A
menos de un mes de las elecciones del próximo 7 de octubre en
Venezuela, que aparecen como un plebiscito para dar continuidad a la
Revolución Bolivariana liderada por el presidente Hugo Chávez Frías, el
país vive un ritmo indescriptible, las mareas de banderas rojas
“chavistas” inundan las calles y en los barrios populares es evidente
la esperanza la población en que el proceso de cambios profundos
comenzado en 1998, saldrá triunfante de este nuevo desafío.
La población entiende muy bien la importancia de estas elecciones no
sólo a nivel interno, sino para avanzar hacia la consolidación de la
integración y unidad latinoamericana y caribeña.
Este bloque regional desafiante enerva a Washington, que destina
millones de dólares para sostener a las derechas locales e incluso
impone candidatos, aunque tengan pocas luces, como se está viendo en
Venezuela.
La oposición de derecha, bajo asesoría y financiación externa que
nadie disimula, se ha unido incluyendo los dos partidos tradicionales,
Acción Democrática (AD) y el socialcristiano (COPEI)en torno a la
candidatura de Henrique Capriles Radonski. un empresario favorito de
Estados Unidos e Israel, con un historial ligado al golpismo, jugando
un rol protagónico en el asedio a la embajada cubana en Venezuela
durante el golpe contra Chávez en abril de 2002.
Estados Unidos no sólo intenta golpear a Venezuela sino al bloque de
integración regional, que a pesar de las diferencias de sus gobiernos y
la debilidades que aún amenazan, intenta un camino emancipatorio.
Los objetivos de esta unidad son liberadores del poder hegemónico del
cuál aún son dependientes las naciones que conforman América Latina y
el Caribe, salvo Cuba cuya resistencia resulta épica por lo mismo.
Es por eso que en Venezuela se juega en estos momentos también el
futuro latinoamericano, entendiendo que el presidente venezolano ha sido
la figura más potente en el camino de unificar e integrar, más allá de
acuerdos de escritorio.
Chávez, ya planteó desde su manifiesto en el alzamiento-
cívico-militar- en febrero de 1992, la necesidad urgente de la unidad
latinoamericana, como el viejo sueño de los patriotas que derrotaron al
colonialismo español en diversas batallas en el siglo XIX mediante la
unidad de los pueblos y ejércitos, como los que comandaban el
venezolano Simón Bolívar y el argentino José de San Martín.
La independencia lograda fue castrada de raíz por Estados Unidos que
entró rápidamente a jugar su juego expansionista, imponiendo formas
diversas de colonialismo y neocolonialismo encubierto,
La región bajo hegemonía imperial, fue intervenida a lo largo de
todo el siglo XX para impedir que surgieran gobiernos desafiantes,
sembrando de dictaduras a América Latina.
Entender que los organismos de integración como la Alianza
Bolivariana para los pueblos de América (Alba), la Unión de Naciones
Suramericanas (Unasur), la Comunidad de Estados Latinoamericanos y
Caribeños y el Mercado Común del Sur (Mercosur), están trazados con un
criterio emancipatorio, hace la diferencia con lo que es la Unión
Europea, tan debilitada hoy.
Por eso Venezuela resulta una nación estratégica para la unidad en estas circunstancias.
Después de las dictaduras, que dejaron un genocidio en el siglo XX, y
dentro del mismo esquema de dominación, en Estados Unidos se planearon
en 1990, las nuevas “democracias” tuteladas que debían sucederlas. En
esos años fue aplicado el llamado Consenso de Washington y el
neoliberalismo rampante asoló la región, derivando en un asalto a los
estados nacionales, diezmando éstos, destruyendo s logros sociales,
educativos y culturales, acumulados después de largas y cruentas luchas,
lo que llevó a las resistencias locales.
La explosión popular contra las primeras medidas neoliberales que
intentó imponer el gobierno del socialdemócrata ex presidente Carlos
Andrés Pérez (AD) en Venezuela produjo lo que se llamó el “caracazo” en
febrero de 1989. una rebelión que ganó las calles y fue reprimida
violentamente dejando unas mil víctimas fatales y centenares de heridos.
