, los problemas que afectan a un/a trabajador/a vasco, catalán, canario, castellano, asturiano, gallego o extremeño, etc., que está en situación de desempleo y sin cobertura social, que ha perdido su casa y que se ve obligado a vivir de la caridad para poder llevar algo que comer  a su cuerpo, son tan graves, exactamente igual de graves, que los que afectan a un/a trabajador/a andaluz/a, pero la fuerza con la que dicha crisis impacta en el conjunto de la clases trabajadora en unos lugares y otros, no son comparables. El SAT, como sindicato nacionalista y de clase, no debería obviar jamás esto.
Dicho lo cual, la única forma posible de dar continuidad al movimiento surgido en torno al 22-M es la convocatoria de una huelga general que pudiera ser trabajada desde los comités locales que se han creado para estas marchas, pero ya no con aspiraciones a una convergencia estatal, sino cada cual desde su propio ámbito local, confluyendo con el resto de organizaciones en la preparación de las mismas, haciendo un trabajo más propiamente sindical y menos político, y confluyendo a nivel estatal únicamente en la gestación y convocatoria de la misma, pero trabajando como sindicato desde la realidad concreta de Andalucía, y pasando por encima de aquellos que, a buen seguro, de tener que elegir entre la huelga general popular y la connivencia con las burocracias de CCOO y UGT, sindicatos a los cuales una huelga de estas características podría dejar muy tocados y en evidencia, elegirían lo segundo.

Las alianzas políticas y sindicales, ¿hacia dónde queremos ir?

*“Artículo 9º. Punto 3. AUTÓNOMA E INDEPENDIENTE.- Defendemos la AUTONOMÍA y la INDEPENDENCIA más absoluta respecto de las Instituciones, Partidos Políticos y Patronales. Esta independencia se concreta tanto en lo ideológico, como en lo político y en lo económico. El SAT no tiene vinculación ni dependencia de ninguna clase con ningún otro agente social. El compromiso del SAT es defender con personalidad propia los derechos de los/as trabajadores/as y colectivos de trabajadores/as que lo componen”.

Otro tema controvertido en la elaboración y desarrollo de estas marchas ha sido la presencia de formaciones políticas que, en el contexto andaluz, sirven de sustento a un gobierno que recorta y aplica, a nivel económico, exactamente las mismas políticas de austeridad y neoliberales que aplica el gobierno del estado, por más que se pretenda justificar con las apelaciones a los “imperativos legales”. El gobierno de la Junta de Andalucía está a la cabeza en recortes a nivel de educación, sanidad y otros ámbitos similares, como bien saben, por ejemplo, los interinos expulsados de la docencia en el sistema educativo público andaluz o los afectados por estos recortes en hospitales y otros espacios del sistema sanitario público en Andalucía, unos recortes amparados en los presupuestos generales de la Comunidad y que han sido apoyados, al unísono, por PSOE e IU, con las excepciones que todos conocemos llevadas a cabo por parlamentarios de IU vinculados o próximos al sindicato. Esto es de sobra conocido.

No parece muy coherente, en consecuencia, con la lucha sindical y socio/política desarrollada por el SAT en los últimos años, con protestas a las puertas del parlamento andaluz en los días de aprobación de estos mismos presupuestos incluidas, así como su apoyo constante a los afectados por tales recortes, el caminar de la mano de los mismas sectores de IU que dentro de ese parlamento votaban su apoyo a tales recortes. Por más que en el manifiesto andaluz se incluyera una mención expresa a una teórica lucha “contra todos los gobiernos de la troika” y contra “todos los recortes”, ir a protestar a Madrid contra los recortes de Rajoy y su gobierno de la mano de quienes validan recortes en Andalucía, en la práctica anula la validez de ese lema y lo convierte en el ya tradicional “todos contra el PP”, aunque ello suponga renunciar a algunos principios elementales que han sido santo y seña del sindicato durante todos estos años y gracias a los cuales ha conseguido abrirse un espacio propio en la vida política y social de Andalucía.

La percepción que no pocos militantes del SAT hemos tenido en estas marchas, es que, con ellas, el sindicato parece acercarse más a las líneas de acción marcadas en las estrategias de partidos como IU o el PCE-PCA o asociaciones como el Frente Cívico, que al mantenimiento de una línea coherente y alternativa junto a sindicatos como CGT o CNT, o, a nivel internacionalista, la línea marcada por otros sindicatos nacionalistas como LAB. De hecho, durante el desarrollo de estas marchas han surgido algunas disputas innecesarias con CGT-Andalucía y ha parecido haber, en cambio, una complicidad total con IU, el PCE, Frente Cívico y todo el restante entramado de siglas vinculadas de una u otra manera a estas corrientes que de alternativas, al menos en Andalucía, tienen más bien poco, y cuya lectura de la realidad andaluza en clave soberanista y de izquierdas es absolutamente nula.

Si bien ni CGT ni CNT tienen tampoco esa visión nacionalista, como sindicatos anarquistas, al menos la confluencia con ellos a nivel de sindicalismo alternativo suele ser habitual e incluso en algunas ciudades, como Granada, han dado lugar a interesantes relaciones y “bloques de sindicalismo alternativo”, al igual en Córdoba, Jaén y otros lugares, algo que, como sindicato, es ya de por sí suficiente para justificar alianzas con tales organizaciones.

