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jueves, 22 de noviembre de 2012

NUEVA VICTIMA DE LAS BALAS DE GOMA

Nueva campaña de denuncia
Ester Quintana Porras fue herida grave, con el resultado de la pérdida de visión en el ojo izquierdo, por el impacto de un proyectil lanzado por una escopeta de los Mossos d’Esquadra el pasado 14 de noviembre, tras la manifestación de la huelga general en el centro de Barcelona. A pesar de que Felip Puig negó en dos ocasiones que las heridas tuvieran su origen en la actuación de los agentes de la policía catalana, numerosas pruebas y testimonios certifican que fue víctima de un disparo lanzado desde la confluencia de la Gran Vía de las Cortes Catalanas y el Paseo de Gracia.

Familiares y amigos de la última víctima de las balas de goma de los Mossos inician una nueva campaña de denuncia

Ester Quintana Porras fue herida grave, con el resultado de la pérdida de visión en el ojo izquierdo, por el impacto de un proyectil lanzado por una escopeta de los Mossos d’Esquadra el pasado 14 de noviembre, tras la manifestación de la huelga general en el centro de Barcelona. A pesar de que Felip Puig negó en dos ocasiones que las heridas tuvieran su origen en la actuación de los agentes de la policía catalana, numerosas pruebas y testimonios certifican que fue víctima de un disparo lanzado desde la confluencia de la Gran Vía de las Cortes Catalanas y el Paseo de Gracia.


La rabia y la impotencia han crecido a medida que pasaban los días entre los entornos familiar, vecinal y de amistades de Ester Quintana Porras, de 42 años y vecina del barrio de la Verneda de Barcelona. La incredulidad de un primer momento dio paso a la determinación de hacer una denuncia pública para evitar el silencio y la impunidad en torno al caso. El sábado se reunieron en asamblea más de ochenta personas de los más diversos ámbitos -Ester es muy conocida a raíz de su trabajo de responsable cultural del centro cívico Parc-Sandaru- con el objetivo de actuar en el ámbito jurídico y social. De aquel encuentro han surgido múltiples iniciativas -con el apoyo de las entidades Stop Balas de Goma y Retaguardia-, y algunas de ellas ya se han puesto en marcha en poco más de 24 horas. El martes 20 de noviembre a mediodía, Oscar Quintana (hermano de Ester) y Jesús Sahún (campaña de amigos y entidades) han participado en una multitudinaria rueda de prensa, y bajo una nube de cámaras han dejado claro lo que pasó el 14 de noviembre. "Mi hermana recuerda perfectamente lo que ocurrió aquella noche, se acuerda de todo. La familia tenemos muy claro lo que pasó", con estas palabras y con las acciones judiciales que tienen previsto emprender, el hermano ha evidenciado que no comparten las explicaciones del conseller Felip Puig. En este sentido, han denunciado que ninguna autoridad se ha puesto en contacto con la familia, ni siquiera para interesarse por el estado de salud de la víctima. El entorno de la vecina de la Verneda está "profundamente impactado por este gravísimo, trágico e injusto evento".

MANIFIESTO STOP BALAS DE GOMA

Somos un grupo de ciudadanos que viven, trabajan y estudian en Cataluña.
El presente manifiesto quiere ser el primer paso de una campaña para pedir la abolición de los proyectiles de goma que utiliza la policía autonómica catalana, los Mossos d’Esquadra. Hemos tomado esta decisión después de haber sido testigos de la enésima lesión permanente provocada por esta arma a un ciudadano inocente.
La dotación de proyectiles de goma de los Mossos d’Esquadra, de un peso de 90gr. y capaces de alcanzar una velocidad de más de 200m / s (más de 720 km / hora) son considerados por el protocolo técnico interno como armas "less-letal", es decir, "menos letales". La evidencia sin embargo, demuestra que pueden causar daños permanentes a los órganos vitales y además son difícilmente controlables.
Limitándonos a un solo ejemplo y dejando de lado otros tipos de lesiones, en España son 23 las personas que han perdido un ojo desde 1990 hasta hoy a causa de estos proyectiles. Por tanto, el término "menos letal" debe ser definitivamente considerado inadecuado, porque dado el potencial destructivo de estas armas no garantiza la seguridad de los ciudadanos, sino que provoca un riesgo para su vida.
En la ciudad de Barcelona, ​​el año pasado, tres chicos perdieron el ojo debido al impacto de una bala de goma. Otro estuvo ingresado en la UCI durante una semana, con un traumatismo cardiopulmonar que hizo temer por su vida. En julio de este año otro chico ha perdido el ojo derecho mientras estaba entre las mesas de un bar, junto con muchas otras personas inocentes. A estos casos se añaden muchos otros de diversa gravedad.
Pedimos a toda la ciudadanía que se active para pedir la prohibición de las balas de goma y se una a nuestra campaña de información y movilización para decir NO a las balas de goma y NO a la represión de la democracia, para que no haya más ojos cegados por la violencia. STOP a las balas de goma usadas por la policía! Por el derecho a manifestar la propia libertad en democracia. Por la seguridad de los ciudadanos.
Campaña STOP Balas de Goma

Desde 1990, en el Estado español 23 personas han perdido un ojo a causa de estos proyectiles. Los proyectiles de goma no son un arma antidisturbios reciente, como tampoco lo es la polémica que los acompaña. El Parlamento europeo ya instó en 1982, después de que por su causa murieran 12 personas en Irlanda del Norte (entre ellas siete niños menores de 15 años), a que todos los estados miembros prohibieran el uso de este tipo de armas contra la población civil. El Parlamento europeo volvió a pronunciarse en el mismo sentido en 1984 y en 1997. (...)
Las normativas de uso de la policía indican que debe dispararse a una distancia mínima de 50 metros del objetivo, se ha de disparar contra el suelo para que no impacte directamente y ha de golpear por debajo de la cintura. La mera existencia de estos protocolos muestra que existe un conocimiento de los peligros que su uso entraña, pero el elevado número de víctimas de las balas de goma impugna la validez de estos protocolos, toda vez que, como se ha dicho, los impactos de esta munición son totalmente aleatorios.
A ello hay que añadir la impunidad y el corporativismo que rodea las actuaciones policiales, que esconde a quien ha realizado los disparos. No se conoce ninguna sanción interna a ningún miembro policial por no haber respetado los protocolos de uso. El uso de las balas de goma representa la aplicación de una fuerza arbitraria sobre un grupo toda vez que es imposible un uso selectivo. De conformidad con la normativa internacional de derechos humanos, los Estados tienen la obligación de evitar el empleo arbitrario o excesivo de la fuerza para hacer cumplir la ley, así como toda fuerza que se preste a infligir un daño o dolor innecesario.
Balas de goma: un historial de impunidad
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OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

VEA "DOSSIER" CON WALTER MARTÍNEZ


Walter Martínez

Walter Martínez

21 Nov. 2012.- Los sucesos internacionales y noticias de resonancia mundial en "pleno desarrollo", son analizados por el periodista y corresponsal de guerra, Walter Martínez, a través de la señal del canal de todos los venezolanos, Venezolana de televisión.

“Dossier”, único en su estilo en la televisión venezolana, es una herramienta necesaria, que brinda información de actualidad, en un lenguaje directo y de fácil comprensión.

DETALLES DE LA TREGUA ISRAELO-PALESTINA


22 Noviembre 2012  
 
Periódico egipcio Al Ahram


Periódico egipcio Al Ahram
El periódico egipcio “Al Ahram” citó hoy los puntos principales de la tregua acordada por Israel y Hamás:
- Israel debe detener todos los operativos hostiles hacia la Franja de Gaza tanto por vía terrestre y marítima como aérea. Esto incluye los ataques selectivos contra personas.

- Las agrupaciones palestinas deben poner fin a todas las hostilidades contra Israel lanzadas desde la Franja de Gaza, incluyendo el lanzamiento de cohetes y los ataques contra la frontera.

- Dentro de las 24 horas siguientes a la entrada en vigor de la tregua deberán abrirse los pasos fronterizos y permitirse el cruce de personas y de bienes. Está prohibido limitar la libertad de movimiento de las personas o atacarlas en la frontera.

- Egipto recibirá garantías de que ambas partes se atendrán a lo pactado.
Cada parte se compromete a renunciar a operaciones y maniobras que rompan el
acuerdo.

MÁS BASURA CONTRA MAS, MÁS MIERDA ENTRE BURGUESES

miércoles, 21 de noviembre de 2012

 
Los medios españolistas del "por el imperio hacia Dios" siguen con la canción; sin embargo según La Vanguardia nadie encuentra las pruebas de que Artur Mas (foto) tenga cuentas secretas en Suiza. No sería de extrañar que fuera cierto de la misma manera que no sería de extrañar que no lo fuera. Entre gánsteres burgueses anda el juego... sucio.
 
La investigación interna abierta por el Ministerio del Interior para determinar la existencia del borrador policial dado a conocer por el diario El Mundo y que acusa al president de la Generalitat, Artur Mas, de tener cuentas en paraísos fiscales, no ha logrado encontrar el mencionado documento.
 
 Según ha podido saber La Vanguardia de fuentes del Ministerio del Interior, las pesquisas internas se iniciaron ayer a las 9.30 horas tras una reunión en la que participaron el director adjunto Operativo de la Policía Nacional, el Jefe de la Unidad de Asuntos Internos y el Comisario General de la Policía Judicial. En esta reunión se encargó la búsqueda del borrador y, de existir, quién y cómo se filtró.

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MANIFESTANTES INCENDIAN LA OFICINA DE AL JAZEERA EN EL CAIRO


¿Será que no dicen la verdad?

¿Será que no dicen la verdad?

Credito: Aporrea.org

21 Nov. 2012 - La oficina de Al-Jazeera, ubicada en la histórica plaza Tahrir de El Cairo fue atacada con bombas incendiarias por los manifestantes, que encadenan tres días de protestas violentas contra el gobierno de Egipto.

El edificio sufrió grandes desperfectos a causa de las llamas, después de que los manifestantes lanzaran sobre él una andanada de cóctel molotov y de bombas incendiarias.

En una entrevista televisada transmitida desde el interior de la oficina destruida, el periodista Ahmed el-Dassouki dijo que alrededor de 300 manifestantes se acercaron al edificio antes del mediodía gritando obscenidades.

!!MENUDA PIEZA!!: DIEGO LÓPEZ GARRIDO, DE IU A ALTO CARGO DE LA OTAN

 

 22.11.2012.

