15.06.2013.
DATOS GENERALES
Origen
El azúcar no era conocida en la antigüedad. Ninguno de los
libros antiguos la menciona. Los profetas sólo consignan unas cuantas
cosas sobre la caña de azúcar, un raro y caro lujo importado de tierras
lejanas. Se atribuye al imperio persa la investigación y el desarrollo
del proceso que solidificó y refinó el jugo de la caña, conservándolo
sin fermentación para posibilitar su transporte y comercio. Esto ocurrió
poco después del año 600 de nuestra era y comenzó a usarse como
medicina. En esa época, un trocito de azúcar era considerado como una
rara y preciada droga. La llamaban sal India o miel sin abejas y se
importaban pequeñas cantidades a un gran costo. Herodoto la conocía como
miel manufacturada y Plinio como miel de caña.
Etimología
Durante la época de Nerón un escritor le puso el nombre de
saccharum. Dioscorides hace referencia a «una especie de miel sólida
llamada saccharum, que se encuentra en las cañas en la India y en la
Arabia; tiene la consistencia de la sal y es crujiente». El nombre en
latín medieval para un trozo de esa preciosa sustancia fue substituido
más tarde en occidente por el de azúcar. La palabra original en
sánscrito continuó siempre relacionada con sal de India, sobreviviendo
su transición a través de las lenguas del imperio árabe y de las lenguas
latinas. De hecho el sánscrito khanda se convirtió en la palabra candy
(caramelo) en el idioma inglés.
QUÍMICA
Identificación
El azúcar se produce a través de un proceso químico a partir
del jugo de caña o de remolacha, eliminando toda la fibra y las
proteínas que forman el 90% de dichas plantas.
En su libro Veneno en el alimento, el Dr. Lezner describe el proceso de extracción del azúcar en los siguientes términos:
Las
remolachas se cortan en trozos después de lavarlas y luego se lixivian.
Para dejar limpio el líquido que contiene el azúcar, se le añade cal.
En este momento, la reacción alcalina destruye casi todas las vitaminas.
En el líquido, mezclado con cal viva, se introduce dióxido de carbono,
para así precipitar la cal. El líquido "saturado" se conduce hacia las
bombas de filtración que separan las el líquido azucarado de las
impurezas. Tras otro tratamiento con sulfato de calcio, por el cual el
ácido sulfúrico lo decolora hasta dejarlo casi blanco, se hierve el
líquido hasta que espesa. Una centrifugación permite separar el jarabe
del azúcar crudo llamado melaza, un producto que contiene muchas
sustancias que no son propias del azúcar.
La melaza se utiliza
para preparar una sustancia similar al alcohol de quemar y para
alimentar al ganado. En las refinerías, este azúcar crudo se ha de
transformar todavía en azúcar común o de consumo, para lo cual ha de
pasar por varios procesos más de limpieza con carbonato de calcio, de
blanqueo con ácido sulfúrico, de filtración a través de carbón de huesos
y de cocción hasta obtener los cristales. (5)
Composición
El azúcar de color blanco que se vende y consume comúnmente, es sacarosa refinada. Su fórmula química es: C12H22O11.
FARMACOLOGÍA
Mecanismo de acción y formas de empleo
Como es sabido, las funciones cerebrales dependen de los
niveles de glucosa. La falta de este combustible cerebral puede
ocasionar desde hipoglucemia hasta esquizofrenia debido a que el cerebro
se encuentra "hambriento" de glucosa. El azúcar refinado es una glucosa
bastante simple que por su misma composición no requiere de un largo
proceso de digestión, el hígado prácticamente no tiene que sintetizarla y
por lo mismo llega con asombrosa rapidez al sistema nervioso.
Para
que el organismo funcione en condiciones óptimas, la cantidad de
glucosa sanguínea debe estar en equilibrio con la cantidad de oxígeno
sanguíneo.
Refiriéndose a los efectos psíquicos del consumo del
azúcar, el Dr. M.O. Bruker (4), explica que la elevación en los niveles
normales de glucosa ocasionada por su ingestión, se experimenta como una
leve euforia. Las consecuencias del regreso a los niveles normales, es
decir, la baja de glucosa, se halla en relación directa con la cantidad
de azúcar consumida. Si ésta fue baja, la sensación es de una leve
disforia. Entre mayor haya sido la cantidad, la baja estará más cercana a
experimentarse como una sensación depresiva que William Dufty (5) ha
dado en llamar sugar blues (tristeza del azúcar).
