Jorge Beinstein
Como era de prever el ataque contra
Charlie Hebdó desató una ola mediática global de condena al “terrorismo
islámico”, un cierto tufillo a “11 de septiembre a la francesa” (1) se
hace sentir. Como también era de prever la derecha occidental capitaliza
esa ola buscando orientarla hacia una combinación de islamofobia y
autoritarismo, de justificación de la cruzada colonial contra la
periferia musulmana y al mismo tiempo de impulso en Occidente a la
discriminación interna contra las minorías de inmigrantes árabes, turcos
y otros. Y como también era de prever no han faltado los cortesanos
progresistas del sistema que luego de abrir el paraguas señalando en muy
primerísimo lugar que el “ataque terrorista”… “debe ser condenado sin
atenuantes” atribuyéndolo al “fanatismo religioso” (obviamente islámico)
pasan sesudamente a enumerar algunas culpas occidentales sin darse
tiempo para un mínimo de prudencia y decoro ante un asunto que huele a
podrido.
Lo menos que se puede decir es que el
affaire Charlie Hebdo ingresó velozmente en el pantano de la confusión,
los dos presuntos atacantes fueron liquidados dos días después del
ataque, aun no se sabe bien como es que fueron tan fácilmente
identificados en unas pocas horas, salvo que aceptemos la increíble
versión policial de que uno de ellos olvidó su documento de identidad en
el automóvil utilizado en el atentado. Paul Craig Roberts, ex
Subsecretario del Tesoro de los Estados Unidos señala que “la Policía
encontró el carnet de identidad de Said Kouachi en la escena del tiroteo
(cerca de la sede de ’Charlie Hebdo’). ¿Les suena familiar?. Recuerden
que las autoridades (estadounidenses) afirmaron haber encontrado el
pasaporte intacto de uno de los presuntos secuestradores del 11 de
Septiembre entre las ruinas de las torres gemelas. Una vez que las
autoridades descubren que los pueblos occidentales estúpidos van a creer
cualquier mentira transparente, van a recurrir a la mentira una y otra
vez” (2).
No habrá juicio, los hermanos Kouachi ni desmentirán ni confesarán
nada. Por otra parte en distintos medios periodísticos aparece la
información de que estos hermanos franceses hijos de inmigrantes
argelinos habrían sido reclutados hace algún tiempo por el aparato de
inteligencia francés que los encaminó hacia el yihadismo en su lucha
contra el gobierno sirio. Incluso aparece el nombre del agente
reclutador, un tal David Drugeon señalado desde hace tiempo como un
personaje de alto nivel del aparato de inteligencia francés que por
supuesto desmintió en su momento dicha información reiterada antes y
después del desmentido por medios de prensa estadounidenses y europeos
(3). Y como si esto fuera poco un día después del “atentado” de manera
muy marginal se dio a conocer el extraño suicidio de Helric Fredou,
comisario subdirector de la Policía judicial de Limoges que trabajaba en
el caso Charlie Hebdo (4).
Guerras y bufones
Philippe Grasset señala con razón que el
ataque contra Charlie Hebdo no es un “atentado terrorista” sino un un
“acto de guerra” perfectamente orientado hacia un objetivo concreto
realizado por medio de una operación de tipo comando (5).
¿Pero de que guerra se trata?
Una primera constatación es que Francia
despliega actualmente de manera formal alrrededor de 8 mil soldados en
distintas intervenciones militares en la periferia, más de 5 mil en
Africa e importantes contingentes en Asia Central y Medio Oriente, la
más reciente de ellas ha sido en Irak con el argumento de combatir al
“Estado Islámico” (6). La intervención en Afganistán subordinada al
mando militar de los Estados Unidos desplegaba unos 4 mil soldados hacia
2009 (7).
Aunque la operación más ruidosa fue la realizada contra Libia, los
bombardeos franceses, factor decisivo en la intervención de la OTAN,
causaron miles de muertes entre la población civil, importantes centros
urbanos fueron destruidos, el estado libio fue liquidado. Según
distintas evaluaciones luego del derrocamiento de Gadafi cerca de dos
millones de libios, un tercio de la población total, han dejado el país
sumergido en el caos, disputado por bandas rivales. También Francia
interviene activamente en la operación de la OTAN contra Siria
introduciendo mercenarios y armas.
Dicho de otra manera el estado francés es hoy una componente decisiva
del dispositivo operacional de la OTAN embarcado en una estrategia de
intervención global destinada a la recolonización occidental del
planeta. El mando supremo corresponde por supuesto a los Estados Unidos y
la operatoria de dicha agresión no se limita a un conjunto de acciones
militares de tipo clásico sino a un complejo abanico de dispositivos
destinado a la desestructuración, a la caotización de distintas áreas
del “resto del mundo”, a su transformación en una masa informe fácil
presa de la depredación. Así lo demuestra la larga serie de
intervenciones occidentales recientes en Asia, Africa y America Latina,
en algunos casos a través de invasiones militares como en Afganistán e
Irak, en otros combinando bombardeos e/o introducción de mercenarios
como en Libia y Siria o bien instalando bases militares e inflando
ejércitos locales y bandas paramilitares como en Colombia pero en todos
los casos incentivando formas caóticas y ultra violentas que
desarticulan el tejido social de los que las realidades actuales de
México, Libia o Irak son un buen ejemplo.
