13.12.2014
La
Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) pagó
a raperos para desatar un movimiento contra el gobierno cubano, revela
una investigación de la agencia informativa AP.
Una investigación realizada por
la agencia estadounidense The Associated Press (AP) revela que a través
del movimiento musical hip-hop la agencia de Estados Unidos para el
Desarrollo Internacional (USAID) infiltró un proyecto para
desestabilizar a Cuba.
De acuerdo a la publicación, la
USAID contrató a un grupo de cantantes de rap para intentar crear un
grupo contra el gobierno cubano. Este plan se ejecutó por más de dos
años y usaba a los músicos para construir una red de jóvenes en busca de
“un cambio social” dentro de la isla.
¿Por qué con hip-hop?
El programa de hip-hop de USAID
se inspiró en los conciertos de protesta de estudiantes serbios que
ayudaron a derrocar al presidente Slobodan Milosevic en 2000. Serbios
involucrados en ese esfuerzo guiaron el programa cubano de hip-hop.
Los planes contemplaban reclutar a
decenas de músicos cubanos para avivar un falso movimiento “artístico”
que desafiara al gobierno de La Habana.
El sitio digital Huffington Post
publica este jueves una cronología de las acciones encubiertas de la
USAID en Cuba, que detalla las actividades del “promotor musical” serbio
Rajko Bozic, quien llegó a Cuba con instrucciones de incorporar a su
plan a raperos cubanos, entre ellos el dúo Los Aldeanos, y poner en
marcha un movimiento juvenil opositor.
Asimismo señalan como la empresa
Creative Associates International, con sede en Washington, olaneó en
Costa Rica cómo aprovechar el Concierto por la Paz que el cantautor
colombiano Juanes organizaba en La Habana, para impulsar a Los Aldeanos y
su discurso contestatario.
“Coincidentemente, el 3 de
diciembre de 2009, el subcontratista de USAID, el ciudadano
estadounidense Alan Gross, es detenido en el aeropuerto de La Habana por
introducir ilegalmente a Cuba teléfonos satelitales y equipos de
computación sin tener los permisos necesarios”, indica la investigación.
La operación secreta de
penetración del movimiento de hip-hop transcurrió simultáneamente con
otros dos programas patrocinados por la USAID: el lanzamiento de un
sistema secreto de “twitter cubano”, conocido como Zunzuneo, y un
programa que envió a jóvenes latinoamericanos para provocar la
desestabilización de la juventud cubana a través del descontento y la
crítica a las gestión gubernamental.
AP demuestra con contratos,
correos electrónicos, conversaciones en chats, presupuestos, informes,
fotografías y pasaportes cómo Creative Associates International y la
USAID, pagaron millones de dólares para socavar al gobierno de Cuba.
EL TEXTO DE AP
LA
HABANA (AP) — A principios de 2009, un contratista de una entidad
federal de Estados Unidos envió a un promotor musical a Cuba con la
orden de reclutar a uno de los raperos más conocidos de La Habana para
desatar un movimiento juvenil en contra del gobierno cubano.
Se trataba de un proyecto, en la
Cuba comunista, que podía haber llevado a la cárcel al promotor serbio
Rajko Bozic. Así que cuando le hizo su propuesta al artista Aldo
Rodríguez, Bozic no le mencionó sus verdaderas intenciones, ni que
estaba trabajando para la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo
Internacional (USAID).
Con su peinado rasta, su cuerpo
musculoso y tatuado, Aldo era un héroe en el mundo ‘underground’ del
hip-hop cubano por las letras de sus canciones que protestaban por el
control del gobierno cubano sobre aspectos de la vida diaria, en piezas
como “El rap es guerra”, palabras que tiene escritas en un antebrazo.
El y su grupo, Los Aldeanos,
estaban a punto de caer, sin saberlo, en un enfrentamiento entre
Washington y La Habana, según muestran miles de páginas de documentos
obtenidos por The Associated Press y decenas de entrevistas. En momentos
que el gobierno cubano volvía su mirada al grupo de Aldo —su primer
disco se llamó “Censurado”— Bozic fue enviado a subirle el volumen a sus
canciones de protesta.
El proyecto secreto de la USAID y
los artistas hip-hop cubanos trataba de diseminar una “revolución
democrática”, pero como otras operaciones estadounidenses en la isla,
fue implementado por simples aficionados.
