Según la prensa atlantista, el Emirato
Islámico en Irak y el Levante (EIIL) que acaba de invadir el norte y el
oeste de Irak es un grupo de yihadistas inspirados por su fe que luchan
con el Corán en una mano y el kalachnikov en la otra. Para quienes han
sido víctimas de sus crímenes, sobre todo en Siria, el EIIL es un
ejército privado de mercenarios provenientes del mundo entero, dirigido
por oficiales estadounidenses, franceses y sauditas, que está dividiendo
la región para que las potencias coloniales puedan controlarla.
La maniobra mediática es evidente. Se
describe a los miembros del EIIL como simples creyentes armados para
evitar así que el público llegue a imaginarse los oscuros intereses
materiales que motivan su ofensiva. Si se admitiese que en realidad son
delincuentes que invocan la religión para hacer creer que Alá bendice
los crímenes que ellos cometen, la opinión pública se pondría en
guardia.
Mientras vierte una lágrima de cocodrilo
por los miles de víctimas iraquíes de esta ofensiva, la prensa
atlantista expresa preocupación por las consecuencias que tendrá el
nuevo conflicto para los precios del petróleo. En pocos días, el precio
del barril se elevó a 115 dólares, similar al de septiembre de 2013. Los
mercados mostraron inquietud durante los combates por la refinería de
Baiji, cerca de Tikrit. La realidad es que la producción de esa
refinería está destinada solamente al consumo local, que podría verse
rápidamente ante una situación de escasez de combustible y de
electricidad. Así que el alza del precio del petróleo no puede imputarse
a la interrupción de la producción iraquí sino al desorden que la
invasión ha provocado en las entregas, pero no debe prolongarse ya que
los mercados disponen de excedentes.
- En marrón, el territorio invadido por el EIIL (mapa del diario As-Safir)
Arabia Saudita anunció que aumentaría
considerablemente su producción para compensar la caída de la oferta que
se ha registrado como resultado de la prohibición de la
comercialización por el EIIL. Pero los especialistas expresan
escepticismo ante ese anuncio y subrayan que Arabia Saudita nunca ha
producido mucho más de 10 millones de barriles diarios.
La prensa atlantista, que dice
no hallarse bajo la influencia de la OTAN, explica en tono doctoral que
el EIIL se ha hecho rico de la noche a la mañana gracias a la conquista
de los pozos de petróleo. Eso mismo sucedió en Siria, sin que esa misma
prensa se tomara el trabajo de anunciarlo. Lo que hizo en aquel momento
fue esforzarse por presentar los combates entre el Frente al-Nusra y el
EIIL como una rivalidad exacerbada por el «régimen sirio», cuando en realidad los dos grupos yihadistas estaban disputándose el control de los pozos de petróleo.
¿Cómo pueden los terroristas vender petróleo en un mercado tan controlado por Washington?
Sin embargo, existe una pregunta a la
que los medios de prensa atlantista y los de las monarquías del Golfo
todavía no han dado respuesta: ¿Cómo pueden los terroristas vender
petróleo en un mercado internacional tan estrechamente vigilado por
Washington? En marzo de 2014 los separatistas libios de Bengazi
no lograron vender el petróleo que había caído en su poder. La marina de
guerra de Estados Unidos interceptó el tanqueroMorning Glory y lo obligó a regresar a Libia [1].
O sea, si el Frente al-Nusra y el EIIL
logran vender petróleo en el mercado internacional es porque Washington
lo permite y porque tienen contactos con compañías petroleras
reconocidas internacionalmente.
Precisamente, el congreso mundial anual
de las compañías petroleras tuvo lugar del 15 al 19 de junio en Moscú.
Todo el mundo creía que allí se hablaría de Ucrania pero se habló
de Irak y de Siria. Así pudimos enterarnos de que el petróleo robado en
Siria por el Frente al-Nusra es vendido por ExxonMobil (la compañía de
los Rockefeller que reina en Qatar) mientras que el petróleo robado por
el EIIL se comercializa a través de Aramco (compañía de Estados Unidos y
Arabia Saudita). Es interesante recordar que durante la guerra contra
Libia la OTAN autorizó a Qatar (o sea, a ExxonMobil) a vender el
petróleo de los «territorios liberados» por… al-Qaeda.
