por Rómulo Pardo Silva
12 de Mayo de 2014 18:12
Detrás de los fascistas callejeros están los demofascistas
canarias-semanal.org
No hay batalla ideológica si una izquierda oculta las implicaciones civilizatorias tras Ucrania.
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Occidente atacó a Rusia. El oscuro grupo de poder mundial decidió dar un paso al límite.
La situación es tan grave que Rusia vaciló. Durante varios días Putin no habló.
Después decidió hacer retroceder sus
tropas de la frontera de Ucrania, pedir a los prorrusos postergar los
referendos, validar la elección manejada por Occidente a través de los
golpistas de Kiev.
Una elección en medio de la violencia
militar del estado, bandas neonazis, parlamentarios que expulsaron de la
sala a los diputados comunistas durante una sesión, el homenaje del
primer ministro de facto a los ‘valientes ucranianos’ que lucharon por
los nazis hitlerianos, la calificación de Hitler como libertador por un
gobernador regional. Después de matar mediante un incendio a más de
cuarenta federalistas en Odessa.
El gobierno ruso se somete a esa maniobra de sus enemigos para impedir lo que sabe es dramáticamente peor.
Esta situación tan grave que se la
compara con la crisis de los misiles de Cuba en 1962 no se expresa en la
prensa de izquierda. Sitios web como Telesur, Granma, Prensa Latina,
Cubadebate la han presentado como una noticia más entre otras mientras
ponen el énfasis en otros temas. Lo mismo que hacen los medios
dominantes.
Nadie debería darse el derecho a
acomodar la información según qué puede dañar la política interna o
inquietar a sus receptores.
La realidad vista hoy es que Rusia y China son débiles aún frente a Occidente.
Rusia está preparada para una guerra
nuclear pero no para una guerra fría con presión económica. La URSS fue
derribada en parte de ese modo.
China durante un conflicto agudo en Europa sería llevada a una crisis paralela de su comercio exterior casi cercada de enemigos.
Ambas son potencias regionales, pero Estados Unidos posee una base global.
Occidente en este avance parece dar solo
un paso de estrangulamiento para instalar a la OTAN en la frontera de
Rusia. Que evita sumar problemas a su economía estancada. Sin el gas
ruso sufriría la población, la producción y su comercio.
El Tercer Mundo entraría en convulsión, pero eso no les importa demasiado.
China y Rusia necesitan más tiempo para
fortalecerse económica y militarmente. Ven que el curso actual del
sistema lleva al desplome económico norteamericano y europeo occidental.
Y por tanto a su debilitamiento bélico. Según algunos China es o será
este año la primera economía mundial.
Las potencias occidentales al revés
saben que deben actuar sin una larga espera. Ya poseen la superioridad
de un armamento sofisticado que siguen perfeccionando.
Los pueblos deben saber que viven bajo
un peligro brutal porque el sistema de producción y consumo capitalista
se dirige al colapso y Occidente busca un reordenamiento para impedir
surgimientos del tipo BRICS.
Putin ya cedió antes en el Consejo de
Seguridad para Libia. Se recuperó en Siria e Irán. En Ucrania si bien
ganó la soberanía en Crimea ha debido responder débilmente a la
conquista transnacional del oeste del país.
Estados Unidos tiene una política de hegemonía mundial. Su discurso es democrático y su estrategia y voluntad fascista.
La izquierda del hemisferio sur no debe
tapar con detalles la raíz del enfrentamiento ucraniano. Si el ministro
de Asuntos Exteriores de Francia señaló que la Unión Europea debe evitar
el conflicto armado con Rusia alguien lo está proponiendo.
No es constructivo comprobar que las cúpulas de izquierda guardan en secreto sus análisis geopolíticos.
Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria
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