20.01.2013
Traducción al
castellano:
Tamer Sarkis Fernández
En primicia para
DIARIO UNIDAD y REVISTA PENSAMIENTO DEL SUR
Presidente
del Gobierno y Ministros, líderes de las organizaciones populares y
juveniles, asociaciones libres, hermanos y hermanas:
Miro hoy a
vuestras caras, y son las caras de los hijos de mi país, llenas de sufrimiento
y de dolor. Miro a los ojos de los niños de Siria. No puedo ver su inocente
sonrisa, o risa, ni verles en sus juegos, que ponen en ellos esas sonrisas. No
veo juguetes. Veo las manos de edad en rezo por sus hijos e hijas, por sus
nietos... Nos reunimos hoy, cuando dificultosos nudos y sufrimientos se abren
paso a través de Siria. No hay estancias para la alegría en esquina alguna de
nuestra patria. La seguridad está ausente de las calles y callecillas de la
nación. Hoy nos reunimos, cuando madres han perdido a sus amados hijos y cuando
las familias han perdido a personas allegadas y, así, los hijos han devenido
huérfanos, y los hermanos y las hermanas se han perdido mutuamente, en tanto
que mártires, o refugiados, o personas desaparecidas. Si todo esto está
sucediendo, se debe a una nube negra tendida sobre el país.
Esto
(la consciencia) no es suficiente para compensar la pérdida de los
seres amados, ni para restituir la seguridad y estabilidad, o para
proveer pan, agua y medicinas necesitadas por el país. Precisamente el
dolor nos reclama la esperanza y, desde la hondura de los sufrimientos,
avistamos también soluciones. La negra nube está impidiendo al sol
emerger y, aun así, poseemos también lluvia y esperanza. La esperanza es
algo que acompaña a la lluvia en su precipitación. Estos sentimientos y
esta empatía compartida de dolor y sufrimiento y alternativa y
determinación e insistencia, componen una gran energía.
Siria
no superará su crisis excepto si su energía es transformada en un
movimiento comprehensivo y unido que salve al país de un ataque como el
que jamás recordamos en toda la historia de esta región. Dicho
movimiento nacional es la única vía para surcar los profundos remolinos
que han herido la existencia social y para poder restablecer la sociedad
de su daño, siendo el único factor capaz de ayudar a Siria y de
devolver, de nuevo, la sociedad a sí misma. Y la ética está acompañando a
Siria en su recuperación: todos y cada uno tenemos responsabilidad y
capacidad de aportar algo -incluso si ese algo es “pequeño” o
“limitado”, ello no es poco. Pues la nación es de cada uno y para cada
uno: todos defendemos la nación; cada uno defiende la nación del modo en
que puede, y con los medios de que dispone. La idea es defensa, y la
persistencia es defensa, y construir es defensa, y también preservar los
bienes y los recursos nacionales es defensa.
Los ataques a la nación, contra todo el Pueblo de la nación, frente
a los que toda persona está alerta, muestran muy claramente que el
negativismo, o esperar a que otros resuelvan el problema, está
objetivamente contra el país y conducirá al país a “mirar hacia el
abismo”. Este tipo de desolación y auto-inhibición ante las soluciones,
significa estar mirando atrás, en lugar de mirar de frente a fin de
alcanzar la solución superadora de la crisis. Y es desde esta
desolación, que mucha gente se siente presa de una trampa: trampa que
consiste en identificar la situación como una confrontación entre la
oposición y la Autoridad. Así que, desde esa trampa perceptiva, “se
ponen a un lado” y se mantienen en silencio.
Hoy,
debemos hacer hincapié una vez más y focalizarnos en la situación real:
la confrontación es entre la nación y sus enemigos. Entre el Pueblo y
criminales asesinos. Entre el Pueblo, su pan y su vida cotidiana, y
aquellos que deniegan esto al Pueblo. Entre la situación de civilidad y
de seguridad que el Pueblo poseía y la extensión y expansión del
terrorismo y del miedo entre el Pueblo. El asesinato de civiles e
inocentes secuestra el pan y la sal de nuestro país. Asesinan a los
expertos, sacrifican a los intelectuales con ánimo de desplegar y
extender ignorancia. Atacan también las infraestructuras, con objeto de
aumentar los sufrimientos entre el Pueblo. Impiden a los niños ir a la
escuela, con objeto de destruir el futuro del Pueblo y extender la
ignorancia. Así mismo, sabotean la electricidad y las comunicaciones y
las vías de transporte y los cultivos a fin de someter a ancianos y
jóvenes en el sufrimiento bajo un frío hibernal sin medicinas y sin
asistencia médica.
Ello muestra su brutalidad y, así
mismo, su actividad de robo. Muestra cómo arrebatan la riqueza y todo
medio de subsistencia cotidiano al Pueblo, y así es que el Pueblo está
pasando hambre. ¿Es esto acaso una lucha de poder?; ¿o se trata de una
confrontación entre la nación y sus enemigos?. ¿Es una confrontación de
poderes?; ¿o es una venganza contra el Pueblo, quien no dio a esos
terroristas asesinos la mínima cancha en su proyecto de dividir Siria y
su sociedad?. Son el enemigo del Pueblo, y el enemigo del Pueblo es el
enemigo de Dios, quienes irán al infierno el día del Juicio.
Al
principio, pretendieron hacerse pasar por Revolución, pero el Pueblo se
levantó contra ellos, privándoles, denegándoles, apoyo social. Ese
mismo “apoyo” que ellos habían querido imponer a través de los medios de
“información” y de las armas. Cuando fracasaron en tal empresa,
pusieron dirección a la fase siguiente: se quitaron la careta y
empezaron a mostrar públicamente el armamento real que ya estaban usando
veladamente desde el inicio, pero que se preocupaban en ocultar. Se
iniciaron entonces en el empeño de ocupar ciudades.