Documentos muestran que USAID
puso en peligro a cubanos inocentes y a sus propios contratistas a pesar
de que había claras señales de alerta. Las autoridades detuvieron o
interrogaron a músicos o a operativos de USAID y les confiscaron varias
veces sus computadoras y unidades de memoria, que en algunos casos
contenían material que los vinculaba con entidad federal estadounidense.
En una declaración escrita, USAID
dijo que estos programas eran parte de un contrato de cuatro años que
terminó en 2012, pero negó que fueran clandestinos.
“Cualquier afirmación de que
nuestro trabajo es secreto o encubierta simplemente es falso”, dijo
USAID en un comunicado el miércoles. Sus programas estaban orientados a
fortalecer a la sociedad civil “a menudo en lugares donde la
participación ciudadana es oprimida y donde las personas son acosadas,
arrestadas, sometidas a lesiones físicas o peor”.
Creative Associates se abstuvo de hacer comentarios
La operación funcionó de manera
simultánea con otros dos programas de USAID revelados por la AP
previamente este año: el lanzamiento de una especie de “Twitter cubano”
llamado ZunZuneo y otro programa que envió a la isla jóvenes
latinoamericanos a provocar disensión, y que también incluyó elaborados
subterfugios, como la creación de una organización de fachada y un
exótico entramado financiero para ocultar la participación
norteamericana.
USAID enfocó sus esfuerzos en
algunos de los más destacados músicos cubanos, entre ellos dos de sus
íconos con vínculos con el gobierno, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés e,
incluso, a un miembro de la familia de Fidel Castro.
Todo giraba en torno a una
estrategia de manipulación sutil. Bozic, con su cabello negro corto y su
sonrisa sarcástica, fue contratado por Creative Associates
International, una compañía que suscribió un contrato multimillonario
con USAID. Su objetivo: hacerse al mando del movimiento hip-hop de la
isla “para ayudar a la juventud cubana a romper el bloqueo informativo” y
crear “redes juveniles para el cambio social”, según muestran los
documentos.
Los contratistas de Creative
contratarían a Aldo y a otros músicos cubanos para proyectos que
aparentemente eran iniciativas culturales pero que en realidad estaban
dirigidos a impulsar su visibilidad y estimular a sus fans para retar al
gobierno cubano. El truco era hacerlo sin que los arrestaran.
Aunque parece inverosímil que
Estados Unidos echara mano de la música para generar resistencia al
gobierno de Raúl Castro, había un precedente: el proyecto de Bozic se
inspiró en conciertos de protesta del movimiento estudiantil que ayudó a
derrocar al entonces presidente serbio Slobodan Milosevic en 2000.
Bozic había estudiado el entorno
hip-hop cubano y llegó a la conclusión de que por ser una fuente de
disenso, ofrecía una oportunidad poco común y con un potencial para
desarrollar la misión de promoción de la democracia de USAID.
“Permanentemente, algunos de los
artistas interpretan canciones que rebosan de enojo, que critican con
fuerza al régimen”, escribió Bozic tras un viaje en 2009.
Pero el proyecto hip-hop era
difícil de ocultar. Bozic trabajaba en escenarios públicos en un país
donde la música está inextricablemente unida a la política y la vida
cotidiana.
El gobierno ya estaba cancelando
las presentaciones de hip-hop e incluso había creado una agencia para
regular el hip-hop: la Agencia Cubana del Rap.
“No debemos subestimar el potencial del gobierno para reconocer el peligro”, dijo Bozic a Creative en un memorando.
Bozic notó que los músicos
cubanos estaban abiertos a recibir ayuda del extranjero, pero se
mostraban recelosos de Estados Unidos. Cualquiera que fuera sorprendido
participando en una operación de USAID podía ir a la cárcel. La
financiación era un asunto “a discutirse sólo con contactos de alta
confidencialidad”, escribió Bozic.
Así que el serbio le dijo a Aldo
que trabajaba en medios alternativos y mercadotecnia. Los dos hablaron
en un apartamento en un tercer piso desde donde se podía ver el
Zoológico de la Habana y que Aldo compartía con su madre. Pero se fueron
a un bar para evitar la molestia del teléfono del rapero, que no cesaba
de sonar. Parecía que todos tenían algo que pedirle a Aldo.
