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domingo, 7 de diciembre de 2014

PABLO IGLESIAS EN "LA NOCHE EN 24 H". DE TELEVISION ESPAÑOLA

 

 



OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 
   

EN UN BAR MURCIANO...........TRIUNFÓ LA CERVECERIA




¡


OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 

ESPAGUETI POR CELEBRO Y CORRUPCIÓN POR MONTERA


domingo, 7 de diciembre de 2014

Christine Lagarde, está rabiosa porque la cueva ladrones y asesinos que dirige (FMI), confronta dificultades para expoliar Mercosur, Alba, Unasur o Celac, razón por la que los define "plato de espaguetis confuso". Confusa no estaba cuando en 2008 y siendo ella ministra de Economía en el gobierno del criminal de guerra Sarkozy, regaló más de 400 millones de euros (¡qué bien le vendrían ahora a la Francia del marasmo económico) a un empresario francés amigo suyo, caso por el que se la imputó.

Al respecto el presidente de Venezuela ha manifestado:"Es una falta de respeto: primero, ella es una francesa con mentalidad gringa, es lamentable, qué se podía esperar, como dicen en las calles, no se podía esperar menos pero tampoco más, es una falta de respeto venir a Santiago de Chile a faltarnos el respeto". 
  
"Quien tiene un espagueti en el cerebro es la propia señora Lagarde.Yo le podría decir muchas cosas al Fondo Monetario, que es responsable del hambre del mundo, del saqueo financiero que le ha quitado varios billones, billones de dólares, a nuestros pueblos durante décadas, es responsable de las masacres y de las matanzas, de la década perdida, de la década de los 90. Las políticas económicas neoliberales no volverán nunca jamás a Venezuela."

DE " OTANICO" A DISIDENTE


domingo, 7 de diciembre de 2014

Al principio era un buen muchacho. Ahora es un terrible dictador, pese a que saliera como Primer Ministro en elecciones de corte occidental, y todo porque Rusia es el demonio.“La soberanía de Hungría está siendo atacada por EEUU”, Viktor Orban  Primer Ministro de ese país.

La soberanía nacional de Hungría está siendo objeto de un ataque por parte de EEUU, dijo el primer ministro del país, Viktor Orban, después de que el senador estadounidense, John McCain, conocido por su rusofobia, criticara las relaciones de Budapest con Moscú y calificara a Orban de “dictador neo-fascista”.

“La independencia nacional de Hungría está bajo ataque aquí”, dijo Orban en un discurso difundido el viernes en Radio Kossuth. Él añadió que las declaraciones de McCain eran “manifestaciones extremas que sólo ponen de manifiesto la naturaleza de la persona que las realizó”.

Los comentarios de McCain vinieron en respuesta al nombramiento de la productora de Hollywood Colleen Bell como nueva embajadora de EEUU en Budapest. Durante un discurso en el Senado, McCain dijo que Hungría está “a punto de ceder su soberanía a un dictador neo-fascista que acuesta con Vladirmir Putin y vamos a enviar a la productora de “La Belleza y el Poder” como embajadora”.

Tras las declaraciones de McCain, el ministerio de Exteriores de Hungría convocó al encargado de negocios de EEUU, Andre Goodfriend, para pedir una explicación por la declaración del senador.

Orban señaló que “la independencia de Hungría en términos de energía, finanzas y relaciones comerciales molesta a aquellos que se beneficiaron de la dependencia del país con anterioridad a 2010”.

Él añadió que “el tema del gaseoducto de South Stream está ahora cerrado, pero el interés de Hungría continúa siendo el de tener un gaseoducto que llegue a Hungría evitando Ucrania”. Él afirmó también que él no era “un virrey en Hungría a las órdenes de un estado extranjero” y reveló que Washington ha estado presionando a Hungría después de que este país optara por apoyar el proyecto de gaseoducto South Stream. También señaló que Washington temía un acercamiento entre Hungría y Rusia.

Un reciente acuerdo de Hungría con la compañía rusa Rosatom para expandir sus instalaciones nucleares ha sido objeto de severas críticas por parte de EEUU. Según el acuerdo, valorado en 10.000 millones de dólares, Rosatom construirá un reactor de 2.000 megawatios en Hungría.

Rusia se ha convertido también en el primer socio comercial de Hungría fuera de la UE.

LA EXTRAORDINARIA CONTRIBUCIÓN DE CUBA EN LA MEDICINA EVIDENCIA LO VERGONZOSO DEL BLOQUEO DE EE.UU.

7 de diciembre de 2014

Por Seumas Milne (The Guardian), enviado por La Joven Cuba, traducido por Progreso Semanal.

Cuatro meses después de haberse declarado una emergencia internacional por el ébola que ha devastado África Occidental, Cuba lidera al mundo en el apoyo médico directo en el combate contra la epidemia. EE.UU. y Gran Bretaña han enviado a miles de soldados y, junto con otros países, han prometido ayuda, la mayor parte de la cual aún no se ha materializado. Pero, como ha insistido la Organización Mundial de la Salud, la necesidad más urgente es de trabajadores de la salud. La isla caribeña, con una población de solo 11 millones e ingreso oficial per cápita de $6 000 dólares (£3,824), respondió a ese llamado antes de que se hiciera. Fue la primera en la línea del frente contra el ébola y ha enviado el mayor contingente de médicos y enfermeros, ya hay 256 en el terreno, y otros 200 voluntarios están en camino.


Aunque el interés de los medios occidentales ha decaído con la disminución de la amenaza de infección global, cientos de trabajadores británicos de la salud se han presentado como voluntarios para unirse a ellos. Los primeros 30 llegaron a Sierra Leona la semana pasada, mientras que las tropas han estado construyendo clínicas. Pero los médicos cubanos han estado presentes en el terreno desde octubre y permanecerán hasta el final.
 
La necesidad no podría ser mayor. Más de 6 000 personas han muerto ya. Tan avergonzante ha sido la operación cubana, que políticos británicos y norteamericanos se han visto obligados a presentar sus felicitaciones. John Kerry describió como “impresionante” la contribución del estado que EE.UU. ha estado tratando de derrocar durante medio siglo. El primer médico cubano en contraer el ébola ha sido tratado por médicos británicos. Y funcionarios norteamericanos prometieron que “colaborarían” con Cuba para luchar contra el ébola.
Pero no es la primera vez que Cuba ha proveído ayuda médica a seguidas de un desastre humanitario. Hace cuatro años, después del devastador terremoto en el empobrecido Haití, Cuba envió el mayor contingente médico que atendió a 40% de las víctimas. Al suceder el terremoto de Cachemira en 2005, Cuba envió a 2.400 trabajadores de la salud a Pakistán y atendieron a más del 70% de los afectados; dejaron tras ellos 32 hospitales de campaña y donaron mil becas para estudiar medicina.
Esa tradición de ayuda de emergencia se remonta a los primeros años de la revolución cubana. Pero es solo una parte de un extraordinario y creciente internacionalismo médico global. Actualmente hay 50.000 médicos y enfermeros cubanos trabajando en 60 países en desarrollo. Como dice el profesor canadiense John Kirk: “El internacionalismo médico cubano ha salvado millones de vidas”. Pero esta solidaridad sin paralelo apenas ha aparecido en los medios de Occidente.
Los médicos cubanos han realizado 3 millones de operaciones gratuitas de la vista en 33 países, mayormente de Latinoamérica y el Caribe, financiadas en gran medida por la Venezuela revolucionaria. Fue así cómo a Mario Terán, el sargento boliviano que mató a Che Guevara por orden de la CIA en 1967, se le devolvió la vista 40 años después en una operación realizada por médicos cubanos y pagada por Venezuela en la Bolivia radical de Evo Morales. Aunque la ayuda de emergencia a menudo ha sido financiada por la propia Cuba, los servicios médicos globales generalmente son pagados por los gobiernos que la reciben. Actualmente es con mucho la mayor exportación de Cuba, ligando los ideales revolucionarios con desarrollo económico. Esto ha dependido a su vez del importante papel de la salud pública y la educación en Cuba, mientras La Habana ha construido una industria biotecnológica de bajo costo junto con una infraestructura médica y programas de alfabetización en los países en desarrollo donde está presente, en vez de chuparse a médicos y enfermeras, según el modelo occidental.
El internacionalismo es parte del ADN de Cuba. Como dice la hija de Guevara, Aleida, también médico que ha servido en África: “Somos afrolatinoamericanos y llevaremos nuestra solidaridad a los niños de ese continente”. Pero lo que comenzó como un intento por extender la revolución cubana en la década de 1960 y se convirtió en la decisiva intervención militar en apoyo a Angola contra el apartheid en la década de 1980, se ha conformado ahora en el proyecto de solidaridad médica más ambicioso del mundo.
Su éxito ha dependido de la ola progresista que se ha extendido por Latinoamérica durante la última década, inspirada por el ejemplo de Cuba socialista durante los años de dictaduras militares de derecha. Gobiernos de izquierda y de centro izquierda siguen siendo elegidos y reelegidos por toda la región, lo que permite a Cuba reinventarse a sí misma como un faro de humanitarismo internacional.
Pero la isla aún está sofocada por el embargo comercial de EE.UU. que la ha mantenido atenazada económica y políticamente durante más de medio siglo. Si Barack Obama quiere hacer algo que valga la pena en sus años finales como presidente, podría utilizar el papel de Cuba en la crisis del ébola como una apertura para comenzar a eliminar ese bloqueo y reducir la guerra norteamericana de desestabilización.
Ciertamente hay indicios. En lo que pareció ser una operación de exploración para la administración, The New York Times publicó seis editoriales felicitando a Cuba por su historial médico global, exigiendo el fin del bloqueo, atacando los esfuerzos de EE.UU. por inducir a los médicos cubanos a desertar, y haciendo un llamado para negociar un intercambio de prisioneros.
La campaña del periódico se realizó mientras la asamblea general de la ONU votaba por 23ª. vez, 188 votos contra 2 (EE.UU. e Israel) para exigir la eliminación del bloqueo de EE.UU., impuesto originalmente en represalia por la nacionalización de negocios norteamericanos, y justificado ahora sobre la base de los derechos humanos, por parte de un estado aliado a algunos de los regímenes más opresivos del mundo.
El embargo solo puede ser eliminado por el Congreso, aún obstaculizado por los herederos de la corrupta dictadura apoyada por EE.UU. que Fidel Castro y Guevara derrocaron. Pero el presidente de EE.UU. tiene alcance ejecutivo para debilitarlo sustancialmente y restaurar los lazos diplomáticos. Podría empezar por dejar en libertad a los tres que quedan de los “Cinco de Miami”, agentes cubanos de inteligencia encarcelados hace 13 años por espiar a grupos de activistas anti Cuba vinculados al terrorismo.
El momento evidente para que Obama haga un alto en la campaña de 50 años de EE.UU. contra la independencia cubana sería en la próxima Cumbre de las América en abril, la cual gobiernos latinoamericanos habían amenazado con boicotear, si Cuba no es invitada. El mayor aporte que pueden hacer los que genuinamente están preocupados por las libertades democráticas en Cuba es hacer que EE.UU. deje tranquilo a ese país.
Si el bloqueo realmente fuera a ser desmantelado, sería no solo una reivindicación del extraordinario historial de justicia social de Cuba en el país y de solidaridad en el exterior, apoyado por la creciente confianza de una Latinoamérica independiente. Sería también una bendición para millones en todo el mundo que se beneficiarían de una Cuba liberada, y una demostración de lo que puede lograrse, cuando se prioriza a la gente por encima de las ganancias corporativas.

EN SILENCIO YA COMENZÓ UN NUEVO PERIODO DE LA HUMANIDAD

07.12.2014
  Ahora bombarderos nucleares rusos patrullan en las fronteras de Estados Unidos. es.mercopress.com
 
 
El mundo único dominado por Estados Unidos terminó. Ahora es de bloques en conflicto. Queda por tomar conciencia para cambiar lo que sea necesario.
www.malpublicados.blogspot.com

Se vive el ataque de Occidente a Rusia, que no se detendrá. También a China.
Putin “No pretenden humillarnos sino quieren someternos”.

Vicepresidente del Estado Mayor Conjunto de EE.UU.: hay que preparar a las Fuerzas Armadas para una eventual guerra contra países como Rusia y China porque "la supremacía de EE.UU. está amenazada".

Es una guerra fría amplia con el componente decisivo militar. El regreso sin comunismo de lo que sucedió durante la URSS, ahora entre capitalismos.
La información y discusión política liberal finge que no ve esta lucha. Y la sociedad común bajo el dominio casi absoluto de la ideología de los negociantes cree que actualidad manipulada que ve es lo objetivo.

Incluso en el sector de izquierda conservador que por decenios no ha podido salir de su condición de minoría no se denuncia la ruptura histórica que lo obligaría a cambiar las consignas.

USA y sus socios aplican un bloqueo económico a Rusia al estilo del cubano para debilitar la voluntad del pueblo ruso al que advierte Putin "le esperan tiempos difíciles y tensos…”.

Washington maniobra para desestabilizar los gobiernos de Rusia y China. “El presidente (Putin) dijo que el apoyo al separatismo en Rusia ‘desde el exterior’ continúa… querían desintegrar Rusia como hicieron con Yugoslavia. Fracasaron porque los detuvimos.”

¿Qué sigue? Una configuración internacional distinta. El encierro en bloques autosuficientes en tecnología, alimentación, energía, economía.

Rusia y China, el núcleo bajo amenaza, con Brasil, India, Sudáfrica… como socios nada seguros.

¿Qué puede pasar? Lo peor. La tercera guerra mundial.

“Putin señaló que el Ejército ruso es cortés, pero advirtió de que es imposible lograr la supremacía sobre él”.

La comisión del Congreso de EE.UU. para asuntos relacionados con China prevé que el gigante asiático disponga de una flota militar más grande que la estadounidense en 2020.

Occidente puede caer en una recesión profunda que le haga más débil y menos agresivo o que intente la industria militar y la conquista como salvación.
El dólar no tiene respaldo material, la deuda norteamericana es impagable, la concentración de la riqueza en el 1% más rico es un problema estructural que deja sin demanda a una economía en crecimiento…

En el futuro está el colapso inevitable por agotamiento de recursos naturales, las consecuencias plenas del cambio climático, el aumento de la población, la crisis de energía…

Estados Unidos puede derrumbarse internamente.

Es el quiebre que las cúpulas conocen pero la masa ignora.

La responsabilidad principal de no someterse al imperio se puede personificar en Putin -y Xi Jinping-. El presidente ruso declaró que “si para los países europeos el orgullo nacional es un concepto olvidado desde hace mucho tiempo y la soberanía es un lujo demasiado grande, para Rusia es una condición indispensable para su existencia.”

