04.03.2015
Versobooks
Tras el acuerdo de Grecia
con la Unión Europea (que ha conllevado una prórroga en la extensión
del programa de ayuda a cambio de la continuación de las reformas
estructurales) el nuevo gobierno ha llegado a un callejón sin salida.
Las esperanzas de aquellos que buscan un fin a la austeridad ni siquiera
han durado un mes. Stathis Kouvelakis, miembro del comité
central de Syriza y el lector en la teoría política en el King´s College
de Londres opina acerca de este desarrollo de los acontecimientos en la
entrevista a continuación.
Entrevistador: ¿Cuál es la importancia simbólica de la victoria de Syriza?
Kouvelakis: La victoria de Syriza representa un punto de inflexión
histórico. Es la primera vez en la historia electoral europea que una
parte de la izquierda radical – es decir, de las fuerzas situadas a la
izquierda de la socialdemocracia – ha ganado las elecciones y ha podido
formar gobierno.
Hasta ahora, las únicas veces que los partidos de esta corriente
política habían ejercido funciones gubernamentales había sido como parte
de coaliciones más amplias, e incluso entonces, en circunstancias muy
particulares. Este éxito sin precedentes, sin duda, marca un punto de
inflexión, que es aún más importante teniendo en cuenta que Europa ha
caido en las garras de una crisis social y económica que ha conducido a
una creciente agitación política.
Algunos han señalado que en los países del norte y centro de Europa
las fuerzas de extrema derecha y la derecha radicalizada son los que se
benefician de esto. Por el contrario, en los países periféricos, que
han sido sometidos a las políticas de austeridad más duras, son en
cambio las fuerzas de la izquierda radical las que parecen estar
asomando la cabeza. Esto lo vemos en Grecia, pero también en España e
Irlanda.
E:¿Y eso coloca pesadas responsabilidades sobre los hombros de Syriza?
K:Sí, en efecto, le supone responsabilidades muy grandes. Y esto
significa que si llegara a fallar, esto tendría un efecto muy grave en
el equilibrio de fuerzas en el período venidero.
E: Dado que Syriza no ganó una mayoría parlamentaria, el
día después de su victoria se anunció que formaría una coalición con los
Griegos Independientes (ANEL), una escisión de Nueva Democracia. ¿Cómo
se explica esta coalición? ¿Cómo ha sido elaborada y qué es lo que el
electorado piensa de ella?
K: Hay dos malentendidos sobre ANEL que debemos quitarnos de encima
de inmediato. En primer lugar, no es un partido de extrema derecha,
como muchos medios de comunicación sugieren erróneamente. Es
efectivamente una facción de Nueva Democracia que se ha combinado con
unas pocas personas que han desertado de otras fuerzas políticas,
algunos de ellos desde la izquierda.
En Francia, llamaríamos a este tipo de partido ‘sovereigntyist’
(algo así como soberanista o nacionalista), aunque también hay que tener
en cuenta que el soberanismo y las ideas patrióticas no tienen el mismo
significado en una gran potencia como Francia con una historia de
imperialismo y colonialismo, que en un país como Grecia que ha estado
dominado durante toda su historia.
ANEL es un partido que ha tomado una posición en contra del
Memorandum y las políticas de austeridad – y lo ha hecho de forma
patriótica. Pero también representa una tendencia “social” que alguna
vez fue parte integrante de la Nueva Democracia, el cual (ND), no
olvidemos, se había constituido como un partido de masas con un
electorado popular y una base significativa de sindicalistas.
La segunda cosa a tener en cuenta es que no hay una gran estrategia
aquí. Fue una elección pragmática, correspondiente a las restricciones
dadas en el momento actual. Syriza sabía que se enfrentaría a una
situación muy difícil, y que necesitaba una mayoría en el Parlamento.
Dado que el Partido Comunista de Grecia (KKE) lleva muchos años
rechazando cualquier tipo de coalición política con Syriza, los únicos
aliados posibles estaban en la derecha o centro-derecha. Y Syriza estaba
segura de evitar la trampa de aliarse con To Potami. Este partido (To
Potami) es, indudablemente, una criatura del sistema. Se presenta como
un “comodín”, listo para participar en absolutamente cualquier coalición
de gobierno.