El que fuera portavoz de Defensa del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Diego López Garrido, ha sido elegido como vicepresidente del Grupo Especial Mediterráneo y Medio Oriente de la Asamblea Parlamentaria de la OTAN, que, tal y como andan las cosas por esa región, no parece poca cosa, con unas maniobras conjuntas de Estados Unidos e Israel.
López Garrido, que militó en Izquierda Unida y acusaba en su momento a Julio Anguita de “iluminado” y de no entender que IU tenía que ir de la mano del PSOE, de CC.OO y UGT, fue diputado por la coalición. Cuando terminó su trabajo de submarino del PSOE, inventó un partido llamado Nueva Izquierda con Cristina Almeida, Jeronimo Andreu y cia. Era el paso previo para entrar en el PSOE y poder ejercer ahora labores directivas en la Alianza Atlántica. Total, que López Garrido se ha hecho un Solana, por no olvidar a aquél otro que predicaba contra el ingreso de España en la OTAN y terminó siendo su secretario general, bombardeos incluidos en la ex Yugoslavia.

SOBRE DESAHUCIOS Y DACIÓN DE PAGO. CUANDO LA SOLUCIÓN ES PARTE DEL CRIMEN

22.11.2012

Ana Escauriaza
Los desahucios se han convertido en una de las consecuencias más visibles y vergonzosas de la crisis. Las imágenes de familias llorando mientras son arrastradas por la policía son habituales en todos los medios de comunicación. Por si esto fuera poco hay que añadir el número cada vez más grande de personas que se suicidan al ver que lo pierden todo. No obstante, aunque parece un fenómeno novedoso, la realidad es, como casi siempre, mucho más antigua. Los medios de comunicación se han centrado en un problema que existe desde hace tiempo. El Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) anunció este 16 de noviembre que desde 2008 hasta la fecha se habían ejecutado en España 400.000 desahucios. El Ministerio de Economía, intentando lavar su imagen, especificó que esa cifra es exagerada e incluye desahucios de segundas viviendas, tiendas o naves industriales. Sin embargo quién puede negar que perder la tiendecita del barrio o el pequeño taller no es un ejemplo más de la pauperización de los sectores populares.
¿A qué se van a dedicar el tendero que ha trabajado toda la vida en su panadería, o el carpintero en su pequeño taller de ebanistería, al perder sus locales? No les han echado de sus casas pero les han quitado el sustento, perder el hogar es el siguiente paso.
Vayamos a las causas de los desahucios. La burguesía, representada como ya sabemos por PP y PSOE, ha decidido “poner fin” a los desahucios. Sin embargo, el problema no es que una persona no pueda pagar su hipoteca; sino por qué esa persona no puede pagar la hipoteca. Es decir, el problema es la crisis capitalista y, en última instancia, el capitalismo mismo. Poner pequeños parches a los desahucios sin ahondar en el problema, sin solucionar problemas mucho más graves, como los casi 6 millones de parados, el 52% de jóvenes sin trabajo, o la una de cada cuatro personas en el Estado español por debajo del umbral de la pobreza, es volver a despresurizar la olla un poco para evitar que explote.
Ahora, cínicamente, la burguesía se echa las manos a la cabeza, pero en 2009,  por una modificación de la Ley de Arrendamientos Urbanos y la Ley de Enjuiciamiento Civil se aprobaron los Desahucios Express, endurecidos en 2011 con la aprobación de una ley bautizada con ese mismo nombre, la Ley de los Desahucios Express. En palabras del Gobierno, las modificaciones de leyes existentes querían paliar los efectos de la particular crisis que estaba sufriendo el mercado del suelo y la vivienda. Según la burguesía: si se agilizaban los procesos para un desahucio los propietarios de las viviendas tendrían más confianza en el mercado (no olvidemos que para la burguesía toda la crisis es una consecuencia de la falta de confianza de los mercados) y pondrían sus viviendas en alquiler / compra. Para la burguesía el problema es el siguiente: los alquilados / hipotecados no pagan las obligaciones contraídas porque no quieren, la ley es demasiado blanda y permite a estas personas vivir ”de gratis” en una vivienda que no es suya; la inmobiliaria / constructora / burgués de turno tiene miedo a perder su vivienda y no recibir el pago ”justo” por cederla para el uso que sea; si se endurece la ley los inquilinos tendrán que pagar, la morosidad bajará, los burgueses pondrán en alquiler / venta todas las viviendas que tienen y el mercado volverá a la normalidad. A nadie se le ocurrió que las familias dejaban de pagar no porque no quisieran, sino porque no podían. A nadie se le ocurrió que endurecer unas normas ya de por sí duras e injustas iba a agravar el problema; al agilizar y endurecer los plazos y requisitos  metían en el grupo de futuros desahuciados a familias que, estando en una situación difícil, con pequeñas flexibilidades que se le diesen, podrían haber sacado la situación adelante. No vamos a analizar en profundidad los cambios que se produjeron en la legislación con las modificaciones de 2009, pero, en esencia y como decimos, se facilitaron enormemente los desahucios. Evidentemente, el número de impagos se elevó como la espuma y los jueces no daban a basto. Fue entonces cuando la burguesía, en otro momento de lucidez, decidió aprobar la ley de 2011, permitiendo que los desahucios los llevará a cabo el Secretario Judicial, para agilizar los mismos. De nuevo más desahucios y de nuevo más problemas.
Y llegamos al 2012, el Gobierno aprueba este noviembre un Decreto-Ley para paliar los efectos de los desahucios. La norma aplica la misma lógica usada en otras esferas: aumentar las tasas de los estudios para disminuir el número de alumnos y evitar la saturación de aulas; poner trabas y pagos en el uso de servicios sanitarios para, posteriormente, poder eliminar hospitales… Pero es que además, el Decreto-Ley no pone ni siquiera un buen parche a los desahucios. En primer lugar hay que señalar lo abstracto del grupo o grupos que podrán beneficiarse de esta normativa y podrán evitar el desahucio. La cuestión fundamental, ”que los cuatro años anteriores al momento de la solicitud, la unidad familiar haya sufrido una alteración significativa de sus circunstancias económicas, en términos de esfuerzo de acceso a la vivienda” es tremendamente subjetiva y da pie a la arbitrariedad. ¿Qué es una alteración significativa de sus circunstancias económicas? ¿Dónde se pone la barrera de qué es una alteración significativa y qué no lo es?
En segundo lugar, el desahucio se suspende hasta pasados dos años. ¿Y pasado este tiempo qué? De nuevo nos encontramos con el discurso ya mencionado: esta crisis es una situación coyuntural, en cuanto los mercados recuperen la confianza todo volverá a la ”normalidad”. ¿Quién puede creerlo? Así pues, este Decreto-Ley es simplemente ese parche ya zurcido hasta la saciedad: trasladar el problema al futuro, esperando a que las aguas estén más calmadas, para entonces de nuevo ejecutar la injusticia.
Por último, señalar que el Decreto-Ley no es aplicable a todas las situaciones, el propio texto legal especifica una serie de requisitos que tienen que darse para evitar el desahucio. No se intenta impedir los desahucios, simplemente retrasar aquellos más sangrantes para evitar la respuesta social. Los desahucios son consecuencia fundamental de una crisis que está hundiendo en la miseria a la mayoría de la población mientras unos pocos siguen llenando cuentas en el banco.
Vayamos ahora sobre la dación en pago. En España, esta fórmula está defendida por diferentes plataformas y colectivos centrados en el tema de los desahucios; entre los que destacan la PAH (Plataforma de Apoyo a los Hipotecados) cuya creación data del año 2009. La PAH, además de brindar asistencia jurídica y psicológica y de movilizar al barrio y otros colectivos ante los desahucios, recoge firmas para la aprobación de una nueva ley sobre la vivienda que incluya la dación en pago.
Pero, ¿qué es la dación en pago? La dación en pago es un mecanismo que propone que, ante la imposibilidad de pagar una vivienda, el sujeto la da al banco y la deuda desaparece. Debemos recordar que en la actualidad, en el Estado español, si una familia no paga la hipoteca, no sólo es sacada de su vivienda y ésta pasa a ser propiedad del banco, sino que además tiene que saldar la deuda. La dación en pago, no obstante, sigue siendo una solución injusta. Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor. Ahora mismo yo voy a firmar una hipoteca al banco por valor de 100.000€. Recordemos que yo no voy a pagar sólo 100.000€, que pagaré 100.000€ más los intereses, que fijaremos aquí en 25.000€. Digamos que yo he pagado, a lo largo de varios años, 110.000€ de mi deuda. Es decir, he pagado el importe total del préstamo que pedí más 10.000€ que he regalado al banco en importe de intereses. Sólo me quedan por pagar 15.000€ pero mi situación económica se tuerce y no puedo hacer frente al pago. La dación en pago me haría entregar mi casa –por valor de 100.000€– al banco para saldar la deuda. ¿Qué sentido tiene que yo dé al banco un inmueble por valor de 100.000€ para pagar una deuda casi 10 veces menor? Pero no es solo eso, pues perder la vivienda agudiza mi problema fundamental: que no tengo dinero. Sin casa tendré o que volver con mis padres o cualquier familiar o amigo o bien vivir en la calle. Esta situación desde luego no es la que ofrece las mejores condiciones para que pueda volver a una situación económica siquiera de supervivencia.
Tampoco podemos pensar en la dación en pago como la más revolucionaria de las soluciones posibles al problema de la vivienda. Aunque en nuestro Estado la dación en pago está en boca de colectivos y plataformas sociales, la realidad es que la propia Unión Europea se ha pronunciado sobre el asunto. Un organismo internacional nada sospechoso de querer la igualdad social como es la UE ha dictado una Directiva al respecto; la Abogada General del Tribunal de Justicia Europeo, Juliane Kokott, está siendo la voz de la UE sobre la dación en pago en España. Aunque la Directiva en sí no habla de la dación en pago, presupone que debe existir ésta u otra serie de medidas que impidan los abusos de los bancos en situaciones de hipotecas y alquileres.  Si la Unión Europea, organización del gran capital europeo, que sólo quiere recuperar el dinero invertido en países como Grecia o España a base de saquear  y sangrar al pueblo; un organismo al que no le importa acabar con la sanidad, educación, prestaciones sociales y, en general, cualquier derecho de la clase obrera, presiona al Estado español para modificar la legislación referente a la vivienda, podemos concluir que la dación en pago no va a solucionar nada.
Hemos analizado el problema de los desahucios y sus causas, hemos visto también como la burguesía ha ido endureciendo la ley para garantizarse el cobro de las hipotecas y alquileres pese a que ello conlleva el empobrecimiento brutal de los trabajadores y hemos visto cómo la dación en pago no es una solución viable. Nos queda ofrecer pues una solución a todo este problema. Mientras exista un sistema cuya finalidad principal sea explotar a una gran mayoría para que una minoría viva entre lujos, mientras los Estados respondan a los intereses de estos explotadores y no les importe usar todos los mecanismos que tienen –desde los aparatos judiciales a los policiales– para garantizar el bienestar de los empresarios y banqueros, mientras todo ello suceda, cualquier solución que se presente sin romper con el marco del sistema será inútil. El sistema no da para más y quienes se benefician de ello lo saben. Por eso han empezado a meter sus garras en los sectores públicos, quieren convertir en empresas los hospitales, los colegios, las universidades, para obtener de ahí nuevos beneficios, porque saben que los sectores ya controlados no tienen más margen. También quieren reducir costes de donde sea, tanto del Estado como de su propia empresa, esto significa peores salarios, desaparición de servicios básicos, más empobrecimiento. La vivienda es uno de los eslabones de esta cadena que los trabajadores y trabajadoras llevamos cogida a los pies. Lejos de quitárnosla, día tras día, mes tras mes y año tras año, los burgueses colocan más peso y más eslabones sobre ella. Cuando ven que no podemos más, quitan algo de peso para aliviarnos y nosotros nos sentimos ligeramente más livianos; pero caminar con cadenas, sean del peso que sean, cansa y cuesta. Mientras no rompamos las cadenas nunca dejaremos de cargar con el peso que supone dar de comer a una minoría que, sin nosotros, no sobreviviría. O ellos, o nosotros. O dejamos que nos sigan explotando, que nos nieguen hasta lo más básico –el techo, el pan– o rompemos las cadenas.