Por un Movimiento para una civilización sustentable-solidaria

Contacto romulo.pardo@gmail.com 

LA SOBERANIA ALIMENTARIA EN ANDALUCIA

07.12.2014

Escrito por  Concepción Cruz Rojo

La tierra en Andalucía ha tenido un valor material y simbólico, un patrimonio colectivo, que es la base de su identidad, de su rica y genuina cultura
Hablar de soberanía, es hablar de poder e independencia. En el ámbito más personal, la capacidad de actuar para conseguir nuestras necesidades y cumplir nuestros anhelos, de ser plena como persona libre. Se dice rápido pero en realidad requiere superar muchas dificultades subjetivas que pesa sobre nuestras cabezas de las personas desde generaciones, primero visibilizarlas, ser autoconsciente de ellas, y luego ponernos a la acción, crecer positiva y enriquecedoramente como persona. Pero la soberanía personal quedaría coja si no se acompaña de la soberanía del entorno en el que nos encontremos, el familiar, el del barrio, ciudad o país.
Por que no tendremos esa posibilidad de actuar, transformar y mejorar en lo personal si mi pueblo, centro de trabajo o mi familia no la tiene. Y para eso necesitamos trabajar individual y colectivamente, para conquistar, practicar, la soberanía en todos los ámbitos de nuestra vida, combinando la actitud personal frente a posibles imposiciones injustas lo cual no impide, sino todo lo contrario, que dicha actitud la realicemos en parejas, equipos de trabajo, grupos militantes sindicales, sociales o políticos. Es una práctica y una lucha diaria para conseguir cuotas de independencia personal, profesional o vecinal que termina en lo nacional, en el territorio en donde nos encontremos, en la soberanía política.
No es fácil porque nuestra sociedad individualista desde los albores del capitalismo ha propiciado la pasividad, el aislamiento y la falta de participación comunal. Y por ello el proceso es largo y difícil, un esfuerzo que supone un cambio consciente y progresivo de hacer y construir grupo.
Tampoco el sistema capitalista en su fase actual imperialista más decadente nos lo pondrá fácil, ya que se arma, se blinda, no solo de armamento sino también de sus medios de comunicación, de sus sistemas jurídicos y comerciales, de todo un aparato ideológico que fomenta el egoísmo, el consumismo y una felicidad quimérica y superficial. Todo ello para mantener el estatus quo que tiene como base fundamental a los grupos económicos de poder.
Que la Troika (la Comisión Europea, El Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional) tiene más poder de decisión que los propios estados con supuesta soberanía política, es bien palpable en la actualidad. Por eso necesitamos soberanía política, la esencial, la que aglutina las otras imprescindibles soberanías, porque son los gobiernos los que deciden en los ámbitos fundamentales de nuestras vidas. La cuestión es decidir para quien y el como de esas prácticas soberanistas, ¿para beneficiar a las grandes empresas transnacionales? O para beneficiar a la amplia mayoría de su población. En este contexto debemos situar la soberanía alimentaria la más básica y elemental porque nos permite el sustento y supervivencia de una población.
Concepto de soberanía alimentaria
La expansión de las luchas por la seguridad y soberanía alimentaria surge de la larga historia campesina que se gestó de diferentes formas según épocas y lugares. Sin embargo, podríamos destacar varios hitos o momentos históricos que marcan la situación actual. El primero se gesta con la revolución industrial en Inglaterra a finales del siglo XVIII, cuando se introducen las leyes de libre mercado en alimentos básicos de subsistencia como el cereal. El alimento pasa a ser una mercancía, un valor de cambio en lugar de ser un necesario valor de uso. Este acaparamiento de grano se produjo a costa de los cercamientos de las tierras comunales y la expulsión de las comunidades rurales a las ciudades industriales inglesas[1]. Tras la revolución industrial, Inglaterra pide el fin de los aranceles para sus productos industriales mientras internamente continúa con la concentración de la propiedad de las tierras y la expulsión de campesinas y campesinos, su empobrecimiento, el trabajo infantil y la criminalización de las protestas. Posteriormente, tras la segunda guerra mundial, la Revolución Verde, es otro hito que supuso una aceleración y extensión de la mercantilización alimentaria que se caracterizó por el uso masivo de paquetes «tecnológicos» como los agrotóxicos (plaguicidas, pesticidas y herbicidas), los fertilizantes, las semillas híbridas, la maquinaria agrícola y el uso de créditos bancarios. Pero, sobre todo, se caracterizó por la apertura de mercados a nivel internacional a través de supuestas organizaciones no gubernamentales (ONG), como la Fundación Ford y Rockfeller, que junto a la Organización para la Alimentación y la Agricultura (FAO), introducen estos paquetes «tecnológicos» mediante alianzas y tratados internacionales. En Latinoamerica, la Alianza para el Progreso supuso la sustitución de la harina blanca por alimentos locales como el maíz y la yuca, y donde ya estaban decididas las empresas que participarían en el negocio. Lo mismo ocurrió con otros países del hemisferio sur y partes de Asia. La implantación de los transgénicos y la llamada tecnología sintética, es una continuación más reciente de la intensificación y extensión mundial de la mercantilización alimentaria. La difusión de semillas transgénicas iniciada en los años 80 y 90 del siglo XX ha supuesto una concentración de los cultivos más lucrativos, la invasión de territorios a través de extensos monocultivos, especialmente de cereales y legumbres como el trigo, el maíz y la soja, pero también el algodón y caña de azúcar o las patatas; mayor consumo de agrotóxicos; mecanización del campo y menor uso del trabajo humano.
Es en este contexto cuando se produce un aumento de la toma de conciencia social y política de las campesinas, indígenas y gente del mundo rural que se organizan en movimientos nacionales e internacionales, destacando la organización Vía Campesina. El concepto de soberanía alimentaria adquiere relevancia en 1996 cuando Vía Campesina en Roma, con motivo de la Cumbre Mundial de la FAO, rompe con la organización de los mercados agrícolas y financieros puesta en práctica por la Organización Mundial del Comercio (OMC) y con el concepto de seguridad alimentaria definida por la FAO, reivindicando un concepto más amplio y profundo. Será en la declaración final del foro mundial sobre soberanía alimentaria celebrado en La Habana en 2001, que Vía Campesina y otros movimientos expresan que:
«La soberanía alimentaria es el derecho de cada pueblo a definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de alimentación, a proteger y reglamentar la producción agropecuaria nacional y el mercado doméstico a fin de alcanzar metas de desarrollo sustentable, a decidir en qué medida quieren ser auto- suficientes, a impedir que sus mercados se vean inundados por productos excedentarios de otros países que los vuelcan al mercado internacional mediante la práctica del dumping... La soberanía alimentaria no niega el comercio internacional, más bien defiende la opción de formular aquellas políticas y prácticas comerciales que mejor sirvan a los derechos de la población a disponer de métodos y productos alimentarios inocuos, nutritivos y ecológicamente sustentables».
De esta definición se destaca el derecho de los pueblos a definir sus propias políticas agropecuarias y en materia de alimentación. A proteger y reglamentar su producción interna con el fin de alcanzar un desarrollo sostenible y decidir su autosuficiencia. El derecho a impedir que sus mercados se vean invadidos de productos más baratos que los costos de los productos nacionales (dumping). A abogar por un comercio internacional que proteja y sirva a los pueblos, a una amplia mayoría de la población (y no a unas pocas multinacionales) y a disponer de métodos y productos alimentarios inocuos, nutritivos y respetuosos con el medio ambiente.
La soberanía alimentaria es un tema de seguridad y poder real de un país. Ya que si para alimentar a un pueblo de una nación cualquiera su estado (las naciones y pueblos que no tienen estado aún lo tienen más difícil) debe depender de las reglas abusivas del mercado internacional de alimentos y otros bienes o servicios, que además se utiliza como instrumentos de presión; o de la imprevisibilidad y los altos costos del transporte de larga distancia, ese país pierde la posibilidad de actuar no solo sobre la alimentación sino también sobre otras decisiones políticas y económicas.
Se trata, por tanto de apoyar los mercados locales y proteger mediante subsidios a los grupos de campesinas y trabajadoras/es del campo que se mantienen en sus tierras y generan economías locales, conservación del suelo y prácticas agrícolas ecológicas. También para la producción y protección pecuaria y la pesca local, respetuosa ambos con la conservación del medio ambiente. Estas políticas que protegen a los pequeños productores y a las cooperativas locales entran en clara contradicción con la existencia de las transnacionales del sector de la alimentación como Cargill, Archer Daniels Midland (ADM), Dreyfuss, Bunge, Nestlé, entre otras, las cuales promueven el control monopólico de los alimentos a nivel mundial obteniendo grandes beneficios monetarios abaratando sus precios a costa de la explotación de los y las trabajadoras, de los animales y son agresivos con la naturaleza y el medio ambiente. Pero también transnaciones del sector químico (fertilizantes y agrotóxicos), medicamentos y biotecnología: Monsanto, Dupont, Syngenta o Bayer, ocupan los primeros lugares en el negocio de semillas patentadas, incluidas las transgénicas. Los estudios hace tiempo que alertan de la enorme concentración mundial de estas empresas, cinco países acaparan el 91% de los ingresos totales y el 82% de estas empresas, con los Estados unidos a la cabeza (47% y 50% respectivamente), seguido a gran distancia Gran Bretaña, Japón, Suiza y Alemania.
En definitiva la producción alimentaria, que incluye alimentos, tierras, aguas, semillas y tecnologías limpias como las energías renovables, de los diferentes países que luchen por una soberanía política y popular deben protegerse de los acuerdos abusivos y protectores de las grandes transnacionales del sector como la Organización Mundial del Comercio (OMC) o de tratados internacionales, como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN). Acuerdos que benefician a las burguesías de los Estados más poderosos del mundo como los Estados Unidos y la Unión Europea que abaratan sus costes y obligan a los gobiernos que firmaron los acuerdos a importar productos más baratos que el coste de su producción nacional. La importancia de actuar a través de las luchas de los movimientos populares y gobiernos más progresistas puede evitar estos acuerdos. Como ocurrió con el intento del Tratado de ALCA (Acuerdo de Libre Comercio de las Américas) que intentaba sobreexplotar las riquezas de América Latina y alterar el poder judicial en dichos países. La resistencia de los pueblos y de algunos gobiernos de la zona, destacando el gobierno de Venezuela impidió su consecución.
Estos acuerdos y normativas internacionales suponen una protección legal a las grandes empresas y los futuros gobiernos no podrán hacer nada. Sus demandas a través de tribunales internacionales ya ocurren desde hace tiempo, Uruguay fue demandada por 2000 millones de dólares, ¡por poner alertas sanitarias en las cajetillas de tabaco!, Alemania por cerrar centrales nucleares, y así en otros países como Ecuador o el caso más reciente y ejemplarizante de Argentina que tiene acumuladas demandas por 20.000 millones de dolares.
Además, en junio de 2013 la Unión Europea y los Estados Unidos inician, aprobado en el estado español por el PP y el PSOE, negociaciones para llegar a un Acuerdo Trasatlántico de Comercio e Inversión, más conocido como Tratado de Libre Comercio (TLC). El objetivo principal no es la reducción de los ya muy bajos aranceles sino la regulación de las relaciones comerciales que favorecerán a las corporaciones transnacionales y que afectarán a estándares medioambientales, convenios laborales y derechos de propiedad intelectual e incluso privatizaciones de servicios públicos. Pero para el tema que nos ocupa las consecuencias de este tratado es la competencia desleal de las grandes empresas que podrán mantener costes y precios reducidos (a costa de una mayor reducción de puestos de trabajo y explotación laboral) eliminando a la competencia local y nacional. A nivel alimentario, las granjas de Estados Unidos son aún más intensivas, 13 veces más grandes, y contaminantes que las europeas. Esto aumentará la concentración de poder y riqueza en el sector que la que sufrimos actualmente.
Los negociadores de Estados Unidos han señalado particularmente a la regulación de sanidad y de los productos fitosanitarios (La llamada agrofarmaindustria donde la biotecnología juegan un papel primordial), que facilitará la introducción de organismos modificados genéticamente (OMG) en alimentos y otros como las hormonas de crecimiento transgénicas para el engorde rápido de animales; como apunte, el 70% de la comida vendida en Estados Unidos contienen OMG (sin legislación para identificarlos en el etiquetado). Además de las consecuencias negativas que tendrá para el potencial desarrollo industrial de otros sectores en los diferentes territorios de la Unión Europea, la potenciación de energías fósiles y peligrosas como el fracking, o la pérdida de puestos de trabajo y su mayor precariedad (el Tratado de Libre comercio de Norte América firmado por Canadá, Estados Unidos y México en 1993 que anunció que crearía un total de 20 millones de empleos, se quedó en una pérdida neta de cerca de un millón de empleos por las deslocalizaciones). Tratados o acuerdos como este provocaría, si no lo evitamos, un poder, una potestad judicial mayor que la de los tribunales del estado español, obviando por supuesto los tribunales más locales y la soberanía presente y futura de los pueblos que la componen.
La soberanía alimentaria en Andalucía
La tierra en Andalucía ha tenido un valor material y simbólico, un patrimonio colectivo, que es la base de su identidad, de su rica y genuina cultura. Pero la realidad de su tenencia es muy otra, representando una de sus aspiraciones más importantes y simbólicas: una tierra repartida y generadora de empleo y alimentos de calidad, respetuosa con el medio ambiente y organizada de forma que distribuya sus productos desde lo local en un proceso de formación de las mujeres y hombres del campo en colaboración con otros sectores de la economía social.
Suscribimos el concepto de soberanía alimentaria para nuestra tierra, pero no solo para esta sector sino para otros fundamentales como el industrial, energético, tecnológico y del conocimiento en general. Porque Andalucía ha sido históricamente, al menos desde los inicios del capitalismo, un territorio dependiente y suministrador de materias primas y mano de obra barata a otros lugares del estado español y de otros estados. Con una estructuración económica que promovía sectores como la agricultura extensiva con menor valor añadido que otros como el industrial y financiero y cuyos centros poder y las ganancias han estado fuera del territorio. A esa dependencia se añade imponer a su territorio una frontera militarizada (Gibraltar y dos bases de la OTAN) y asiento de las industrias más contaminantes cuyas plusvalías se han apropiado agentes externos (polos industriales en Huelva y la Bahía de Algeciras). Territorio de un «monocultivo» de sectores, como el turismo y el inmobiliario, que ha provocado más paro, contaminación, pobreza y precariedad laboral. La entrada del Estado español en la Unión Europea creó una dependencia aún mayor de Andalucía a intereses exteriores y una profundización del latifundismo. Solo hay que mirar los números de las ayudas de la Política Agrícola Común (PAC) para ver que éstas se concentran en los grandes propietarios de tierras y obvian el criterio fundamental de creación de empleo y desarrollo social. También ha provocado una intensificación del monocultivo, como es el caso del olivar y la producción de aceite de oliva de alta calidad. Pese a que todos los procesos de transformación se producen en nuestra tierra, una ausencia de fiscalidad de los gobiernos estatal y andaluz dejan que terminen en empresas británicas y como ya ocurrió con la industria cervecera Cruzcampo y ello sin entrar en quien tiene la propiedad y el control de nuestros recursos e industrias.
En la actualidad, esta dependencia política del Estado español, y éste de la Troika, tiene como resultado su dramática situación económica y social. La tasa de desempleo alcanza en Andalucía en el año 2013, el 36% de la población activa y en menores de 25 años el 66% (sin contar la cada vez mayor cantidad de gente que ya ni se inscribe en el paro). El 56,2% de los desempleados no reciben prestaciones por desempleo, 5 puntos por debajo de la media estatal (y aún debemos soportar que nos llamen «subsidiarios») a lo que se añade un grave aumento de la precariedad laboral y cerca del 40% de la población en estado de pobreza o exclusión social. Esta gravísima situación tiene una trayectoria histórica de muchos años, que se acentúa en los últimos treinta, al profundizarse las políticas en la misma dirección equivocada ya comentada, con la ayuda cómplice de la Junta de Andalucía que sigue manteniendo una Andalucía pobre en un territorio rico.
Los antecedentes históricos más recientes de la lucha por una reforma agraria en Andalucía se sitúan en los movimientos campesinos de finales del siglo XIX y hasta bien entrado el siglo XX. En la actualidad la reivindicación es más amplia al incluir el apoyo y la preservación de sus recursos agropecuarios, pesqueros y de todo el talento y conocimientos ancestrales que caracterizan la rica cultura andaluza. Por tanto, una de las aspiraciones históricas de nuestro pueblo es la importancia de tener un Patrimonio Agrario Andaluz con tierras que, al menos a corto plazo, incluyan las de titularidad pública; las cedidas y recuperadas como tierras comunales y de propios que sufrieron procesos desamortizadores; las que no estén siendo explotadas ni mejoradas por el desuso y abandono y las que fueron expropiadas al amparo de la legislación de la Segunda República. Que dichas tierras se utilicen en forma de cooperativas, con empleo y salarios justos, con inclusión destacada de la mujer y otros colectivos más desfavorecidos. Que su producción sea para uso alimentario y sus ganancias reviertan en los grupos involucrados; que no se utilicen semillas tratadas genéticamente y que promueva semillas tradicionales.
Que fomente la utilización de técnicas tradicionales y nuevas para un uso eficiente del agua y con el compromiso que en un plazo reciente un alto porcentaje de la explotación sea de certificación ecológica.
Por tanto, hablar de soberanía alimentaria en Andalucía implica fomentar la participación, el reparto y la calidad de la producción alimentaria local y nacional incluyendo el concepto de seguridad alimentaria basado en el conocimiento científico que se nutra de los conocimientos ancestrales del pueblo en estrecha relación con el académico. Las riquezas naturales agropecuarias deben ser fuente de alimentos de calidad para una salud y dieta equilibrada para toda su población. Además, el Patrimonio Agrario Andaluz deberá ceder fincas para el aprovechamiento forestal, su regeneración y repoblación, la silvicultura, las cabañas caprinas y ovinas, la apicultura y la obtención de biomasa y abonos naturales para el desarrollo de industrias relacionadas así como para mantener las instalaciones de transformación artesanal. Pero también se deben incorporar las iniciativas que ya existen sobre avances tecnológicos y de innovación, el uso de energías renovables y el desarrollo de I+D+i (Investigación, Desarrollo e innovación) en los sectores fundamentales de la economía nacional andaluza.
Es necesario plantear acciones concretas y generales, y potenciar los múltiples frentes de la lucha para conseguir la soberanía en general, y la alimentaria en particular. Porque estemos en el campo o en la ciudad se puede actuar modificando actitudes y organizando las acciones en todos los ámbitos. Si queremos un consumo alimentario saludable para nuestras familias y para toda la población debemos empezar por nosotras mismas evitando el consumo de alimentos que supongan un alto coste económico, social y ecológico. Aunque es muchas veces difícil conocer la posible utilización de productos químicos, transgénicos o producidos bajo inadmisibles condiciones de explotación laboral y saqueo de los pueblos, siempre se puede intentar un consumo responsable. Solo evitando o comiendo muy poca cantidad de alimentos proteicos de origen animal o alimentos de fabricación industrial estamos mostrando nuestro rechazo a la producción intensiva de las explotaciones agropecuarias, aviarias y pesqueras.
Intentando conocer el origen de los alimentos para consumir los de producción local y respetuosa con la clase trabajadora y la naturaleza, consumiendo frutas y verduras de cooperativas y explotación cercanas y ecológicas y evitando comprar productos de los grandes invernaderos o latifundista. Comprando en las tiendas del barrio y en los circuitos de producción y consumo responsable o apoyando las experiencias agroecológicas de nuestro entorno.
Concienciar y educar en el ámbito donde nos movamos y actuar en los grupos donde militemos.
La lucha organizada, social, sindical y política es básica para impedir que se vulneren derechos básicos y necesarios como la alimentación, la vivienda o el trabajo de calidad. El bien común, el derecho comunal debe prevalecer frente al derecho de la propiedad privada, y cuando hablamos de propiedad privada hablamos de grandes empresas que en el estado actual de internacionalización de su poder y de las legislaciones que las amparan está afectando a la salud global de la población. En este sentido volvemos a suscribir la alternativa que plantea la ponencia Soberanía alimentaria del I Congreso Nacional del SAT (celebrado en diciembre de 2011) reivindicando la capacidad de decidir de las naciones y de los pueblos según sus propios intereses. La necesidad en Andalucía de una política agroalimentaria sin interferencias del la OMC o del FMI y la necesidad de, al menos, un cambio radical de la PAC. Considerar los alimentos como un derecho inalienable de los pueblos que los estados deben garantizar; expropiar a los expropiadores los bienes comunales, la tierra, el agua, las semillas y los recursos naturales arrebatados a los pueblos; fomentar relaciones horizontales de comercio sin monopolios ni oligopolios agroalimentarios y producir alimentos saludables a través de su trazabilidad comprobada.
En definitiva, luchar por la soberanía alimentaria en Andalucía es luchar en todos los contextos por las múltiples soberanías, subjetivas y objetivas, que se engloba en la política, en la capacidad de decidir nuestro futuro como pueblo, de abajo a arriba y de arriba abajo tejiendo una red de decisiones cada vez más tupida y real.
Concepción Cruz Rojo
Militante del SAT-US y Asamblea de Andalucía
4 de diciembre de 2014.
[1] En Andalucía en la primera mitad del siglo XIX se produce una mayor concentración de la tenencia de la tierra con los procesos desamortizadores, se incrementó el latifundio a costa de los bienes comunales y de propios que empobreció aún más a la gente del campo.
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CORRUPCIÓN EN LA SANIDAD CATALANA: FUGAS DE INFORMACIÓN EN UN CONCURSO BENEFICIAN A EMPRESAS VINCULADAS A ALTO CARGO DE CATSALUT