Estas acciones son combinadas con un vasto despliegue comunicacional
destinado a controlar, regimentar a las sociedades occidentales y a
degradar, desarticular, someter al resto del mundo. Es reafirmado el
viejo mito de Occidente como civilización verdadera, única con
legitimidad universal relegando a los demás a la categoría de “bárbaros”
o “semicivilizados” según las circunstancias. Mito imperial que
atravesó toda la historia de la modernidad hasta llegar a su mutación en
delirio criminal en el siglo XX como fascismo o nazismo. De ese modo el
liberalismo imperialista civilizador, el cristianismo colonial redentor
y el nazismo que florecieron en tres momentos diferentes terminan ahora
en plena decadencia sistémica convergiendo en una mezcolanza grotesca
expresión de sociedades privilegiadas en repliegue cultural. Así es como
el Frente Nacional abiertamente neonazi convertido en el primer partido
político de Francia, enlaza en la práctica con comunicadores o
intelectuales de moda como Éric Zemmour que reivindica a la colaboración
con la ocupación alemana durante la segunda Guerra Mundial y la
segregación de las minorías musulmanas y otras todo ello en nombre de
los “valores cristianos” de Francia (8) u otros como Bernard-Henri Levy
instigador del genocidio de la OTAN en Libia. Desde lo alto el
presidente socialista François Hollande explica la intervención en Siria
e Irak y el apoyo al regimen neonazi de Ucrania como parte de su lucha
por la defensa de los intereses de Francia.
Santiago Alba Rico elogia a los asesinados de Charlie Hebdo
ubicándolos en la categoría de bufones y nos explica que “está también
el horror de que sus víctimas se dedicaran a escribir y a dibujar…
tareas que una larga tradición histórica compartida sitúa en el extremo
opuesto de la violencia… En términos humanos, siempre es más grave matar
a un bufón que a un rey porque el bufón dice lo que todos queremos oír
aunque sea improcedente o incluso hiperbólico…
El que mata a un bufón,
al que hemos encomendado el decir libre y general, mata a la humanidad
misma. También por eso los asesinos de París son fascistas. Sólo los
fascistas matan bufones Sólo los fascistas creen que hay objetos no
hilarantes o no ridiculizables. Sólo los fascistas matan para imponer
seriedad ” (9).
No creo que Hitler ejerciendo el arte de escribir, por ejemplo “Mein
Kampf”, estaría realizando una actividad opuesta a la violencia sino
todo lo contrario, legitimándola. Por otra parte es necesario destacar
que grandes masacres han ido acompañadas por la ridiculización de las
víctimas. En ese sentido el arte de ridiculizar aparece como un
complemento necesario de la matanza, cubriéndola con un manto de humor
oculta la tragedia, deculpabiliza a los asesinos.
Tengo ante mi tres fotografías referidas al “Batallón policial 101”,
unidad operativa alemana famosa por su extrema crueldad durante la
Segunda Guerra Mundial en los territorios ocupados de Europa del Este.
En una de ellas se ve a un grupo de soldados-policías alemanes muertos
de risa rodeando a un viejo judío barbudo, los nazis muy divertidos
están a punto de cortarle la barba. En las otras dos aparecen
custodiando a un grupo de judíos en la localidad de Lukov a punto de ser
enviados al campo de exterminio de Treblinka, en una de ellas un
soldado nazi se divierte en grande obligando a un viejo judío harapiento
a realizar gestos bufonescos (10).
Los reyes solían incluir bufones en su corte que desparramaban humor
burlándose a veces astutamente del Rey y de algunos cortesanos pero
sobre todo de los enemigos del reino y de los vasallos más pobres,
campesinos o humildes artesanos ridiculizando sus gestos, su manera de
hablar y vestir, es decir sus culturas. Un bufón de la corte no es un
bufón en general, no está allí porque si, no es la expresión de algo
bueno sino más bien el encargado de banalizar la tragedia, de hacerla
entretenida.
Hacer bufonerías en la corte, es decir en Occidente, ridiculizando
las creencias y costumbres de musulmanes bombardeados, invadidos,
colonizados forma parte de la banalización del mal, integra la
maquinaria ideológica legitimadora de la tentativa occidental de
colonización de la periferia. El supuesto “humor libertario” de Charlie
Hebdo nos enseña que todo puede formar parte de la fiesta, los fascistas
realmente existentes no matan a bufones en general, sino a ciertos
bufones molestos y en numerosos casos incorporan bufones a su corte, la
ridiculización de la víctima es un aspecto significativo del humor
fascista, forma parte de la humillación del martirizado.
