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martes, 29 de abril de 2014

REFLEXIONES SOBRE UCRANIA Y EL CAMBIO DE RÉGIMEN

La actual prueba de fuerza entre Washington y Moscu nos hace perder de vista las condiciones que rodearon el cambio de régimen en Kiev y las consecuencias de ese hecho. Más allá de las acusaciones entre pro-estadounidenses y pro-rusos, el hecho es que el nuevo régimen llegó al poder mediante un golpe de Estado orquestado por Estados Unidos. Es posible que una parte del pueblo ucraniano se sienta ahora satisfecho con el cambio, pero también es probable que no tarde en darse cuenta de que esta mutación se ha hecho en detrimento de sus intereses.
 
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Más del 83% de los electores de Crimea participaron recientemente en el referéndum sobre la reunificación con Rusia. Y una aplastante mayoría –más del 93%– votó a favor de la separación de Ucrania y del regreso de la península a la Federación Rusa.

No se puede perder de vista que la población de Crimea nunca habría tomado ese camino –y Rusia nunca la habría respaldado– si Ucrania no hubiese caído en manos de las fuerzas que orquestaron el «cambio de régimen».

Es importante precisar que el «cambio de régimen» es hoy en día una forma de acción tendiente a hacer imposible que un gobierno pueda seguir gobernando. Ya hemos visto repetidamente los efectos de esa forma de caos orquestado en varios países a través de grupos bien organizados, financiados y equipados por intereses occidentales externos. Ultranacionalistas y mercenarios se mezclan con la multitud de manifestantes descontentos y se apoderan de la dirección y la planificación de las acciones, sabiendo que cuentan con el respaldo de las potencias occidentales. En Kiev, los grupos más retrógrados lanzaron ataques y todo tipo de calumnias contra los judíos, los negros, los chinos, los «moscovitas» y, por supuesto, contra los comunistas.

En Ucrania, grupos fascistas como Svoboda y Pravy Sektor han recibido enormes cantidades de dinero para alimentar y ofrecer comodidades a miles de personas en las calles de Kiev durante semanas, además de recibir también material de propaganda de buena fabricación: banderas, símbolos y pancartas en varios idiomas. Mientras tanto, los medios de la prensa occidental reportaban todo lo que sucedía de la manera más conveniente para la Casa Blanca, sin mencionar los actos de violencia y de terrorismo que cometían los «manifestantes».

No hace mucho tiempo que hemos podido observar esa técnica en muchos países, desde Venezuela hasta Tailandia. El objetivo de esos ataques financiados por Occidente es que el mundo sea más seguro… para el 1% que es la población más rica del planeta. En Ucrania, los ciudadanos que creen haber luchado por la democracia acabarán descubriendo que en realidad fueron manipulados por la plutocracia occidental y se verán abandonados entre las manos de un nuevo gobierno, lleno quizás de buenas intenciones. Su sacrificio tendrá como resultado una economía todavía más deprimida y más corrupta, una enorme deuda con el FMI, un empeoramiento de los servicios sociales y una «democracia» vacía dirigida por oportunistas corruptos como Yulia Timochenko.

Rusia intervino en nombre de la Crimea de lengua y de cultura rusas. Y ahora es blanco de los ataques de los plutócratas mundialistas occidentales que buscan cómo aislar a Moscú y obligarlo a retroceder. Vladimir Putin es denigrado y demonizado sin descanso. ¿Habrá en los medios de prensa estadounidenses alguien que haya leído alguna vez los discursos de Putin? ¡Son mucho más claros y coherentes que las mentiras de Obama! (Un claro ejemplo es el discurso de Obama sobre cómo Estados Unidos democratizó y salvó Irak [1]).

El objetivo es cercar a Rusia y convertirla en un temeroso satélite. Pero eso es mucho más fácil de decir que de hacer. Obama no cuenta con muchas cartas y muy pocas son triunfos.

COMIENZAN A VALORAR LA PÉRDIDA DE UCRANIA ORIENTAL


29 de abril de 2014

Algunos analistas han comenzado, por primera vez, a considerar la pérdida del Sureste de Ucrania como algo inevitable e incluso beneficioso para Ucrania. “No debe haber diálogo con nadie. Todos dicen: ¡Fuera!”, señala el portal Jvilya. 

El periodista Serguei Visotski señala que las regiones de Donetsk y Lugansk son industriales y mineras y “cualquier reforma neoliberal (como la que Kiev quiere llevar a cabo) provocaría el cierre de muchas minas y fábricas. Esto llevaría a protestas masivas y a una explosión social y Moscú se aprovecharía de ello”, escribió.

“La empobrecida zona de Donbass será una fuente de votos para los partidos populistas y antieuropeos”, señaló por su parte el periódico Zerkalo Nedeli (El Espejo de la Semana). “Si intentamos retener el Este nos arriesgamos a perder el Oeste. Mejor dejar que Donbass se vaya y construir Europa en Ucrania”. (¿Habrá visto alguien de ese periódico cómo están las cosas en la UE? N. de E.)

En realidad, los círculos de poder en Kiev ven en el conflicto del Este un obstáculo a sus planes de implementar las políticas neoliberales y pro-UE, máxime teniendo en cuenta que Ucrania no tiene dinero para financiar una guerra o un largo período de desestabilización en el país, y estarían dispuestos a dejar que el Este se escinda de Ucrania, al igual que lo ha hecho Crimea, con el fin de lograr sus propósitos.

