Entrevista
a Guennadi Ziugánov en Pravda
Traducido del ruso por Josafat S. Comín
-
Guennadi Andréyevich, recientemente en Londres tuvo lugar una reunión de
ministros de asuntos exteriores (los conocidos como “amigos de Siria”) para
tratar cuestiones relativas a la celebración de la conferencia de paz
“Ginebra-2”, y la participación en ella de la oposición siria. ¿Cuáles son sus
impresiones de dicho encuentro? ¿Cree que lograron su objetivo?
- Ya
de entrada era un encuentro que no aventuraba que fuese a aportar ninguna solución destacable. Ya desde
antes de que se reunieran, el líder de la opositora Coalición Nacional Siria,
Ahmad Yarba, presentó como condición para tomar parte en la conferencia, la renuncia
del presidente sirio Bashar al-Asad. Con anterioridad, los grupos opositores en
múltiples ocasiones se han negado a tomar parte en cualesquiera conversaciones
con representantes del gobierno sirio, presentando como condición previa la
dimisión de Asad. Algo que de antemano se sabe que Damasco no va a aceptar.
Como
resultado, los “amigos de Siria” se limitaron a publicar un comunicado formal,
una declaración de intenciones para buscar una solución política del problema,
haciendo un llamamiento a los opositores para que se sienten en la mesa de
negociación con la comunidad internacional.
Al
mismo tiempo, los países occidentales, volvieron a dejar claras cuáles son sus
verdaderas intenciones. Nunca van a aceptar que al frente de Siria se mantenga
un gobierno que no representa sus intereses. Su principal objetivo sigue siendo
el cambio de régimen. El ministro británico de exteriores, William Hague,
manifestó que Asad no puede seguir en el poder y que no puede tener sitio en el
sistema político de una Siria democrática y en paz. Además Hague remarcó que
esta era una postura consolidada entre los países “Amigos de Siria”.
Esa
intransigencia de la oposición y sus protectores en el mundo árabe, es
utilizada por los norteamericanos, que tan preocupados aparentan estar por el
éxito de la conferencia de paz, cuando en realidad están buscando como sabotear
la cita de Ginebra.
-¿Entonces
cree usted que la resolución 2118, aprobada recientemente por unanimidad por el Consejo de Seguridad de la ONU, que
obliga a Damasco a renunciar a su arsenal químico, no representa ese “avance”
que nos quieren vender los medios? ¿Cree que ese acuerdo alcanzado,-el primero
desde que se desató el conflicto armado en Siria- supone un éxito de la
diplomacia rusa?
- La
resolución sobre Siria, ha dejado temporalmente sin pretexto a Occidente para
la agresión, que tenían organizada tras la provocación con armas químicas por
parte de los mercenarios, en agosto. También ha abierto la posibilidad de
convocar en noviembre la conferencia de paz “Ginebra-2”. Al mismo tiempo, se
pudo conseguir que el texto del documento alcanzado, no contemple la adopción
del apartado 7 de los estatutos de la ONU, es decir la adopción automática de
medidas de fuerza, que era algo en lo que insistían los países occidentales.
Por
esta vez, a pesar de las presiones de occidente y las constantes acusaciones a
Rusia de estar manteniendo un “régimen sanguinario”, no consiguieron que se repitiera
el escenario libio. Por eso si lo analizamos desde ese punto de vista, es un
logro indudable, que ha sido posible gracias a la postura de principio,
consecuente, que adoptó el Ministerio de Exteriores en relación a Siria.
Al
mismo tiempo sería de ingenuos pensar, que los acuerdos sobre armas químicas
eliminan todas las causas del conflicto y que los EE.UU. y sus aliados vayan a renunciar a sus planes futuros de
seguir desestabilizando la situación en Siria, con el objetivo de derrocar su
legítimo gobierno. Una serie de declaraciones de líderes occidentales nos
indican que no cabe esperar ninguna renuncia a la retórica belicista, por lo
que la posibilidad de una intervención militar en Siria sigue estando en el
orden del día.
Baste
oír al ministro de exteriores francés, Laurent Fabius, subrayando que la
decisión de destruir el armamento químico es solo una primera etapa, que no
implica la imposibilidad de adoptar la fuerza contra Siria atendiendo al
apartado séptimo de los estatutos de la ONU.
El Secretario
de Estado de los EE.UU. ya ha advertido, de que si “Damasco no cumple las
obligaciones derivadas de la resolución, deberá atenerse a las consecuencias”.
Es
imprescindible remarcar, que la resolución 2118 no resuelve el problema
principal: el cese de la agresión contra Siria, que se prolonga por más de dos
años, por parte de mercenarios,-que hacen uso de esas mismas armas químicas-.
Es más, Tanto los EE.UU. como el resto de países, miembros de la OTAN, siguen
incrementando los envíos de armamento, la instrucción y la financiación de la
oposición.
