Los medios dominantes de EE.UU. siguen pretendiendo que son custodios del “periodismo serio”,
pero
esas afirmaciones se siguen deteriorando a medida que la prensa
corporativa rehúye su deber de cuestionar la propaganda procedente de
varias partes del gobierno de EE.UU.
Primero la buena noticia: El Premio Pulitzer de Servicio Público no
solo fue el mejor cubierto de este año, sino que además reconoció una
serie de revelaciones que pusieron nerviosos –si no en contra– a muchos
medios noticiosos: la publicación de secretos de la
Agencia de Seguridad Nacional filtrados por
Edward Snowden.
El premio reconoció la información del
Guardian en Inglaterra y también el trabajo de Bart Gellman en el
Washington Post
aunque no reconoció directamente el trabajo de Glenn Greenwald y Laura
Poitras, cuya información independiente apareció en numerosos
periódicos.
Poitras y Greenwald siguen poniendo nervioso al mundo de las noticias
porque: a) son francos, b) no están siempre bajo el control y la
disciplina de editores tradicionales y 3) tienen una relación
abiertamente respetuosa y positiva con su fuente como si eso fuera un
grave crimen o delito.
Es significativo que hayan sido reconocidos por los premios Polk,
pero no por el consejo del Pulitzer. En algunos altos círculos, su
fuente, Edward Snowden, sigue siendo visto como un traidor o algo peor.
El Premio Pulitzer es la gran enchilada en el mundo mediático
anunciado en una ceremonia formal en la sala Pulitzer de la Escuela de
Periodismo de la Universidad de Columbia en Morningside Heights, Nueva
York. Los periodistas que obtienen esos premios son reconocidos de por
vida como “Galardonados con el Premio Pulitzer”, una señal de que
alcanzaron la máxima altura en la profesión. Es un pasaje a mejoras y
más reconocimiento.
Una vez una exdecana de la misma “Escuela de Periodismo” –en la que
enseñé como profesor adjunto– me dijo que se consideraban el “Taj Mahal”
del periodismo estadounidense. No osé recordarle que el Taj original
fue construido como una tumba.
Casi tan significativo como los premios por las historias procedentes
de un denunciante fue el premio a un informe de investigación sobre
mineros del carbón a los que les negaron prestaciones por la enfermedad
del pulmón negro, un informe elaborado por una de las organizaciones
mediáticas sin fines de lucro, el Centro para Integridad Pública (CPI).
Un periodista del CPI, Chris Hamby, obtuvo ese premio.
La tinta en el documento del premio ni siquiera había secado cuando
ABC News,
una cadena de televisión para la cual yo solía trabajar, apareció con
una afirmación de alto perfil de que ya que ellos transmitieron una
historia basada en la información de Hamby, ellos también merecían el
Pulitzer. La embarazosa sonora demanda de crédito por el presidente
saliente de
ABC Ben Sherwood fue rechazada, primero cortésmente y después con indignación, por el director del Centro Bill Buzenberg.
Según
Talking Points Memo, Buzenberg dijo: “No me gusta ser
intimidado por alguien o ser amenazado por alguien. Simplemente nos
basamos en los hechos.” Buzenberg explicó que el comité del Pulitzer no
otorgaba el premio por material transmitido y dijo a
ABC que terminara sus demandas.
Buzenberg escribió en la carta a
ABC que “El Centro está dispuesto a mostrar detalladamente lo poco que Brian Ross y Matt Mosk de
ABC
entendían incluso los conceptos más fundamentales y hechos claves y
cómo se volvieron repetidamente hacia Chris para que los aconsejara o,
en algunos casos, hiciera su trabajo”, y agregó:
“Aunque usted ha presentado el tema como si el Centro quisiera disminuir las contribuciones de
ABC, la realidad es todo lo contrario:
ABC
trata de presentar como propia una gran parte de un trabajo que no
produjo. Esos son los hechos, como lo confirmó de nuevo ayer el
Administrador del Pulitzer Sig Gissler, ajustándose a las reglas muy
estrictas del Premio Pulitzer.”
Habiendo trabajado en
ABC durante ocho años y escrito sobre la experiencia en mi libro
The More You Watch, The Less You Know, [Cuanto más ves, menos sabes], pude comprender el resentimiento de Buzenberg ante la arrogancia e intimidación de la cadena.
Según mi experiencia, los ejecutivos de la televisión ven sus
empresas como si fueran unidades militares bajo el control de los
hombres que controlan las salas de control. (Después de que los informes
salen de la sala de control pasan por el “Master Control” que suena
todavía más orwelliano.) Esos jefes de las noticias no obtendrían buenas
notas en la escuela en la evaluación de su capacidad de “trabajar en
equipo”.
