En Red Roja llevamos un tiempo debatiendo sobre la construcción del
poder popular y el referente político de masas, estando de acuerdo con
estas necesidades
en el debate siempre nos surge con fuerza, que
para la generalización de esta estrategia de construcción de
instrumentos de poder de clase, necesitamos primero la concreción de los
principales pilares del partido comunista, como eje vertebrador y
generalizador del movimiento que lucha, capaz de dotar de estrategia
política revolucionaria a las movilizaciones y luchas de las masas
obreras, porque es obvio que la tremenda dispersión actual de
los distintos grupos y organizaciones comunistas, no favorece en
absoluto al cumplimiento de la estrategia de concreción del referente
político y del poder popular, es más, creemos que esta división nos
perjudica profundamente (por lo que nos resta de credibilidad nuestra
falta de unión) a nuestra estrategia política. Esta reflexión forma
parte del debate en la militancia de la Plataforma Comunista/Red Roja,
construida desde la unidad en la lucha de viejos militantes provenientes
del marxismo leninismo, otros del marxismo revolucionario del PCE más
los excluidos por el PCPE.
Como esta dispersión
viene de antiguo, a cuento viene esta cita contemplada en la
correspondencia entre Marx y Engels; este dice, que el movimiento no se
debe explicar solo desde el punto de vista del pasado, sino también del
porvenir y no con el criterio vulgar de los “evolucionistas”, sino
dialécticamente: “En los grandes procesos históricos, veinte años son
iguales a un día, si bien luego pueden venir días en que se condensen
veinte años” Quiere decir esto en el contexto aquí planteado, que
la unidad de los distintos destacamentos comunistas todavía marcha a
paso de tortuga, como en las etapas de procesos lentos, cuando en la
calle la situación que se vive es de fuertes cambios y de aumento de la
lucha social de masas, habiéndose superando la etapa de evolución
pacífica, y también con lo que respecta a muchos objetivos de
la movilización y organización de las masas obreras en una situación de
fuerte crisis sistémica del capitalismo, que solo se va a superar con la
destrucción del contrario: el sistema capitalista o la esclavización de
las masas trabajadoras.
Separando de momento
el debate sobre nuestro viejo partido comunista y sobre su futuro,
creemos que los herederos del marxismo revolucionario o marxismo
leninismo, deben centrarse en estos momentos álgidos de la lucha de
clases, de las masas obreras y populares contra los recortes de derechos
y libertades, para en paralelo a la movilización social, concentrar
nuestras fuerzas en la creación de un nuevo Partico Comunista, ahora,
cuando los actuales dirigentes socialdemócratas oportunistas unidos en
la “cumbre social “muestran su verdadera cara, reuniéndose con el
gobierno y la patronal para firmar pactos y acuerdos, aceptando
prebendas y financiación muchas veces ilegal, apoyando los recortes a
las clases populares allá donde gobiernan para financiar no solo la
deuda de la banca sino también sus rapiñas imperialistas, negando el
apoyo solidario e internacionalista a la revolución cubana, al pueblo
coreano, al pulso venezolano, abandonando a los pueblos palestino y
saharaui al genocidio provocado por el sionismo y el imperialismo
español y europeo junto con el yanqui, como en Afganistán, Libia o la
actualmente agredida Siria, para la cual reclamamos el máximo apoyo y
solidaridad. Este es el momento de desenmascarar a esta socialdemocracia
corrupta, socialimperialista, que forma parte del sistema, para ir
situando una alternativa revolucionaria de clase, de masas, de poder
popular, por el socialismo.
En estos momentos,
como decía, de algidez de la lucha, distintos destacamentos de
comunistas junto a los ya existentes, inician su andadura provenientes
del PCE o del PCPE, forman sus núcleos con sus debates y prioridades,
desde nuestro saludo, los exhortamos a superar el debate ideologizante y
los emplazamos a la unidad de los comunistas en torno a la
estrategia política, nunca exenta de principios ideológicos, como son:
la concreción de la estrategia desde el trabajo de masas por la
militancia comunista, la revolución socialista como la única pendiente,
con el internacionalismo proletario como bandera y el centralismo
democrático como expresión de la unidad de los contrarios; disciplina y
libertad de opinión. Son momentos cruciales de lucha de las
masas obreras y populares contra el gobierno del capital y tenemos la
obligación como revolucionarios de conformar un potente destacamento
comunista capaz de enfrentar los retos, tantos políticos de debate como
de pelea en la calle junto a las masas obreras, en la construcción del
referente político de masas en cualquiera de las facetas que seamos
capaces de construirlo, como partido comunista, como frente de izquierda
o frente popular, solo con la lucha de las masas y nuestra constancia
en ella nos dirá el mecanismo a elegir.
