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martes, 4 de noviembre de 2014

LA IZQUIERDA OCCIDENTALISTA: REFORMISMO, ARISTOCRACIA OBRERA E IMPERIALISMO

Obama en la convención del sindicato norteamericano AFL-CIO en el año 2009, reforzando el tradicional vínculo del Partido Demócrata con el sindicalismo norteamericano.

http://upload.wikimedia.org/wikipedia/commons/4/43/Obama_at_AFL_CIO_2009.jpg
Enrique Castells Turia
«Kondrat piensa en las privaciones que soporta el país que está llevando a cabo el plan quinquenal, y apretando los puños bajo la pobre manta de borra, apostrofa mentalmente, con odio, a los obreros del Oeste que no apoyan a los comunistas. “¡Nos habéis vendido por la buena soldada que os dan vuestros amos! ¡Nos habéis entregado, falsos hermanos, a cambio de una vida holgada!... ¿Por qué no tenéis todavía el Poder Soviético? ¿Por qué os retrasáis tanto? Si llevaseis una vida perra, ya habríais hecho la revolución, pero por lo visto el gallo de la miseria no os ha picado aún en el trasero. No hacéis más que rascaros el cogote y nunca os acabáis de decidir; andáis cada uno por vuestro lado, renqueando y arrastrando los pies… ¡Pero ya os picará este gallo! ¡Hasta haceros ronchas!... ¿Es que no veis, a través de la frontera, las fatigas que estamos pasando para levantar nuestra hacienda? ¿No veis las privaciones que sufrimos y que, medio descalzos, medio desnudos, apretamos los dientes y arrimamos el hombro? ¡Vergüenza os dará luego, falsos hermanos, llegar cuando ya esté la mesa puesta! Si hubiera manera de hacer un poste tan alto, que lo pudierais ver todos, yo treparía hasta la misma punta, ¡para gritaros desde allí lo que os merecéis!»
Mijaíl Sholojov, Campos roturados.  
Introducción
En las sencillas palabras del campesino Kondrat –personaje de una de las obras cumbres de la literatura soviética– resonaban no sólo una dura acusación contra parte de los obreros occidentales, sino también, implícitamente, contra las corrientes de la izquierda occidental que sostenían la política de insolidaridad o incluso de enemistad contra el proyecto socialista que se construía en la Unión Soviética. En realidad, esta actitud representaba la hegemonía del reformismo entre los trabajadores, que se traducía en políticas que buscaban mejorar el sistema y la democracia capitalista, mostrando una indiferencia o incluso hostilidad a los proyectos socialistas y antiimperialistas. Hoy en día esta tradición todavía es dominante, y las propuestas socialistas brillan por su ausencia o son minoritarias.
Sumidos desde hace años en una de las crisis económicas más graves del capitalismo, que ha desencadenado una catástrofe social en Europa occidental, Estados Unidos y menos en Japón, el socialismo –como idea y como proyecto de una sociedad basada en la propiedad pública de los principales medios de producción, en la restricción de la economía de mercado, en la superación del trabajo asalariado y del capital, en el bienestar colectivo y en un régimen político basado en el poder popular de los trabajadores–, es todavía una aspiración ignorada o rechazada por las izquierdas mayoritarias y por amplios sectores populares, que no imaginan la posibilidad de una sociedad alternativa y confían en regresar al capitalismo de los buenos tiempos, realizando «otras políticas» dentro de las instituciones democráticas del sistema.
Pero la democracia capitalista y oligárquica –una democracia neutra, apolítica, simultáneamente de derechas y de izquierdas– no da más de sí y en su putrefacción se está transformando en la fase inferior del neofascismo, mientras que la crisis capitalista occidental es de tal magnitud que ya no permite «otras políticas» que permitan recuperar los anteriores niveles de corporativismo social[1]. Se pueden crear de esta manera falsas esperanzas entre los movimientos sociales y los trabajadores, propiciando una desilusión de graves consecuencias.
Ante los nuevos problemas planteados para los que luchan por el cambio social, afloran a la superficie las grandes líneas de ruptura que desde hace más de un siglo han dividido a las organizaciones políticas críticas con el orden capitalista: ¿hay que luchar contra la crisis o contra el capitalismo? ¿Hay que apoyar a los gobiernos amenazados por el imperialismo, la OTAN y el sionismo, hay que atacarlos o mantener un extraño silencio? ¿La culpa de la crisis es de las «manzanas podridas» del capitalismo –los banqueros y políticos corruptos–, o es la propia naturaleza del sistema que hace inevitables tales crisis y las guerras imperialistas? Y, finalmente: ¿hay que mejorar el sistema o éste debe ser sustituido por el socialismo?
Es preciso aclarar que cuando aquí se habla de reformismo no se hace en términos condenatorios, sino simplemente descriptivos. El reformismo, además, no es monolítico, ya que contiene en su seno corrientes revolucionarias que pueden desarrollarse y aportar una contribución sustancial al proyecto antiimperialista y socialista del siglo XXI. Por otra parte, a veces las apariencias más revolucionarias y radicales ocultan prácticas que no difieren del reformismo o son claramente reaccionarias, llegando a confluir con las actitudes más genocidas del imperialismo en sus ataques a la soberanía nacional defendida por gobiernos patrióticos.
El reformismo implica el rechazo a las concepciones científicas de Marx plasmadas en El Capital, y las de Lenin y sus estudios sobre el imperialismo y la revolución. Para ello ha resucitado a Proudhon –que pretendía un socialismo sin cambiar el sistema– y a Keynes, convertido en el santo patrón de esta izquierda. En cambio, ha tratado toda la investigación de Marx acerca de la crisis capitalista y su propuesta revolucionaria y anticolonialista como un cadáver descompuesto que debe ser enterrado en una anónima fosa común.
En sucesivas fases de desmantelamiento ideológico –primero de insolidaridad y abandono de la experiencia de la Unión Soviética mientras se hacían reverencias a las instituciones democráticas del sistema, después a la adopción de un europeísmo obtuso que entrega los restos de nuestra soberanía nacional al imperialismo, finalmente de rechazo a experiencias de resistencia antiimperialista– estas izquierdas se empaparon de los valores del occidentalismo: la validez universal de la democracia liberal, los derechos humanos en versión imperialista, el eurocentrismo y la supremacía de la cultura occidental. En sintonía con los medios de comunicación del sistema, las resistencias antiimperialistas recientes –exceptuando el consenso sobre la heroica lucha del pueblo palestino–, como Yugoslavia, Libia, Irak, Siria, Afganistán, Costa de Marfil, el Este de Ucrania e incluso Venezuela y Cuba, frecuentemente se analizaron por el filtro occidentalista, provocando muchas veces la indiferencia, rechazo o incluso condena: como justificación se invocaba el sagrado amuleto de la democracia –la democracia imperialista– y los derechos humanos occidentales frente a la cómoda denominación de «dictaduras». Indudablemente, estas actitudes insolidarias o cómplices han marginalizado una política antiimperialista y socialista.