Cayeron entonces las máscaras de las falsas “democracias”
venezolanas y se pusieron en evidencia los pactos de los partidos de la
burguesía que aseguraban la permanencia de un bipartidismo con la
exclusión de las mayorías venezolanas.
Una clase oligárquica, de escaso desarrollo político, era la
beneficiaria absoluta de los dividendos del petróleo y fue construyendo
una capital (Caracas) como una ciudad “saudita, no en las arenas de un
desierto, sino entre montañas verdes que quedaron escondidas en un
extraño paisaje.
Por un lado los rascacielos desafiantes y por el otro los “barrios”,
edificados en las alturas, como las favelas de Brasil, multicolores,
mirados como un manto de estrellas bajas en las noches, frente a la
opulencia de los nuevos ricos y los políticos voraces.
Esto lleva a entender los planteamientos hechos por Chávez quien al
frente de jóvenes militares, estudiantes y grupos de izquierda se
rebeló en febrero de 1992 lo que fue caracterizado como un típico
“golpe militar” a los que estaba acostumbrada América Latina.
Pero este tenía particularidades: no era un golpe planeado en
Washington y sus propuestas eran revolucionarias al declarar que los
militares se negaban a ser usados para reprimir al pueblo y su programa
advertía contra las falsificaciones democráticas, la corrupción
reinante, la necesidad de la participación popular y recuperación
soberana. Manifiesto cuidadosamente ocultado por los medios masivos de
comunicación.
Chávez se diferenció así del golpismo común en la región y aunque fue
derrotado continuó trabajando en sus dos años de cárcel creando un
Movimiento Bolivariano Revolucionario 200 que fue base para el
crecimiento de otro movimiento más amplio y finalmente integró con
fuerzas de izquierda, nacionalistas también de izquierda y otros, un
Polo Patriótico, ganando las elecciones el 6 de diciembre de 1998,
rompiendo el bipartidismo reinante.
Esta corta reseña es clave para entender en qué momento político surge la figura de Hugo Chávez Fría en Venezuela.
La revolución bolivariana iniciada desde que Chávez asume la
presidencia ya ha cumplido trece años durante los cuáles hubieron 16
procesos electorales en 15 de los cuales se impuso el gobierno.
En este período, y desde 2003 comenzaron a surgir gobiernos elegidos
por voluntad popular en América Latina, que cambiaron el escenario en
la región, y expresaron las grandes rebeliones contra el
neoliberalismo, un huracán despiadado derrotado en las calles y
carreteras por las rebeliones populares.
Chávez logró que el pueblo votara a favor de una Constituyente que
elaboró una de las Constituciones más avanzadas en América Latina, donde
el pueblo y sus necesidades está en primer lugar y también es un camino
abierto a la recuperación de soberanía e independencia. Volvió a
exponer su cargo sólo un año después de haber ganado las elecciones de
1998 ganando en 1999, aumentando su caudal de votos.
En todo este proceso y el que siguió las masas populares lograron
una experiencia de participación, protagonismo y presencia como nunca
había sucedido en el país.
Frente a este surgimiento y desde esos primeros años, se organizó una
oposición ideológicamente pobre, que era dueña de monopolios de la
información con intereses trasnacionalizados, que a lo largo de estos
años ha recurrido a todas las formas de desestabilización posible.
Asi se produjo el golpe de Estado de abril de 2002 que puso en el
escenario las verdaderas características de una oposición violenta y las
groseras manipulaciones mediáticas, repetidas por las cadenas mundiales
del poder hegemónico.
El golpe financiado y dirigido por EE.UU, como se comprobó
fehacientemente, fue una de las mayores derrotas para esa oposición y
para Washington y por primera vez en la historia de América Latina, el
pueblo sin armas, con un pequeño libro de la Constitución en sus manos,
dio una lección de democracia al mundo y acompañada por un fuerte sector
del ejército-otro movimiento ejemplar- lograron derrotar el golpe. En
48 horas Chávez fue rescatado de su secuestro y regresado a su cargo
presidencial.