MÁS DE LA MITAD DE LOS RUSOS CREEN QUE LA PERESTROIKA CAUSÓ MÁS DAÑOS QUE PROVECHO


29.04.2014


Mijaíl Gorbachov / © RIA Novosti. Andrej Rudakow.
Moscú, 28 abr (Nóvosti).
El 56% de los rusos valoraron negativamente las consecuencias de la Perestroika iniciada en los 1980 por el presidente de la URSS Mijaíl Gorbachov, se desprende de un sondeo del Centro Levada.

El 23% de los encuestados consideraron que el proceso fue provechoso, mientras que el 21% no supo valorar el periodo.

La encuesta se llevó a cabo del 21 al 24 de marzo con la participación de 1.600 habitantes de Rusia.
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Diputados rusos quieren sentar en el banquillo a Gorbachov por destruir la URSS

Moscú, 10 abr (Nóvosti).
Diputados de varios grupos parlamentarios rusos, entre ellos Rusia Unida y Partido Comunista, enviaron una solicitud a nombre del fiscal general Yuri Chaika para que ordene la investigación de los acontecimientos previos a la desintegración de la URSS con el fin de inculpar al primer y único presidente de la extinta potencia, Mijaíl Gorbachov, escribe hoy el diario Izvestia.

Los legisladores indican que en el referéndum celebrado en 1991 los soviéticos votaron a favor de la conservación de la URSS, pero los dirigentes del país no cumplieron la voluntad del pueblo.

Los diputados recuerdan que Gorbachov ya fue procesado por su papel en la espiral de sucesos que precedió el desmoronamiento de la URSS. El 4 de noviembre de 1991 la Fiscalía General de la Unión Soviética abrió una causa penal contra el presidente del país, pero tuvo que cerrarla al día siguiente, supuestamente, por la presión desde el Kremlin.

Los parlamentarios creen que el impacto de la caída de la URSS no ha dejado de sentirse durante los últimos 23 años.

“Las consecuencias de lo ocurrido en 1991 las estamos pagando hasta hoy día. La gente muere en Kiev y seguirá muriendo por culpa de las personas que hace muchos años decidieron en el Kremlin destruir la URSS”, dijo el diputado Mijaíl Degtiariov.

Agregó que la caída de la Unión Soviética fue “un acto planeado” y sus culpables deben responder ante la Justicia.

MIERCOLES 30 DE ABRIL, CONCENTRACCIÓN ANTE LOS INEMS DE TODO EL ETADO, Y EL 21 DE JUNIO RODEAR GOBIERNOS AUTONÓMICOS

, 29 de Abril de 2014 10:35

Las Marchas de la Dignidad hemos acordado que la primera acción de continuidad del 22M sea una jornada de lucha contra el paro masivo el próximo 30 de abril. La dignidad sigue en la calle exigiendo PAN, TRABAJO Y TECHO. 
 
Las Marchas de la Dignidad hemos acordado que la primera acción de continuidad del 22M sea una jornada de lucha contra el paro masivo. Hay más de seis millones de razones para esta movilización. Somos más de seis millones de personas en todo el Estado español las que estamos sufriendo el drama del desempleo. La mitad no recibimos ninguna prestación y un millón y medio recibimos la ridícula ayuda de 426 €.

El paro masivo es la demostración palpable de la ineficacia de un sistema, el capitalismo, que sólo favorece a los intereses de los poderosos y de unas políticas fracasadas, las de la Troika, que sólo miran por los bancos y las grandes empresas y castigan a las personas.

La última reforma laboral, presentada a bombo y platillo como la solución, ha resultado un desastre para la creación de empleo. Cada minuto se destruye un empleo, y el que se genera es precario, es la expresión gráfica del fracaso absoluto de las políticas neoliberales.

No nos engañemos. La reforma laboral va asociada a un conjunto de ataques contra las conquistas y derechos de la mayoría social. El recorte de las pensiones, la reforma de la administración local, la reforma educativa, el desmantelamiento de las ayudas a las personas dependientes, el pago de la deuda, el aumento de la edad de jubilación, la destrucción de los servicios públicos de sanidad, justicia o educación, la pérdida de poder adquisitivo, la esclavitud hipotecaria, la precariedad laboral, los desahucios, la involución en las políticas de igualdad… forman parte de una brutal ofensiva contra los de abajo, contra la clase trabajadora, contra la ciudadanía, contra el pueblo.

Una ofensiva que busca robarnos derechos para engrosar sus beneficios y sus cuentas en los paraísos fiscales. Prueba de ello es que desde que estalló la crisis ha crecido el número de personas millonarias mientras el número de personas con pobreza severa se ha doblado.

Ante este escándalo la respuesta del poder establecido siempre es la misma: la represión, que busca criminalizar la protesta social ante los desmanes de los gobiernos. Una represión que vivimos especialmente en la jornada del 22M y días posteriores. Una criminalización ejecutada desde todos los ámbitos, incluidos los medios de comunicación oficiales, y desplegada como cordón sanitario para tratar de impedir que la población se una masivamente a la lucha.

Hoy queremos recordar a dos compañeros que están sufriendo injustamente la represión y la cárcel. Miguel, de 20 años, e Ismael, de 18. Dos jóvenes inocentes que están sufriendo en sus carnes la represión brutal de este gobierno que pretende con su Ley Mordaza y sus conspiraciones para-policiales convertir la movilización ciudadana en un conflicto de orden público.

