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sábado, 2 de noviembre de 2013

INÍCIATE EN EL MARXISMO DE MANERA SENCILLA

 2 de noviembre de 2013




NOTICIAS DEL FRENTE BÉLICO SIRIO

 2 de noviembre de 2013

 
Un grupo de milicianos sirios entrenado en Jordania por la CIA, cayeron en una emboscada del Ejército sirio en la región de la Guta Oriental, al este de Damasco.

Según fuentes sirias oficiales, citadas por el diario libanés Al Akhbar, el incidente tuvo lugar hace algunas semanas y los milicianos formados en Jordania fueron enviados a Siria con el objetivo de restaurar el equilibrio de fuerzas poco antes de que se produzcan las negociaciones de paz.

La promoción de estos milicianos fue confirmada por el fundador del Ejército Sirio Libre en persona, el coronel desertor Riad Assaad, que reveló en su cuenta de Twitter que ha habido una primera promoción de 60 oficiales rebeldes, todos ellos coroneles, y una segunda de 180.

Assad calificó a estos “oficiales” de “agentes de inteligencia que trabajan a sueldo de los norteamericanos”. Assaad reveló que fue una institución británica la que les ha entrenado y la que supervisa su designación como “jefes de policía en las regiones liberadas”.

Abatido asesino de un gobernador

Por otro lado, soldados sirios han eliminado al conocido terrorista Muhanna Saqqa. Él fue abatido cerca de la Plaza Sbahi en la ciudad de Hama hace dos días.

Saqqa formaba parte de un grupo terrorista, la Brigada de Muyahidines de Hama, perteneciente al Ejército Sirio Libre, que opera en la ciudad.

Uno de sus crímenes fue el asesinato del gobernador de Hama, Anas Naim, mediante una bomba colocada en un vehículo y accionada por control remoto en agosto de este año.

Al Manar

EL SAT HACE UN LLAMAMIENTO GENERAL CONTRA LA REPRESIÓN DEL RÉGIMEN ESPAÑOL

por SAT

Queremos haceros partícipes de un nuevo episodio de represión contra el SAT que va a tener lugar el próximo 11 de noviembre. Ese día 54 compañeros y compañeras están citados ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Granada por la ocupación de Las Turquillas en el verano de 2012. 
 
¡TODOS Y TODAS A GRANADA EL 11 DE NOVIEMBRE!!
CARTA DE LA PERMANENTE NACIONAL DEL SAT
A TODOS LOS SINDICATOS DE CLASE, MOVIMIENTOS SOCIALES PROGRESISTAS, COLECTIVOS Y ASOCIACIONES DE IZQUIERDAS

Estimados-as compañeros-as,

Queremos haceros partícipes de un nuevo episodio de represión contra el SAT que va a tener lugar el próximo 11 de noviembre. Ese día 54 compañeros y compañeras están citados ante el Tribunal Superior de Justicia de Andalucía (TSJA) en Granada por la ocupación de Las Turquillas en el verano de 2012.

Como sabréis “Las Turquillas” es una finca propiedad de Patrimonio del Estado que está cedida al Ministerio de Defensa donde se aloja parte de la Yeguada Militar. En esa finca de 1.200 ha. esta Yeguada, compuesta por unos 100 caballos y unos 20 borricos, ocupa no más de 20 ha. estando la inmensa mayoría de la finca infrautilizada. Esta finca se haya en una de las comarcas andaluzas, la Sierra Sur sevillana, con mayor índice de desempleo.

Por ello, todos los partidos, incluido el PP cuando estaba en la oposición, han demandado que esta finca pasara al Ayuntamiento de Osuna para darle un uso social a la tierra y pueda contribuir a mitigar la alta tasa de desempleo de la comarca.

Sobre los 54 compañeros y compañeras, entre los que se encuentran Diego Cañamero y Juan Manuel Sánchez Gordillo, pesan imputaciones por delito de usurpación, daños y desobediencia grave y solicitudes colectivas de penas de 88 años de prisión y multa de 275.000 euros

. Todo esto por exigir que la tierra tenga un uso social para crear empleo en una comarca azotada por el paro masivo.

Ante este nuevo macrojuicio queremos pediros vuestra solidaridad. Sería muy importante que ese día, en la puerta del Tribunal no sólo haya muchas personas sino también muchos colectivos sindicales, sociales y políticos mostrando la solidaridad que merecen los compañeros y compañeras imputados. Para mandarles una vez más un mensaje a los poderosos: "Vuestras cárceles no van a detener la justa lucha de los pueblos!"

Os esperamos el 11 de noviembre en Granada.
¡Basta de juicios contra el pueblo que lucha!