Es por eso que los medios de comunicación extranjeros
constantemente plantean a To Potami como alternativa (para la coalición
con Syriza), pensando que este partido obligaría a Syriza a hacer
concesiones. Eso es precisamente lo que Syriza quería evitar, y es por
eso que optó por aliarse con un partido que no le causaría dificultades
en sus negociaciones para deshacerse del Memorándum. Así que si Syriza
se repliega (cede en sus demandas)- como está ocurriendo en este momento
– dicho partido será el único culpable.
Toda la campaña mediática contra Syriza busca presentar a ANEL como
un partido de extrema derecha y un partido xenófobo – hablando de una
coalición ‘Red-Brown’, tal y como hace el Sr. Quatremer [periodista de
Le Monde] , por ejemplo -para así castigar a Syriza por negarse a
aliarse con To Potami y, por tanto, por no ajustarse a las demandas del
sistema.
La reacción en Grecia ha sido muy positiva, sin embargo. Debe
entenderse que la oposición entre partidarios y opositores del
Memorándum se ha convertido en la línea divisoria central en la vida
política griega, a pesar de que no se haya borrado la división entre
izquierda y derecha. Por tanto tiene mucho más sentido (para Syriza) el
hecho de aliarse con ANEL que el hacerlo con To Potami.
E: Habiéndo pasado un mes desde la elección. ¿Cuál es su evaluación de la actuación de Syriza hasta ahora?
K: El nuevo gobierno ha anunciado un primer conjunto de medidas,
expresando su deseo de transparencia y de lograr una mayor democracia.
El cambio de código de la nacionalidad (que ha permitido entregar la
ciudadanía griega automática a los hijos de inmigrantes nacidos en
Grecia) es una considerable reorganización de la definición de la
sociedad griega de la nacionalidad, la ciudadanía e incluso la identidad
nacional.
Otro objetivo de estas medidas es la transparencia en los medios de
comunicación, poniendo fin a la maraña de personal político y de
intereses comerciales que afectaban a dichos medios. Una combinación que
a menudo incluye también la presencia de magnates de los medios. Eso
último no es nada particular en Grecia, como lo demuestra Berlusconi en
Italia y Bouygues en Francia, pero en Grecia está situación ha cobrado
realmente enormes proporciones.
La distribución de las carteras del gabinete muestra que Syriza no
iba a ceder terreno, en ese nivel. Cabe destacar que el Ministerio del
Interior fue entregada a una figura destacada en los movimientos
anti-racistas, que participa en las luchas de apoyo a los inmigrantes; y
el nuevo presidente del Parlamento griego, Zoe Constantopolou, es bien
conocido por su lucha contra la corrupción y su participación en la
lucha por las libertades individuales. Todo esto que envía un fuerte
mensaje.
Desde un punto de vista social y económico, el restablecimiento de
los derechos laborales – de los que los gobiernos anteriores se habían
deshecho – es otra medida importante que Syriza ha anunciado, al igual
que la re-contratación de funcionarios públicos despedidos; la
re-conexión de la electricidad en aquellos hogares en que previamente
habían sido cortadas; y el restablecimiento de la ERT (la radio pública y
TV). Estos anuncios buscan demostrar la ruptura del nuevo gobierno con
las políticas de los gobiernos anteriores que servían el Memorando.
Este conjunto de medidas – que corresponden al mandato de Syriza y
tienen el propósito de poner fin a las políticas de austeridad – ha
chocado muy pronto con las exigencias impuestas por la Unión Europea y
la Troika. Estos últimos han obligado al gobierno griego a dar marcha
atrás, paralizando la ejecución del programa de Syriza. Justo después de
haber sido elegido, el nuevo gobierno se ha topado ya con dificultades
que nos dan una idea de lo grave que será situación a la que nos
enfrentaremos si dicho gobierno falla.
E: ¿Qué nos dice el acuerdo firmado el 20 de febrero?
K: El acuerdo insiste en
la devolución total y puntual de las deudas de Grecia. Lo más importante
es que prevé que el programa existente (el programa de austeridad) debe
cumplirse en su totalidad, lo que significa que el país ha aceptado
permanecer bajo la supervisión de la Troika o como se le llama ahora,
«las instituciones».
De hecho, el gobierno
griego se ha comprometido a no tomar medidas unilaterales que pudieran
poner en peligro los objetivos presupuestarios establecidos por los
acreedores.
Así pues, este acuerdo
neutraliza la actividad del gobierno de Syriza y su capacidad para poner
en práctica su programa. Debemos ser claros; mantiene casi todo el
marco del Memorandum de Austeridad intacto.