No fue el único golpe, vendrían luego el paro patronal, que intentó
paralizar y desabastecer al país y no pudo hacerlo, porque la
imaginación popular también lo derrocó, al crear formas de
abastecimiento, que darían lugar a la aparición de mercados populares, y
a la desaparición de intermediarios que encarecían los alimentos.
A fines de 2002 y principiosd de 2003 fue el paro petrolero, tan
fuerte como un nuevo golpe de Estado, con sabotajes incluído y con el
robo de la tecnología más avanzada en la informática. Fue derrotado
nuevamente.
De cada golpe y otros que vinieron, Chávez no sólo logró salir
triunfante sino que, como en el caso del petróleo, recuperó para el país
la empresa clave.
LOGROS
“Las empresas del sector tributaban, hasta entonces, poco más del uno
por ciento de impuestos”, relata Nelson Merentez, actual presidente del
Banco Central y ex-ministro de Finanzas, “El gobierno elevó esa tasa
al 33% y hizo de PDVSA socia mayoritaria de todas las compañías del
sector, además de poner a la propia estatal bajo su comando. Antes, era
un Estado dentro del Estado.”
Con la derrota del paro, el gobierno pudo apoderarse de la principal
palanca para el desarrollo venezolano. Pero no sólo esto sino que
recuperó la relación con los países productores unidos en la OPEP, para
lograr la reducción de la producción petrolera, con el precio del barril
subiendo a US$ 23 en diciembre de 1999 e iniciando una escalada que
llegaría a más de US$ 100 en los últimos años. Las condiciones
económicas comenzaron a cambiar.
Ya en 2004 se fijó como prioridad la expansión de los programas
sociales, Este es otro inusual aspecto. Impedido por las burocracias
estatales de avanzar en estos proyectos Chávez creó las “misiones”;
Robinson para la alfabetización, lo que se logró rápidamente; Vuelvan
caras” para luchar contra el desempleo,lo que también logró derrotar;
“Barrio Adentro”, que significó la atención directa de salud para
decenas de miles de venezolanos por primera vez y tantas otras
similares. Cuba fue clave en Robrinson y Barrio adentro por su
colaboración con maestros y médicos.
El gobierno desafió la desinformación absoluta, con la presencia
directa de Chávez en “Aló presidente “, todos los domingos informando a
la población y demostrando las mentiras más violentas contra su
gobierno, con documentos y testimonios, lo que significó el mejor
mensaje didáctico para el pueblo.
También propuso intercambios directos en el caso de salud: petróleo
por médicos con Cuba. En Argentina cuando este país estaba en una
crisis energética concretó el intercambio de petróleo por vacas y
equipos para desarrollar agricultura, ya que la Venezuela “saudita”
importaba todo, incluso alimentos fáciles de producir en un país
esencialmente verde.
Además pensando en las asimetrías regionales, ofreció petróleo a los
países más pequeños con créditos a largo plazo y ayudas que, marcaron un
nuevo camino en América Latina. Contribuyó decisivamente a concretar la
integración hasta ese momento sólo posible en acuerdos y papeles
difusos.
Además de combatir la dramática situación de pobreza, miseria y
destrucción de los servicios públicos que había heredado en su país,
este fue también uno de los caminos para aumentar tanto el consumo
familiar, como los gastos lo que generó una amplia recuperación de la
economía, del empleo y de la renta.
La elevación del precio internacional del petróleo, se asoció en
Venezuela a inversiones sociales y de nuevos proyectos de
infraestructura, que han cambiado radicalmente al país, como reconocen
los organismos internacionales.
” En el segundo quinquenio de Chávez, el país tuvo el mayor índice de
crecimiento del PBI de Sudamérica y uno de los más altos de mundo. El
salto fue de un 61,20% en el período, un promedio anual superior al
10%. Sólo volvería a bajar en 2009 (-3,3%) y 2010 (-1,4%), durante la
crisis internacional, para volver a crecer en 2011 (4%), señala Nelson
Merentez.
