Tribuna Popular TP – OPINIÓN.-
  En primer lugar deberíamos aclarar que es el socialismo; y esto 
significa alejarnos de toda ilusión mágica religiosa, idealizadas, 
guiadas por concepciones filantrópicas que nos llevan al camino de 
revelación espiritual, en el cual de un momento a otro dejaremos de ser 
malos y despertaremos llenos de amor repartiendo nuestro pan al prójimo y
 ¡zas! Desaparecerá el vil capitalismo. La realidad material crea las 
ideas, no al revés, además ya el cristianismo lleva 2000 años propagando
 el amor al prójimo y no ha logrado crear el mundo perfecto.
El socialismo está íntimamente ligado al
 comunismo, tan así que no son elementos contrapuestos, es su fase 
inicial, el momento revolucionario de la toma del poder de la clase 
obrera, sus primeros pasos, y luego la expansión de la lucha 
revolucionaria de la clase obrera por todo el globo, las contradicciones
 del capitalismo, crearan las condiciones de desarrollo tanto político 
como socioeconómicos que nos llevaran al triunfo del comunismo; a un 
profundo salto en la estructura económica, social y científica; que 
históricamente solo podría compararse a la transformación revolucionaria
 que vivió la humanidad al pasar del feudalismo al capitalismo.
Entonces, ¿para qué será la 
universidad?,  ¿Qué papel jugara?; aquí deberemos apoyarnos en la 
experiencia histórica, que significo el primer intento humano serio de 
construir el socialismo, La Revolución Bolchevique. Es muy significativo
 el discurso de Lenin a las juventudes comunistas en su III congreso en 
1920:
“Sabemos que es imposible edificar la sociedad comunista sin restaurar la industria y la agricultura, pero que no se trata de restablecerlas en su forma antigua. Hay que restaurarlas conforme con la última palabra de la ciencia, sobre una base moderna. Ustedes saben que esta base es la electricidad; que sólo el día en que todo el país, todas las ramas de la industria y de la agricultura estén electrificadas, el día en que realicen esta tarea, sólo entonces, podrán edificar, para ustedes, la sociedad comunista que no podrá edificar la generación anterior. La tarea que les corresponde es restablecer la economía de todo el país, reorganizar y restaurar la agricultura y la industria sobre una base técnica moderna, fundada en la moderna ciencia y técnica, en la electricidad. Ya comprenderán que la electrificación no puede ser obra de ignorantes, y que en esto harán falta algo más que nociones rudimentarias. No basta con comprender lo que es la electricidad; hay que saber cómo aplicarla técnicamente a la industria y a la agricultura y a cada una de sus ramas”
Los bolchevique de manera temprana 
comprendieron que cualquier esfuerzo de construcción del socialismo 
pasaba por el desarrollo de las fuerzas técnico –científicas, el 
desarrollo de la fuerzas productivas,  pues comprendían que el 
desarrollo social depende de leyes científicas, las sociedades avances 
según desarrollan sus fuerzas productivas y estas a su vez transforman 
las relaciones sociales. Pretender que la buena voluntad o la 
filantropía transformen la estructura social de un país, es como 
pretender que los ángeles del  cielo vengan a construirnos una industria
 nacional que los libere de la constante importaciones de bienes.
En esta línea de pensamiento; los 
hombres y mujeres miembros de la clase trabajadora que emprendió el 
esfuerzo de construir el socialismo en la URSS, vieron en la Universidad
 el centro de la producción de ciencia y tecnología necesaria, para 
dominar las leyes que rigen el conocimiento científico y poder 
desarrollar todo el potencial productivo que logro construir la Unión 
Soviética, que la llevo a rivalizar económica y científicamente con los 
Estados Unidos, y que aun hoy le permite a la burguesa  Federación Rusa 
mantener un Status de potencia mundial disminuida.
Los Soviéticos entendieron que lo 
esencial era que la universidad produjera saber científico y técnico, 
necesario para el desarrollo de las fuerzas productivas, y que a su vez 
logrado este desarrollo técnico científico y productivo, poder mejorar 
el nivel de vida de la clase obrera soviética, no al revés, pues lo 
inverso es técnicamente imposible, si no hay desarrollo  científico, si 
no hay producción y creación de bienes y servicios, si no hay dominio de
 las ciencias agronómicas, las ingenierías, las ciencias medicas como 
elevamos el nivel de vida de la clase obrera.
Por lo tanto, lo racional no es repetir 
la ilusión burguesa de ascenso social con la obtención de un título 
universitario, lo cual es un ejemplo de idealismo simplón, y regarle a 
todo el mundo un título universitario, lo cual ya en la Venezuela de hoy
 no funciona.
Además la tarea de la construcción de la
 universidad socialista pasa por una relación indisoluble con un sistema
 educativo que abarque desde el pre-escolar al postgrado. En el 
socialismo no puede coexistir la educación pública con la educación 
privada (en manos de la burguesía), la primera gran medida será poner en
 manos de la clase obrera en el poder de todo el sistema educativo, no 
debe haber educación privada, esta será potestad exclusiva del estado 
revolucionario; debemos recordar las máximas de gran comunista argentino
 Aníbal Ponce:
“La clase que domina materialmente es también la que domina con su moral, su educación y sus ideas. Ninguna reforma educativa fundamental puede imponerse con anterioridad al triunfo de la clase revolucionaria que la reclama. y alguna vez parece que no es así es porque la palabra de los teóricos oculta, a sabiendas o no, las exigencias de la clase a la que representan.”
La educación socialista en Venezuela 
solo será posible cuando la clase obrera derroque el régimen de 
explotación burguesa y se apropie revolucionariamente de la propiedad de
 los medios de producción, y esto pese a los avances positivos del 
“proceso bolivariano” aun no ha ocurrido.
Esto no niega las necesidad de reformas y
 modernizaciones incluso en el marco de la institucionalidad burguesa, 
debemos impulsar que la universidad venezolana termine de romper sus 
rémoras neo-monárquicas expresados en el poder omnímodo de la autoridad 
del rector, especie de monarca absoluto de la academia, salir de la 
trampa de la didáctica burguesa del régimen semestral y de unidades de 
crédito, establecidos para la individualización del estudio y romper el 
espíritu colectivo, de los estudios universitarios de régimen anual; la 
vuelta al régimen anual es hoy en día un planteamiento de progreso 
revolucionario y científico.
El gobierno académico universitario debe
 ser un organismo académico científico y no una especie de parlamento en
 donde facciones de poder en las universidades  se reparten los dineros y
 recursos de la nación, para que tener un vicerrectorado administrativo,
 si esa función puede ser cubierta por un dirección técnica de 
administración, que simplemente canalice los recursos que necesite el 
proceso académico y científico de la universidad.  Las facultades y 
escuelas deben tener mayor autonomía, para realizar sus procesos 
académicos y de elaboración de conocimiento, de reformas curriculares e 
investigación.
La verdadera tarea revolucionaria es 
elevar el nivel de vida de la clase obrera venezolana, la cual se logra 
asumiendo el control de los grandes medios de producción; mejorar la 
infraestructura material y pedagógica del sistema educativo venezolano, 
la cual hoy en día es aun penosamente deficiente, para que los hijos de 
la clase obrera puedan asumir con las mejores condiciones el estudio 
universitario, para poder dominar el saber científico y contar con los 
cuadros científicos que necesitará la revolución para seguir avanzando 
en el desarrollo de la ciencia, el desarrollo de las fuerzas productivas
 que es a su vez avanzar en la construcción del comunismo.

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