Escrito por
Gustavo Herren
La normalización de los vínculos entre Cuba y Estados Unidos fue
saludada por la prensa internacional y en el mundo por los gobiernos
capitalistas. No tiene que ver con los finales de la Guerra Fría, sino
con los comienzos de una nueva clase de guerra fría capitalista.
Desde el colapso de la Unión Soviética, las relaciones de Rusia
con Cuba mantenían un bajo perfil, hasta el 2013 cuando Moscú condonó
casi la totalidad de la antigua deuda cubana heredada, y la visita del
presidente Putin consolidó algunos acuerdos en tecnología e
hidrocarburos. Pero el país con mayor territorio del planeta, no
regresaba con subsidios para ampliar su esfera de influencia estratégica
como superpotencia socialista, sino para establecer relaciones
estratégicas como potencia regional capitalista. Las grandes inversiones
de los capitalistas rusos que no acumulan en Moscú, sino en la City de
Londres, no llegarán a Cuba si no se hacen reformas estructurales que
aseguren sus ganancias.
En las condiciones actuales es poco
probable, que Moscú llegue a aumentar su influencia sobre La Habana al
nivel de configurar la amenaza real de una 'Cuba pro-rusa' sobre la
frontera de Estados Unidos, como acaba de hacer éste con la amenaza de
una 'Ucrania atlantista' (aunque dividida) sobre la frontera de Rusia.
Con el 'juego' de guerra ucraniano, Washington está aumentando el
peligro no solo para Europa sino para toda la humanidad. Si bien Rusia
es una potencia nuclear con alcance global, su gobierno está demostrando
prudencia. Putin afirmó que la doctrina militar rusa sigue siendo
defensiva, pese al aumento de la actividad de la OTAN en Europa del
Este, aunque destacó que las fuerzas nucleares estratégicas son el
elemento principal del equilibrio mundial, y que Rusia defenderá su
seguridad de una manera consecuente y firme.
Al respecto, en la
gran rueda de prensa del 18 del corriente para más de 1.200
periodistas, ante la pregunta de si lo que ocurre actualmente en la
economía rusa es un precio que hay que pagar por Crimea, y si no es
quizás el momento de reconocerlo honestamente, Vladímir Putin refería
metafóricamente '....No es el precio que hay que pagar por Crimea, es
más bien el pago por nuestro natural deseo de seguir existiendo como
nación, como civilización, como Estado. Y voy a explicar por qué. En un
debate en Valdái hice una analogía recordando nuestro símbolo más
reconocible, el oso que protege su bosque. Y pienso, a lo mejor nuestro
oso debería quedarse quieto, dejar correr a los animales por el bosque y
alimentarse de miel y frutas. Igual si es así, ¿lo dejarán en paz?, no.
No lo dejarán tranquilo, porque siempre intentarán ponerle una cadena. Y
cuando lo encadenen, le arrancarán los dientes y las garras, que hoy
día son la fuerza de contención nuclear. En cuanto esto ocurra, espero
que no, ya no les interesará el oso, y querrán quedarse con el bosque.
Hemos oído decir a representantes casi oficiales y en múltiples
ocasiones, que es injusto que Rusia posea tanta riqueza ella sola (por
Siberia). ¿Cómo que injusto?, parece que robar Texas a México es justo, y
que trabajemos en nuestra propia tierra es injusto y entonces hay que
repartirla. Y después de arrancarle al oso los dientes y las garras, ya
no lo querrán. Lo disecarán y se acabó. Por eso Crimea no tiene nada que
ver, la cuestión está en que nosotros defendemos nuestra independencia,
nuestra soberanía y el derecho a existir.'
Pero hay otro país
que tiene una más vigorosa relación con La Habana, es la Venezuela
petrolera, que entre otros numerosos acuerdos, préstamos, subsidios y
trueques, financia desde hace más de una década una parte relevante del
petróleo consumido por Cuba.