Unas alianzas más difíciles de entender, en cambio, con quienes tienen a CCOO como su sindicato de referencia, y, a menudo, han tratado de boicotear y echar por tierra el trabajo del SAT en diferentes espacios y convocatorias, incluidas luchas a pie de tajo en los campos o huelgas generales comarcales realizadas por el SAT en las provincias de Sevilla o Cádiz.

No queremos pensar que la vinculación de organizaciones políticas con gran implantación e influencia en el sindicato, como la CUT, a su vez vinculadas a IU, tengan algo que ver en este aparente cambio de rumbo, pero, por otro lado, si la CUT lleva tantos años cuestionando la labor de estos mismos grupos en IU y, a su vez, no ha tomado la decisión de salir de IU y formar una alternativa política soberanista y de izquierdas diferenciada, ¿quién nos puede asegurar que, de la misma manera, no haya un interés por hacer confluir la acción del SAT con los intereses de IU, pese a que, en apariencia, la CUT tenga una postura crítica ante tales intereses?

Desde luego, somos muchos y muchas los militantes del SAT que no estamos dispuestos a hacer ningún tipo de trabajo político para IU, y, llegado el caso, dispuestos a organizarnos, a nivel interno dentro del sindicato, para evitar que el SAT acabe en manos de la estrategia electoral y/o socio/política que emane de IU. Tanto derecho tienen los que, siendo militantes del SAT, sean militantes y/o simpatizantes de IU a defender estas confluencias, como quienes nos oponemos a ellas a luchar desde dentro para que, en la medida de lo posible, no se den. Este tema no es baladí.
Teniendo en cuenta el activo papel que desempeña el SAT como organización socio/política, que rebasa, en mucho, el espacio propiamente sindical, y, en ocasiones, incluso pareciera actuar más como un movimiento político que como un sindicato propiamente dicho (lo cual no debe ser necesariamente negativo), los réditos políticos que con su acción el SAT pueda generar a nivel electoral, son un buen caldo de cultivo para que haya quien quiera hacer confluir al sindicato con su estrategia política partidista. Si ello, además, se puede teledirigir desde afuera, con la sutil estrategia de las alianzas en pos de la “unidad”, los militantes del SAT debemos estar atentos para evitarlo, de la misma forma en caso de que se pudiera intentar desde adentro.

El futuro del sindicato pasa por realizar una mayor labor sindical propiamente dicha y una menor labor socio/política, pues esa es, se supone, la esencia de un sindicato. El sindicato hermano de LAB es un buen ejemplo de ello. No obstante, mientras no exista una fuerza política capaz de cubrir el espacio socio/político soberanista y de izquierdas que actualmente ocupa el SAT en muchos pueblos y ciudades de Andalucía, así como en el conjunto de la nación, es más que probable que el sindicato siga ocupando ese espacio y, por tanto, de una u otra manera, dando réditos políticos a partidos que, en esencia, no representan tal espacio, pero que se presentan como única alternativa posible, por la izquierda, al bipartidismo, aunque luego sirvan de sustento al mismo. Los militantes del SAT no deberíamos omitir este debate de nuestras reflexiones como activistas y militantes. Especialmente aquellos que no nos sintamos representados por las actuales opciones políticas que hacen campaña en Andalucía en cada elección.

El salto cualitativo del sindicato, posiblemente, también pueda venir de la mano de la existencia de un referente político, con identidad y presencia propia en toda Andalucía, que pueda hacer confluir los objetivos socio/políticos del sindicato con los de otros actores políticos en Andalucía como los movimientos de las mareas u otros movimientos sociales en lucha, que no se identifican con ningunas de las fuerzas política actuales y que se pudieran sentir huérfanas de un movimiento político que defienda verdaderamente los intereses del pueblo trabajador desde una perspectiva andaluza, revolucionaria, soberanista y de clase, actuando desde el marco territorial andaluz por y para
Andalucía.
Ese referente político bien podría ser la CUT, siempre y cuando dicho partido decidiera salir de IU y conformar, junto a otras organizaciones soberanistas y movimientos sociales, una alternativa política. Desvincular este debate del SAT, con la fuerte presencia que dentro de él tienen los compañeros y compañeras de la CUT, no es realista. Las decisiones de la CUT como partido también afectan al futuro del SAT como sindicato, y eso todos debemos tenerlo claro, tanto los militantes y dirigentes de ese partido, como el resto de militantes del sindicato. De la misma forma que aquellos y aquellas que no estamos por la labor de tener ningún tipo de relación, activa o pasiva, con IU, debemos asumir que este debate es profundo y de largo recorrido, y actuar en consecuencia desde nuestros propios posicionamientos.

No al “café para todos”. No a la peineta pa´ Andalucía.

Artículo 9ª.Punto 8. REPÚBLICANA. El SAT entiende que la monarquía es un régimen antidemocrático que no corresponde a nuestra época puesto que vulnera la igualdad de derechos entre las personas. Por tanto, el SAT está comprometido con la lucha por la república desde y para Andalucía”.

