Etiquetas

jueves, 7 de febrero de 2013

SOBRE LA MARCA ESPAÑA


Durante los últimos tiempos se nos ha inculcado una verdad que parece incontestable, que parece mística, como si fuera parte de un algoritmo que define todos los movimientos del Universo, desde el caminar de una hormiga hasta la dinámica de los cúmulos galácticos virializados. Esa verdad es expuesta de manera continua desde los grandes medios de masas hasta las charlas de tasca en los barrios más castizos de Madrid.
Foto portada The New York Times
Entendemos -o quieren hacernos entender- que la Marca España es algo de todos los españoles, algo que nos representa allende los mares, como una seña de identidad o un axioma que expresa una realidad basada en el orgullo patrio, en sus gloriosos logros deportivos, o en su fantástico talento artístico.
  Veamos que es lo que dicen los creadores de la Marca España sobre su actividad, y sus intenciones.

“Marca España es una política de Estado, cuya eficacia reside en el largo plazo. La garantía de la continuidad del proyecto Marca España es que nazca y se desarrolle fruto del consenso, por encima de cambios políticos.

Su objetivo es mejorar la imagen de nuestro país, tanto en el interior como más allá de nuestras fronteras, en beneficio del bien común. En un mundo global, una buena imagen-país es un activo que sirve para respaldar la posición internacional de un Estado política, económica, cultural, social, científica y tecnológicamente.

En la presente coyuntura de crisis, el planteamiento de la Marca debe primar los términos económicos, coadyuvando a la recuperación del crecimiento y del empleo.”

De este breve fragmento podemos sacar una serie de conclusiones bastante claras, empezando por la identificación del proyecto como una estrategia de la burguesía para alcanzar una serie de beneficios económicos a vistas de la crisis estructural en el capitalismo mundial. Un método para competir con la burguesía de otros estados mediante la exaltación de una serie de valores. Del último fragmento podemos desprender que el principal objetivo de la Marca España es la recuperación en la tasa de ganancia del capitalismo español, en completa ruina tras el estallido de la burbuja inmobiliaria, una gran fuente de beneficios para una burguesía que hoy es incapaz de retomar la senda del crecimiento, debido, sobre todo, al desmantelamiento -a modo de exigencia- de los sectores que cimentaban la coyuntura económica del Estado antes de la entrada en la Unión Europea. Estos sectores eran la agricultura y la industria.

Existen casos que rompen con esta dinámica independientemente del factor de pérdidas en la tasa de ganancia del capitalismo español. Me refiero a casos como BBVA, Inditex, Mercadona, Repsol, Santander o Telefónica, por mencionar algunos. Estas entidades empresariales han basado sus negocios en sectores no influenciados por la burbuja inmobiliaria y sus beneficios siguen siendo más que suculentos pese al estadio de crisis estructural. Es más, son las entidades que suelen mencionarnos más a menudo como ejemplo de lo que debe ser la Marca España. Sin embargo, todas ellas tienen un lado oscuro que es ocultado a la mayoría de la población. Casos de esclavitud en los talleres de Inditex en Brasil y el Sudeste Asiático, abusos sobre las trabajadoras y los trabajadores en Mercadona, precios pactados entre Repsol y sus competidoras, escándalos de corrupción borrados de un carpetazo en lo más alto de Santander y Telefónica, además de un incalculable número de etcéteras.
Entendería, por lo tanto, que algo se está haciendo mal si el objetivo de la Marca España es promover positivamente la visión exterior sobre el Estado y todos sus sectores, más aún viendo los escándalos de corrupción que revolotean alrededor de los estamentos del poder, desde la monarquía hasta los miembros más destacados del gobierno. Sin embargo, tengo la total certeza de que la Marca España no es más que una estrategia comercial para aumentar los beneficios de una burguesía desesperada por aumentar su tasa de ganancia. Y aquí es donde entra uno de los principales actores, el Estado en si mismo.

Como dije anteriormente, el objetivo de la Marca España es aumentar los beneficios de la burguesía, según ellos para generar empleo. No obstante, hay una realidad objetiva e incontestable que se desprende de las políticas realizadas por los últimos gobiernos. El Estado, a través de sus decretos y reformas, ha facilitado la explotación sobre la clase trabajadora, y sobre todo, ha facilitado la capacidad de la burguesía para despedir a obreras y obreros para así aumentar sus beneficios, mediante un aumento de la productividad sobre quien aún tenga la suerte de mantener su precario empleo. Además, cambió de forma vertiginosa su texto más sagrado, la Santa Constitución Española -nótese la ironía-, para cambiar un artículo mediante el cual, la prioridad del Estado será el pago de una deuda que no para de aumentar debido a la incapacidad de éste para hacer frente a ella. Lógicamente, dinero faltará cuando un Estado desmantela los sectores más importantes de su economía, y además, privatiza las empresas públicas que mejores resultados daban, por no hablar de la carencia de ingresos que genera el hecho de que la gente despedida gracias a las Reformas Laborales de los gobiernos de PP y PSOE no cotice. Eso sí, para levantar la economía no hay nada mejor que cobrar una propina a las más grandes fortunas, las que están detrás de la Marca España, y de la evasión de ochenta mil millones de euros que solucionarían el problema deficitario en un abrir y cerrar de ojos.

En definitiva, la Marca España es un disfraz que el lobo se ha puesto para seguir engañando a la ovejas, una ridícula estrategia comercial orquestada por elementos de la más baja condición moral. La auténtica Marca es la representada por las trabajadoras y los trabajadores que sufren para llegar a fin de mes, o son directamente expulsados de sus casas por no poder pagar a los hombres ejemplares que, a su vez, les echaron de su trabajo. La auténtica Marca es la de aquellos que luchan por sus derechos como clase obrera, desde los hospitales hasta las universidades, desde los de Iberia hasta los del próximo ERE.

Ellas y ellos son la Marca, y son a quienes todos tenemos que defender

Héctor Bermejo Martín

No hay comentarios:

Publicar un comentario