La
oficialización por parte de la Comunidad Valenciana de que debe ser
rescatada desató la prima de riesgo, que alcanzó ayer los 612,5 puntos, y
el rendimiento del bono español hasta un insostenible 7,283%. De nada
sirvieron ni el memorando aprobado por el Eurogrupo para salvar a la
banca española ni los recortes del PP. La intervención integral parece
inevitable.
Iker Bizkarguenga (Gara).- La economía española vivió ayer otra
jornada fatídica, la enésima que encadena en los últimos meses y,
seguramente, la peor desde que la crisis de la deuda la situara al borde
de la intervención. En este tiempo han sido muchas las veces que se ha
asomado al precipicio, pero ayer hubo un momento en que todas las
apuestas iban en su contra. De hecho, la situación a media tarde
apuntaba a quiebra total y rescate inminente.
Los acontecimientos se precipitaron nada más conocerse que la
Comunidad Valenciana había solicitado ayuda para poder hacer frente a
los vencimientos de deuda del presente ejercicio y pagar a los
proveedores, convirtiéndose así en la primera comunidad autonóma en
solicitar el rescate. El anuncio hizo que la prima de riesgo se
disparara de forma automática, superando de largo los 600 puntos
básicos, mientras la Bolsa, que acabó cayendo un 5,82%, se desplomaba.
Poco después de las cinco de la tarde, la prima -diferencial con el
bono alemán a diez años- alcanzaba el techo histórico de los 612,5
puntos, y el rendimiento del bono español se elevaba hasta un 7,283 %
insostenible. Para ilustrar la gravedad de la situación basta señalar
que a esa misma hora la prima de riesgo de Irlanda, país «rescatado»,
apenas superaba los 500 puntos, cien menos que la española.
Ni el rescate del sistema financiero, con un montante total
disponible de cien mil millones de euros, ni el durísimo plan de ajuste
del Gobierno del PP, que ha elevado al máximo la tensión social, han
servido para frenar el acoso de los mercados a la economía española. Al
contrario, la desconfianza se ha instalado en ella y parece cuestión de
tiempo que el rescate bancario pase a ser general.
Empeoran las previsiones
Tampoco ayudó a relajar la presión la comparecencia de Cristóbal
Montoro, quien presentó un cuadro macroeconómico que confirma los peores
pronósticos de los organismos internacionales. En rueda de prensa
posterior al Consejo de Ministros, el ministro de Hacienda explicó que
la economía española seguirá en recesión el próximo año, con un descenso
del PIB real del 0,5%, frente a las previsiones anteriores, que
auguraban un crecimiento del 0,2%.
Montoro señaló que la salida de la recesión se producirá en 2014 y
2015, con sendos incrementos del PIB del 1% y el 1,3%, respectivamente,
aunque teniendo en cuenta el vuelco que se ha producido en sus
previsiones en apenas tres meses, incluso un anuncio tan poco optimista
como este ha de tomarse con gran cautela.
Además, los malos datos no quedaron ahí, ya que el nuevo cuadro
macroeconómico del Ejecutivo español empeora la previsión de paro
realizada en abril, pasando de una tasa del 24,3% a otra del 24,6%.
El titular de Hacienda intervino ante los medios para informar del
techo de gasto fijado por el Ejecutivo para 2013, que será de 126.792
millones de euros, lo que supone una elevación del 9,2% respecto al del
año anterior. Un incremento que se produce a pesar de que los
ministerios verán mermado su presupuesto en un 12,2%. Esto sucede debido
a la carga de los intereses de la deuda pública y a la aportación de
6.683 millones de euros a la Seguridad Social.
Según señaló Montoro, el «esfuerzo de austeridad» realizado ha
llevado a que el rango total del gasto del Estado sea ya «el equivalente
a un poco más del de una comunidad autónoma de tamaño medio».
El Eurogrupo aprueba el rescate
Esta nueva jornada negra coincidió con la aprobación por parte del
Eurogrupo del rescate de la banca española, seis semanas después de que
fuera solicitada formalmente, así como un memorándum en el que se
recogen las condiciones exigidas a cambio de los 100.000 millones de
euros para el sector financiero, y una batería de medidas de ajuste y de
reformas.