Nuestra respuesta tiene que ser la de la movilización, la organización y la unidad. Y avanzar, tal y como lo estamos haciendo, para dar más y mejores respuestas a cada uno de sus ataques. El primer paso, debe ser darnos cuenta de que la solución la debemos encontrar colectivamente y que no será callando como empezaremos a hacerla realidad. Hay que tomar las riendas. No es hora de esperar que nos solucionen nuestra vida. Es hora de organizarse e iniciar la construcción de una sociedad más democrática e igualitaria, con un modelo productivo y económico sostenible, al servicio de las personas.

Esta es una movilización por el empleo digno, contra el pago de la deuda, por la renta básica, por los derechos sociales, por la libertades democráticas, contra los recortes, la represión y la corrupción, por una sociedad de mujeres y hombres libres; es un acto contra el capitalismo, y su expresión en el Estado español, el régimen borbónico, y unos gobiernos que nos agreden y no nos representan.

La dignidad sigue en la calle exigiendo PAN, TRABAJO Y TECHO. 

NO AL PAGO DE LA DEUDA  -  FUERA LOS GOBIERNOS DE LA TROIKA
EMPLEO DIGNO O RENTA BÁSICA
Web: marchasdeladignidad.org facebook.com/MarchasdelaDignidadMadrid22M

¿ PROCESOS EMANCIPADORES DENTRO DEL EURO?


por Gonzalo Fernández Ortiz de Zárate 
 
Martes, 29 de Abril de 2014 

En definitiva, hay que derrotar a la actual arquitectura económica generada en torno al euro, hay que atacarla por todos los frentes y sin esperar a procesos futuros e inciertos. Dentro de la misma, no hay salida. 
 
 
 
Si tuviéramos que encontrar algún elemento positivo en el ejercicio de democracia de muy baja intensidad que se celebrará el próximo 25 de mayo con motivo de las elecciones europeas, y si nos levantáramos de la cama aquejados de un extraño optimismo impropio de la actual coyuntura, señalaríamos que una de las cuestiones más interesantes que pueden aportar estos comicios es la intensificación del debate, en el seno de las izquierdas, respecto al análisis y a las propuestas alternativas al proyecto europeo hegemónico.

Con esta afirmación queremos destacar que el debate en sí es bastante más significativo que el resultado del formalismo electoral de una Unión Europea profundamente deslegitimada y antidemocrática, ya que dichos debates podrían servir en el medio plazo para generar las actualmente poco sólidas agendas políticas y las articulaciones necesarias para revertir la situación actual.

De esta manera, mal que bien, más o menos tímidamente, estos últimos meses están favoreciendo que las izquierdas políticas –bien con la forma de partido o de movimiento- definan su diagnóstico de la crisis actual y del papel que las instituciones europeas están jugando en la misma, a la vez que exponen cuáles son las propuestas fundamentales, sobre todo en el ámbito estratégico de la economía.

1. Consenso fundamental: redefinición continental del proyecto europeo

Desde la perspectiva económica, varios son los lugares comunes donde se suelen encontrar las izquierdas: en primer lugar, se destaca que el proyecto político europeo no tiene como principio fundacional la reducción de las fuertes asimetrías entre países ni la construcción de un marco político europeo de bienestar en el que se blinden los derechos humanos. Al contrario, la génesis del proyecto se sitúa en la implementación regional de la lógica capitalista en base a un mercado único sin unidad política, tomando como pivote la estrategia expansiva de la economía germana. Por tanto éste es realmente el objetivo estratégico del proyecto que, más allá de la retórica habitual, permea el conjunto de actuaciones e iniciativas vinculadas a la construcción europea.

En segundo lugar, las izquierdas suelen estar también de acuerdo en que la arquitectura económica derivada de este proyecto específico, que empieza a tomar forma en el Tratado de Maastricht de 1992, es funcional a dicha lógica de expansión capitalista. Así, ésta se pone al servicio de los mercados y de quienes los controlan, enfrentándose si es necesario a las grandes mayorías sociales (como está ocurriendo actualmente en una fase de agudización de la lucha de clases). Esta arquitectura económica estaría conformada fundamentalmente por estos cuatro elementos: una moneda única fundada sobre enormes asimetrías entre países, regiones y personas; un Banco Central Europeo (BCE) autónomo (respecto a los gobiernos, claro, no en lo que se refiere al capital), tecnócrata y estrictamente dedicado a limitar la inflación y estabilizar el mercado financiero, no a ampliar la reproducción de la vida de la ciudadanía; unos límites draconianos al déficit público (máximo del 3% del PIB) y a la emisión de deuda pública (máximo del 60% del PIB), a partir del Pacto de Estabilidad y Crecimiento (2005); y una dirección económica profundamente antidemocrática, liderada por una élite de representantes políticos, entidades multilaterales y empresas transnacionales al servicio indiscutible de la reproducción del capital y la obtención de ganancia mercantil. No obstante, y aún siendo conscientes de la relevancia de esta arquitectura económica en todo el proyecto europeo, veremos en el siguiente apartado cómo los principales disensos actuales se refieren a cómo, cuándo y desde dónde trazar la estrategia para superar dicha arquitectura.