 07.12.2014

En junio del año pasado Sicom TV. Solidaritat i Comunicació. denunciaba que el Director del CatSalut, Josep Maria Padrosa, responsable de la financiación de hospitales, centros de salud y servicios sanitarios, era Apoderado de un mínimo de 6 empresas sanitarias privadas dedicadas a la rehabilitación y la fisioterapia. Hoy se constata que la corrupción continúa y se agrava. 
 
Trapos Sucios : Director de Cat salud, Josep Maria Padrosa,  contrata por 15 Millones de euros a empresas de las cuales es apoderado es el título del vídeo (traducido)

Y esta es la noticia que confirma la veracidad del vídeo de junio del 2013:
La Generalitat filtró un concurso a empresas vinculadas a un alto cargo (Investigación del diario El País)

Corporación Fisiogestión logró 160 millones y el 79% de los lotes en licitación
El ‘número dos’ de la sanidad catalana era apoderado de seis adjudicatarias
El mayor concurso público convocado en la sanidad catalana desde 2010, cuando Artur Mas (CiU) llegó a la presidencia de la Generalitat, sufrió graves filtraciones que pusieron en manos de algunas empresas información clave meses antes de hacerse pública la convocatoria. La gran beneficiada fue Corporación Fisiogestión, que logró 160,2 millones de los 203,6 millones de euros adjudicados (el 78,6% del total), en solitario o a través de varias UTE. El número dos de la Consejería de Salud, Josep María Padrosa, era director de Corporación Fisiogestión hasta ser nombrado para el cargo y seguía como apoderado de seis filiales del grupo cuando fue adjudicado el concurso. Padrosa, al igual que el consejero de Salud, Boi Ruiz, era también hasta su llegada a la Generalitat un miembro destacado de la patronal Unió Catalana de Hospitals (UCH), que tuvo un papel clave en las filtraciones.

El concurso licitado para los servicios de rehabilitación y logopedia fue convocado en junio de 2012. Dotado con 229 millones de euros para 10 años, fue adjudicado por 203,6 millones. Este importe, sin embargo, puede verse incrementado si se cumplen varias condiciones en “hasta un 50%”, según una inusual cláusula de los pliegos. El concurso anterior, celebrado en 2006, no permitía esta posibilidad. Convocada en plenos recortes, la adjudicación de 2012 puede acabar teniendo un coste un 20% superior al de 2006.

Las fugas de información empezaron a producirse desde la misma gestación del concurso, en cuyo diseño participó la UCH y miembros de Corporación Fisiogestión. El Servicio Catalán de la Salut (CatSalut) —ente convocante y dirigido por Padrosa— celebró tres reuniones preparatorias con “expertos del sector”, según su subdirector, Francesc Brosa. “No era una reunión con empresas o patronales ni para preparar el concurso. Era una mesa técnica de expertos para mejorar el concurso de 2006”.

Incompatibilidades millonarias

La adjudicación de los servicios de rehabilitación y logopedia lleva camino de ser, además de la más importante, la más polémica en los últimos cuatro años de la sanidad pública catalana. Josep Maria Padrosa, número dos de la Consejería de Salud como director del Servicio Catalán de la Salud (CatSalut), era apoderado de seis sociedades filiales de Corporación Fisiogestión cuando el concurso que él mismo dirigía adjudicó el 79% de los lotes a estas mismas empresas. En el anterior concurso, celebrado en 2006, esta cifra fue notablemente inferior: el 56%.

El caso, denunciado por la Plataforma de Afectados por los Recortes Sanitarios (PARS), fue investigado por la Oficina Antifraude de Cataluña (OAC), que consideró acreditado que Padrosa había vulnerado la ley de incompatibilidades, pero que archivó el caso al no apreciar indicios de delito.

Corporación Fisiogestión, por su parte, atribuyó el caso a un “error en la revocación de los poderes” de Padrosa, quien había sido el director del grupo empresarial hasta ser nombrado para el mismo cargo en el CatSalut.

El concurso de 2012 está siendo investigado también por la Sindicatura de Greuges —el Defensor del Pueblo catalán— después de que este diario publicara el pasado día 1 que algunos lotes no habían sido sacados a concurso para ser entregados por adjudicación directa a dos hospitales privados. Estos centros, integrados en la red pública, subcontrataron posteriormente parte de estos servicios a una empresa, Codebi BCN, que fue excluida del concurso por sus bajas puntuaciones y “no cumplir los requisitos técnicos”. Codebi BCN delegó posteriormente la asistencia a prestar a los pacientes de la sanidad pública en trabajadores autónomos. Codebi BCN está vinculada al presidente de la Fundación de la Enfermería Catalana (Fudinca), Luís Cabado.

Las actas de las tres reuniones —celebradas entre noviembre de 2011 y febrero de 2012 y a las que ha tenido acceso EL PAÍS— revelan sin embargo que lo que allí se preparó fue el pliego de prescripciones técnicas del nuevo concurso, que introducía importantes novedades. De un sistema de sesiones y pago fijos según la dolencia a tratar iba a pasarse a otro basado en una evaluación inicial y final del paciente. Las empresas adjudicatarias iban a cobrar más o menos según la mejora de los enfermos. “Era una revolución que iba a obligar a las empresas a un importante esfuerzo si querían ganar alguno de los 28 lotes”, explica una persona que intervino en el concurso. En las actas puede leerse cómo son fijadas cuestiones clave como “los niveles de complejidad” y las “escalas de valoración” de pacientes y tratamientos, entre otros asuntos luego recogidos en los pliegos.
La lista de los asistentes de las actas revela la presencia en las reuniones de miembros de Corporación Fisiogestión. Uno de ellos, Jordi Salas, asiste como representante de la patronal UCH, aunque es a la vez apoderado de siete filiales de la empresa. Otro es Conxita Closa, que figura como representante de un programa médico —el Plan Director de Enfermedad Vascular Cerebral—, pero que también era directora asistencial de Corporación Fisiogestión. A las reuniones acuden otras entidades sanitarias y científicas, aunque solo está presente una parte del tejido empresarial del sector.

Los resultados de las reuniones fueron resumidos en varios documentos que el CatSalut envió a los asistentes y que circularon en varios correos electrónicos con constantes referencias a la “preparación del concurso de rehabilitación”. Estos textos tienen títulos como Adaptación a la nueva clasificación de complejidades y Propuesta para incluir en el concurso de rehabilitación: baja complejidad educacional.

En dos correos intercambiados entre el CatSalut, la UCH y los asistentes se inquiere a los interesados a remitir sus “consideraciones y enmiendas” justo antes de que se terminaran de concretar los pliegos técnicos del concurso. Este último mail está fechado el 28 de marzo de 2012. Las empresas excluidas de las reuniones tuvieron que esperar tres meses más, hasta que se publicaron las bases del concurso en junio, para acceder a información importante para las adjudicaciones.

Un portavoz de la UCH niega que esto “favoreciera a unas empresas respecto a otras”. “Las reuniones eran de expertos y la Unió acudió a ellas por su amplia experiencia en el sector”, apostilló.

ENTREVISTA A DAVID FERNÁNDEZ (CUP)


 07.12.2014
 
Fotos: Jordi Salvia Cuadras.

David Fernández, portavoz de la Candidatura d’Unitat Popular (CUP) nos recibe en su despacho del Parlament tras la jornada del 9-N, en la que 2,3 millones de ciudadanos participaron en una consulta que había sido prohibida a instancias del gobierno de Mariano Rajoy. Entre una vorágine de rumores y declaraciones sobre la inminente convocatoria por Artur Mas de elecciones anticipadas, sobre propuestas de listas únicas por la independencia, y una de declaración unilateral de independencia, David Fernández nos expone ampliamente sus reflexiones sobre este momento histórico que vive Catalunya y España. Se trata de una voz que analiza el proceso soberanista catalán desde una posición inequívocamente independentista pero, como él mismo enfatiza a lo largo de la conversación, lejos del nacionalismo identitario.

Orencio Osuna | Después del 9N, después de tres Diadas gigantescas, después de una pertinaz movilización ciudadana en torno al derecho a decidir: ¿qué escenarios se abren en Catalunya?. Por una parte  está la propuesta de que se convoquen unas elecciones “plebiscitarias” a la que se presentaría una candidatura común de las fuerzas independentistas- o “lista país”-o con fórmulas parecidas, o que se agote la legislatura. ¿cómo  ves el panorama inmediato ?

David Fernández | Después del 9N se pueden hacer muchas valoraciones. Han pasado apenas unas semanas. La primera constatación que hay que hacer es que ha habido una extraordinaria movilización de buena parte de este país: 2,3 millones de personas han votado. Que una movilización de esa magnitud se haya producido desobedeciendo una prohibición demofóbica del Partido Popular es insólito, histórico y antológico.