E:¿Cómo se explica una derrota tan rápida?
K: En primer lugar, desde el principio, las instituciones europeas han estado ejerciendo una presión enorme.
Esto comenzó el 4 de febrero, cuando el Banco Central Europeo anunció
que había detenido la refinanciación de los bancos griegos – porque ya
no acepta bonos de deuda griega – al mismo tiempo, que se daba una fuga
masiva de capitales fuera del país.
Después de haber alcanzado dicha fuga de capitales un ritmo de unos
2 billones de euros a la semana, dicho ritmo se incrementó en los
últimos días a 1,5 billones cada 24 horas. La información que tengo y
que provenía de Atenas es que los bancos griegos no podrían haber
abierto el martes si Grecia no hubiera llegado a un acuerdo con Europa.
El BCE ha chantajeado a Grecia exactamente de la misma manera como lo
hizo Chipre en 2013 e Irlanda en 2010.
El gobierno griego está siendo estrangulado, explotando su eslabón más débil, es decir, el sistema bancario.
Hubo una creciente presión sobre Grecia durante las reuniones del
Eurogrupo, en un esfuerzo para obligarlo a aceptar los términos del
Memorandum. Si Alemania era el país más vengativo – y hay un grado de
teatralidad en momentos como este – los otros no eran diferentes. Nadie
se posturó en contra de Alemania.
Los griegos vieron algo de esperanza en Francia cuando François
Hollande fue elegido. ¿Ese país se negó absolutamente a acudir en ayuda
de Grecia?
Desde un punto de vista superficial, se podría haber esperado eso.
Pero no se puede aplicar la austeridad y votar por el proyecto de ley
Macron [para la liberalización económica] y al mismo tiempo ofrecer
ayuda política a un país (Grecia) que quiere romper con la austeridad.
E: ¿Qué grado de responsabilidad tiene Syriza?
K: Debemos ser claros. Algunos de los debates que hemos tenido en Syriza se han resuelto de una manera negativa. La
idea de que podríamos romper con las políticas de austeridad y sin
embargo, evitar la confrontación con la Unión Europea ha sido refutada
en la práctica. La tendencia mayoritaria en Syriza evitó dar una
respuesta clara a lo que sucedería si los acreedores de Grecia se
negaban a negociar.
Los que mantenían esta posición también pensaban que nuestros
socios europeos estarían obligados a aceptar la legitimidad de Syriza y a
aceptar las demandas del gobierno griego. Y hemos podido ver claramente
que este no es el caso. La
tendencia dominante dentro del liderazgo de Syriza tiene la ilusión de
que es posible cambiar las cosas, incluso dentro del marco de la Unión
Europea actual.
Estas instituciones han
mostrado su verdadero rostro, que es la imposición de políticas
neoliberales extremadamente duras y otras políticas que conducen a la
marginación económica y social de países enteros.
E: ¿Cómo se explican estas “ilusiones”?
K: Hay un obstáculo real, no sólo una barrera psicológica, sino
también una barrera que tiene que ver con la estrategia política. Como
casi toda la izquierda radical europea, Syriza cree en la idea de que
es posible reformar y transformar las instituciones europeas existentes
desde dentro.
Ese es todo el problema. Syriza
cavó cada vez más claramente en su posición de negarse no sólo a romper
con el euro, sino incluso a considerar esto como una posible amenaza
que podría hacer durante las negociaciones.
Y de hecho, hemos visto que ni Tsipras ni Varoufakis han hecho
jamás uso de esta posibilidad. Esta tendencia se niega a tener
plenamente en cuenta lo que las instituciones de la UE y el proceso de
integración consisten (sin embargo, este es un proceso que tiene el
neoliberalismo en su ADN).
Estas instituciones fueron creadas con el fin de afianzar las
políticas neoliberales y liberarlas de cualquier tipo de control
popular. No podemos romper con
las políticas de austeridad y las medidas de orden a menos que montemos
una confrontación con la Unión Europea, dejando la zona euro si es
necesario. Durante las negociaciones Grecia mostró que temía más
‘Grexit’ (Grecia y exit; la salida de Grecia de la Unión Europea y del
euro) más de lo que lo hicieron sus interlocutores, y eso fue un error
fatal.
E: ¿Qué conclusiones deberíamos sacar de este acuerdo?