Según lo aprobado, el primer tramo del préstamo, de 30.000 millones
de euros, estará disponible a finales de este mismo mes, y podría usarse
«en caso de necesidades financieras urgentes e inexperadas». En total,
el rescate se desembolsará en cuatro tramos a lo largo de 18 meses y
dedicará 25.000 millones de euros para financiar el «banco malo» en el
que las entidades que reciban ayuda deberán segregar sus activos
inmobiliarios tóxicos. En cualquier caso, el préstamo podría cancelarse
en cualquier momento si el Estado español no cumple las condiciones que
le han impuesto. Condiciones, no solo respecto a las entidades
financieras. Entre las exigencias que recoge el memorándum se encuentra
también la subida del IVA, la supresión de la deducción por vivienda o
la aplicación de la reforma laboral. Y el Eurogrupo advierte: «los
progresos en estas áreas se revisarán de cerca y de forma regular en
paralelo con las condiciones del sector financiero».
Asimismo, se recuerda que el préstamo, que será financiado
inicialmente por el Fondo Europeo de Estabilidad Financiera, se
canalizará a través del FROB, que será el garante del rescate, lo que
significa que durante el periodo inicial el rescate bancario computará
como deuda pública. «El Gobierno español será plenamente responsable de
la asistencia financiera», concluye el memorando del Eurogrupo, que se
reserva la opción de imponer a Madrid nuevas condiciones en materia de
política económica.
612,5
puntos básicos alcanzó ayer la prima de riesgo de la deuda española,
un máximo histórico desde la creación del euro. Terminó la jornada en
609,9 mientras que la rentabilidad del bono a diez años acabó en el 7,26
%.
la mayor caída
El Ibex 35 se hundió un 5,82% y protagonizó la mayor caída desde mayo
de 2010, cuando José Luis Rodríguez Zapatero anunció su primer plan de
recortes. Dos años después, y tras un ajuste de más de 60.000 millones,
ayer volvió a pegarse un batacazo.
bankia
Bankia cumplió su primer aniversario en Bolsa con un desplome del
10,43%. Cuando la entidad saltó al parqué el 20 de julio de 2011 cada
acción valía 3,75 euros. Ahora, el precio se ha desplomado hasta los
0,618 euros, una depreciación del 83,5%.
La petición de rescate le supone a Valencia la cesión del control financiero y fiscal
La noticia que desencadenó el brutal ataque de los mercados a la
economía española fue la petición de rescate por parte de la Comunidad
Valenciana, una semana después de que el Consejo de Política Fiscal y
Financiera aprobara la constitución del fondo de liquidez autonómico. La
adhesión al mismo, que está sujeta a la aprobación por parte del
Ministerio de Hacienda, supone la aceptación del «control financiero y
fiscal por parte del Gobierno central», según explicó el vicepresidente
del Ejecutivo valenciano, José Ciscar, en declaraciones recogidas por
Efe.
Los vencimientos de deuda que corresponden a esa comunidad autónoma
alcanzan los 3.400 millones de euros, lo que supone un 22,69% del total
registrado por el conjunto de las comunidades del Estado, que suman algo
más de 15.000 millones.
Los problemas financieros de la Generalitat Valenciana, que se han
mostrado ahora en toda su intensidad, empezaron a hacerse visibles a
principios de año a causa del retraso en la devolución del vencimiento
de una deuda de 123 millones de euros con Deutsche Bank, que no pudo
atender por falta de recursos.
Asimismo, la Generalitat solicitó un aplazamiento de pago de la cuota
de diciembre de 2011 a la Seguridad Social por 81 millones que, según
sostuvo entonces el conseller de Hacienda, José Manuel Vela, se debió a
una situación provisional para «acompasar flujos de caja de cobro y
pago». Poco después, en mayo, la emisión de deuda pública a un 7% de
interés para refinanciar un pagaré por Bancaja (ahora integrado en
Bankia), valorado en 500 millones de euros, le originó un nuevo problema
de liquidez.
El Ejecutivo valenciano recurrió luego a una línea de financiación
ICO para cubrir en parte un vencimiento de deuda de 472,7 millones en
bonos para minoristas. Y este mismo mes el ICO ha vuelto a ayudar a la
Comunidad Valenciana con 135 millones para atender vencimientos.
Para acceder a los fondos necesarios para atender a los compromisos
de deuda, el Gabinete de Alberto Fabra tendrá que cumplir con el
objetivo de déficit del 1,5%, para lo que ya ha acometido numerosos
recortes y medidas antosociales. Por ejemplo, en el ámbito educativo ha
aprobado el incremento del número de alumnos por aula y el de horas
lectivas; el aumento de las tasas universitarias; la suspensión de los
contratos de interinos; y la rebaja o paralización del cobro de los
complementos del personal fijo.