El célebre periodista
estadounidense Seymour Hersh (imagen) acaba de hacer importantes
revelaciones sobre la existencia de un acuerdo de EEUU con Turquía,
Arabia Saudita y Qatar para el envío de armas desde Libia a los rebeldes
de Al Qaida que operan en Siria.
Pero lo más grave que se
menciona en ese artículo es el ataque químico perpetrado por el primer
ministro turco Recep Tayyib Erdogan en las inmediaciones de Damasco, a
finales de agosto de 2013, y la decisión del presidente estadounidense
Barack Obama de renunciar a la agresión militar directa contra Siria, no
como resultado del descubrimiento del complot turco sino debido a la
evaluación de la correlación de fuerzas en el plano militar.
Esas revelaciones, al
igual que otros hechos, prueban que la victoria de Siria y del
presidente Bashar al Assad es inevitable e inminente y está provocando
las peores pesadillas en Washington, París y Londres, y más
particularmente en Riad, Doha y Ankara.
Primeramente: Seymour
Hersh revela que EEUU creó lo que la CIA ha venido llamando «el canal de
las ratas» para enviar ayuda a los grupos de Al Qaida en Siria. El
financiamiento y el envío de armas provenientes de los arsenales libios
fueron confiados al trío Arabia Saudita-Turquía-Qatar.
El incidente registrado
en mayo de 2012, cuando el Ejército libanés descubrió 60 toneladas de
armas provenientes de Libia a bordo del barco Lutfallah II, confirma
esas revelaciones . Las autoridades libanesas enterraron el caso para
proteger a responsables políticos [libaneses] y de los servicios de
seguridad, vinculados al ex primer ministro Saad Hariri, quienes estaban
implicados en ese tráfico. Según las informaciones que publica Hersh,
es evidente que la actitud de los dirigentes libaneses respondía a
exigencias de EEUU y Arabia Saudita.
Segundo: Los hechos que
revela Seymour Hersh, citando fuentes de los servicios de inteligencia
estadounidenses, sobre el papel de Erdogan y de Al Qaida muestran que el
primer ministro neo-otomano está en plena crisis de histeria por las
sucesivas derrotas de los grupos terroristas en Siria. Erdogan está
aportando una ayuda ilimitada al Frente al Nusra y lo hace con la
bendición de EEUU.
Al Nusra es el
representante oficial de Al Qaida en Siria, oficialmente acreditado por
Aiman al Zawahiri, participante fundamental en la agresión contra Siria.
Las acciones de este dirigente de Al Qaida tienen cobertura y respaldo
de EEUU, de los demás Estados occidentales y de los gobiernos de Arabia
Saudita, Turquía y Qatar. Lo cual demuestra que todas las declaraciones
de esos países sobre la lucha contra el terrorismo son puras mentiras.
Tercero: Las
informaciones citadas en el artículo [de Hersh] prueban, sin dejar lugar
a dudas, que Erdogan es un criminal de guerra ya que ayudó a Al Qaida a
conseguir el gas tóxico para utilizarlo en las masacres cometidas
contra la población siria en Jan al Assal y en la Guta Oriental
[inmediaciones de Damasco] para justificar así la guerra de la OTAN
contra Siria, guerra que financia Arabia Saudita.
Seymour Hersh revela que
el ataque de EEUU y la OTAN, planificado para comenzar el 2 de
septiembre de 2013, en realidad era una guerra de exterminio contra el
ejército sirio y las infraestructuras de Siria. La revelación de esas
informaciones viene a confirmar las cualidades de líder del presidente
Bashar al Assad, quien tomó oportunamente la decisión de resistir a la
agresión y posteriormente de aceptar el compromiso sobre las armas
químicas, propuesto por Rusia, dados los numerosos indicios sobre el
retroceso de EEUU ante la fuerza de disuasión de Siria, el Eje de la
Resistencia y Rusia.
Cuarto: Seymour Hersh
indica que la decisión de Barack Obama de anular el ataque contra Siria
fue consecuencia de las evaluaciones del Estado Mayor Conjunto
transmitidas al presidente estadounidense por el general Martin Dempsey.
Esas evaluaciones subrayaban que un ataque contra Siria podía hundir a
EEUU y la OTAN en una guerra regional y mundial costosa y de resultado
imprevisible.
Esto prueba que la
decisión de Siria de resistir, las claras advertencias de Irán y la
firme posición de Rusia determinaron el retroceso de Washington.
La pesadilla que tanto
teme la alianza en guerra contra Siria se está haciendo realidad con
cada progreso del Ejército Árabe Sirio en el campo de batalla y con la
creciente popularidad del presidente Assad. Cada vez son más numerosos
los sirios que ven en este jefe del Estado la única persona capaz de
salvar el país de la amenaza terrorista, de preservar su unidad y de
restaurar la calma y la seguridad.
Pero la pesadilla de la
coalición anti-siria llegará su punto culminante cuando Assad sea
reelecto para un nuevo mandato, mientras que el Ejército Árabe Sirio
sigue avanzando en las diferentes regiones de Siria, aplastando a su
paso los grupos terroristas.
Vivir para ver.
(Ghaleb Kandil, Red Voltaire)