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miércoles, 29 de agosto de 2012

EL DIALOGO: VICTORIA DE LAS FARC, DERROTA DEL GOBIERNO

La firma de un inesperado protocolo en La Habana entre representantes de las FARC y el gobierno colombiano destinado a abrir un diálogo para la paz levantó una ola de comentarios contradictorios.
Influyentes medios de comunicación europeos calificaron el hecho como una victoria del gobierno de Juan Manuel Santos. Esta conclusión pone de manifiesto una gran ignorancia de la realidad colombiana. En realidad, las FARC lograron una gran victoria política.

El inicio de las conversaciones con el gobierno actual que podrían llevar al fin del conflicto colombiano se produjo en agosto de 2011 por iniciativa del comandante en jefe de FASRC, Alfonso Cano. Tres meses más tarde cayó luchando durante una gran ofensiva del Ejército. El presidente Santos dijo entonces que la alternativa para las FARC era elegir entre "el sepulcro y la carcel".

El nuevo comandante en jefe, Timoleón Jiménez, Tymoshenko, reiteró sin embargo el deseo de paz de las FARC, haciendo hincapié en que no habría una solución militar a un conflicto que ha durado medio siglo.
En los últimos meses una serie de ofensivas de las FARC-EP ha infligido numerosas bajas al ejército sacudido por escándalos que involucran a sus generales en el tráfico de drogas. El jefe de seguridad de Uribe fue extraditado también para EE.UU..

Una encuesta reciente mostró que el 74% de los colombianos está a favor de un diálogo de paz con las FARC.

En unas Fuerzas Armadas integradas por más de 400.000 hombres los generales ultra-que todavía creen en una "solución militar" son ahora una minoría. Ni las siete nuevas bases estadounidenses, helipuertos o la selva, ni aviones y dispositivos electrónicos precisos que identifican a los campamentos de las FARC les han impedido adoptar estas nuevas tácticas flexibles que les han garantizado en todos los frentes la supervivencia de sus columnas móviles.

La presión de las masas - el Movimiento Colombianos y Colombianas por la Paz y el éxito de la Marcha Patriótica – expresa la clara condena de la guerra por el pueblo y su deseo de paz.
Esta actitud fue decisiva para el cambio súbito en la posición del presidente Santos.

Es significativo que su hermano, Enrique Santos, sea miembro de la delegación oficial, encabezada por el ministro de Medio Ambiente, que negoció en La Habana el comienzo de los diálogos de paz, patrocinados por Venezuela, Noruega y Cuba. Cuatro comandantes destacados se unieron a la delegación de las FARC-EP: Mauricio (el Medico), Rodrigo Granda, Andrés Marcos Calarcá y París.

Ayer, en Bogotá, el presidente Santos dijo en un breve comunicado a su regreso de La habana que su objetivo ahora es lograr la paz y que el diálogo con la FARC continuará en Oslo en octubre.
La noticia fue recibida con júbilo por el pueblo colombiano y con disgusto por Washington.

Los sectores de la oligarquía ultra hicieron duras críticas al presidente, haciendo hincapié en que la apertura de negociaciones de paz con las FARC en la práctica significa que el gobierno de Bogotá reconoce el estatus como organización beligerante, cuando días antes se clasificaba como "criminal" y sus líderes como 'asesinos' que tenían precio puesto a su cabeza: un millón de dólares.

El ex presidente Álvaro Uribe atacó personalmente a Santos acusándole de dialogar con un "grupo de terroristas".

De Washington también llegan las críticas. Todo indica que la administración Obama tratará de impedir el éxito de las conversaciones de paz.

Vale la pena recordar que en 1998 se creó en el departamento de Caquetá, una zona desmilitarizada - equivalente a la mitad de Portugal - controlada por las FARC-EP. El presidente Andres Pastrana se reunió con Manuel Marulanda, y, tras largas negociaciones, el gobierno aprobó algo parecido a una plataforma política para el cambio revolucionario social y político. Finalmente cedió a la presión de EE.UU. en 2002, se rompió el diálogo, y se invadió y ocupó la zona desmilitarizada.


El desarrollo de la situación creada por la apertura del diálogo es impredecible. Pero está claro que las FARC-EP han logrado una gran victoria. Por sí mismo, el diálogo inicial con las FARC las reconoce como fuerza beligerante y es una inocultable derrota para el gobierno... Entierra el mito del libelo que las presenta como una organización terrorista y traficante de drogas.


Traducido del portugués por Ángeles Maestro

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