Finalmente, y continuando con los consensos existentes, las izquierdas también convienen, en tercer lugar, en que la política económica aplicada por las instituciones europeas (austeridad y recorte en derechos; despilfarro en ayudas a los bancos; descontrol de los superávit comerciales y de las burbujas financieras generadas por éstos; políticas pro-mercado y pro-transnacionales, como la Política Agraria Común), no sólo no está incidiendo positivamente en la superación de la crisis sino que la está agravando, incrementando los niveles de pobreza y de vulnerabilidad sistémica con tal de mantener la rueda imparable y suicida del flujo de capital y ganancia antes comentado.

Son precisamente estos tres lugares comunes los que conducen a las izquierdas a convenir que, más allá de cambios en la arquitectura y política económica, es preciso redefinir el proyecto europeo desde nuevas bases más democráticas y emancipadoras, en el que se reconozcan, hagan vigentes y sean exigibles los derechos individuales, colectivos y nacionales, analizando a su vez qué nos ha llevado a esta situación y quiénes son los responsables de la misma. De ahí que existe bastante acuerdo en torno a la exigencia de un proceso constituyente europeo (aunque existen diferentes posiciones sobre cuál es el ámbito territorial de dicho proceso), ya la propuesta de una auditoría social de la deuda, que señale cuál de ella es ilegal e ilegítima, y por tanto no debe pagarse.

Por supuesto, ambas propuestas deberían formar parte sin duda de las agendas de las izquierdas europeas, así como la reclamación de la vigencia, exigibilidad y universalidad de una serie de derechos civiles, políticos, económicos, sociales y culturales, que realmente enfrentaran las asimetrías existentes, no sólo entre países, sino también entre géneros, razas y clases. Es por tanto un imperativo para partidos y movimientos tomar como referencia y hacer fuerza común en torno a estos ejes estratégicos que van a la raíz del problema.

2. Mientras tanto, ¿Qué hacer con la arquitectura económica europea?

No obstante, y a pesar de que se comparten ciertos consensos, es necesario hacerse la pregunta de si éstos son suficientes en la coyuntura actual para conformar una agenda política combativa y realista, que incida directamente sobre el cuadro de mando de la UE capitalista, y que permita en el medio plazo avanzar en términos emancipadores. Es aquí donde se sitúan los primeros disensos, ya que aunque se comparta la pertinencia del proceso constituyente y de la auditoría integral de la deuda, también es cierto que hay izquierdas que piensan que no se dan las condiciones para que estos procesos de base continental sean viables, al menos en el medio plazo. De esta manera, y ante el escaso dinamismo y proyección de estas iniciativas, nos encontraríamos empantanados en una propuesta interesante pero irreal, mientras la estructura básica del proyecto hegemónico (la arquitectura económica) campa a sus anchas y sin desgaste considerable.

Así, se aduce que centrar la agenda política únicamente en revertir la génesis del proyecto europeo se basa en dos condiciones, que a día de hoy no se cumplen ni parece que se cumplirán en el futuro: la primera, que existe o pueda existir una correlación continental de fuerzas positiva para las izquierdas; la segunda, que se constate una voluntad nítida de éstas por articularse en torno a estas iniciativas, dentro de una apuesta real por una mayor unidad política europea. Lamentablemente, la correlación de fuerzas en Europa no sólo no es positiva sino muy negativa para las izquierdas, con una hegemonía sólida de la derecha (conservadora, liberal y social-liberal), y con el más que notable avance de la extrema derecha (en otro momento, y desde la autocrítica, habría que abordar este fenómeno desde la izquierda). Por otro lado, tampoco parece que las izquierdas estén haciendo especial hincapié en una articulación real en torno a un proceso constituyente, y es notorio que el peso de la política interna es mucho más fuerte que la visión continental, desgastada incluso en esta agonía generada por la crisis. No hay en este sentido acuerdo en ámbitos tan importantes como el modelo socioeconómico hacia el que transitar, o sobre los derechos nacionales y el ejercicio del derecho de autodeterminación, como para pensar que esta opción es actualmente viable.

De esta manera, estas iniciativas continentales podrían convertirse en un brindis al sol en la práctica cuando realizamos un análisis de la correlación de fuerzas políticas y de las prioridades de las izquierdas. Mientras tanto, el proyecto europeo real -capitalista y neoliberal-, sigue azotando a las grandes mayorías, que no cuentan con alternativas concretas y viables.

En este sentido, varias son las cuestiones que cobran relevancia en estos momentos: ¿Es necesario esperar a la puesta en marcha de procesos continentales a la hora de tomar medidas que afecten a la relación de los países con la Unión Europea y la Eurozona? ¿Un país que alcanzara una correlación de fuerzas positiva para la izquierda debería acatar la arquitectura económica y esperar a un hipotético proceso continental para tomar las riendas de su estrategia económica? ¿Qué posición se debería mantener desde las izquierdas si países como Catalunya, Escocia o Euskal Herria consiguieran la independencia y tuvieran que plantearse su relación con la UE y la Eurozona?

Son estas las preguntas a las que debemos responder, que en definitiva se podrían resumir en la siguiente: ¿Qué posición debe mantener la izquierda ante la arquitectura económica generada en torno al euro? Recordemos que ésta (Maastricht, BCE, Troika y Euro) juega un papel esencial en todo el entramado europeo ya que supone, por un lado, la plasmación estructural del proyecto fundacional y, por el otro, la base que posibilita la implementación de la política económica actual. Hay por tanto una lógica proyecto-arquitectura-política económica, en la que la arquitectura juega un rol de visagra del conjunto.