En términos políticos el 9-N para nosotros refuerza y blinda el proceso en el que estamos inmersos lo dignifica, y también recuerda que el protagonista neurálgico del proceso soberanista es la propia sociedad que está exigiendo un cambio del ciclo político urgente. Después, es verdad que hay que ver cómo se gestiona. Hay una parte muy importante del bloque soberanista que obviamente está pidiendo elecciones anticipadas. En nuestro caso pedimos elecciones y, aunque se ha utilizado diversa terminología, jurídicamente siempre serán autonómicas anticipadas en el marco legal vigente. Las elecciones anticipadas de Catalunya deben tener un carácter constituyente para poner las bases del nuevo modelo de país. Entre las distintas sensibilidades del soberanismo hay propuestas que quisieran una lista única con un único punto que es la independencia. Nosotros antes,  durante y después del 9-N hemos dicho que no aceptamos participar en candidaturas únicas. Pensamos, por el contrario, que el debate en el que está inmersa la sociedad catalana se debe desarrollar en clave democrática y constituyente y eso exige precisamente no abordar sólo una realidad de la crisis que vivimos, que es la realidad territorial, nacional y que es la autodeterminación. Nosotros estamos por la independencia, estamos por el buen ejercicio del derecho a la autodeterminación, pero también por la salida alternativa, social y solidaria de la crisis. Estamos luchando por acabar con un ciclo de régimen político basado en la  en la cleptocracia, en la acumulación por desposesión o en le voracidad de las élites extractivas. Pienso que nuestra propuesta política debe abarcar las  tres crisis que se superponen: la nacional, la socioeconómica y la político-democrática. Por eso proponemos  un espacio de reflexión  y un programa común que podemos compartir con ERC e, incluso -estoy relativamente convencido- con ICV en la parte socioeconómica y político-democrática. Las tres respuestas, las tres respuestas urgentes que requiere este país son -el orden de los factores no altera el producto-: la autodeterminación para avanzar hacia la independencia,  pobreza cero y corrupción cero.
Las elecciones anticipadas de Catalunya deben tener un carácter constituyente para poner las bases del nuevo modelo de país
Nadie sabe hoy lo que va a pasar, es cierto, pero para la CUP está claro que el 9N significa  que así no se puede seguir, que la perspectiva de alargar la legislatura hasta 2016 sería prácticamente un fraude a la validez política incuestionable del 9N, por más que algunos se empeñen en que no tiene validez jurídica. En cualquier caso desde mi perspectiva de la situación pienso que hay tres posibles esquemas, sé que es muy clásico  aquello de retroceder, colapsar o avanzar- sobre lo que puede pasar.  La primera, es que  estamos ante  el fin de ciclo y ante el  fin del régimen que surgió de la Transición, así que, afortunadamente,  un pacto al estilo del 78 entre las élites resulta  imposible. Hoy es inviable socialmente, no sería aceptado por la sociedad catalana, por lo que se desembocaría en un una conflictividad permanente. La segunda, es que con la  irrupción con tanta fuerza de  Podemos,  entre en el esquema la posibilidad de una reforma constitucional. La tercera, es un proceso propio, pues para nosotros no hay salida dentro del Estado español, eso lo hemos constatado en los últimos años y en las últimas décadas. Se trata de una canción antigua que no resolvería lo que pretendemos resolver como proceso catalán, que es mucho más que lo algunos pretenden  simplificar. No queremos  bajar una bandera y subir otra, lo que queremos es democratizar la democracia con un derecho a la libre determinación de los pueblos, que fue hipotecado fraudulentamente en la Transición.
Alargar la legislatura hasta 2016 sería prácticamente un fraude a la validez política incuestionable del 9N, por más que algunos se empeñen en que no tiene validez jurídica
Por lo tanto, hay un esquema que supongo saldrá más adelante en esta conversación, es el de la demos y la demoi: el proceso constituyente o los procesos constituyentes. Para la CUP el proceso catalán en sí mismo es un proceso constituyente y es un marco propio, un marco autónomo que puede ser compatible y coordinable con el proceso que puede protagonizar Podemos. Ahora bien, nunca aceptaremos un principio de subordinación o de subsidiariedad, porque parece que lo que se esté pidiendo es que pase algo en Madrid para que pase algo en Cataluña. Eso es desconocer o no saber descodificar las bases profundas de lo que es el proceso soberanista catalán, que es precisamente que somos un sujeto político propio. Lo que sería nuestro deseo y nuestra voluntad -así lo hemos exigido- es que, después de un compromiso con todas sus contradicciones y hasta el final con el 9-N, es darle la palabra al pueblo en unas elecciones anticipadas para abrir un proceso constituyente.
Orencio Osuna | De todas formas, hablas de soberanismo en un contexto en el que la soberanía para el estado español y para el resto de los estados europeos ha sido pulverizada por las imposiciones de la  troika. El diktat no sólo a supuesto el austericidio como modelo económico de adaptación europea a la globalización ultracapitalista, sino que , como dice Boaventura de Santos, una democracia en suspensión y, en consecuencia, un recorte a las  soberanías nacionales. Lo vimos  en Grecia y en Italia, con la imposición manu  militari de los primeros ministros o en Portugal y en España con las condicionalidades de los planes de rescate financieros y ahora logrando que Hollande traicione sus compromisos electorales para obedecer a esos poderes extra soberanos. El impacto político que está teniendo esta crisis en España  es tremendo, hasta el punto que hay un proceso abierto de movilización social   que impugna al régimen del 78,  que arranca en el 15-M, pasa por las mareas ciudadanas y se refleja en unos sondeos electorales que podrían anunciar importantes cambios. Esa movilización social tiene un carácter democratizador análogo al que tu dices que hay en Cataluña, aparte del componente soberanista. ¿ No resulta desagregador y debilitador  para   una potente  fuerza de cambio   en el estado español que se propugne para Catalunya una estrategia  en la que cada uno camine por su lado en un proceso constituyente?