SE REANUDA LA CONSTRUCCIÓN DEL GASODUCTO IRÁN-IRAK-SIRIA



Los trabajos de construcción del nuevo gasoducto Irán-Irak-Siria fueron reanudados el 19 de noviembre de 2012.

Este gasoducto de 1 500 kilómetros abastecerá Damasco con gas proveniente de la región iraní de Assaluyeh. Posteriormente se extenderá hasta Europa a través del Mediterráneo. El monto final de toda la inversión está estimado en 10 000 millones de dólares..

Decidido por las partes el 25 de junio de 2011, este proyecto estaba detenido por causa del conflicto sirio.

Su reactivación se produce como resultado de la reelección del presidente Barack Obama y de la reanudación de negociaciones secretas entre Washington y Teherán.

ENTRA EN VIGOR EL "TASAZO" JUDICIAL: APELAR COSTARÁ 800 EUROS, IR AL SUPREMO 1.200

22.11.2012



La polémica Ley 10/2012, de 20 de noviembre, o para los neófitos la ley de tasas judiciales ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor mañana mismo. Hasta este jueves, las tasas judiciales afectaban solo a las personas jurídicas y a las jurisdicciones civil y contencioso-administrativa. Con esta nueva Ley se suman todas las personas físicas y además de las dos jurisdicciones anteriores hay que sumar la social.

La polémica Ley 10/2012, de 20 de noviembre, o para los neófitos la ley de tasas judiciales ya se ha publicado en el Boletín Oficial del Estado y entrará en vigor mañana mismo. Es decir, a partir de este jueves, todo aquel que presente una demanda por lo civil tendrá que pagar las tasas marcadas por la Ley se pierda o gane el contencioso.

Hasta este jueves, las tasas judiciales afectaban solo a las personas jurídicas y a las jurisdicciones civil y contencioso-administrativa. Con esta nueva Ley se suman todas las personas físicas y además de las dos jurisdicciones anteriores hay que sumar la social.

Pero el 'tasazo' no queda sólo en la cuantía fija de la tasa. La Ley establece que la cuantía de la tasa es el resultado de la suma de dos partidas: la fija y la variable en función del interés económico del pleito.
Las tasas fijas van desde los 100 euros hasta los 1.200 euros a los que habría que sumar entre un 0,25% y un 0,50% de la cuantía procesal, es decir, del interés económico del pleito. 0,50% para los pleitos de 1.000.000 de euros y para el resto un 0,25%.

En el caso de un ocupante de un vehículo que sufre tetraplejia y lesiones a consecuencia de un accidente de tráfico e interpone una demanda de 1.300.000 euros entre lesiones, secuelas, invalidez... pagaría en primera instancia 300 euros de tasa fija a la que habría que sumar un 0,50% por ser una cuantía de hasta un millón de euros, más un 0,25% por exceder también esa cantidad. En total 6.050 euros. Si hubiese que apelar serían 800 euros, más el 0,5%, más el 0,25%, lo que supondrían 6.550 euros, explica la abogada Verónica del Carpio.

Otro ejemplo sería un contencioso por una herencia. En este caso para el inicio del juicio el demandante tendría que abonar 300 euros de la tasa fija al ser un juicio ordinario más la tasa variable dependiendo del valor de la herencia. En este caso se trata de una casa valorada en 600.000 euros con lo que habría que abonar un 0,5% al estar por debajo del millón de euros. En total 3.300 euros para que el proceso se ponga en marcha.

Un despido, disputas con una herencia, negligencias médicas, multas... En definitiva, cualquier contencioso civil rascará aún más los bolsillos de los españoles (a excepción de pensionistas o de personas que acrediten que no pueden pagar esas tasas).
Tasas que, según refleja el BOE, quedan de la siguiente manera:


Orden jurisdiccional civil
Verbal y cambiario: 150 eurosOdinario: 300 eurosMonitorio y demanda incidental en el proceso concursal: 100 eurosEjecución extrajudicial: 200 eurosConcurso necesario: 200 eurosApelación: 800 eurosCasación: 1.200 euros
Orden jurisdiccional contencioso-administrativa
Abreviado: 200 eurosOrdinario: 350 eurosApelación: 800 eurosCasación 1.200 euros
Orden social
Suplicación: 500 eurosCasación: 750 euros

Por ejemplo, una multa de tráfico que no conlleve la retirada de puntos y que sea inferior a 100 euros tendrá una tasa de 200 euros.
Respecto al proyecto original, la única modificación, que ya se aprobó en el Congreso, es eximir a los trabajadores del pago del 60% de la tasa prevista en los recursos de suplicación y casación en el orden social. Tampoco se tendrá que pagar en los procedimientos verbales o monitorios cuando la cuantía de la reclamación sea inferior a 2.000 euros.

El pago de la tasa está regulada por el Ministerio de Hacienda al que habrá que abonarle la cuantía. Una vez pagada se entregará el justificante de pago al secretario judicial. Hasta que éste no reciba el justificante compulsado por Hacienda no dará comienzo el proceso.

En palabras del BOE, este 'tasazo' judicial busca "racionalizar" el ejercicio judicial, a la vez que las tasas "aporten mayores recursos que permitan una mejora en la financiación del sistema judicial".
Sin embargo, la Ley más polémica del Ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, se ha encontrado con la oposición de muchos sectores. Entre ellos el de las asociaciones de jueces y fiscales sobre todo al dejar en excepcional la actuación de los jueces sustitutos y de los magistrados suplentes y elevar así la carga de trabajo que soportan los titulares.

La nueva ley reduce también los permisos de los jueces, modifica su régimen de licencias por enfermedad o "debilita" su órgano de gobierno, el Consejo General del Poder Judicial.
La oposición también ha anunciado medidas en contra del 'tasazo'. El PSOE anunció este martes que presentará un recurso de inconstitucionalidad contra la ley de tasas judiciales. Sin embargo, es en el propio BOE donde el Gobierno defiende la constitucionalidad del texto al asegurar que la Ley "expresamente reconoce la viabilidad de un modelo en el que parte del coste de la Administración de Justicia sea soportado por quienes más se benefician de ella".

Ahora bien, quedan exentos del pago de estas tasas el Ministerio Fiscal, la Administración General del Estado, las de las Comunidades Autónomas, las entidades locales, los organismos públicos dependientes de todas ellas, las Cortes Generales y las Asambleas Legislativas de las Comunidades Autonómas.
Fuente: http://www.elmundo.es/elmundo/2012/11/21/espana/1353486868.html

CRITICA MARXISTA DE LA MONARQUÍA. NO NOS HAN CALLADO NI NOS CALLARÁN


22.11.2012.




Una ponencia de Iñaki Gil de San Vicente.

Nota: Ponencia presentada en el debate en la Contra Cumbre celebrado en Puerto Real, Cádiz, el viernes 16 de noviembre de 2012. Debo dar las gracias al colectivo internacionalista Ojos para la paz (www.ojosparalapaz.org) que ha organizado magníficamente el evento.  

  1. PRESENTACIÓN
  2. ACTUALIDAD DE LA CRÍTICA DEL MARX DE 1843
  3. PRIMERAS REVOLUCIONES BURGUESAS Y DERECHO AL TIRANICIDIO
  4. EXPLENDOR DE LAS REVOLUCIONES  BURGUESAS ANTIMONÁRQUICAS
  5. ACTUALIDAD DE LA CRÍTICA DE ENGELS DE 1845 Y 1884
  6. EL REPUBLICANISMO DE LA CULTURA POPULAR VASCA
  7. DERROTA ESTRATEGICA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA
1. PRESENTACIÓN

Las dificultades que ha tenido que superar la organización de este evento es una muestra más de la incompatibilidad entre democracia y monarquía. La organización de este evento ha sido obstaculizada sistemáticamente por los aparatos de Estado para impedir que se realizase el programa previsto. Gracias a su dedicación y a su voluntad podemos estar ahora aquí para, entre todas y todos, avanzar un poco más en la crítica radical del orden establecido, que es de lo que se trata.

El lema que nos convoca y nos unifica en nuestras reflexiones puestas a debate no es otro que el que surgió al instante en centenares de millones de seres humanos cuando vieron atónitos al rey español arremeter contra el presidente electo de Venezuela, Hugo Chávez. Aquél «¡¿Por qué no te callas y dejas hablar»?!, mitad mandato imperativo, mitad pregunta furiosa. Millones de personas, muchas de ellas «súbditos de Su Majestad» en el Estado español, quedaron boquiabiertas y sorprendidas por semejante retroceso a los peores tiempos del colonialismo ahora redivivo. Muy pocas, las reaccionarias y añorantes del derrotado imperio español, aplaudieron a rabiar.

