Domingo, 20 de Abril de 2014 06:07
¿Será posible llegar a acuerdos de convivencia con quien nos quiere muertos?
¿Será posible convivir con el capitalismo para construir el socialismo?
Respuesta definitiva.
Los que se oponen a Chávez, todos toditos, sin excepción, saldrían jubilosos a las calles si se diera un golpe de estado a Nicolás Maduro.
La bilirrubina se les subiría y brindarían con saña en locura total,
aquí y en Miami, que no lo dude nadie. Aplaudirían jubilosos masacres a
Petare y al 23, bombardeos a los barrios y tanques disparándoles a
quienes se atrevieran a bajar de los cerros. Con morbosa felicidad
esperarían que se apresara y asesinaran a nuestros ministros, al pueblo,
a nuestros líderes revolucionarios, sin duda alguna.
Allí incluyo a quienes se sientan en las mesas de diálogo o de paz.
7 Millones de golpistas guarimberos, 7
millones desesperados porque regrese la cuarta república, 7 millones de
enfermos mentales producto de la mass media imperial, definitivamente
son 7 millones de opositores absolutamente envenados al punto de apoyar
el rompimiento del hilo constitucional, que nos invadan, que como sea
se salga del Maburro de mierda que les causa pesadillas. Que aceptarían
ensangrentar la patria y aplaudirían la persecución de quienes se
declaren chavistas con el más puro espíritu fascista, eso no lo ponga en
duda nadie.
Cuando Chávez ganó sus últimas elecciones, Fidel le escribió y le hizo una pregunta: le preguntó si Venezuela
tenía 7 millones de oligarcas. Obviamente la respuesta debía ser que
no. Los oligarcas se cuentan con los dedos de una mano, los burgueses y
quienes manejan el capital son una minoría muy fácil de contar, son
apellidos de los amos del valle, son quienes están desesperados detrás
del poder desde que Hugo Chávez se los quitó en su victoria de 1.998.
Pero no tener 7 millones de oligarcas no es lo mismo a tener 7 millones de golpistas.
7 millones que son felices
viendo las guarimbas así tengan que tragar gas del bueno en sus mismos
apartamentos. 7 millones de seres llenos del odio más visceral posible,
sépanlo.
Los opositores están bien claros, no los
divida usted en demócratas y golpistas, todos son simplemente anti
chavistas y dispuestos a salir de la revolución, como sea. Para ellos
Nicolás es dictador, colombiano y castro comunista, no hay nada que
estudiar o analizar.
Si se mantiene la democracia es solo
porque no la pueden tumbar. No porque amen ninguna constitución, aun la
actual reconozca la propiedad privada y no sea socialista.
Por ello escribo, porque esta dualidad
que nos enfrenta a diario, es una batalla de definiciones necesarias. Si
somos socialistas hay que dejar de ser capitalistas. Esa convivencia
obtusa entre dos fuerzas contrarias no va a durar mucho ni nos llevará a
convencer al otro, es la contradicción de clases que solo se resuelve
con la victoria de una de ambas. O somos socialistas o seguimos siendo
capitalistas.
Mientras tanto, la constitución misma
que tenemos, aprobada en referéndum, da cabida al capital y los
capitalistas, a los enemigos de clase y a quienes odian a muerte la
revolución. ¿Cómo vamos a resolverlo?
Hoy estamos sentados en mesas con ellos.
La mesa de la paz es solo para evitar el golpe que ellos desataron, sino lo lograron fue por dos razones fundamentales: el anillo de protección internacional que dejo Chávez y la lealtad al pueblo y la revolución de nuestra amada FANB.
¿Será posible llegar a acuerdos de convivencia con quien nos quiere muertos?
¿Será posible convivir con el capitalismo para construir el socialismo?
Pase lo que pase, el pueblo debe estar
muy claro y muy alerta, si no nos dieron un golpe es porque no
pudieron, no existe otro motivo, si están sentados en la mesa del
diálogo es porque no nos pudieron derrotar, no porque vayan a creer en
nuestras ideas o políticas, ellos van a seguir, incansables, CON TODOS
SUS DISFRACES POSIBLES, PARA DERROCARNOS.
Quizá se acabe esta semana santa y todo se mantenga en calma, eso rogamos todas y todos.
Esperemos los pronunciamientos de Nicolás Maduro
este martes, es un momento donde debe ser estratégico un golpe de timón
que le diga al pueblo que la revolución no se detiene, que en paz, en
tolerancia, el enemigo debe aceptar que se construya el socialismo o
irse de aquí.
Somos 8 millones y somos
mayoría, somos 8 millones y debemos vencer, somos el pueblo despierto
que sabe ya que el socialismo de Chávez nos dio educación, salud y
vivienda a muchos que no la teníamos, somos 8 millones que sabemos lo
que está pasando y que debemos defender a muerte esta revolución.
Mientras no cambiemos a la constitución socialista, no podremos llamarnos socialistas.
El capitalismo se vence con la
consciencia de una clase obrera revolucionaria capaz de dar el salto a
un país potencia sin requerir de los oligarcas burgueses, es el reto
necesario y por ello hay que preparar al pueblo para vencer, si el
socialismo avanza en las difíciles circunstancias políticas, avanzará el
porcentaje de la población que lo apoya.
Hace falta que el pueblo asuma la ofensiva.
¡Con Chávez todo, sin Chávez nada!
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