Lo que
normalmente suele ocurrir a toda persona que consume azúcar en forma
cotidiana, es que sus niveles de glucosa se mantienen permanentemente
por encima del nivel regular, es decir, rara vez se experimentará una
baja hacia la auténtica normalidad en los niveles de glucosa. La mayoría
de la población mundial literalmente vive bajo los efectos del azúcar
sin saberlo y sin notarlo. Este desequilibrio permanente está siendo
asociado con diversas enfermedades nerviosas, especialmente en los
niños.
Usos terapéuticos
Ninguno conocido.
Dosificación
Una pequeña cucharada, esto es alrededor de 0,1 gramo (100
mg), basta para ocasionar una elevación en los niveles de glucosa en
personas sensibles. El equivalente de una taza con azúcar 0,25 gramos
(250 mg), puede considerarse ya como una dosis alta. No hay reportes
sobre dosis letales.
Efectos psicológicos y fisiológicos
Como ya se indicó en los mecanismos de acción, la ingestión
de azúcar suele experimentarse como una leve euforia. En su Primer
Manual de Nutrición Consciente, Laura Urbina lo explica en los
siguientes términos:
Mientras la glucosa es absorbida por la
sangre, nos sentimos animados. Un estímulo veloz. Sin embargo, a este
impulso energético le sigue una depresión, cuando el fondo se desprende
del nivel de glucosa sanguínea. Estamos inquietos, cansados; necesitamos
hacer un esfuerzo para movernos o incluso pensar. Hasta que se eleva de
nuevo el nivel de glucosa… Podemos estar irritables, hechos un manojo
de nervios, alterados. La gravedad de la crisis doble depende de la
sobredosis de glucosa. Si continuamos tomando azúcar, una nueva crisis
doble empieza siempre antes de terminarse la anterior. Las crisis
acumulativas al final del día pueden ser enloquecedoras. Tras varios
años con días así, el resultado final son glándulas adrenales enfermas,
agotadas no por exceso de trabajo, sino por un ajetreo continuo. La
producción de hormonas, en general, es baja. Las cantidades no se
amoldan. La alteración funcional, desequilibrada, se refleja en todo el
circuito endocrino. Muy pronto el cerebro puede encontrarse en
dificultades para distinguir lo real de lo irreal; estamos expuestos a
volvernos precipitados, cuando el estrés se interpone en el proceso, nos
desmoronamos porque no tenemos ya un sistema endócrino sano para
enfrentar cualquier contingencia. Día a día nos encontramos con una
falta de eficiencia, siempre cansados, nada logramos hacer, realmente
sufrimos los “sugar blues” (o depresiones del azúcar)… Puesto que en
algunas personas las células cerebrales dependen totalmente de la taza
de azúcar en la sangre en cada momento para alimentarse, son quizás las
más susceptibles de sufrir daños. La alarmante y creciente cantidad de
neuróticos en el mundo lo evidencia claramente. No todos llegan al
final. Algunas personas empiezan con glándulas adrenales fuertes; otras
no. Los grados de abuso de azúcar y de melancolía varían, sin embargo,
el cuerpo no miente - si se toma azúcar, se sienten las consecuencias.
(10)
Ya son varios los especialistas que atribuyen al azúcar los
índices cada vez más elevados de niños hiperactivos, la inhabilidad
para aprender y diversas alergias. El estudio del historial diario de
los pacientes diagnosticados como esquizofrénicos revelan que su dieta
es excesivamente alta en azúcar y otros elementos que estimulan la
producción de adrenalina como la cafeína y el alcohol.
En cuanto
al aspecto físico, se sabe que la ingestión continua de azúcar provoca
la aparición de caries y ennegrece los dientes. En personas con
glándulas adrenales débiles puede afectar el páncreas hasta causar
diabetes. En algunos casos el abuso continuado conduce a la
hipoglicemia.