Finalmente, como militantes andalucistas y soberanistas, los que así nos sintamos, no debemos olvidar la historia reciente de nuestra nación. En concreto, no debemos olvidar en qué quedaron todos aquellos esfuerzos realizados por el pueblo andaluz en pos de su autonomía, y cuál fue el camino al que finalmente se dirigieron, así como el papel que entonces, una vez que el pueblo andaluz se alzó reivindicando sus derechos como pueblo, el estado español, con las izquierdas españolas a la cabeza, acabó por otorgar a todo ese movimiento popular andaluz. Esto es, el camino que fue desde aquel histórico 4 de Diciembre de 1977 al famoso “café para todos”.

O dicho de otra manera, no debemos olvidar cómo aquellas movilizaciones populares andaluzas, con todo su consecuente proceso autonómico, fueron canalizadas por los intereses de estado hacia una estrategia de utilizar la autonomía andaluza como punta de lanza para restar derechos a los pueblos considerados constitucionalmente como “Nacionalidades históricas” y hacer confluir todo ello en un batiburrillo de estatutos de autonomía negadores de los derechos a decidir de los mismos, así como encaminados a restar competencias propias a aquellos pueblos más conscientes de sí mismos por vía de repartir competencias entre todos los territorios, poniendo así en un mismo lugar a aquellos pueblos que habían luchado por su autonomía y aquellos a los que, simplemente, el estado tuvo interés, por dichas razones, de entregarle las mismas.

Andalucía no puede volver a ser “elemento vertebrador de España” y la lucha de su pueblo no puede volver a ser utilizada para tales efectos. Máxime en este periodo histórico en el que existen abiertos procesos por del derecho a decidir en diferentes puntos del estado español, que deberán ser aquellos pueblos quienes los resuelvan hacia unos caminos u otros. Andalucía debe luchar, si así lo estima oportuno su pueblo, por y para sí misma, por los pueblos y la humanidad, pero no por España, sea esta monárquica o republicana. No puede volver a repetirse la historia, que aquella vez fue una tragedia, y ahora sería una farsa. Nuestro sindicato no se puede prestar jamás a ello. Las propias marchas del 22-M nos deben hacer estar alerta ante este “peligro”.

Solo hay que ver el cambio dado el discurso que el sindicato impulsó durante las marchas obreras del verano de 2012 en Andalucía y el discurso realizado para impulsar y desarrollar estas marchas, concretado, por ejemplo, en el discurso dado por nuestro portavoz nacional en el acto del 22-M en Madrid o algunos artículos de opinión escritos por compañeros a modo de valoración de las mismas. La propia palabra “Andalucía”, tan utilizada entonces, parece ahora pasar a “mejor vida”, en pos de esa España sin Rajoy, movida por un frente popular español, que, supuestamente, tanto bueno aportaría a las clases trabajadoras andaluzas. Nuevamente parece que la lucha del pueblo andaluz debe dirigirse en pos de un bien mayor, España y su clase trabajadora global, y no por sí misma, para sí misma. Es el peligro del “café para todos” actual.

Andalucía, la lucha de su pueblo más consciente y reivindicativo, como vertebrador de una lucha colectiva española que, a la postre, dé resultados positivos para todos los pueblos trabajadores de todos los territorios del estado, incluido el andaluz. Que desde Euskal Herria se reivindique un marco de relaciones laborales propio, o desde Cataluña proyectos como la CUP no asuman tal discurso como propio, parece no estar acorde con esta nueva línea de lucha que se vislumbra en el horizonte de la labor socio/política del SAT, y sí el referente del Frente Popular de la II República o cosas similares.

Obviamente tales deseos no esconden malas intenciones, y es posible que sean hasta nobles intenciones, pero, ¿es ese el papel que debe representar un sindicato andalucista y de clase?, ¿es esa la lucha por la que deben movilizarse los andaluces y andaluzas de izquierdas y soberanistas?, ¿vendrá por ahí la solución a los problemas históricos y endémicos que afectan al pueblo andaluz?, ¿es el “café para todos” o la defensa de los derechos de los pueblos, cada cual con su propio marco de actuación socio/política por sí mismo y para sí mismo, respetando los ritmos y las especificidades de cada pueblo, y confluyendo cuando sea oportuno en virtud de tales ritmos y tales especificidades, lo que podrá aportar, a la larga y con aspiraciones de estabilidad, las soluciones que el pueblo andaluz necesita para no tener que pasar nunca más por una situación como la actual?

Esto no es un debate sobre banderas, ni sobre manifiestos, ni sobre puntos o comas. Es un debate sobre la unidad popular, en concreto, sobre qué clase de unidad popular queremos para impulsar la lucha del pueblo trabajador andaluz, ¿la que se nutra de las especificidades y ritmos de Andalucía, o aquella que se imponga como una lucha global en el marco del estado español por una España de izquierdas?, ¿queremos una república andaluza o una república española?, ¿luchar por Andalucía o luchar por España?, ¿la lucha internacionalista o la lucha españolista encubierta?, ¿ser el SAT o tener que cambiar el nombre del sindicato al SET, donde la E todos podemos imaginar ya a qué aludiría?, ¿andaluces levantaos, pedir tierra y libertad, sea por Andalucía libre, los pueblos y la humanidad, o andaluces levantaos por la unidad de España en nombre de la clase obrera?, ¿con los pueblos o contra los pueblos?, ¿por Andalucía o contra Andalucía?