Para los abrumados raperos, la
propuesta de Bozic de financiar un proyecto televisivo que mostrara el
trabajo de estos jóvenes músicos, sonaba sincero. La música se
distribuiría en el entorno underground cubano en DVD y unidades de
memoria. Era una propuesta atractiva y Aldo aceptó, informó Bozic a
Creative.
Artistas traviesos
Los Aldeanos se presentaron en el
poblado de Candelaria el 5 de junio de 2009. Frente a unos 150 fans,
rapearon sobre la censura y el hecho de que les prohibieran presentarse
en público en la capital. Bozic y su equipo grabaron la presentación del
concierto.
La policía llegó después de la
última canción. Buscaban a los músicos que estaban cantando “cosas
contrarrevolucionarias”. Mientras los raperos discutían con los
uniformados, Bozic y su equipo de extranjeros se escabulleron. Aldo y el
camarógrafo pasaron la noche en la cárcel por “perturbar al público”,
informó el serbio.
Para Bozic, la tensión con las
autoridades era parte del plan. El entorno hip-hop, escribió, era “lo
suficientemente subversivo para ser extremadamente atractivo, pero al
mismo tiempo no demasiado peligroso para jugar en él”.
Y
nivel menor de represión funcionaría a su favor, dijo a Creative: “Las
concentraciones para confrontar la censura al hip-hop tienen un gran
potencial”. Eso salió directamente de su experiencia con los estudiantes
serbios en 2000.
En una entrevista con AP en
Belgrado, Bojan Boskovic, quien trabaja con Bozic, dijo que los
conciertos de protesta estudiantiles comenzaron como algo puramente
cultural pero gradualmente comenzaron a incluir mensajes políticos. Al
final, dijo, “todas las bandas que tocaban decían ‘necesitamos salir de
este gobierno, y ustedes pueden hacerlo, vamos”’.
Boskovic declinó comentar sobre
su trabajo en Cuba pero los documentos dejan en claro que la visión de
Creative era a largo plazo. Cuba estaba muy lejos de tener la situación
política que había existido en Serbia. Cuando inició el proyecto de
Cuba, un gerente de Creative habló de estar a mitad de camino en un
esfuerzo que tardaría una década.
De manera que Creative vio una
oportunidad importante cuando el cantante colombiano Juanes, una
estrella de rock, anunció que tocaría en un concierto en La Habana en
septiembre de 2009.
Los gerentes de Creative
convocaron a una sesión de dos días en sus oficinas en San José, Costa
Rica, para explorar cómo conseguir la colaboración de Juanes y otros
artistas, entre ellos los conocidos cantautores Silvio Rodríguez y Pablo
Milanés. Pensaron que vincular a Aldo con estrellas internacionales
reduciría las probabilidades de que los cubanos terminaran presos por
sus letras contrarrevolucionarias.
La sesión fue liderada por Xavier
Utset, un veterano de los esfuerzos anticastristas que había manejado
el programa para Creative Associates.
Su agenda decía: “¿qué material necesitamos para hacer que Juanes ‘venda’ nuestra idea?”.
Creative echó mano de su naciente
programa de medios sociales, ZunZuneo, para enviar cientos de miles de
mensajes de texto que preguntaban a los cubanos si Los Aldeanos debían
tocar con Juanes en el concierto. Ni siquiera los raperos conocían el
origen de los mensajes.
La superestrella colombiana se abstuvo de invitarlos al concierto pero aceptó reunirse con ellos tras el espectáculo.
El día del concierto, la gerente
del grupo los invitó a su habitación. Era la primera vez que los raperos
entraban a un hotel, dijo ella.
“Se divertían muchísimo
duchándose y ordenando comida a la habitación”, recordó Melisa Riviere
en una entrevista. Aldo quedó tan impresionado que más tarde grabó una
canción llamada “Hotel Nacional”.
Cuando Juanes cerró el concierto,
agradeció a Los Aldeanos, algo que Creative esperaba los ayudara a
protegerse de la presión del gobierno. Posteriormente, el artista
colombiano los invitó a su habitación de hotel, donde Riviere tomó una
foto de él posando con Aldo, su colega rapero Bian Rodríguez y su
colaborador intermitente Silvito “El libre” Rodríguez, hijo del
legendario trovador Silvio Rodríguez.
Fue un momento estelar para ellos: Los Aldeanos ya no eran una banda local desconocida. Ahora tenían una foto para probarlo.