De
todos modos, cuanto más brutalmente golpeaban ellos, mayor era la
perseverancia del Pueblo en su resistencia. Había ya sido descubierta su
verdadera identidad, y decidieron tomar venganza contra el Pueblo, sin
importarles contra quién y sin efectuar distinción alguna. Llamaron, a
esto, Revolución, y, sin embargo, ello no tiene nada que ver con
Revolución. Las revoluciones requieren de intelectuales. Las
revoluciones están basadas en ideas. ¿Dónde están los intelectuales, los
pensadores…?. ¿Quién es el intelectual de esta revolución?. Las
revoluciones necesitan líderes; ¿quién conoce al líder de esta
revolución?. Así mismo, las revoluciones se fundamentan también en la
educación y el pensamiento, y no en la ignorancia. Las revoluciones
están basadas en impulsar al país hacia adelante, y no en devolver al
país siglos atrás. En abastecer el país; no en sabotearle la
electricidad. La revolución es del Pueblo y para el Pueblo, y no la
“revolución” de aquellos que penetran en el país desde el exterior para
operar contra los intereses del Pueblo. Pues Revolución es sólo aquella
que procede a favor de los intereses del Pueblo.
Así
que, por favor: ¿es esto una Revolución?. ¿Son, esta gente,
revolucionarios?. ¡Son una banda de criminales!. Así que, tras esas
líneas de ataque, los extremistas operaban por medio de ataques con
bomba y asesinatos en masa. Pusieron a sus bandas en avanzadilla,
mientras cubrían a éstas por la espalda. Y el Ejército y el Pueblo
fueron una sola mano cayendo contra los asesinos e impidiendo sus
asesinatos, y así llevaron a los extremistas casi hasta el colapso.
Y así fue como los extremistas vieron un único camino: el de
actuar desde la retaguardia, incrementando la intensidad de los
asesinatos. Al ser la idea de introducir las acciones extremistas en la
existencia, es algo inédito en Siria, tuvieron que importar desde el
exterior, tanto a los individuos como las ideas.
Y aquí,
la cuestión se hizo la siguiente: los terroristas y los takfiristas,
quienes habían tenido las miras puestas en Al-Qaida, mientras se
auto-denominaban “yihadistas”, estaban acudiendo desde todo el Mundo.
Ellos se pusieron a liderar las operaciones terroristas sobre el
terreno, y armaron elementos para ponerlos acto seguido en retaguardia,
mientras el Pueblo tuvo que resistir sus secuestros y sus sabotajes. Son
sirvientes y espías humillantes, trabajando para los takfiristas y para
los asesinos, quienes no hablan lengua alguna excepto la de la agresión
y de la mutilación de cuerpos.
Queridos hermanos míos:
Nos
hallamos luchando contra esa gente, muchos de quienes no son sirios.
Emanan desde falsas comprensiones y falsos discursos que llaman “yihad”,
aunque ello esté muy, muy, alejado de la yihad y del islam. Lo cierto
es que estamos enfrentando a unos terroristas que incorporan en sí la
ideología de Al-Qaida. Y creo que la mayoría de vosotros sabéis cómo
este tipo de terrorismo fue implementado hace tres décadas en Afganistán
de la mano “occidental” y del dinero árabe. Después de entrada dicha
misión, y del desmantelamiento de la URSS, hecho que trajo la retirada
soviética de Afganistán, empezaron a golpear todo por doquier: golpeaban
el Mundo Árabe, el Mundo musulmán y también a “occidente”. He tratado
de leer sobre ellos y sobre su presencia en Afganistán, así como he
tratado de leer sobre ellos y su instalación en Irak después de que este
país fuera invadido.
De todos modos, dicho terrorismo era
tozudo continuó extendiéndose y tomando lugar al interior de las
propias sociedades “occidentales”. Este fenómeno se internó en el Mundo
Árabe y especialmente en Siria, lo que constituyó una oportunidad para
aquellas bandas instaladas en “occidente”, quienes condujeron –o
enviaron- la mayor cantidad posible de terroristas hasta Siria, con
objeto de atrapar a esta tierra en la “yihad”. Así que dos tipos de
angustiantes enemigos tiñeron sus manos, al mismo tiempo, de rojo: las
manos de los terroristas y de quienes, a través de estos, estaban
debilitando a Siria desde “occidente”.
Existe una
organización relacionada con el estudio del terrorismo, quien hace uno o
dos meses me reportó un escrito en torno a la disminución de las
operaciones terroristas, especialmente en Asia Oriental y Central. Sí:
pues muchos de los terroristas que han entrado a Siria provienen de esos
áreas, así como otros muchos provienen de países “occidentales”.
Volvamos
a decirlo: estas entradas, a cualquier área, o a Siria, atentan contra
la seguridad. De todos modos, les resulta absolutamente imposible entrar
cuando fructifica nuestro coraje y empuje. Lo que sí es más peligroso
es la penetración de esas ideas y pensamientos, pues, envenenando a la
sociedad, la denigran en un cuerpo hondamente dañado. La sociedad
deviene, así, avejentada y degradada. Si no conseguimos detener las
diferenciaciones y divisiones larvadas, desde esta perspectiva, en el
seno de la sociedad, expondremos a nuestros hijos y nietos a una
panorámica de sangre por generaciones enteras. Y Siria, de cuya
existencia conocemos los remotos orígenes –no en el sentido estrecho
geográfico, sino en el social-, no queda inmunizada ante un pensamiento
que inyecta sedición y destruye tanto la geografía como todo sentido en
cualquier sociedad o Estado. A esto me refiero cuando hablo de
responsabilidad: debemos persistir en la unidad con objeto de confrontar
esto.