En personas sanas, se relaciona también con el
aumento de peso ya que el azúcar es un carbohidrato y el exceso de los
mismos se convierte en grasa. Se ha encontrado también que al consumir
azúcar el cuerpo elimina el calcio en mayor cantidad, de tal manera que
el organismo se ve forzado a sustraerlo de los huesos y los tejidos que
son las únicas partes en donde lo almacena el cuerpo. El desgaste de
calcio en huesos causa que se vuelvan porosos y frágiles, lo cual
finalmente conduce a la osteoporosis.
El consumo constante de
este psicoactivo también atrofia el rendimiento de las glándulas,
causando poca secreción de hormonas o alterando la composición química
de las mismas, puesto que se ha podido comprobar que el azúcar afecta la
correlación de minerales en el organismo (1). Por último, estudios
recientes vinculan al azúcar con problemas en el sistema inmunológico,
tal como lo denuncia la doctora Nancy Appleton en Lick the sugar habit:
Una
de las substancias aparentemente inofensivas y sin embargo una de las
que mayores problemas crea al atacar nuestro sistema inmunológico es el
azúcar. Los macrófagos quedan atorados en el azúcar y se imposibilita su
acción. La misión de los macrófagos consiste en destruir, bloquear y
activar la inmunidad cuando detectan la presencia de una toxina, un
virus o una bacteria… Cada vez que ingerimos azúcar, aunque sea tan poco
como dos cucharadas, las proporciones de minerales entran en
desbalance. Este desbalance a su vez, en personas ya enfermas, puede
durar horas y a veces ya no se recuperan. Cuando los minerales del
cuerpo están en desbalance día tras día, año tras año, posiblemente por
generaciones, la habilidad del cuerpo para volver a su homeostasis está
agotada. El cuerpo ya no puede volver a su armonía o balance… Resulta
pues increíble que las autoridades del Departamento de Salud Pública de
diferentes Naciones sigan manteniendo al público en la total ignorancia.
Lo más que se ha conseguido es obligar a indicar en la etiqueta de los
productos industriales si contienen azúcar, cosa que aparece
prácticamente en el 90% de los mismos ya que ¡incluso los productos
salados son conservados en azúcar! (1)
Potencial de dependencia
Considerablemente alto. La dependencia es de tipo psicológico
y físico. Su síndrome de abstinencia se experimenta hasta después de
varias semanas de haber descontinuado totalmente el uso de azúcar y
alimentos que lo contengan. Sus síntomas incluyen depresión, fatiga,
nerviosismo, ansiedad por comer alimentos dulces, falta de
concentración, alergias e hipertensión. En grado extremo la dependencia
al azúcar se presenta como hipoglucemia, en cuyo caso una privación de
alimentos dulces puede conducir a ataques fatales.
¿Qué hacer en caso de emergencia?
En una crisis de hipoglucemia, se presenta una súbita baja de
glucosa sanguínea que ocasiona sudor, temblor, ansiedad, taquicardia,
dolor de cabeza, sensación de hambre, debilidad, convulsiones y en casos
extremos, convulsiones y muerte. El individuo que presente una crisis
de este tipo debe ingerir de manera inmediata glucosa o alimentos que
contengan azúcar suficiente para restablecer los niveles.
HECHOS INTERESANTES
Régimen legal actual
El azúcar es un psicoactivo legal de uso irrestricto que se
produce y se vende por toneladas, ya sea en forma pura o incorporada a
una enorme cantidad de productos alimenticios y farmacéuticos.
La evolución del consumo de azúcar
A lo largo de los dos últimos siglos, ningún comestible ha
experimentado un crecimiento cuantitativo tan acelerado como el azúcar.
En 1800, la producción anual mundial se situaba en menos de 250,000
toneladas, cifra que se elevó hasta alcanzar 10 millones de toneladas en
1900. A fin de siglo la producción se calcula en 92 millones. (4) El
consumo por persona y año ha ido aumentando principalmente en los países
industrializados de América y Europa.