Estados Unidos está 'marcando'
territorios, ante las iniciativas de Rusia que muestra una tendencia
hacia una gran potencia, sea en Siria, en Ucrania con Crimea, o en sus
relaciones internacionales, especialmente con China e India. Washington
está creando una suerte de nueva división global 'Este-Oeste', forzando
respectivas zonas de influencia, como por ejemplo para mantener una
Eurasia dividida. En Latinoamérica, refuerza su esfera de influencia
geopolítica y económica apuntando por una parte a reducir grados de
libertad a Moscú y ocupar espacios en que éste ha mostrado iniciativa, y
preventivamente Cuba es uno de ellos. En estas condiciones, el
Pentágono debe eliminar de plano cualquier clase de amenaza que ni
siquiera le haga recordar el fantasma de la Crisis de los Misiles en
octubre de 1962. Lo cierto para el Imperio, es que tarde o temprano debe
meter a Cuba dentro de su esfera de influencia. El momento es oportuno
para comenzar, la baja en los precios internacionales del petróleo
impacta en las economías de Rusia y Venezuela, y ésta al reducir la
ayuda podría producir una crisis en la economía cubana, de modo que La
Habana se halla en un punto crítico de presión.
A diferencia de
los países menores, el Imperio mide los tiempos según la
macro-historia. Los objetivos del Imperio en el largo plazo permanecen
invariantes, porque los intereses de su poder político&económico
real no han cambiado, lo que modifica según sea la administración de
turno y la coyuntura son, las estrategias para alcanzarlos. Un objetivo
es el cambio de régimen cubano o bien, captar su connivencia. Otro,
desmembrar el eje Cuba-Venezuela plantando una cuña de discordia y
desconfianza entre ambos, y que siembre dudas en los países que buscan
la integración latinoamericana. Por eso no es una contradicción que,
mientras se acerca a Cuba, en palabras del viceprimer ministro ruso
Dmitry Rogozin '...Estados Unidos está ahogando a Cuba con abrazos', un
día después castigue a Venezuela con la injerencia de una escalada de
sanciones que atentan contra su soberanía. Con similar prepotencia
Washington sigue su injerencia sobre Rusia, aplicando sanciones junto
con sus seguidores atlantistas, en una guerra económica que busca
quebrar la economía rusa.
De esta manera, por carácter
transitivo pretende también debilitar a Bolivia, Nicaragua y Ecuador
principales integrantes del ALBA (Alianza Bolivariana para los Pueblos
de Nuestra América) que tiene además a Irán y Siria entre los
observadores. El Imperio debe descabezar a su amenaza ideológica, la
alianza anti-imperialista, anticapitalista y contra el neoliberalismo,
creada en 2004 en La Habana, por Cuba y Venezuela, como alternativa al
tratado de ALCA (Area de Libre Comercio de las Américas) que impulsaba
Estados Unidos y su presidente George W. Bush. Que fue rechazado y
sepultado en la IV Cumbre de las Américas de 2005, en Mar del Plata
(Argentina), principalmente por los presidentes Hugo Chávez, Néstor
Kirchner y Lula da Silva. No es casual, la especial invitación de Obama a
Cuba a la próxima Cumbre de las Américas (Panamá, abril de 2015), de la
que siempre estuvo aislada por mandato imperial.
Obama debe
mejorar la imagen internacional y de autoridad moral, personal y del
Imperio, después que se comenzara a desenmascarar ante el público la
cara demoníaca de Estados Unidos, últimamente las torturas que efectuaba
la CIA con conocimiento de los máximos niveles de gobierno del régimen,
que salieron a luz desde las mismas entrañas de la bestia. Le quedan
dos años de mandato para dejar marcadas sus huellas en la
excepcionalidad del Imperio diferenciándose de los republicanos. En esta
línea, pretende quedar en la historia con la liberación de presos de
Guantánamo y la normalización de relaciones con Cuba, que por otro lado,
proviene de negociaciones con La Habana, secretas, aún para Venezuela,
que comenzaron en algún momento del período que va desde que el
Comandante Chávez convalecía de su enfermedad en la isla hasta algo
después de su desaparición física (5/3/13), y donde intervino el papa
Francisco.
