El asesinato de Francisco Javier Romero Taboada ‘Jimmy’ trasciende
el fútbol y la política, y debe ser un acontecimiento que marque el
inicio de la repulsa colectiva del fascismo.
Han pasado algunos meses del
asesinato del seguidor del Deportivo de la Coruña y aún siguen las
repercusiones legales de la reyerta aunque ya no se hable más del caso.
Personalmente, el fútbol no es un deporte que me llame la atención, pero
las opiniones vertidas en algunos medios de comunicación, han
convertido esto en una cuestión personal.
Después de los terribles sucesos
ocurridos el 30 de Noviembre, pude leer artículos que buscaban
deshumanizar a la victima para que en la sociedad quedase grabada la
idea de que ambos bandos son igual de criticables, a pesar de ser uno
sólo el asesino. Algunos de estos artículos entrevistaban a supuestos
analistas de la personalidad que intentaban mostrar a la víctima como
“troglodita que se comunica con interjecciones” se ve que este tipo de
forma comunicativa sólo se le permite a Cristiano Ronaldo http://www.abc.es/realmadrid/noticias/20150120/abci-ronaldo-grito-balon-201501201537.html.
Se pudo oír muchas cosas tras los
acontecimientos, y quizás las palabras más racionales fueron las de Luis
Enrique al decir que si se prohibían los insultos en los estadios se
quedarían solos, no le basta sentido a la frase, el fútbol moderno es un
legado de los teatros romanos donde los ciudadanos acudían a soltar sus
frustraciones con gritos entre baños de sangre.
Se detuvieron a muchas personas tras el
asesinato a sangre fría de una persona, se dijo que hubo una quedada de
la cual la policía estaba informada pero que prefirió no actuar, pero
pocos fueron los que recordaron que el Frente Atlético ya tenía las
manos manchadas de sangre http://elpais.com/diario/1998/12/09/deportes/913158001_850215.html, y que los seguidores del Deportivo simplemente se defendieron de una agresión premeditada http://www.marca.com/2014/12/06/futbol/equipos/deportivo/1417898653.html.
No sé cómo sería la víctima en vida,
conozco a muchas personas buenas que han hecho cosas malas por haber
tenido una vida aún peor, pero hay una cosa que tengo clara, y es que el
que un ex presidente de un club vaya al entierro de un aficionado del
club al que le dedicó muchas horas no merece la expulsión de sus
funciones http://www.mundiario.com/articulo/a-fondo/ultraderechista-echa-lendoiro-lfp-acudir-entierro-jimmy/20141203234026024762.html.
Las consecuencias represivas de estos
acontecimientos son también muy llamativas, pues se hablaba de llegar a
multar al club con 70 mil euros por la gestión de la venta de entradas http://www.laopinioncoruna.es/deportivo/2015/01/16/antiviolencia-propone-sancionar-club-presidente/918130.html.
Los medios hablan y el legado franquista que todavía campa a sus anchas
por España toma sus medidas: mientras que a las aficiones que denuncian
desahucios se les acosa http://blogs.publico.es/shangaylily/2015/03/27/acoso-fascista-a-bukaneros/,
los fascistas siguen gozando de impunidad como demuestran continuamente
los nazis del Betis, que después de hacerse conocidos por sus insultos
xenófobos hacia sus propios jugadores, protagonizaban otra escena
dantesca con cánticos en apoyo de la violencia de género http://www.estarguapas.com/222462-aficionados-del-betis-cantan-a-favor-de-la-violencia-machista. Denunciar el robo de dinero público en los estadios es un problema, el racismo y el machismo no.
Quizás el aficionado medio de fútbol
crea que hay que dejar la política fuera de los estadios, pero el
fascismo es un problema para toda la sociedad. Quizás muchas personas
compartan mi opinión de que a lo último que recurrir es a la violencia,
pero si vienen a asesinarte debes defenderte. Y estos fascistas, de ahí
que sean un problema, asesinan impunemente y sus redes se extienden más
allá de los estadios http://kaosenlared.net/hogar-social-fascismo-disfrazado-de-solidaridad/.
El fascismo es un problema real de
nuestra sociedad, y sólo la unión de todas las personas con un mínimo de
conciencia democrática podrá expulsar su mensaje de odio de todas las
esferas de socialización, y las peñas deportivas de todas las aficiones
tienen la obligación de mostrar su repulsa hacia el fascismo y su
solidaridad con las aficiones que están siendo perseguidas.
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