¡Viva Andalucía Libre, viva la lucha de los pueblos, viva la lucha de la clase obrera!
Permanente Nacional del SAT

http://www.sindicatoandaluz.org/?q=node%2F1290&utm_source=twitterfeed&utm_medium=twitter&utm_campaign=Feed%3A+SAT_nacional+%28SAT%29&utm_content=FaceBook
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¿REPARTO DE COMIDAS POPULARES EN LA CALLE) " NUESTRA META ES DAR 120 COMIDAS POR DÍA"

por María José Esteso Poves 
 
  02 de Noviembre de 2013 03:04

 
  Los voluntarios preparan comida caliente y sándwiches en sus casas para entregar en la plaza. / Jaime Alekos 
 
Inspirados en una iniciativa que se desarrolla en Portugal, se multiplican las comidas populares en las plazas y barrios a personas y familias que pasan por situaciones difíciles. Diagonal entrevista al grupo de activistas que reparten comida caliente en la Plaza de Tirso de Molina...
...  una iniciativa que se une a los bancos de alimentos autogestionados.

De lunes a jueves, a las 20.30h de la tarde, más de cien personas hacen cola en la plaza de Tirso de Molina, en el centro de Madrid, entre los cubículos de madera que venden flores. Esperan un plato de comida caliente, un sándwich y una pieza de fruta. Jaime Alekos, activista y videoperiodista freelance, y otros tantos voluntarios son los responsables del comedor popular en esta plaza, iniciativa inspirada en los Centros de Apoio ao Sem Abrigo de Portugal, que funcionan desde hace años y se han extendido a más de 16 ciudades. Después empezaron a surgir en Barcelona, donde los comedores populares en la calle funcionan desde hace dos años, y desde hace uno en Madrid y otras ciudades.

Conciencia y dignidad desde abajo

Los comedores, organizados por voluntarios, junto con los bancos de alimentos de las asambleas del 15M, están impulsando la solidaridad desde abajo. “Viene gente diversa, personas que viven en la calle, otras que tienen casa pero que no les llega para comer, familias con niños y, cada vez más, mujeres jóvenes. Nosotros no preguntamos mucho, queremos mantener su dignidad”, dice Berna Wang, escritora que coordina el grupo de voluntarios de los jueves.

“Viene gente diversa, personas que viven en la calle, otras que tienen casa pero que no les llega para comer y, cada vez más, mujeres jóvenes. Nosotros no preguntamos mucho, queremos mantener su dignidad" Wang explica cómo se organizan: “Cada día unos veinte voluntarios cocinan en sus casas y por la tarde llevan las raciones a la plaza”. La comida la compran, explica Wang, pero también obtienen donaciones: “El otro día se acercó una persona que tenía huerta en un pueblo de Madrid y se ha ofrecido a traernos hortalizas y otros productos. Tam­bién se ha acercado un frutero de Embajadores que nos va a entregar fruta”.

Los voluntarios llevan ya en platos de plástico las raciones de comida o los sándwiches que preparan en casa. “Nos crea cierta angustia que no nos lleguen las raciones, cada vez viene más gente. Nos hemos puesto como meta dar 120 cenas al día, aunque cada vez más personas nos demandan comida. Al menos cada tarde 120 personas se van cenadas a su casa, los que la tienen, claro...”, aclara Wang.

Comida caliente y solidaridad

Isabel de Burgos, 55 años, es una de las voluntarias del comedor de Tirso de Molina. Es periodista, pero ha sufrido un ERE. “Yo cocino y mi exmarido, que sí tiene trabajo, compra la comida. Casi siempre cocino garbanzos con arroz, verdura y frutos secos, que tiene muchas proteínas. El comedor es vegetariano y procuramos que sea una comida energética”. Isabel dice con preocupación que observa como cada día “hay más personas drogadictas que nos demandan comida. No sé si la pobreza les está llevando a la droga o bien es que ya no reciben atención de los servicios sociales”.