En
especial, es Turquía quien mantiene ese ánimo belicoso, apoyando activamente a
las formaciones mercenarias y cediendo su territorio para la preparación de
combatientes, la entrada de armas y de “voluntarios”. Hace unos días, el
parlamento de Ankara, volvió a prorrogar por un año el permiso que autoriza el
ingreso de sus tropas en territorio sirio, en caso de necesidad.
- Ese
modo de actuar de occidente, encabezado por los EE.UU., que por un lado ofrece
todo tipo de ayuda a los “insurgentes”, mientras que por otro declara que es
imprescindible la celebración de una conferencia internacional para busca una
resolución política al conflicto sirio, parece privado de todo sentido…
-
Occidente, una vez más ha dejado patente toda la falsedad y el doble rasero de
su política. Los tan “amantes de la verdad” occidentales ignoran con todo
cinismo las pruebas aportadas por Rusia en la implicación de las bandas de
mercenarios en los ataques con armas químicas y continúan acusando al gobierno
sirio de crímenes de guerra.
Al
mismo tiempo, se le exige a Siria que destruya su arsenal químico, mientras que
a Israel, que se encuentra bajo el paraguas de los EE.UU., nadie le exige que
se retire de los altos del Golán, ocupados en el 67, ni que renuncie a su
arsenal nuclear, ni que destruya sus armas químicas, ni siquiera que se adhiera
al Acuerdo de no Proliferación Nuclear.
Más
bien al contrario, los EE.UU. y sus aliados mantiene una abierta cooperación con
organizaciones terroristas como Al-Qaida y Al-Nusra, quienes tienen componentes
para fabricar armas químicas y por tanto es muy fácil esperar de ellos que
ejecuten algún tipo de provocación.
Esa
falta de lógica a primera vista, en el proceder de los EE.UU., se explica por
el hecho de que la política exterior norteamericana está dirigida por los
“neocons”. Los ocupantes temporales de la Casa Blanca, solo son los ejecutores
en ese juego global, de las corporaciones transnacionales, en cuyas manos están
concentradas todas las palancas importantes del poder, y que persiguen como fin
el dominio mundial. Son ellos los auténticos amos de los Estados Unidos.
- ¿A
quién representa la oposición siria, cuál es su estado actual y su influencia
real en el país?
- Los
medios extranjeros, que tan coloridamente dibujan en la imaginación de los
confiados europeos, todos los espantos y barbaridades, cometidos supuestamente
por el gobierno de Asad, denominan de diverso modo a los que combaten contra el
gobierno legítimo: oposición, rebeldes, combatientes por la libertad. Sin
embargo si intentamos aclarar quienes componen esos grupos “rebeldes”, queda claro
que esas definiciones no les son aplicables. No son más que una amalgama de
bandas armadas, grupos terroristas y simplemente mercenarios, reclutados en
todo el Próximo Oriente.
No
hay hoy en Siria una oposición consolidada. Además, cuanto más se enquista el
conflicto, más dividida aparece la oposición. Según algas fuentes, en el país actúan
alrededor de 400 grupos armados, que se dedican al saqueo y que se enfrentan
entre sí en la lucha por el poder. A día de hoy, según datos, se calcula que
hay unos 100 mil mercenarios combatiendo del lado de la oposición.
Por otro
lado, el conflicto ideológico, en las filas opositoras, parece ahondarse. Entre
la oposición siguen acrecentando su papel los islamistas radicales, que se fijan
como objetivo implantar un Estado islámico regido por las leyes de la Sharia,
en los territorios arrebatados al gobierno.
Esta
tendencia no hará si no incrementarse. Los medios anunciaron que 13
comandantes habían declarado que no se
sometían al “Ejército Libre Sirio”, ni a la Coalición Nacional. Luego 40 grupos
más declararon que iban a formar un Frente Islámico.
De
modo que en lugar de un gobierno laico en Siria, en cuya construcción también
dicen estar interesadas las potencias occidentales, y en un futuro cercano en
todo el Oriente Próximo, lo que cabe esperar es una ola de integrismo fuera de
todo control. Por algo, con sus actos, los EE.UU. y todos sus satélites están
creando el terreno propicio para el crecimiento de los extremistas, quienes
entran cada vez con mayor frecuencia, en combate con las facciones más
moderadas, para hacerse con el control de los envíos de armas y demás ayuda que
les entra desde el exterior, por hacerse con zonas de influencia, con el
control de núcleos urbanos. Es una política que a la postre se acabará
volviendo contra occidente…
-¿Cree
posible la resolución del conflicto armado en Siria por la vía pacífica y que
habría que hacer para que cesase?
-
Nosotros insistimos en la solución del conflicto sirio exclusivamente por la
vía política. Pero para lograrlo, la condición necesaria sería el cese
inmediato, por parte de los países occidentales y sus aliados, del suministro
de armas, de instrucción y financiamiento a las bandas armadas que operan en
Siria. Solo el cese de la injerencia extranjera en los asuntos internos de
Siria –país miembro de la ONU- es capaz de poner fin al derramamiento de sangre
y posibilitar que millones de civiles sirios puedan volver a sus hogares.