El azúcar y la esclavitud
En opinión de William Dufty (5), ningún otro producto ha
influenciado tan profundamente la historia del mundo occidental como el
azúcar. En su libro Sugar Blues narra la aparición del azúcar refinado
en los mercados internacionales y sus consecuencias. A ello atribuye
diferentes sucesos históricos de grandes repercusiones económicas,
comenzando por una resurrección de las Cruzadas. Dufty presenta un
extracto de una carta enviada en 1306 al Papa Clemente V, en donde se le
insta a seguir una estrategia para vencer a los árabes con ayuda del
dulce: "En el país del sultán el azúcar crece en grandes cantidades y de
éste los sultanes obtienen grandes ingresos e impuestos. Si los
cristianos pudiesen hacerse con esas tierras, se haría mucho daño al
sultán y al mismo tiempo el Cristianismo estaría totalmente abastecido
desde Chipre". (5) Ante aviesas informaciones de ese tipo, el
cristianismo muerde el fruto prohibido y comienzan los siete siglos de
su reinado en la tierra. El historiador británico Noel Deer (5), por
ejemplo, asegura que al contar la historia de la esclavitud, no es
exagerado calcular que se comerciaron 20 millones de africanos y dos
terceras partes de ellos se pagaron con azúcar.
En 1444 los
portugueses llevan 235 esclavos negros de Lagos a Sevilla, donde se
venden como esclavos. Diez años más tarde el Papa bendice el tráfico de
esclavos y a partir de entonces, éstos se utilizan para hacer crecer las
plantaciones de caña de azúcar en Madeira y las Islas Canarias. Los
holadeses aparecen en esta historia alrededor del año 1500, fecha en que
construyen la primera refinería de azúcar en Amberes. La caña de azúcar
en bruto se embarca desde Lisboa, las Islas Canarias, Brasil, España y
la Costa de Marfil para ser procesada en Amberes. El azúcar se exporta
al Báltico, Alemania e Inglaterra.
Para 1560, Carlos V estrena
los esplendorosos palacios de Madrid y Toledo construidos con los
impuestos del comercio del azúcar. Por esas fechas, la corona británica
comienza a hacerse del monopolio instalando capataces en las islas que
ha conquistado en el Caribe y encargándose del tráfico de esclavos hacia
ellas para cultivar caña de azúcar. Tal es el caso de la actual
Jamaica.
Con el jugo fermentado de la caña de azúcar en crudo,
los esclavos inventan el ron, que los británicos no vacilan en
comercializar para obtener más esclavos. También lo introducen a sus
colonias norteamericanas, donde suelen darlo a los indios a cambio de
preciadas pieles que luego venden en Europa. Hacia el año 1660 el
comercio de azúcar y ron se ha vuelto tan provechosos que los ingleses
están dispuestos a emprender la guerra para mantener su control. Las
actas de navegación tienen como meta prevenir el transporte de azúcar,
tabaco o cualquier otro producto de las colonias de Norte América a
cualquier otro puerto fuera de Inglaterra, Irlanda o posesiones
británicas.
El fin de la esclavitud y el comienzo de la industrialización del azúcar
A mediados del siglo XVIII, cuando Francia se ha situado ya
en las primeras filas del comercio de azúcar y ésta representa su
principal fuente de exportaciones, el filósofo Claude Adrien Helvetius
escribe: "No llega un tonel de azúcar a Francia sin manchas de sangre.
Ante la miseria de estos esclavos, toda persona con sentimientos debería
renunciar a estas mercancías y rehusar al placer que proporciona algo
que sólo se puede comprar con las lágrimas y muertes de criaturas
desgraciadas." (5) En 1812, Benjamin Delessert encuentra la forma de
procesar la remolacha para convertirla en azúcar y recibe la Legión de
Honor de manos de Napoleón, quien ordena la plantación de remolachas
azucareras por todas partes de Francia, en donde no se daba el cultivo
de caña, pero sí el de remolacha. Tan sólo un año después Napoleón
alcanza la proeza de producir 4 millones de kilos de azúcar de remolacha
francesa. De esta manera, los franceses son los primeros en poder
prescindir de los esclavos para obtener el preciado azúcar y
elegantemente promueven la abolición de la esclavitud. La British East
Indian Company –ya plenamente metida en el comercio del opio- explota el
tema de la esclavitud como campaña de propaganda pintando en sus
toneles. “Azúcar de las Indias Orientales no cultivado por esclavos”. En
1833 se proclama la emancipación de las colonias británicas y esto
significa que la esclavitud se vuelve ilegal salvo en “la tierra de la
libertad”, los emergentes Estados Unidos de América.