“Yo cocino y mi exmarido compra la comida. Casi siempre llevo garbanzos con arroz, verduras y frutos secos" Por su parte, Eugenia Sarasa, jubilada que se ha enterado de la iniciativa a través de los yayoflautas, apunta que “esto es solidaridad, no caridad”, y explica que la necesidad ya llega a todo tipo de personas: “Viene desde gente bien vestida hasta otra que duerme en la calle. Hay mucha necesidad”. Jaime Alekos recuerda que hace un año decidieron ir a la plaza y ponerse en un banco a repartir unas cuantas raciones. Hoy esta idea se repite en otras ciudades y barrios, como el Tupper solidario de Arganzuela.

http://www.diagonalperiodico.net/global/20523-nuestra-meta-es-dar-120-cenas-al-dia.html

IBERCAJA NO LO PUEDE CREER!!: LA CORRALA UTOPIA SE PRESENTA EN EL CONSEJO DE EUROPA PARA DEFENDER EL DERECHO A LA VIVIENDA

 02 de Noviembre de 2013 

 
 
 
 
 
 
 
 
 
La Corrala Utopía en la Sede del Consejo de Europa, a partir del próximo lunes. Participará junto a iniciativas públicas y ciudadanas de toda Europa en la conferencia Responding Together, siendo la única representación del Estado Español. 
 

 
Copiamos el twitter aparecido hoy en la tarde: #IbercajaTiembla La @corralautopia en el #ConsejoDeEuropa defendiendo el #DerechoALaVivienda
 
La Corrala Utopía en la Sede del Consejo de Europa, a partir del próximo lunes
El próximo lunes 4 de noviembre dos vecinas de la Corrala Utopía llegarán a Estrasburgo. Lo harán invitadas por el Consejo de Europa y por la Comisión Europea, que organizan la Conferencia 'Responding Together', en la que participan iniciativas públicas, institucionales y ciudadanas de toda Europa. La Corrala Utopía será, de hecho, la única representación española en el evento, que apuesta por buscar salidas a la crisis desde las propuestas de la propia sociedad civil.

Al evento acudirán representantes del propio Consejo de Europa, de la Comisión Europea, de Francia, Italia, Alemania, Bélgica, Reino Unido, Rusia, Moldavia, etcétera. Algunas de las iniciativas ciudadanas que se analizarán durante la próxima semana tratan sobre reciclaje, lucha contra la exclusión social, lucha contra la pobreza y, por supuesto, sobre el problema de la vivienda, que en ningún país europeo adquiere la relevancia y gravedad que en España.

/20131029csrcsrnac_27/Tesque esta misma semana ha anunciado que participará en una Campaña Estatal para evitar el desalojo de Corrala Utopía, ya fue elegida como Ciudadana Europea del Año. Y, en fechas recientes además, el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha paralizado cautelarmente el desalojo de un bloque de viviendas ocupado por la PAH en Salt (Girona). Ahora la Corrala Utopía expondrá sus planteamientos en el Consejo de Europa.
 

NUESTRA SOCIEDAD ESTÁ ENFERMA Y NECESITA URGENTEMENTE UN CAMBIO POLÍTICO Y ECONÓMICO QUE REDUNDE EN EL BIEN GLOBAL

por Pedro Antonio Honrubia Hurtado
 
  02 de Noviembre de 2013 10:12

En la era de la globalización, las comunicaciones y la diversidad cultural, encontramos más que nunca individuos que se sienten solos, falsedad en la información y rechazo de todo aquello que nos resulte extraño o diferente. Hace falta un cambio de sistema y hace falta que sea ya. 
Qué duda cabe de que la actual mentalidad consumista- capitalista, una mezcla nefasta entre los principios propios de la moral liberal y el liberalismo económico, es una máquina potencial de dar vida a individuos llenos de valores ilusorios y necesidades falsas, pero lamentablemente vacíos de proyectos filosóficos que den  sentido a sus vidas más allá de las meras aspiraciones de supervivencia social y biológica, en el marco de lo impuesto por la simbología consumista/capitalista.

La búsqueda de sentido propia de todo ser humano,  en nuestra actual sociedad se ve así, en apariencia,  satisfecha por la progresiva realización individual de las exigencias propias de nuestra sociedad,  exigencias éstas orientadas por una moralidad colectiva absolutamente preocupada por las meras apariencias, y un sin fin de necesidades falsas autocreadas, a través de la publicidad, por el propio sistema económico, y en cuya satisfacción reside buena parte de la felicidad del hombre de hoy en el mundo occidental.

Este vacío generalizado de búsqueda del sentido más allá de lo puramente aparente y de lo material, es decir, esta sumisión del sujeto a los valores morales y culturales impuestos por el sistema como supuestos medios para la realización personal, permite que se desarrolle una conciencia competitiva,  propia de un sistema económico que propugna el éxito individual a toda costa,  que nace, crece y  se reproduce  a diario en cada uno de nosotros; haciendo suya nuestra vida ante la comunidad y arrastrándonos sutilmente al egocentrismo y al individualismo más rancio.

