lunes, 4 de mayo de 2015
Llega la calma a
Baltimore y la alcaldesa dio la orden de levantar el estado de sitio y
se va normalizando la vida en la ciudad, supuestamente los seis policías
culpables de la muerte de Freddie Gray están detenidos y este ultimo
sigue muerto.
El desafío de la
población a la militarización de las calles con el toque de queda y la
inundación de fuerzas y medios policiales y militares, fue todo un
símbolo, pero quedo la decisión de las autoridades de llevar la
violencia al extremo.
Los medios muy
comprometidos con las autoridades y el racismo destacaban solo las
actitudes negativas de los manifestantes, demonizando la población negra
ante todo el país y el mundo.
La valiente decisión de
la Fiscal de detener y encauzar de inmediato a los culpables de la
muerte de Freddie Gray, llevó un respiro a la tensión social y vuelve la
calma con dudosas esperanzas de que realmente triunfe la justicia.
Inmediatamente después
de las declaraciones de la fiscal, a través de los medios se comenzó a
poner en duda su decisión e incluso a pedir su renuncia, considerándola
incapaz de cumplir con su responsabilidad, y otros alegaban que es la
esposa de un funcionario publico de la ciudad y por ello existía
conflicto de interés.
Ante el poder del lobby
racista en Estados Unidos nadie sabe que puede suceder, se debe recordar
que en el caso de Trayvon Martin, lo primero que hicieron los racistas
fue sacar del caso a la primera jueza que no le resultaba cómoda para
sus propósitos.
En el caso de Baltimore,
los hechos han permitido conocer la realidad de la población negra que
constituye más del 60% de sus habitantes, que, en su mayoría, vive en
una semi miseria absoluta y lo peor de ello: sin ninguna esperanza
futura.
Por eso a la reclamación
de la población negra independientemente de pedir justicia por la
muerte de Gray, se sumaron las de tener oportunidades económicas para
aliviar la terrible situación en que viven.
La solución final al
caso, nadie lo puede imaginar. El racismo como, fuerza organizada, tiene
los recursos económicos para sacar libres a los seis policías y si esta
fuera la solución se cerrará definitivamente el camino del
entendimiento futuro.
Por eso, solo queda esperar el próximo negro muerto y que sucederá entonces.
Antonio González
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