Los
azucareros británicos de Barbados y Jamaica caen en la ruina y una
tríada de invenciones a principios del siglo XIX preparan la escena para
la gran entrada de Estados Unidos en el negocio del azúcar: James Watt
perfecciona su máquina de vapor, Figuier completa un método para hacer
carbón con hueso animal y Howard fabrica la olla de presión. Con estos
elementos cobra vida el azúcar blanca refinada comercial que se utiliza
hoy en día. Al decretarse finalmente la abolición de la esclavitud en
sus tierras, los Estados Unidos comienzan a practicar su propio
colonialismo económico al por mayor en Cuba. La mejor tierra cubana se
usa para proveer materia prima a Norteamérica para sus complicadas
refinerías.
Según cuenta Dufty, los estadounidenses sobrepasaron
a los británicos y virtualmente a todas las demás naciones en la fiesta
del azúcar. Han consumido una quinta parte de la producción mundial de
azúcar desde su Guerra Civil. Se sabe también que en 1920, en la época
del experimento de prohibir el alcohol en Estados Unidos, la cantidad de
azúcar que se consumía se había duplicado. Esto destaca su evidente
carácter de droga y de sustituto de otras drogas en ciertos sectores de
la población.
Es por ello que a través de guerra y paz,
depresión y prosperidad, sequías e inundaciones, el consumo de azúcar ha
crecido firmemente en todo el globo terrestre. «No es posible que jamás
haya habido un desafío más drástico para el cuerpo humano en toda la
historia del hombre, y sin embargo, sigue siendo muy poco lo que se
habla de la nocividad del azúcar. Y no es porque mucha gente no lo sepa,
sino porque es enorme el interés comercial por el azúcar.» (5)
La aparición de nuevas enfermedades gracias al azúcar
El doctor Robert Boesler escribe en 1912: "La moderna
manufactura del azúcar nos ha traído enfermedades totalmente nuevas:
escorbuto, diabetes, hipoglicemia, hiperactividad y esquizofrenia. El
azúcar que se vende no es nada más que un ácido cristalizado
concentrado. Como antiguamente el azúcar era tan caro que sólo los ricos
podían permitirse su uso, consistía, desde el punto de vista de la
economía nacional, algo inconsecuente. Pero hoy, cuando debido a su bajo
costo, el azúcar ha causado una degeneración humana, es el momento de
insistir en un esclarecimiento general." (5)
En 1929 el doctor
Frederick Banting, descubridor de la insulina, asegura que su
descubrimiento es un simple paliativo, no una cura, y que la única forma
de prevenir la diabetes es cortando el uso del azúcar: "En los Estados
Unidos, la incidencia de diabetes ha aumentado proporcionalmente con el
consumo per cápita de azúcar. Con el calentamiento y recristalización
del azúcar natural de caña, algo queda alterado convirtiendo a los
productos refinados en alimentos peligrosos." (5).
Dufty afirma
que la diferencia entre las enfermedades "costosas" como el cáncer y las
"baratas" como las provocadas por la adicción al azúcar es crucial para
la salud financiera del estamento médico. "El actual tratamiento
ortodoxo para el cáncer es criminalmente caro. La ruina financiera del
paciente y de su familia representan el yate del médico. El tratamiento
para el sugar blues (hipoglicemia o diabetes) es una propuesta de corte
individual. Despréndase usted del azúcar refinada en todas sus formas y
adiós cuentas al médico y hospital. Es difícil que en ese caso el médico
pueda regalarle un tapado de visón a la mujer o asistir a un seminario
bajo el sol de las Bermudas." (5)
El comportamiento de los niños hiperactivos frente al azúcar y la manipulación médica
A esta droga se le ha vinculado con el comportamiento
negativo de los niños desde la década de 1920. La idea de la relación
causa-efecto comenzó a ganar aceptación en los setenta, cuando varios
estudios y reportajes sugirieron que el azúcar incrementaba la
hiperactividad en los niños ya de por sí hiperactivos.