La intervención de la iglesia católica no ha tenido
hasta ahora, buenos resultados para el socialismo. A pesar de que según
su religión deberían ser neutrales ideológicamente, los jerarcas máximos
de la iglesia católica se inclinan hacia el capitalismo. Aunque no está
claro si el papa Francisco pretende emularlo, cabe recordar como caso
emblemático al papa polaco Juan Pablo II (Karol Wojtyła). Aclamado por
Occidente capitalista como uno de los principales luchadores
anticomunistas del siglo XX, con un papel decisivo para poner fin al
comunismo en Polonia y en toda Europa. Según el último mandatario de la
Polonia comunista, Wojciech Jaruzelski '...La visita de Juan Pablo II a
Polonia en 1979, fue el detonador de los cambios'. También luchó contra
la expansión comunista en Iberoamérica junto a su mano derecha y
sucesor, Joseph Ratzinger. Josep Borrell, presidente del Parlamento
Europeo decía en 2005 '...La historia recordará el determinante empeño
de Juan Pablo II en la reconducción de los Estados de Europa Central y
Oriental hacia la democracia y la libertad. Recordará también, su
actividad, a menudo discreta pero decidida, en favor del diálogo entre
los pueblos y los Estados en conflicto, y por la reanudación de las
negociaciones entre los Estados de Oriente Medio'. En 1989, Gorbachov,
el último presidente de la URSS se reunió con el papa, y más tarde
declaró que lo sucedido en Europa del Este hubiera sido imposible sin la
presencia de Juan Pablo II. Sin embargo durante el pontificado de
Francisco, Juan Pablo II ha sido canonizado, los hechos terminarán por
demostrar mas pronto que tarde, si el papa jesuita se convertirá en el
Wojtyla latinoamericano.
Sin duda la normalización de
relaciones Washington-La Habana aunque continúe el bloqueo económico,
comercial y financiero a Cuba, tiene aspectos positivos. Como aquellos
enfatizados por los medios de comunicación, el regreso de los 3
luchadores antiterroristas cubanos restantes, por el intercambio de
prisioneros a cambio de al menos el espía estadounidense Alan Gross.
También la economía cubana que tuvo grandes golpes con la sanción del
bloqueo (1960) y con la desaparición de la URSS, podría beneficiarse
después del bloqueo. Pero los medios de comunicación poco mencionan, que
el acuerdo expondrá flancos de enorme vulnerabilidad para Cuba, que
obviamente su gobierno no puede desconocer y debería tomar medidas muy
cuidadosas para evitar caer en la trampa. El viceprimer ministro ruso
Dmitry Rogozin declaró al respecto '...No nos fiamos de las palabras de
Washington, no vemos en el águila norteamericana una paloma de la paz.
Su pico de rapaz muestra cómo es en realidad. Probablemente, Estados
Unidos simplemente decidió cambiar la táctica y ahora ahoga con abrazos
en vez de simplemente ahogar. Ya lo veremos'.
La Cuba de Fidel y
el Che, no es la misma que la de Raúl Castro que desde hace años
impulsa cambios para la apertura de la economía en cuanto, al ingreso
del capital extranjero, aumento de relaciones mercantiles, y el
achicamiento general del Estado, menos en los sectores de educación,
salud pública y seguridad. Las acciones de austeridad que el gobierno
viene aplicando, muestran que está considerando al Estado como
excesivamente grande y burocrático respecto de la economía cubana, y ya
están actuando en la isla los primeros inversores extranjeros llegados
de China, España, Brasil y otros países latinoamericanos. Al parecer el
modelo económico cubano pretende algunas similitudes con el de China o
Vietnam. Sin embargo el redimensionamiento del Estado y el grado de
avance del mercado, se puede hacer dentro de un marco realmente
socialista y soberano, o bien encubierto introduciendo criterios del
capitalismo liberal. En los próximos dos años se podrá observar si en
Cuba permaneció invariante el núcleo ideológico original de la
Revolución de Fidel, o si ha ido degenerando en una potencial elite
política que llegado el caso, romperá su compromiso con el pueblo, y se
transformará en oligarquía en connivencia con el poder económico,
enriquecida a costa de las privatizaciones y negociados privados y con
el Estado una vez que se haya consumado la apertura económica, es decir
un proceso con ciertas semejanzas al 'socialismo de mercado' surgido en
China, un pseudosocialismo, que traducido a la realidad es un
capitalismo de mercado con partido centralizado.
