06.05.2013
Si esto se torciera para los intereses de esta casta de
sinvergüenzas, si la gente saliera de verdad a las calles, no quiero
imaginar de lo que serían capaces para mantener su ignominioso estatus
de millonarios, de megapijos con sus cuentas repletas en Suiza y otros
estercoleros del capital.
Los grupos de la ultraderecha campan
a sus anchas en el estado español protegidos por el gobierno del PP.
Les permiten desarrollar sus actos de exaltación patriótica y xenófoba
en cualquier plaza o calle, les dan permiso desde las Delegaciones de
Gobierno para manifestarse y realizar sus mítines, mientras criminalizan
y persiguen a los colectivos y plataformas anti fascistas.
La policía del régimen hace bien su
trabajo permitiendo que los grupos violentos y golpistas actúen
impunemente, unos cuerpos represivos que siguen al pie de la letra esa
clara directriz del Ministerio del Interior y su ultra reaccionario
ministro del Opus Dei: atacar y perseguir a los grupos ciudadanos, a la
gente que lucha contra los recortes y la corrupción política, por los
derechos ciudadanos, contra los desahucios, contra la mafia bancaria y
los políticos del sobre y el robo.
Esta intimidación policial permanente a
toda organización o persona que manifieste su oposición a las nefastas
políticas del gobierno, se materializa en constantes y violentas cargas,
agresiones, balas de goma que destrozan globos oculares, patadas,
puñetazos, maltrato y torturas denunciadas por Amnistía Internacional,
identificaciones y multas, solo por ejercer el legítimo derecho a
manifestarse.
Una complicidad con el fascismo patrio y
sus grupos de la extrema derecha que deja en evidencia a este gobierno,
demostrando lo poco que ha cambiado la situación desde la dictadura
franquista a esta democracia del pelotazo y el saqueo, donde el criminal
dictador dejó todo atado y bien atado al elegir a su monárquico
heredero, respaldado por una casta política sin escrúpulos para
enriquecerse y cercenar derechos constitucionales, para reprimir al
pueblo que reclama lo que le pertenece usando a sus cuerpos represivos
que detienen aleatoriamente a la gente en cada manifestación, inventando
en muchos casos acusaciones y cargos para tramitar multas millonarias o
días de cárcel, simplemente por asistir a una movilización o estar en
medio de los palos y porrazos de estos agentes del desorden.
En los años de la llamada transición
“democrática” o traición a las víctimas del franquismo, era habitual que
ministros como Martín Villa y otros adláteres de la dictadura,
ordenaran a sus polizontes actos de represión, que en ocasiones causaron
muertes y un inmenso sufrimiento a cientos de miles de personas. Esto
mismo sucede ahora desde este gobierno de Mariano Rajoy, con Delegadas
del Gobierno como la derechista Cifuentes de Madrid, que se regocija
haciendo acusaciones de pertenencia o relación con banda armada a
organizaciones honradas y pacifistas como la Plataforma de Afectados por
la Hipoteca (PAH) o Stop Desahucios, generando antes de cada
manifestación el “ambiente propicio” para que la policía actúe y haga
uso vergonzosamente de la violencia, la mayoría de la veces en
manifestaciones pacíficas, donde infiltran cobardemente a provocadores a
sueldo, creando las condiciones para que se produzcan las cargas y
palizas indiscriminadas.
Si esto se torciera para los intereses
de esta casta de sinvergüenzas, si la gente saliera de verdad a las
calles, no quiero imaginar de lo que serían capaces para mantener su
ignominioso estatus de millonarios, de megapijos con sus cuentas
repletas en Suiza y otros estercoleros del capital.
Seguramente recurrirían a las
desapariciones y a los crímenes como ya hicieron en otras épocas en
España, Portugal, Grecia, Chile, Argentina, Uruguay…, donde con el
respaldo de la Iglesia Católica y el imperio norteamericano, asesinaron
impunemente a millares de trabajadores y trabajadoras, para imponer por
las armas y los tanques lo que no pudieron conseguir en las urnas.
Ya sabemos bien hasta donde pueden
llegar los esbirros del capitalismo, la mafia y la delincuencia
financiera internacional, para seguir saqueando y robando lo que nos
pertenece: el estado de derecho y de bienestar, que ahora nos arrebatan
para sanear sus inmensas fortunas, sin importarles para nada que
millones de familias estén pasando hambre, que uno de cada tres niños y
niñas en todo el estado, estén en situación de malnutrición y bajo el
umbral de la infinita pobreza.
Pero como España no es Libia o Siria no
la bombardean desde la Alianza Terrorista OTAN o el fascista estado
sionista de Israel, ya tienen a los suyos en el poder, acabando con la
dignidad y la vida de personas humildes, que se suicidan o acaban
enterradas para siempre entre deudas, miseria y desesperación.
Este es el futuro que nos ofrecen desde
la troika europea y sus esbirros: la esclavitud, la explotación y la
pérdida progresiva de derechos civiles y humanos. El perfecto campo
abonado del capital, para seguir masacrando a la mayoría, siempre para
beneficio de una minoría de ladrones disfrazados de demócratas.
El verdadero terrorismo, la impúdica violencia de estado, es robarnos los derechos y la calidad de vida a la ciudadanía.
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