De
acuerdo con los diferentes estudios analizados por la doctora Nancy
Appleton, la investigación clínica de niños hiperactivos y psicóticos, y
de otros con lesiones cerebrales e inhabilidad para aprender, tiene por
cuadro sintomatológico: "una familia cuyo historial de diabetes es
anormalmente elevado; una inusual incidencia de elevación de glucosa
sanguínea o hipoglicemia funcional en los mismos niños, indicando que
sus sistemas no pueden procesar el azúcar y una dependencia por un alto
nivel de azúcar en las dietas de los propios niños que no pueden
asimilar." (1)
No obstante, éste y otros reportes similares han
sido descartados por publicaciones médicas como The New England Journal
of Medicine, para quien "la conexión no ha sido probada". Preocupados
porque "en la actualidad, sin embargo, muchos padres tratan a la
conexión azúcar-comportamiento como un hecho", un equipo de médicos
institucionales se dio a la tarea de volver a revisar los estudios
existentes para efectuar un análisis global. La publicación médica
expuso que "el nuevo meta análisis intentó ir más allá de los resultados
de pequeños estudios ubicándolos en un grupo mayor para que los efectos
menos obvios fueran expuestos a la luz." (8) Se supone que los variados
estudios evaluaron el efecto del azúcar en numerosos factores,
incluyendo estado de ánimo, desempeño académico, habilidades de
aprendizaje, agresión y comportamiento general. Lo que en realidad
ocurrió con este examen es una clara muestra de la manipulación que
puede sufrir un estudio científico para obtener los resultados que de
antemano se pretenden alcanzar cuando hay intereses económicos de por
medio.
Resulta que los investigadores basaron sus estudios
comparativos únicamente en dos grupos de niños, a uno se le dio azúcar y
al otro, en lugar de privarlo de dicha droga y de los alimentos que la
contienen, se le suministró endulzantes artificiales; así pues, los
exámenes se efectuaron entre niños que consumieron azúcar y niños que
consumieron endulzantes artificiales; es decir entre dos grupos de niños
con niveles alterados de glucosa debido a una u otra droga y no como
debió haber sido: entre uno o dos grupos de niños usando azúcar y/o
endulzantes artificiales y otro grupo de niños privados del consumo de
ambas clases de drogas.
Debido a estas desviaciones en la
investigación, el meta análisis médico concluyó triunfalmente que
"Aparte de dos observaciones extremas que resultaron ser insignificantes
para el análisis final, no se encontraron diferencias entre los niños
que consumieron dosis de azúcar y aquellos que tomaron endulzantes
artificiales." (9) O sea que lo único que verdaderamente prueba el
reporte es que no hay diferencias substanciales entre usar azúcar y usar
endulzantes artificiales. No obstante, bajo el manipulador y deshonesto
título de "El azúcar no afecta el comportamiento de los niños", los
resultados del reporte fueron publicados y ampliamente difundidos a
nivel mundial durante el año de 1996. La recomendación final del reporte
es que "el azúcar no tiene efectos negativos en el comportamiento y el
aprendizaje de la mayoría de los niños y no existe justificación para
retirarles los alimentos dulces solamente por esa razón." (9)
Los efectos del azúcar en el campo energético humano y el sistema de chakras
Donna Cunningham tenía varios años trabajando como terapeuta
especializada adicciones cuando entró en contacto con Andrew Ramer, un
sanador y canalizador con quien colaboró para escribir dos libros: The
spiritual dimensions of healing addictions (12) y Further dimensions of
healing addictions (12).
En el primer libro sostienen que por lo
general, los seres humanos caemos en la adicción cuando perdemos de
vista o no queremos realizar nuestra "visión", o sea: "nuestra habilidad
de percibir y participar en la realidad más amplia, reteniendo un
recuerdo, aunque sea débil, de nuestro Ser Superior y de las tareas y
propósitos de nuestra vida" (12).
En el segundo libro explican
con claridad cómo se utilizaban antiguamente los distintos psicoactivos,
a los que ellos llaman "herramientas de poder", para recuperar y apoyar
nuestra visión; y como es que, al perder ese conocimiento, actualmente
abusamos de estas mismas herramientas y nos destruimos con ellas en
lugar de utilizarlas en nuestro beneficio.
En Further dimensions
of healing addictions, entre otras muchas cosas interesantes, nos
explican cuáles son los efectos que tienen las principales sustancias
adictivas sobre el campo energético humano, concretamente sobre el
sistema de chakras.
En el caso del azúcar, Danna y Andrew comienzan advirtiendo:
Algunas
de las cosas que decimos a continuación serán difíciles de pasar porque
a quienes abusan del azúcar no les gusta considerarse a sí mismos como
adictos. [...] El azúcar ES UNA DROGA, quizá no altere tu conciencia de
una manera obvia e inmediata como el alcohol o las pastillas, pero
produce cambios en el estado físico, emocional, mental y espiritual del
usuario. Y como cualquier otra adicción, es devastadora en esos cuatro
niveles.