Ésta es por tanto el nudo gordiano del asunto, y dentro de la misma es el euro la argamasa que permite articular en conjunto de la arquitectura económica. Así, un euro que responde a las ansias de expansión mercantil sin importarle las profundas asimetrías de partida, cercena la capacidad de enfrentarlas y las ahonda, con las subsiguientes consecuencias de pobreza, vulnerabilidad, burbujas financieras, etc. La rueda, a pesar de todo y frente a los intereses de las mayorías populares, no puede parar y su reproducción sólo se puede mantener en base a un BCE ajeno a las necesidades del conjunto de la economía, en base a un disciplinamiento de los gobiernos en torno a los postulados de Maastricht, y en base a una dirección económica pseudo-dictatorial de la Troika. Por tanto, el euro no es sólo una moneda, sino que es la tela de araña donde se teje la estructura del poder económico y político europeo. De esta manera, el debate en torno al euro es estratégico a la hora de responder a las preguntas que antes se han planteado, que son lo que realmente marca los importantes disensos actualmente existentes, como veremos a continuación.

3. ¿Es posible la emancipación dentro de la arquitectura económica del euro?

Las izquierdas ofrecen respuestas diferentes a la cuestión de cómo, cuándo y desde dónde enfrentarse a la arquitectura económica generada en torno al euro. Sintetizando, podríamos encontrar tres tipos diferentes de formas de abordar esta cuestión.

En primer lugar están quienes inciden en la raíz del proyecto europeo y en su manifestación como política económica, obviando la relevancia de la arquitectura económica. Así, apuestan por un proceso constituyente en el largo plazo y de carácter continental, a la vez que critican duramente la política económica europea (austeridad) y a quienes la ponen en práctica (Troika), pero sin proponer superar de manera directa la actual arquitectura económica. Por tanto, se confía en que el resultado del propio proceso constituyente altere en un futuro dicha arquitectura, que de momento no hay que tocar, ya que los riesgos de hacerlo -y de hacerlo unilateral y no continentalmente-, son más altos que los posibles beneficios que se obtendrían de salir –o no entrar- en el euro.

En segundo lugar están quienes sí pretenden abordar los tres aspectos de la lógica proyecto-arquitectura-política
, planteando en el caso de la arquitectura su reforma a través de una unión político-fiscal. De esta manera se propondría hacer fuerza para una reforma en profundidad del modelo de gobernanza de la Eurozona, haciendo real el tránsito de una UE mercantil y economicista a una Europa que asume su naturaleza política, planteando una política fiscal común, un BCE volcado en el apoyo a la economía real, así como el reconocimiento universal de ciertos derechos ciudadanos. Todo ello sería la palanca para abordar la reducción de las asimetrías actuales, sin necesidad de salir del euro (aunque algunas versiones de estas propuestas sí que definen algunas rupturas con la arquitectura económica europea en lo referente a la financiación del déficit público)[1]. Por tanto, hablamos de alterar significativamente esta arquitectura, pero sin abandonar la moneda única, con la pretensión de que una fiscalidad progresiva sea capaz de cohesionar el territorio del euro.

En ambos casos las propuestas son de carácter continental y nunca desde la capacidad de decisión de un país determinado -o de un futuro estado independiente-; en ambos casos no se cuestiona la pertinencia de repensar el marco territorial de la UE, a pesar de las más que evidentes asimetrías; y, por supuesto, se apuesta por el euro como moneda única. La diferencia entre ellas consiste en que la primera lo apuesta todo al proceso constituyente, mientras que la segunda plantea la reforma de la Eurozona en base a una mayor unidad política.

Finalmente, y en tercer lugar, estarían quienes afirman –entre los que me incluyo- que a la vez que se mantiene la apuesta por un proceso constituyente (que no necesariamente debería impulsarse dentro del territorio actual de la UE o la Eurozona), es preciso atacar directamente a la arquitectura económica vigente y plantear como una posibilidad real y positiva la salida –o no entrada- en el euro, y sin tener que para ello esperar a un proceso continental amplio[2].

De esta manera, y siempre después del necesario análisis particular de riesgos, estructura económica y realidad geopolítica de cada caso, se apuesta por incluir prioritariamente en la agenda el abandono –o no ingreso- en el euro, por las siguientes dos razones: en primer lugar, porque esperar a un proceso continental que revierta esta situación puede ser ilusorio en el contexto actual, siendo necesario desgastar desde cualquier frente la manifestación más nítida del conjunto del proyecto, que no es sino el euro y su arquitectura; en segundo lugar, porque es la única forma de poder plantear una estratégica económica emancipadora y soberana desde ámbitos institucionales, poniendo al servicio de la misma las políticas cambiaria, monetaria, fiscal, ahora secuestradas por la arquitectura económica europea y su proyecto suicida.

En este sentido, es claro que mantenerse ajeno al euro tiene sus costes (sobre todo el shock inicial), pero pensamos que más costes se generan para la ciudadanía dentro del euro y mientras no se cuestione el euro. Recordemos, como ya hemos señalado, la importancia de esta moneda única dentro del proyecto europeo, convirtiéndose en la tela de araña que articula a éste en su conjunto. Así, podemos asumir y asumimos lo complejo y arriesgado de no estar en el euro, pero en sentido contrario devolvemos la siguiente pregunta: ¿Qué hacer, aquí y ahora, dentro del euro? ¿Es posible la emancipación política y humana, desde los resortes institucionales, dentro del euro?