De todos modos, hay otros aspectos muy nocivos
relativos a la crisis, que no son internos. En lo que concierne a la
dimensión externa, está muy claro qué pretenden: algunos están tratando
de dividir Siria, y otros intentan debilitarla, estando, algunos de
ellos, avituallando a los asesinos con dinero y armas. Y, otros más, los
abastecen de su apoyo. Los países enemigos de Siria han estado
abasteciendo la ocupación del país y las hostilidades, hecho que no nos
extraña. Por su parte, otros países vecinos intentan debilitar Siria
practicando el asedio contra ella, mientras otros persiguen catapultar
su posición en la historia, construyéndose ese itinerario a base de
sangre del Pueblo sirio y del árabe. De todos modos, el Pueblo sirio es
más fuerte, y prometió a sus enemigos la victoria sobre ellos.
Internacionalmente,
todo el Mundo sabe que Siria ha sido y será siempre libre, Soberana, y
que no aceptará doblegamientos ni dictámenes. Y esta determinación es la
que ha traído de cabeza a “occidente” y lo trae hoy también. Así pues,
“occidente” trata de aprovecharse de la situación interna para llegar a
excluir a Siria respecto de la ecuación política regional y, de este
modo, poner fin al papel de Siria (un estorbo para ellos), así como a la
indestructible idea de resistencia, hasta transformarnos en gente que
sigue las órdenes, a imagen y semejanza de lo que ocurre en otros
países.
Sin embargo, la comunidad internacional no acaba
en “occidente”. Muchos entre los países del Mundo, Rusia y China para
empezar, junto con los demás países que componen los BRICS y otros
muchos más, rechazan la injerencia en los asuntos del país y en la
campana de de-civilización, basándose en los Principios, en los
intereses y en el libre propósito del Pueblo por decidir su propio
Destino. Me gustaría expresar todo el agradecimiento a todos estos
países, entre ellos Rusia, China, Irán y a todos los países que han
permanecido en apoyo a Siria contra todas las tentativas de regirla en
sus asuntos internos. Estos países, si algo ven de parte del Pueblo
sirio, es admiración. Apreciamos lo que han hecho por nosotros.
A
la luz de todo lo que he dicho en esta introducción, no podemos hablar
de solución sin tomar en consideración estos elementos: la situación
interna, la dimensión regional y la perspectiva internacional. Y
cualquier medida que desconsidere esto será irresolutiva y será carente
de efecto. Empecemos por la dimensión interna:
La
contradicción, aunque algunas personas creen que ha sido entre oposición
y los partidos gobernantes, no es tal. Pues la contradicción entre
poder y oposición gira entorno a cómo construir el Estado; no entorno a
cómo destruirlo. Gira entorno a cómo progresar y a cómo desarrollar el
Estado; no a cómo hacer involucionar al Estado décadas.
La
relación oposición-poder es una relación interna. De todos modos,
cuando una fracción de la oposición interna guarda relación política con
el exterior, entonces la contradicción deviene contradicción entre lo
interno y lo externo, esto es, entre la independencia nacional y la
hegemonía sobre la nación. Entre permanecer en Soberanía y libres, o ser
ocupados políticamente por poderes extranjeros. De tal modo que la
situación es transformada en una cuestión de defensa de la nación en su
integridad: todo el mundo se une para defenderse contra el asedio
extranjero, que está empleando instrumentos internos.
Cuando hablamos de oposición extranjera no nos estamos refiriendo al
lugar de residencia de esa gente, sino al lugar de enclave de esos
corazones y esas mentes. A qué lugar están vinculados, con qué Estados
están enlazados y, lo más importante, quiénes les están financiando. A
esto me refiero cuando hago uso del término “foráneo”, y no a si esa
gente vive dentro o fuera de Siria, pues se puede estar atacando al país
o defendiéndolo tanto desde fuera como desde dentro. Hay gente
defendiendo el país aunque viva fuera de Siria.
Sí,
caballeros: es también una cuestión que versa de la oposición contra el
poder, y no solamente del ejército contra asesinos y contra quienes los
arman. Estamos sufriendo una guerra en el pleno sentido del término.
Estamos confrontando una brutal agresión exterior. Y este último tipo de
guerras son más destructivos y más peligrosos que las guerras
convencionales. Puesto que en ellas no se utiliza solamente su
instrumental para destruirnos, sino que emplean también a sirios. Usan
Siria y a los sirios con objeto de sacarnos ventaja y poder así
implementar su proyecto destructor del territorio utilizando en ello
manos sirias.
Dentro de esta guerra, al tiempo que
defendemos el país, ponemos en marcha toda reforma precisa, hecho que,
por otro lado, no puede cambiar la naturaleza de la guerra, y sin
embargo nos fortalece, fortalece nuestra unidad y pone en nuestras manos
inmunidad contra esta guerra. Algunos piensan que estas reformas van a
resolver el problema: no. Constituyen un factor, pero reformas sin
seguridad es tanto como seguridad sin reformas. La una no puede
fructificar sin la otra.
Lo hemos dicho y volvemos a
decirlo. Esos que afirman que Siria ha adoptado “la seguridad por
solución”, no nos escuchan. Hemos dicho y vuelto a decir que portamos la
política y las reformas en una mano, y la eliminación del terrorismo en
la otra. Y a todos aquellos que intentan desfigurar la verdad, les
decimos: quienes están sujetos a un asedio y a un ataque, no eligen
“solución de seguridad”, sino que tienen necesidad de defenderse.
