OCI
pide a la ONU abordar matanza de musulmanes rohingyas
El
secretario general de la Organización para la Cooperación Islámica
(OCI), Akmal Edin Ehsan Oglu, exigió el planteamiento de la cuestión de
la matanza de los musulmanes en Myanmar (Birmania) en el Consejo de
Seguridad de la Organización las Naciones Unidas (CSNU).
Mediante una carta dirigida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Ehsan Oglu le pidió el lunes que abordara el asunto del genocidio y violencia contra los musulmanes birmanos ante el CSNU.
En alusión a la sistemática matanza, quema de viviendas y confiscación de bienes contra los musulmanes de Rohingya, aseguró que tiene al alcance documentos fiables en cuanto al genocidio organizado de esta etnia.
En misma línea, el secretario general de la OCI demandó la acción inmediata del Consejo en vías de frenar la violencia contra los musulmanes en el país asiático.
Los rohingyas -una comunidad de unas 800 mil personas ubicada en el estado Rajine- no son reconocidos como una minoría, aunque ellos representan alrededor del cinco por ciento de la población de Myanmar. El Gobierno central los considera inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, pese a llevar en el país varias generaciones y, en consecuencia, carecen de derechos civiles.
La nueva ola de violencia budista contra los musulmanes en Rohingya se ha cobrado, hasta la fecha, la vida de 300 personas, mientras otras miles se han visto obligadas a huir de sus hogares.
La violencia étnica estalló en enero del año en curso, y tras un tiempo se reanudó nuevamente el pasado octubre.
Mediante una carta dirigida al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, Ehsan Oglu le pidió el lunes que abordara el asunto del genocidio y violencia contra los musulmanes birmanos ante el CSNU.
En alusión a la sistemática matanza, quema de viviendas y confiscación de bienes contra los musulmanes de Rohingya, aseguró que tiene al alcance documentos fiables en cuanto al genocidio organizado de esta etnia.
En misma línea, el secretario general de la OCI demandó la acción inmediata del Consejo en vías de frenar la violencia contra los musulmanes en el país asiático.
Los rohingyas -una comunidad de unas 800 mil personas ubicada en el estado Rajine- no son reconocidos como una minoría, aunque ellos representan alrededor del cinco por ciento de la población de Myanmar. El Gobierno central los considera inmigrantes indocumentados provenientes de Bangladés, pese a llevar en el país varias generaciones y, en consecuencia, carecen de derechos civiles.
La nueva ola de violencia budista contra los musulmanes en Rohingya se ha cobrado, hasta la fecha, la vida de 300 personas, mientras otras miles se han visto obligadas a huir de sus hogares.
La violencia étnica estalló en enero del año en curso, y tras un tiempo se reanudó nuevamente el pasado octubre.
OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA
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