Nuestra respuesta es que no, sobre todo para los países periféricos, ya que una institucionalidad estatal amputada de sus capacidades económicas (enredadas en la tela de araña del euro) no tiene capacidad de maniobra, sin cartas para apostar por un proceso emancipador dentro de una estructura netamente capitalista. Por tanto, sería como una especie de apuesta esquizofrénica en la que se ataca al proyecto europeo ultraliberal a la vez que se acatan sus manifestaciones estructurales más palmarias. Y todo ello mientras se espera a un proceso constituyente sin bases sólidas, de tremenda complejidad, y de escasa proyección en el largo tiempo. No tenemos tanto tiempo.

A otro nivel, también la incertidumbre y la más que probable inviabilidad sobrevuelan la segunda opción de reformar parcialmente la arquitectura económica sin tocar el euro. En primer lugar, en un proyecto deslegitimado pero poderoso como el actualmente hegemónico, se confía en alcanzar mayorías continentales suficientes para girar el proceso hacia una unión política, enfrentándose así a los intereses de la Troika. Creo que es mucho confiar. En ese sentido, parece mucho más probable que se pudiera alcanzar esas mayorías en el marco de un estado actual –o futuro estado independiente- que en el marco de una Europa que gira a la derecha y que parte de una izquierda desarticulada. En segundo lugar, e incluso si se llegara a articular a nivel continental la fuerza suficiente para dicha unión político-fiscal, ¿de verdad creemos que la fiscalidad, en este momento actual, puede ser la palanca de superación de las enormes y crecientes desigualdades? Pareciera una medida bastante tibia, que resta énfasis a la necesidad y urgencia de un cambio profundo.

En definitiva, y por todas las razones esgrimidas, apostamos por descarrilar el tren de la arquitectura económica europea generada a través del euro, situando la salida -o no entrada- en la moneda única como vía necesaria para emprender cualquier proceso emancipador, y después de un análisis profundo de riesgos y capacidades. No obstante, y tal como hemos venido diciendo a lo largo del texto, no consideramos al euro únicamente como una moneda sino como una argamasa, como una tela de araña que permite romper con el BCE, con la Troika y con Maastricht, por lo que mantenerse ajeno al euro precisa de todo un paquete de medidas y modelo socioeconómico alternativo sobre el que plantear dicho proceso emancipador.

4. El no al euro como parte de una estrategia económica emancipadora

El no al euro es por tanto una medida necesaria pero no suficiente[3]. Pensamos que no hay posibilidad para la emancipación -desde los resortes institucionales- dentro del euro, a la vez que afirmamos que no se trata de cambiar una moneda por otra (el euro por el dracma, la lira, o el eusko), sino de garantizar que se cuentan con las mínimas garantías y capacidades para poder desarrollar una estrategia soberana y emancipadora, en el contexto de un capitalismo globalizado y de una correlación de fuerzas determinada.

En este sentido, ni el no al euro es la panacea, ni significa la liberación de todas las ataduras respecto al sistema, ni mucho menos. No obstante, y dentro de los límites de dicho sistema, esta medida ofrece una mayor capacidad de actuación a los procesos de emancipación, e infringiría un duro golpe al entramado capitalista y antidemocrático de la UE, teniendo así un impacto significativo en la lucha contra el statu quo.

Por lo tanto, el no al euro siempre debe ir acompañado de toda una propuesta socioeconómica alternativa que por un lado mitigue el shock generado por la salida o no entrada en el euro y que, por el otro, sirva de marco de referencia de los proyectos no capitalistas que se pretenden impulsar.

En esta línea, y en primer lugar, el no al euro debe ir acompañada de una propuesta de auditoría social de la deuda a nivel estatal que genere una suspensión de pagos (impago de la deuda ilegítima, renegociación de la que sí lo es) que, en última instancia, evite la losa permanente de la deuda para una ciudadanía ajena al proceso de la burbuja financiera.

En segundo lugar, el no al euro debería ir de la mano de una regulación fuerte y una actuación enérgica respecto al flujo de capitales, así como del control público y/o social de al menos parte importante del sistema financiero, lo que permita recuperar a éste para su apoyo a la reproducción ampliada de la vida.

En tercer lugar, conllevaría el control público y/o social de sectores estratégicos como la energía, las telecomunicaciones o el transporte, como bienes públicos que deben escapar a cualquier lógica mercantil.

En cuarto lugar, el no al euro entraría en el paquete de propuestas de desmantelamiento de la política económica europea actual (también la internacional), erradicando la supresión de derechos y las políticas pro-corporaciones, como la lamentable Política Agraria Común (PAC).

Por último, y en quinto lugar, el no al euro debería ir estrechamente vinculado de la apuesta inequívoca por un modelo socioeconómico que dispute espacios al capitalismo, centrado en nuevos modelos de consumo y producción, con la sostenibilidad de la vida como referencia y en base a circuitos cortos y a la economía solidaria como marco de actuación que impulsar.

Además, y como hemos señalado desde el comienzo del artículo, se hace necesario compaginar esta propuesta socioeconómica alternativa con una agenda para la redefinición política de Europa en su conjunto, desde bases democráticas y emancipadoras. Ello supone, primero, abrir el debate sobre el marco territorial actual de la Unión Europea, que pudiera ser o no el idóneo a la hora de generar un proceso político donde se priorice la cohesión y la horizontalidad; después, supone establecer nítidamente cuáles son los valores fundacionales del proceso o procesos que se definan, y que éstos realmente respondan a las demandas de las mayorías populares; y por último, pero no por ello menos importante, supone explicitar y favorecer el ejercicio del derecho de autodeterminación para aquéllas naciones que deseen convertirse en Estado propio.

