domingo, 8 de septiembre de 2013
Y lo es porque lo
organiza el pueblo. Otro gallo cantaría si señoronas enjoyadas se
sentaran en un silla ante una mesa, pidiendo para los pobres. La Policía
Local de Madrid desalojó ayer el mercadillo de trueque de libros de
texto que una iniciativa popular de los vecinos del barrio del Pilar,
habían organizado para ayudar a familias con escasos recursos, de cara a
la vuelta al colegio.
Una mesa con unos
cuantos bolígrafos y gomas, unos cuadernos de Música, unos libros de
texto y una mujer ecuatoriana con sus dos hijas repasando el material.
Este es el panorama que hoy al mediodía se han encontrado los dos
policías municipales que han desalojado el mercadillo de trueque de
material escolar que habían organizado los vecinos de Barrio del Pilar
en Lucha, en la zona norte de Madrid. La idea había surgido de un grupo
de residentes al ver que muchas familias no pueden asumir el gasto que
supone la vuelta a las aulas. "Es una vertiente solidaria, no
caritativa. Las personas que tengan libros de años anteriores lo pueden
dejar aquí, y ver si necesitan algo. También puedes coger material
aunque no hayas traído nada. No hay límite, no pedimos nombres, hay
libertad absoluta", contaba Quique, uno de los organizadores, poco
después de montar la mesa, sobre las 11 de la mañana. Pero la iniciativa
no les ha durado ni media hora.
Enviados por la Junta de
Distrito de Fuencarral-El Pardo, dos policías municipales han ordenado a
los vecinos que plegasen la mesa y se marchasen a casa. Los
organizadores habían pedido permiso con tiempo, pero la Junta se lo ha
denegado."Nos han dicho que no, argumentando que como el trueque es una
materia no reglada por las ordenanzas, la decisión quedaba en manos del
concejal", señalaban los organizadores. Y el concejal, José Antonio
González de la Rosa, ha dado la negativa por respuesta.
"Tenéis que tener una
licencia como cualquier otro puesto de venta callejera, como los que hay
en el mercadillo de artesanía", argumentaba un policía. Los vecinos le
escuchaban perplejos. "Pero si es solo una mesa, si no hay ánimo de
lucro, es trueque", respondía una mujer. Los agentes intentaban
empatizar con el grupo, diciendo que ellos saben lo que supone el gasto
escolar pero que tenían que cumplir órdenes. "¿Y si nos vamos al
parque?", preguntaba una mujer. "Peor, es zona verde", contestaba un
agente. "¿Y a un banco de la calle?", decía otra.
"Estamos en las
mismas, es zona pública", seguía el policía. Así que los vecinos han
cogido la mesa, han metido los libros en bolsas y se han ido calle abajo
en busca de algún local asociativo donde puedan quedarse. Pero la cita,
hoy y mañana, era en la calle, en un cruce del Barrio del Pilar muy
conocido por sus vecinos donde hay una churrería. Carteles por todo el
barrio así lo indicaban. Mañana domingo ya han encontrado un sitio donde
poder quedarse: El centro social La Piluka (Plaza de Corcubión, 16).
Hasta el mercadillo de
trueque se ha acercado Inés, ecuatoriana con tres hijas de 19, 14 y 9
años y que está sola con ellas y con el único ingreso de su trabajo
cuidando a personas mayores. "Sólo el año pasado me gasté en el material
de la pequeña 200 euros. Me acabo de encontrar a una señora que me ha
dicho que me bajaba los libros de su hijo del año pasado. A ver si nos
sirven. Ojalá", contaba esta mujer, que ante la llegada de la policía se
ha sentado en un banco cercano a esperar a su benefactora.
Otra mujer, Vanessa,
también está al límite. "No trabajo, mi marido tiene un subsidio de 700
euros y tengo un hijo en 5º de Primaria", explicaba, con el niño de la
mano. Ella, como muchos otros vecinos, marchó en comitiva detrás de los
organizadores en busca de un sitio donde no les apliquen la normativa
municipal que dice aducir la Junta para desmantelar esta iniciativa
popular.
El diario.es
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