Estos recursos destinados a los programas sociales convirtieron a
Venezuela en el país con menor desigualdad social del subcontinente,
reduciendo drásticamente la miseria entre otros indicadores positivos.
“Pero también sirvieron, particularmente tras 2006, para dotar al
Estado de mecanismos más potentes de intervención en la economía. Fondos
públicos fueron creados para financiar la industrialización y la
infraestructura, además de inversiones sociales. Actualmente, el más
importante de ellos es el Fonden (Fondo de Desarrollo Nacional), creado
en 2005 con un capital inicial de US$ 6 mil millones, pero que alcanza,
en 2012, casi US$ 100 mil millones”, añade.
Abastecido por la receta tributaria del petróleo y por reservas del
Banco Central, este fondo, que hoy tiene en su cartera más de 400
proyectos de gran porte, permitió al Estado nacionalizar empresas de
sectores estratégicos, realizar obras logísticas e incentivar programas
sociales.
Explica Merentez que aunque las nacionalizaciones hayan sido
originalmente planificadas para alcanzar sólo algunos segmentos
estructurales de la economía (energía, telecomunicaciones y sistema
financiero), terminaron por extenderse, a veces de forma caótica, a
otros rubros y actividades. “Muchas de las adquisiciones de empresas por
el Estado fueron tomadas para resolver embotellamientos en la
producción, problemas de oferta, resistencias de los capitalistas a
políticas del gobierno o demandas de los trabajadores”.
LAS ESTRATEGIAS DE WASHINGTON Y LAS RESPUESTAS
La fuga de capitales fue una de las estrategias más utilizadas por
los empresarios alentados por Washington. De acuerdo al Banco Central
después de reelección de Chávez a fines de 2006, en pocas semanas
fueron remitidos al exterior más de diez mil millones de dólares, lo que
obligó al gobierno a que cualquier proceso de remesa o de importación
pasara por un estricto sistema de autorización.
“No somos una economía neoliberal”, dice Merentez.”Nuestra lógica no
es recortar la demanda para proteger la remuneración del capital a
cualquier costo, sino ampliar la oferta a través de inversiones
crecientes en las distintas formas de propiedad.”
Leyes recientes fijaron la combinación de cuatro tipos de economía.
El primero, el de control estatal, potencialmente orientado a los
pilares ya mencionados del desarrollo nacional. Otro, de carácter
privado y relativo a la competencia, que se concentra en los nichos que
no afectan al funcionamiento estratégico del país. El tercero, de
capital mixto, representa la asociación del Estado a empresas privadas
nacionales o compañías extranjeras. Finalmente el cuarto, que alberga la
economía cooperativa y comunal, de propiedad de los consejos comunales y
centrada en la autogestión.
“Esta cuarta forma de propiedad, que se basa, un poco, en los métodos
conducidos por la Yugoslavia de Tito entre los años 1950 y 1980, es
actualmente el orgullo de distintos dirigentes del país. Básicamente, se
trata de una estrategia de iniciativa empresarial colectiva, a través
de la cual los propios ciudadanos, y sus organizaciones, crearían
empresas capaces de ofrecer servicios, producir bienes de menor
complejidad tecnológica y incluso abastecer parcialmente la demanda
alimenticia”
También “el desarrollo de la economía comunal es fundamental para que
derrotar la inflación y evitar situaciones de escasez(…)Buena parte de
los productos y servicios fundamentales para la población se pueden
poner en práctica a nivel local, atendiendo a la demanda y generando
renta en donde viven los ciudadanos, bajo su control y propiedad.”
El sueño de una economía sin Estado ni patrón no es propiamente una
novedad. Pero en Venezuela es fomentado por una formidable receta
petrolera, hoy enteramente bajo tutela del gobierno, que incluso se
puede dar el lujo de dar alas a la imaginación.
