23.09.2012
El 7 de octubre los venezolanos votarán para presidente y en
diciembre tendrán elecciones regionales. Para la mayoría de las
encuestas ganará Hugo Chávez por 12 puntos.
En febrero pasado los partidos de la
oposición, reunidos en la Mesa de Unidad Democrática (MUD), realizaron
una interna y eligieron a su candidato presidencial Henrique Capriles,
de la centro-derechista Primero Justicia. Tampoco a estos políticos los
amuchaba el amor sino el espanto a que Chávez ganara otro mandato. Es
que en los últimos días, algunos de esos partidos desertaron del MUD en
medio de dos denuncias que afectaron la imagen de Capriles.
Una: un diputado de su más cercano
entorno, Juan Carlos Caldera, apareció filmado recibiendo un sobre
abierto con dinero y concertando una entrevista en el exterior entre el
"donante" y el candidato presidencial. Un parlamentario del partido Un
Nuevo Tiempo, William Ojeda, reclamó sanciones para el sospechado de
corrupción, pero resultó el mismo separado de la mesa opositora.
Dos: David de Lima, ex gobernador y de
ese espacio centro-derechista, reveló la existencia de un plan económico
neoliberal, llamado "paquetazo" neoliberal, con las medidas que
aplicaría Capriles en caso de llegar al Palacio de Miraflores. "Primeras
ideas de acciones económicas a tomar por el gobierno de la Unidad
Nacional (2013)" preconiza reducir el gasto público, apartar al Estado
de toda actividad comercial o productiva, reducir las misiones sociales,
abrir la generación eléctrica a empresas privadas y quitar a la
petrolera PDVSA de toda acción fuera de la estrictamente comercial (hoy,
como en su tiempo la argentina YPF, esa compañía financia proyectos
sociales sobre todo adentro pero también fuera de Venezuela).
Fue a raíz de esta doble revelación que
Unidad Democrática, Piedra, Manos por Venezuela y Cambio País, hasta
hace pocos días integrantes de la MUD, concurrieron al Consejo Nacional
Electoral para quitar formalmente su apoyo a Capriles.
Fueron dos mazazos a la humanidad del
candidato, gobernador en uso de licencia del estado de Miranda, quien
buscó despegarse de tan engorrosos asuntos. ¿Hasta qué punto podrá haber
amortiguado esos golpes políticos? El "paquetazo" podría implicarle un
precio político muy alto, porque hasta entonces su discurso de campaña
procuraba no malquistarse con las franjas humildes de la población que
ven muy bien las "misiones sociales" del gobierno bolivariano. "Barrio
Adentro" en salud, "Misión Robinson" en educación y otros programas
sociales han permitido mejorar sensiblemente los índices de Venezuela.
Por eso, en forma oportunista, Capriles decía que eran planes que debían
mantenerse y mejorarse, según él quitándoles el costado "chavista",
"clientelar" y de "dispendio" que supuestamente tenían.
Ahora al develarse sus verdaderas
intenciones privatizadoras y neoliberales, quedó expuesto a que
muchísimos venezolanos se vuelvan más esquivos que antes a la hora de
votarlo.
Hay casi 19 millones de ciudadanos en
condiciones de votar este 7 de octubre. Si Chávez gana tendrá habilitada
su estancia en Miraflores para el sexenio 2013-2019, con lo que -si su
salud se lo permite- habría completado veinte años de gobierno.
Lo que dicen las encuestas.
Lo que dicen las encuestas.
El tercer elemento que viene trastocando los planes de la variopinta oposición son los sondeos de opinión, que han sido muchos en estas semanas y meses. Por ejemplo, a diferencia de las encuestas sobre los próximos comicios estadounidenses, donde se han registrado cambios en los porcentajes y hasta en el supuesto ganador, las referidas a Venezuela tuvieron una constante.
Prácticamente todos los estudios
coinciden en que el vencedor será Chávez y apenas difieren en la ancha
luz de ventaja sobre Capriles: algunos miden como mínimo diez puntos y
van hasta un techo de dieciocho. Las proyecciones de los indecisos no
alteran ese resultado ni esas diferencias apreciables entre el candidato
del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV)-Polo Patriótico y el
de la MUD.
Para Datanálisis, Chávez le saca 14,7 puntos de ventaja al opositor, según un sondeo divulgado el 19 de setiembre. Por su parte Jesse Chacón, de GIS XXI, sostuvo que según sus estudios, el presidente obtendrá el 56 por ciento de los votos contra el 44 por ciento de Capriles.
Otras firmas especializadas fueron dando
a conocer guarismos que favorecen a Chávez: Hinterlaces le adjudicó un
50 por ciento sin contar indecisos; International Consulting Services
(ICS), le dio 63 y "Consultores 30.11" un 56,5).