Un aspecto que ha solidificado el reformismo ha sido el papel de los grandes sindicatos. Las luchas de clases en occidente fueron muy importantes para conseguir derechos sociales y laborales, y la actividad sindical fue decisiva en ello. Pero en su función prioritaria de disputar la plusvalía a los capitalistas, muchos sindicatos se deslizaron hacia una ideología puramente economicista y se independizaron de los partidos de izquierdas revolucionarios, pretendiendo ser «apolíticos». De esta manera, la mejora de las condiciones de los trabajadores ya no era una cuestión política, era una tarea técnica que podía resolverse mejorando el sistema e incluso apoyándolo activamente, como el AFL-CIO hizo con el  imperialismo norteamericano.
Este artículo pretende inspirarse en la concepción de Lenin sobre el reformismo, que en su opinión era el reflejo de la influencia de la burguesía y del imperialismo sobre el movimiento obrero y socialista. Para Lenin, además, era fundamental el análisis de la aristocracia obrera -una capa más o menos extensa de trabajadores y dirigentes obreros y socialistas de los países imperialistas, privilegiados y corrompidos por el sistema, que asumen sus valores- para comprender la estabilidad del imperialismo. Lenin la definía como «los verdaderos agentes de la burguesía en el seno del movimiento obrero, los lugartenientes obreros de la clase capitalista, los verdaderos portadores del reformismo y del chovinismo»[2].
Debatir acerca de las perspectivas del socialismo en el siglo XXI implica, pues, un repaso crítico de las raíces de la ideología y la práctica reformista, y de su relación con el imperialismo. 
El colonialismo anula a la clase obrera occidental
Quizás hoy no tengamos conciencia de la relación que existe entre la política imperialista contra los países oprimidos, el reformismo y los derechos sociales y laborales. La causa fundamental es que las operaciones neocoloniales no se presentan como guerras de conquista, exterminio y saqueo, sino bajo la cobertura de los derechos humanos y la democracia. Pero esta relación es indiscutible: como recuerda Edward Said, los artistas e intelectuales de vanguardia, la clase obrera y las mujeres en Europa y Estados Unidos mostraron «un febril entusiasmo» por las políticas de conquista imperialista[3]. Este entusiasmo también contaminó a una parte sustancial de la izquierda, que descubrió las “virtudes” del colonialismo: el año 1900, el entonces prestigioso “marxista” alemán Bernstein afirmaba: «Sin la expansión colonial de nuestra economía, la miseria que todavía tenemos en Europa y que nos esforzamos por extirpar sería mucho más grave (…). Aun contrapesándola con los atropellos del colonialismo, la ventaja obtenida con las colonias sigue pesando muchísimo»[4].
El mayor nivel de vida que disfrutamos los centros imperialistas respecto África, Asia y América Latina desde hace casi dos siglos se debe ante todo a lo que Marx denominó la “acumulación primitiva del capital”. Ésta se generó por el robo de las tierras de los campesinos y, sobre todo, por el colonialismo: «el botín conquistado fuera de Europa mediante el saqueo, la esclavización y la matanza, refluía a la metrópoli para convertirse aquí en capital»[5]. Los ríos de riqueza, alimentos, millones de esclavos, fuentes de energía y minerales baratos que los países imperialistas han succionado como parásitos desde hace cinco siglos, han posibilitado multiplicar la tecnología y la productividad del trabajo, han elevado nuestro nivel de vida y han consolidado un sentimiento de superioridad “blanca” respecto a otros pueblos del planeta. Así nació el nacionalismo imperialista que impregnó al reformismo socialdemócrata, hegemónico desde hace más de un siglo entre la clase obrera de occidente –descontando breves experiencias históricas–, y que ha arrinconado los proyectos de cambio social.
Sus raíces son profundas: según Marx, Irlanda y la India, por entonces colonias británicas, eran la causa de que los obreros ingleses renunciaran a una política independiente de clase y se sometieran a las oligarquías británicas. Engels explicaba en 1858 que el proletariado británico, el más desarrollado del mundo entonces, se había convertido en un «proletariado burgués» a causa del colonialismo, y en 1882, respondía crudamente en una carta: «Me pregunta usted qué piensan los obreros ingleses de la política colonial. Pues lo mismo que de la política en general; lo mismo que piensan los burgueses. Aquí no hay partido obrero, no hay más que el partido conservador y el partido liberal-radical, y los obreros se benefician tranquilamente con ellos del monopolio colonial de Inglaterra»[6].
El año 1907 Lenin realizaba un análisis inquietante de la clase obrera de Europa: «el proletariado europeo ha alcanzado en parte una situación en la que no es su trabajo quien sostiene al conjunto de la sociedad, sino el de los pueblos de las colonias, que están prácticamente esclavizados... En determinados países estas circunstancias crean las bases materiales y económicas para emponzoñar al proletariado de uno u otro país con el chovinismo colonial; naturalmente, esto puede ser sólo un fenómeno temporal, pero hay que reconocer no obstante el mal y comprender sus causas»[7].
No fue por casualidad que los socialdemócratas occidentales y “marxistas” apoyaran las guerras coloniales de rapiña y genocidio, y la matanza imperialista de la I guerra mundial. Rompiendo con esa línea, Lenin fundó la doctrina bolchevique para promover las revoluciones anticoloniales y comunistas, y varios de sus escritos más polémicos se centraron en triturar el reformismo y la aristocracia obrera, calificando a sus dirigentes como «social-imperialistas» cómplices del colonialismo. Pero el proyecto leninista sólo en ciertas ocasiones representó un desafío para la hegemonía reformista. Tras la muerte de Lenin, los dirigentes soviéticos tenían cada vez menos esperanzas de desafiarla a corto plazo. Stalin, en 1934, lo atribuía a dos razones:
«La razón principal hay que buscarla en el proceso histórico, en los lazos que existen entre las masas europeas y la democracia burguesa. La segunda razón está ligada a la situación particular de Europa. Los países europeos no tienen suficientes materias primas, carbón, etc., y dependen de sus colonias. Sin las colonias, no pueden existir. Los trabajadores lo saben y tienen miedo de perder las colonias. Y desde este punto de vista, son propensos a inclinarse del lado de su burguesía. Intrínsecamente, ellos no se adhieren a nuestra política antiimperialista. Incluso tienen miedo. Y es por esta razón precisamente por la cual es necesario proceder a un trabajo de explicación y realizar una aproximación justa. No lo tenemos fácil para acercar a nuestra causa a millones de trabajadores en Europa»[8].