Bien es cierto que la comparación con el prójimo es un acto subjetivo dado por igual en todas y cada una de las culturas existentes sobre la faz de la tierra, desde la más primitivas a las más desarrolladas tecnológicamente hablando. Pero esta comparación, que en otros modelos sociales menos desarrollados tiene como objetivo garantizar  el progreso  de la comunidad, su correcta evolución en positivo y  en favor del global del ente social y de cada uno de sus individuos por separado, en nuestra actual civilización occidental toma un claro tono competitivo que  induce al individuo a utilizar todo tipo de artimañas para alcanzar el objetivo fijado: ser de una manera u otra superior a tu vecino.

Sin duda, aunque pueda parecer chocante, el gran culpable de todo esto lo podemos encontrar en primera instancia en nuestro propio proceso de socialización, que, bajo la excusa de servir como base al desarrollo de nuestro aprendizaje, es claramente un arma de manipulación y control social cuyo fin último es asegurar el  buen funcionamiento de la sociedad, o lo que viene a ser lo mismo, el mantenimiento de los poderes fácticos que gobiernan el estado y  del buen discurrir del ciclo consumista-capitalista. El aprendizaje social de los sujetos de hoy, lejos de ser un reflejo de la espontaneidad histórica en el desarrollo de una cultura, es, más que nunca, un proceso absolutamente controlado por  la mano del poder social establecido,  y plenamente orientado hacia la sumisión y la alienación del individuo a la sociedad del consumo, a las garras del capitalismo.

No se nos educa para ser ciudadanos, se nos educa para ser siervos del sistema. Los estereotipos sociales, las reglas de comportamiento en sociedad, "la buena educación", la moral consumista, los valores estéticos, y todas las demás patrañas heredadas de la enseñanza social,  nos marcan desde la cuna el camino a seguir para, supuestamente, que cada persona pueda ser feliz consigo mismo, aunque todo ello, en la mayoría de casos, en realidad no sea más que un aprendizaje de cómo vincular nuestra felicidad al juicio externo, con la fragilidad que ello conlleva para la verdadera consecución del objetivo fijado.

Como consecuencia de ello, toda acción toma un sentido cuando puede ser mostrada al prójimo, pero carece del mismo cuando solo tiene como objetivo la autorrealización personal. Este tipo de actitudes nos hacen  encontramos ante un mundo masificado de gente de modales distinguidos, pero que ocultan tras su buen hacer y comportamiento un vacío intransigente, dando pie con ello a la falta de compromiso respecto de los demás, algo, desgraciadamente, tan característico de nuestros días. Castoriadis lo llamó "privatización".

La vida, que ciertamente se puede entender, dentro de esta mentalidad competitiva y egoísta, como una partida con victorias y derrotas, tiene un desarrollo al más puro estilo de una vil secuela ficticia de una película desmesuradamente presupuestada. Su director: la falsedad; su guionista: la hipocresía; sus actores: tú, yo, todos juntos. Triste pero cierto. Por más que se nos quiera revestir de derechos y libertades nuestra actual civilización, lo cierto es que nuestra sociedad es, hoy como ayer,  una cárcel para la libertad del individuo. Somos esclavos de nuestras necesidades; siempre lo hemos sido de las biológicas, pero ahora, tal vez por primera vez en la historia, lo somos en mayor grado de las sociales, estando sometidos a multitud de falsas necesidades comerciales, y adormecidos por los efectos opiáceos de la publicidad y sus promesas de éxito social y demás oníricas fantasías.

El progreso científico-tecnológico ha traído mayor abundancia en la producción de bienes primarios, mayor facilidad para el acceso a la satisfacción de los mismos, pero también ha traído tras de sí un sometimiento sin precedentes del hombre a sus posesiones, del sujeto a sus pertenencias. Lo que poseemos ha acabado poseyéndonos, como bien dice Brad Pitt en una secuencia de la película “el club de la lucha”.

No obstante, si  pretendemos tener una visión no simplista de la situación y analizar la raíz del asunto, es evidente que no se puede culpar al individuo de hoy de la actual situación, ni tan siquiera podemos culpar al individuo de ayer, ni al de antes de ayer, pues todo esto no es más que una consecuencia directa de un problema de base, nacido en el mismo día en que triunfó la revolución  ilustrada, dando vida a la sociedad liberal burguesa, y con ello al inicio de la expansión del capitalismo liberal. En el mismo momento en que se vincula al hombre con el fruto de su trabajo y con su capacidad de consumo, se le convierte en una cifra que adorna las estadísticas macroeconómicas, arrebatándole con ello su personalidad soberana dentro del conjunto global de la humanidad, pero eso sí, una cifra a la cual se le debe hablar directamente, de tú a tú, para que cuadren las cuentas.