Uno de los más recientes informes, de la
encuestadora North American Opinion Research (NAOR) indicó que "un 60
por ciento de la población votaría por Chávez y el 35 por ciento lo
haría por Capriles, mientras que un cinco no sabe, no responde o votará
por otro postulado".
Quiere decir que la mayoría de las
encuestadoras no tiene dudas de quién será el vencedor de la puja
electoral del segundo domingo de octubre. Siempre hay una excepción. El
lunes 17/9, una columna de opinión sostenía: "Interdata, de fecha 12 de
septiembre de 2012, muestra como ganador a Henrique Capriles con el 52%
de las respuestas a su favor, contra un 48% para Hugo Chávez".
Conviene identificar el medio y el
columnista: diario "La Nación" de Buenos Aires y Emilio Cárdenas, ex
banquero del Banco República de Nueva York y ex embajador menemista ante
la ONU. El banquero imaginó: "Para Capriles poder coronar con éxito una
empresa como la que iniciara, contra viento y marea, lo transformaría
inmediatamente en un referente regional. Porque poder, de pronto,
transparentar todo lo hecho por el régimen de Hugo Chávez desde la
opacidad, sería una ducha de realismo sobre toda suerte de actividades,
incluyendo las del clientelismo, la intervención en asuntos internos de
otros estados y el narcotráfico, que podría impulsar una profunda
transformación de la política continental".
Su odio a Chávez permite dudar de su objetividad y de la encuesta de Interdata que citó.
Las cartas de Hugo.
Las cartas de Hugo.
Si los tropiezos de la candidatura opositora fueron varios, hay que puntualizar que las chances del bolivariano no se beneficiaron tanto de ese factor como de los méritos propios.
La estatización de la petrolera PDVSA,
completada luego del lock out patronal-opositor-mediático de fines de
2003 y la victoria en el referendo revocatorio de 2004, cuando esos
sectores oligárquicos quisieron sacarlo de Miraflores, brindó los
elementos materiales para el "socialismo del siglo XXI". La producción
diaria de 3 millones de barriles de petróleo y la certificación de las
reservas más importantes del planeta, con centro en la Faja del Orinoco,
le dieron al gobierno una ancha base de sustentación social.
Si se enfoca el tema educativo, los
avances fueron espectaculares. Para los tres niveles de enseñanza
básica, el gobierno asignó el año pasado 10.465 millones de dólares,
equivalentes al 10 por ciento del Producto Bruto Interno.
El contraste con lo que ocurría con la
"IV República" de antes de 1999 queda a la vista. En 1998 sólo había
119.000 estudiantes que recibían un vaso de leche en la escuela; hoy hay
4.300.000 que tienen merienda y almuerzo. "Esto requiere voluntad
política y recursos", evaluó el presidente en uno de los actos de
proselitismo.
Esas escuelas están teniendo más
servicios de Internet y telecomunicaciones. Un cable de Prensa Latina
dio cuenta que la Cantv (Teléfonos de Venezuela) puso en funcionamiento
en la escuela de Sinamaica la antena número 5.000 "que conecta con el
satélite venezolano Simón Bolívar y garantiza el acceso a los servicios
de Internet y las telecomunicaciones".
Otra prioridad para el gobierno viene
siendo enfrentar el déficit de viviendas. Esta semana Venezuela y China
suscribieron un acuerdo para ampliar la producción de la planta Cementos
Andino, en el estado de Trujillo.
"Hace falta cemento porque vamos a
producir 300 mil casas por año en el próximo sexenio, se necesita
cemento para hacer el tramado ferroviario, para las represas y centrales
hidroeléctricas y para las nuevas estaciones y líneas del Metro",
aclaró uno de los funcionarios intervinientes en el compromiso con la
china Catic Beijing.
Por cierto que la Venezuela Bolivariana
no es un dechado de virtudes solamente. Tiene sus problemas en materia
de inflación, inseguridad y casos de corrupción que -nacidos de la clase
empresaria- salpican también a algunos funcionarios. Pero es mucho lo
avanzado en estos casi 14 años; período -donde conviene recordarlo- se
ha realizado casi una elección por año, todas menos una ganadas por la
fuerza bolivariana.
Nunca se debe dar por resuelta una
elección antes de contar hasta el último voto. Algo de eso pensó el
mandatario cuando espoleó a su militancia a trabajar hasta el último
minuto, para obtener el 70 por ciento y 10 millones de votos. Llamó a
este resultado "una victoria perfecta". ¿Podrá lograrla?
Por lo pronto, su contrincante se negó a
firmar un compromiso mutuo de respetar los resultados y la MUD agita,
con el eco de Estados Unidos, el fantasma de un "fraude electrónico".
Están abriendo el agujereado y desvencijado paraguas antes que llueva.
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