Porque todo lo que no sea luchar por modificar las históricas relaciones de sumisión y dependencia que existen entre la economía andaluza y la economía española, con el histórico papel otorgado por el estado a Andalucía, como aportadora de materias primas y mano de obra barata, como consumidora de productos y servicios, como patio de recreo y como huerta de Europa, será, tengámoslo claro, porque es así, tal cual, ir contra Andalucía. A la larga será ir contra Andalucía, contra el pueblo trabajador andaluz, que, antes o después, volverá a ver cómo su papel de economía sumisa y de dependencia golpeará con toda virulencia en sus vidas como trabajadores y trabajadoras, sin que se pueda hacer nada, dentro de ese marco, por evitarlo.

Cualquier soberanista andaluz, de izquierdas, que analice la realidad de nuestro pueblo atendiendo a sus condiciones materiales, desde una perspectiva histórica, presente y futura, debería tenerlo claro.
U otra vez será la peineta pa´Andalucía

VIOLENCIA: LA POBREZA ENERGÉTICA CAUSA 7.000 MUERTES EN INVIERNO EN ESPAÑA

por CAS Madrid
  30 de Marzo de 2014 16:40

Es el cuarto país de la UE con más personas en situación de pobreza energética, según un reciente informe. La luz ha subido un 30% en cuatro años, y siete millones de españoles gastan más del 10% de sus ingresos en pagar estas facturas. 
 
España es  el cuarto país de la UE con más personas en situación de pobreza energética, de entre un total de 54 millones de afectados en los países de la unión.

Como consecuencia de la pobreza energética, la Organización Mundial de la Salud (OMS) estima que se producen cada año el 30% de las muertes adicionales en invierno, por agravamiento de enfermedades previas, por ejemplo. Tomando esta tendencia, si en 2012 se produjeron 24.000 muertes adicionales en invierno, más de 7.000 de estos fallecimientos se habría producido por esta razón.

Al menos, así lo asegura el segundo informe Pobreza energética en España. Análisis de tendencias, de la Asociación de Ciencias Ambientales (CAC). Según el estudio, hasta siete millones de españoles, el 17% de los hogares, tienen dificultades para pagar las facturas energéticas al tener que destinar más del 10% de sus ingresos para cubrir estos pagos, y cuatro millones, hasta un 9% de las familias, son incapaces de mantener su vivienda a una temperatura adecuada en los meses de frío.

El estudio, que arroja una fotografía de la pobreza energética en 2012, considera que esta situación se produce cuando un hogar es incapaz de hacer frente a los servicios de energía necesarios para satisfacer sus necesidades básicas y/o cuando está destinando para ello un alto porcentaje de sus ingresos.

La CAC apunta que la crisis y el desempleo, que ronda el 26% y que, según la mayoría de las previsiones, se mantendrá cerca del 25% al menos hasta 2015, han agravado esta situación en los últimos años. En paralelo, recalca que entre 2008 y 2012 han aumentado los costes de la energía un 30%.

Así, señala que las familias que destinan más del 10% de sus ingresos al pago de los recibos energéticos han aumentado un 34% en los dos últimos años por el efecto de la crisis y el desempleo, mientras que el número de personas que aseguran que no pueden mantener su vivienda a una temperatura adecuada ha aumentado un 50% entre 2008 y 2012, y un 19% sólo en los dos últimos años.

El paro apaga las luces de los hogares

El informe se refiere de forma expresa a los efectos del paro en términos de pobreza energética y concreta que uno de cada tres hogares (34%) que la padece, alrededor de 1,2 millones personas, frente al 14% registrado en 2007. Ello supone un incremento del 142% en cinco años de crisis.
Asimismo, los jubilados que también se encuentran con dificultades para pagar el recibo de la luz y que no pueden calentar sus hogares ha pasado del 13% al 21% en este mismo periodo.

La opción de la rehabilitación energética

Para combatir el aumento de la pobreza energética la CAC propone, entre otras cuestiones, la redefinición del actual bono social como medida "paliativa", la involucración de todos los actores implicados en su solución con un horizonte en el medio y largo plazo y la apuesta en marcha de un plan de rehabilitación energética que contemple la pobreza energética en su diseño.
En este punto, el director académico del estudio, Sergio Tirado, ha señalado que "la rehabilitación de viviendas ataca la raíz del problema", que es la escasa eficiencia energética de los hogares, como demuestra el hecho de que los hogares más vulnerables a la pobreza energética habitan en viviendas provistas de envolventes térmicas o de sistemas de calefacción de baja eficiencia energética.
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ARMANDO LÓPEZ SALINAS EN DEFENSA DEL MARXISMO-LENINISMO



 30.03.2014

Los hechos, los datos, son conocidos por todos. Están ahí, con toda su crudeza: Va sonando, viene sonando desde hace tiempo, la hora de la verdad para todos nosotros. La interminable historia de las sucesivas crisis que venimos atravesando está poniendo en cuestión, si las cosas no se atajan, la viabilidad, por mucho tiempo, de la opción comunista en nuestro país. El PCE está saltando hecho añicos.