Para la economía somos una cifra, pero para la publicidad, para los ideólogos del sometimiento del individuo al sistema, somos una persona que ve y oye, que siente y padece, que trabaja y compra.

Bajo el pretexto del desarrollo racional y científico, la gran burguesía dominante ha sabido sabiamente asumir su papel de líder político, económico y social, desarrollando todo un complejo sistema de relaciones sociales que garantiza eficazmente la estabilidad de sus status.
En la era de la globalización, las comunicaciones y la diversidad cultural, encontramos más que nunca individuos que se sienten solos, falsedad en la información y rechazo de todo aquello que nos resulte extraño o diferente. En la época de la abundancia, hay más personas hambrientas que nunca antes.

Aun sumidos en la masa estamos solos frente al mundo, somos el centro de la nada. Hemos perdido el sentimiento de pertenencia a una comunidad propio de las sociedades religiosas, el cual lo hemos  sustituido por la creencia de pertenecer a un mundo globalizado donde cada cual ha de luchar por poner sus intereses a salvo. Vagones de metro llenos hasta la bandera donde nadie habla con nadie, y donde a lo más estamos preocupados por analizar sexualmente al objeto de nuestro deseo (¡qué buena está esa rubia!) o por desconfiar de aquellos cuyo estereotipo nos resulte peligroso (¡cuidado con este de aquí al lado que no me gusta su aspecto y  no vaya a ser que me robe la cartera!). Nuestra única identidad colectiva es aquella que el mercado determina como tal, con sus iconos y marcas, con la valoración y jerarquización social que tales símbolos expresan, la cual respetamos como auténtico dogma de fe.

Tristemente asumimos que somos sujetos sin clase, ciudadanos que no pertenecen a ningún grupo social combativo, sin aspiraciones de cambio, más allá del cambio en los objetos de consumo impuestos por la publicidad al servicio del sistema, al servicio de los intereses de la alta burguesía. Trabaja y consume, compra lo que te digamos, mete tu dinero en nuestros bancos, paga nuestras hipotecas, degusta los productos de nuestras multinacionales, y si te sobra algo, ahorra o, todavía mejor, invierte en nuestra bolsa. Pero, eso sí, nada de sentirte diferente a nosotros, tú y yo estamos en el mismo bando, aunque por el aspecto de tu vecino de enfrente puedas pensar que él no. Palabras éstas que no tienen nombres y apellidos, pero que constantemente se nos dicen desde los labios de los hombres y mujeres que manejan el estado, que controlan el ciclo económico, y en cuyas cuentas bancarias, cada vez más vertiginosas, redundan finalmente los beneficios generados por el sudor de nuestro trabajo.

El gran logro de la alta burguesía ha sido, sin duda, hacer que el sujeto de clase obrera, o el pequeño empresario, o el marginado social, se miren entre sí con recelo, pero a la hora de mirar hacia ellos, lo hagan con admiración y respeto,  la admiración y el respeto que nace de la envidia que les tenemos. Y es que desde críos los hemos visto en las pantallas de nuestros televisores y hemos deseado profundamente poder llegar donde están ellos, y hasta hemos creído que así sería, achacando luego nuestro fracaso a la mala suerte o a la falta de talento. Por eso creemos que nuestro enemigo social es aquel que pretende robarnos la cartera en un metro, que en su desgracia o su falta de talento ha caído aún más bajo que nosotros, o aquel cuya pinta no nos satisface y pretende ennoviarse con nuestra hija, o el compañero de trabajo que recibe un ascenso, o el seguidor de un equipo de fútbol contrario al nuestro, pero nunca ellos. Ellos son lo que nosotros desearíamos ser en lo más profundo de nuestro ser, ellos, por tanto, son nuestros amigos, son como la luz que ilumina nuestro camino, la meta final a la cual aspiramos, aunque cada vez los veamos más lejanos.

A nivel moral, el ansia de libertad y el uso de la razón perseguido por el espíritu ilustrado, ha contribuido paulatinamente a la aparición de sistemas jurídicos comprometidos con el respeto a los derechos humanos y la libertad de acción y expresión. Lamentablemente también es un progreso limitado a una minoría de naciones del mundo, e incluso dentro de aquellos países privilegiados, las más de las veces falseado por las desigualdades sociales y la aparición de actitudes de rechazo mutuo entre los propios miembros de sus sociedades, así como por la represión que el estado ejerce sobre aquellos disidentes que no se pliegan a la “norma social”.