El no al euro es por tanto una medida a tener en cuenta dentro de toda una estrategia, pero una medida fundamental en todo caso. En este sentido, y si se dieran las condiciones, debería entenderse como una iniciativa perfectamente posible por la que apostar, tanto en el regreso a viejas monedas o en la creación transitoria de monedas complementarias. Pero siempre, y en todo caso, debe ir acompañada por toda una estrategia económica y política que prefigure una salida a la sinrazón actual, y que permita a las izquierdas hacer desde ya pedagogía emancipadora.

En definitiva, hay que derrotar a la actual arquitectura económica generada en torno al euro, hay que atacarla por todos los frentes y sin esperar a procesos futuros e inciertos. Dentro de la misma, no hay salida. Fuera de ella, incertidumbre, sí, pero también se vislumbran nuevos horizontes emancipadores, con los que la izquierda europea tiene una responsabilidad global.

Notas:

[1] V.V.A.A: Manifiesto ¿Qué hacer con la deuda y el euro? disponible en http://www.vientosur.info/spip.php?article7930

[2] LAPAVITSAS, Crisis en la zona euro, Editorial Capitán Swing, 2013

[3] MONTERO SOLER, Alberto, Salir de la pesadilla del euro, 2014, disponible en http://www.rebelion.org/mostrar.php?tipo=5&id=Alberto%20Montero%20Soler&inicio=0


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CAYO LARA PIERDE LOS PAPELES Y LLAMA "DESCLASADOS" Y " ALIADOS DEL CAPITAL Y DEL PODER" A LOS EX TRABAJADORES DE DELPHI


cayo lara

LMO/Agencias

Extrabajadores de la empresa Delphi han interrumpido con gritos de “traidor, traidor” el acto organizado por IU en Medina Sidonia (Cádiz) cuando comenzaba a intervenir el coordinador andaluz, Antonio Maíllo, quien ha perdido completamente los nervios y ha aseverado que no van a permitir que les “revienten” más actos con “insultos parafascistas“.

Maíllo ha asegurado en su intervención que van a mantener el diálogo y “frente al conflicto y la agresividad” van a aplicar la “templanza” después de que hace un par de días este mismo colectivo obligara a suspender un acto en la Facultad de Empresariales de Cádiz.

“Esa templaza y lucha por la justicia social es la que da fortaleza IU”, ha añadido el coordinador regional, para quien su formación “se basa en una ética de la convicción para cambiar y mejorar los modelos socio-económicos” y ha mantenido que es necesario “buscar solución a Delphi”.

Por su parte, el coordinador federal de Izquierda Unida, Cayo Lara, ha asegurado que los exempleados de Delphi “no son nuestros enemigos, son mi clase desclasada” y ha garantizado que su partido político es el que puede lograr “cambiar la sociedad”. 

 Y lejos de aceptar cualquier tipo de autocrítica al estar en el Gobierno de Andalucía, ha asegurado que ”Ellos no tenían que estar hoy aquí”, ha apostillado Lara, “sino protestando delante de los bancos“, ya que desgraciadamente “no tienen la conciencia de saber donde está su clase“. Para acabar de lucirse ha manifestado que ”La historia, sin ellos mismos saberlo, los han convertido en aliados del capital y aliados del poder”.

PUTIN A OBAMA: " SE TE FUE LA MOTO"



 29.04.2014
INFORME: Rusia acusa a EE.UU. de una presencia militar "sin precedentes" en sus fronteras. Además anuncian más sanciones

El ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, calificó el crecimiento de la presencia militar de EE.UU. y la OTAN cerca de las fronteras de Rusia como algo "sin precedentes".

Esta actuación está acompañada por las declaraciones provocadoras del secretario general de la OTAN sobre la necesidad de contener Rusia, afirmó el ministro ruso en una conversación telefónica con el secretario de Defensa de EE.UU., Chuck Hagel. Por su parte, el funcionario desmintió las aserciones sobre la presencia de grupos de sabotaje rusos en el territorio de Ucrania.

Según informa el servicio de prensa del Ministerio de Defensa ruso, Shoigú ofreció a su homólogo estadounidense sus comentarios sobre dos incidentes aéreos registrados en las últimas semanas. El 12 de abril dos aviones rusos Su-24 despegaron para sobrevolar el destructor de EE.UU. Donald Cook en el mar Negro y diez días más tarde un caza Su-27 acompañó a un avión de reconocimiento estadounidense Boeing RC-135 en su vuelo sobre el mar de Ojotsk.

Los recientes ejercicios militares en territorios rusos colindantes con Ucrania fueron consecuencia de la posibilidad de que Kiev usara al Ejército contra civiles en las regiones del este, explicó Shoigú. "Esta fue una decisión pública –destacó–. Pero tan pronto como las autoridades autoproclamadas de Ucrania declararon que no tenían la intención de usar las tropas contra la población inerme, los destacamentos rusos regresaron a los lugares de su emplazamiento permanente".