Imperialismo, aristocracia obrera y guerra perpetua
Desde 1945, en los países occidentales -excepto en Francia, en Italia y Portugal, y relativamente en España y Grecia–, la alternativa comunista nunca tuvo una adhesión importante de masas, mientras que la socialdemocracia y el sindicalismo apolítico y anticomunista –con el apoyo de la CIA– fueron dominantes. En los Estados Unidos, el sindicato AFL-CIO ­–cuya burocracia colaboró con la CIA para depurar a los comunistas– era obediente al Partido Demócrata. En este país el consenso se articuló mediante un keynesianismo militar basado en el complejo militar-industrial-comunicacional –especialmente la carrera de armamentos, la alta tecnología y la industria audiovisual– que sostenía la política de guerra perpetua como necesidad vital para el imperialismo. Gracias a los colosales beneficios de la industria militar se expandió notablemente el corporativismo social y el «modo de vida americano». En los años 60 el revolucionario dominicano Juan Bosch definió esta realidad como pentagonismo, a partir de la sumisión absoluta del sistema político al complejo militar-industrial-audiovisual y a la complicidad de la comunidad científica pero sobre todo del movimiento obrero: en 1965 el AFL-CIO había apoyado la invasión yanqui de la República Dominicana, el derrocamiento del propio presidente Juan Bosch y el asesinato de miles de dominicanos por los marines. En 1967, durante la convención de la AFL-CIO una amplia mayoría de 1200 delegados aclamaron la política del presidente Johnson de incrementar los bombardeos contra Vietnam del Norte [9].
Desde la década de 1960 surgieron teorías polémicas que buscaban actualizar la relación entre aristocracia obrera e imperialismo. Algunos autores –originarios de países oprimidos–, siguiendo las declaraciones de Engels sobre el «proletariado burgués» y tratando de aplicar matemáticamente las fórmulas de Marx sobre la producción de plusvalía, pretendían demostrar que la mayoría de la clase obrera del occidente imperialista y de Japón había dejado de producirla, e incluso afirmaban[10] que estaba recibiendo parte de la producida por los trabajadores de los países oprimidos. Esto se debería al deseo de la oligarquía de mantener la paz social en las metrópolis, y de esta manera la clase obrera se habría convertido en aliada circunstancial de la opresión imperialista
Para Juan Bosch, la inmensa mayoría de obreros norteamericanos estaban «drogados por la propaganda pentagonista» y por la televisión, sólo buscaban aumentar su bienestar y no les importaban en absoluto los niños vietnamitas quemados con napalm. Juan Bosch, en su famoso ensayo El Pentagonismo, ironizaba sobre la mentalidad del obrero medio norteamericano de esta manera: «el niño quemado en Vietnam debía ser hijo de un comunista y probablemente llegaría a ser un comunista si hubiera vivido, y todo comunista debe ser aniquilado a tiempo, porque si no llegará el día en que él, obrero norteamericano, no podrá comprar un automóvil de último modelo debido a que los comunistas se proponen quitarles a los norteamericanos sus propiedades y sus comodidades»[11]. En apoyo de sus tesis citaba los resultados de encuestas que mostraban que más del 70% de norteamericanos apoyaron la invasión de la República Dominicana en 1965 y el incremento de los bombardeos a Vietnam en 1967.
Quizás estas palabras sean vistas hoy como teorías extremistas –justificables por proceder de países víctimas de la barbarie imperialista– pero tienen una parte de verdad. Con la creación del Estado del bienestar en occidente desde la década de 1950, para mantener sus beneficios las oligarquías imperialistas redoblaron la superexplotación de los países oprimidos, instigaron guerras genocidas y promovieron dictaduras brutales para imponer sus intereses. Mientras que en los países imperialistas aumentaban los puestos de trabajo bien remunerados, de alto nivel tecnológico y productividad, en los países oprimidos se recibían las industrias contaminantes, de baja tecnología, escasa productividad y mucha fuerza de trabajo, que implican bajos salarios, explotación infantil, interminables jornadas laborales y nulos derechos de seguridad e higiene. Mientras que el imperialismo fabricaba biotecnología, ordenadores y teléfonos móviles, los países oprimidos debían contentarse con turismo, maquilas e industrias de bajo valor añadido que fabricaban textiles o productos semielaborados. La baja productividad, misérrimos salarios y vidas infernales en los países oprimidos fue, en gran medida, la condición de la elevada productividad, altos salarios y derechos sociales en los países opresores.
La izquierda occidentalista frente a la izquierda antiimperialista