Evidentemente no
excluimos a los camaradas del PCPE, pero este partido tiene serios
problemas internos que resolver, que impide todo tipo de debate tanto
sobre la estrategia política revolucionaria de masas y que son de
democracia interna y de concepción del marxismo. Su autoproclamación
como el nuevo y único representante de los comunistas españoles, solo
sirve para la confusión de los distintos destacamentos de comunistas
dispersos o que inician su andadura; partido que se dice de clase, pero
su falta de compromiso con las masas trabajadoras por su rechazo en la
práctica al trabajo en los barrios obreros y en los sindicatos grandes o
pequeños, el que mejor se adecue en el centro de trabajo, rama o
localidad a su militancia y al sindicalismo revolucionario, lo niega, ha
creado los CUO como instrumento divisorio de la ya exigua vanguardia
sindical y muestra incapacidad de compromiso político y unidad de acción
con el resto del movimiento revolucionario y de masas que lucha, por
esa separación de la vida real, sus pronunciamientos son dogmaticos y su
práctica sectaria e infantil.
La dirección del PCPE debe
mostrar altura y sencillez revolucionaria, deben una explicación a la
militancia comunista de lo que pasó en Asturies, donde con exclusiones y
expulsiones obligaron a la creación de la Plataforma Comunista, de lo
que pasó en Castilla León obligando a la creación de Comunistas de
Castilla, de lo que pasó con la UJC-Madrid obligando a la creación del
Partido del Trabajo Democrático, de lo que pasó con los integrados de
Unión Proletaria, obligándolos a reconstruir de nuevo Unión Proletaria,
Castilla la Mancha, Cataluña, etc. Solo los perjuicios
pequeñoburgueses nos impiden reconocer los errores y hacer autocrítica,
anulándonos como revolucionarios en la capacidad de generar debate
político con el conjunto de destacamentos comunistas sobre la estrategia
revolucionaria de la clase obrera, en unos momentos de tremenda
ofensiva contra el pueblo por la burguesía española imperialista.
En “la enfermedad
infantil del izquierdismo en el comunismo” debatiendo Lenin con los
comunistas de izquierdas ingleses, donde exhorta a los cuatro partidos o
grupos, todos muy débiles y algunos extraordinariamente débiles a
formar un único Partido Comunista (ante la exclusión por algunos de todo
compromisos y alianzas) afirma “Si la primera tarea histórica (atraer a
la vanguardia consciente del proletariado) no podía ser resuelta sin
una victoria ideológica y política completa sobre el oportunismo y el
socialchovinismo, la segunda tarea que resulta en la actualidad y que
consiste en saber llevar a las masas a esa nueva posición capaz de
asegurar el triunfo de la vanguardia en la revolución, esta segunda
tarea no puede ser resuelta sin liquidar el doctrinarismo de izquierda,
sin enmendar por completo sus errores, sin desembarazarse de ellos”.
También manifiesta que
la revolución es imposible sin una crisis nacional general que afecte a
explotados y explotadores y sin que la mayoría de las clases
trabajadoras, especialmente las más conscientes, comprendan la necesidad
de la revolución y estén dispuestas a dar la vida por ella, y segundo
que las clases gobernantes atraviesen una crisis gubernamental que
arrastre a la política a las masas más atrasadas. Tenemos la crisis y si
a las movilizaciones de las masas se les dotan de estrategia política y
confluyen, tenemos la capacidad de generar la crisis gubernamental,
pero tenemos en mantillas tanto el partido revolucionario, como el
referente político de masas con un programa como mínimo anticapitalista.