K: Podríamos describirlo como una gran derrota para Syriza,
posiblemente incluso una fatal, y este fracaso afecta a todos y cada
uno de los componentes de Syriza. La izquierda no logró imponer su punto
de vista, después de haber sido derrotada por la estrategia del
liderazgo, desde las elecciones de 2012, de trasladarse más cerca del
centro. La idea era que ya que ya habíamos ganado el mayor número de
votos en la izquierda como pudimos, lo que ahora teníamos que hacer era
ir en busca de los votantes de centro.
Esta lógica electoralista se equivoca, porque dada la magnitud de
la crisis social la tendencia de la opinión pública no es en absoluto el
fortalecimiento de la planta central. Por el contrario, se está
radicalizando, y es esta radicalización la que explica la audiencia (el
apoyo) de Amanecer Dorado, así como la de Syriza.
Hay un error muy fundamental de análisis, aquí. Para una
fuerza política que lucha contra la austeridad “tirar la toalla” en unos
de sus puntos esenciales de su programa sólo puede conducir a la
derrota. Y, por desgracia, eso es precisamente lo que vemos que está
pasando en este momento.
El gobierno de Syriza no tendrá así otra opción que trabajar dentro del marco del Memorandum de Austeridad.
Los pequeños cambios que puede hacer, que sin duda será mejoras, no
tendrán, sin embargo, éxito en la transformación de la situación
económica y social totalmente desastrosa.Esto va a defraudar las esperanzas y expectativas que el electorado popular ha colocado en Syriza.
Terminar de esta manera sólo puede significar la derrota. Creo que
es posible que Syriza llegue a desintegrarse, y que se produzca una
reconfiguración de las alianzas políticas actuales. Si Syriza continúa
con esta política, entonces no hay razón por la que las fuerzas
pro-memorándum deban seguir negándose a colaborar con este partido.
Potami, PASOK e incluso un ala de Nueva Democracia podría hacerlo – y
fue precisamente a este último al que Syriza estaba dando un guiño
cuando eligió a Pavlopoulos, una figura destacada del ala centrista de
Nueva Democracia, para la Presidencia de la República .
E: ¿Cómo reaccionarían los griegos?
K: La victoria de Syriza dio el pueblo griego esperanza de nuevo.
Después de que el BCE comenzó con su chantaje vimos gente salir
espontáneamente rumbo a la calle a dar su apoyo a Syriza. La retirada
actual corre el riesgo de poner fin a todo esto, lo que llevaría a una
decepción muy grave.
¿Hay que temer que los votantes decepcionados recurran a Amanecer Dorado?
El éxito actual de
los partidos de extrema derecha en Europa se debe fundamentalmente al
hecho de que amplios sectores de la opinión pública los ven como
auténticas fuerzas anti-sistémicas. Parecen más creíbles y más radicales
que la Izquierda.
Gracias a la extensión de las movilizaciones entre 2010 y 2012 el
electorado que ha roto con los partidos gobernantes tradicionales se ha
convertido en su mayoría a la izquierda. No obstante, la
posible recomposición de la política implica el enorme peligro de que
dejemos la tarea de desafiar el orden existente a la extrema derecha.
Syriza se ha visto
obligado a aceptar continuar con la supervisión de la Troika de Grecia.
Este sentimiento de humillación nacional es muy importante para entender
el avance que Amanecer Dorado ha hecho. El surgimiento de este
partido supone en realidad una respuesta nacionalista y reaccionaria a
este sentimiento de humillación nacional, combinado con una
descomposición económica y social.
E: El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude
Juncker, declaró recientemente que “no puede haber una elección
democrática que contravenga los tratados europeos”. Son nuestras
sociedades – en Grecia, así como en otras partes de Europa – realmente
democráticas?
K: La cita de Juncker resume la realidad a la que nos enfrentamos. Desde
la década de 1980 la construcción de la Unión Europea ha sido el
vehículo de las políticas neoliberales. El neoliberalismo está en su
ADN, está escrito en sus tratados. Su lógica subyacente es
constitutivamente antidemocrática.
La UE trata de disolver
las instancias de control nacional, de lograr el establecimiento de un
orden supranacional independiente liberado de todos los mecanismos de
control popular. Y esto es lo que ha llevado a las fuerzas
políticas de oposición a la parálisis. La derrota de Syriza ante la
Unión Europea es el ejemplo más notable de esto – y también el más
triste.
Para cualquier fuerza que
quiera oponerse a las decisiones de política económica dominante, es
indispensable que se rompa con esta construcción.
Borroka Garaia