martes, 25 de noviembre de 2014
No. No se trata del Manifiesto Comunista o El Capital porque
éstos son incompatibles con las televisoras La Cuatro, La Sexta o el
diario Público, les hablamos del Financial Times. Así cualquiera, no te
jode...
El columnista habitual
del FT Wolfgang Münchau tiene malas noticias para las grandes firmas del
establishment económico. La exigencia de Podemos de una
reestructuración de la deuda, con o sin auditoría ciudadana o de otro
tipo, es vista por Münchau como algo completamente razonable. En un
artículo titulado “Radical left is right about Europe’s debt”, plantea
de entrada que el consenso existente fuera de la UE sobre un aumento de
la inversión pública para salir del estancamiento económico o impedir la
vuelta a la recesión sólo es defendido en Europa por fuerzas a las que
los grandes medios de comunicación consideran radicales: Podemos, Die
Linke o Syriza.
Se podría decir que los
socialdemócratas también reclaman esa salida. Sólo si están en la
oposición. Pero la realpolitik europea y el poder de Alemania hacen que
cuando estén en el poder, recuerda Münchau, se vean obligados a aceptar
la ortodoxia del régimen de la austeridad.
El columnista del FT
elogia lo que ha leído del programa de Podemos, a través de una
entrevista a Nacho Álvarez. Coincide en que la deuda, tanto pública como
privada, supone una carga insostenible y que es necesario un proceso
que combine “renegociación de tipos de interés, periodos de gracia,
reestructuración de la deuda y quita”.
Hay que apuntar que en
el debate de la eurozona de estos años sólo se ha hecho hincapié en la
deuda pública, mirando para otro lado en relación a la deuda de empresas
y particulares, que ha adquirido en varios países europeos dimensiones
gigantescas. El punto de vista oficial de la crisis ha consistido en
destacar que los únicos culpables son los gobiernos manirrotos
(preferiblemente del sur de Europa) y que por tanto todo se solucionará
con la necesaria cura de austeridad vigilada por el BCE y Berlín con la
participación, a veces no muy convencida, del FMI.
“Al decidir que la
crisis era fundamentalmente fiscal, los políticos podían ignorar el
hecho de que la causa última de los problemas eran los préstamos
irresponsables intereuropeos (de bancos de un país a bancos de otro
país), y que por tanto los que concedían los créditos eran tan
responsables como sus clientes”, escribía Martin Wolf también en el FT
el año pasado. “Si se hubiera aceptado la culpabilidad de ambos lados
(acreedores y deudores), los argumentos morales en favor de las quitas
habrían sido más evidentes”.
Frente a los que
sostienen que las posiciones de Podemos sobre la deuda son una especie
de receta venezolana o el camino hacia un corralito argentino, Münchau
cree que se trata de ideas bastante equilibradas si de lo que de se
trata es de argumentar que ante una deuda de tal calibre es necesaria
una reestructuración si se pretende impulsar la economía.
No sé si muchos
partidarios de Podemos creen que la alternativa debe ser decidir de
forma unilateral no pagar la parte de la deuda que alguien decida que es
ilegítima. En las últimas semanas, varios dirigentes del partido han
hablado de otra cosa, de reestructuración, un concepto en absoluto
revolucionario en la economía, y supongo que habrá más declaraciones en
ese sentido según vaya concretándose su programa.
“No tiene sentido en una
moneda única entrar en un periodo de estancamiento permanente y no
reestructurar la deuda. Como no se ha hecho nada para evitar lo primero,
hay una probabilidad del 100% de que ocurra lo segundo”, escribe
Münchau. Considera que es una “tragedia” que los partidos del
establishment tanto de centroderecha como de centroizquierda se limiten a
resignarse a la situación actual esperando que se solucione por sí
sola, lo que bien puede llevarnos a una tercera recesión (...). (Ahí, ahí a prolongar la agonía del capitalismo, nota de blog)
No es difícil trazar una
línea entre las opiniones de Münchau y los sondeos de Grecia y España,
así como la situación política de países como Francia e Italia. Pintar
como extremistas alternativas que cada día tienen más apoyo en la
opinión pública y que no son absurdamente heterodoxas sólo contribuye a
que la gente pierda la confianza en los partidos que han dominado la
política europea desde la Segunda Guerra Mundial. Lo que supone en la
práctica perder la confianza en un sistema político que gente como
Münchau quiere mantener y que sabe que no va a aguantar durante mucho
tiempo en algunos países si el establishment económico continúa negando
la realidad. (Ahí, ahí a mantener la confianza en el Sistema, nota de blog)
guerraeterna.com
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