“Eso dio a de inmediato a Los
Aldeanos una prominencia sin precedentes”, dijo Riviere, quien ese
momento no se dio cuenta que la imagen encajaba perfectamente en los
planes de Bozic.
Aunque se habían reunido varias
veces, el serbio había hecho un gran esfuerzo por ocultar sus conexiones
a todos los involucrados.
Creative estaba girando cientos
de miles de dólares en salarios y en costos operativos, incluidos los
equipos de video y las computadoras.
Para ocultar el dinero que se
entregaba al serbio, Creative creó una compañía pantalla en Panamá
llamada Salida, dirigida por un abogado en Liechtenstein. Bozic no
aparecía por nombre, pero tenía un poder notarial según un documento que
debía permanecer secreto pero que la AP consiguió.
“Un problema grande”
A pesar de su nueva fama, Aldo
fue arrestado de nuevo la semana siguiente al concierto de septiembre de
2009. Esta vez fue por posesión ilegal de una computadora.
El equipo de Creative se enteró
de la noticia por Adrián Monzón, un productor y presentador cubano de
videos que era el “contacto de mayor confianza” en la isla, según
muestran los documentos.
Monzón, a quien los documentos
señalan como el único cubano que sabía lo que estaba sucediendo y a
quien Creative le pagaba, informó del arresto de Aldo durante un chat
con sus supervisores.
“TIENES QUE CAMBIAR TU
clave/nombre de chat por si te incautan la computadora, eso es un
PROBLEMA GRANDE”, escribió el supervisor.
Mientras los contratistas de USAID estudiaban cómo sacar a Aldo de la cárcel, tuvieron otro golpe de suerte.
Silvio Rodríguez, el padre del
colaborador musical de Aldo, llamó a solicitud de un familiar del rapero
y sin conocer el trasfondo del tema, a un amigo en el Ministerio de
Cultura, recordó el trovador en una entrevista con la AP en La Habana.
Silvio pidió que le devolvieran la computadora al joven, diciendo:
“Mira, si hay algún problema, diles que la computadora fue un regalo
mío”.
Eso consiguió sacar a Aldo de la
cárcel, pero los documentos muestran que la policía se demoró un tiempo
antes de devolverle la computadora. A Creative le preocupaba que hubiera
correos electrónicos que provocaran sospechas sobre el proyecto
televisivo. Aunque Aldo no sabía lo que sucedía, las autoridades cubanas
tal vez se darían cuenta.
Entonces le tocó al turno a
Bozic. En noviembre de 2009 fue detenido cuando llegaba a Cuba con “todo
lo que Best Buy vende en su mochila”, computadoras y equipos de video
para artistas y videógrafos, le dijo Bozic a un ex contratista de la
USAID, quien narró la conversación a condición de no ser identificado
para no afectar su trabajo.
La policía incautó el equipo,
incluida una unidad de memoria con documentos “que tenían mucha
información”, escribió un gerente de Creative. Bozic se marchó antes de
lo planeado. En un chat a principios de diciembre, Creative le dijo a
Monzón que el serbio no volvería a la isla.
Pocas semanas después que Bozic
saliera de Cuba, las autoridades de la isla arrestaron al ciudadano
estadounidense Alan Gross, otro contratista de la USAID que trabajaba en
otro programa secreto. Gross fue sentenciado a 15 años de prisión.
Como Bozic se había marchado, el
proyecto quedaba en manos de Monzón, el único contacto de Creative en la
isla que conocía su verdadera misión.
Monzón se puso manos a la obra.
Viajó por la isla en busca de artistas. A final de cuentas, identificó a
unos 200 “jóvenes con conciencia social” y los conectó con una red
llamada TalentoCubano.net. Los gerentes de Creative esperaban que el
“mapa”, como lo llamaban, pudiera crear un “movimiento social”.
Sin embargo, para enero de 2010
Monzón ya sentía la presión: después que un fotógrafo que trabajaba en
el proyecto fue detenido, Monzón recibió una visita de la policía.
“BB se despertó”, dijo Monzón en un chat, usando el código del equipo para referirse a la Seguridad del Estado cubano.
Las autoridades lo llevaron a una
visita no tan voluntaria a un museo de La Habana para hablar. Les
preocupaba el Festival EXIT, el festival de música anual que Bozic
ayudaba a producir en Serbia y tenían sospechas sobre TalentoCubano,
reportó Monzón al serbio. “El hecho es que están MUY preocupados por
ustedes” y la posibilidad de que sea un plan de la CIA para “destruir la
revolución”.