Está en la naturaleza del todos los adictos negar que
tienen una adicción. Y también lo está apuntar hacia otros adictos y
decir "Mi problema no es tan serio como ese". Especialmente los adictos
al azúcar sufren de esta forma de negación, en parte porque en nuestra
cultura se subestima grandemente el poder del azúcar como droga. Los
anuncios nos empujan a consumirla, las gigantes corporaciones
alimenticias nos empujan a consumirla y las situaciones sociales nos
empujan también. el azúcar se ha convertido en el mayor contaminante de
nuestras comidas. Por otra parte, la negación viene del hecho mismo de
que el azúcar afecta el plexo solar, el asiento de la auto estima. Y
para dar salida al auto odio resultante, los adictos al azúcar se
comprometen en buscar fuera de ellos la adicción. Mantén una mente
abierta acerca de esto. Parte de esto quedará registrado y trabajará en
tu conciencia superior, no importa cuan vehementemente lo rechaces a
nivel conciente. (13)
Antiguamente, según los autores, el
consumo de cosas dulces, al igual que el resto de la comida, estaba
sujeto a la disponibilidad que permitían los cambios de estaciones:
Antes
no teníamos postres todos los días. Al igual que el alcohol, su uso
estaba limitado a ocasiones especiales, días libres, fiestas y
celebraciones. Había celebraciones tribales y familiares que
solidificaban los lazos de los grupos. Para muchas culturas, las únicas
ocasiones en las que se consumían cosas dulces era en las celebraciones
matrimoniales, y este recuerdo inconsciente aún puede estar
influenciando nuestra inclinación por el azúcar cuando tenemos una
adicción provocada por deficiencias previas en el chakra del corazón.
[...] No importa que tan delicioso pueda ser, los ritmos corporales de
asimilación de los alimentos dulces, han sido tan trastornados como los
de reposo y trabajo, y ya no nos comunicamos con nuestros cuerpos para
ver lo que necesitan. [...]
Cuando somos niños y nos enfermamos
nos programan diciéndonos "Come -esto te dará fuerzas", aunque
seguramente el ayuno nos iría mejor en tales situaciones. entonces
estamos programados desde la niñez para ver a la comida como una fuente
de poder, y entre más fuerzas creemos nececitar para cumplir nuestra
visión, más comemos buscando esta fuerza. El combustible de nuestros
cuerpos es la glucosa, nuestra primaria y más directa herramienta de
poder. Así es que el abuso de azúcar, que está estrechamente ligada a la
glucosa, es parcialmente acerca de combustible, y nuestras comidas cada
vez contienen menos energía debido a todo el procesamiento. Confundimos
comida con energía y comemos cuando nos sentimos drenados. Incluso los
comerciales hacen ver al azúcar como una fuente instantánea de energía.
Si la energía y la comida fuesen lo mismo, entre más comiésemos, más
energía tendríamos. Pero en lugar de ello, sobrepasarse comiendo causa
un colapso de energía en todo el cuerpo. La comida procesada ha perdido
su energía, su fuerza de vida, y nosoros aún tenemos la expectativa de
que la comida la contiene. (13)
Respecto a los efectos del azúcar sobre el sistema energético, nos dicen que:
La
adicción primaria de los adictos al azúcar es al amor. El colapso
general de nuestros chakras cardiacos, se debe a nuestra forma de vida
en la que la alienación y la pérdida de valores, significa que muchos de
nosotros experimentamos muy poco amor en nuestras vidas diarias. Una
razón de la confusión entre el azúcar y el amor es que el azúcar
ocasiona un flujo de sangre al área cardiaco, y esto nos hace creer, a
nivel incosnciente, que este chakra está siendo nutrido. [...]
Ultimadamente, lo que el azúcar hace es debilitar las paredes del
corazón y los vasos sanguíneos creando una tolerancia tal que
necesitamos más y más azúcar para conseguir el mismo rush. [...] El daño
hecho en el chakra del corazón repercute fuertemente sobre el chakra
del plexo solar. La obstrucción de este centro conduce a sentimientos de
auto odio. Adicionalmente, cuando la energía del corazón está bloqueda,
la persona no se siente amada, y los problemas del plexo solar se
transladas a ello: "Debe haber algo malo en mí si nadie me ama."