Defenderse es sí o sí; es básico; es requisito permisivo para cualquier
solución, pero no es en sí mismo “la elección de una solución”.
Así pues, cuando el Estado defiende al Pueblo, y el Pueblo a la
nación, ¿por qué esa gente declara que “elegimos la solución basada en
seguridad”?. Defender la nación es un deber; es un deber constitucional
legal y legítimo. Es una necesidad; no hay opción. ¿Qué está defendiendo
el Pueblo?: a sí mismo. Así que, si resistimos abiertamente hasta la
fecha…
Quiero decir: si nos hubimos decidido desde el
principio por alcanzar la solución política, ello no significa que
estemos rehusando u omitiendo defendernos. Habernos decidido desde el
principio por consumar la solución política, significa, en cambio, que
necesitamos un compañero. Un compañero con capacidad y perspectiva de
avanzar a través del proceso político, así como de entrar en un proceso
de diálogo a escala nacional. Y, si nos decidimos por la solución
política pero no podemos avistar compañero, ello no significa que no
deseemos la solución política. Significa que no hemos visto compañero
durante el periodo previo.
Si
alguien desea casarse y busca un compañero y no lo encuentra, o no ha
encontrado a nadie que lo acepte, ello no significa que no desee
matrimonio, sino que no halló compañero. Y tal es la situación: no hemos
encontrado compañero. Desde el principio hemos hablado respecto de la
solución política, así que cuando se habla de “elección de la solución
de seguridad”, no se dice la verdad. Eso no fue jamás aceptado. Ningún
oficial en el Estado afirma que hayamos “elegido la solución de
seguridad”. Jamás hemos rechazado la solución política. Por el
contrario, hemos adoptado la solución, desde el preciso momento en que
ellos lo quieran, mediante el diálogo y tendemos la mano a todos
aquellos que tengan proyecto político nacional que impulse a Siria hacia
adelante.
De todos modos, ¿con quién mantener un
diálogo?. ¿Con gente poseedora de una ideología extremista y que no
creen más que en el lenguaje de la sangre, del asesinato y del
terrorismo?. ¿Acaso voy a dialogar con bandas, receptoras de órdenes
exteriores y sujetas a los dictados extranjeros?. Esos Amos exteriores
dan a estas bandas directrices de no mantener diálogo, pues saben que el
diálogo supondría obstáculo a la culminación de sus planes de
debilitación de Siria. Especialmente desde aquellos países donde los
poderes oficiales creen que Siria quedará despojada de su futuro
político si es encenagada en esta crisis. Por eso es que esos Estados
entrampan a sus propias poblaciones en mentiras y emplean sus propios
recursos en dar apoyo a los terroristas. Pero no pueden justificar por
más tiempo su involucración política en mancharse de sangre y asesinar
civiles. ¿Acaso vamos a entrar en diálogo con marionetas, quienes juegan
su papel en la medida en que “occidente” va dándoles cuerda?. ¿Vamos a
dialogar con los esclavos?. No: dialogaremos con sus Amos.
Con respecto a “occidente”, éste es el “occidente” del colonialismo, y
se trata de una fuerza, y una forma de poder, practicante de la política
de la división. Son ellos quienes bloquean el camino al diálogo. Pues
tienen la función de dar dictamen. Y nosotros tenemos función de
mantener la independencia, la libertad y la libre toma de decisiones. Y
ese ejercicio nuestro les ha humillado. No podemos, en cambio,
humillarnos nosotros.
Así mismo, aquellos que hablan
exclusivamente de solución política están obviando estos hechos. Los
ignoran, o bien son destructores que intentan amarrar al Pueblo y a la
nación a aquellos criminales a quienes dan soporte. Están vendiendo
gratis al Pueblo y la sangre de éste, y eso es algo que no vamos a
permitir.
Algunos
hablan exclusivamente de solución política y otros hablan
exclusivamente de combatir el terrorismo. Esto no es preciso: la
solución debe ser comprehensiva, lo que incluye a la Política así como a
combatir el terrorismo, y debe ser pensada como una Totalidad que es
solución social. Nadie habla de solución social, aunque tenemos algunos
ejemplos en Homs y en Deraa, donde la situación ha mejorado
sensiblemente en virtud de la situación social –del Hecho social. El
Pueblo, y las personas del pueblo que son nacionalistas, dotadas de
ética, y quienes han presentado iniciativas contra los elementos armados
y los terroristas, han provisto con sus iniciativas las bases de
grandes resultados alcanzados. Estas personas no pertenecen a ningún
partido, ni vienen con programas políticos. Sencillamente profesan filia
nacional y desde esa importante perspectiva proveen soluciones en una
senda comprehensiva.
Si miramos las cosas desde esta
perspectiva comprehensiva, pensando que hay muchas dimensiones
articuladas combatiendo el terrorismo –la política, el Hecho social
específico…-, entonces, para afrontar esta crisis y este enorme crimen,
debemos profundizar en la ruta social.
Así que me gustaría
saludar a toda esa gente que es capaz de hacer estas aportaciones a la
nación, de acuerdo a sus propias capacidades. Conozco algunas de estas
personas y con algunas de ellas me he reunido directamente. Y de algunos
otros he sabido. Quienes quiera que sean estos “soldados desconocidos”,
queremos saludarles y transmitirles que estamos muy honrados por sus
iniciativas.