Más tarde ese mes, Monzón viajó
por avión con un grupo de músicos jóvenes de su proyecto TalentoCubano
para una “capacitación de liderazgo” en Europa, cuando en realidad era
para preparar activistas. Monzón promovió su portal de internet en una
actividad pública, calificada por un documento de Creative de “una gran
pantalla (para protegerse) de las autoridades en la isla”.
Los jóvenes músicos, que no
sabían del verdadero objetivo del proyecto, pasaron un mes en Amsterdam y
Madrid estudiando temas como encuestas y mercadotecnia guerrillera, y
les enseñaron cómo realizar campañas de pintas de grafitos que
destacaran sensibles temas políticos.
Cuatro meses después, en julio de
2010, Los Aldeanos llegaron a Serbia para participar en el Festival
EXIT, su primer viaje fuera de la isla. También recibieron la
capacitación.
“¿Crees que el training consiguió
enfocarlos un poco más en su rol como actores de movilización social?”,
preguntó Utset en un chat con Monzón.
“Sí”, respondió este. “Ahora vieron que hay otras gentes en otros lugares luchando igual e incluso en condiciones peores”.
Y agregó: “los serbios todo el tiempo te dicen ‘si lo hicimos en Serbia SEGURO que lo pueden hacer en Cuba”’.
Una conexión “alucinante”
El equipo de Creative decidió
entonces infiltrar un festival artístico y musical local organizado por
la familia del conocido trovador Pablo Milanés.
Los contratistas pagaron 15.000
dólares para financiarlo y así se pudiera destacar a los artistas de
TalentoCubano. La misión verdadera era sembrar “nuevas ideas en la mente
de los organizadores” y persuadirlos de enviar “mensajes de alto
impacto” a la audiencia, decía un informe.
El esfuerzo casi se descarrila en
agosto de 2010 cuando Bozic hizo una transferencia bancaria desde
Europa. El programa de la USAID era tan secreto que, incluso, sorprendió
al Departamento del Tesoro de Estados Unidos que frenó la transacción
por sospechas de que violaba el embargo a la isla.
Sin embargo, el gobierno cubano
ya estaba desbaratando el plan. Suylen Milanés, hija de Pablo Milanés,
dijo que funcionarios llegaron el día antes del festival y le
advirtieron que se estaba juntando con personas indeseables. Incluso le
mostraron copias de los correos de Bozic, que calificaron de
sospechosos, recordó en una entrevista. Pablo Milanés declinó comentar
al respecto.
Posteriormente, Creative puso la
mira en un plan aún más audaz: persuadir a una institución oficial
cubana de que participara en el Festiva EXIT en Serbia enviando a un
miembro de la familia de Fidel Castro.
Bozic había conocido a un
pariente de la hija de Raúl Castro, Mariela Castro, directora del Centro
Nacional de Educación Sexual (CENESEX).
En un chat con Creative, Bozic
propuso aliarsee con ella, lo que causó sensación. “Esto es asombroso,
pensar que podamos trabajar con la propia familia de Raúl”, escribió un
gerente.
El CENESEX aceptó participar sin saber del plan secreto, muestran los documentos.
Utset pensó que era algo grande.
El Festival EXIT resultaría mucho menos sospechoso para las autoridades
cubanas, escribió, si una funcionaria cubana lo respaldaba.
Mariela Castro dijo a la AP que
el instituto que ella dirige envió a dos representantes al festival,
pero que no se involucraron más porque ese evento “no tenía nada que ver
con nuestro trabajo”.
¡Viva Cuba Libre!
De regreso en La Habana, Los
Aldeanos fueron invitados a actuar en el Festival Rotilla, el mayor de
música electrónica en la isla que se celebra en agosto.
El
festival de tres días había crecido de una fiesta en la playa cerca de
La Habana en 1998 a considerarse el mayor festival independiente de
música de la isla.
En agosto de 2010, Rotilla atrajo
la mayor multitud de su historia, unas 15.000 personas. Los Aldeanos no
se contuvieron y criticaron a funcionarios del gobierno con palabrotas
del argot popular, además de burlarse de la policía, que ciertamente los
estaba observando.
“La policía me inspira pena en
vez de odio, porque son tan comemierdas que ni siquiera se dan cuanta
que son víctimas del sistema. Viva Cuba Libre”, raleó el colega de Aldo.