El occidentalismo ha sido el soporte ideológico de la colonización, la esclavitud, el exterminio de indígenas, el saqueo de los recursos naturales, la segregación racial, las guerras mundiales y los fascismos –etapa superior de muchas democracias burguesas–, el imperialismo moderno y sus recientes guerras «humanitarias».
El occidentalismo en la izquierda se consolidó a través de la lucha sostenida contra el proyecto soviético: entre 1918 y 1945 los partidos socialdemócratas o el movimiento anarquista fueron sus expresiones iniciales, cuando teorizaron que la URSS era una dictadura más que no beneficiaba a los trabajadores, mientras que el trotskismo afirmaba que una casta burocrática soviética iba a restaurar el capitalismo en ese país. Desde 1945 se situaron los términos de la confrontación entre el llamado «totalitarismo soviético» y las supuestas democracias, a las que se valoraba mejor porque, al fin y al cabo, permitían “libertades” políticas. Los neoconservadores norteamericanos a la sombra de Reagan y Bush, ex trotskistas muchos de ellos, no hicieron más que llevar a sus últimas consecuencias las conclusiones implícitas en el análisis que hizo Trotski de la URSS como «Estado obrero y burocrático degenerado».
A finales de los 60 y principios de los 70 se consolidó la izquierda occidentalista moderna: mientras los socialdemócratas, eurocomunistas, maoístas y algunos leninistas se desvinculaban de la Unión Soviética y de los gobiernos y organizaciones políticas afines ­–o incluso los consideraban enemigos–, en el Sur la mayoría de dirigentes antiimperialistas, obreros, populares y guerrilleros seguían identificados en alguna medida con la política interna y/o externa de la URSS. En el Sur, además, no era raro encontrar intelectuales que, pese a tener radicales diferencias ideológicas con la URSS, defendían aquellas políticas que precisamente más ampollas levantaban en la izquierda occidentalista. Por ejemplo, el intelectual trotskista sudafricano Hosea Jaffe en los años 70, tras el obligado ritual antiestalinista, calificó a la izquierda antisoviética occidental de proimperialista y refutaba las acusaciones de que la Unión Soviética poseía colonias con estas palabras: «la URSS no tiene colonias en sentido leninista ni en cualquier otro sentido: «Si “invadió” Polonia en 1941 o Hungría en 1956 o Checoslovaquia en 1968, no fue como potencia colonialista, sino como reacción defensiva ante el imperialismo»[12].  
Si el eurocomunismo nació por el rechazo a la operación soviética en Checoslovaquia, para Jaffe, en cambio, ésta era legítima porque se trataba de expulsar al «régimen liberal y pro-israelita de Dubcek», y fue «una excursión de domingo» en comparación con la brutal ocupación francesa de Somalia y Martinica, las masacres del imperialismo alemán en el Sur de África y Tanganika, etc., sucesos que no despertaban ningún interés entre la izquierda occidentalista[13]. Para Jaffe, además, el mayor nivel de vida de los países capitalistas respecto a los socialistas se debía al saqueo imperialista:
«La Alemania Oriental, a pesar de tener un gobierno de trabajadores y la socialización, no pudo conseguir el nivel de vida de la Alemania Occidental porque esta última obtiene superbeneficios de las inversiones semicoloniales, mientras la primera no. La Alemania del Oeste tiene un nivel de vida superior a la Alemania del Este exactamente porque toda su población goza de los superbeneficios obtenidos de la superexplotación de América Latina, de Asia y de África.
El ciudadano de Berlín Este que intenta pasar a la “libertad”, no se imagina que la vida en un estado imperialista es la muerte viviente en África, Asia o Sudamérica, la muerte que hace posible aquella vida “Occidental”. Si quisiese de verdad huir hacia el verdadero “Oeste”, debería ir a hacerse esclavo en una factoría o en una mina Sudafricana, o en una plantación de Kenia o Malasia»[14].
Así, mientras una izquierda sostenía que las contradicciones mundiales se polarizaban entre la democracia occidental y la dictadura soviética, otra izquierda sostenía que la confrontación se producía entre el antiimperialismo –la Unión Soviética, sus aliados y los pueblos oprimidos– y el imperialismo –los Estados Unidos, Europa y Japón básicamente–. Desaparecida la Unión Soviética, la izquierda occidentalista impuso fácilmente su versión, y las contradicciones actuales las vuelve a simplificar en la lucha entre la democracia y las dictaduras.
Hoy la distinción occidentalismo/antiimperialismo sigue vigente. El raquítico éxito que ha tenido entre los trabajadores occidentales una política antiimperialista y de oposición activa a las guerras genocidas perpetradas por Estados Unidos, Francia, Israel y la OTAN entre otros –Irak en 2003 fue la excepción-, así como el escaso interés de muchas organizaciones políticas y sindicales de occidente no sólo en una política activa de solidaridad antiimperialista sino en oponerse a las guerras neocoloniales, sólo puede explicarse por la hegemonía del occidentalismo. Algunos dirigentes de organizaciones políticas y sindicales –repitiendo el entusiasmo del AFL-CIO por los bombardeos de napalm en Vietnam– fueron más allá, apoyando algunas guerras genocidas de la OTAN, y organizaciones de extrema izquierda como trotskistas y falsos leninistas han pretendido ver revoluciones por doquier –esgrimiendo además argumentos occidentalistas como la democracia y los derechos humanos–, cuyo objetivo real era impedir una eventual solidaridad hacia las resistencias patrióticas anticoloniales, como las dirigidas en Libia por el Coronel Gadafi y hoy en Siria por el Dr. al Assad. Y una vez derribado el «dictador» Gadafi, automáticamente un silencio sepulcral invadió a las organizaciones de izquierdas tan preocupadas por los derechos humanos y la democracia, a pesar de los crímenes bestiales de los “revolucionarios” libios, del exterminio de los negros y de la “sharia” contra las mujeres que se implantó en Libia gracias a la llegada de la democracia imperialista. Asesinado Gadafi y a buen recaudo la riqueza petrolera de Libia, la izquierda occidentalista respiró aliviada y dirigió sus dardos contra el «tirano» de Siria.
Perspectivas del socialismo en el Estado español: antiimperialismo y III República