Al
margen de lo dicho, algunas personas pueden pensar que no hay nadie con
quien poder dialogar. A pesar de lo que ha sucedido, siempre hemos
mantenido extendida nuestra mano y mantendremos siempre el diálogo con
todos aquellos que están en desacuerdo político con respecto a nosotros.
Con todos aquellos que mantienen contraposición con nosotros en lo que
se refiere a estos planos. Pero no con quienes actúan en planos que
significan herir los Principios del nacionalismo.
Deseamos
dialogar con los partidos políticos e individuos que no venden nuestro
país al exterior. Deseamos dialogar con aquellos que depongan las armas,
y así la sangre árabe siria deje de ser derramada. Serán compañeros
reales y leales toda persona que desde el ánimo nacional trabaje en pro
de los intereses de Siria; por su seguridad, su estabilidad y su
independencia, basando sus propósitos en nuestros Principios y normas de
Soberanía del Estado y de su independencia en la toma de decisiones.
Así como en los Principios de la Carta de Naciones Unidas, de la Ley
internacional, todo ello expresado como Principios de Soberanía de las
naciones, independencia del territorio, integridad y no intervención en
asuntos internos.
Y, dado que creemos en la necesidad de
diálogo entre los hijos de Siria y el liderazgo del país, y creemos
también en dar una amnistía segura una vez más así como en restaurar la
civilidad, la solución política en Siria será la que sigue:
Primera etapa:
Para
empezar: En el nivel internacional, los países directores y operantes
son llamados a detener su actividad de armar y de habilitar a los grupos
armados, al mismo tiempo que esos grupos son llamados a cesar todo
ataque terrorista. Esto facilitará el regreso de los refugiados sirios a
sus hogares y de un modo seguro. Y, después de esto, las operaciones
militares a cargo de las fuerzas armadas sirias se detendrán,
reservándose éstas el derecho de respuesta en caso de que sea atacada la
seguridad del Estado, de los ciudadanos, o de las instituciones
públicas o de provisión.
Número dos: Para encontrar un
mecanismo de que todo el mundo tendrá garantizado lo relativo al
elemento anterior, haremos hincapié en la articulación del control
fronterizo.
Número tres: El Gobierno actual empezará
directamente a mantener contactos comprehensivos con todo miembro de la
sociedad siria y con la comunidad, con todo el arco de partidos y
asociaciones con vistas al mantenimiento de sesiones de diálogo abierto
así como una Conferencia Nacional de Diálogo donde, la totalidad de
partidos que aspiran a solución en Siria, puedan participar, no importa
si están establecidos dentro o fuera de Siria.
En la siguiente etapa:
El
Gobierno actual realizará una convocatoria con vistas a una sesión de
diálogo comprehensivo y nacional, de la que obtener la emisión de un
documento donde sean estipulados la integridad territorial, el rechazo
del terrorismo y el rechazo a la injerencia en asuntos internos. Así que
el primer aspecto de los esfuerzos gubernamentales hacia el acuerdo con
los partidos políticos, es decidir la naturaleza de esta Conferencia o
de estas sesiones de diálogo. Un documento nacional fundamentado en la
integridad territorial, el rechazo del terrorismo y de la violencia, así
como de la injerencia. Este documento perfilará el futuro de Siria, su
ascendencia política, la economía siria, y, junto con ello, habrá un
nuevo acuerdo sobre partidos políticos y elecciones, y sobre
administración interna o local.
Número dos: Esta cuestión quedará sujeta a referéndum popular.
Número tres: El Gobierno comprehensivo estará formado por todos
los componentes de la sociedad siria, que serán representados, y será el
encargado de implementar los diferentes artículos políticos de la
Carta.
Número cuatro: La Constitución quedará también
sujeta a referéndum; después de haber sido adoptada, quedará expuesta a
ratificación. Por su parte, el Gobierno seguirá adelante con el proceso
poniendo en marcha las sesiones de diálogo nacional, en concordancia con
la nueva Constitución, incluyéndose una nueva Ley electoral. Así, serán
celebradas nuevas elecciones parlamentarias, también en concordancia
con la Constitución.
Podemos afirmar que, si el diálogo
las elabora y ellas están en consonancia con la Constitución, el
Gobierno seguirá adelante y aplicará estas leyes electorales.
Tercera etapa:
Primero, un nuevo Gobierno será formado en consonancia a la Constitución.
Segundo, celebración de una Conferencia General para la
Reconciliación Nacional y aplicación de una amnistía a todos aquellos
que hayan sido arrestados debido a los eventos. Aun así, se les exigirá
contribuir en reparar los derechos civiles lesionados, participando en
rehabilitación de infraestructuras, reconstrucción y compensación de
todos aquellos que han sufrido sus “avances”.
En lo que
respecta a esta Amnistía General, ésta será declarada al mismo tiempo
que son garantizados los derechos de la población civil, pues el Estado
tiene el derecho de de revisar su decreto si la amnistía está
comprometiendo los derechos de los civiles.
De todos
modos, pensamos que, si llegamos a alcanzar esta fase, la amnistía debe
ser general, y aprobada, no por la nación en general, sino en primer
lugar contando con aquellas personas que tienen derechos (por haber sido
personalmente objeto de agresión, ellas o sus familias). Entonces,
realmente, podremos alcanzar la reconciliación, desde el momento en que
cada uno perdone al otro –en que cada persona perdone a la otra.
Esta
es la perspectiva principal en clave de alcanzar la solución política,
tal y como he afirmado. Lo que he ido desglosando son solamente
enunciados generales, en cuyos detalles va a entrar el Gobierno, para,
desde los detalles, retornar a enriquecer los puntos generales, y
desarrollarlos a través de la visión cultivada y de la correspondiente
iniciativa. En el transcurso de estos próximos días, una iniciativa será
presentada, procediéndose al seguimiento de cada etapa de acuerdo a los
artículos y segmentos mencionados.
