No entendemos como el príncipe Felipe de
Borbón, el hijo del heredero del sanguinario general Franco, ha acudido
a los funerales de Hugo Chávez en Venezuela, después de que su país,
España, haya apoyado todas las agresiones realizadas contra el pueblo
venezolano desde la llegada del fallecido a la presidencia.
España apoyó abiertamente el golpe de
estado contra el comandante Chávez en 2001, sin que ni el rey ni el
príncipe dijeran esta boca es mía ante la complicidad del gobierno Aznar
en el crimen… El propio rey, suponemos que con algo de alcohol subido
en su fermentado cerebro, dio el espectáculo en la Cumbre de las
Américas de 2007 cuando, incapaz de soportar tanta verdad sobre su país,
intento hacer callar al presidente de Venezuela con su ya famoso “¿Por
qué no te callas?” al que, por supuesto, nadie hizo caso (porque, aunque
su vida en un mundo de privilegios sin fin, le hiciera creer al monarca
español que todavía era el emperador de las tierras conquistadas tras
el genocidio contra los pueblos americanos perpetrado por bandidos como
Hernan Cortés, Pizarro o Alvarado a mediados del segundo milenio).
Tras años de enemistad con Venezuela, de
permisión de mentiras, insultos e incluso financiación de terroristas y
golpistas por parte de España, ahora va el niñato del principito y se
presenta al funeral de Hugo Chávez, no sabemos muy bien si para seguir
imaginando que su país pinta algo todavía en sus hace mucho mucho tiempo
colonias.
Naturalmente, y aunque eso no haya
aparecido en ningún momento en los medios de propaganda de la dictadura
del capital del estado español, los venezolanos no iban a recibirle con
los brazos abiertos, como quizás esperaban, y el heredero de la
monarquía franquista, títere y mantenido de los que de verdad cortan el
bacalao en régimen capitalista, fue abucheado por las miles y miles de
personas que le vieron el careto por las calles de Caracas o este
aparecía en las pantallas que retrasmitian el funeral.
Fue el único de los altos representantes
de estados extranjeros participantes en el acto que fue abucheado,
incluso no lo hicieron con el colombiano Santos. De hecho, el niño de
papá no se quedó a la toma de posición de Nicolás Maduró. Puede que
fuera por vergüenza, aunque cuando alguien no la ha tenido nunca, por
razones de clase y genéticas, lo mas lógico es que fuera porque tenia
prisa por ir a reunirse con la extrema derecha venezolana, representada
por el fascista Capriles, y que, este si, representa los mismos valores
que la familia real española.
Por supuesto, los venezolanos no podían
olvidar que desde España se acuse gratuitamente a su país de ser una
dictadura, a pesar de que se han realizado mas elecciones en los últimos
15 años que en los ultimos 50 del país de los Borbones, mientras que
estos son jefes de estado en una supuesta democracia por la gracia del
caudillo Francisco Franco y de forma hereditaria (y que, además, con la
inmunidad judicial que les permite que toda su familia haga negocios y
chupe de la teta del estado con total impunidad).
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