David Fernández | Empiezo por todas las reflexiones que has hecho. Una: Europa, por supuesto cuando hablamos de soberanía debemos hacerlo en plural porque son muchas: la política, la económica, la popular, de movilización también  contra la demofobia que genera la troika. Es obvio que nuestro esquema no es solo del sur de Europa, sino también del Euromediterráneo. ¿Cómo garantizamos que la zona euromediterránea sea una zona de justicia, de democracia y de libertades? Eso es un combate muy duro a la vista del tiempo obsceno en que vivimos. Lo decías tú mismo, es obvio que esa ausencia de soberanía que se refleja en diferentes expresiones como forzar la dimisión de un presidente en Grecia por convocar una consulta sobre la deuda; como dar un golpe de estado de mercado tecnocrático en Italia y sin elecciones para cambiar el gobierno; como reformar el artículo 135 de la Constitución española para subordinar las finanzas públicas al interés de los mercados. Todas ellas están absolutamente orientadas a satisfacer a los mercados financieros, incluida  la variante celtibérica  con esa querella contra todos los que hemos promovido el 9N.
Ha habido un ciclo de impugnación reciente en el Estado español con esas mareas ciudadanas, también obviamente con la irrupción de Podemos, que resquebraja el tablero político español bipartidista
Dos, hablabas de crisis del 78. Es así, y es verdad que ha habido un ciclo de impugnación reciente en el Estado español con esas mareas ciudadanas, también obviamente con la irrupción de Podemos, que resquebraja el tablero político español bipartidista. Pero una de las puntas de lanza del cambio que pueda haber en el estado español -creo que la más sólida socialmente y la más potente, incluso culturalmente- es el proceso soberanista catalán. Si estamos de acuerdo en que uno de los fraudes de la Transición fue la ausencia de una libre determinación de los pueblos, el ciclo políticamente   intenso  que vive Cataluña desde hace ocho años, pero sobre todo los últimos cuatro años, muestra una sociedad en la que el PP es prácticamente hoy- a la vista de las encuestas- la sexta o séptima fuerza política. Aunque obviamente en Catalunya tenemos  las contradicciones de que una derecha catalana, que ha sido un pilar del régimen del 78 como es Convergencia, también forma parte del proceso soberanista.
Creo que al final la clave de la respuesta a tu reflexión no es tanto si es desagregador o insolidario o si vamos a la nuestra, sino  que más bien planteamos recuperar lo defraudado. Pienso que a partir de ahora, con nuestra libertad política recuperada, lo podemos decidir todo y también habrá que decidir, por supuesto, cómo nos relacionamos con nuestros vecinos, con el resto de pueblos del Estados español, con los que además nos unen muchísimos vínculos. Sería muy clarificador saber diferenciar sociedades, culturas, pueblos y estado. Cuando nosotros hablamos sobre qué es independencia, qué significa pedir la independencia en el siglo XXI en el sur de Europa, no estamos hablando de un Estado decimonónico, ni mucho menos. De lo que estamos hablando es de construir formas institucionales de gobierno que se puedan asemejar a un Estado, pero en un mundo del siglo XXI, que ha cambiado mucho respecto a los estados del siglo  XX. En el mundo de hoyindependencia significa como mínimo independizarse de tres poderes fácticos que nos hacen la vida imposible cada día: uno, el Estado español, como estructura de poder, negación e imposición de la libertad política de este pueblo; dos, de los mercados financieros, que son los que realmente diseñan los peores presupuestos y recortes antisociales desde el final de la dictadura; y, tres, de nuestra propia oligarquía, en la lógica de clases dentro del proceso catalán.
Cuando nosotros hablamos sobre qué es independencia, qué significa pedir la independencia en el siglo XXI en el sur de Europa, no estamos hablando de un Estado decimonónico
Pero no estamos proponiendo que nos demos la espalda, sino que estemos de igual a igual. Entre decir que cada uno vaya por su lado y que convivamos, nuestro deseo sería hacer una suma sincrónica y sinérgica que abra paso a más democracia allí  y más democracia aquí. Eso es lo mejor que nos podría pasar. Lo que no compartimos y no podemos admitir, porque eso sería aceptar que los catalanes no somos un sujeto político, es decir que conquistar más democracia aquí en Cataluña depende de que haya más democracia allí en el estado español. Nuestro proceso también es un proceso de ruptura democrática en sí mismo. Insisto en la frase que me sé de memoria y siempre la decimos: los procesos democratizadores en el Estado y en Catalunya son coordinables, son compatibles, pero no pueden ser subordinados o subsidiarios un proceso del otro en unas  relaciones. Lo digo además desde la experiencia acumulada en los últimos años en la escuela de los movimientos sociales, donde ya es así. Yo mismo vengo del Coop57 donde hay miembros  confederados de todo el Estado y no hay ningún problema: ni plurilingüístico, ni pluricultural, ni plurinacional. Somos una estructura libremente confederada en la que  Cataluña ha decidido libremente, Andalucía ha decidido libremente, País Vasco ha decidido libremente. En las relaciones con Diagonal/Línea Directa también esa hermandad y esa fraternidad está a prueba de bombas, pero eso no tiene que ser lo mismo con las formas de Estado,  porque van a ser diferentes formas de Estado. Finalmente, nosotros somos independentistas. Siempre hemos dicho que deseamos lo mejor para Podemos, pero los tentáculos del Estado y de la cultura hegemónica en el Estado español todavía son fuertes. Pensar que en 18 o 20 meses cambiemos la cultura política de los últimos 150 años me parece un poco ucrónico.
Orencio Osuna | Hay una reflexión que ahora cuando estabas exponiendo esta posición me venía a la cabeza: existe, por un lado, un poder que es el Estado español y por otro, una exigencia en la sociedad catalana y de sectores políticos hegemónicos en este momento que dice : “ no queremos compartir el poder político con un Estado que …”
Siempre hemos dicho que deseamos lo mejor para Podemos, pero los tentáculos del Estado y de la cultura hegemónica en el Estado español todavía son fuertes. Pensar que en 18 o 20 meses cambiemos la cultura política de los últimos 150 años me parece un poco ucrónico
David Fernández | No es tanto que no queramos compartir, es que queremos decidir lo que compartimos o no...
Orencio Osuna | Bien, pero quería situarme en el otro polo de la perspectiva. Me parece que, en general, la izquierda española, tiene una gran dificultad para identificar  alguna diferencia entre los problemas que fragelan a la sociedad catalana y a la española, fuera, claro está, del derecho o no a la autodeterminación. Tenemos el mismo paro, el crecimiento de las desigualdades, el empobrecimiento y la marginalidad, la corrupción sistémica, una casta corrupta, la colonización privada del Estado, el saqueo de dinero público para los oligopolios.. ¿En qué aspectos están las diferencias?
David Fernández | Es verdad que en las relaciones Cataluña/España hay un exceso de tópicos insufribles y de tópicos falsos, es decir,nosotros estamos en un proceso autodeterminista, reclamando simplemente lo mismo que deseamos al resto de pueblos del Estado, que el futuro de cada país lo decida su gente. Las complicidades están abiertas y son sólidas. La campaña de la Diada de la CUP del 11 de septiembre, quien da apoyo y quien está especialmente invitado es Diego Cañamero. De forma que cuando se hace el congreso de la CUT nosotros vamos a darles todo nuestro cariño. Que nosotros estemos en un proceso autodeterminista, hacia la independencia, no excluye nuestras relaciones fraternas ni con el resto de pueblos del estado español, ni con el pueblo portugués, ni con el pueblo griego, ni con el pueblo italiano, ni con ese sur de Europa que emite señales de humo. Pero lo mismo podríamos decir de los compañeros de Syriza o de las protestas en Italia o de las huelgas en Portugal.
Hay una concepción de la izquierda española -ahí soy muy de la teoría de Jaime Pastor que ha estudiado los comportamientos de la izquierda española estatista- que se ha instalado en la  incomprensión del derecho a la libre decisión de los pueblos debido a que la cultura política hegemónica ha machacado mucho sobre las periferias. Pero una cosa es la incomprensión histórica y otra es la falta de voluntad de aceptar el derecho a la libre determinación de los pueblos, una proclama, que siempre ha sido reivindicada por la izquierda y no precisamente por la derecha. Entonces, creo en las complicidades de clase: a nosotros lo que nos une es la clase, pero lo que nos separa, más bien lo que nos diferencia, es la libre determinación. Por ejemplo, por cambiar de latitudes, a veces cuando nos reunimos con compañeros de  izquierdas de Berlin nos acusan de nacionalistas, pero claro, ellos tienen la cuestión nacional resuelta. Seguro que ningún  compañero de Vallecas o de Lavapiés tiene que lidiar para  conseguir que su hijo estudie la lengua materna, o tiene que oír a un ministro diciendo que van a catalanizar a los niños vallecanos. Se trata sólo de  uno de los temas puntuales de la crisis, pero hay una incapacidad permanente por parte del Estado y en parte de las izquierdas - salvo honrosísimas excepciones que, por cierto, son cada vez más amplias de lo que parece-   de respetar el derecho a decidir. Lo que estamos diciendo es que esta vez los cambios no van a ser en base a imposiciones, a sujeciones, a subordinaciones…
Seguro que ningún compañero de Vallecas o de Lavapiés tiene que lidiar para conseguir que su hijo estudie la lengua materna, o tiene que oír a un ministro diciendo que van a catalanizar a los niños vallecanos
Orencio Osuna | Pero, no estoy hablando solo del respeto a un derecho sino de un factor tan decisivo en la vida política como son las correlaciones de fuerza, como es generar mayorías suficientes para cambiar las cosas. Hace unos días escuchaba en el congreso de Podemos a Alexis Tsipras que está proponiendo, por ejemplo, hacer una conferencia en el sur de Europa para discutir la negociación y la reestructuración de la deuda, tal y como se hizo en Alemania en 1953. Hoy se discute en la izquierda europea sobre los problemas comunes que tiene la Unión Europea o, mejor dicho,  de la ausencia de criterios comunes sobre la deuda, sobre la fiscalidad, la inmigración, sobre la falta de democracia y tantos otros asuntos vitales. Existe la necesidad imperiosa  de coordinar las acciones, de generar fuerzas y alianzas suficientes para cambiar las cosas. Es a esa misma dinámica de convergencias  que me remito a   escala española,…
David Fernández | Estoy muy de acuerdo contigo, pero si  el pilar fundamental para los cambios son las alianzas y las complicidades ¿porqué hay que renunciar a nuestro proceso autodeterminista? No renunciamos a nada, nosotros vamos a estar  en las coaliciones altereconómicas o anticapitalistas porque somos anticapitalistas nítidamente y somos de izquierda nítidamente y no vamos a renunciar a decir que somos de izquierdas. Nosotros hemos participado en cumbres globales contra el FMI, contra el Banco Mundial, y el hecho de que reclamemos libertad política para nuestro pueblo no nos encierra en una tribu por ser independentistas, esa es la desfiguración habitual de ciertos sectores cavernícolas. Además, hoy hay otro tópico: este proceso es de Artur Mas. No, se equivocan, cualquiera que conozca el proceso catalán en sus bases tectónicas, que conozca los datos  demoscópicos o la sociología política sabe perfectamente que los ciudadanos catalanes cuanto más de izquierdas, más independentistas son. Eso es así. Es inversamente proporcional, donde hay más independentistas es en la izquierda. Cuanta más pertenencia a la derecha  los apoyos a la independencia bajan drásticamente, especialmente la oligarquía catalana que manifiestamente, -no así la de pequeña empresa y el tejido productivo-, está en contra del proceso independentista.
Me parece lógica tu pregunta e imprescindible, pero luchar por la propia libertad política, exigir para nuestro pueblo lo que queremos para cualquier pueblo del mundo
Me parece lógica tu pregunta e imprescindible, pero luchar por la propia libertad política, exigir para nuestro pueblo lo que queremos para cualquier pueblo del mundo, no excluye de ninguna manera todas las alianzas, complicidades, solidaridades, frentes de luchas unitarios respecto a la cuestión de la deuda que afecta al sur de Europa, a todos  los PIGS. Todo eso refuerza las lógicas democraticistas de nuestras luchas, las de aquí y las de allí.
Orencio Osuna | Es que es el mismo capitalismo neoliberal y globalizador - ese capitalismo del siglo XXI que tan bien analiza Thomas Piketti -  dominante en Europa el que ha creado la misma devastación en todo el sur de Europa, en España y en Catalunya…
David Fernández | Se trata de un proceso de capitalismo senil que todo lo arrasa y que, aunque no nos lo digan, ha declarado una guerra. Los pobres y los pueblos nunca decidimos las guerras, nos las deciden los poderosos.  Warren Buffett, en un arranque de sinceridad, dijo hace cuatro años que estábamos en una guerra de clases. Por tanto, ¿cómo se para una guerra?: Se para no sólo con un frente institucional, sino desde la recuperación de la soberanía política, de la soberanía popular y de la soberanía económica. Estamos construyendo a pie de calle todos los días soberanías compartidas en base al cooperativismo, al municipalismo, a la defensa del territorio, a muchos frentes de lucha, a la construcción de sistemas de finanzas alternativos -que hoy son potentemente o incipientemente potentes en Cataluña-, en base a la autonomía social de los movimientos, que consiguen parar desahucios o que consiguen prohibir las pelotas de goma o que consiguen prohibir el fracking en Cataluña.
Como a veces todo se concentra en el proceso y en la consulta como mono tema, pienso que hay decir claro que en los últimos 20 días el Estado español, a través del gobierno del PP, ha prohibido el decreto de pobreza energética de la Generalitat, que era demasiado corto, es cierto, pero que a las puertas de un invierno, tenía que impedir cortes en los sectores más vulnerables de la sociedad. Eso está prohibido, no se puede hacer. Ha bloqueado la prohibición del fracking aprobada por el  Parlament. Ha prohibido la consulta del  9-N. Algunos sectores de la opinión de izquierda española deberían comprender que en el proceso catalán existe un componente profundamente democrático que no es suficientemente resaltado. No tengo ningún tipo de duda  de que muy buena parte de la sociedad española también está contra eso. Se ha pasado del golpe de estado clásico a un  golpe de mercado que ha instalado a la troika al mando. En la lucha contra esa tiranía moderna todos somos imprescindibles y nadie sobra. Pero eso no excluye que nosotros luchemos por nuestra propia libertad política.
Orencio Osuna | Desde la infausta sentencia del Tribunal Constitucional sobre el Estatut, ha existido  una exigencia masiva en la sociedad catalana por el derecho a decidir en tanto que reivindicación democrática sin que ello implicase en principio una decantación hacia la independencia o el federalismo. Pero el 9-N ha evidenciado que ese movimiento se ha decantado  mayoritariamente hacia una salida independentista. De hecho, más del 80% de los votantes del 9-N votaron por la independencia
David Fernández | Sí, sí…pero creo que eso es poco novedoso. Es verdad que el 9N había una doble movilización: uno en clave democrática como es que los ciudadanos tuviesen derecho a ejercer su derecho a voto, sea cual fuere su decisión y, otro,  en clave independentista  Yo mismo, por ejemplo, me movilizaba en esas dos claves: para defender que la gente pudiera votar, tanto si votaba “sí-sí”, como si votaba “no-no”-por cierto, la mayor movilización numérica por el “no” ha sido el 9N con cien mil votos- y después, obviamente, en defensa de nuestro proyecto político independentista. La mayoritaria del “sí-sí” el 9-N viene a confirmar que la independencia es hoy la primera opción política en Catalunya, que también está confirmada en todos los estudios demoscópicos. Todavía le queda recorrido, pero más de 50% de los ciudadanos catalanes ya está a favor de la independencia. Hay una frase del estimado Lluís Llach que lo dice muy bien: “el proceso soberanista catalán, donde la clave es la gente, es un proceso que ha nacido fuera de la institución, es un proceso que va de abajo a arriba”. Es por decirlo así, desde hace cuatro años nuestro Podemos, es decir, el proceso soberanista catalán es el Podemos catalán. También Jaime Pastor explica  muy bien los conceptos de demos y demoi: no hay solo un pueblo y una soberanía, hay diversas soberanías en el Estado español. También, no hay que olvidarlo, hay un conflicto vasco con muchísimo dolor y sufrimiento acumulado y sufrimiento en todas las partes que también hay que resolver.
Lo que está reclamando la sociedad catalana mayoritariamente no es un nuevo encaje en el Estado español, sino la independencia
Estamos en un período de crisis, hay una frase en latín “de te fabula narratur“ (es tu historia la que cuentan por adelantado), que expresa bien que esta historia ya ha sido vivida en escenarios parecidos, aunque sean diferentes, por lo que resulta necesario tener un análisis de riesgos de lo que pueda pasar en el futuro. Lo que está reclamando la sociedad catalana mayoritariamente no es un nuevo encaje en el Estado español, sino la independencia. Eso es así hoy, en noviembre de 2014, aunque no creo que no va a ser así en el futuro. También es verdad y también tienes razón cuando se afirma que la clave del proceso es el derecho a decidir sobre estar o no federados, confederado o independientes. Pues, bueno, yo soy confederal, yo vengo del cooperativismo y pienso que obviamente con nuestros vecinos del Estado español tenemos una historia compartida muy amplia y aquí no se rompe ni vínculos personales, ni afectos que son irrompibles, porque estamos hablando en términos políticos. Pero es un debate sobre el  queda mucho que avanzar, porque pienso que hay una manifiesta incomprensión y a veces cuesta muchísimo entender el proceso catalán.
El otro día Fernando Rey, catedrático de Derecho Constitucional, escribía en El País que el proceso soberanista no es un soufflé, esto es un plumcake. El 9-N no es el techo electoral del independentismo, es el suelo electoral de la movilización social del independentismo, con  esos 1,8 millónes de votos. Pienso que una de las razones por lo que esto es así  ha sido la  incomparecencia e incomprensión de la izquierda en los últimos 30 años respecto a la libre determinación de los pueblos. Siempre me duele recordar  el trato que recibió el Estatut del 2006 que propuso este Parlamento, que Zapatero dijo que aprobaría y que finalmente fue recortado tres veces tras un referéndum. Ahí nace la desconfianza política profunda de buena parte de la sociedad catalana que no se definía independentista. Por tanto, ahí se explica lo que decía sobre esta historia, ya la hemos vivido y preferimos autodeterminarnos, construir nuestra propia libertad. Luego, con esa libertad recuperada, podremos construir todo lo que sea necesario.
El 9-N no es el techo electoral del independentismo, es el suelo electoral de la movilización social del independentismo, con  esos 1,8 millónes de votos
Orencio Osuna | Resulta llamativo que en varios debates sobre Catalunya en los que he participado -en la Tuerka o en el Ateneo de Madrid organizado por Público- ningún portavoz de las fuerzas políticas soberanistas se definiese como nacionalista. Señalo esta cuestión puesto que si existe una mayoría social por el derecho a decidir es por la agregación de distintas voluntades políticas y una de ellas tiene que ser, en una u otra medida, de carácter nacionalista identitaria. De otro modo no se entenderían expresiones tan extendidas como  “Espanya ens roba” o el futbolero “Espanyol, el que no bote” o    el historicismo “Nosaltres Sols”. La “catalanofobia” alentada por la derecha española y un cierto españolismo liberal también ha creado una especie de  “alter ego”  en Catalunya con el despliegue de una “españolofobia”.  ¿No te parece  que el componente de ruptura   social del soberanismo  tenderá  a desagregarse de  la parte más identitaria, más nacionalista y antiespañola?  Al fin y al cabo, como decía Pablo iglesias recientemente: “aquí no hay más patria para algunos que Suiza”; o como me decía Ada Colau : “no conozco más frontera que la de la pobreza”.
David Fernández | En Cataluña, esa teórica fractura en términos de origen, de percepción de identidad subjetiva, no existe. La única fractura social en Cataluña es la pobreza y la desigualdad, pero pienso que  la lucha contra su origen y sus causas también está incorporada en el proceso soberanista muy mayoritariamente. Tú hablas de una cosa que se retroalimenta siempre, como son los nacionalismos conservadores. El nacionalismo conservador o ultramontano españolista se retroalimenta hipotéticamente -porque evidentemente  existe-, con un nacionalismo conservador catalanista, llámale de Torras i Bages o  de Cambó. Pero pienso que en el nacionalismo hay una lógica muy desigual. Los nacionalismos han existido a lo largo de la historia y tienen distintas naturalezas:  desde nacionalismos de liberación,  hasta nacionalismos no ya de opresión o de glándula hipertrofiada de gran imperio, sino directamente criminales. Finalmente, los fascismos eran la vertiente conservadora de los nacionalismos.
La única fractura social en Cataluña es la pobreza y la desigualdad, pero pienso que la lucha contra su origen y sus causas también está incorporada en el proceso soberanista muy mayoritariamente
Si se quiere denominar como nacionalista al soberanismo catalán -lo cual luego discutiré-habrá que decir que se trata de un nacionalismo laico basado en la unidad civil, basado en la igualdad, que no discute a nadie sus sentimientos de identidad y que, además, ha hecho de la inmigración un patrimonio propio del país,  -pienso que esto que diré es una aportación positiva,  desde la humildad, a aquellas otras zonas del mundo donde hay conflictos entre  naciones que cohabitan en un mismo estado. Yo no soy nacionalista. Lo he dicho siempre, no puedo serlo. En primera instancia, porque vengo de Zamora, mis padres vinieron aquí hace 40 años y son hijos de destripaterrones pobres y antes de eso, mis abuelos habían emigrado a Cataluña y al País Vasco, huyendo de la dictadura de clase, no solo política, que fue el franquismo. Una dictadura de clase que obligó a millones de personas a dejar su tierra de nacimiento. Por tanto, estoy en este proceso catalán porque su  clave  se llama democracia, partiendo de la reivindicación de que somos una nación. El reconocimiento de que Catalunya es una nación  ha sido históricamente  negado por el Estado español y ahora sigue negando a aceptarlo  el bipartidismo español vigente.
El otro día, Pablo Iglesias decía que somos una nación de naciones. Yo matizaría  que somos naciones a secas y el día que esas naciones decidan libremente que se cree un espacio compartido, pues quizás seamos una nación de naciones. Pero, por ahora, en base a la persecución, a la imposición, a una cultura inquisitorial, de negación permanente de ese componente de cultura propia, de pueblo, de sujeto político,  se puede comprender la fuerza con la que ha arraigado en Catalunya la exigencia democraticista, la demanda autodeterminista y la propuesta independentista. El proceso que estamos viviendo es profundamente democrático. Pienso que el factor fundamental del proceso catalán es que queremos que el futuro de este país lo decida su gente. Nunca decimos que España nos roba, la CUP nunca diría eso. ¿Contradicciones? ¡ Todas, no una, todas ¡. Aquí hay la derecha catalana con la que tenemos proyectos políticos absolutamente diferentes. Tal vez, por ahora, la gran diferencia entre Artur Mas y Mariano Rajoy es que, mientras Mas pone urnas, no porque él quiera sino porque tiene un pueblo detrás exigiéndolas,  Rajoy las prohíbe.
Orencio Osuna | No soy un historicista, pero pienso que todas las sociedades tienen unos patrimonios históricos, unas tradiciones políticas. En Cataluña  en ciertos momentos de crisis en el siglo XX, por ejemplo, creció mucho el nacionalismo catalanista vinculado a la burguesía, en concreto la Lliga Regionalista, de Francecs Cambó. Pero cuando empezó en Barcelona y en Cataluña un potente sindicalismo obrero y una movilización social como la Semana Trágica, la Huelga de la Canadiense que conquistó por primera vez en el mundo la jornada de 8 horas…muchos de esos catalanistas no dudaron en apoyar a los pistoleros del “Sindicatos Libres”, dar su sostén a la dictadura de Primo de Rivera y, como trágico colofón, incluso financiar el golpe de Franco.  Quiero decir con eso que si hay una tradición política también…
David Fernández | Sí, sí, das en la clave  de cómo es el proceso catalán. Es cierto que en términos demoscópicos existe más o menos un acuerdo dentro  del soberanismo, aunque al final la mejor encuesta son las urnas. Pero la cuestión es que el 70% de la gente que está a favor de la independencia hoy se define de izquierdas, no de centro-izquierda, sino de izquierdas. Pienso que hay  una constante histórica en este país: cuando más ha avanzado este país en términos democráticos y sociales ha sido cuando las clases populares han irrumpido para buscar una alternativa a la crisis que sufrían. Por supuesto hemos tenido los catalanes de Franco, pero por ahí no vamos a pasar. No hay frase más estúpida del nacionalismo conservador, aquí o en cualquier parte del mundo, como esta que dice que todos los catalanes somos buenos. ¡Y un cuerno! Tenemos Angladas , tenemos Millets, tenemos Pujols, tenemos todo lo que tú quieras. Tenemos Fainés, Salmaranch...
Jordi Pujol y el pujolismo, como sistema integral de poder es un genuino componente del régimen del 78
Entonces, ¿quién se deja la piel en la pista de la vida y en la lucha contra Franco?, el movimiento obrero. ¿De qué están llenas las cárceles bajo el franquismo? del movimiento obrero. ¿Quién da apoyo a Franco? las oligarquías de este país. ¿Quién da apoyo a Aznar? las oligarquías de este país ¿Quién le salva el culo a González cuando está ahogado en la mierda –perdón por el taco- del GAL y de la corrupción? la oligarquía de este país.
Jordi Pujol y el pujolismo, como sistema integral de poder, y  es un  genuino componente del régimen del 78. Tiene el sello marcado a sangre y fuego del 78, forma parte del régimen. Lo decíamos en el 2012: durante 34 años, Jordi Pujol ha sido el mayor garante de la unidad de España. Pero, como dice nuestro querido Antonio Baños,  hay un componente en el soberanismo –lo explica en La rebelión catalana- profundamente anti-oligárquico y esa constante histórica hoy está encima de la mesa. ¿Quiénes  departen con Rajoy, seguramente cada 15 días, para evitar este proceso?: Isidro Fainé, todopoderoso presidente de La Caixa, y Javier de Godó, todopoderoso propietario de La Vanguardia. Son los buques insignia de la Cataluña de los Pujol, por cierto. Eso es así y a veces pienso que en el Estado español y en el resto de pueblos muchas veces cuesta entender esa constante histórica. De la misma forma te digo que también hay independentismo hiperventilado que se piensa que proclamar la independencia en marzo que viene es el este del Edén. Algunos crédulos deben pensar que se puede ser independiente siendo, como somos, una de las sociedades más desiguales de Europa, siendo una zona franca de los mercados financieros internacionales y vendiendo prácticamente todo el país. Por tanto, ¿qué es soberanía en el siglo XXI? Y ahí lo determinante son las clases populares y un movimiento de base popular que ha protagonizado tres Diadas históricas, que ha hecho 555 consultas por la independencia en los municipios, que la demanda de que somos un país, de que somos una nación, de que tenemos derecho a decidir es claramente hegemónica.
Orencio Osuna | Otras generaciones salieron a la calle masivamente exigiendo el Llibertat, Amnistia y Estatut d´Autonomía, que dieron lugar a un gran consenso social y político. Me parece que gracias  a organismos unitarios como la Asamblea de Catalunya, y, sobre todo al PSUC y Comisiones Obreras, fue posible atraer a grandes sectores de la inmigración, que era mucho más reciente que ahora, hacia un consenso social, cultural, lingüístico, educativo, institucional, que ha durado décadas. Fue algo singular que la Generalitat fuese la única institución republicana que se restauró en España tras la muerte de Franco…
David Fernández | Sí, sí, pero, ¿para qué? : Para evitar una victoria de las urnas de las fuerzas de izquierda catalana…
Orencio Osuna | Pero, ¿qué fue la Transición? Esencialmente, a mi juicio, se trató de un proceso político para sustituir la dictadura por un régimen homologable a los modelos europeos, pero que estuvo hegemonizada por los poderes que provenían del franquismo. El régimen que nace de esa transición es lógicamente el fruto de la correlación de fuerzas internas de ese tiempo. Pero, quizás, fueron aún más decisivos los factores internacionales, cuando ya había caído la dictadura de los coroneles en Grecia y  en Portugal  y se había producido el 25 de abril…
David Fernández |  Eso es la geoestrategia.
Orencio Osuna | Así es, precisamente me sorprende que en la reflexión sobre el proceso soberanista esté tan ausente el contexto geoestratégico. En cualquier caso, lo que quería plantearte es sobre las consecuencias en la sociedad catalana de sustituir los consensos anteriores por otro basado en la independencia. Ya sé que esto es casi tabú, pero ¿no podría generar quiebras  de la cohesión social, divisiones y separaciones dentro de la sociedad catalana?. El mismo 9-N indica que si bien se ha fortalecido el polo independentista dentro de un soberanismo posiblemente mayoritario, también la participación y resultados en las urnas indican que hay sectores importantes de la sociedad catalana que son más renuentes, distantes, que sostienen otras opciones federales o autonomistas.. Eso se tendrá que dilucidar en un proceso democrático en que participen todos los ciudadanos.
David Fernández | Eso es obvio, pero el derecho a decidir es para decidir cosas, no  que las decisiones no tengan trascendencia más allá de votar. Es para que lo que decida la mayoría, con el respeto de la minoría por supuesto, tenga valor.Toda decisión política, cada una que votamos aquí, genera adhesiones y oposiciones. Eso no lo veo, mira que lo he escuchado en Intereconomía, en 13TV, en columnas de la caverna mediática derechista, decir que esto va a dividir Cataluña por la mitad y aquí va a haber hasta “carajinas”. Eso no es así porque la unidad civil, su laicidad, aquí nadie lo cuestiona. Yo no cuestiono a mi madre como se tiene que sentir. El proceso no se lo cuestiona.
Si hablamos de consensos y hegemonías, el 96% de los ayuntamientos de este país están a favor de la consulta; 3.800 organizaciones civiles han firmado en el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir. No ha existido ningún pacto en este país en los últimos 34 años tan amplio y plural que como el Pacto Nacional por el Derecho a Decidir, en el que están las patronales, excepto la grande, y los sindicatos como UGT y Comisiones. El derecho a decidir de los ciudadanos es para tomar decisiones también  sobre los  derechos sociales. Nosotros decimos que las urnas del 9-N no están sólo para decidir sobre una sola cosa.  Se deben quedar ahí para decidir sobre el modelo energético, para decidir el modelo industrial, para decidir el modelo de relaciones laborales, para decidir cómo se defiende y se preserva el territorio, para decidir nuestra relación con la Unión Europea, para decidir nuestra relación con nuestros entornos sociales, políticos y culturales del resto de pueblos.
Hay, no obstante, otra clase de debate que se retroalimenta: al igual que se fabula sobre una independencia Arcadia, también hay una independencia Infierno que nos describe  las plagas de los siete días. Tampoco es así y se debe asumir que, obviamente, hay debates que están pendientes de resolver. Por eso estamos en una crisis, porque no sabemos cómo será el futuro. Es lógico  estar en debates con gente jubilada que dice “y esto de las pensiones, cómo se va hacer”. ¡Claro¡ ¡Ojalá tuviéramos delante al Reino Unido y a David Cameron. ¡Ojalá tuviéramos delante la Corte Suprema del Canadá que establece que el derecho a decidir de una comunidad política y de un país sirve tanto para juntarse como para separarse ¡.Eso parece de Perogrullo, pero lamentablemente no estamos en esa lógica. El drama es que el Estado español ha desistido de ser nuestra área de resolución política, democrática, civil y civilizada de los conflictos políticos.
Orencio Osuna | De todas maneras, hay dos condiciones para que se produzca este proceso: una, que haya una mayoría social electoral, no solamente de las fuerzas políticas, del tejido social representativo, sino que en un momento determinado tiene que haber una consulta, un referéndum, una decisión…
David Fernández | Por supuesto.
Orencio Osuna | Eso necesita una mayoría incontestable...
David Fernández | Y para nosotros tiene que ser una mayoría cualificada
Orencio Osuna | Y una segunda cuestión: aún ganando la opción independentista un referéndum, indefectiblemente tendría que haber una negociación con el estado español, como hubiese pasado en Escocia de haber ganado el “SÍ”. Al día siguiente se tendrían que negociar muchos y complejos asuntos, desde las pensiones a las fuerzas armadas o la propiedad de las infraestructuras.  Por el momento, el gobierno del PP sólo afronta este asunto con lo que Enric Juliana llama la Brigada Aranzadi y esgrimiendo la Constitución como los Diez Mandamientos. Pero, con independencia de lo que diga  Intereconomía y la derecha feroz ¿ porqué se debe descartar que haya división y enfrentamiento en la propia Catalunya?. Al fin y al cabo desde que se desencadenó la crisis en Europa  han aumentado las tensiones territoriales en numerosos estados: en la llamada Padania de Bosi, en Bélgica entre Flandes y Valonia y otros muchos países europeos en los que hay minorías culturales y lingüísticas...

