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miércoles, 21 de mayo de 2014

LA OFENSIVA IMPERIAL MÁS IMPORTANTE EN 50 AÑOS

21.05.2014


LO QUE SE VIENE: EEUU y UE buscan concretar el mayor acuerdo de libre comercio e inversión de la historia reciente


Estados Unidos y la Unión Europea (UE) llevan adelante esta semana la quinta ronda de negociaciones para intentar cerrar el Acuerdo Transatlántico para el Comercio y la Inversión (TTIP, por sus siglas en inglés), la ofensiva imperial más grande de las últimas décadas a partir de la cual las transnacionales buscan limitar la capacidad estatal que regula la inversión extranjera con énfasis en concretar el saqueo de bienes comunes estratégicos.

El equipo negociador  europeo está encabezado por el español Ignacio García Bercero y en representación de Estados Unidos  participa Dan Mullaney.

Durante la semana de conversaciones en Arlington (Virginia), las partes intentarán acercar posturas en asuntos de inversiones, marco regulador, normas fitosanitarias, contratos públicos, derechos de propiedad intelectual, comercio electrónico, telecomunicaciones, medio ambiente, energía y materias primas, según publica la agencia EFE.

El miércoles, los equipos negociadores invitarán a patronales de empresarios, sindicatos, asociaciones de consumidores y representantes de la sociedad civil para que transmitan sus propuestas e ideas, indica la agencia.

Hacia el viernes se espera que los equipos negociadores anuncien en rueda de prensa los nuevos avances de la ronda de conversaciones.

El objetivo del tratado de liberalización de comercio e inversión, que ambas partes aspiran a cerrar hacia fines de 2015, es crear la mayor zona de libre comercio, que representará casi la mitad del Producto Interno Bruto (PIB) mundial y un tercio del comercio global. Según EFE, se estima que la puesta en marcha del tratado ampliará el PIB de la UE 164 mil millones de dólares y el de Estados Unidos en 130 mil millones de dólares.

La nueva ronda de conversaciones se da luego de la visita a comienzos de mayo de la canciller alemana Ángela Merkel a Estados Unidos, donde se reunió con el mandatario de este país, Barack Obama, y acordaron defender el acuerdo como un instrumento esencial de ambas economías.

Sin embargo, desde que comenzaron las negociaciones en julio de 2013 el rechazo al acuerdo se ha hecho sentir tanto a un lado y al otro del Atlántico.

Entre los puntos de mayor repudio se destaca la suspensión de las barreras no arancelarias, normativas, lo que acarrearía el sometimiento de todo tipo de legislación nacional a los designios del mercado al no permitir la vigencia de ningún tipo de ley que perjudique las inversiones.
Otra de las partes controversiales radica en que el acuerdo otorga a los capitales extranjeros la posibilidad de iniciar demandas a los Estados ante las medidas que consideren que afectan sus inversiones –actuales o futuras-. Es decir, busca limitar la capacidad estatal que regula la inversión extranjera con énfasis en concretar el saqueo de bienes comunes estratégicos.

Este lunes, la organización ambiental Sierra Club, una de las mayores críticas del acuerdo, publicó la filtración de un documento de septiembre de 2013 con detalles de las conversaciones en materia de energía, donde se propone un aumento de las exportaciones de hidrocarburos desde Estados Unidos a Europa. De acuerdo a la organización, el TTIP implica “más combustibles fósiles sucios, cuando se debería promover la transición a energías limpias”, explicó a EFE Ilana Solomon, directora del programa comercio responsable de Sierra Club.

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