Sin embargo, el peligro perdura, señaló el ministro ruso. Bajo el pretexto de la "lucha contra el terrorismo", el régimen de Kiev concentró cerca de 80 carros de combate, más de 130 vehículos blindados, al menos 60 piezas de artillería. Además despliega sistemáticamente aviación de combate y helicópteros. El número total de militares concentrados en el este de Ucrania llega a 15.000. "Y todo eso, contra la población civil de su propio país", reseñó. 

El miembro del Gobierno ruso llamó la atención de su par sobre la histeria antirrusa desencadenada últimamente por la prensa occidental, "que no favorece a refrenar el caldeamiento de pasiones". Revalidó también la disposición de su Ministerio a mantener "contactos con todas las partes interesadas con el fin de rebajar la tensión".

Vicecanciller ruso: "Las nuevas sanciones de EE.UU. son repugnantes"


Vicecanciller ruso: "Las nuevas sanciones de EE.UU. son repugnantes"

Según Riabkov, citado por la agencia Interfax, las sanciones anunciadas este lunes por la Casa Blanca, que incluyen medidas contra siete ciudadanos rusos y 17 empresas, no quedarán sin respuesta.

"Por supuesto, les contestaremos. Nunca hemos ocultado que tenemos la oportunidad de responder, y el conjunto de medidas que se aplicarán es bastante amplio", señaló el vicecanciller ruso.

Nadie tiene el derecho de hablar con Rusia en la lengua de las sanciones; los intentos de imponernos ultimátums se volverán contra los que lo hacen 
Asimismo, el diplomático señaló que "esta respuesta causará un eco doloroso en Washington".

"Nadie tiene el derecho de hablar con Rusia en la lengua de las sanciones; los intentos de imponernos ultimátums se volverán contra los que lo hacen", subrayó Riabkov.

Las sanciones unilaterales de EE.UU. contra Rusia son ilegítimas y contradicen las normas de la comunicación interestatal civilizada, indicó el vicecanciller. Imponiendo sanciones contra Rusia,  EE.UU. ha perdido el sentido de la realidad, aseguró Riabkov.

En la lista de individuos sancionados figuran, entre otros, el presidente del Comité de Asuntos Internacionales de la Duma rusa, Alexéi Pushkov, el director ejecutivo de Rosneft, Igor Sechin, Oleg Yevgenyvich Belávintsev, actual representante presidencial en el Distrito Federal de Crimea y el viceprimer ministro ruso, Dmitri Kozak. 

Estas sanciones son una ampliación de las anteriores, que fueron impuestas tras la reunificación de Crimea y Rusia el pasado mes de marzo y que afectaron a 33 personas y al banco Rossiya. 


COLOMBIA: PARO AGRARIO POR TIEMPO INDETERMINADO



Los campesinos colombianos han comenzado una huelga indefinida por haber sido "traicionados por el mismo Gobierno" y por "algunas personas que tienen intereses particulares", según declaró el portavoz de las Dignidades Agropecuarias, César Pachón.

Video
https://www.youtube.com/watch?v=q9zStBaPevA


Este lunes, el sector agrario ha empezado la huelga en varios puntos del país con una fuerte presencia de los agentes de la ley y la disminución del flujo de transporte público desde la céntrica región de Boyacá, que se caracteriza por su actividad campesina, informa la agencia Efe.

Debido a las circunstancias, el ministro de Agricultura, Rubén Darío Lizarralde, se ha reunido con algunos líderes de las Dignidades Agrarias, mientras que el vocero de los activistas, César Pachón, en un video publicado en su cuenta de Facebook manifestó que el Gobierno del presidente Juan Manuel Santos no cumplió los compromisos que fueron logrados tras las protestas de agosto del 2013.

Pachón especificó que los representantes del sector agrario salen a protestar con fin de poder seguir labrando el campo y no tener "que ir a las ciudades a mendigar" y para que "no se acaben los campesinos en Colombia, como ha sucedido en otros países con más años de Tratados de Libre Comercio donde ya no hay campesinos".

Las mayores concentraciones de los manifestantes han sido registradas en algunas vías de los departamentos sureños del Putumayo y el Huila, aunque todavía no han producido bloqueos en el tráfico, como pasó durante las protestas del 2013, cuando durante casi veinte días quedaron aislados los puntos de producción del Estado.

A pesar de varios intentos por parte de las autoridades de evitar la huelga, la misma está transcurriendo y hasta ahora no han sido registrados incidentes violentos, aunque algunos medios locales informaron que en Bogotá los estudiantes de la Universidad Nacional quemaron neumáticos en una calle de la capital para manifestar su apoyo a los campesinos colombianos.

HAY SISTEMAS QUE SE DEFINEN CON FACILIDAD




LOS COMUNISTAS SIRIOS DAN UN PASO AL FRENTE Y PRESENTAN CANDIDATO A PRESIDENTE




Un diputado comunista sirio será candidato en las elecciones presidenciales en Siria, algo que no ocurre desde hace 50 años, informó este miércoles el presidente del Parlamento.

'El diputado Maher Hajjar, nacido el 22 de abril de 1968, será candidato en las elecciones presidenciales', afirmó este miércoles el presidente del Parlamento, Mohamad Lahham, citado por la televisión siria.

 Hajjar, diplomado en lengua por la universidad de Alepo, es miembro desde 1984 del Partido Comunista Sirio.

Los comicios se celebrarán el 3 de junio. Desde marzo de 2011, el conflicto desatado en Siria por el imperialismo ha dejado más de 150.000 mue