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miércoles, 8 de abril de 2015

SANTA RITA RITA...LO QUE SE DA...



Santa Rita Rita… lo que se da…

El sábado por la noche estuve cambiando de canal en la televisión hasta que me harté y me fui a dormir. No encontré absolutamente nada de mi interés. Estaban en las televisiones públicas ; “La Copla” en Canal Sur con su versión rancia del género, una peli machista que pretendía ser comedia romántica en la 1, un programa religioso en la 2… así sin anestesia en horario de máxima audiencia. En las televisiones privadas; liga de futbol y documental sobre prostitución y carteristas en la Cuatro,  programas de debate político en Tele 5 con la candidata  por “Ahora Madrid” más un reportaje anti chavista, y La Sexta con Ada Colau y el economista neoliberal por antonomasia de la tele, el pinpollo rubio que quiere privatizarlo todo. Me acosté.

Pero como no podía dormir, me puse a mirar  facebook y no paré de leer comentarios sobre la supuesta censura de Cuatro a Jesus Cintora y el ataque a Podemos en algunos medios. También observé la cantidad de comentarios y noticias sobre Ciudadanos. Y me pregunté ¿Realmente qué creemos que es la televisión y los medios de comunicación en la izquierda? Y especifico en la izquierda porque la derecha lo tiene clarísimo.

Lo primero es entender que los medios de comunicación tienen un papel fundamental en cualquier sistema político. Es parte de la superestructura que lo sostiene. Y por tanto, se debe a unos intereses. Es más, en muchas ocasiones los intereses ideológicos hacen perder dinero pero ganar voluntades como el caso de los medios de la iglesia. Si todos tenemos medianamente claro esto ¿porqué nos sorprende que despidan a periodistas, que se promuevan o critiquen determinadas posiciones, que se construya un discurso político, ideológico? No lo sé, a mi desde luego no me sorprende, es más, lo espero.

Lo vivido en el Estado español en los últimos diez años es muy significativo porque haciendo un símil con el bipartidismo, nos ha parecido que en la televisión también habíamos acabado con el monopolio del discurso y nada más lejos de la realidad. Si nos tomamos el trabajo de conocer quiénes son los dueños de los medios de comunicación, entenderemos rápidamente los discursos ideológicos que construyen. Dicho burdamente, no es casualidad que Telecinco sea de Berlusconi y allí conociéramos a las Mamachicho… Pero obviedades como esta parece que nos despistan de otros medios no tan claros y que últimamente han confundido a buena parte de la izquierda, Cuatro y la Sexta.
A todos nos podía ilusionar ver a contertulios decir lo que pensamos en muchos temas, y cómo no, a todos nos han enganchado algunos debates donde azuzar a Marhuenda e Inda era pura diversión de los sábados y si teníamos  unas cervezas ¡era un planazo!

Pero estos programas no tienen nada que ver con un debate político serio . Nada que ver con  formar una mesa para analizar un tema con rigor. Nada que ver con “La Clave” de Balbín o algunos de los primeros programas de Documentos TV por ejemplo. Ya estamos en  otro momento. Ahora la política es espectáculo. Sube audiencias. Atrapa cuota de pantalla y lo más peligroso, incorpora a un sector de la población que pasaba de ella, de la tele me refiero.
Cualquier medio se debe a dos elementos. Por un lado a sus dueños y su ideología. Por otro lado a sus dueños y a sus intereses económicos. Es decir, si el dueño de mi programa o cadena es Televisa (México) y el señor Slim, una de las mayores fortunas del mundo, creo que la primera…,  pues si mi programa es suyo tendré que dedicarme a denunciar a la dictadura de Venezuela y a callar los crímenes de estado del señor Peña Nieto. Si  mi programa pertenece al grupo Vocento o cualquier otro grupo empresarial y  Zara paga anuncios en la franja horaria de mi programa, en mi programa no podré dar la noticia de que Zara explota mano de obra infantil en sus fábricas del tercer mundo. Y hasta ahí puedo leer que decía Mayra Gómez Kemp . Quien crea que “Sí se puede” con el periodismo porque crea que existen periodistas comprometidos con la verdad o medios de izquierda (excepto la “libertad” que da internet) que se lo haga mirar.
En medio de la moda de debatir sobre política en televisión en horarios de máxima audiencia y con despliegues de platós y periodistas por todo lo alto, una se pregunta ¿Dónde han quedado las actuaciones de música en directo?¿las buenas películas? ¿acaso a la gente de repente le interesa la política más que el “circo”? Creo que si y que no. Si hay más interés porque hay más necesidad de política, de entender qué pasa, y qué ha pasado. Y esto es realmente bueno. Pero no, porque el acercamiento es sin profundizar, queremos mensajes cerrados, consignas que seguir. Y esto es el caldo de cultivo perfecto para ideologizar a la plebe en el sentido que mejor interesa al sistema, la desmovilización.