Las cadenas de televisión están desesperadas estos días por legitimar
el reconocimiento en un mundo mediático que se ha fragmentado y en el
que ya no tienen una posición dominante. No quiere decir que no valoren
el reconocimiento de personas informadas y palmaditas en la espalda de
los que están en el poder.
Al mismo tiempo que el mundo de los periódicos ha cumplido su
obligación de reconocer la historia de Snowden -sin Snowden, por
supuesto, a quien según
Moscow Times se la ha acabado el dinero
en su exilio forzoso.
CBS News, otrora conocida como la cadena de Edward R Murrow y
Walter Cronkite, ha girado en otra dirección desde que despidió a Dan
Rather después de un procedimiento inquisitorial para castigarlo por una
información que mostró que el presidente George W. Bush mintió sobre
sus credenciales militares.
En la actualidad, predeciblemente
CBS también ha seguido otro camino en la historia de Snowden. Eso no debería ser una sorpresa en un medio que nombró a la
grupie
del Pentágono Lara Logan corresponsal extranjera jefe, solo para ser
mencionada en el intento de la emisora de encubrir su erróneo informe
desde Bengasi que dio crédito al sesgo derechista del asunto.
Más recientemente,
CBS produjo una historia pro NSA en dos
partes en “60 Minutes,” presentada por John Miller quien reconoció en
una transmisión en vivo que ha trabajado para el Director de
Inteligencia Nacional y quien entones, después de la emisión de la
historia, dejó la cadena para convertirse en jefe de inteligencia en el
Departamento de Policía de Nueva York.
Como informó
Village Voice: “Miller no es el primer
periodista que hace ese tipo de cambio –las salas de noticias se reducen
y la gente tiene familias que alimentar… Ha mostrado que hay una
carrera viable, y lucrativa, en el uso de la puerta giratoria entre el
periodismo y el mantenimiento del orden (o cualquier otra institución).”
Ahora,
CBS, la cadena de televisión del “gran ojo”, ha ido aún más lejos, como informa Danny Weil: “
CBS News
ha contratado al exdirector interino de la CIA Mike Morell como
corresponsal sénior sobre seguridad. Morell ha sido un invitado
frecuente en “Face the Nation” de
CBS, donde ha diseminado propaganda de la CIA e información engañosa, provocando preguntas sobre la integridad periodística de
CBS.
Morell también trabaja para Beacon Global Strategies, una firma
consultora de Washington que trafica con sus conexiones en el Gobierno
para contratistas de la defensa, provocando aún más preguntas sobre su
papel en
CBS.”
Esta noticia llegó pocos días después de la información de que el jefe supremo de
CBS, Les Moonves, se lleva a casa actualmente 63 millones de dólares por año.
El 23 de diciembre de 2013, Morell apareció en “Face the Nation”,
donde promovió la campaña del Gobierno para enjuiciar a Edward Snowden.
Ese día, Morell declaró:
“Violó la confianza que le otorgó el Gobierno de EE.UU. Ha cometido
un crimen, a mi juicio. Se sabe que un denunciante no se escapa. Un
denunciante no revela información que no tiene nada que ver con lo que
dice que es su causa que es la privacidad y las libertades civiles de
los estadounidenses.
“Si pudiera hablar con el señor Snowden yo mismo, le diría: Edward,
usted dice que es un patriota, que quiere proteger la privacidad y las
libertades civiles de los estadounidenses, que quiere que los
estadounidenses tengan un debate al respecto y que decidan qué hacer al
respecto. Bueno, si realmente cree eso, si realmente cree que los
estadounidenses deben juzgar este programa, entonces también debe creer
que los estadounidenses deben juzgar su conducta al respecto. Por lo
tanto si es el patriota que dice que es, debería volver al país a que le
juzgasen’”.
Ahora, nos toca juzgar a nosotros: ¿Esto es o no es complicidad de
los medios con el Estado de vigilancia? Hay que considerar que si
Snowden no hubiera hecho lo que hizo –y si Greenwald y Poitras no
hubieran hecho lo que hicieron– no habríamos tenido información de lo
que hace la NSA en nuestro nombre. Si hubiéramos esperado que los
grandes medios nos informaran todavía estaríamos esperando.
Danny Schechter es productor de televisión, cineasta
independiente, bloguero y crítico de los medios de comunicación. Escribe
y da conferencias con frecuencia sobre los medios de comunicación de
Estados Unidos y de todo el mundo. Está especializado en periodismo de
investigación. En 2001 recibió el Premio a la Excelencia del Periodismo
Documental concedido por la Sociedad de Periodistas Profesionales.
(Tomado de Rebelión)