Miles de comunistas, no importa donde estén, mayoría, minoría o en su casa, sumergidos en la ceremonia de la confusión, se preguntan, y yo con ellos, si es posible la unidad, si hay salida a la actual situación. Amplios sectores populares, obreros fundamentalmente, se hacen las mismas preguntas. ¿Qué ocurre en las filas comunistas? ¿Qué ocurre en un partido que fue el alma de la resistencia antifascista?

Aprendiendo de nuestros errores, rectificando, seremos capaces de crear la fuerza ideológica, política y organizativa necesaria para el ajuste de cuentas con la sociedad capitalista.
Y hay que responder a esas preguntas. Y hay que responder afirmativamente. Si. Hay salida. Si. Es posible la Unidad de los Comunistas. Problemas parecidos a los que hoy vivimos han sido resueltos en el movimiento obrero y comunista de otros países en base a la clarificación ideológica, en acuerdo con los principios de la teoría marxista-leninista, en la práctica concreta de la lucha de clases.
Y que nadie se llame a engaño, que la derecha no se frote las manos. Aprendiendo de nuestros
errores, rectificando, seremos capaces de crear la fuerza ideológica, política y organizativa necesaria para el ajuste de cuentas con la sociedad capitalista.

Camaradas. En la cuestión comunista planteada en nuestro país, en la crisis, y así se ha señalado en alguna ocasión han influido, influyen, causas diversas sin las cuales no sería posible comprender el actual panorama político español y una parte de los problemas que nos aquejan.

Una crisis ideológica
Partiendo de la base, al menos en mi opinión, de que el origen de la crisis comunista es de orden ideológico, de pérdida de identidad, conviene señalar algunas de estas causas. La transición se inició, ciertamente en medio de una crisis económica sin precedentes, que ha ido profundizándose y a la que no se ve salida hoy por hoy. Sin una ruptura clara con el régimen anterior y bajo la hegemonía de fuerzas evolucionistas procedentes del franquismo. Y con la tutela de los EE.UU.

No se logró, dada la correlación de fuerzas existentes, imponer la formación de un gobierno provisional en el que estuvieran representadas, sin excepciones, las fuerzas políticas fundamentales de tendencia democrática. De otra parte, el sistema democrático creado ha estado en vilo, amenazado por el golpismo. En este sentido es necesario valorar en toda su dimensión el impacto creado en la opinión pública por el intento de golpe de Estado del 23 de febrero de 1.981. Lo ocurrido dicho día, junto a nuestra crisis, está en la base de la derrota electoral comunista en octubre del 82 y del triunfo del partido socialista.

Pero lo anteriormente dicho, y más elementos objetivos que podrían añadirse, no pueden servir como tapadera para ocultar los problemas internos ya sean de orden ideológico, político u organizativo que venimos padeciendo. Porque, entre otras cosas, también el PCE es un elemento objetivo en la vida cultural, social y política de nuestro país.

Tres congresos se han celebrado desde nuestra legalización en 1.977. Y los tres, cada uno con su significación política e ideológica concretas, se saldaron, no con el reforzamiento de la unidad partidaria, sino con marginaciones y rupturas. Difícilmente las cosas podrían haber sucedido de otro modo. Los debates habidos, amén de mostrar una cierta inadaptación del Partido al contexto real de la situación española e internacional, fueron la expresión clara de la existencia de divergencias profundas entre nosotros, no sólo en el Comité Central, sino también entre los militantes, ya fuera en torno a la supresión del concepto marxismo-leninismo, del proclamado eurocomunismo y sus diversas lecturas, de la llamada línea renovadora.

Cuestiones que se referían no sólo a la práctica política concreta, a los pactos concluidos, a las movilizaciones, sino también, y ello a mi juicio es lo esencial, a nuestra teoría marxista, a la propia concepción del Partido Comunista. La posición eurocomunista se ancla, en gran medida, en el practicismo, en la ilusión de que la política lo es todo o casi todo, rompiendo así la relación entre teoría y revolucionaria y práctica revolucionaria. Conocida es la máxima socialdemócrata de que el movimiento, más que los fines es lo determinante. Abrir caminos, maniobrar, llevar a cabo compromisos es el abecé de la lucha política. Pero hay que hacerlo sin renunciar a lo esencial de nuestra teoría revolucionaria, sin mercadear con los principios.

Las desviaciones o el menosprecio tanto de la teoría como de la práctica conducen a callejones sin salida. Todos sabemos que las relaciones entre una y otra son, a la vez, armoniosas y contradictorias. Pero, si la comprobación en la práctica es el criterio de la verdad, el método científico es por el valor de analizar y decir públicamente lo que estaba sucediendo en nuestras filas, donde estaba el origen, la causa por la que miles y miles de comunistas estaban ejerciendo la más alta forma de crítica que puede realizarse a un partido: la de irse de sus filas.