Por otra parte la integración suramericana es el centro de la
política exterior de Chávez y la Reforma agraria es la apuesta para la
independencia alimenticia de Venezuela que comenzó a aparecer en el
mapa del mundo y especialmente en América Latina a partir de este
gobierno.
LA OPOSICIÓN ELECTORAL
La alianza opositora, de la que en los últimos días se han apartado
algunos sectores, ante el hecho de que Capriles Radonski había ocultado
su programa neoliberal y su proyecto de romper con la unidad regional,
ha quedado a más de entre 18 y 25 puntos de distancia de Chávez en las
últimas encuestas Ante esta situación y con la decisión del presidente
de EE.UU Barack Obama, se han destinado en Washington 20 millones de
dólares para diversos planes destinados a obstruir el proceso electoral
acusando fraude y otras alternativas mucho más graves.
Pero el tema del fraude no será posible, por el nuevo y moderno
sistema electoral incorporado, único en la región y que se probó el
pasado 28 de agosto en un simulacro que fue elogiado por los veedores
internacionales de distintos países.
Pero hay amenazas más graves, después que el ex presidente Alvaro
Uribe, amparado por Washington confesara que “no había tenido suficiente
tiempo de gobierno para invadir Venezuela” y luego que jefes
paramilitares colombianos también mencionaran -en los juicios a los que
están sometidos-que empresarios venezolanos intentaron contratar sus
servicios para derrocar a Chávez y asesinarlo.
Ha habido varios intentos de magnicidio frustrados. Ya en enero
2005, la entonces secretaria de Estado, Condoleezza Rice, dijo que
Chávez era “una amenaza” para la región”. Justo después, la Agencia
Central de Inteligencia (CIA) colocó a Venezuela como un país
“indeseable” y unos días más tarde el reverendo Pat Robertson
(republicano)declaró públicamente que era mejor “asesinar” a Chávez de
inmediato.
Desde entonces hasta ahora la guerra encubierta y psicológica-a
través de los medios masivos y la corporación mundial- contra Chávez no
ha tenido tregua y esto se advierte como una sombra en las próximas
elecciones , que están bajpo amenazas militares de crear alguna
“rebelión popular” e introducir mercenarios por distintas fronteras
como en Libia o en Siria.
OBSESIÓN ANTI-CHÁVEZ
En la prensa internacional, afirman que Chávez es un dictador,
tirano, autoritario, anti-americano, terrorista, pero nunca presentaron
pruebas. Convirtieron la imagen de Venezuela en violencia, inseguridad,
crimen, corrupción y caos, sin mencionar nunca los grandes logros y
avances sociales durante la última década, ni las causas de las
desigualdades sociales dejadas desde gobiernos anteriores, advierte el
analista Juan Romero.
Durante años, un grupo de congresistas estadounidenses, demócratas y
republicanos, han intentado colocar a Venezuela en su lista de “estados
terroristas” por su relación con Cuba, Irán, Rusia, China y otros ,
como evidencia de la “grave amenaza” que el país suramericano representa
para Washington.
El candidato presidencial republicano Mitt Romey amenaza con “avabar
con Venezuela”. El presidente Barack Obama declaró en estos días que
Chávez no era una amenaza para la seguridad de Estados Unidos pero ante
las presiones de lso grupos de Miamy y los republicanos envió más de
20 millones de dólares a las agencias estadounidenses para la campaña
opositora en Venezuela.
¿Es Venezuela una amenaza para Washington?. No “lo que amenaza es el
ejemplo de lo que se puede hacer en un país con soberanía “, dicen los
trabajadores agrupados ahora en nuevas asociaciones sindicales, que no
están ligadas a las patronales ni a Washington.
En 2009 el golpe en Honduras y en el 2012 el golpe de Estado
parlamentario en Paraguay fueron dos mensajes para la región, Pero esta
sigue avanzando y por eso los pueblos organizados en América Latina han
lanzado una consigna que “toda América vota por Chávez” el próximo 7 de
octubre.