Corey Bradshaw y Barry Brook
Dicho documento, incluso observa el impacto de guerras mundiales y
pandemias globales que acaben con la vida de 6 mil millones de personas,
como posibles métodos de lucha contra la superpoblación que amenaza el
medio ambiente.
El documento ha sido editado por el profesor Paul R. Ehrlich, de la
Universidad de Stanford, un defensor acérrimo de la reducción de la
población cuyas advertencias extremas sobre los efectos devastadores
sobre el medio ambiente causados por la superpoblación, se han
demostrado siempre como muy exageradas e imprecisas.
Paul Ehrlich
En su libro de 1968 titulado “La Bomba de Población”, Ehrlich predijo que “En la década de 1970, cientos de millones de personas morirán de hambre”,
como consecuencia de la superpoblación. El tiempo demostró que fue un
pronóstico falso, aunque con el paso de los años, ese solo fue uno más
de los muchos pronósticos absurdos y catastrofistas que Ehrlich realiza
de forma rutinaria.
Ehrlich también ha expresado públicamente su deseo de que se establezcan
politicas de control de población obligatorias, con el argumento de que
tales métodos deberían ser impuestas “por obligación si la gente no
obedeciera voluntariamente”.
John P. Holdren
Ehrlich fue asimismo co-autor del texto “Ecoscience”,
junto con el asesor científico de la Casa Blanca John P. Holdren, en el
que se aboga por verter medicamentos en el suministro de agua con el
fin de esterilizar a la población, realizar abortos forzosos
obligatorios, y establecer una dictadura eco-fascista tiránica dirigida
por un “régimen planetario”.
Con estos precedentes, no es extraño que promueva documentos como el
publicado por la Academia de Ciencias, en los que se aboga por la
reducción de población bajo el pretexto de salvar a la madre tierra.
Dicho informe de Corey Bradshaw y Barry Brook, presenta una selección de escenarios mediante los cuales lograr “reducciones en la fertilidad humana” con el fin de evitar “el cambio climático”, salvaguardar la biodiversidad y ayudar a crear un “plan para una sociedad futura sana”.
Los autores admiten que las tasas de fecundidad a nivel mundial ya están cayendo, pero que “el aumento de la población y el aumento del consumo por habitante” están contribuyendo al empeoramiento de las condiciones ambientales.
En uno de los posibles escenarios presentados por el informe, se
calculan los efectos de una pandemia mundial que acabe con la vida de 6
mil millones de personas a partir del año 2041 en adelante, lo que
resultaría en una reducción de población del planeta hasta los 5,1
millones de habitantes en el año 2100.
Sin embargo, esta reducción de 2 mil millones de personas en comparación
con las cifras actuales no sería suficiente para alcanzar los niveles
deseados por los autores, quienes señalan que “ni
tan solo acontecimientos futuros que excedieran los peores cataclismos
del pasado conseguirian reducir la población hasta los niveles
adecuados. Para ello, seria indispensable, en todos los casos,
establecer medidas adicionales, tales como un control estricto de la
fertilidad”
A pesar de que el documento admite que considerar las pandemias
mundiales y las guerras como herramientas para reducir la población es
algo “amoral”,
su tono casi lamenta el hecho de que estos “factores de estrés” no
conseguirían reducir significativamente la población hasta la cifra
deseada “sostenible” de entre 1000 y 2000 millones de personas.
“Se
ha sugerido que una población mundial total que se moviera entre los
1000 y los 2000 millones podría garantizar que todos los individuos
vivieran vidas prósperas, suponiendo siempre un cambio limitado en el
consumo per cápita y en el uso de materias primas extraídas de la
tierra”, señala el informe.
El tono académico y sobrio del documento solo consigue ocultar
parcialmente el hecho de que los autores abogan por la erradicación de 5
mil millones de personas, algo que reconocen como “políticamente sensible”.
En otros dos de los escenarios imaginados, los autores visualizan:
a-una combinación de muertes producidas por una guerra mundial masiva y un evento al estilo de la gripe española, y
b-una pandemia que mate a 2 mil millones de personas
Bien, pues en ninguno de estos dos escenarios, logran alcanzar el nivel deseado de reducción de la población para el año 2100.
El único método para lograr verdaderamente el tipo de reducción de la
población deseado por los autores, con el fin de lograr la
sostenibilidad y la prosperidad en la tierra, según apunta el informe,
es establecer una política global de un solo hijo por pareja, como la
establecida por el régimen Chino.
Según el documento, si se llegara a imponer en el año 2045, conseguiría
reducir la población mundial hasta los 3450 millones de habitantes en el
año 2100.
El informe señala que uno el principal obstáculo que se debería vencer a
la hora de imponer medidas de planificación familiar tan estrictas y
una política global de hijo único serían las ideologías conservadoras de
carácter político y religioso.
Sin embargo, el documento no dice nada acerca de cómo China impone por
la fuerza la política del hijo único, mediante una agobiante coerción
económica y mediante un sistema de represión estatal que viola todos los
derechos individuales.
A pesar de que el informe reconoce que la imposición de tales medidas sería “difícil de conseguir”, los autores sostienen que tales métodos draconianos ofrecen “un
gran potencial a la hora de reducir el tamaño de la población humana y
aliviar la presión sobre la disponibilidad de recursos a largo plazo”
“Es evidente que la reducción de la fertilidad en la población humana, ofrece muchos beneficios ambientales y sociales”, concluyen los autores, con el argumento de que tales medidas representan una “solución a largo plazo”.
Sin embargo, hay científicos y estudios que contradicen todas estas afirmaciones.
Según algunas entidades, incluidas las propias cifras ofrecidas por las
Naciones Unidas, la superpoblación dejará de ser un tema de preocupación
a partir del año 2050 y, de hecho, a partir de entonces, el problema
real será la subpoblación.
Según informó en su momento el periódico The Economist: “la
fertilidad está cayendo y el tamaño de las familias se está reduciendo
en lugares tales como Brasil, Indonesia o incluso algunas partes de la
India. Nuestros estudios muestran que la tasa de fecundidad en la mitad
del mundo es ahora de 2.1 o menos, que es el número mágico según el cual
se consigue una población estable y por lo general es llamado “la tasa
de reposición de la fertilidad”. En algún momento entre 2020 y 2050 la
tasa de fecundidad en el mundo va a caer por debajo de la tasa de
reemplazo global”
Hans Rosling
Además, un estudio del profesor Hans Rosling sobre demografía mundial, concluye que “dentro de unas generaciones, el crecimiento de la población mundial se estabilizará por completo”.
Ciertamente este es un tema controvertido que se ha convertido en foco de discusión en el mundo científico y académico.
Cada uno tendrá su opinión al respecto y sin tener los conocimientos pertinentes, se hace difícil sacar conclusiones.
No obstante, está claro que documentos como el publicado por Corey
Bradshaw y Barry Brook y auspiciado por Paul R. Ehrlich, nos ofrecen una
visión muy clara sobre la consideración que tienen los llamados
científicos eugenistas y las élites de este planeta por el resto de la
población mundial.
Bajo el pretexto de la protección mediambiental, es evidente que al
resto de humanos nos consideran como una infección que debe ser
erradicada.
Estamos seguros que ellos seran los primeros en dar ejemplo y no tener hijos…