De todos modos,
hablemos de todo ello, pero dentro del contexto: estamos viviendo en la
era de la fabricación –en la era de las falsas alegaciones. No nosotros;
ésta es la situación general. Falsas alegaciones en contraposición a
los procesos reales. Corregiré todas las ideas y las tendencias que han
estado pronunciándose. Hay que decir, primero, que, en lo que se refiere
a la perspectiva de la seguridad, muchas personas me han expresado su
desacuerdo, mientras que otras pueden sentirse contrariadas o adoptar la
impresión de que estamos volviendo atrás. Quiero declarar ante todo el
mundo que no cesaremos en nuestra respuesta al terrorismo, mientras
quede un solo terrorista. Así que el análisis comunicado no significa
que estemos volviéndonos laxos en el combate contra el terrorismo. Al
contrario: cuanto más fortalecemos nuestro avance combatiente contra el
terrorismo, mayor es la posibilidad de consumar estas ideas con éxito.
En
segundo lugar, esta visión –no importa si la llamamos visión, o
iniciativa, o ideas- está dirigida a cualquiera que desee el diálogo; a
cualquiera que desee ver una solución política en un futuro cercano en
Siria. No está dirigido a quienes no quieren intentarlo, y dicen “ya
tendréis respuesta”. Hoy volveremos a oír un montón de rechazos por
parte de quienes ya conocéis. A ellos les hemos dicho ya antes: ¿por qué
os arrogáis rechazar algo que no está dirigido a vosotros, pues no
tenemos intención, ya a priori, de malgastar nuestro tiempo?.
Tercero:
Cualquier iniciativa emergida desde cualquier postura o figura o nación
tercera no es importante; debe estar basada en una perspectiva siria.
No hay iniciativa capaz de reemplazar aquello que nosotros mismos
estamos viendo respecto de la solución posible a la crisis siria. Esto
significa que cualquier iniciativa ayuda a aquello que hacemos los
sirios, pero no reemplaza nuestra actividad.
Así que,
después de haber sido aprobadas estas ideas, que el Gobierno sostiene,
lo cierto es que cualquier iniciativa formulada por cualquier nación
debe atenerse a esta base de ideas, y ser de tal modo que ayude a dichas
ideas. No vamos a perder nuestro tiempo, ni hacérselo perder a los
demás, contemplando formulaciones extrañas a esta esfera mencionada.
Así pues, si nos preguntamos cómo pueden ayudarnos las
iniciativas externas, debemos atenernos a dos perspectivas: la
eficiencia política y combatir el terrorismo. En lo que gira en torno a
la primera, no necesitamos asistencia, pues nosotros, los sirios, somos
capaces de avanzar en un proceso político comprehensivo. Aquel que
quiera ayudar a Siria, en un sentido práctico, efectivo y honesto, tiene
que ser capaz de enfocar sus propuestas hacia detener la penetración en
Siria de las bandas armadas, de los arsenales y de su financiación.
Este es el mensaje a dar a todos aquellos que trabajan desde el
exterior: han de focalizarse en eso que ellos mismos deberían hacer. No
queremos que nadie venga a decirnos que debemos hacer en relación al
proceso político. Somos un país añejo y sin necesidad de managers para
sus propios asuntos.
Número
cuatro: Ser receptivos a los actores exteriores capaces de poder
ayudarnos no significa que aceptemos sus “explicaciones”, excepto si se
hallan en consonancia con nuestra cosmovisión y se proyectan hacia
acoger los intereses de Siria.
Y, al respecto, nos hemos
referido ya a Ginebra, formulación que fue apoyada por Siria, y a un
artículo ambiguo incluido en esa declaración, relativo a la fase de
transición. Dicho artículo no aparece explicado, y ello se debe a una
razón: porque, cuando hablamos de un periodo de transición, lo primero
que tenemos que establecer es entre quienes se habla, es decir, de qué
Estado a qué Estado: ¿De un Estado libre e independiente a un Estado
sometido a ocupación, por ejemplo?. ¿O de un país con Estado a un país
sin Estado y en complicada situación?. ¿O no estaremos caminando, desde
tomar una decisión nacional e independiente, entregar la toma de esta
decisión a extranjeros?. Por supuesto, nuestros enemigos desean nadar en
libertad, solicitando al mismo tiempo el cumplimiento de esta
perspectiva entreguista. Pero, andar el periodo de transición, es andar
un proceso que va desde la inestabilidad a la estabilidad. Cualquier
otra explicación del periodo carece de sentido.
Bajo una
situación distinta –si no hubiera crisis-, estaríamos encarados hacia
una mejor situación, y ello constituiría parte del desarrollo –parte de
un proceso de desarrollo. Respeto cualquier faceta de transición, pero
cualquiera de ellas debe venir de la mano de medios sirios. Así que,
desde nuestra perspectiva, ¿qué estamos haciendo?. Estos puntos
representan el periodo de transición.
Número
cinco: Cualquier indicativo que aceptemos, lo aceptaremos sólo si está
basado en el punto de la Soberanía y de la decisión popular, de tal modo
que, las iniciativas que formulamos y aquellas con las que
interactuamos están focalizadas en esto: en el Pueblo y en su decidir.