Cerramos los ojos a la realidad, sin ir a la raíz del problema por más que hubiera discusiones políticas sobre temas más o menos coyunturales. Y no solo cerramos los ojos frente a nuestra propia realidad, sino que adoptamos actitudes prepotentes respecto al movimiento obrero y comunista internacional en el que solo veíamos defectos y al que solo pretendíamos dar lecciones. Si es cierto que todas las cosas no marchan bien en los países socialistas, también lo es que han acabado con el capitalismo, con la explotación de hombre por el hombre, que la enseñanza y la sanidad están al alcance de todos sin discriminaciones clasistas, que la plaga del paro no los azota, etc. Queríamos barrer la casa de los amigos cuando la nuestra, además de un barrido, necesita un fregado.
Validez del marxismo-leninismo
Mucho de vosotros conocéis mis opiniones al respecto. Ya en la preparación del IX Congreso manifesté ser contrario a la supresión del concepto marxista-leninista como definitorio del carácter de nuestro partido. Y sabéis, también, que en diversas ocasiones y desde la tribuna del Comité Central he expresado mi rechazo al eurocomunismo. Y no se trataba entonces y no se trata ahora de cerrar los ojos a la realidad, tanto a los viejos problemas de la sociedad española que quedan por resolver como a los nuevos que plantea el desarrollo social. Es así que entiendo, en consonancia con mi ideología marxista-leninista, que una u otra conclusión de cualquier teórico, ya sea del propio Marx, de Engels o de Lenin, a través del desarrollo histórico concreto de la lucha de clases puede perder su validez general.
Claro está que las cosas han cambiado desde la época del Manifiesto Comunista, desde la Revolución de Octubre y la segunda guerra mundial. Si en el siglo pasado Marx y Engels hablaban del fantasma del comunismo que recorría Europa y de la Santa Alianza formada para combatirle, en nuestros días cabe afirmar que la capacidad revolucionaria del comunismo está presente de manera directa o indirecta, en cuantas transformaciones se han producido y se producen en el mundo. Existe un campo socialista, existen partidos comunistas en los países capitalistas y existen movimientos de liberación nacional que están influidos, en mayor o menor grado, por el pensamiento y la práctica marxista-leninista.

El comunismo, desde la revolución de octubre de 1.917 se ha encarnado en la historia. Y también hoy como ayer la Santa Alianza combate contra él. Si entonces, en 1.848, eran el Papa y el Zar, Metternich y Guizot, los radicales franceses y los polizontes alemanes, hoy cabría cambiar el nombre de Pio IX por el de Juan Pablo II, el del Zar por el de Reagan, y los de Metternich, Guizot y los radicales franceses por los de los dirigentes europeos de la OTAN, por los Pinochet, Stroessner y compañía. Y la Central Americana de Inteligencia sustituirla, con ventaja, a los polizontes alemanes.
Se ha creado una nueva situación en el mundo. Una situación que genera problemas anteriormente desconocidos tanto en el plano de la lucha teórica como en le de la lucha política. Posibilidades nuevas se han abierto a los revolucionarios, a los comunistas de los países capitalistas, por la existencia del campo socialista, por el desarrollo del movimiento obrero y comunista internacional. Y al tiempo, camaradas, la humanidad entera se ve enfrentada a la posibilidad de una catástrofe termonuclear, a la crisis energética de materias primas, alimentaria, ecológica.

Tales cambios, tales problemas, no son ajenos a los comunistas españoles, estamos sumergidos en ellos, en el ojo del huracán. Por eso, asumir el carácter de partido de vanguardia exige, cada día más, una apropiación creciente y creadora de nuestra teoría revolucionaria, un moverse como el pez en el agua entre las masas, entre los viejos y los nuevos movimientos sociales, entre la clase obrera en primer lugar. Conocer, como los dedos de la mano, lo que ocurre más allá de nuestras fronteras.
Todo esto viene a cuento, camaradas, de que el eurocomunismo se ha presentado como la opción revolucionaria en los países de capitalismo desarrollado, de que se ha presentado, a veces, como una especie de tercera vía entre una socialdemocracia fracasada y un esquema marxista-leninista incapaz de presentar soluciones a los problemas de hoy.

Pero ¿las cosas son así? Que expliquen los teóricos del eurocomunismo en que consiste el pretendido esquema. Yo, sinceramente, no lo conozco. Conozco, si, que los fundadores del socialismo científico no crearon el socialismo alemán, inglés o ruso, el socialismo para media Europa. El socialismo es la ideología universal de los trabajadores, afirmaba Marx.

Decía antes que en el terreno político las cosas no son idénticas al ideológico. El socialismo es universal, para la clase obrera, para combatir, para defender sus intereses, se organiza como tal clase en su propio país, crea su propio partido comunista. El Manifiesto dice que la lucha de clases es nacional, no por su contenido, sino por su forma. Por eso, sobre la base universal de nuestra teoría, ésta debe concretarse con las condiciones reales de cada país. Hay, pues, sin duda, lo específico, italiano, francés, español, etc., pero existe también la formación económica capitalista que estudiaron Marx, Engels y Lenin y que sigue siendo, en lo esencial, la misma. No. No hay terceras vías en el terreno ideológico, no las hay tampoco en el terreno político, valdría decir que hay tantas vías como países existen. Ninguna revolución es igual a otra.