El trabajo de masas entre las masas obreras
Muchas veces en
nuestra terminología hablamos de estar con las masas, trabajar con las
masas con una política o estrategia de masas, pero tras la derrota
política e ideológica de la clase obrera en el proceso de transición de
la dictadura franquista a la actual democrático burguesa, el
infantilismo y el doctrinarismo izquierdista, con fuertes dosis de
sectarismo entre nosotros nos alejaron del trabajo de masas y nos
separamos de ellas.
Actualmente todavía
estamos pagando el coste de la derrota por no haber apostado por la
ruptura en los años setenta. La traición de los dirigentes oportunistas
de derechas que poseían el control del partido comunista y del
movimiento revolucionario, hicieron ser visionario a Marx en el famoso
mensaje de la Internacional del 9 de septiembre de 1870, Marx ponía en
guardia al proletariado francés contra un alzamiento prematuro; pero
cuando, a pesar de todo, este se produjo (1871), aclamó con entusiasmo
la iniciativa revolucionaria de las masas “que toman el cielo por
asalto” (carta de Marx a Kugelmann). En esta situación, como en muchas
otras, la derrota de la acción revolucionaria era, desde el punto de
vista del materialismo dialéctico en que se situaba Marx, un mal menor
en la marcha general y en el resultado de la lucha proletaria, que el
que hubiera sido el abandono de las posiciones ya conquistadas, la
capitulación sin lucha: esta capitulación hubiera desmoralizado al
proletario y mermado su combatividad”. Lenin, “acerca de los sindicatos”
sobre la táctica de luchas del proletariado.
Sin ir tan lejos en el
espacio y el tiempo, la experiencia de la derrota con lucha la tenemos
en el 1934 con especial incidencia en Asturies que la superamos con la
victoria del Frente Popular, comparémosla a la actual derrota con
claudicación sin lucha durante la transición, que dura ya cerca de
cuarenta años de dictadura democrática burguesa y sin visos cercanos de
superación ideológica y política por parte del movimiento comunista
español.
La importancia del
trabajo concreto de masas por la militancia revolucionaria en los
sindicatos obreros, en los barrios obreros (economicismo o sindicalismo)
y actualmente hoy también en los movimientos sociales, lo manifiesta el
papel jugado en la conquista de las libertades en el estado español, la
lucha económica y la mejora de las condiciones de vida desde las
comisiones obreras de base de fábrica o barrio, que fueron potenciadas
por los y las comunistas y lugar donde nacieron para lo bueno y para lo
malo el grueso de los cuadros y dirigentes políticos de la clase obrera
que pilotaron la transición. Para la militancia revolucionaria
no hay otro lugar ni otra escuela, que la de fusionarse con las masas
desde la lucha económica, para elevar su conciencia de clase, su
organización y el ideal del socialismo, incluso como antaño hasta en los
sindicatos verticales.
Lenin en la
explicación del proyecto del programa del Partido Obrero Socialdemócrata
Ruso, ante el desarrollo del capitalismo en Rusia, manifiesta “El
obrero, quiéralo o no, tiene que vérselas ya ahora no con un patrono
aislado y con su voluntad y sus vejaciones,sino con la arbitrariedad y
los atropellos de toda la clase patronal. El obrero ve que quien le
oprime no es un capitalista cualquiera, sino toda la clase capitalista,
porque en todas las empresas rige el mismo sistema de explotación; un
capitalista aislado ni siquiera puede renunciar a este orden de cosas:
si, por ejemplo, se le ocurriese reducir la jornada de trabajo, sus
mercancías resultarían más caras que las de su vecino, que las de otro
patrono que obligase al obrero a trabajar más horas por el mismo
salario. Para conseguir una mejora de su situación, el obrero tiene que
enfrentarse ahora con toda una organización social encaminada a la
explotación del trabajo por el capital. El obrero no tiene ya frente a
sí la injusticia de un funcionario cualquiera, sino la injusticia del
propio poder del estado, que toma bajo su defensa a toda la clase
capitalista y promulga leyes obligatorias para todos en beneficio de
esta clase. Por tanto, la lucha de los obreros industriales contra los
patronos se transforma inevitablemente en una lucha contra toda la clase
capitalista, contra toda la estructura social, basada en la explotación
del trabajo por el capital. Por eso la lucha de los obreros adquiere un
significado social, se convierte en una lucha de todos los trabajadores
contra todas las clases que viven a costa del trabajo ajeno. ” Escrito
en la cárcel en 1895-1896.
