26.08.2013.
Análisis del inicio de la operación militar del Pentágono contra el régimen de Assad.
El actual conflicto sirio se enmarcaría dentro
de la estrategia diseñada tras la reunión conjunta del general Martin
Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU con el Jefe del Estado
Mayor del Ejército de Defensa de Israel, Benny Gantz y que contaría con
Jordania, Arabia Saudí Turquía y Qatar como colaboradores necesarios
para romper el Eje Teherán-Damasco-Beirut y obligar a Irán a renunciar a
sus aspiraciones de la energía nuclear, siguiendo las tesis
geopolíticas de George Kenna, diplomático y consejero de EEUU en la
década de los 40 e ideólogo de la denominada política de contención de
la URSS, cuando afirma que “ decir que el derrocamiento de los regímenes
hostiles a EEUU es el objetivo principal de los servicios de
inteligencia de EEUU, es un secreto a voces”.
Por otra parte, el acuerdo de cooperación
energética del 2010 entre Irak, Irán y Siria para la construcción del
gasoducto de South Pars a Homms que conectaría el Golfo Pérsico con el
Mar Mediterráneo , relativizaría la importancia estratégica del Proyecto
del Gasoducto Trans-Adriático (TAP), (sustituto del fallido gasoducto
Nabucco proyectado por EEUU para transportar el gas azerí a Europa a
través de Turquía), así como el papel relevante de las monarquías árabes
del Golfo como suministradores de crudo a Occidente, explicaría el afán
de Qatar, Arabia Saudí y Turquía por defenestrar a Al-Asad, dentro del
rol que se les ha asignado como peones de la partida geoestratégica que
podremos contemplar en el próximo quinquenio.
La línea de inflexión de Obama:
El incidente por el presunto uso por el régimen de Assad de armas
químicas en las proximidades de Alepo denunciado en marzo de este año,
tuvo como efecto colateral el esbozo por Obama de su línea roja , al
afirmar que “el eventual uso de armas químicas por parte del régimen de
Al Assad abriría la posibilidad de una intervención militar”, pues las
armas químicas están calificadas como armas de destrucción masiva por
las Naciones Unidas y su uso, producción y almacenamiento se encuentra
prohibida por la Convención sobre las Armas Químicas de 1993.
Sin embargo, Obama exigió una comprobación
fehaciente “in situ” de la veracidad del ataque , confiando en las tesis
de Brzezinski, ex-asesor de seguridad nacional de la Casa Blanca bajo
la presidencia de Jimmy Carter, quien advirtió ya en junio sobre los
peligros de una intervención en Siria y sobre el riesgo de una supuesta
victoria de los rebeldes tras aseverar que “temo que la situación en
Siria se dirija hacia una intervención estadounidense que carezca de
eficacia" y expresar su perplejidad “tras la decisión de la CIA de
desestabilizar Siria y derrocar a su Gobierno cuando los rebeldes son
más hostiles para nosotros que Al Assad”.
Sin embargo, el impacto mediático de la
difusión el pasado 21 de agosto de 2013 por la Coalición Nacional Siria
(CNFROS), de las imágenes de centenares de cadáveres, (provocados según
la oposición por las autoridades sirias tras bombardear con gas sarín la
región de Ghoutta, (hecho corroborado por la ONG Médicos sin Fronteras
que en un comunicado habría rebajado la cifra de muertos a 355 pero sin
confirmar la autoría), obligará al dubitativo Obama a traspasar su
Rubicón particular y adentrarse en el avispero sirio.
Así, aunque según la televisión estatal siria,
el Gobierno de Bashar al Assad habría llegado a un acuerdo con los
inspectores de la ONU por el que podrán comenzar su investigación en el
lugar en el que presuntamente ocurrió un ataque con armas químicas el
pasado miércoles cerca de Damasco, la decisión de atacar Siria estaría
ya decidida, por lo que EEUU habría reaccionado con escepticismo al
anuncio de Damasco señalando que “el anuncio del régimen sirio llega muy
tarde para ser creíble”, según AFP .
Recordar que ya en 2003,
Estados Unidos utilizó la acusación de posesión y uso de gases de
combate por parte del gobierno de Irak como justificación para agredir
ese país y que el entonces secretario de Estado, Colin Powell llegó
incluso a mostrar una ampolleta de gas licuado como prueba de aquellas
alegaciones, aunque sólo después de la destrucción de Irak, el propio
Powell reconoció que aquellas supuestas pruebas eran falsas y que él
mismo había mentido a la comunidad internacional.
Inicio de la ofensiva terrestre:
Según el diario alemán Die Welt , sólo un cinco por ciento de las
bandas opositoras armadas que tratan de derrocar al presidente Bashar
al-Assad estarían integradas por sirios del Ejército Libre Sirio (ELS),
estando el resto de la “insurgencia armada” compuesto por grupos
extremistas procedentes de Libia y de países de África que vinieron a
Siria para la llamada Yihad o Guerra Santa, como el Frente al Nusra,
vinculado a Al Qaeda en Irak, o Anhar al Sham, que propugna un tipo de
Gobierno para Siria similar al que impusieron los talibanes en
Afganistán.
Recordar que la oposición siria habría sufrido en
los últimos meses varios reveses significativos en el campo de batalla y
tiene actualmente dificultades para mantener bajo su control los
últimos reductos de la ciudad de Alepo, ante el empuje del Ejército de
Assad, apoyado por milicianos de Hezbolah.