Por lo tanto, podemos ver los actuales
combates –al igual que todos los sacudieron el Medio Oriente a lo largo
del siglo XX– como una guerra entre compañías petroleras [2].
El hecho que el EIIL esté financiado por Aramco explica por qué Arabia
Saudita dice poder compensar la caída de la producción petrolera de
Irak: Riad no hará más que poner la etiqueta saudita a los barriles de
petróleo iraquí robado por el EIIL.
El avance del EIIL en Irak pone bajo el
control de ese grupo los dos principales oleoductos: uno que llega a la
región siria de Banias y abastece Siria mientras que el otro transporta
el crudo hacia el puerto turco de Ceyhan. El EIIL ya cerró el primer
oleoducto, incrementado así los cortes de electricidad en Siria. Pero el
segundo, extrañamente, sigue funcionando, lo cual quiere decir que el
EIIL permite que siga funcionando.
¿Por qué? Porque se trata del oleoducto
que el gobierno proisraelí del Kurdistán iraquí utiliza para exportar el
petróleo que acaba de robarse en Kirkuk. Esto corrobora lo que ya
expliqué la semana pasada [3]:
la ofensiva del EIIL estaba coordinada con la del Kurdistán para
dividir Irak en 3 Estados más pequeños, conforme a lo previsto en el
mapa del «Medio Oriente ampliado» ya trazado en 2001 por el
estado mayor estadounidense, mapa y desmembramiento de Irak que el
ejército de Estados Unidos no logró imponer en 2003, a pesar de lo cual
fueron aprobados en 2007 por el Congreso de Estados Unidos por
iniciativa del senador Joe Biden [4].
El Kurdistán comenzó a exportar el
petróleo de Kirkuk a través del oleoducto controlado por el EIIL. En
pocos días cargó en Ceyhan 2 tanqueros fletados por la Palmali Shipping
& Agency JSC, compañía perteneciente al millonario turco-azerbaiyano
Mubariz Gurbanoglu. Pero, a raíz de una nota en la que el gobierno de
al-Maliki –a quien Washington no ha podido derrocar aún– denuncia ese
robo del petróleo iraquí, ninguna de las compañías que suelen trabajar
con el Kurdistán (Chevron, Hess y la francesa Total) se ha atrevido a
comprar ese petróleo. Al no encontrar comprador, el Kurdistán anunció
estar dispuesto a bajar el precio a 57,5 dólares el barril, mientras
prosigue con su tráfico de petróleo robado. Otros 2 tanqueros ya están
siendo cargados, también con la anuencia del EIIL. El hecho mismo de que
se mantenga el tráfico, a pesar de la ausencia de compradores,
demuestra que el Kurdistán y el EIIL están convencidos de que van a
concretar la venta. Por consiguiente, el tráfico dispone del respaldo de
los mismos Estados: Israel y Arabia Saudita.
La posible división de Irak en 3
territorios tendrá obligadas repercusiones en el mercado internacional
del petróleo. Ante el avance del EIIL, todas las compañías petroleras
redujeron su personal en Irak. Pero unas lo han reducido más que otras,
como es el caso de BP, de Royal Dutch Shell (que cuenta entre sus
empleados al jeque Moaz al-Khatib, el geólogo ex presidente de la
Coalición Nacional Siria), de Turkiye Petrolleri Anonim Ortakligi (TPAO)
y de las compañías chinas (PetroChina, Sinopec y CNOOC).
Así que los perdedores son los
británicos, los turcos y, sobre todo, los chinos. Estos últimos ya
se habían convertido en los primeros clientes de Irak, muy por delante
de todos los demás. Los ganadores son Estados Unidos, Israel y Arabia
Saudita.
Conclusión: Todo esto no tiene absolutamente nada que ver con una lucha por el «verdadero islam».
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