Afirmaba antes algunos elementos esenciales de la teoría revolucionaria, elementos de identidad que confirman la validez del concepto marxista-leninista, no de un pretendido esquema, como expresión actual del marxismo revolucionario. No. No es posible separar a Lenin de Marx. Es una operación condenada al fracaso. Se ha dicho, con toda razón, que en uno y otro se unen tiempos distintos en una sola teoría de la revolución.

Lenin reafirma, en la teoría y en la práctica, la validez del marxismo revolucionario frente al reformismo de la II Internacional. Desarrolla el socialismo científico en la época del paso del capitalismo a su fase imperialista, periodo de las revoluciones sociales en el que hoy nos encontramos inmersos. Dirige la revolución de Octubre. Y Octubre es Lenin, pero también Marx y Engels.
Gramsci, al que tantas veces interesadamente se ha querido oponer a Lenin, era partidario de la dictadura del proletariado, era un leninista que desarrolla el marxismo-leninismo en las condiciones de una sociedad más articulada que la zarista. Y, además, no tiene duda alguna sobre la precisión teórica del concepto marxista-leninista. Afirma así:

<< ¿Cuál es el papel de Ilich (Lenin)? ¿Es meramente subordinado o subalterno? La explicación está en el marxismo mismo, ciencia y acción. El paso de la utopía a la ciencia y de la ciencia a la acción. La fundación de una clase dirigente (esto es, de un estado) equivale a la creación de una concepción del mundo >>.

¿Por qué, entonces, el abandono de este concepto por parte del PCE? Es necesario afirmar aquí que abandonasteis algo mas que una frase. No caben los dogmas, la sacralización de la teoría, ni aun de la práctica, pero tampoco cabe ignorar lo alcanzado, las verdades descubiertas. Tal ignorancia, por mas que se la vista de superadora, no es otra cosa que una suerte de nuevo dogmatismo. El comunismo es, para Marx, el movimiento real que pone fin al estado de cosas existente. No es un dogma, sino una guía para la acción, según Lenin. Por eso, el marxismo-leninismo no es un sistema cerrado, al modo de la vieja filosofía, sino una teoría y una práctica capaz de integrar el conocimiento humano de la época que se trate y de abrir así nuevas perspectivas al desarrollo social.

Madrid, 2 de julio de 1985
* “Además de excepcional escritor, que dejó la literatura demasiado pronto para volcarse a la tan necesaria actividad política de oposición al régimen franquista, Armando López Salinas es parte de la reciente Historia política de España. Militante del Partido Comunista de España desde finales de la década de los cincuenta, colaboró en la “redacción interna” de Radio España Independiente “La Pirenaica” y formó parte, de manera temprana, del cuadro político de la organización de intelectuales del PCE. Fue Miembro del Comité Central del PCE, subdirector de Mundo Obrero y candidato a diputado por Jaén en elecciones democráticas de 1977. Aunque más tarde se alejó de la primera línea de la política, Armando López Salinas nunca abandonó su militancia activa en el Partido Comunista de España. ” http://www.mundoobrero.es/pl.php?id=3758.

Fuente: http://www.larepublica.es/2014/03/armando-lopez-salinas-en-defensa-del-marxismo-leninismo/

Menea y vencerás...

LA TRANSICIÓN HA MUERTO ( EN LA CAMA), UN ARTICULO DE ISAAC ROSA



Adolfo Suárez era la Transición, y la Transición era Adolfo Suárez. La identificación entre el proceso político y su principal conductor ha sido total en el relato oficial, hasta fundirse ambos en una sola criatura.

A la manera de Dorian Gray, Suárez era el retrato de la Transición, y lo que le ocurría a esta tenía consecuencias sobre él. Durante cuarenta años hemos podido seguir la evolución de la Transición mirando a Suárez, su envejecimiento, su salud, su deterioro. Su amnesia.

Así, en los primeros años tras la muerte de Franco, Suárez aparecía radiante como la joven Transición, nervioso como ella, enérgico, ilusionante, y a la vez sufría en su carne los sobresaltos del proceso, inseparable de su suerte. De ahí que las intrigas de unos y otros le golpeasen directamente, las corrientes subterráneas que dirigían el rumbo de la nueva democracia le arrastraban a él también, y los límites alambrados de los que no debía salirse el proceso se acabaron convirtiendo en su encierro.

La temprana decadencia política de Suárez coincidió con el temprano declive del “espíritu de la Transición”: los años del llamado “desencanto”, los ochenta, cuando bajo los primeros gobiernos socialistas llegó la resaca y muchos comprobaron que la democracia resultante tenía demasiados agujeros, que la ruptura con la dictadura había mantenido zonas de continuidad y espacios de impunidad, que la parte social de la Constitución era papel mojado desde su propia escritura, y que la memoria de las víctimas y los resistentes quedaba atrás. En esos años de desencanto, mientras la Transición perdía brillo y no tenía quien la defendiese, Suárez arrastraba los pies por los pasillos del Congreso, abandonado por los suyos, capitán de una barquita como el CDS, él que había pilotado el gran buque durante unos pocos años. Se convirtió en el primer juguete roto de su generación.