El 11 de noviembre de 2007, el presidente de Venezuela, electo mediante un impoluto procedimiento democrático, estaba dirigiendo la palabra a otros presidentes, dignatarios y cancilleres latinoamericanos, y fue interrumpido bruscamente por un iracundo monarca español que le negó por unos segundos el ejercicio del elemental derecho a la libre expresión. Tamaño autoritarismo generó una fulminante reacción internacional de respuesta crítica, de denuncia por semejante arbitrariedad. Ahora, cinco años más tarde, nos encontramos aquí para debatir en esta Contra Cumbre diversos aspectos importantes que se derivan de aquella agresión verbal.

Fue precisamente en verano de 2007 cuando estalló oficialmente la crisis capitalista mundial. Desde entonces, estamos viviendo un áspero y creciente enfrentamiento social, se está agudizando la lucha de clases y la lucha de liberación de los pueblos oprimidos, pero también los ataques del capital contra la humanidad trabajadora se multiplican. El derecho a la libre palabra, a la libertad de expresión y de crítica, corre cada vez más peligro porque la verdad, que siempre es revolucionaria, está descubriendo las causas de las crisis, sus responsables, sus  beneficiarios, y a la vez sus consecuencias terribles, desastrosas, para las clases explotadas.

Siempre es peligroso decir la verdad, pero siempre es necesario decirla. La Contra Cumbre de 2012 tiene como objetivo decir la verdad sobre lo que significa la presente Cumbre Latinoamericana y, en concreto, en nuestro tema a debate, el de que no nos callarán, tenemos la voluntad y asumimos la necesidad, por tanto el deber ético, de decir la verdad sobre lo que se oculta debajo del comportamiento del rey de los españoles cuando intentó hacer callar al presidente  de Venezuela.

2. ACTUALIDAD DE LA CRÍTICA DEL MARX DE 1843

Todos sabemos que en una época tan temprana como 1843, Marx dedicó un capítulo entero en su Crítica de la filosofía del Estado de Hegel a «La Corona», en el que entre otras cosas sostuvo con su sincera radicalidad que: «El monarca es dentro del Estado el factor de la voluntad individual, de la autodeterminación infundada, del capricho». Capricho y monarquía: ¿nos sugieren algo estas palabras de 1843 en los momentos actuales, bajo una Constitución que en el título II, artículo 56, apartado 3, afirma que: «La persona del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad. Sus actos estarán siempre refrendados en la forma establecida en el artículo 64, careciendo de validez sin dicho refrendo, salvo lo dispuesto en el artículo 65,2»? Por mucho que luego la Constitución determine algunos controles de la monarquía, la realidad es que nos encontramos ante un poder monárquico absoluto si lo comparamos con el de otras monarquías de la Europa actual. Capricho e irresponsabilidad, capricho e inviolabilidad.

La directa referencia a la identidad entre capricho y monarquía no es casual en Marx. De hecho la desarrolla y profundiza poco después, en la carta a Ruge de mayo de 1843, escribe:

«La monarquía no tiene otro principio que el hombre deshumanizado y despreciable (…) Allí donde el principio monárquico se halla en mayoría, los hombres se encuentran en minoría; donde se halla por encima de toda duda, no hay hombres. ¿Por qué un hombre como el rey de Prusia -que no tiene por qué sentirse problemático- no va a seguir simplemente su capricho? ¿Y qué pasará si lo hace? ¿Planes contradictorios? Bueno, pues no se hace nada. ¿Impotencia de las diversas orientaciones? Así como así no hay otra realidad política. ¿El ridículo y los apuros? No hay más que un ridículo y un apuro: tener que descender del trono. Mientras el capricho se halle en su sitio, tendrá razón. Ya puede ser tan voluble, atolondrado, despreciable como se quiera; siempre bastará para gobernar a un pueblo que nunca ha conocido otra ley que el arbitrio de sus reyes. Esto no quiere decir que un sistema descabellado y el desprestigio dentro y fuera carezcan de consecuencias, no seré yo quien garantice el barco de los locos; pero lo que si aseguro es: el rey de Prusia será un hombre de su tiempo, hasta que el mundo al revés deje de ser el mundo real».

Es innegable la actualidad de estas palabras de Marx simplemente imaginando que en vez del rey de Prusia se habla del rey de España, y en vez de «impotencia de las diversas orientaciones» se habla de la impotente sumisión filomonárquica de los partidos políticos supuestamente progresistas y hasta de «izquierdas», o sea, de la denominada muy correctamente «oposición de Su Majestad», y del ideario monárquico de la burguesía española. Los «caprichos» del rey son mundialmente famosos, y uno de ellos fue el exabrupto autoritario y filofascista con el que pretendió hacer callar al presidente de Venezuela, Hugo Chávez, en una reunión internacional en América Latina. Un presidente electo por mayoría probada en elecciones sin mancha alguna, electo democráticamente, y que pone su cargo a disposición del pueblo venezolano cada determinado tiempo, cosa que nunca ha hecho el rey de España, impuesto a perpetuidad. En este sentido, el exabrupto de Juan Carlos I contra Hugo Chávez era a la vez un ataque a la toda Venezuela, representada a sí misma en la persona de su presidente electo.

Ya que por capricho se entiende una acción o propósito vehemente, un antojo que se realiza sin razón aparente, de manera súbita, podría decirse que el fallido mandato autoritario del rey de España a Hugo Chávez no fue un capricho sino un acto decidido, meditado y pensado. Pero el problema es otro, es el de valorar realmente qué se entiende en la práctica política del rey lo que se define como «capricho». Dicho de otro modo, a un presidente de gobierno, o a un presidente de una república no se le permite ningún capricho porque está sujeto a la voluntad democrática expresada libremente en las elecciones, al menos así dice la propaganda burguesa. Incluso un pequeño tirano filofascista como Berlusconi, casi omnipotente, ha terminado dimitiendo y teniendo serios problemas con la justicia oficial, entre ellos algunos que pueden estar relacionados con supuestos «caprichos sexuales». Semejante comportamiento, sin embargo, era normal, cotidiano en las monarquías y poderes regios hasta no hace mucho, y todo indica que pueden seguir siéndolo pero bajo el silencio oficial.

Lo que debemos estudiar es la pervivencia política medieval y esclavista de la impunidad del rey, de su inviolabilidad e irresponsabilidad legal, aunque se nombren algunos tímidos controles. Impunidad unas veces disfrazada de capricho, otra de excentricidad, o de afición personal al deporte selecto, a la caza, al esquí, y hasta de «exceso de hombría».  Precisamente esta es la cuestión a debate, la que emergió abiertamente en la interrupción de la plática del presidente venezolano, Hugo Chávez, por el rey de España: ¿Qué mensaje primitivo, duro y cortante pervive incluso ahora en el abuso de poder del monarca español? ¿Qué continuidad de símbolos de poder arcaico se materializó en el gesto y en la voz monárquica española contra Venezuela? ¿Por qué aquella arbitrariedad real fue sentida como un insulto, un desprecio insoportable por millones de seres humanos, que no sólo por los y las venezolanas?

Entendemos mejor lo que estoy preguntamos si avanzamos un poco en el tiempo y analizamos el demoledor efecto desprestigitador que tuvo en la ya muy debilitada legitimidad de la monarquía española aquella terrible foto del rey matando elefantes, de cacería en África mientras la crisis empobrece hasta la miseria a millones de sus «súbditos», mientras la corrupción de miembros de la Familia Real amenaza con destapar un olla podrida. Millones de «súbditos» comprendieron al instante lo anacrónico e injusto de la monarquía, de cualquiera, lo insoportable ética y políticamente de una estructura oprobiosa, dilapidadora e inaccesible e indiferente a la razón crítica, democrática.

3. POLÍTICA BURGUESA Y DERECHO AL TIRANICIDIO

Pues bien, en la historia de las ideas políticas, de la llamada filosofía política, o recientemente teoría política, el problema de la deslegitimación del rey por sus caprichosos abusos es uno de los más tratados; además, lo es en su extrema y decisiva profundidad, la de plantearse la cuestión del derecho a la resistencia a los abusos y caprichos del poder en general, y del monarca en nuestro caso, o de la oligarquía o tiranía establecida, u otra forma de gobierno como la democrática de la Grecia clásica ya en decadencia. No voy a extenderme en las reflexiones de Platón sobre el derecho a la resistencia a la tiranía, que siempre han de recordarse precisamente por venir de un reaccionario de tomo y lomo, padre espiritual de una fecunda estirpe reaccionaria que hoy campea a sus anchas incrustada en el imperialismo. Tampoco voy a hablar de la doctrina católica sobre la resistencia al poder injusto, ya sistematizada en el siglo IV-V por Isidoro de Sevilla, entre otros, y enriquecida por Tomás de Aquino en el XIII y en el XVI-XVII por el padre Juan de Mariana, por citar algunos exponentes.

Lo que recorre a esta doctrina es la supeditación del monarca a Dios, a la ley divina, que cuando es atacada manifiesta y reiteradamente por el monarca da a otros poderes inferiores, que apenas al pueblo explotado, el derecho a intervenir corrigiendo los abusos y caprichos, o en caso extremo a deponer al rey y a «hacer justicia». Pero no nos hagamos ilusiones demasiado pronto, exceptuando movimientos heréticos radicales, siempre perseguidos a  muerte por el poder civil y eclesiástico, que eran uno solo en la práctica, la «voluntad de Dios» prohibió bajo pena de excomunión que el pueblo explotado utilizase la mortífera, barata y democrática ballesta, porque con ella podía vencer a las acorazados caballeros feudales, expropiarles sus tierras -muchas de ellas de la Iglesia- y hacerlas comunes, colectivas, o repartirlas entre las familias más necesitadas. La ballesta era un arma democrática por excelencia, fácil de hacer y de usar, pero demasiado efectiva por su alto poder de perforación. La «voluntad de Dios» fue comunicada a las clases explotadas en el segundo Concilio de Letrán, en 1139: los explotadores podían seguir tranquilos con sus caprichos, entre ellos el de derecho de pernada, porque las clases explotadas tenían prohibido el derecho a usar ballestas, lo que les volvía inofensivas e inoperantes. ¿De qué sirve, en estas condiciones, el derecho a la resistencia al tirano si se te impone el desarme?

Pero las masas campesinas insurrectas, las naciones oprimidas como la checa y su movimiento husita, los albigenses y cátaros, los anabaptistas y munzerianos, y los príncipes y Estados protestantes, calvinistas y luteranos, estos y otros movimientos complejos y contradictorios entre sí, incluso enemigos a muerte por representar intereses opresores y oprimidos, no respetaron la versión católica de la «voluntad de Dios», sino que crearon sus propios derechos a la rebelión contra la monarquía tiránica y contra Roma, justificados por interpretaciones exclusivas y excluyentes del mismo dogma religioso. Maravillosa dialéctica esta que llegó a plasmarse en el radical «movimiento antiabsolutista» que afirmaba en los siglos XVI y XVII que el absolutismo negaba la libertad humana creada por Dios, por lo que éstos tenían el derecho a la resistencia al  monarca, movimiento que influyó en autores fundamentales como Althusius.