Pero, Lenin ya advierte que un revolucionario debe intervenir con tres criterios,
el primero que sirva para desarrollar la conciencia de clase de las
masas obreras, el segundo que sirva para contribuir a la organización de
los obreros y el tercero hacerlo consciente de que su lucha es una
lucha política por su emancipación como clase, superando el economicismo
o sindicalismo social con la propuesta política del socialismo como
alternativa al capital.
Construcción del poder popular un problema práctico
Lo mismo nos pasa con
el concepto de poder popular, que lo simbolizamos en la teoría más que
en el desarrollo práctico de un movimiento de masas obreras y populares
que luchan, y que según se van construyendo los referentes políticos y
sociales, se va desarrollando desde el elemento concreto práctico los
mecanismos orgánicos unitarios del poder popular. Similar al surgimiento
de la comisión obrera en los años 60 del siglo pasado, en los centros
de trabajo y barrios obreros, era el mecanismo de representación
unitario práctico, surgido del movimiento de masas obreras que luchaban
por reivindicaciones concretas y las libertades políticas. Instrumento
de poder de clase y objetivo fundamental a liquidar por el oportunismo
de derechas, dirigidos por el revisionista de Carrillo y pensamiento
mayoritario entre las masas obreras hasta estos momentos, fruto del
exitoso desarrollo por el capitalismo de la estrategia del “estado de
bienestar” a cambio de la teoría de la reconciliación de clases, que se
sintetiza en comprar conciencias de clase con las migajas que les sobran
de la explotación de los países y pueblos del tercer mundo,
justificando las invasiones e intervenciones del imperialismo español,
europeo y yanqui como en Irak, con frases como que la clase obrera no
podía pagar a ese precio el petróleo.
Todo es válido para el
conocimiento; el estudio y la observación del desarrollo y formación de
las distintas formas históricas de construcción del poder popular de
masas, desde la experiencia de los soviets al poder popular cubano y sin
perder de vista la nueva experiencia venezolana de construcción de los
consejos patrióticos, todas son necesarias para futuras conclusiones, pero
debemos considerar como marxistas, que solo desde la práctica de la
lucha de masas obreras en la construcción de sus referentes orgánicos
políticos y sociales junto, con el aprendizaje que los revolucionarios
obtengamos de nuestra capacidad de dirigir esta lucha y en el avance en
la construcción del partido comunista, seremos capaces de ir dando
cuerpo al poder popular de masas que corresponde en el estado español,
tal como los comunistas españoles fuimos capaces de ver en el movimiento
de las comisiones obreras de base en los años 60 su futuro como poder
de clase.
Solo la clase obrera
con su lucha puede lograr su emancipación, y su instrumento de poder
debe servir de ejemplo de poder alternativo a la reaccionaria democracia
burguesa. Solo cuando las masas obreras mayoritariamente tomen
conciencia política, y no solo los sectores más avanzados, y sean
capaces de defender con la fuerza de la razón y de la mayoría con los
medios que sea necesario la alternativa del poder popular, contra la
corrupta y decadente democracia burguesa del capitalismo imperialista,
solo entonces el partido de estas masas conscientes, entenderá creado el
poder popular y podrá contraponer a la dictadura democrático burguesa
de la oligarquía financiera y patronal, la alternativa de las masas y
derrocar el actual sistema vigente por el del poder popular, restaurando
para el pueblo todo el poder sobre los medios de producción,
construyendo el socialismo.
Lenin en “la
enfermedad infantil del izquierdismo en el comunismo” explica
claramente, que fueron las revoluciones de febrero y octubre de 1917 las
que determinaron el desenvolvimiento de los soviets hasta el punto de
extenderse a todo el país, y después, su victoria en la revolución
proletaria socialista.
En este proceso surgen
tremendas dudas y discusiones sobre la participación en los parlamentos
e instituciones burguesas, debido a la tremenda corrupción de los
partidos burgueses y del oportunismo de derechas, que han montado toda
una superestructura partidaria a partir de las subvenciones, dietas,
salarios, sobresueldos y sobres bajo manga que ha enriquecido a muchos,
aunque de todos es conocido que el principal ente que los subvenciona es
la banca privada, a la cual deben y nunca pagan en metálico las
costosas campañas electorales, incluidas las de nuestros oportunistas de
derechas, y el principal subvencionador de la banca y la patronal la
hacienda pública.
