por silvia delgado
Martes, 24 de Diciembre de 2013
Me pregunto cómo harán para custodiar nuestros ovarios si en ellos no caben militares con rifles de asalto.
El objetivo último es arrancarnos la soberanía.
Todas las soberanías, también la del
cuerpo. Con métodos más sofisticados o más zafios. Sibilinamente o por
decreto. Con descaro o cinismo. Ser los dueños de los úteros, de las
palabras, de las quejas. Ser los amos de las jaulas, de las riquezas, de
las leyes, de la cultura, de la democracia y de los placeres.
Tenerlo todo bien atado para que nadie se salga del redil sin suplicar antes permiso.
Como siempre imponiendo sus cruces y sus látigos.
Retrocediendo a tiempos pretéritos de pobrezas y moral miserable.
Legislar la emancipación para que sea crimen.
!Por cojones ¡
Me pregunto cómo harán para custodiar nuestros ovarios si en ellos no caben militares con rifles de asalto.
Me pregunto si además prohibirán los
condones, los espìas vigilarán nuestras alcobas, ilegalizarán el
placer y las canciones, quemarán en las iglesias el Kama Sutra, me
pregunto si antes de terminar la legislatura el orgasmo será un
sabotaje contra la patria y el orgasmo múltiple un acto terrorista.
En fin, de seguir así, prohibirán los
documentales por pornografía, premiarán si se delatan los gemidos de los
vecinos, los perros serán tiroteados si se aparean en público,
desaparecerán las tangas, se impondrán las fajas, adiós a las
minifaldas, al nudismo, a amarse de dos en dos, de tres en tres, unos
con unos, unas con unas.
De seguir así, amenazando nuestros
cuerpos, convirtiéndolos en delito, reclutando nuestros ovarios para la
moral, seré yo la primera que me ponga a tener hijos, a miles, hijos
urgentes de una revolución que los ponga de una jodida vez en su sitio.
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