lunes, 4 de mayo de 2015
James Barrood, 1 de mayo, 2015.
La semana pasada, el
Consejo Tecnológico de Nueva Jersey realizó una misión comercial
verdaderamente sorprendente. El destino: Cuba.
Nuestro grupo estaba
formado por líderes de negocios provenientes de muchas industrias,
incluyendo software de móviles/apps, biotecnología, personal de
tecnología de la información, banca y otros. Independientemente de
nuestras preconcepciones acerca de la Isla, la mayor parte de ellas
dieron un vuelco de 180 grados.
Antes de mi primer
viaje, se me dijo que no esperara mucho más que una dictadura comunista
repleta de gente infeliz y pobre. Yo solo puedo hablar de lo que
observé: eso no fue lo que vi en las muchas reuniones que tuve, o en las
muchas zonas de Cuba que visité. En su lugar, me encontré con una de
las sociedades más instruidas, sanas, educadas, cultivadas, orgullosas,
cálidas y felices del planeta.
En esta, mi segunda
visita a Cuba en 15 meses, yo no esperaba aprender mucho más –pero
ciertamente lo hice. Visitas a dos institutos de biotecnología, la
Cámara de Comercio, una compañía de tecnología, funcionarios de turismo,
un empresario privado de software y otros me ilustraron acerca del
trabajo increíble que están haciendo allí.
Algunos de los primeros y
más significativos productos de la industria biotecnológica estuvieron
destinados a combatir enfermedades de niños y madres. Los resultados han
sido muy impresionantes. Cuba tiene uno de las menores tasas de
mortalidad infantil y materna. Poliomielitis, tétanos neonatal,
difteria, sarampión, rabia, paperas, tos ferina y rubeola congénita han
sido erradicadas; sus tasas de meningitis bacteriana están entre las más
bajas del mundo. Un producto sobresaliente es el factor de crecimiento
epidérmico recombinante –la vacuna contra la hepatitis B– con la cual
está inmunizada toda la población cubana menor de 25 años. (*)
En las investigaciones
de cáncer, los cubanos han tenido un éxito considerable con Nimotuzumab,
el cual trata tumores avanzados de cuello y cabeza, tumores cerebrales
pediátricos, y cáncer de esófago y glioma. También han creado la primera
vacuna terapéutica aprobada en el mundo para el tratamiento de cáncer
de pulmón.
La industria cubana
también ha sido pionera de productos en el sector agrícola, incluyendo
una vacuna que reduce las enfermedades bovinas transmitidas por la
garrapata, así como un suplemento de alimento para peces que aumenta el
crecimiento tanto de peces como del camarón.
A pesar del limitado
financiamiento, Cuba ha sido capaz de manejar el crecimiento del turismo
mientras resguarda el 22 por ciento del país para la preservación del
medio ambiente. Más importante aún, cuando se descubrió que un proyecto
había crecido demasiado y se había reconocido el daño medioambiental,
Cuba decidió reducir el proyecto y aprender de su error –lo cual, como
saben los empresarios norteamericanos es un factor crítico para la
innovación exitosa.
Por último, sería
injusto no mencionar cómo los cubanos han podido mantener funcionando
todos esos hermosos autos norteamericanos antiguos sin tener piezas de
repuesto. Durante décadas han torneado piezas a la orden e inventado
otras. Estoy ansioso por ver cómo influirá en ellos la tecnología de
impresión en 3D en los años venideros.
La inventiva durante la
crisis ha emergido repetidamente a lo largo de la historia. Lo que es
increíble es cómo los cubanos han podido soportar tantas crisis y
sobrevivir. Por supuesto, no ha sido fácil y la mayoría de la gente
lucha a diario. Por otra parte, vivir en una sociedad cálida sin apenas
adicción a las drogas tiene sus ventajas. Y los cubanos no tienen que
pagar por su vivienda, la educación o la atención médica.
Mientras preparábamos el
viaje y oímos la noticia de los avances diplomáticos, yo estaba
inseguro de cómo Cuba iba a poder manejar la avalancha de
norteamericanos, la explosión turística y las expectativas de la
población. Sin embargo, después de este viaje, tengo mucha más confianza
de que el liderazgo de Cuba y de los negocios serán capaces de planear
una lenta y bien pensada transición en los años venideros –una
transición que beneficiará tanto a EE.UU. como a Cuba.
Los norteamericanos
tendremos que tener paciencia, tomarnos el tiempo para aprender de la
rica cultura cubana, comprender su compleja y fascinante historia
política desde una perspectiva de 360 grados y estar abiertos a aprender
de algunas de sus brillantes innovaciones. Podemos esperar
colaboraciones y oportunidades tanto para los negocios como sin fines de
lucro: algunas evidentes, y otras no tan obvias. Será un proceso a
largo plazo, no lucrativo de inmediato.
Debemos olvidar nuestras
preconcepciones de que Cuba es una isla de 11 millones de personas,
atrasada y pobre del Tercer Mundo. No lo es. Por el contrario, de muchas
maneras, es un milagro moderno. Los aliento a visitarla no como
aficionado a los habanos y al ron ni como un playista, sino como un
estudiante apasionado que desea relacionarse con un pueblo y una
cultura, y sencillamente aprender. Una oportunidad histórica tan
extraordinaria puede que nunca se vuelva a presentar.
(*) En realidad se trata
de dos productos distintos. El factor de crecimiento epidérmico se
utiliza como materia prima de varios medicamentos, el más famoso de los
cuales es Heberprot-B, único en el mundo, usado en el tratamiento de la
úlcera del pie diabético. La vacuna contra la hepatitis B es otro
producto de última generación. Ambos se obtienen por métodos de
ingeniería genética. (Nota del Traductor.)
(*) James Barrood es el
director general del Concejo Tecnológico de Nueva Jersey, una de las
mayores asociaciones de comercio de tecnología en el país, cuya misión
es ayudar al crecimiento de los negocios, mientras apoya la tecnología,
innovación y ecosistemas empresariales de la región. Las opiniones
expresadas aquí son las suyas propias y no representan necesariamente
las del Concejo Tecnológico de Nueva Jersey.
(Tomado de The Star-Ledger)
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