Según el diario Der
Spiegel, EEUU usaría a Arabia Saudí como intermediario para entregar a
los rebeldes sirios misiles tierra-aire de corto alcance de tipo
MANPADS, (misiles portátiles que pueden alcanzar aviones o helicópteros
que vuelen a baja altura y que ya fueron utilizados en 1.980 por los
muyahidines afganos contra las tropas soviéticas), aunque entre las
cancillerías europeas existe el temor de que dicho sofisticado armamento
caigan en manos de seguidores de Al Qaeda o del wahhabísmo salafista
pudiendo luego ser utilizadas contra los intereses occidentales.
Por
ello, un primer grupo de 250 rebeldes entrenados en tácticas de
operaciones especiales por instructores de EE.UU. y Jordania (con
armamento de origen ruso suministrado por Arabia Saudita y bajo mando
conjunto de Estados Unidos y Jordania) y un segundo grupo de 300
combatientes habrían cruzado la frontera desde Jordania y estarían
cooperando con grupos rebeldes locales sin vínculos con el yihadista
Jabhat al-Nusra (Al Qaeda en Siria) ,según Debkafiles.
Dicha
ofensiva terrestre habría visto la luz verde tras la visita realizada
por el general Martin Dempsey, jefe del Estado Mayor Conjunto de EE.UU. a
las fuerzas estadounidenses desplegadas en Jordania y tras inaugurar la
sala de guerra subterránea cerca de Amman para el mando de la operación
en Siria, según las mismas fuentes militares de Debkafiles y el plan de
Washington consistiría en controlar la zona de Deraa para crear una
zona de contención y una zona de exclusión aérea en el sur según el
diario francés Le Figaro, mientras que EE UU habría dejado en territorio
jordano a un millar de soldados responsables de la flota de drones,
misiles Patriot y aviones F-16 necesarias para implementar la zona de
exclusión aérea que permita dibujar una franja que llegaría por el norte
hasta Deraa y por el esta hasta Jabal, territorio que abarcaría la
futura República Libre Siria.
Zona de exclusión aérea:
Por otra parte, EE.UU. habría sopesado la posibilidad de establecer una
zona de exclusión aérea en Siria, (posiblemente cerca de la frontera
con Jordania mediante armas tele-dirigidas y misiles Patriot en Turquía,
según informó Reuters citando a diplomáticos occidentales). Así,
Elliott Abrams, un responsable en las administraciones de Bush y Reagan,
afirmó que "el uso de las fuerzas aéreas de Asad ha sido una enorme
ventaja para su régimen, y su eliminación o debilitamiento inclinarían
la balanza para los rebeldes", según cita la agencia Reuters.
Recordar
que la implementación de dicha zona de exclusión, serviría para detener
los bombardeos del régimen sobre los rebeldes y estaría acompañada de
la apertura de pasillos humanitarios para atender a los millones de
sirios que no pueden cubrir a diarios sus necesidades básicas (la ONU
estima que casi 7 millones de personas requieren ayuda de emergencia),
pero dicha medida implicaría neutralizar los sistemas de defensa aérea
del régimen y derribar aviones sirios. Sin embargo, según advierte
Frederic Hof, ex-representante especial de Estados Unidos a Siria, “las
zonas de exclusión aérea no acabarían con el principal asesino, la
artillería, pues Siria dispone de un efectivo sistema de defensa
aérea que pondría las cosas muy difíciles a los aviones de EE.UU. o de
una hipotética coalición internacional” y dado que la decisión de
implantar la zona de exclusión aérea sólo podría ser tomada por el
Consejo de Seguridad de la ONU, (opción descartada al ser Rusia miembro
de dicho Consejo con derecho a veto), caso de implementarse por EEUU
,estaría de nuevo incumpliendo la legalidad internacional.
La ONU como convidado de piedra:
George Kennan en una de sus citas más conocidas, afirma
“Ocasionalmente, las Naciones Unidas sirvieron para un objetivo útil,
pero a la larga han creado más problemas que los que han resuelto y han
llevado a una dispersión de nuestros esfuerzos diplomáticos y en
nuestros esfuerzos para utilizar la mayoría en Naciones Unidas para
propósitos políticos importantes, estamos jugando con un arma peligrosa
que algún día puede volverse contra nosotros mismos. Es una situación
que justifica por nuestra parte estudios y previsiones cuidadosos”, con
lo que EEUU proseguirá con su endémica política de desprecio al Derecho
Internacional y no sería descartable la utilización del precedente
Kosovo, alegando motivos humanitarios.
La situación actual en
Siria tendría mucho en común con los prolegómenos de la guerra de
Kosovo, pues aunque en ambos casos los enfrentamientos entre las
fuerzas gubernamentales y milicianos en esa región serbia dejaron
cientos de muertos civiles, Rusia,( aliada de Serbia y con derecho a
veto), se opuso a una intervención militar en el Consejo de Seguridad de
la ONU, hasta que la acusación hecha por los separatistas albaneses
contra las fuerzas serbias de asesinato de civiles,(Masacre de
Srebrenica), sirvió de pretexto suficiente para que la OTAN lanzara un
bombardeo de 78 días contra la entonces Yugoslavia, una operación
decidida por el entonces Presidente Clinton sin contar con la
autorización de la ONU.
En consecuencia, en los próximo días
podríamos asistir al inicio de la operación militar bautizada como
“Free Syria”, con EEUU encabezando una coalición internacional que
contaría con Reino Unido, Francia, Turquía, Jordania, Qatar y Arabia
Saudí como colaboradores necesarios y que previsiblemente se limitará a
una puesta en escena en la que los actores participantes usarán el
escenario sirio como banco de pruebas para un posterior conflicto a gran
escala que englobará a Israel y Egipto y que podría reeditar la Guerra
de los Seis Días en el horizonte del próximo quinquenio.
GERMÁN GORRAIZ LOPEZ- A