La contradicción fundamental de nuestra época –iniciada en 1991 con la desaparición de la Unión Soviética y el crecimiento del poder unipolar del imperialismo dirigido por Estados Unidos– es la que opone al imperialismo y los pueblos oprimidos: de esas contradicciones han surgido tanto importantes movimientos obreros, sociales e indígenas, como gobiernos progresistas y revolucionarios. Éstos han afectado intereses fundamentales del imperialismo, han recuperado la soberanía nacional, han nacionalizado sectores económicos importantes y también han fomentado la conciencia de sectores populares, obreros e indígenas, promoviendo su ascenso a esferas del poder usufructuadas hasta entonces por la oligarquía. Su concreción más importante son los países del bloque del ALBA –especialmente Cuba, Venezuela, Bolivia, Ecuador y Nicaragua– y también los procesos de integración económica y política como MERCOSUR, UNASUR o CELAC al margen del imperialismo.
Esta contradicción ha posibilitado, además, la reorientación de importantes países –como los llamados BRICS: Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica– que cuestionan  el poder unilateral del imperialismo dirigido por Estados Unidos, se oponen a las guerras imperialistas de la OTAN, y, en el caso de China, mantienen un contenido socialista y antiimperialista importante, impulsando una política solidaria en África que ha permitido mantener la independencia de muchos países. La recuperación de la soberanía nacional, el control de sus recursos naturales y energéticos, y la oposición cada vez más intensa de países como China o Rusia a tolerar las aventuras imperialistas genocidas, reducen el margen de maniobra del imperialismo para resolver la crisis general del capitalismo iniciada el año 2008 y reiniciar la recomposición del corporativismo de clases.
Se está cerrando así tanto el ciclo colonial iniciado en 1492 –del cual se nutrió un capitalismo naciente con la acumulación primitiva de capital, el exterminio de indígenas y la sangre de millones de esclavos– como las tuberías por donde fluía el petróleo y las materias primas baratas y abundantes que desde hace décadas llegaban a los países occidentales para ayudar a mantener un mayor nivel de vida a sus poblaciones y la cohesión social. Las contradicciones de clases en el centro del imperialismo se agudizan y se abren sólidas posibilidades para construir proyectos socialistas, así que la solidaridad antiimperialista activa es clave para un proyecto de transformación socialista en occidente, y las vacilaciones o complicidades con el imperialismo frenan el avance al socialismo. No hay término medio: o se está con los pueblos oprimidos y con los que luchan heroicamente por romper las cadenas imperialistas y establecer un nuevo orden mundial más justo, o se está con el imperialismo genocida.
En España, la ideología dominante de la izquierda ­–las corrientes reformistas, keynesianas, socialdemócratas y europeístas que se articulan sobre el consenso constitucional de 1978– se ha adaptado al auge de las movilizaciones sociales y obreras, perpetuando la idea de que dentro del sistema hay soluciones a la crisis capitalista: con una fe supersticiosa en las instituciones democráticas del sistema, su planteamiento gira alrededor de la defensa de «otras políticas» –alternativas a las neoliberales­­– contra la austeridad y los recortes, redistributivas y de más gasto público acompañadas de reformas democráticas que posibiliten recuperar la tasa de empleo y las prestaciones sociales.
Pero la gravedad de la crisis y la situación del Estado español –oscilando entre un papel subimperialista y un papel periférico dentro de la Unión Europea–, en una situación de dependencia y sumisión, condenado por la división imperialista del trabajo a ser la patria de la economía de servicios, especulativa y terciarizada, con el trabajo precarizado y de bajo coste, convierten en irrealizables las propuestas reformistas. La oligarquía española, por otra parte, tiene muchas similitudes con la de Latinoamérica: es una oligarquía antipatriota, fascistoide y ultraliberal, cuyo poder emana de su función sucursalista ante el imperialismo yanqui-alemán.
En España, los momentos de ruptura y avance político y social modernos están ligados al movimiento republicano. La III República puede ser el catalizador de una nueva ruptura, tanto con la transición de 1978 como con la oligarquía pro-imperialista. Esta República, si no quiere ser un fraude para los trabajadores, deberá tener un contenido popular, quizás en la línea que hoy siguen las repúblicas latinoamericanas donde gobiernan fuerzas patrióticas y revolucionarias. La estrategia pasa por recuperar la soberanía nacional, rompiendo con la Unión Europea y el euro, otorgando amplios poderes a los trabajadores y reconociendo el derecho de autodeterminación.
Pero esto serán palabras vacías si no se produce un retorno de la izquierda desde las sacrosantas instituciones hacia los barrios, empresas, polígonos industriales, etc., recuperando la vida colectiva y social, y los valores de solidaridad, fraternidad y amistad con los pueblos. El desafío no es incrementar la recaudación de votos, sino plantear alternativas viables para todos los aspectos de la vida de los trabajadores –vivienda, sanidad, alimentación, cultura, deporte, etc.–, que el capitalismo organiza a través del mercado y las corporaciones.
Por otra parte, el futuro Estado republicano no puede permanecer aislado entre los grandes bloques económicos de nuestra época: es preciso formular un proyecto de integración económica y política que permita sobrevivir y desarrollar nuestro proyecto de socialismo en España. Para nuestro país la perspectiva que se abre tras liberarnos del imperialismo euro-yanqui es la integración democrática y solidaria con los bloques latinoamericanos –ALBA, CELAC MERCOSUR– con quienes compartimos una cultura e historia común, y con los que tenemos una economía complementaria que puede permitir desarrollarnos y aportar al esfuerzo común de independencia latinoamericana y española. Finalmente, la relación con los países del BRICS será estratégicamente importante para mantener nuestro proyecto de República popular orientada al socialismo y nuestra futura independencia.