La auténtica realidad es que los intereses políticos y económicos están por encima del respeto a la libertad del individuo e incluso por encima del respeto a la dignidad humana, lo que en cierta medida cohíbe la implantación real y efectiva de tal desarrollo legislativo. Somos libres siempre y cuando no decidamos emplear esta "libertad" para ir contra el sistema establecido y sus mecanismos de control y defensa. Porque, en caso de intentarlo, entonces caerá sobre nosotros todo el peso de los diversos mecanismos de control del sistema, desde los mediáticos, hasta los militares y policiales, pasando evidentemente por los jurídicos. Solo si no te mueves, no sentirás las cadenas.

El sistema capitalista sabe defenderse, de eso no nos quepa la menor duda. Frente a los sistemas totalitarios fascistas que utilizaban la orden (la orden de capturar, encarcelar y asesinar al disidente), el sistema capitalista utiliza el orden. El orden, además, en un doble sentido. Orden en cuanto a la asignación de papeles de cada individuo dentro de la sociedad, y orden en cuanto a los comportamientos asignados por el sistema a cada individuo según su papel dentro del orden social.

Evidentemente, el sistema no guarda el mismo papel para un trabajador autoconsiderado de clase media, que para un alto ejecutivo, o para un integrante de una familia de clase obrera tradicional, o para un habitante de los suburbios, prácticamente excluido del entramado social. Aunque las leyes son, supuestamente, iguales para todos, la mentalidad cultural en la que se desarrollan cada uno de estos sujetos no es igual de exigente moralmente para todos ellos; cada cual tendrá su propio sistema de valores heredado en consonancia con el ambiente en que crezca y se desenvuelva. En definitiva, aunque todos formamos parte de una misma sociedad, el sistema se encarga de controlar de manera diferente a cada uno de nosotros según la clase social a la que pertenezcamos, y el potencial riesgo revolucionario que en ella se encierre.

Por volver a la vieja terminología del marxismo, aunque supuestamente existan clases bajas, clases medias, y clases altas, finalmente, hoy como ayer, podemos reducir esta sistematización a la diferencia entre clases privilegiadas (alta burguesía y trabajadores de altos ingresos) y clases explotadas (clases medias y clases bajas, es decir, el proletariado más una gran mayoría de profesionales liberales y pequeños propietarios). Tal vez, una forma simple pero efectiva de poder establecer una división correcta entre unos y otros, sería tomar como referencia la capacidad que tiene cada cual para vivir sin ser un esclavo del sistema, es decir, para vivir sin necesidad de tener que mirar cada mes a la cuenta del banco para poder pagar los gastos propios de la vida del día  a día. Todo aquel que dependa del salario de su trabajo, o de los beneficios de su pequeña empresa para poder hacer frente a los gastos de la vida, es un sujeto explotado por el sistema. Por muy bien que le vayan las cosas, si mañana se queda sin su fuente de ingreso, se queda sin nada, lo pierde todo, por tanto, es un esclavo del sistema, frente a quienes acumulan inmensas cantidades de capital monetario o patrimonial para hacer frente a las posibles malas jugadas del destino.

Que no nos engañen más; el señor Botín y similares no necesitan de sus actividades económicas para hacer frente a los gastos de la vida, por más que sus negocios dejaran de producir, la acumulación de capital que poseen es tal, que podrían vivir perfectamente hasta el final de sus días, y no solo ellos, si no su sucesivas generaciones. Si cada mañana te tienes que levantar para ir al trabajo so  pena de perder todo lo que tienes si no lo haces, entonces, no te quepa duda, eres un esclavo del sistema, tu libertad se limita a hacer lo que debes para mantener tus posesiones (“tus posesione acabarán poseyéndote”) y si no tienes ninguna pertenencia pues, simplemente, para llenar tu barriga a diario.

Pero, irónicamente, quienes más dependen del sistema son los miembros de la alta burguesía. Ellos realmente son los verdaderos esclavos del sistema pues  un sistema económico como el que tenemos en la actualidad permite que existan desigualdades tan abismales entre unos miembros y otros, pero no con todos los posibles sistemas sería así, y, por tanto, son esclavos del capitalismo en tanto y cuanto una posible revolución que les dejara sin sus propiedades, les dejaría sin nada.