David Fernández | Groenlandia que se ha independizado hace poco tiempo y no ha pasado nada.
Orencio Osuna | Quiero decir que si el  consenso vigente  en Cataluña en torno a las instituciones, el uso de la lengua, el modelo escolar se va a sustituir por un nivel de consenso mayor o existe la posibilidad de desafección de algunos sectores más apegados al estado español.
David Fernández | Sí, creo que va a ir a un consenso mayor y lo digo además con experiencias prácticas. Por poner una importantísima que empezó bajo la “aznaridad”, como diría el querido Vázquez Montalbán-,: la inmersión lingüística- que el modelo educativo con el que se garantiza el aprendizaje del catalán y el castellano - nació en 1983 en Santa Coloma, en la obrera Santa Coloma, a petición de alumnos, padres, madres y profesores. Aquí no hay ni un solo conflicto social en relación a  ese modelo.
Puede que se produzcan cambios en el Estado e igual podremos votar, pero eso sería inaceptable para nosotros si está basado en un principio de dependencia, subordinación y subsidiariedad y por ahí nosotros no pasamos
Si tú lees o escuchas lo que dicen en Madrid ciertos medios, parecería que hay una enorme oposición social. Pero la prueba de que eso es una mentira es que sólo cinco familias  han pedido no ser escolarizadas en catalán. Además, ¿qué hace nuestro modelo educativo?: darles atención personalizada porque lo que no vamos a hacer es por cinco personas cambiar todo el modelo catalán. No te digo que se intente que ese consenso se rompa, estoy seguro de que va a haber intentos de guerra sucia, de burdas manipulaciones, de impulsar un nuevo lerrouxistas, de provocar enfrentamientos. ¿A mí quién me cuestiona hoy “genéticamente”? Hoy a mi los únicos que  me dicen charnego, que era el lenguaje de los nacionalismos conservadores, son los nacionalistas españolista más recalcitrante. Quien se ha obsesionado con que yo me llamo Fernández es otro Fernández del ABC, que cada equis tiempo me dedica una columna que apela a mi sangre y a mi estirpe para llamarme traidor. Lo hace desde un discurso supremacista, que es absolutamente infumable. Intentarán la división,  pero las bases no son reales porque luchar contra la democracia es muy jodido. En Catalunya las movilizaciones y las manifestaciones que ha habido contra el proceso han reunido entre 15.000 y 30.000 mil personas, que comparado con 2 millones de personas lo dice todo. Se ha movilizado más gente legítimamente, que tan legítimo es el sí a la independencia como el no a la independencia. Lo que es ilegítimo, impresentable, inadmisible es que no se nos deje votar. Tú decías que hasta que no se pueda votar en una consulta con totales garantías…pero es  que tenemos hoy la certeza que el actual gobierno español  no nos van a dejar votar. Puede que se produzcan cambios en el Estado e igual podremos votar, pero eso sería inaceptable para nosotros si está basado en un principio de dependencia, subordinación y subsidiariedad y por ahí nosotros no pasamos. Entonces, ¿qué hacemos? Nosotros siempre hemos dicho que no queremos una declaración unilateral de independencia, lo que queremos es un referéndum. La clave de todo se llama referéndum, pero si  nos prohíben hacer el referéndum, el último recurso aunque no nos guste, la última ratio, será un proceso unilateral, que evidentemente tendrá que ser ratificado en un breve período de tiempo por un referéndum vinculante. Lo que valida o invalida este proceso es el referéndum.
Orencio Osuna | Imaginemos que el Parlament de Cataluña por una mayoría abrumadora vota una declaración unilateral de independencia. En el mejor de los casos sería imprescindible negociar que acepte la legitimidad de esa decisión y abrir las correspondientes negociaciones que concreten los términos de la separación. De no ser así se abriría un colosal conflicto entre legitimidades y legalidades. Además una declaración de independencia no aceptada por el estado podría dar lugar a un conflicto con  instituciones de la propia Catalunya que considerasen ilegitima e ilegal esa decisión del Parlament. ¿Se puede excluir que un ayuntamiento, o el poder judicial o las fuerzas policiales, por poner algún ejemplo, no acaten esa decisión?
David Fernández | Está muy bien la pregunta. Yo no excluyo que eso pase, pero no de forma natural y neutra. Esa puede ser  la estrategia del Estado. La carta principal del Estado contra el proceso va a ser instigar la cultura del miedo y de la división de la sociedad catalana. De hecho ya se ha intentado en los últimos tres años y te aseguro que no ha funcionado. Ha habido intentos de generar oposición y conflictividad basado en ese tipo de claves divisitorias o de fractura o de enfrentamiento. Pero pienso que esos intentos han fracasado porque  se topan con  un ejercicio pacífico, democrático y respetuoso de la voluntad ciudadana, que es otra de las características del proceso. Este es un proceso no ya estrictamente democrático, sino de unos niveles de movilización pacífica y democrática que, como decían los observadores internacionales –por cierto, unionistas escoceses-, es  absolutamente ejemplarizante.
Sobre la necesidad de que haya mayorías cualificadas la CUP está absolutamente de acuerdo. Siempre hemos dicho que jugábamos, dependiendo si hay normalidad democrática, o si hay excepcionalidad antidemocrática, pero la independencia debe tener un apoyo nítido  en una horquilla del 56% al 70% de los votos. Eso es lo que hace imparable el proceso. ¿Cuánto falta para eso?, pues entre  500.000 mil y 600.000 mil votos que todavía no se han podido manifestar. Por tanto, el referéndum es clave e insisto que lo que no podemos hacer es esperar a que pase algo porque eso es un principio de dependencia, depender de otros para construir lo tuyo. De todos modos cuando hablamos de unilateralidad no estamos proponiendo cerrar compuertas ni  romper todas las amarras con el resto de pueblos y reivindicaciones, se trata simplemente de ser sujeto de soberanía y decidir  democráticamente por nosotros mismos. Además estamos  en un contexto que, es imprescindible decirlo, no somos un país normal. Cataluña no es un país normal. Nosotros nos valemos de otro concepto, que es el de los Países Catalanes, que deben tener una base confederal. Desde nuestra perspectiva los Paises Catalanes son  una realidad social y cultural compartida con la que nos unen muchísimos vínculos, que remiten sociolingüísticamente a los territorios donde se habla el catalán. Una que es, por cierto, la décima lengua en Europa pero  que no está reconocida como lengua oficial por cortesía de PP y de PSOE. Destaco la actitud del PSOE  que hablan de plurinacionalidad y se declaran un partido federal y resulta que la página web del PSOE, 34 años después, sólo está escrita en castellano. Nosotros siempre planteamos propuestas de confederalidad, partiendo del derecho a decidir de cada comunidad, tanto del País Valencià como  de las Illes. Afortunadamente, las realidades culturales y sociales compartidas -que existan o no existan- no dependen de la forma de Estado. La condición política de ser catalanes ha existido a lo largo de los tiempos y durante muchas décadas y siglos. Sin Estado y contra el Estado, hemos persistido a lo largo de los tiempos y así seguirá siendo en el futuro.  Ahora bien, también sabemos que hoy no hay articuladas mayorías soberanistas en el País Valencià y ni en las Illes. Sí, en cambio, hay articuladas importantes mayorías en defensa del respeto al plurilingüístimo en el caso del País Valencià con la Escola Valenciana como una experiencia importante. También en las Illes hemos visto unas protestas históricas contra el gobierno de Bauzá con su TIL, que pretendía marginar la lengua catalana de las aúllas. Existe, por tanto, un espacio territorial que comparte cultura, que comparte vínculos, que comparte una lengua en común pero que no excluye otras, pues hoy en Cataluña hay 242 lenguas maternas fruto de los procesos migratorios que hemos vivido. Gente como el ministro Wert con su política recalca esa realidad, cuando  se obsesiona contra esa realidad sociolingüística por igual en las Illes Balears,  en el País Valencià o en Cataluña. Aquí contra  la inmersión, en Valencia con  el valencià y en las Illes con el TIL.
Orencio Osuna | Me ha llamado la atención que la CUP lo que más destaca en  su logo  aparte de la estelada, es un contorno…
David Fernández | La estrella roja…
Orencio Osuna | No, el mapa de los Países Catalanes, incluida la Cataluña norte, que está en Francia. Entiendo que para ti lo que estás diciendo es  que la identidad de ese espacio es la lengua catalana, esencialmente. Eso me hace recordar lo que decía Vicens Vives, por ejemplo, cuando escribía sobre los grandes enfrentamientos que ha habido históricamente, entre la Cataluña rural, feudal, ultracatólica, carlista, y la Barcelona mercantil,  industrial, laica, progresista, obrera. Ambas identidades también son compartidas históricamente con muchos sectores del Estado español tanto en el polo conservador y derechista, como en el polo progresista. Por ejemplo, hemos compartido la lucha antifranquista y, en cambio, otros catalanes  apoyaron y se lucraron de la dictadura; el Pacto de San Sebastián facilitó que accediese la II República; los políticos catalanes como Figueras y Pi i Margall tuvieron un papel muy destacado en la I República. Hay una España que no es la España del PP y de la caverna españolita…aún hay 150.000 desaparecidos en las cunetas.
La catalanidad, por decirlo así, es una condición política
David Fernández | Por supuesto, ya lo dije recientemente en el debate  del Ateneo de Madrid…la España de Antonio Machado, de Lorca...
Orencio Osuna | Sí, yo estuve allí, pero ¿cómo se puede sostener que tenéis más identidad colectiva con las personas que comparten la lengua catalana que con...?
David Fernández | Es que esa identidad es esencialmente política. Para mí la catalanidad, por decirlo así, es una condición política. Obviamente hay un país y, en consecuencia, pensamos que somos una comunidad política…
Orencio Osuna | ¿Basada en qué? ¿En la lengua, en un tejido socioeconómico,  en la religión?
David Fernández | (Risas) Cada vez somos menos seculares…
Orencio Osuna | Quiero decir que las identidades colectivas se forjan en torno a factores concretos ….
David Fernández | Si, por supuesto. Desde el pensamiento marxista hasta otras teorías más liberales, se han definido y detallado en  qué consiste el término   nación. La cuestión central es cómo la gente, sobre todo las personas –porque eso de hablar de naciones sin personas y de países sin gente resulta vacuo- tienen y mantienen en el tiempo una autoconciencia de pertenencia. Te hablo desde las teorías más clásicas, no te hablaré de los principios clásicos del marxismo u otros, pero como principio  somos una realidad política, somos una nación. Lo cual no quiere decir -eso es importante para la  CUP- que  nosotros reivindiquemos un futuro compartido como nación en base a unos minutos gloriosos del pasado.
Orencio Osuna | Sí, pero  decía el historiador Eric Hobsbawm que las naciones y los estados construyen sus identidades en base a  la invención de la tradición, inventando la historia…
David Fernández | Hay un pensamiento más libertario que dice que todas las naciones son construcciones sociales ficticias, pero son reales en sus consecuencias. Mañana estamos en Perpiñán haciendo nuestro Consejo Político. No es porque digamos: ¡Oh, Perpinyá, la Catalunya Nord¡ para construir un mito, sino porque estamos trabajando con compañeros de allí en defensa de los sin techo, contra la marginación y otras muchas que compartimos. Nos podemos quejar del Estado español, pero el jacobinismo francés contra el plurilingüístico resulta nefasto. Pero, volviendo a la discusión anterior,   te lo pregunto al revés: ¿Por qué los verdes franceses en su propuesta de reforma del Hexágono dicen que la Catalunya Nord  pase a Catalunya? Yo pienso que tenemos  una realidad política e histórica que es real, que es compartida, pero sea como sea la clave de nuestro proyecto político no es el pasado mitológico, es un futuro democrático.
Orencio Osuna | Lo que me llama la atención de tus reflexiones sobre  los Países Catalanes como un espacio político compartido es que esa misma reflexión serviría con igual contundencia como argumento de la realidad  del espacio compartido con  el Estado español. Sea como sea han sido siglos de pertenecer al mismo estado y ese hilo histórico ha creado un tupido tejido de relaciones económicas, culturales, políticas, familiares…
David Fernández | Por supuesto, pero es que lo que nosotros aborrecemos son los nacionalismos dominantes, su naturaleza de nacionalismos banal, tal y como lo formula Michael Billig, es decir un nacionalismo que hace aparecer “natural” la identificación entre una lengua o una cultura con un territorio y una comunidad política.. En el Estado español está  vigente un nacionalismo banal.
Orencio Osuna | Sí,  desde el siglo XVIII y, sobre todo a partir del siglo XIX tal y cómo dice  Álvarez Junco en su obra “Mater Dolorosa”.
David Fernández | En Cataluña el castellano forma parte de este país, pero más allá de esa obviedad: la cultura catalana no es la sardana. Estoy harto de esa identificación. Es la sardana por supuesto, pero también es el garrotín, es la jota, es la malagueña de Barxeta, es la rumba catalana, que es puro flamenco.
Orencio Osuna | Yo sé que en Cataluña es donde hay más peñas flamencas de todo el Estado español. De eso no tengo dudas…
David Fernández | Está la peña de Enrique Morente montada en Nou Barris
Orencio Osuna | Sí, en el barrio de Verdum…
David Fernández | Te lo digo al revés: ¿qué cambió en las izquierdas estatales, por ejemplo? ¿Por qué? Creo que no me equivoco si identifico cuáles eran los grandes símbolos de la lucha contra Franco: obviamente la lucha del movimiento obrero; pero también la reivindicación gallega, vasca y catalana formaba parte del universo antifranquista, del cambio político y social para derrocar la dictadura. ¿Por qué hoy no forman parte de eso y antes sí?
Orencio Osuna | Ha sido una gran pérdida para la izquierda española, desde luego, que abandonó, sobre todo el PSOE, la lucha por construir un estado  plurinacional y ha permitido que la derecha conservadora y liberal haya impuesto la visión hegemonía de una España uniformista  y unilingüistica …
David Fernández | Siempre he pensado como decía Salvador Espriu en  La pell de brau, en la incomprensible incapacidad que tienen grandes sectores de la sociedad española  de disfrutar -porque ya no se trata sólo de respetar, sino de respetar y de disfrutar- de la realidad pluricultural y  pluricultural. ¿Cuál es el problema? Lo digo además pensando en los  profesores y profesoras que he tenido en la escuela pública catalana, que me han enseñado a conocer quién es García Lorca, como muere Miguel Hernández,  quién es Rosalia de Castro o es  Gabriel Aresti, pero creo que en el resto del Estado español poca gente sabe quién es Vicent Andres Estellés o quién es Vicens Vives o Marti i Pol, por ejemplo. Eso está pasando. Cabe interrogarse por qué sucede ese desconocimiento de la lengua y la cultura catalana. Todo eso ha sucedido con el PSOE en el poder, cuando se sustituye la tradición antifranquista de respeto a lo plurilingüístico, a lo plurinacional, con proclamas sobre un estado en el que  unos pueblos convivirían en  relaciones fraternas y libres. Eso como deseo estuvo bien, pero como realidad, se ha impuesto la hegemonía político cultural del Estado español, de las élites que han colonizado el Estado, que son absolutamente reacias a cualquier tipo de respeto a una realidad plurinacional.