MILICIANOS DEL ESTADO ISLÁMICO CHARLAN RELAJADAMENTE CON LA GUARDIA FRONTERIZA TURCA


Un video publicado este lunes, que muestra a los miembros del Estado Islámico charlando apaciblemente con los guardias fronterizos de Turquía cerca de la ciudad siria de Kobani, ha cuestionado la relación entre los yihadistas y el Ejército turco.
Según informa ‘The Daily Mail‘, en el video grabado por un testigo civil en las afueras de Kobani, se puede observar a dos militantes fuertemente armados caminando despreocupadamente hasta la valla fronteriza turca sonriendo y saludando a la cámara.
Tras acercarse a un vehículo militar turco lleno de agentes de seguridad, que no hacen nada más que entablar conversación con los yihadistas, finalmente regresan de nuevo a Siria gritando ‘Allahu Akbar’.
El sorprendente video, filmado el 22 de octubre y subido al YouTube este lunes, plantea aún más dudas sobre el compromiso del Gobierno de Erdogan de combatir al grupo terrorista.
Cabe señalar que anteriormente Ankara ya provocó una gran cantidad de críticas internacionales por negarse a intervenir para ayudar a los combatientes kurdos que luchan contra los yihadistas a solo 200 metros de la frontera en Kobani.
La grabación también plantea varias preguntas sobre por qué Turquía ha permitido que miles de yihadistas occidentales, que ingresan al país en aerolíneas de bajo coste, pasen tan fácilmente la frontera hacia Siria para unirse a las filas del Estado Islámico.

CASI OCHENTA MIL PARADOS MÁS EN UN MES



martes, 4 de noviembre de 2014

El número de desempleados registrados en las oficinas de los Servicios Públicos de Empleo (¿por qué las llamarán así si solo sirven para emitir datos?) ha subido en 79.154 personas en el recién terminado mes de octubre.

Según el Ministerio de Empleo y Seguridad Social, este incremento del número de parados es el menor registrado desde el año 2010 en un mes de octubre donde suelen registrarse aumentos de paro por terminar la campaña de verano ¿A que el fin de la campaña de verano no afecta a los 20 españoles más ricos que acumulan ellos solos más dinero que 10 millones de personas?

El que no se consuela es porque no quiere: hasta de estos números terroríficos hacen una lectura positiva. Se nota que España crece... en poca vergüenza, ladrones, hijos de puta y organizaciones criminales.

NOTICIAS DEL FRENTE BÉLICO SIRIO


martes, 4 de noviembre de 2014

Violentos combates tuvieron lugar el domingo entre el Ejército sirio y el Estado Islámico (EI) durante la ofensiva de la organización terrorista contra el yacimiento de gas de Al Shaer, el principal de Siria y situado en la central provincia de Homs.


El Estado Islámico inició la pasada semana una violenta ofensiva y ocupó los pozos 101, 102 y 103, además de una planta industrial en esa área, según cadenas de televisión regionales.

Una fuente señaló que la intensidad de los combates entre el EI y el Ejército sirio en la zona han decrecido después de la retirada del EI de varias de sus posiciones debido a la presión y al fuego masivo utilizado por la artillería y la aviación siria. El Ejército sirio ha enviado refuerzos a la zona desde otros lugares y ha empleado misiles de gran potencia contra los militantes. Una fuente militar ha señalado que el objetivo militar no sólo es retener el control del campo sino eliminar las capacidades del EI en toda este área para que no pueda lanzar otra ofensiva.

Un portavoz militar desmintió asimismo la ocupación por parte del EI del aeropuerto militar de Tifur, a unos 25 kilómetros al suroeste del campo de gas. Medios de prensa señalan que la formación radical lanzó al menos tres ataques suicidas contra puestos de control en los alrededores de la base aérea, pero sus intentos de avanzar fueron infructuosos.

Durante los combates, murieron 15 militares y al menos 250 de los asaltantes, entre ellos uno de sus líderes, de origen kuwaití, muy cercano al autoproclamado Califa Abu Bakr al Baghdadi, comentó la fuente.

Esa instalación es clave para las fuerzas armadas en sus incursiones en el este del país contra las posiciones del EI, sobre todo tras la reciente pérdida del aeropuerto de Al Tabqa, en la oriental provincia de Raqqa.

El ataque al campo de gas buscaba privar al gobierno de este vital combustible ante la llegada del invierno y a la vez obtener otro medio para financiar su campaña, señaló la fuente militar.