Deberemos esperar a que, coincidiendo en el tiempo pero no en la mentalidad ni en el objetivo social con el padre Mariana, irrumpiera la teoría de Maquiavelo explicando el derecho del pueblo a sublevarse contra el Príncipe cuando este incumpliese las leyes de respeto y buen gobierno. Maquiavelo era demasiado inteligente y crítico, demasiado peligroso para el poder, y fue apartado de la vida pública y torturado. Surgió entonces Bodin para matizar, recortar y acomodar en pleno siglo XVII el derecho de resistencia a los intereses de la monarquía, en un período sangriento al extremos por las guerras hugonotes en el reino de Francia, por ejemplo, sin hablar ya de las «civilizadas atrocidades» europeas en América y en África, Pero aún así Bodin no se atreve a negar el derecho a la rebelión, aunque intenta encorsetarlo y reducirlo a su mínima pero factible posibilidad.

Hemos hablado de Althusius, que murió a comienzos del siglo XVII, que militó políticamente en defensa de los derechos del pueblo calvinista a resistirse a las imposiciones católicas. Pero ni incluso Althusius da plena libertad al pueblo explotado para decidir él mismo cuando y cómo ha de resistirse sino que como todos los pensadores anteriores, intenta mediatizarlo con vericuetos legalistas puestos en manos poderes que deben decidir si se practica ese derecho o no, y cómo se ejerce, hasta qué punto de radicalidad. Naturalmente, las masas europeas explotadas, los pueblos aplastados por el naciente colonialismo europeo, tenían la descortesía de no prestar oídos a Althusius y demás intelectuales. Podríamos extendernos a otros autores como Pufendorf, también de esa época, que si bien admiten y argumentan el derecho a la resistencia al monarca, lo limitan de diversos modos; pero lo decisivo es que, como hemos dicho, las clases explotadas actuaban frecuentemente aplicando su visión empírica de la resistencia como necesidad. Tal fue el caso de la Guerra de los Ochenta Años, de 1568 a 1648, guerra de liberación nacional y de clase burguesa del pueblo holandés contra la ocupación imperial española que aplicaba métodos atroces y brutales. Pero al democracia holandesa, orgullo de la civilización del capital, también se asentó en la represión de sus movimientos radicales, marginándolos y reforzando el orden burgués.

Muy significativamente, fue esta guerra la que marcó el nacimiento del capitalismo, tema en el que ahora no podemos extendernos, cuando Hobbes (1588-1679) se convirtió en el defensor más acérrimo del poder absoluto del soberano, del Estado, negando abiertamente el derecho a la rebelión contra la injusticia y defendiendo la obligación del acatamiento de las leyes por injustas que fueran. Mientras que Hobbes exigía la obediencia ciega, en su Inglaterra la burguesía comenzaba otro largo proceso de revoluciones violentas al negarse a pagar impuestos en 1639 y 1640, degollando nobles y reyes, pero también a miles de católicos  irlandeses, llevando al poder al republicano Cromwell en 1649, que implantó un régimen democrático para la burguesía pero dictatorial para las fuerzas reaccionarias, régimen decisivo para asentar lo que luego sería el imperio británico. Pero ese régimen democrático burgués también y sobre todo fue represor y reaccionario, dictatorial, contra sus bases populares radicalizadas, contra los pequeños campesinos y artesanos libres, contra la empobrecida pequeña burguesía que querían repartir o colectivizar las tierras y los bienes de la nobleza vencida. Cromwell los aplastó, como poco antes lo había hecho la burguesía holandesa revolucionaria con los artesanos y campesino radicales. Las convulsiones sociales continuaron hasta que en 1688-1689, mediante la Gloriosa Revolución, se afianzó definitivamente el poder formado por la alianza entre la burguesía en ascenso y la fracción más lúcida de la nobleza terrateniente.

Durante estos años decisivos en los que nació la civilización del capital, ninguna fuerza progresista siguió los consejos de Hobbes, pero sí los argumentos diferentes de Spinoza (1631-1677) y Locke (1633-1704) sobre el derecho a la resistencia. Spinoza fue bastantes más progresista en el sentido histórico que Locke, y por eso fue expulsado de la cofradía judía al ser acusado de hereje, mientras que Locke teorizó el derecho de la burguesía a defender su propiedad privada contra los abusos y caprichos del monarca. El capitalismo de la época no se enfrentaba aún a una clase trabajadora fuerte y cohesionada, como empezaría a  ocurrir desde finales del siglo XVIII en Inglaterra y sobre todo desde 1830-1848 en el resto de Europa, por lo que todavía dominaba abrumadoramente el derecho burgués a la rebelión contra la monarquía absolutista y tardomedieval.

Pero el derecho burgués a la rebelión contra la tiranía se limitaba a la esfera política, y siempre a la política dominante. Las masas quedaban excluidas, pero a la vez quedaba excluida una parte elemental del derecho a la resistencia, me refiero al derecho a la resistencia intelectual, a la libertad de crítica intelectual. La Inquisición católica era el terrorismo institucionalizado, pero también eran terroristas las versiones luteranas y protestantes del cristianismo.  El caso de Meslier (1664-1729), o cura ateo, es paradigmático ya que no sólo revela cómo y en qué condiciones de clandestinidad debía ejercitarse el derecho a la rebelión intelectual, sino también muestra el colaboracionismo con el poder opresor de lo más florido de la casta intelectual, como el caso de Voltaire (1694-1778)  quién en 1762 laminó el ateísmo materialista de Meslier, amputando su esencia revolucionaria y convirtiéndolo en una simple opinión discordante y algo incómoda, pero nada más. Voltaire, tenido como el summun del librepensamiento, fue en realidad el escribano progre del absolutismo tardofeudal.

Meslier se atrevió a argumentar la irreprochable lógica atea tal como se entendía a Dios en aquel tiempo. Aunque hoy su ateísmo debe ser contextualizado y enriquecido, es innegable que tenía y sigue teniendo razón en el punto crítico que latía en el ateísmo de su época: si Dios no existe ¿de dónde viene la legitimidad del rey? Si Dios es una mentira de los ricos, de los poderosos para engañar a los explotados y exprimirles pacíficamente hasta la última gota de sudor y de aliento, ¿qué otra cosa es la monarquía sino un engaño para beneficiar a los poderosos e idiotizar a los explotados? La carga revolucionaria de este ateísmo es obvia. Hay que partir de aquí para comprender el debate que se mantuvo entre grupos ateos clandestinos y el poder intelectual: Voltaire dijo que «si Dios no existiera habría que inventarlo», a lo que los ateos clandestinos respondieron: «Si Dios existiera habría que ejecutarlo».

En realidad, este ateísmo argumentaba indirectamente la ejecución del monarca simbolizada en la ejecución de Dios. El derecho de rebelión intelectual como anuncio de la rebelión física.  Pero el problema era más profundo y, sobre todo, era directamente político. Fue Diderot (1713-1784) quien puso el dedo en la llaga al afirmar que «el hombre sólo será libre cuando el último rey sea ahorcado con las tripas del último sacerdote». Diderot sabía que la Iglesia era  un poder terrenal decisivo para la supervivencia de la monarquía, pero su crítica no llegaba a las profundidades de la alienación y de la deshumanización unidas a la propiedad burguesa, sino que se quedaba a media distancia, la de las conexiones entre la Iglesia y el rey, por un lado, y la libertad abstracta del ser humano por otro lado.

A pesar de esta limitación, era una denuncia radical en su época que, como hemos dicho, puso el dedo en la llaga: la libertad humana no podría conquistarse sin acabar con la monarquía y con la Iglesia. El derecho a la resistencia se transformaba con Diderot en necesidad de la resistencia, o más concretamente, necesidad del tiranicidio, de la ejecución del tirano en cualquiera de sus formas, fuera rey o sacerdote. Al dar el salto del derecho a la necesidad, Diderot abría la puerta para la posterior llegada del derecho socialista a la rebelión, es decir, de la necesidad de la revolución proletaria como materialización práctica de tal derecho, como luego veremos al estudiar a Engels.

Rousseau (1712-1778) fue el máximo exponente de los años de gloria del derecho burgués en su versión reformista, pero también anunciaba en sus ambigüedades y lagunas los límites sociales e históricos insalvables que contradecían ese derecho y lo enfrentaban cada vez más al auge de la clase obrera que practicaba su específico derecho a la rebelión, un derecho que llegaría a ser socialista. También laten en Rousseau las contradicciones crecientes entre el derecho burgués europeo, eurooccidental, y el derecho a la resistencia no escrito apenas, oral, pero masivo en su aplicación desesperada de los pueblos americanos, africanos y asiáticos. En Rousseau y en muchas de las utopías de la época el «buen salvaje» apenas cuadraba con la realidad de la explotación colonial, pero tampoco con la realidad de la explotación interna entre las naciones que ahora llamados «originarias», y menos con la inhumana práctica de la esclavitud.

4. EXPLENDOR DE LA REVOLUCIÓN BURGUESA ANTIMONÁRQUICA

El punto álgido, supremo, del derecho burgués a la rebelión se produjo en el último tercio del siglo XVIII, con las revoluciones norteamericana y francesa. En la primera, se reconoce explícitamente ese derecho recogido en la declaración de independencia estadounidense en 1776, «la ley natural le enseña a la gente que el pueblo está dotado por el creador de ciertos derechos inalienables y puede alterar o abolir un gobierno que destruya esos derechos». En la segunda, en la francesa, «el fin de toda asociación política es la conservación de los derechos naturales e imprescindibles del hombre. Tales derechos son la libertad, la propiedad, la seguridad y la resistencia a la opresión», en el artículo 2 de la Declaración de derechos del hombre y del ciudadano del 26 de agosto de 1789, derecho vuelto a reafirmarse en 1793 con esta otra declaración: «Cuando el gobierno viola los derechos del pueblo la insurrección es para el pueblo, y para cada porción del pueblo, el más sagrado de sus derechos y el más indispensable de sus deberes». Por falta de tiempo, no voy a citar a los ideólogos franceses y yanquis que alimentaron intelectualmente a ambas revoluciones burguesas.