Orencio Osuna | También ha habido y hay en España una tradición histórica federal, comunista, socialista, progresista, libertaria, que probablemente con la crisis del régimen del 78 y por los nuevos procesos democráticos que se han abierto, esté de nuevo recuperando la visión de una España plurinacional. Quizás se pueda catalogar de anécdota intrascendente, pero en el congreso constituyente de Podemos se clausuró con el canto  en catalán por los asistentes de la mítica L’Estaca de Lluis Llach.  La primera vez en mi vida que escuché el catalán fue cuando Raimon cantó en  la Facultad de Económicas de Madrid  el 18 de mayo de 1968. Raimon, Llach, Ovidi Montllor,  Pi de la Serra , Joan Manuel Serrat, eran algo propio, un referente, para los antifranquistas, y lo siguen siendo ahora, desde luego
David Fernández | L´Estaca, -aparte de que está traducida en 60 idiomas-, de Lluís Llach como himno de lucha, hoy es uno de los símbolos de este proceso independentista
Orencio Osuna | Ya, pero allí se cantó en catalán y es un himno no sólo independentista.
Existe una visión dominante que considera que en el estado español sólo hay una nación y que niega al resto la condición de nación, de cultura propia
David Fernández | Eso está bien, como igual está bien, y siempre lo hemos dicho, que el segundo punto del manifiesto fundacional de Podemos fuese el derecho a decidir con todas las consecuencias. Pero también es verdad que nosotros observamos, a  medida que aumenta la proyección de Podemos y sus expectativas electorales, que han  reducido en picado su demanda del derecho a decidir y eso significa para nosotros que prefieren jugar en el tablero de la hegemonía españolista del tablero político del Estado español. Nosotros siempre decimos que al final, cuando tienes que calcular si ganas votos para conseguir  el Estado o no, el derecho a decidir se convierte en pura calderilla. No digo que esté pasando, pero es un riesgo de que acabe  pasando. Jaime Pastor, en su último o penúltimo libro Los nacionalismosel Estado español y la izquierda, lo sitúa en el debate constituyente de la II República, cuando se habla de si España es una nación de naciones o una nación plural, y acaba siendo una nación unitaria, Es decir, existe una visión dominante que considera que en el estado español sólo hay una nación y que niega al resto la condición de nación, de cultura propia.
Orencio Osuna | ¿No crees que todo eso es el puro fruto de una correlación de fuerzas, es decir,  de la capacidad que cada uno tiene de imponer visiones, de interactuar? Exacto. Si en Catalunya hay una potente mayoría social incontestable que se expresa democráticamente el resto de la fuerza política, -que no sean esos  de la Brigada Aranzadi o esos majaderos  que quieren mandar tanques cada dos por tres-  tendrán que  respetar esa realidad política les guste más o menos.
David Fernández | Claro, nosotros nunca decimos que España nos roba, la CUP nunca diría eso. Cuando se dice que España nos roba, más bien se tendría que decir que España nos roba a todos: a los andaluces, a los castellanos, a los catalanes, porque es un Estado extractivo que se reapropia de riqueza pública y social y la transfiere a manos privadas.
Orencio Osuna | Has sido elegido presidente de la comisión parlamentaria que pretende investigar la existencia de la Tangentópolis catalana del clan Pujol, del caso Palau,  del caso Pallerols, de Banca Catalana, Casinos, Pretoria y otras muchas. ¿Crees que esta Tangentópolis se caracteriza por los mismos l niveles de colonización de la Generalitat  de los intereses privados, de las puertas giratorias, de la corrupción institucionalizada y sistémica que hemos conocido en el Estado español con la Gürtel, los ERE de Andalucía, las tramas negra del País Valenciano, el Pokemon gallego y demás basura corrupta?
David Fernández | Creo que es sistémico el patrón de conducta y que, a la vez, es diferenciado. Tenemos diferentes formas de aplicabilidad, por decirlo así. Si, por ejemplo, Valencia ha sido laboratorio de la usurpación absoluta de lo público, aquí ha habido diferentes ritmos, niveles y tramas. Aquí la corrupción ha sido más sibilina y más sutil, incluso barnizada con una parafina que  disfrazaba  que estas cosas no pasaban en el famoso oasis catalán. ¿Cuál ha sido el sistema de poder en Cataluña?: lo que hemos denominado la  socioconvergencia. Por lo tanto, las tramas de corrupción en Catalunya son sociovergentes. Hoy hemos visto en la comisión de investigación como Convergencia tapaba las vergüenzas del PSC y como el PSC tapaba las vergüenzas de Convergencia, sin el menor escrúpulo.
Siempre decimos que la corrupción no ha sido del sistema, ha sido el sistema mismo
Pero lo que pasa hoy en Catalunyaa en relación al nepotismo, a las puertas giratorias, a las prácticas de corrupción política, a las prácticas de asalto de lo público, no tiene un esquema, en términos generales, demasiado diferenciado de lo que ha pasado en Grecia, en Italia, o con la Gürtel en el Estado español. Su origen es común en la medida que existe una misma forma de gestión  de la reestructuración del capitalismo en el sur de Europa, en base a unas élites que eran esencialmente corruptas. Siempre decimos que la corrupción no ha sido del sistema, ha sido el sistema mismo: ya sea en Atenas, en Barcelona, en Madrid, en Valencia o en las Illes Balears, que, por cierto,  es la que tiene más políticos presos. Ha sido un modelo de corrupción  basado no en una centralidad directa, sino en los entornos, en los perímetros. En concreto,  el caso Jordi Pujol  expresa más que una simple cuenta en Andorra de un defraudador fiscal confeso, lo importante es que se ha hecho en su nombre, en el nombre del padre y en sus entornos. Hay  una larga lista de comisionistas y un país también con muchísimas prácticas de corrupción. La, sin duda, Tangentópolis catalana,cuya piedra angular en la que se junta todo es en la construcción y el mundo inmobiliario en el que  no han sido manzanas podridas,  ni casos aislados, sino que ha habido un esquema de corrupción  con continuidad en el tiempo. Claro es que todo eso no excluye que haya habido muchísimos responsables políticos municipales que han sido absolutamente honestos y coherentes, que han intentado gestionar en sus ámbitos de competencia de la mejor forma, pero hay un esquema que se repite.  Hay una  mafia catalana, una “crema catalana”, que está directamente vinculada al ciclo del 78. La corrupción es una consecuencia más de una especie de  privatización de la política, que considera  que la política es cosa  de los políticos profesionales y el pueblo ya no pinta nada. Se trata de un  producto del modelo de hacer política propio del régimen de la Transición.
Haciendo un rápido repaso a la radiografía de la corrupción  señalamos cuatro grandes dinámicas: Una es las  vinculadas al ámbito municipal, al tsunami inmobiliario, a los  círculos especulativos que controlan el  suelo y a la especulación sobre la vivienda. En conjunto, estos factores ha tenido  un efecto devastador que se ha llevado por delante muchísimas cosas, no sólo el derecho a la vivienda, no sólo miles de familias desahuciadas o endeudadas de por vida, sino también la independencia de la prensa y también un enorme deterioro del entorno ecológico.
La segunda, donde además somos la avanzadilla porque tenemos sentencias firmes que otros territorios del Estado no tienen, que es la financiación ilegal de partidos políticos. Tenemos los caso vinculados a Unió Democrática, Treball y Pallerols, tenemos el caso Filesa que fue la primera condena. Ambos, por cierto, acaban con indulto. Vale la pena recordarlo porque para nosotros el problema fundamental de hoy no es la corrupción -que lo es, por supuesto-, sino la impunidad de la corrupción. La corrupción es dolorosa porque  es la suspensión moral  de la política y la suspensión política de la moral. Pero hoy  es más  lacerante que la corrupción es la impunidad con la que se ejerce. La financiación ilegal e ilícita de los partidos políticos gobernantes por supuesto, con un modus operandi  de obra pública comisionada  catalana y española.  Se trata de un modelo exportado de Italia y de Alemania, como prueba la  condena que le cayó a Helmut Kohl por la financiación de la CDU.  Eso tampoco es baladí ya que Jordi Pujol con quien conecta es con Italia y Alemania fundamentalmente.
La tercera que es la vinculada a los fraudes de las élites,  que es sobre todo un fraude fiscal. El fraude fiscal en Cataluña asciende a unos 16.000 millones al año, una cifra que es  tres veces mayor que los peores recortes sociales  en los últimos cuatro años, que son 5.300 millones.  Jordi  Pujol como defraudador es una manzana más en un cesto que está podrido por entero.  Por ilustrar lo que digo, en  los últimos doce meses han desfilado por los juzgados catalanes -sin que mereciesen más que una letra pequeña  en los diarios oficiales- a saber: los Carceller, propietarios de Cervezas Damm, padre e hijo (Joseph Fontana, el historiador, dice que la corrupción bajo el franquismo es impulsada por Demetrio Carceller por fraude fiscal). Sanahuja de Sacresa, uno de los íconos del ciclo inmobiliario implicado en la Illes Balears en el mayor caso de soborno por la concesión de obra pública. Emili Cuatrecasas de uno de los bufetes de  abogados más prestigiosos, acusado de un fraude fiscal de 6,3 millones. Los Godia, mecenas culturales, por 15 millones de fraude fiscal. Los Carulla de Agroalimen por  180 millones de euros en  las Antillas Holandesas. No quiero cansarte. ¡ De Montserrat Caballé, hasta Messi!!, vamos a decirlo así. Esta es una muestra palpable de cómo funciona  la acumulación de riqueza por desposesión. Como decía  San Ambrosio, quien es rico es un ladrón o es un hijo de ladrón.
Y la cuarta que nos preocupa es la presencia de mafias pertenecientes a la economía global del delito, al tráfico de armas, personas o drogas en Catalunya, aunque por ahora no hemos detectado una penetración en el ámbito político–institucional. Tenemos obviamente tramas mafiosas ruso-eslavas, triadas chinas y sobre es muy preocupante la existencia de  un refugio de los diferentes clanes italianos en el ámbito del blanqueo de dinero, de la compraventa de inmuebles y el robo del cobre. Esas tramas es más delicado combatirlas sin medios especializados, claro está. Como me decía una amiga: “de la mafia catalana te podemos defender, pero de la otras mejor no te metas.”
Orencio Osuna | Con independencia de cuándo se convocan elecciones anticipadas  en Catalunya, lo cierto es que  entramos en un ciclo vertiginoso de elecciones con las municipales en mayo y,  antes que finalice 2015 la traca final de las generales. En el caso de las municipales, en Barcelona ha surgido una propuesta la propuesta de Guanyem que encabeza Ada Colau, de crear una gran plataforma ciudadana unitaria en la que participan líderes sociales y también fuerzas políticas de la izquierda. Vosotros como CUP, ¿os planteáis que este momento político de las elecciones municipales permite un momento idóneo para  una convergencia en plataformas ciudadanas con otras  fuerzas de la izquierda, de la renovación, del cambio se llamen Guanyem o como se llamen? ¿Vosotros vais a participar en ese proyecto?
David Fernández | La respuesta genérica a la pregunta que planteas es sí, por supuesto. Si tienen que venir tiempos nuevos, van a tener que venir instrumentos nuevos. Si  lo que tenemos que hacer es muy grande lo mismo es tiempo de la generosidad, de la humildad y de la coordinación, aunque me parece que aún hay mucho trabajo por hacer. Eso que quede claro. Los peros, siempre hay peros en todo y después voy a la concreción de Guanyem. La clave de todo para nosotros es el qué y el cómo, el proceso y el proyecto, la metodología y el contenido, es decir, los programas basados en la ruptura democrática y la transformación social y las nuevas formas de hacer política. Por ejemplo  los miembros de la CUP en el Parlament  tenemos una limitación   salarial de 1.400 euros –no digo que haya que hacer eso-; no  puede haber duplicidad de cargos y los mandatos son de una sola legislatura. Seguramente en el ámbito municipal podrían ser más. Para la CUP  una iniciativa como Guanyem  no es que sea una buena noticia, es que es motivo de esperanza porque la CUP no nació ayer. La CUP es un proyecto que nació en 1986, que es eminentemente municipalista y la excepción es que estemos en este Parlament, porque queremos participar en la reconstrucción democrática y social de nuestro país. Nosotros somos zapatistas del sur de Europa y nuestra acción política está enfocada de abajo a arriba. Para nosotros los 105 concejales y las 4 alcaldías que gestionamos como CUP forman parte de nuestro  proyecto fundamental.