STOP LEY MORDAZA - CONCENTRACIÓN Y DETENCIONES


Escrito por  Leo Zurra

Así se estrena la nueva Ley, una ley que no nos permitirá expresarnos ni informar, y que el que tenga la palabra será la subjetividad de un policía y no la profesionalidad de un juez. Los prejuicios de los agentes del orden, serán los que determinen quien es "bueno" o "malo". 
 
Cerca de unas 400 personas se manifestaron en contra de la Ley Mordaza(Ley de Seguridad Ciudadana). Acompañados de la Solfonica y el grupo de teatro de No Somos Delito, el acto no tuvo incidencias, excepto la protagonizada por la policíaca que minutos después de finalizar la concentración, pidieron de forma arbitraria la identificación, y al no poseerla los agentes de manera forzada y violenta empujaron al joven a la comisaria de la estación de Sol.

Así se estrena la nueva Ley, una ley que no nos permitirá expresarnos ni informar, y que el que tenga la palabra será la subjetividad de un policía y no la profesionalidad de un juez. Los prejuicios de los agentes del orden, serán los que determinen quien es "bueno" o "malo".

http://www.tomalatele.tv/web/blog/stop-ley-mordaza-concentracion-y-detencion/

ARAGON. LA INICIATIVA SOCIAL IMPULSA LA SEGURIDAD ALIMENTARIA EN LOS COMEDORES ESCOLARES PÚBLICOS


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La sociedad aragonesa continúa construyendo alternativas viables ante las carencias que provoca la política neoliberal del gobierno PP-PAR. En el ámbito de la defensa de la educación pública, y más concretamente respecto a los problemas generados en materia alimentaria, surge la iniciativa planteada por la “Plataforma por unos Comedores Escolares Públicos de Calidad”
El sábado 22 de octubre fue presentada la “Plataforma por unos Comedores Escolares Públicos de Calidad”. Así, la sociedad aragonesa continúa construyendo alternativas viables ante las carencias que provoca la política neoliberal del gobierno PP-PAR. En el ámbito de la defensa de la educación pública, y más concretamente respecto a los problemas generados en materia alimentaria, surge la iniciativa planteada por la “Plataforma por unos Comedores Escolares Públicos de Calidad”. Esta Plataforma está integrada por Asociaciones de Madres y Padres de Alumnos de colegios públicos de Aragón, por sus Federaciones y Confederaciones, por todas aquellas asociaciones específicas en problemáticas alimentarias, personas del ámbito Dietético y Nutricional y colectivos de cualquier otro ámbito que comparten los objetivos de esta Plataforma y que están preocupados por mejorar la alimentación en los comedores escolares en Aragón.
“Velar por la salud nutricional de nuestro hijos e hijas es una obligación ineludible de todos, a la vez que un derecho al que no estamos dispuestos a renunciar. Desde el ejercicio de este derecho parte nuestro convencimiento de que no tenía que haberse interrumpido el sistema tradicional del servicio de comedores escolares por gestión directa en el propio centro educativo, sistema por el que siempre hemos apostado, y que tan buenos resultados ha dado y sigue dando en la actualidad en los pocos colegios que los conservan”, señalan desde la Plataforma.
Desde la Plataforma señalaban en su rueda de prensa de presentación que “el sistema de gestión directa del comedor escolar es sin duda el más positivo desde el punto de vista de la calidad y de la seguridad alimentaria, pero además también es, en una situación de crisis como la que actualmente estamos viviendo, el de mayor capacidad de generación de empleo y de actividad económica local”. Asimismo añadían que “por el contrario el sistema actual de contratación del servicio de comedor a grandes empresas de catering por parte del Gobierno de Aragón, conlleva aparejados numerosos aspectos contrarios a la cocina tradicional: la industrialización de los procesos, la necesidad de congelar y almacenar los productos, el grave perjuicio al medio ambiente (es frecuente que algunos alimentos viajen miles de kilómetros desde el país de origen hasta el de consumo). Para rentabilizar su negocio las empresas multinacionales de restauración acuden a los mercados mayoristas, eliminando muchos de los valores añadidos que una alimentación sana y tradicional basada en los productos de cercanía y de temporada aportaría a nuestros hijos e hijas”.
La “Plataforma por unos Comedores Escolares Públicos de Calidad” en Aragón presentaba un completo documento donde detalla su forma de participación y organización, sus líneas de actuación y sus objetivos, entre los que destacan su apuesta “por un sistema de gestión directa que permita la centralización de compras bajo criterios ecológicos y de proximidad”, entendiendo “los comedores escolares y su gestión como un servicio público, como un derecho de nuestros hijos e hijas a ser bien alimentados, como una herramienta clave para beneficiar directamente a las economías locales y la generación de empleo, posibilitando la reactivación del sector agrícola en cada territorio”

MADRID: UN GRUPO DE EXTREMA DERECHA IRRUMPE EN UN ACTO SOBERANISTA DEL 9-N

04.11.2014
Imagen: ACN/ El Periódico Imagen: ACN/ El Periódico
 
 
 
 
 
 
Un grupo de extrema derecha ha intentado boicotear un acto a favor del 9-N, convocado en el Ateneo de Madrid. Los agresores portaban banderas de la falange y han interrumpido la presentación entre insultos.  Militantes de Falange y de Alianza Nacional lanzan vivas a España y preguntan a los organizadores si quieren "una nueva guerra civil". 
 
Un grupo de ultraderechistas ha irrumpido esta tarde en un acto en el que participaban diversos políticos catalanes para hablar sobre el proceso soberanista en Cataluña en el Ateneo de Madrid, adonde han acudido agentes de la Policía Nacional y han identificado a 28 personas.