Tras unos años en que nadie se acordaba de él (como nadie se acordaba de la Transición), a mediados de los noventa, con la vuelta de la derecha al poder, comienza la operación de canonización, por partida doble: de la Transición, y de Adolfo Suárez, profundizando en esa identificación entre ambos. Victoria Prego fija en imágenes el relato oficial, llegan los homenajes y aniversarios, y el primer gobierno de Aznar se aplica a fondo en esa versión idealizada y orgullosa de la Transición, que incluye la rehabilitación de Suárez, para el que se suceden los homenajes, incluido el Premio Príncipe de Asturias de la Concordia.

En esos años, finales de los noventa, la derecha necesita construirse su propio pasado democrático, a la vez que poner dique al creciente movimiento ciudadano de recuperación de la memoria histórica. Y para eso echa mano de la Transición, convertida en un relato de consumo fácil, una novela perfecta que tiene todos los ingredientes para triunfar: una cronología irresistible, numerosas peripecias, momentos de intriga, héroes, villanos, y por supuesto final feliz. Para facilitar su aceptación, la Transición necesita encarnarse en un personaje, y ese es Adolfo Suárez, que se convierte en nuestro santo civil, el hombre providencial, el padre de la democracia, el valiente que no se arrojó al suelo en el 23-F. San Adolfo Suárez, la Santa Transición.

La versión oficial de la Transición triunfó durante años, y para eso necesitó la desmemoria de quienes vivieron aquel tiempo. Olvidar a los muertos de la Transición, a los torturados y a los torturadores que siguieron en los cuerpos policiales y que hoy se siguen paseando impunes. Olvidar el pasado franquista de buena parte de la clase política, judicial, empresarial y periodística, incluido el pasado franquista de Suárez. Son los años de la burbuja económica, del espejismo de progreso, y mientras la memoria de la Transición se disuelve y se sustituye por su fetiche, el cerebro de Suárez sufre un deterioro similar, comienza a perder los recuerdos, a desdibujar un pasado que él mismo ya solo podría llenar con ese relato.

Adolfo Suárez ha pasado los últimos diez años retirado de la vida pública, más o menos los mismos años que la Transición lleva perdiendo brillo, cada vez más criticada, hasta que el estallido de la crisis nos hizo mirar atrás y empezar a cuestionar también el origen de esta democracia fallida. Durante estos años ya no veíamos a Suárez, que envejecía y se descomponía en la intimidad, a la misma velocidad que el marchito relato de la Transición se iba pudriendo.

Esas vidas paralelas de Suárez y la Transición, esa identidad total entre uno y otra, hace que con la muerte del expresidente podamos decir que ha muerto también la Transición. Y para cerrar el círculo, lo hace también en una cama de hospital, como murió el franquismo.

Los homenajes fúnebres a Suárez serán también un homenaje a la Transición. Las lágrimas por él lo serán también por aquel proceso político. Y la exaltación institucional de su figura será también un último intento de dar brillo a su tiempo, de emocionarnos una vez más, para que seamos piadosos y agradecidos con Suárez y con su época. Una emoción que, de paso, nos haga desear otra Transición, esa que algunos vienen preparando.

También el juicio histórico de Suárez queda íntimamente ligado al juicio sobre la Transición. Si dentro de unos años las nuevas generaciones entierran del todo el relato oficial y construyen una versión diferente, lo mismo ocurrirá con el ex presidente. Si la Transición deja de ser un idealizado proceso de recuperación de la libertad y construcción de la democracia y el desarrollo, para ser vista como un corsé que intentó contener las mayores aspiraciones de libertad, democracia y desarrollo de los ciudadanos; si deja de ser valorada como una ruptura con el franquismo para ser leída como la garantía de su impunidad y en algunos aspectos continuidad; entonces también Suárez quizás deje de ser visto como el campeón de la democracia para ser juzgado con más severidad.
Fuente: http://www.eldiario.es/zonacritica/Transicion-muerto-cama_6_241185893.html

NEONAZIS APUÑALAN A UN JOVEN EN CÓRDOBA

30.03.2013


Un joven fue apuñalado la noche del jueves al viernes, en torno a las 4.30 de la madrugada en la calle Alfaros. El entorno de la víctima afirma que el suceso fue un ataque de un grupo neonazi. Este extremo no ha sido confirmado. El joven tuvo que ser atendido en el hospital a causa de la gravedad de sus heridas. Tres personas han sido detenidas y puestas a disposición judicial.

Los colectivos y grupos Unión Contra el Fascismo y el Racismo, Coordinadora Antifascista, CNT, En Lucha, La Casa Azul y Antitodo han emitido un comunicado en el que piden a la Subdelegación del Gobierno “que se pongan en marcha medidas para eliminar de las calles de nuestra ciudad la lacra del fascismo ya que la policía tiene perfectamente indentificados a los miembros de estos grupos de ideología neo nazi”.

Fuente: http://cordopolis.es/2014/03/29/un-joven-es-apunalado-en-un-ataque-neonazi/