La falsa pluralidad informativa no es más que el maquillaje de un payaso que nos sonríe mientras su verdadero rostro nos hace una mueca cruel. Y hemos caído en tromba. Hemos pasado de ver las manifestaciones de protesta de los últimos años en los telediarios a ser parte del teatro porque hemos creído que nos daban voz. De hecho el número de manifestaciones y actos de protesta han disminuido en presencia televisiva.

Durante meses tanto los representantes de Podemos como de Izquierda Unida, han ocupado horas y horas de programas televisivos de máxima audiencia. Nunca de Sortu, nunca de las CUP, nunca de BNG… Porque otra de las características de los medios en España es que son fundamentalmente madrileños y por tanto españolistas.

Nos parecía bien y hasta nos encantaba ver cómo por primera vez se hablaba de que la Transición había vomitado un régimen que no cambió nada en lo sustancial. Pero la emoción nos llevó a creer que el poder de esta y de otras ideas de izquierda estaban cogiendo fuerza por un sentir popular y que por tanto estas organizaciones políticas iban a crecer de manera imparable. Y así fue, hasta que crecieron lo justo, lo que querían que creciera, lo que estaba permitido que crecieran. Llegaron los casos de “corrupción” de Podemos, las crisis de IU, Venezuela, Irán, y hasta la ruptura sentimental de Pablo y Tania. Y de repente todo se vuelve contra nosotros, ya no nos dan cancha, nos critican, nos quitan horas de pantalla, y lo que es peor encumbran a Ciudadanos. Pasadas las elecciones europeas llegaron las andaluzas y vendrán las municipales, autonómicas y generales. Los dueños del circo ya no tienen tiempo que perder, ni dinero que perder, ni votantes que perder…

Cada encuesta, cada noticia va confirmando hasta dónde están dispuestos a llegar para seguir manteniendo el estado de cosas, para seguir manteniendo la paz social, el consenso constitucional con el que han vivido y engordado durante décadas.

Todos y todas los que hemos vivido la política en primera línea desde mucho tiempo atrás sabemos que nadie regala nada. Las conciencias, las voluntades, los votos, hay que construirlos con mucho trabajo. Para la derecha es tan fácil como difundir ideología por sus grandes medios, para la izquierda es un trabajo árduo que nos lleva a pelear panfleto a panfleto, charlas, actos, concentraciones, manifestaciones… Nadie nos va a construir otro orden, nadie nos va a despejar el camino. Entonces ¿porqué nos creemos sus mentiras? Creo que porque es más fácil descansar la mente pensando que de repente la clase obrera ha tomado conciencia y quiere otro orden de cosas y va a votar distinto y todo va a cambiar. No, el poder popular se construye de otra manera, barrio a barrio, centro de trabajo por centro de trabajo o estudios, con movimiento asociativo y organizado. Sin mesías, sin flautistas de Hamelín.

Este tiempo de interés por la política en los medios sí ha servido para que la gente pierda el miedo a hablar en la cafetería, el autobús o el trabajo sobre la realidad que sufre. Pero seamos conscientes que los discursos que se han construido no los hemos construido desde la izquierda. Hemos participado en el circo y le hemos dado color. Además se ha anulado el verdadero pluralismo, porque como decía antes los partidos minoritarios y de corte soberanista no cuentan para la gran mayoría. Donde antes el voto protesta era para estos partidos ahora se concentra en las opciones Podemos o Ciudadanos. Un nuevo bipartidismo dentro del bipartidismo. Todos se autoproclaman la alternativa, la verdadera oposición y decimos pluralidad cuando en realidad sólo ha irrumpido una nueva fuerza política de izquierdas en todo el panorama político.

Triste por tanto que no aprovechemos los momentos de lucha para la organización de las masas en torno a proyectos que construyan poder popular, que construyan su propio discurso y creen el embrión de la estructura necesaria para el cambio de sociedad.

En definitiva, lo que la tele te da la tele te lo quita, la única alternativa es apagar su discurso y encender el nuestro. Porque el que tiene el poder de construirte tiene el poder de destruirte.
                                                                                  Sandra GS

Interesante ver algunos estudios sobre la concentración del poder de los medios de comunicación.
“Los dueños de la comunicación en España II”
https://esmola.wordpress.com/2012/07/09/los-duenos-de-la-informacion-ii/
“Grupos de comunicación en España”
http://www.cuadernosdeperiodistas.com/grupos-de-comunicacion-en-espana-una-propiedad-tan-concentrada-como-el-negocio/

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