06.11.2013.
Andoni Baserrigorri
Ante la muerte de dos militantes neonazis griegos en un
enfrentamiento armado con militantes de izquierda, Syriza, no ha tenido
otra ocurrencia que calificar el hecho como que “apunta a la
democracia”.
Sin querer entrar a valorar la acción y el desenlace el cual,
efectivamente saldó con la muerte de los dos fascistas griegos, la
reacción de Syriza, llama y mucho la atención. Y lo hace precisamente
porque el supuesto grupo “antisistema” y “anticapitalista” de la
“izquierda plural” griega, se ha terminado de desnudar en términos
ideológicos.
Quizás haya que hacer un poco de memoria y recordar como desde la
prensa de los estados europeos nos han querido mostrar a Syriza, como
una izquierda radical, que pretende terminar con el capitalismo y que
busca una ruptura en Grecia. Esa fue la puesta en escena y así nos la
mostraron.
Dice un viejo refrán castellano que el diablo para engañar siempre
mienta las sagradas escrituras. Syriza las ha mentado hasta la saciedad,
y ha seguido ese juego, sin duda propagandístico, con la intención de
captar el voto de amplios sectores de la sociedad griega que están ya
hartas de un sistema, el capitalista que les esta llevando a una
situación limite y a una miseria creciente.
No tardaron en salirle imitadores a Syriza. Tanto en el estado
español, como en algunos otros lugares, enseguida hubo quienes nos
señalaron a Syriza como la esperanza no ya de Grecia sino de Europa y
que su estrategia de acumular fuerzas a la izquierda de la
socialdemocracia, era el camino para tomar el poder por parte de los
sectores populares y empezar a cambiar las cosas en la vieja Europa.
Quizás en el estado español, la primera experiencia en ese sentido se
dio en Galiza donde una variopinta amalgama de grupos de izquierda
crearon Anova y en seguida se le apodó la “Syriza galega”. Pronto Anova
pactó con el izquierdismo reformista de IU, con su sucursal galega, sin
importarles demasiado ni a Beiras o la cada vez más reformista FPG.
Cuantos más mejor parecía, solo importaba que hubiese un montón de
siglas de cara a lograr un buen resultado electoral. Como si acudir al
parlamento burgués de Galiza o de cualquier otro lugar del mundo fuese
la manera de solucionar los problemas de la clase obrera y demás
sectores populares. Y no solo eso, se atrevieron a proclamar que el
problema nacional, debería pasar a un segundo plano ante la situación
general. Si pactas con españolistas, aunque sean de izquierdas…
Pasados varios meses, ni han hecho una política anticapitalista
consecuente ni soberanista. Y no solo eso, hace bien poco, han dado un
espectáculo lamentable, montando una monumental gresca entre los grupos
integrantes de la “Syriza” galega por conseguir el escaño de uno de sus
miembros que debía dejar el parlamento por razones laborales. Como se
puede ver, ni anticapitalismo, ni rupturismo ni nada. Izquierdismo
reformista y oportunista del siglo XXI.
Se puede decir que la “experiencia Syriza-galega” ha imitado
perfectamente a la Syriza original griega. Pasada la euforia inicial, en
Grecia, y logrado un digno resultado electoral, Syriza no ha aportado
nada nuevo a la vieja política del país heleno. Es más, es evidente que
cada día que pasa se asientan más en ocupar el lugar del PSOK
socialdemócrata. Es ya la referencia de la izquierda “razonable” que
todo país capitalista desea para sí. Una izquierda que se limite a una
pose radical, pero que no toque sus intereses en ninguna de las patas
que lo sostiene.
Una izquierda que pueda absorber el voto revolucionario y conducirlo
hacia posiciones moderadas. Una izquierda que desilusione, para que la
clase obrera llegue al convencimiento que no es posible derrotar al
capitalismo. Una izquierda que asuma que el parlamentarismo burgués es
la única forma de organización política de la sociedad.
Una izquierda en fin que renuncie al socialismo y a liberar al pueblo de las cadenas del capitalismo.
En ese sentido Syriza no era ninguna novedad. No es sino una versión
moderna y en griego de Euskadiko Ezkerra, experiencia vasca de los 70-80
y que desembocó en el PSE-PSOE. El reformismo y el revisionismo es mas
viejo que mear contra la pared.
Por eso ante los hechos ocurridos en Atenas Syriza ha dicho
públicamente que tales hechos atentan “contra la democracia”. Y es que
para Syriza la actual situación de Grecia, con ricos cada vez más ricos y
la población cada vez más en la miseria, con una amenaza fascista
evidente, con unas agresiones crecientes de la oligarquía contra los
derechos de los trabajadores…es una situación “democrática”. Esa es la
idea de democracia que tiene Syriza, el sistema burgués-parlamentario y
de economía de mercado. O sea, capitalista.
Si un partido o organización política no tiene claro, que el sistema
burgués no es democrático y que es preciso y urgente crear uno
alternativo, llamado democracia popular, que es urgente nacionalizar la
banca y los medios de producción, que se debe situar en el centro de la
acción política la derrota de la burguesía, que es preciso el reparto de
la tierra…por mucha batucada que toque, es una farsa y un engaño para
la clase obrera y los sectores populares.
Syriza podrá seguir mentando las sagradas escrituras para engañar,
pero se le acaba el tiempo de la farsa. Ya enseño la patita y esa
patita…es una más del sistema capitalista. La izquierda guay del
Paraguay.