Eran derechos burgueses que se negaron al pueblo trabajador, a las mujeres y a las naciones oprimidas esclavizadas o no, en cuanto empezaron a exigir con sus acciones su derecho a la justicia, a la libertad, a la no explotación. Tanto en Estados Unidos como en el Estado francés, la burguesía victoriosa no dudó en lanzar sus ejércitos para reprimir a quienes habían sido las verdaderas fuerzas revolucionarias que les habían aupado al poder con sus sacrificios y sus vidas. Del mismo modo, en Gran Bretaña de la misma época, la burguesía que había derrocado reyes y peleado a muerte con el feudalismo católico, no dudó en masacrar al movimiento obrero nacido de la primera industrialización, al que negó todo derecho a la resistencia, e impuso el deber supremo de la obediencia pasiva, del mismo modo en que Cromwell había reprimido al ala revolucionaria del ejército republicano, como hemos visto.

En cuanto la burguesía tomaba el poder político, material, comenzaba a girar a la derecha su poder intelectual, cultural. La revolución en Haití, feroz y larga, de 1791 a 1804, fue un hecho de transcendencia mundial porque además de ser esta isla la primera productora de azúcar también fue la primera revolución antiesclavista e internacionalista por esencia, sin cuya ayuda masiva en armas y dinero al ejército de Bolívar se hubiera retrasado mucho la independencia latinoamericana a la que todavía no le han perdonado su atrevimiento. Por ello los Estados se lanzaron con odio genocida contra esta heroica isla revolucionaria. La revolución haitiana, junto a la francesa, marcó el inicio del giro contrarrevolucionario del pensamiento burgués en todos los aspectos. No voy a extenderme en los ideólogos monárquicos franceses e ingleses de la época, ni tampoco en la segunda oleada de conservadurismo contrarrevolucionario, la que llega a su máxima expresión ideológica en la década de 1840-1850.

Para el tema que tratamos, el de la respuesta social a los abusos caprichosos de la monarquía irresponsable, nos interesa más dejar constancia del giro derechista de la filosofía política alemana en dos de sus grandes teóricos, Kant y Fichte, y de las dificultades de un Hegel que no podía resolver la contradicción que minaba su dialéctica idealista. Es importante detenernos rápidamente en la «escuela alemana» porque buena parte de los argumentos políticos posteriores anclan en sus ambivalencias y tesis. Por ejemplo, Kant (1724-1804) estaba muy cerca de las tesis de Hobbes, rechazando como este el derecho a la resistencia, pero matizando en una crítica suave a Hobbes que el deber de la obediencia al Príncipe no anula todos los derechos del pueblo, sino afirmando que debían existir cauces pacíficos de expresión del pueblo. Fichte (1762-1814) comenzó defendiendo el derecho a la rebelión pero impresionado por la violencia impactante de las revoluciones de finales del siglo XVIII, de las guerras napoleónicas y de otros conflictos, terminó derivando hacia un neoplatonismo que justificaba la necesidad del «gobierno de los mejores» sobre el pueblo llano, y absteniéndose él mismo, Fichte, de dar alternativas concretas al problema de la opresión.

Hegel (1770-1831) vivió y pensó siempre dentro de contradicciones: daba clases a cargo del Estado pero era vigilado por la policía secreta por sus ideas; pensaba la dialéctica como lucha de contrarios, pero la reducía a la lucha interna en la Idea Absoluta; era idealista pero con un poso de materialismo no reconocido; estudiaba el cambio permanente en el mundo entero, pero desde una visión de realización definitiva de la Idea en la cultura alemana, etc. Su visión de la violencia legítima contra la tiranía también es contradictoria porque todo su método dialéctico le lleva a afirmar la inevitabilidad del choque de contrarios, del salto cualitativo mediante la negación de la negación, es decir, mediante la ruptura revolucionaria, pero reduce esta dialéctica a su aspecto idealista, abstracto, formal. Las revoluciones estallan así en la Idea como efecto de las contradicciones del sistema político, pero no estallan en la realidad, o si lo pensó no lo escribió ¿por miedo?

Hegel no vivió la fase de súbita radicalización de las masas trabajadoras entre 1830 y 1848, por lo que no pudo disponer de las nuevas «expresiones del Espíritu» que tumbaron todas las certidumbres burguesas y forzaron a los ideólogos de esta clase a realizar la segunda oleada de filosofía política contrarrevolucionaria, a la que nos hemos referido arriba. Pero es sabido que el pensamiento y la inteligencia humana viven gracias a las contradicciones, alimentándose de ellas y dentro de ellas, de modo que fueron las limitaciones de Hegel, más otros conocimientos sociopolíticos, económicos, históricos, científicos, etc., lo que ayudaron a la aparición del marxismo y del derecho socialista a la rebelión, irreconciliable con el derecho burgués. Antes de que Marx escribiera el demoledor ataque a la monarquía, Buonarroti (1761-1837), Babeuf (1760-1797) y Blanqui (1805-1881), por citar unos pocos, ya practicaban en Europa el derecho a la resistencia desde perspectivas políticas situadas a la izquierda del socialismo utópico. Me limito al marco europeo porque sería alargar en exceso mi intervención si enumerase la impresionante lista de personas buenas, dignas y heroicas que en el mundo entero luchaban contra la injusticia en general y contra el colonialismo occidental en concreto.

5. ACTUALIDAD DE LA CRÍTICA DE ENGELS DE 1845 Y 1884

Tras este repaso sucinto de las reflexiones de la teoría política sobre cómo controlar, frenar o sencillamente enfrentarse a las arbitrariedades del rey, podemos volver al Marx de 1843 y a su devastadora crítica de cualquier monarquía, de la institución en cuanto tal, aunque él se volcase contra la prusiana. La crítica marxista va al corazón del problema, a su esencia que no es otra que la deshumanización inherente a todo régimen monárquico. Y después, sobre esta base, plantea reflexiones políticas. En 1845 Engels escribió su imprescindible investigación sobre La situación de la clase obrera en Inglaterra, obra en la que no critica en concreto a la monarquía británica pero en la que, por un lado, se afirma que en aquel entonces la lucha por la democracia significaba la lucha por el comunismo y, por otro lado,  está siempre presente el derecho de la clase trabajadora a la resistencia contra la burguesía monárquica. Tras una larga exposición de luchas y experiencias organizativas, afirma: «Estos hechos son prueba suficiente de que en Inglaterra, inclusive en períodos de negocios fluidos como a fines de 1843, la guerra social está declarada y se lleva a cabo abiertamente».

En una monarquía industrializada y con «controles democráticos y parlamentarios» burgueses, el derecho socialista a la resistencia se expresa mediante la «guerra social» declarada y abierta incluso en períodos de expansión económica. Que se trata de una «guerra social» vuelve a quedar patente cuando más adelante Engels analiza la «declaración bélica» de la burguesía contra el proletariado, consistente en el malthusianismo y en la nueva ley de pobres. Ahora existe la moda intelectual de hablar de la «biopolítica» y del «biopoder», pues bien toda la obra de Engels aquí citada es un impresionante compendio teórico de ambas cosas, pero escrito con mucha antelación. Del mismo modo, y para ir concluyendo este apartado, vamos a citar al tardío Engels también sobre el problema de las leyes monárquicas antisocialistas y la prohibición explícita del derecho a la resistencia, o lo que es lo mismo, del derecho a la revolución. Me refiero a la muy actual carta de Engels a Bebel del 18 de noviembre de 1884, en la que el viejo revolucionario rechaza sin contemplaciones la exigencia del Estado prusiano de que los socialistas, y sólo ellos, renuncien al derecho a la revolución, a la rebelión, para ser legalizados.

Así,  en 1843 Marx ataca a la monarquía por su inhumanidad; en 1845 Engels, estudiando la explotación humana en un Estado monárquico afirma que la democracia significa el comunismo y la práctica de la «guerra social», de la resistencia; y por último, en 1884, Engels se opone frontalmente a que se renuncie al derecho a la rebelión para que el partido socialista sea legalizado por un Estado monárquico. Sin mayores análisis ahora descubrimos una nítida línea roja que une 1843 y 1884 que se enfrenta en lo elemental a la crítica burguesa: el derecho socialista a deponer al rey, derecho que en determinado momento se transforma en necesidad por la dialéctica de la lucha de clases. Aquí está la esencia de la crítica marxista a toda monarquía: hay que acabar con ella para afirmar prácticamente la humanidad humana.

La diferencia cualitativa entre el derecho burgués a la resistencia al tirano, el que fuera, y el derecho socialista a la revolución radica en que el socialismo pone en el centro del problema la cuestión de la propiedad privada de las fuerzas productivas, siendo la tiranía, el rey, la opresión, la Iglesia, meros efectos de las contradicciones sociales desatadas por la propiedad burguesa. En 1843 Marx no había descubierto aún la teoría de la plusvalía, la ley del valor-trabajo, etcétera, y no había desarrollado la crítica del fetichismo de la mercancía, pero la insistencia en la deshumanización inherente a la monarquía y/o al Estado, que viene a ser lo mismo en ese contexto, se mantendrá como elementos constante en todo el marxismo.
La propiedad burguesa, en su desenvolvimiento social, impone la deshumanización, la alienación, la fetichización, la cosificación. Todas ellas, sin extendernos ahora en el tema, son características de la mentalidad monárquica dentro del capitalismo. Del mismo modo que el patriarcado precapitalista tuvo que transformarse en sistema patriarco-burgués para servir con eficacia al capital, como antes se había transformado para servir al feudalismo y al esclavismo y en parte al modo tributario, del mismo modo la monarquía fue transformada al sistema capitalista primero en la revolución holandesa y después en la revolución inglesa tras la muerte de Cromwell y sobre todo desde 1688-1689.

Aunque es innegable que la monarquía capitalista mantiene rituales, ceremonias y pompas idénticas en la parafernalia suntuosa y ostentosa a las que se realizaban en los imperios persa, chino, etc., con sus actos de sumisión y acatamiento al poder real, siendo esto así, sin embargo la monarquía capitalista se diferencia cualitativamente de todas las anteriores en que ahora la propiedad privada, la burguesa, está en sí, legalmente, fuera de la propiedad real, de la Casa Real, de modo que el rey, por muy poderoso que fuere, no puede apropiarse a su antojo, capricho y libre arbitrio o cumplimiento trámites muy simples, de las propiedades de otros burgueses.