La
normalización de las relaciones es el comienzo de una dura prueba para
el futuro de la Revolución. La entrada en masa de los capitales
imperialistas estadounidenses y europeos no viene sola. En toda América
Latina esos mismos con sus quintas columnas locales, son los que han
expoliado los recursos naturales de los países, explotado y hambreado a
los trabajadores y jaqueado y empobrecido a sus pueblos con deudas
externas eternas y usurarias. En un proceso macro-histórico (es decir
medido en generaciones), Cuba deberá soportar una progresiva pero
furibunda penetración cultural, ideológica y la corrupción, que traen
esas inversiones. Con el restablecimiento de las relaciones diplomáticas
el Imperio abrirá una embajada en La Habana (es decir un nuevo dulce
hogar para la CIA), y ya es conocido el dicho que 'si en Estados Unidos
no hay golpes de Estado es porque Washington no tiene embajada'. Obama
usa el softpower caracterizado por el pragmatismo, no pudieron rendir a
Cuba desde afuera con la guerra económica (bloqueo durante 50 años)
entonces la estrategia troyana, van a corromperla desde adentro.
En el mejor de los casos, si el gobierno cubano no retrocede, y
mantiene firmes sus principios, políticas y objetivos socialistas
revolucionarios verdaderos, no cede soberanía ni autodeterminación y
sigue con una política exterior afín a la integración latinoamericana
anti-imperialista y fuera del liberalismo económico, automáticamente
comenzarán, como es un hecho en otros países, las guerras internas
virulentas promovidas desde el exterior.
Así desatarán la
guerra ideológica, psicológica y cultural de la mano de las fuertes
inversiones, tales como el Turismo, los nuevos medios de comunicación
para el bombardeo cultural y la industria del entretenimiento para
plantar la cultura del consumismo y colonizar subliminalmente las
mentes, el intercambio estudiantil y profesional con en el Imperio y sus
centros universitarios del liberalismo económico formadores de
dirigentes, la llegada de grupos religiosos catequizadores y las
consabidas ONG operando in situ, que con la corrupción del dólar
reclutarán localmente grupos sociales disidentes rebeldes con capacidad
para una contra-revolución y para la desestabilización política,
económica y militar, es decir la guerra de organizaciones y de masas,
que finalmente intentarán dar un 'color' a la Revolución. Las
consecuencias para los trabajadores de la entrada en masa del capital
imperialista, por ejemplo en la industria manufacturera y los armaderos
utilizando la mano de obra cubana barata, serán la explotación y la
pérdida de sus derechos adquiridos en la Revolución. Obama dijo
'...Queremos darle poder efectivo a la población cubana, proyectos
humanísticos, apoyar al sector privado cubano y expandir las
telecomunicaciones.
Para Cuba, el bloqueo tiene efectos
criminales sobre la sociedad especialmente en salud y acota y perjudica
fuertemente su economía soberana. Para el Imperio el 'embargo', debería
generar presiones dirigidas a satisfacer sus intereses, sin embargo en
lo político y estratégico no ha dado los resultados esperados, como se
observa por un lado en las Naciones Unidas, y por otro en que ha
inducido un acercamiento a la isla de Venezuela y últimamente de Rusia.
Pero hay más.
Se puede tener presente que Obama utiliza el
soft-power, pero en realidad es parte del smart-power (poder
inteligente). Es decir, cuando se refiere al 'fracaso' del bloqueo de 50
años y de las políticas contra Cuba, significa que el bloqueo
justamente por las carencias y desgracia que produjo en el pueblo
cubano, ha hecho que éste se aglutine y tome conciencia de lucha
identificando un enemigo común, el imperialismo estadounidense. Mientras
el aislamiento del país, actuó como barrera contra los múltiples
agentes y estratagemas que el capitalismo occidental utiliza para
someter a los pueblos a través de sus propias mentes. Todo lo cuál,
contribuyó a una mayor identificación de la mayoría del pueblo con el
gobierno y el socialismo revolucionario cubano. El Imperio conoce muy
bien estos temas, así por ejemplo cuando necesita apoyo y alineamiento
detrás suyo aglutina países enteros fabricando un enemigo común.
Paradojicamente el levantamiento del bloqueo puede en los hechos
debilitar la unidad del pueblo si el gobierno socialista cubano no
contrarresta con medidas inteligentes.
La normalización de las
relaciones entre Cuba y el Imperio que pueden llevar al fin del bloqueo,
esconde un arma de doble filo, y producirá finalmente una victoria,
pero aún está por aclararse para quién...