De esta manera ya tenemos una primera conclusión evidente: La alta burguesía es antirrevolucionaria, ya que cualquier cambio en el sistema económico podría acabar con sus privilegios. Es decir, de todos los miembros de la sociedad, es la alta burguesía la única clase social no interesada en cambio alguno del sistema económico, ya que sus privilegios sociales y económicos dependen del mantenimiento de éste. Aunque, cabe matizar, el problema no es que una persona dependa del fruto de su trabajo para subsistir, que esto, al fin y al cabo, es algo inherente a la condición humana y propio de cualquier  sociedad que se precie, el problema es que, con este sistema, la esclavitud a la que esta personas están sometidos, redunda no en su propio beneficio, no en el beneficio global de la sociedad, sino, fundamentalmente, en el beneficio de unos pocos privilegiados que acumulan inmensas cantidades de capital monetario y patrimonial, a consecuencia de la explotación que es inherente a esta esclavitud del sujeto respecto de su trabajo. Es decir, mientras que la mayoría de nosotros necesitamos de nuestro trabajo para subsistir, gracias al beneficio ocasionado por nuestro trabajo y nuestro consumo existen personas que no se encuentran en esta misma situación, sino que viven “como reyes”, y que tienen absolutamente garantizada su subsistencia y la de sus próximas generaciones aun cuando sus ingresos dejaran de producirse, salvo, como he dicho antes, que se produzca una revolución que traiga consigo un cambio en el sistema económico que acabe con sus privilegios y les arrebate lo que en esencia pertenece al fruto del trabajo de las clases explotadas, esto es, su capital acumulado.

Por ello, una revolución debería, de mínimo, equiparar la situación de todos los miembros de la sociedad bajo estos criterios de reparto de la riqueza, es decir, o todos podemos vivir sin necesidad de depender del fruto de nuestro trabajo para llegar a fin de mes y garantizar nuestra subsistencia, lo cual es imposible, o todos debemos vivir siendo esclavos de nuestro trabajo, salvo aquellos que, por los motivos justificados que fueran, no pudieran tener acceso a un trabajo con el que ganarse la vida. Como digo, la primera situación es absolutamente impensable, ya que el trabajo es necesario para la producción de riqueza, y no existen recursos suficientes, no al menos a día de hoy con el desarrollo técnico de los medios de producción existentes, como para lograr que toda la humanidad pueda acumular suficiente capital como para no depender de su trabajo para vivir. Por tanto, siendo realistas, la única revolución posible pasa por instaurar un sistema económico donde todas y cada una de las personas dependan del fruto de su trabajo para vivir, cada cual en su ámbito según sus propias actitudes y capacidades, pero finalmente todos iguales en el sentido de pertenecer a una misma clase social: la clase trabajadora. Un sistema basado en aquello de "de cada cual según sus capacidades, a cada cual según sus necesidades". ¿Hace falta dar más pistas?

Es evidente que el mundo actual esta al borde del abismo, que el sistema capitalista cada vez trae peores consecuencias a la existencia humana y al mundo en general. Sería injusto acusar solamente a la acción del imperialismo norteamericano de tal situación, aunque evidentemente sean los mayores responsables. Pero, por encima de un estado u otro, de un imperio u otro, el gran problema del mundo, ahora más que nunca, es el propio sistema capitalista. El capitalismo es un mega monstruo que ha tomado vida propia, verdaderamente difícil de parar. No existe hombre en el mundo con el poder suficiente como para tomar las riendas del monstruo. El capitalismo galopa y galopa desbocado hacia su propia destrucción o la destrucción-toquemos madera- de la humanidad en su conjunto. Las guerras imperialistas - que ahora parecen que se han vuelto a poner de moda-, la pobreza cada vez más extrema, las crecientes desigualdades entre los países pobres y los países ricos, las desigualdades sociales dentro de los propios países supuestamente desarrollados, el uso mercantilista de bienes y servicios tan básicos como la sanidad, los productos farmacéuticos, la educación o la alimentación, no pueden conducir a la humanidad a nada bueno.

Solo una verdadera revolución puede salvarnos de las muchas tragedias que están por venir de la mano del monstruo capitalista.

Socialismo o Barbarie.

SUS BENEFICIOS, NUESTRA SANGRE


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Octubre 2013: 6 muertos en una mina leonesa por un escape de gas. Varios de ellos no llegaban a los 40 años.

El mes anterior, un trabajador muere electrocutado mientras montaba una carpa para las fiestas en un pueblo.

Unas semanas antes, en agosto de este año, muere a los 21 años un becario del Bank of America en Londres después de trabajar 72 horas seguidas. “Competimos por trabajos muy bien pagados” explicaba un compañero de este chico.

Sólo en España en 2012 hubo más de cuatrocientos mil accidentes laborales que supusieron la baja del trabajador, casi quinientos de ellos fueron mortales. Nos dicen a menudo que los accidentes laborales están disminuyendo (un 5% anual aproximadamente), sin embargo suele olvidarse que hay cinco millones menos de trabajadores que hace unos años y también suele olvidarse decir que en realidad, los accidentes graves y los mortales no están disminuyendo. De hecho, en el sector servicios los accidentes están aumentando.