El
azúcar también tiene un poderoso efecto en el primer chakra, ya que
jala la energía de él para llevarla arriba y producir el rush de energía
en el corazón.[...] Las obstrucciones y las rupturas del primer chakra
pueden predisponer a problemas de aumento de peso o de alcoholismo. (13)
Para
abandonar una adicción los autores recomiendan que a la par de asisitir
a terapias psicológicas ya sean personales o grupales y de someterse a
un tratamiento de desintoxicación física bajo supervisión médica, en
caso de que ésto sea necesario, también es aconsejable practicar
técnicas alternativas para revertir los daños causados por el abuso de
las distintas sustancias en el campo energético humano. Para ello nos
ofrecen en su segundo libro una excelente serie de ejercicios de
visualización, así como remedios de aromoterapia y gemoterapia
específicos para cada reparar los daños provocados por cada una de las
diferentes sustancias. Adicionalmente, se incluyen ciertos diagramas
canalizados por Andrew para reprogramar las biocomputadoras que son
nuestros cerebros.
Según afirman: "Los hábitos, como las
adicciones están impresos dentro de nuestros circuitos cerebrales de la
misma manera en que los circuitos de una computadora son programados.
Para interrumpir un hábito, necesitas borrar y reprogramar el circuito"
(12), y para eso sirven los diferentes diagramas canalizados para cada
tipo de droga.
Estos diagramas deben mirarse de arriba a abajo o
dibujarse 25 veces consecutivas en tres sesiones por día. Además se
recomienda mirarlos cuando se sientan deseos de caer en la tentación de
usar nuevamente la droga en cuestión. (Ver más al respecto en
adicciones)
MI EXPERIENCIA PERSONAL
Estuve viviendo y trabajando alrededor de seis meses en el
Centro de Alta Conciencia Tepozcahuic (CACT), en Tepoztlán, Morelos,
México. Era un lugar dedicado a la práctica y difusión de doctrinas
místicas y terapias naturales, por lo que dentro de sus reglamentos
internos, estaba prohibido consumir, además de cualquier tipo de droga,
azúcar y productos industrializados. El menú diario constaba de frutas,
verduras, cereales, algunos productos hechos con harinas integrales,
miel y complementos alimenticios de origen natural. No experimenté
ninguna reacción adversa al dejar el azúcar, quizá porque el simultáneo
cambio alimenticio elevó de manera impresionante mis niveles de energía
física y vitalidad.
No obstante, cuatro meses después de mi
ingreso al CACT, fui a visitar a mi familia en la Ciudad de México. Era
el cumpleaños de Daniel, mi hermano menor, por lo que había en casa un
delicioso pastel de chocolate. Sin pensarlo me comí una rebanada y
alrededor de una hora y media después, sentí una extraña ansiedad y sin
ningún motivo me dieron ganas de llorar. Quince minutos después, cuando
tales sensaciones desaparecieron por completo, tan súbitamente como
legaron, se me ocurrió que ello podría haber sido una consecuencia
directa del impacto del azúcar dentro de mi desintoxicado organismo.
Poco
después se lo comenté a Laura Urbina, una naturópata amiga mía, quien
confirmó mis sospechas y me proporcionó las primeras fuentes
bibliográficas que consulté al respecto, mismas que ella estaba
utilizando para su libro de Nutrición Consciente que apareció poco
después. Ella conocía otros casos de personas que al desintoxicarse
totalmente del azúcar y productos que lo contienen, habían experimentado
episodios de ansiedad similares al que yo tuve, o reacciones físicas
tales como aparición de pequeñas úlceras bucales o leves problemas en la
piel, tras volver a comer algo azucarado después de meses de no
hacerlo.
Cuando salí del CAT, cambié de forma de vida y poco a
poco volví a incorporar el azúcar a mi dieta normal, igual que antes...
Pero como subí bastante de peso y mi mamá y mi abuela han sufrido de
diabetes, intento consumirla lo menos posible, cosa que no es fácil,
porque si te pones a mirar las etiquetas de los productos que compras,
te das cuenta de que esta droga es casi omnipresente pues aún las cosas
más insospechadas la enumeran entre sus ingredientes...