El desprestigio del
parlamento y las instituciones es paralelo a la de los partidos y
sindicatos del sistema, de ello da bien cuenta el movimiento de
indignados como el 15-M y plataformas de empleadas/os públicos, que
tienen un fuerte impacto entre la juventud y sectores revolucionarios,
que unidos a las movilizaciones de las distintas marchas de las mareas
han puesto al gobierno en jaque, pero incluso juntos no han sido
capaces por sus limitaciones políticas y de organización como por las
nuestras propias como revolucionarios, de situar los elementos de
referencia política y de poder popular, por lo que a pesar del
desprestigio actual, las instituciones burguesas siguen siendo el
instrumento preferido para el gobierno del pueblo, no solo por las
amplias masas, sino también por muchos dirigentes de este movimiento, que en ningún momento han puesto en cuestión el sistema capitalista, solo quién lo gestiona.
Ya Lenin en “la
enfermedad infantil del izquierdismo” poniendo el ejemplo de los
comunistas alemanes y suecos que “han sabido hasta sin el apoyo de la
masa de abajo, dar un ejemplo de utilización realmente revolucionaria de
los parlamentos reaccionarios, ¡¿Cómo un partido revolucionario de
masas, que crece rápidamente con las desilusiones y la irritación de
estas últimas, características de las postguerras, no puede forjar una
fracción comunista en los peores parlamentos?! Precisamente porque las
masas atrasadas de obreros, y más aún la de pequeños agricultores, están
más imbuidas en Europa occidental que en Rusia de prejuicios
democraticoburgueses y parlamentarios, precisamente por eso únicamente
en el seno de instituciones como los parlamentos burgueses pueden (y
deben) los comunistas sostener una lucha prolongada, tenaz, sin
retroceder ante ninguna dificultad para denunciar, desvanecer y superar
dichos prejuicios.”
También aclara que la
participación en las instituciones y en los procesos electorales, debe
subordinarse a la estrategia de la lucha de masas y a la construcción de
sus referentes políticos para la de conquista del socialismo. En
los países con ciertas libertades democráticas, como pasa en general en
la mayoría de los países europeos, la participación electoral y en las
instituciones, los comunistas y los revolucionarios debemos subordinarla
a la estrategia general, mientras las masas obreras sigan
incrédulamente las consignas de los oportunistas de derechas de la
“cumbre social” y del poder burgués, de que el único sistema posible
para ellos es el capitalista y que la democracia burguesa la única forma
de relacionarnos y gobernarnos, la pelea tendremos que darla también
desde las elecciones y las instituciones burguesas, desenmascarándola
desde dentro para demostrar su carácter reaccionario y clasista, solo su
descrédito y la apuesta de las masas desde la movilización obrera por
el poder popular, nos puede llevar al boicot de las instituciones
burguesas, pero mientras tengan una gran influencia entre las masas
obreras hay que participar para denunciarlas, la opción de abandonarlas o
destruirlas, solo nos lo dirán las correlaciones de fuerzas y las
exigencias de las masas.
Acabo con una última cita de Lenin en su debate con el doctrinarismo de izquierda inglés, plenamente de actualidad “No
sabemos ni podemos saber cuál de las chispas que , en enjambre, surgen
ahora por doquier en todos los países bajo la influencia de la crisis
económica y política mundial, podrá originar el incendio, es decir,
despertar a las masas, y por lo tanto debemos, con nuestros nuevos
principios, nuestros principios comunistas, emprender la “preparación”
de todos los campos, sean de la naturaleza que sean, hasta los más
viejos, los más vetustos, y en apariencias los más estériles, pues en
caso contrario no estaremos a la altura de nuestra misión, faltaremos en
algo, no dominaremos toda clase de armas, no nos prepararemos ni para
la victoria sobre la burguesía (la cual ha organizado la vida social en
todos sus aspectos a la manera burguesa y ahora la ha desorganizado de
ese mismo modo) ni para la reorganización comunista de toda la vida, que
deberemos realizar una vez obtenida la victoria.”
Alonso Gallardo militante de la Plataforma Comunista/Red Roja