Según fuentes de ERC y de ICV, el acto ha sido interrumpido en tres ocasiones por un grupo de personas que, al comienzo del debate, ha ondeado una bandera de Falange Española, y posteriormente, ha proferido gritos de "Viva España".
La Jefatura Superior de Policía ha informado de que, alertados por la presencia de este grupo, agentes del Cuerpo Nacional de Policía han acudido al Ateneo, donde han identificado a 28 personas, sin que se hayan llevado a cabo detenciones.

El acto, que ha continuado a pesar de estas interrupciones, estaba organizado en el Ateneo por el diario 'Público', y estaban invitados diversos líderes políticos para hablar del proceso soberanista en Cataluña, entre ellos, Joan Tardà (ERC), Joan Herrera (ICV), y David Fernández (CUP).

Así lo informaba el diario Público:

Una veintena de ultras trata de reventar el acto celebrado en el Ateneo sobre la consulta del 9N

David Miranda

La Policía ha identificado a una veintena de ultras que han interrumpido el acto celebrado en el Ateneo, donde se celebraba un acto sobre el derecho a decidir el próximo 9 de noviembre en Catalunya.

Ondeando banderas rojigualdas y de la falange, y a gritos de "Viva España" justo al comienzo del acto, al menos dos decenas de personas, entre los que se encontraban menores de edad, han tratado de reventar el debate. También han exclamado consignas como "No nos engañan, Catalunya es España" y de forma desafiante han preguntado si "querían una nueva guerra civil", en alusión a la consulta a favor de la independencia. Algunos de los que finalmente fueron identificados ya habían mostrado su antipatía hacia la realización del acto en la puerta del propio Ateneo a los miembros de la Policía que allí se encontraban, pero aún así han conseguido acceder a la sala.
  La tensión creció cuando se produjeron enfrentamientos verbales y empujones entre el grupo de alborotadores, que alegaban que "no estaban haciendo nada malo", y algunos de los asistentes.

Un grupo de jóvenes, que también fueron sacados e identificados por los policías por interrumpir el acto, consiguieron acceder en primera instancia, salir para llamar a otros  y volver a entrar en el edificio, antes de ser expulsados. Fuera, reinaba la tranquilidad, y únicamente un grupo de 'nostálgicos' y curiosos aguardaban a escasos metros del Ateneo, aunque de forma pacífica y acatando las indicaciones de los agentes.

Posteriormente, otros dos subieron al escenario, interrumpiendo una vez más el acto, y de nuevo los agentes allí presentes intervinieron para expulsarlos.
http://www.publico.es/politica/554190/una-veintena-de-ultras-trata-de-reventar-el-acto-celebrado-en-el-ateneo-sobre-la-consulta-del-9n

GRECIA: HARTOS DE CAPITALISMO!!



 04.11.2014
En una multitudinaria protesta integrantes de sindicatos en Grecia exigieron al Gobierno acabar con las medidas capitalistas que ahogan a la población.


Unas 25.000 personas se concentraron el fin de semana próximo pasado en Atenas, capital de Grecia, para exigir la suspensión de las medidas anti-obreras impuestas por el Gobierno nacional.

El Frente Militantes de Todos los Trabajadores (PAME), que organizó la protesta, indicó que al menos un millar de organizaciones sindicales de los sectores público y privado acudieron para denunciar “los 1,5 millones de desempleados oficiales y los más de 500.000 trabajadores que no han sido pagados desde hace varios meses”.

“No somos solamente cifras, merecemos condiciones de vida humanas”, gritaron los manifestantes ante el Parlamento, lugar donde culminó la manifestación.
“Hay que optar por el crecimiento, volver a abrir las fábricas, crear empleos, estimular el consumo”, afirmó Gregoris Papadopulos, de 45 años, extrabajador de la fábrica Coca Cola en Tesalónica que cerró hace un año.

Por su parte, Fotini Mitsakosta, profesora de Livadia aseguró que la crisis en su país no ha acabado y su salario bajó más del 40 por ciento desde 2011.

Para el próximo 27 de noviembre las centrales sindicales del sector privado y público convocaron una huelga general, con el fin de denunciar las políticas capitalistas del gobierno, que pretende prolongarlas en los presupuestos de 2015.
Desde hace seis años Grecia está sumida en una profunda recesión fruto de un conjunto de medidas que están terminando con los derechos de la clase trabajadora del país.

EL LÍDER DEL PSOE DICE QUE " ES UN TIO DE IZQUIERDAS" PESE A APOYAR EL CAPITALISMO, LOS BORBONES, LA OTAN....

 


“Yo me considero un tío de izquierdas”, afirmó Sánchez sin cortarse un pelo en Tele5, pese a que apoyó con su voto la continuidad de la monarquía o la modificación del artículo 135 de la Constitución de la mano del PP, o la presencia de España en la OTAN o se niegue a reconocer el derecho de autodeterminación de los pueblos.

“A mí a ganas de cambiar la política no me gana nadie, y menos Podemos”. dijo al ser preguntado por la irrupción de la formación de Iglesias. Días antes en La Vanguardia había comentado que "Se puede cambiar la política desde el sistema, sin echar la casa abajo. Con Podemos comparto el diagnóstico, no las soluciones. Podemos está con la calculadora electoral: no se moja sobre el aborto o Catalunya porque no quiere perder votos". Sánchez dice que Podemos quiere confiscar empresas y controlar los medios de comunicación, pero él, no.

PEDRO PACHECO ( EX ALCALDE DE JEREZ) PIDE A RAJOY EL INDULTO; NO AGUANTA UN DÍA MÁS PRESO




La noticia:

http://noticiasdejered.es/index.php/ocurre-en-jerez/item/49-pacheco-pide-a-rajoy-el-indulto-no-aguanta-un-d%C3%ADa-m%C3%A1s-detenido