Una vez que se impone la propiedad burguesa, el problema del derecho a la rebelión contra la tinaría monárquica sufre un cambio cualitativo porque la monarquía pasa de ser el problema crucial a superar, como sucedía en el feudalismo, a ser una simple cuestión de eficacia gubernativa, es decir, de eficacia para la explotación asalariada. Si la forma-monarquía deja de ser efectiva para el capital, la burguesía impone la forma-república, y si, por lo que fuese, ésta se vuelve en un freno, la burguesía puede optar por cualquier forma de bonapartismo, militarismo, nazifascismo o incluso por volver a la forma-monarquía pero bajo nuevas exigencias. Si en el feudalismo la caída de la monarquía era el inicio de la caída del feudalismo, más o menos bruscamente, en el capitalismo la caída de un reyezuelo bribón y corrupto puede ser necesaria para recuperar la tasa de beneficio.

Bajo la dictadura del sistema salarial el derecho a la rebelión burguesa pierde toda su razón de ser, manteniéndose en todo caso ese derecho burgués como derecho a intervenir con la violencia más terrorista imaginable contra las clases y los pueblos que quieren acabar con el capitalismo, o que, sin quererlo conscientemente, frenan u obstaculizan de manera importante la expansión imperialista al negarse a claudicar a sus exigencias. Por esto es conveniente releer siempre la carta de Engels a Bebel del 18 de noviembre de 1884 ya que en ella, y a parte de otras consideraciones, se afirma el derecho/necesidad socialista a la revolución como derecho inalienable. Mientras que Diderot defendía la necesidad de ejecutar al monarca, Engels defiende la necesidad de la revolución socialista. Por tanto, acabar con la monarquía es un paso para acabar con la propiedad privada, para avanzar hacia la socialización de las fuerzas productivas como exigencia objetiva para la extinción histórica simultánea de las clases sociales, de la explotación asalariada, del patriarcado y de la opresión nacional. Obviamente, en este proceso los reyes y reinas habrán pasado al basurero de la historia y al museo de los horrores e ignominias.

6. EL REPUBLICANISMO DE LA CULTURA POPULAR VASCA

Hemos visto el antagonismo irreconciliable que existe entre democracia y monarquía en general, y lo hemos visto mediante un muy breve seguimiento de la historia de las luchas antimonárquicas burguesas y seguidamente de las luchas socialistas y comunistas. En realidad, la crítica a la monarquía que hago desde mi independentismo comunista vasco se mueve dentro de este parámetro, pero aplicado a mis condiciones de existencia. Por un lado, como ser humano libre, como parte del ser-humano-genérico, soy natural y socialmente antimonárquico, republicano, y por otra parte, en el mismo acto soy comunista vasco que lucho por la independencia socialista de Euskal Herria, y por tanto por una República Socialista Vasca.

Consiguientemente mi crítica de toda monarquía, la que fuera, se materializa tanto en la crítica del Estado español como, positivamente, en la lucha por la República vasca. Seguiré este esquema en lo que resta de exposición.

Hay que empezar diciendo que la institución monárquica, cualquiera, nunca ha compaginado bien con las formas sociopolíticas vascas y con nuestra cultura popular. Sin extendernos ahora en una exposición de la historia política vasca, es un hecho que las instituciones de poder en Euskal Herria se han movido siempre en un complejo e inestable equilibrio entre una tendencia autoorganizativa local, y una tendencia centralizadora a escala media, lo cual no anula en modo alguno la existencia de la explotación de clases y patriarcal, la existencia de poderes opresores que no dudaban en reprimir a un pueblo explotado que tampoco se dejaba oprimir. Sin embargo, las tendencias a la excesiva centralización del poder en pocas manos y a su absolutización monárquica tradicional siempre chocaron en Euskal Herria con una resistencia tenaz por parte del pueblo trabajador y con resistencias más o menos duras, según los casos e intereses, por parte de las sucesivas clases dominantes autóctonas. Basta comparar la historia sociopolítica vasca con la de los Estados español y francés para confirmarlo.
El ejemplo de las denominadas guerras carlistas por la historiografía española es concluyente. Para las masas explotadas vascas, campesinas, artesanas, pescadoras, trabajadoras urbanas, para la empobrecida pequeña nobleza rural y la casta sacerdotal de base, para sectores amplios de la pequeña burguesía e incluso de la mediana burguesía, la defensa del carlismo era casi exclusivamente la defensa de los Fueros Vascos, símbolo y práctica de las leyes y usos propios del País, antes que la defensa de una parte de la monarquía de un Estado mayoritariamente visto como extranjero, la menos centralizadora y españolizadora. La larga y desesperada resistencia armada popular, su masividad, se explica por la defensa de unos Fueros que protegían mal que bien las decisivas propiedades comunales y otros usos y costumbres -hoy llamados «derechos sociales»-  que asumían como propios del país.

Insisto en que esta realidad no anulaba ni negaba la existencia cierta de la lucha de clases interna a Euskal Herria, que es una hecho incuestionable del que ya hay datos inequívocos desde el siglo XII, e incluso desde antes. Pero confirma que nuestra nación fue desde el siglo XVI, como mínimo, coincidiendo con el fortalecimiento de la burguesía comercial e industrial del hierro, un marco autónomo de lucha de clases, especificidad que se fue reforzando conforme el capitalismo avanzaba de su fase comercial y colonial a su fase imperialista, hasta llegar al presente, en donde es ya una realidad obvia. La lucha de clases vasca empezó a dar un salto cualitativo en lo que concierne al profundo rechazo popular a todo rey o reina,  conforme las monarquías absolutistas francesa y española intervenían con sus ejércitos en defensa del bloque de clases dominante autóctono desde el siglo XVI en adelante, con la invasión del Estado vasco de Nafarroa, en primer y decisivo lugar.

Desde entonces y de manera ascendente hasta finales del siglo XVIII, la monarquía iba siendo identificada por el pueblo vasco cada vez más como un enemigo invasor en vez que como un simple Señor que se había comprometido a acatar los Fueros, leyes y costumbres del país. Fue desde finales del siglo XIX en la parte de Euskal Herria bajo dominación española cuando la monarquía intervino de manera brutal y aplastante en apoyo de la burguesía industrial en ascenso, en contra del pueblo trabajador vasco. A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX la sensación popular sobre el papel represor de la monarquía y del Estado liberal español, sobre el retroceso de las libertades y de los derechos sociales, culturales, lingüísticos, etc., en contraste con la tradición democrática del país era tan masiva que lo tuvieron que reconocer autores como Max Weber, además de un PSOE que no dudó en ensalzar las virtudes democráticas del himno vasco prohibido, el Gernikako Arbola, himno de 1853 que defendía los valores de los Fueros y la identidad nacional vasca y cuyo autor, Iparragirre, tuvo que exiliarse.

Una especie de «triple alianza» formada por la monarquía, el ejército y la burguesía vasca actuó al unísono para consolidar el Estado español y para aplastar los derechos nacionales vascos, defendidos desde entonces y cada vez más por las clases trabajadoras, muy especialmente desde la década de 1920-1930 en adelante. Es larga la lista de intervenciones sociopolíticas directas del ejército y de la monarquía en defensa de la burguesía industrial vasca para reprimir el ascenso de las luchas obreras y populares, el ascenso del nacionalismo y del independentismo, y sobre todo para abortar la fusión de la lucha independentista con la lucha socialista y comunista, que comenzó a insinuarse en la década de 1920, creció entre 1931 y 1937 y dio un salto cualitativo e irreversible entre 1959 y 1967.