Así que cualquier cosa que sea acordada en Siria o fuera de Siria
debe llegar basada en el decidir popular. Por tanto, incluso si
cualquier Carta específica debe ser ratificada por la Conferencia de
Diálogo Nacional, no será aprobada sin ser sometida a referéndum. Pues
con vistas a cada asunto de este calibre, debe procederse a referéndum
popular, y especialmente dentro de estas difíciles circunstancias que
atravesamos.
Así pues, cualquier propuesta que recibamos
de fuera o dentro de Siria, o cualquier petición de reunión por parte de
cualquier actor, deben ser ratificadas por referéndum popular. Es
decir: ni por el Presidente, ni por el Gobierno, ni por el diálogo. Ello
representa una garantía de que los pasos que tomemos reflejen el
consentimiento del Pueblo y el interés nacional.
Y, si
entendemos todo esto –y creo que he hablado con claridad y sencillez-,
así mismo todo aquel que viene a Siria o vive en Siria sabe que los
sirios aceptamos los consejos y no los dictados. Acepta ayuda y no
acepta opresión. De modo que, cualquier cosa que podáis oír, o que
halláis oído antes –ideas, eslóganes, puntos de vista, iniciativas,
hombres de Estado en los medios de “información”…-; nada de esto es
importante. Los eslóganes “primaverales” son nada más que pompas de
jabón.
Cualquier explicación, en relación cualquier
cuestión, que como explicación sea ajena a la Soberanía siria, es mero
sueño. Ellos tienen derecho a soñar. Pueden vivir en su propio mundo
onírico, pero, sin embargo, no pueden hacer que vivamos en su sueño. No
avanzaremos un solo paso, excepto si son pasos relativos al Pueblo
sirio; al interés de Siria y de su Pueblo.
Hermanos y hermanas:
La
nación preside todo lo demás, y nada (foráneo a ella) puede
determinarla. La nación está por encima de cada uno por separado y a
través del desarrollo político fortalecemos Siria, igual que,
defendiendo cada palmo de tierra, protegemos Siria.
Los
sirios perdonan y amnistían. De todos modos, la dignidad y la
consciencia nacional forman parte del bagaje del Pueblo sirio. La
mayoría de los sirios se alzaron para enfrentarse contra terrorismo.
Algunos de ellos dieron valiosa información a los servicios de
inteligencia con objeto de que las autoridades sirias estuvieran en
condiciones de cumplir con su deber de prevenir operaciones terroristas
lanzadas contra los ciudadanos. Y algunos de ellos, además, se alzaron
directamente contra los terroristas y los neutralizaron: pudieron darles
rechazo en sus propias áreas o bien tomaron la calle en protesta contra
los terroristas. Hay mártires también en el transcurso de esas
protestas. Y algunos de ellos defendieron, espalda con espalda, junto a
las fuerzas armadas, por las ciudades, los suburbios y las
infraestructuras. Podemos citar gran número de ejemplos, y, sin embargo,
permitid que me refiera al caso de un pueblo pequeño, en el Norte de
Siria (en Hasaka): me refiero al pueblo de Ras al-Ain.
Desde el interior de este pueblo, la juventud de la región, fronteriza
con Turquía, se defendió, por muchos días, de los reiterados ataques
terroristas, los confrontaron, los repelieron y fueron capaces, en fin,
de devolver a los terroristas a Turquía, desde donde habían estado
acudiendo hacia el pueblo. Este pueblo fue, así liberado. Y, también,
entre esta juventud, hubo quienes convinieron y perdonaron, llevados por
un “instinto” de reconciliación nacional. Este entendimiento bloqueó el
camino a los terroristas, transformando la situación en un sentido de
detener la escalada y alcanzar la calma.
Estos
ciudadanos y su comportamiento, reflejan el estado –la situación- de
levantamiento popular; no es suficiente seguir ahí, sin retirarse, pero
simplemente mirando y observando. Pues, cuando no estamos a salvo en
nuestro propio país, hacemos lo posible por ponernos a salvo fuera de
él. La nación no es únicamente para aquellos que viven en ella. Es para
aquellos que la defienden también. La nación no es para quienes se
limitan a disfrutar sus virtudes y que, cuando la nación les requiere a
levantarse por ella, no están ahí. La nación es para todas esas personas
que responden a la llamada, cuando son llamadas por ella, y que acuden a
muchas y distintas situaciones que reclaman de su presencia, aun
sufriendo hondamente.
Así pues, en mitad de los problemas
mencionados, todo ese Pueblo se levantó, decidiendo que había llegado la
hora de darse, y, así, se ha ofrendado a sí mismo sin poner límite. Y
algunos de esos hijos del Pueblo fueron martirizados. Cayó su sangre y
en su fluir arrastró a aquella falsa “primavera”. Ellos han protegido al
Pueblo respecto de ese embaucamiento, que podía, de otro modo, haber
alcanzado éxito al inicio. La sangre, aunque “occidente” la llamó
“primavera”, era, en realidad, fuego, que golpeaba incendiando todo
aquello que tocaba, encendido por el sectarismo, odio ciego y
divisiones. Así que no era “primavera”, excepto para aquellos que lo
habían planeado y que intentaron darle rienda. Y aquí, ellos, están
fallado.
La
sangre de estos mártires protegió y protegerá la nación. Protegerá la
integridad territorial y caerá en manos de la convivencia. Y guarecerá a
los clanes y a la sociedad, de la destrucción. Y prevendrá respecto de
caer en la trampa “ética” y “humanitaria”. Por décadas nos prevendrá de
caer en esta última trampa. Es ésta la victoria mayor y más importante,
y, la nación, mientras alcanza la victoria, no olvida a aquellos que se
han sacrificado por ella. Y el devenir de la nación –tal y como he
escrito- es ofrendarse a todos aquellos con derecho e investir de
derecho a aquellos que a ella pertenecen.