Y la multitud vitoreaba.
Para Creative fue un triunfo… pero duró poco.
Hacia 2011 las sospechas del
gobierno les dificultaban operar. Pero a pesar de las señales claras de
alerta de que las autoridades cubanas estaban al tanto de la situación,
el equipo siguió corriendo riesgos y cometiendo los mismos errores.
Incluso en Miami les preocupaba
que la inteligencia cubana los estuviera vigilando. Monzón viajó a esa
ciudad a una reunión en abril y Utset dijo que iba sigilosamente a una
oficina arrendada para que no lo vieran con los otros conspiradores,
muestran los documentos.
Como era de esperar, Monzón fue
detenido a su regreso a Cuba. Le incautaron la computadora y una unidad
de memoria. Una vez más los conspiradores no sabían en los dispositivos
había información que los comprometía.
Pero siguieron adelante y crearon un laberíntico método para financiar a los artistas de TalentoCubano en secreto.
Bozic quería que Creative le
diera dinero a un amigo croata que lo “donaría” a la organización
caritativa de un amigo británico. Esa organización entonces enviaría el
dinero a Monzón para los músicos, sin informar a la junta directiva de
la entidad caritativa.
Pero a Creative se le estaba acabando la suerte. El plan se desbarató y pronto ocurrió lo mismo con el proyecto del hip-hop.
Cuando a Monzón le devolvieron
sus equipos, notó un contrato que no había visto y que lo vinculaba
claramente tanto con Creative como con la compañía fachada de Panamá. Su
plan secreto había quedado al descubierto.
El pecado original
En 2010, el Festival Rotilla
parecía uno de los logros que valía la pena continuar desarrollando.
Pero antes que la edición siguiente pudiera celebrarse, las autoridades
cubanas informaron a los organizadores que tomarían el control del
mismo.
Un contratista de Creative
advirtió que las autoridades cubanas sabían que Bozic y sus colegas
“estaban recibiendo dinero de USAID” y que trataban de socavar al
gobierno como hicieron con Milosevic en 2000.
El Festival Rotilla tenía raíces
independientes pero los documentos muestran que Bozic y la fundación
EXIT lo estaban apoyando desde 2006, un período en el que creció mucho.
En una entrevista el domingo en
La Habana, el fundador de Rotilla, Michel Matos, aseguró que se sentía
orgulloso de su papel en el festival pero quedó asombrado de saber que
el serbio estaba trabajando para la USAID y dijo que nunca hubiera
tomado a sabiendas dinero del gobierno de Estados Unidos para
actividades con fines políticos.
“Si yo trabajo con un
norteamericano, recibo dinero del gobierno norteamericano… para hacer
acciones culturales en Cuba… no es que yo tenga un problema sólo con el
gobierno cubano, tengo un problema con los cubanos. Ese es el pecado
original en Cuba”, dijo Matos.
Silvio Rodríguez también se mostró igualmente sorprendido.
“Me sorprende completamente.
Nunca me imaginé que pudiera existir (un programa así). Cuando a uno le
revelan que uno podría estar en medio de una conspiración, uno se
sorprende”.
Rotilla había sido exactamente lo
que el gobierno estadounidense trataba de impulsar: una iniciativa
cultural orgánica independiente de las autoridades cubanas. En su lugar,
USAID le dio al gobierno cubano una razón para acabarlo.
Pronto,
Aldo se dio cuenta de que vivir como rapero en la isla era imposible.
El gobierno intensificó la censura dijo en entrevistas recientes, y
prohibió actuar a Los Aldeanos. Hoy, el entorno del hip-hop cubano, que
llegó a su cumbre con ese grupo, ha perdido impulso.
Aldo, que ahora tiene 31 años, se mudó a Tampa, Florida, donde todavía canta, pero su música es ahora menos dura.
Aldo declinó discutir por qué lo vincularon al proyecto. “Tengo la conciencia tranquila”, le dijo a la AP.
Adrián Monzón se mudó a Miami, donde trabaja en un Papa John’s.
Bozic, el serbio, continuó
trabajando en proyectos en Túnez, Ucrania, Líbano y Zimbabue. Declinó
comentar sobre su operación en Cuba.
Xavier Utset, el organizador de
los proyectos del “Twitter cubano” y la penetración del entorno del
hip-hop en la isla, declinó comentar. Dejó su empleo en Creative por un
empleo fe