Si bien, ya en 2002, con la economía española supuestamente a pleno rendimiento, cuando todo iba genial, hubo casi un millón de accidentes laborales de los cuales más de mil fueron mortales. Cada año perdemos para siempre al menos unos quinientos trabajadores, quinientos compañeros y compañeras, quinientos padres y madres o hijos e hijas.

A pesar de que normalmente se oculta el vergonzoso número de accidentes laborales y de accidentes mortales, es imposible actualmente negar el carácter criminal y asesino del sistema económico en el que vivimos. Los casos de los desahucios y más aún los de los suicidios por circunstancias económicas son una mancha de sangre que salpica incluso en los medios de comunicación que acostumbran a ser amables con las grandes empresas.

Pero los que diariamente sufrimos el trabajo (si, lo sufrimos), cada vez más somos conscientes de que este modo de producción no está manchado de sangre sino que chorrea sangre por todas partes. Cada año en España hay cinco 11-M en los centros de trabajo, pero lo hemos asumido como algo normal.
Aunque esta tragedia de la mortalidad laboral no es algo normal. Pero si no es algo normal y tampoco es algo excepcional de la crisis, ¿entonces qué?. En realidad la siniestralidad laboral no entiende mucho de coyuntura económica, esta tragedia tiene raíces profundas, pues es fruto de la forma en que funciona nuestra economía. Se trata de un modo de producción en el que los beneficios privados, el lucro, se sitúa siempre por encima de la seguridad colectiva y del bienestar social de aquellos que ponemos en riesgo nuestras propias vidas cada día.

Las circunstancias pueden parecer bastante evidentes; la crisis económica lleva a las empresas a reducir la vigilancia en materia de seguridad laboral, pues casi siempre supone un gasto (nunca se ve como una inversión). Sin embargo, como hemos visto, incluso en los momentos de vacas gordas nos encontramos con una siniestralidad laboral escandalosa. Esto es así porque existe una parte de la sociedad que utiliza el trabajo de los demás para prosperar y enriquecerse. Y el problema es que para poder hacerlo de esa forma no hay otra manera que exprimir al máximo el rendimiento de cada trabajador y, lamentablemente, eso implica necesariamente reducir la seguridad en el puesto de trabajo (además de reducir los salarios).

La crueldad de esta forma de organización social llega hasta el punto en el que un trabajador que reclama mayor seguridad está poniendo en riesgo su continuidad en la empresa, puesto que está exigiéndole un gasto a la empresa, es alguien incómodo. Por lo tanto, en este contexto, debemos volcar el peso de esta responsabilidad directamente en los empresarios en primer lugar y en segundo lugar en sus políticos que desarrollan las leyes laborales y deciden la cantidad de vigilantes de la seguridad laboral (inspectores de trabajo) que hay en funcionamiento.

Los trabajadores y trabajadoras por nuestro lado, podemos tratar de combatir esta lacra, como siempre, de forma organizada, haciendo presión cuando vamos todos juntos a reclamar una justa política de seguridad laboral en la empresa, el sector o en el parlamento. Pero en el fondo siempre sabremos que hasta que no pongamos la economía a nuestro servicio y seamos nosotros mismos quienes diseñemos la política de seguridad laboral en nuestra empresa, hasta ese día, no podremos asegurar que no seguiremos derrochando nuestra sangre para engrosar las millonarias cuentas de una pequeña parte de la sociedad.

¡Sus beneficios, nuestra sangre!

#Capitalismocriminal

ACABAN CON LA VIDA DE DOS NAZIS EN LAS CALLES DE ATENAS



 02.11.2013

Dos responsables del partido griego neonazi Amanecer Dorado, uno de ellos secretario local de la formación política, han muerto por varios disparos cerca de una sede del partido en el barrio ateniense de Neo Iraklio, según informó el diario griego 'Kathimerini' en su edición digital.

Se cree por el momento que los responsables de los disparos son dos hombres armados con un fusil AK-47 que dispararon desde una motocicleta en marcha.

 Una de las víctimas falleció en el acto, mientras que la segunda murió de camino al hospital, según el ministro de Sanidad, Adonis Georgiadis, que ha identificado a los muertos como dos hombres de 20 y 23 años. Un tercer individuo se encuentra en estado crítico.

El tiroteo tiene lugar un mes y medio después del asesinato el activista antifascista y cantante de hip-hop Pavlos Fyssas, perpetrado el pasado 17 de septiembre por un hombre que se confesó simpatizante de este partido.


ASÍ ESTAMOS

02.11.2013





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