Finalmente, no todo es ridiculizable, no creo que sea un fascista
quien considere que es inadmisible tomar en broma el asesinato masivo de
niños en Palestina ejecutado por la aviación israealí o las masacres de
población civil en Libia realizadas por la aviación de la OTAN o los
asesinatos de campesinos en Colombia practicados por los paramilitares.
Quien considere que si es posible convertir a esos hechos en objetos de
risa puede o no ser ideológicamente fascista pero seguramente se trata
de un canalla.
Bárbaros y civilizados
Más allá de si el ataque contra Charlie
Hebdo fue una operación montada por el aparato de inteligencia francés,
solo o en cooperación con la CIA u otra estructura, o bien una acción de
un grupo islamico manipulada por el aparato francés o incluso
independiente y hostil a Occidente lo cierto es que unos u otros lo
consideraron un objetivo concreto de la guerra globalizada en curso.
Siguiendo la “hipótesis 11 de Septiembre” (autoatentado) se trataría
de movilizar en la cruzada imperial a una Europa abrumada por la
recesión. Podríamos hacer coincidir el acontecimiento con el anuncio de
que la Unión Europea va entrando en una etapa de deflación que amenaza
ser prolongada completamente sometida a la estrategia global de los
Estados Unidos. Eso significa que las elites dominantes necesitan crear
rápidamente factores de cohesión social funcionales a sus aventuras
militares y financieras. El demonio islámico bien puede justificar,
hacer aceptar u obligar a aceptar guerras externas combinadas con
represiones y empobrecimientos internos.
La cuota de barbarie introducida con el golpe de estado en Ucrania y
la posterior tentativa de depuración étnica en el sudeste de ese país
empalmaría con el ascenso generalizado del fascismo en Europa, desde
Ucrania y lo países bálticos, hasta llegar al Frente Nacional en Francia
y al movimiento Pegida en Alemania pasando por Amanecer Dorado de
Grecia. Prefigurando la conformación de un fascismo muy extendido en el
espacio europeo coincidente con el previsible ascenso del partido
republicano en los Estados Unidos.
En este escenario la intensificación
de actos de barbarie imperial en la periferia estaría convergiendo con
la internalización de formas significativas de barbarie en el centro
imperial.
Siguiendo la hipótesis opuesta estaríamos en presencia del inicio de
la caotización del centro imperial del mundo, el desarrollo de su
“Guerra de Cuarta Generación” contra la periferia empezaría a tener un
efecto boomerang sobre el protagonista occidental. El caotizador
occidental comienza a ser a su vez caotizado por un despliegue que
comienza a escapar a su control y que genera dislocaciones en su
retaguardia. La crisis económica, sus derivaciones financieras,
ecológicas, sociales y militares irían sumergiendo al espacio
euro-norteamericano en un espiral descendente irreversible.
En ambos casos la imponente civilización occidental, sus pretendidos
“valores universales” se estarían evaporando dejando al descubierto su
barbarie profunda.
Notas:
1. Thierry Meyssan, “¿Un 11 de septiembre en París?. ¿Quién está
detrás del atentado contra Charlie Hebdo?”, Voltairenet.org, 8 de enero
de 2015;
http://www.voltairenet.org/article1…
2. Paul Craig Roberts: “Ataque contra ’Charlie Hebdo’ fue una operación de falsa bandera”, RT, 11/01/2015;
http://actualidad.rt.com/actualidad… ver también: Kevin Barret, “Planted ID card exposes Paris false flag”, PRESSTV, Sat Jan 10, 2015,
http://presstv.com/Detail/2015/01/1…
3. Mitchel Prothero, “Videos show Paris gunmen were calm as they
executed police officer, fled scene”, McClatchy DC, January 7, 2015;
http://www.mcclatchydc.com/2015/01/….
4.Quenel+, “Le numéro 2 de l’enquête sur Charlie hebdo s’est suicidé”, 8 janvier 2015,
http://quenelplus.com/revue-de-pres…
5. Philippe Grasset, “Un “11-septembre à la française” ?”, Dedefensa.org, 08/01/2015
http://www.dedefensa.org/article-un…
6. “De l’Irak au Mali, le casse-tête budgétaire de l’armée française”, Les Echos, le 23/09/2014,
http://www.lesechos.fr/23/09/2014/L…
7. “French forces in Afghanistan”, Wikipedia,
http://en.wikipedia.org/wiki/French…
8. Éric Zemour, “Le suicide français”, Albin Michel, Paris 2014.
9. Santiago Alba Rico, “Lo más peligroso es la islamofobia”, Rebelión, 08-01-2015,
http://www.rebelion.org/noticia.php…
10. D. J. Goldhagen, “Los verdugos voluntarios de Hitler”, páginas 314 y 331, Taurus, Madrid, 1997.
Fuente :
Investig’Action