¿Dónde están las limitaciones para nosotros para comprometernos con Guanyem? Pues en el caso de Barcelona tenemos muy en cuenta el ciclo de gobierno municipal  que se ha vivido. Es obvio y conocido que la CUP tiene sus distancias, sus divergencias y sus diferencias respecto a la participación de Iniciativa per Catalunya y EUiA -sobre todo con Iniciativa per Catalunya, con EUiA no hay ese debate-  en una plataforma en la que participemos.  Pero hay que hacer una aclaración previa: antes de Guanyem, un año antes, la CUP propone un espacio de confluencia que es el Encuentro Popular Municipalista, que mañana precisamente tiene que decidir si se incorpora o no plenamente a Guanyem y ya veremos cómo va. Es un debate político y ese es el único debate, el único motivo de sana discusión política que hemos tenido: nosotros pensamos que si el dispositivo de Guanyem es algo nuevo entonces no puede contar con caras viejas. En ese sentido cabe decir que Iniciativa  hasta hace dos años era parte de los problemas de esta ciudad, porque gestionaban la marca Barcelona, son copartícipes o corresponsables de la marca Barcelona y de haber hecho una ciudad boutique, escaparate, que ha dejado entrar el poder brutal de la industria del turismo multinacional. También  decimos eso respecto al gobierno tripartito. En este país la pobreza ahora está alcanzando al  25% de la población, pero durante 30 años de vacas gordas  la pobreza estructural ya estaba en el 19%.
Nosotros siempre insistimos de dónde vienen las CUP, colectivamente o individualmente. Venimos de la crisis de las izquierdas, una crisis profunda. La izquierda, a veces, ha sido cómplice de este sistema, la izquierda hegemónica, al menos la que ha gobernado, forma parte del desaguisado en que vivimos.  También procedemos  de movimientos sociales: autonomía, auto organización, asamblea, feminismo autónomo, ecologismo, ocupación, insumisión, cooperativismo, sindicalismo alternativo, contrainformación. Esa ha sido nuestra escuela de democracia durante 20 años en los barrios populares y también céntricos de Barcelona.
Por tanto, aunque no pertenezco a la CUP de Barcelona,  mi opinión personal –cuando me la han pedido los compañeros de Barcelona-, era que  pienso que había que estar dentro de Guanyem, pero que tendríamos que esperar al final del proceso de definición y concreción para tomar una decisión definitiva. No queremos dar cheques en blanco a nada y nadie -dicho con todo cariño- pero será  al final del proceso que puede ser diciembre- enero, cuando haya   un programa político y una metodología de funcionamiento y en base a eso  veremos si la CUP se  incorpora  o no se incorpora y si decide presentar una candidatura propia. Creo que hoy es pronto hasta que no se sepa cuál es el programa político de transformación de la ciudad. El diagnóstico con Guanyem es prácticamente exacto. Tampoco pido a nadie que haga enmiendas al pasado y se haga harakiris, pero sin autocrítica la izquierda no va a ninguna parte.
Y lo otro que nos da miedo en el frente institucional es que pensamos que el cambio siempre viene de fuera. Nuestra experiencia: ¿por qué se prohíbe las bolas de goma? Porque hay un movimiento antirrepresivo en la calle?, por el caso de Ester Quintana sobre todo. ¿Por qué se prohíbe el fracking, acaso porque está la CUP en el Parlamento? Pues no, porque hay ecologismo social y hay una movilización social en contra. ¿Por qué hay una ley pionera que se ha aprobado con los votos de Convergencia contra la homofobia? Porque hay un movimiento del LGTB vertebradísimo en este país. La fuerza del cambio político y social siempre nace de abajo a la izquierda y de la calle. Tampoco  soy partidario del ahora o nunca, porque el ahora o nunca siempre acaba en nunca, a la luz de la experiencia  histórica. No hay nunca un final del cuento, eso creo que es interesante saberlo, lo que hay es una lucha constante y permanente por evitar los abusos de poder. Yo desearía y esperaría que existieran  espacios de confluencia, pero desde la coherencia, desde el respeto, desde la mirada autocrítica hacia el pasado. Pero nosotros no queremos que la izquierda vuelva a defraudar y a veces hay procesos muy rápidos, muy eufóricos, que quizás es  el peor enemigo de la izquierda. Incluso ya que se ha utilizado la marca Ganar un día me gustaría discutir qué significa ganar exactamente, porque después desde con 25 años –en mi caso-, de compromiso político, social y sindical desde el 89, yo aspiro a transformar las sociedad y la sociedad la transformo cada día y es para la CUP  es una reflexión muy zapatista. El único territorio liberado del que realmente disponemos para cambiar nuestras vidas colectivas son las vidas cotidianas, son los barrios, son los municipios y allí es donde empieza cada día el cambio. No es lo mismo mirar a otro lado que interceder ante una detención racista; no es lo mismo bajar pitando la escalera de tu casa o pararte para evitar el desahucio de tu vecina; no es lo mismo hacerte el sordo ante el ruido que  atraviesa la pared de tu casa por una paliza machista que tirar la pared abajo. Eso es ser de izquierdas, para mí, el compromiso en cuerpo y alma.
Orencio Osuna | Sin embargo, existe una relación dialéctica entre  la presión de las luchas sociales y los cambios en  las instituciones.
David Fernández | Sí, esa debería ser la clave de la estrategia de Guanyem. Lo que no se puede es ir a las instituciones con pie de barro. Y si el movimiento popular no es sólido, no está arraigado y no es fuerte no habrá capacidad de transformación y cambio en las instituciones. Hoy la recomposición de la izquierda pasa por crear un  movimiento social y sindical potente que actualmente  no existe o es todavía muy débil.
Orencio Osuna | En el 79 pasó eso, hubo un gran movimiento popular entre las asociaciones de vecinos, en los movimientos por la escuela y la sanidad pública, por equipamientos públicos.
David Fernández | Sí, pero fue vaciado  en lo institucional.
Orencio Osuna | Es que fueron los líderes sociales de esos movimientos  los que se convirtieron en actores políticos, no al contrario. La mayoría de los concejales de los  alcaldes de la izquierda provenían de las luchas sociales.
David Fernández | Sí, claro, y  la responsable de mujeres del movimiento vecinal se convirtió en la concejal de la mujer… ¿Y qué pasó? Nos quedamos sin movimientos.
Orencio Osuna | Al cabo de los años.
David Fernández | Fue relativamente rápido: tres, cuatro, cinco años.
Orencio Osuna | No se puede olvidar la  gran transformación urbanística y la masiva creación de equipamientos públicos que realizaron  los ayuntamientos democráticos durante un ciclo mucho mayor que cinco años.
David Fernández | Eso nos lo dicen muchos: se hicieron alcantarillas, se iluminaron y asfaltaron muchas calles, … Solo faltaría que no se hicieran…
Orencio Osuna | Es que no había.
David Fernández | No, no había.
Orencio Osuna | Ni había equipamientos, ni escuelas, ni ambulatorios, no había nada. Los ayuntamientos franquistas no habían hecho nada.
David Fernández | Y había que hacerlos, pero…
Orencio Osuna | Fue una gestión que duró años…
David Fernández | Duró años, pero lo cierto es que muchos analistas e historiadores de movimientos sociales dicen que la Transición supuso un declive de la auto organización popular y social, excepto en casos concretos. Nuestro municipalismo alternativo nace entonces. Nuestro municipalismo alternativo diferente de ese municipalismo centrado en “ahora voy a hacer escuelas, voy a asfaltar, voy a construir polideportivo” pero todo ello sin contar con la gente, desde la mera gestión del poder.  Sant Pere de Ribes, Arbúcies y Ripollet son tres experiencias de que eso también se puede hacer contando con la gente. Es que sin gente no eres nada.
Orencio Osuna | En Santa Coloma, en Nueve Barrios, hubo una enorme participación popular y fueron los ciudadanos los que elaboraron y aprobaron las propuestas del Plan Popular…
David Fernández | La recuperación de las Cocheras de Sants, el Ateneo Popular de Nou Barris se hace en contra de esos ayuntamientos porque es una ocupación
Orencio Osuna | Sí, aquello fue una ocupación…
David Fernández |. La línea de buses a Santa Coloma-Singuerlín se consiguió por el secuestro de los buses.
Orencio Osuna | Pero, disculpa, en Singuerlín, en las Oliveras o en Can Franquesa  fue el alcalde, Lluis Hernández el que impulsó esas acciones vecinales. En la redacción del plan popular  de Nou  Barris participó gente como Jordi Borja y otros muchos cuadros profesionales. En la historia del municipalismo de izquierdas hay, a mi criterio, un gran capital un capital social y político.
David Fernández | Yo no quiero dualizar calle e institución dicotómicamente. Sólo digo que la institución sin la calle no es nadie. Sea Guanyem o la CUP, sin un movimiento popular detrás no tienen fuerza. El músculo de verdad, la fuerza de verdad es la gente. Por eso en la Transición pasó lo que pasó.

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