La monarquía reinstaurada por el dictador Franco y aceptada por el grueso de la «oposición de su Majestad», muy especialmente por el PCE y restantes «izquierdas» que aprobaron la Constitución de 1978, fue la legitimadora del terrorismo de Estado contra el pueblo vasco que el PSOE masificó desde su llegada al gobierno. La importancia de la monarquía para el bloque de clases dominante en el Estado español al poco de la muerte del dictador Franco fue creciendo en la medida en que necesitaban una nueva legitimidad. La industria político-mediática se lanzó a lavar la imagen del rey franquista, sobre todo después del golpe de Estado del 23 de febrero de 1981. Posteriormente, la prensa se ha esforzado hasta lo indecible por acallar todos los rumores y comentarios sobre múltiples aspectos de la monarquía.
7. DERROTA ESTRATÉGICA DE LA MONARQUÍA ESPAÑOLA
En lo que concierne a Euskal Herria, hay que decir que esta institución fue decisiva en el intento de dar una cobertura «democrática» a la ofensiva general contra nuestros derechos nacionales. Ya desde el mismo «fracaso» del golpe de Estado de 1981, el rey fue la pieza clave para la imposición de la LOAPA, un duro y rápido programa de recentralización, parando en seco la tímida descentralización autonómica anterior. Con la llegada del PSOE al gobierno se redoblaron los esfuerzos por limpiar a la monarquía de toda duda y sospecha sobre sus implicaciones en el golpe de Estado, a la vez que se silenciaban sin pudor hasta la más mínima información que no favoreciera a la Casa Real. El gobierno del PSOE tenía en el rey la figura publicitaria por antonomasia para legitimar el terrorismo de Estado y la aplicación del Plan ZEN, así como la implacable estrategia de desindustrialización del tejido económico vasco que se ocultaba debajo de la «reconversión industrial». Además, estas y otras medidas se vieron reforzadas por la política de facilitar la rendición de un sector de ETA p-m y su integración en el sistema, debilitando transitoriamente a la izquierda abertzale.
La imagen pública y oficial del «rey demócrata», «chistoso y bonachón», «campechano», imagen mimada y cuidada segundo a segundo por la industria político-mediática, por los poderes del Estado y hasta por la Iglesia, nunca fue aceptaba en Euskal Herria, pese a los esfuerzos directos o indirectos del bloque constitucionalista, del bloque que aceptó la Constitución monárquica y la defendió como una única «garantía de las libertad». Al contrario, ya en 1981 los junteros de Herri Batasuna protestaron a voz en grito cantando el Eusko Gudariak Gara, himno al soldado vasco, delante del rey español en un acto en la Sala de Juntas de Gernika; desde entonces, una y otra vez, la izquierda abertzale ha mostrado su oposición frontal a la monarquía española con una coherencia admirable y sin parangón en las izquierdas del Estado español.
La izquierda abertzale ha hecho una verdadera pedagogía democrática y republicana que ha anulado cualquier intento de anclaje en el imaginario popular vasco del principio monárquico, actualizando en el capitalismo de la segunda mitad del siglo XX y comienzos del XXI la larga tradición antimonárquica inserta en la cultura popular vasca. Además, el desprestigio de esta institución se acelera entre los pueblos y clases explotadas del Estado español no sólo por lo irracional que es en sí la monarquía, sino también por las corrupciones que le acompañan. De cualquier modo, el problema no está resuelto porque debemos ser conscientes del papel que la monarquía juega en estos momentos de crisis estructural del Estado español.
En efecto, en la vital carrera por la productividad del trabajo a escala mundial, el capitalismo español va perdiendo posición lenta pero irremisiblemente, va quedando rezagado, es superado por burguesías que sí cuidan las inversiones necesarias para aumentar su productividad. Como marxistas sabemos que, a la larga, la ley de la productividad del trabajo es la que rige el futuro de los Estados y de las naciones. Producir más y mejor con menos tiempo de trabajo es el secreto del beneficio burgués. Pero el bloque de clases dominante en el Estado español, excepto fracciones burguesas vascas y catalanas, apenas se ha preocupado por sistematizar políticas globales destinadas a aumentar la competitividad productiva. Se han volcado más en el látigo que en la zanahoria, más en la plusvalía absoluta impuesta por la represión que en la plusvalía relativa sostenida por el consenso alienador.
El desprecio de la cultura dominante española por la técnica y la ciencia, es muy antiguo, pero con el capitalismo llegó a su máxima expresión. En 1909 Unamuno, crítico mordaz, dijo aquello de: «¡Que inventen ellos!», refiriéndose a la dejadez e indiferencia española por el conocimiento. La intelectualidad española, que ya arrastraba el trauma de 1898, buscaba alternativas a la decadencia del Estado y fue Ortega y Gasset el que en 1914 expresó en una sola frase lo que sería luego el sueño incluso del franquismo desde la década de 1960 «¡España es el problema, Europa es la solución!». La caída de la monarquía y la instauración de la II República en 1931 no resolvieron el problema de fondo. Maeztu dijo en 1934: «Me duele España», mostrando cómo el bloque de clases dominante somatizaba el desastre en vez de buscar alternativas.
Desde la primera crisis seria de la dictadura autárquica franquista, al calor del turismo la burguesía optó definitivamente por el capital financiero-inmobiliario desligándose poco a poco del industrial; luego, también optó por el capital servicios que por el industrial, ya en retroceso. La «reconversión industrial» aceleró la financiarización económica y su progresiva e imparable dependencia del capitalismo exterior. La mal llamada «década milagrosa», de 1997 a 2007 fue un frenesí de egoísmo miope, de ceguera consumista, de desprecio por la inversión en I+D+i. Este supuesto «milagro» también se basó en la entrada de capitales extranjeros; en la entrada de dinero negro del narcocapitalismo y de mafias internacionales; en la corrupción administrativa, política y cultural inherente al clientelismo social español; en la economía sumergida y en el fraude fiscal masivo; en el «dinero de plástico», barato y fácil de pedir a la banca, interesadamente dadivosa; y en la pasividad del movimiento obrero desmoralizado y destrozado por el giro al reformismo descarado y corrupto de la «oposición de Su Majestad», una ex izquierda que alegremente había creado la nueva doctrina del «marxismo-ladrillismo».
La catástrofe de 2007 en adelante cogió desprevenida a la burguesía y a sus peones. Uno a uno fueron desplomándose con desconcertante rapidez todas las euforias superficiales y pueriles de hacía solamente unos pocos años. La crisis era y es incluso cualitativamente más grave que la de 1898, la de 1929-1936, la de 1959, la de 1975, etcétera. La crisis es tan grave que hasta el sector burgués que poco antes jugueteaba con la idea de cambiar la monarquía por una III República autoritaria, neoconservadora y españolizada a tope, ha dejado ese proyecto en el cajón, por ahora, y ha salido en defensa de una Casa Real agujereada en sus muros y podrida en sus raíces. Hay que hacer piña, mientras en Catalunya y en Euskal Herria, las ansias soberanistas e independentistas avanzan con respectivos proyectos republicanos. Hay que hacer piña, y la monarquía vuelve a aparecer como el centro salvador, por ahora. Pero ya no es el único, como en 1978, sino que ahora la gravedad de la crisis es tal, que el sector dominante en la gran burguesía española lo ha dicho abiertamente por boca del banquero Botín: «El euro y la integración de Europa no tienen vuelta atrás».
El rey, en este contexto, es y será la figura central que como el eje de la rueda, cohesione todos los radios, manteniendo la ficción de la «soberanía nacional española», que desapareció definitivamente en 2010-2011 con la aceptación incondicional de las exigencias de la Unión Europea y de Estados Unidos. Por eso, la monarquía será durante un tiempo el punto de bóveda en el que confluyan los diversos intereses fraccionales de la burguesía y simbolice el nacionalismo imperialista español, progresivamente enfurecido y fanatizado en contrapartida a la pérdida de soberanía efectiva. Pero esta función no anula el hecho de que la monarquía ha sufrido una derrota estratégica irrecuperable: además de la corrupción y del gasto injustificable que supone mantenerla, la monarquía es ya lógicamente insostenible para cualquiera que argumente con una racionalidad objetiva. Pero lo decisivo radica en que ha fracasado en la función política que se le asignó con respecto a Euskal Herria.
Iñaki Gil de San Vicente
Euskal Herria, 15 de noviembre de 2012

LUCHA POR UNA SANIDAD PÚBLICA: HOY ENCIERRO EN EL PUENTE DE VALLECAS



Vecinos y personal del Centro de Salud Mental de Puente de Vallecas realizarán este jueves, 22 de noviembre, un encierro "para defender la sanidad pública y universal" y denunciar que tres de los centros sanitarios de la zona serán "privatizados" en el caso de que se aprueben los Presupuestos Generales de la Comunidad de Madrid para 2013.

   En concreto, se refieren a la externalización de la gestión que se producirá en el Hospital Infanta Leonor y en los centros de salud Federica Montseny y Vicente Soldevilla. Además, los vecinos creen que es "más que probable" que sus dos centros de Salud Mental, Villa de Vallecas y Puente de Vallecas, sufran el mismo proceso en "un plazo breve".

   En opinión de los vecinos, la privatización de hospitales y centros de salud va a "deteriorar" el modelo de prestación sanitaria pública de Madrid, "de lo que se derivará un serio perjuicio para los pacientes y para las y los profesionales sanitarios".

   En este sentido, han indicado que la "privatización" de tres centros de salud en el barrio de Vallecas se traduce en que "el personal estatutario desaparece". "Las empresas propietarias de cada hospital decidirán qué plantilla quieren sin ningún control estatal, con lo que se pierde también el principio de acceso al empleo en condiciones de igualdad, mérito y capacidad", han señalado.

   Además, han señalado que el despido de los profesionales con contrato temporal "supondrá la interrupción de terapias con pacientes crónicos que llevan años en tratamiento con el mismo profesional". "La previsible disminución de personal afectará de manera dramática a una atención ya de por sí marcada por la saturación", han lamentado.

   Para los vecinos, esta situación es "especialmente preocupante" en un barrio como Vallecas, "uno de los distritos con mayor dependencia de la asistencia pública, sin apenas cobertura privada o mixta, donde los efectos de la crisis hacen que aumente cada día la demanda de salud mental".

LA CRISIS DEJA SIN CENA A MILES DE NIÑOS EN ESPAÑA

22.11.2012



 Las tres comidas al día que todo ser humano debería tener garantizadas. que pasa por ser una de las potencias económicas del mundo, se muestra incapaz de evitar su desnutrición. Los más pequeños vuelven a ser las víctimas cuyo porcentaje crece a ritmo más preocupante en nuestro país. Un demoledor informe asegura, además, que ya hay miles de niños sin escolarizar porque sus familias no pueden asumir los gastos que ello ocasiona. El Gobierno guarda silencio.

El Observatorio Social de España (OSE) ha detectado que la pobreza infantil se ha disparado un 45 por ciento desde el inicio de la crisis en 2007, lo que ha provocado nuevos escenarios de pobreza relacionados con la malnutrición, la desescolarización y las dificultades para acceder a la sanidad. Así lo concluye el estudio ´El impacto de la crisis en las familias y en la infancia´ entre 2007 y 2009, realizado por el OSE y la Universitat Pompeu Fabra (UPF).

El profesor de Sociología de la UPF Sebastià Sarasa, uno de los autores, ha alertado de que la situación se ha agravado porque las políticas sociales en España no han sido reorientadas en los primeros momentos de la crisis, y continúan beneficiando a las clases medias con acciones orientadas a "cubrir mínimos".

La poca eficiencia de las transferencias para paliar la pobreza infantil ha dibujado nuevas necesidades como la malnutrición, ya que muchos niños "no tienen cena"; la dificultad de acceder a la sanidad, que afecta sobre todo a inmigrantes por la obligatoriedad del empadronamiento, y la desescolarización.

Este último factor, que tiene relación con el primero, se produce, en parte, por la reducción de las becas comedor en las escuelas, que provoca que algunos menores vayan a comer a casa y muchas veces ya no vuelvan a la escuela, ha indicado la coordinadora del estudio, Mónica Clua-Losada que ha añadido que también provoca un "marcado fracaso escolar".

Así, España se sitúa a la cabeza de los países de la UE donde los menores están más expuestos a la pobreza "severa", especialmente las familias monoparentales de inmigrantes extracomunitarios, lo que convierte a las mujeres como principales sustentadoras.

En el mismo sentido, el director del Observatorio y catedrático de Ciencias Políticas de la UPF, Vicenç Navarro, ha indicado que el gasto público social por niño en España es el más bajo de la UE de los 15, y Sarasa ha añadido que la situación ha empeorado entre 2009 y 2012: "Los que ya eran pobres, son mucho más pobres".

MÁS RIESGO DE EXCLUSIÓN
El catedrático de Economía Aplicada de la Universitat de Barcelona (UB) Jorge Calero ha destacado que ha incrementado tres puntos el riesgo de exclusión social en los últimos dos años, pasando de 16,7% al 19,8%, mientras que en los hogares con hijos se ha producido un incremento del 26%.

En el capítulo sobre la reducción del gasto familiar, la profesora de Sociología de la UPF María José González ha observado que, si bien en 2007 las familias redujeron el consumo de ropa para adultos y el servicio doméstico, en 2008 lo hicieron en el ocio y en 2009 en alimentación y, lo que afecta a la infancia.

Han apuntado que las políticas implementadas por las administraciones públicas son "insuficientes", ya que se ven superadas por una avalancha de demanda que también queda desbordada en las entidades del Tercer Sector, afectadas por los recortes presupuestarios.

Fuente: http://www.diarioprogresista.es/la-crisis-deja-sin-cena-a-miles-de-ninos-en-toda-19215.htm