Así que me
gustaría saludar, porque lo merecen, a quienes consuman y salvaguardan
esos derechos: al propio Pueblo y a los hombres del Ejército Árabe
Sirio. Me gustaría saludar a los Generales, a los Oficiales, a los
heroicos soldados, quienes –todos ellos- están sacrificándose con sangre
y sudor para proteger Siria, y para quienes Siria es más importante que
ellos mismos. Saludo a las fuerzas armadas, quienes están sobrellevando
la más brutal especie de guerra. Ellas están determinadas a retornar la
socialidad y la seguridad al Pueblo, por medio de dispersar el
terrorismo.
Nuestras fuerzas armadas, que cruzaron la
línea de la heroicidad a través de la cohesión nacional y de la
perseverancia, son reflejo de la resistencia popular y la corriente del
Pueblo. El ejército ha protegido a los ciudadanos, y el Pueblo ha
protegido al ejército, arropándolo y dándole apoyo. La heroicidad es
para todo aquel soldado caído en batalla. La heroicidad para todos y
cada uno de los soldados que tomaron sus armas y se sacrificó con su
sangre a fin de completar la misión bajo la que otros habían caído.
Me gustaría saludar, también, a cada ciudadano que ha cumplido su
deber de mantenerse en apoyo de las fuerzas armadas, se halla
desarrollado este apoyo de un modo o de otro, de acuerdo a las
capacidades respectivas de cada uno. Son el orgullo más valioso de
Siria, y sus nombres serán esculpidos en la historia, porque están
escribiendo historia con su sangre y su coraje. Han sido y son todavía
los contra-fuertes del Pueblo, codo con codo con quienes sostienen la
nación.
Sé
tanto como vosotros. Sé que el camino en que está internado el país es
un camino difícil y doloroso. Y siento lo mismo que la mayoría de la
gente: el dolor en el que perdemos a los seres amados, así como el
martirio de hijos y parientes. El fuego del odio ha impactado en cada
uno. Ha entrado, por supuesto, en el martirio; el sentimiento de
martirio ha entrado por doquier; ha entrado en todos, incluido yo.
Y, desde el profundo respeto por las lágrimas de las madres, son
lágrimas que limpiarán a los hijos, y serán, en cambio, fuego e infierno
para los asesinos y los criminales que asesinan a nuestros hijos. Y
también serán fuego e infierno para quienes tratan de robar el futuro a
nuestros hijos y el futuro de nuestro país; ellos intentan arrebatar el
país a nuestros hijos. Siria re-emergerá de todo esto más fuerte de lo
que era antes. No nos doblegaremos ni haremos concesiones que
traicionaran nuestros Principios. No abandonaremos los derechos ni
daremos alivio a quienes están debilitando Siria desde dentro.
Quienes creen que, para nosotros, los territorios ocupados se
reducen a los Altos del Golán, se hallan en un error. Los territorios
ocupados son, para nosotros, la integridad de Palestina, que es nuestra
allegada. Hemos sacrificado una inmensidad -mártires y sangre- por
Palestina, y seguiremos respaldando la Resistencia contra el enemigo.
Resistencia es comportamiento; no sólo gente. Resistencia es ideas; no
significa concesiones con objeto de extraer provecho de las
“oportunidades”. Y el Pueblo ama a quien toma determinación y
responsabilidad en lo que concierne a mantener el apoyo al Pueblo
palestino; determinación que comporta sangre, retos y un precio que cada
ciudadano paga de distintos modos, presiones y exposición a amenazas.
Este Pueblo y este Destino no pueden ser, bajo ningún concepto,
separados de la misma posición que ocupan junto con nuestros hermanos
palestinos. Por esa razón, cualquier tentativa de situar a los
palestinos junto a la ocupación que vivimos, se propone distorsionar el
núcleo de enfoque respecto de nuestro enemigo real. Y por eso
constituyen propósitos fallidos incluso antes de su inicio mismo. Pues
los palestinos en Siria están cumpliendo con su compromiso hacia la que
es su segunda nación. Ni más ni menos que como cualquier sirio. Y hoy,
en Siria, el Pueblo nos anima a tomar la responsabilidad de hacer
aquello que debemos. Nuestro deber de ampararlos; de amparar a todo
sirio. De modo que saludamos a todo honorable palestino dentro de Siria,
que vive con empeño y aprecia las instancias sirias, sintiéndose uno
con la sangre y el Destino del Pueblo sirio, y rechazando considerar
Siria como un hotel que se abandona cuando las cosas se ponen mal.
A
pesar de todo lo planeado contra Siria, y de que tales planes afectan
profundamente al Pueblo, tanto a quien vive dentro de Siria como a quien
vive fuera, no podrán cambiar aquello que late dentro de nosotros, pues
eso que alojamos es grande, fuerte y sólido. La consciencia nacional
fluye hacia adelante y Siria supera en valía a cualquier otra cosa. Todo
ello muestra al Mundo que Siria no puede ser abatida, ni el Pueblo
sirio puede ser humillado. Y muestra también que el desafío y la
perseverancia son parte del Pueblo sirio, que hemos heredado generación
tras generación. Así discurriremos y así persistiremos, y, codo con
codo, a pesar de los dolores, caminaremos hacia un futuro más fuerte y
más valiente. Seguiremos adelante. No temeremos las balas, así como
tampoco el odio podrá aterrorizarnos. Porque somos Pueblo de Razón, y
Dios siempre está con la Razón. La paz sea con vosotros, la compasión de
Dios y su bendició