Mantas y sacos de dormir
para quienes viven en la calle...¿Pero es lícito dormir en la calle o
en albergues por un día y después apáñatelas como puedas? En
capitalismo, sí. Y hasta morirte de frío, eso sí, con "libertad".
Sentado en una silla y
tapado con una manta. Así esperó a a la muerte Julio Martínez Jiménez,
un indigente que malvivía por las calles del barrio del Cabanyal. Otro
‘sin techo’ fue la primera persona que le prestó auxilio a primera hora
de la mañana de ayer. El hombre le ayudó a levantarse tras encontrarlo
moribundo en la acera de la calle Pintor Ferrandis y luego le prestó su
propia manta para que se abrigara. El termómetro marcaba los seis grados
a esa hora, aunque la sensación térmica era de una temperatura aún más
baja por las rachas de viento frío.
Tras sentarlo en una
vieja silla, bajo la estructura de un edificio que la crisis del
ladrillo paralizó, José Jiménez trató de reanimar a Julio. «Le hablaba y
le preguntaba si le pasaba algo, pero no me respondía», explica el
indigente. «Se quedó como dormido con la cabeza ladeada», añade José
mientras se frota las manos para calentarse. El ‘sin techo’ pidió ayuda
entonces a una mujer que pasaba en ese momento por la calle Pintor
Ferrandis. «Le dije que llamara al 112», señala el indigente, y a los
pocos minutos llegaron varias patrullas de la Policía Nacional, así como
dos policías locales y una ambulancia.
José, que duerme desde
hace cinco años en el edificio abandonado, asegura que no conocía a
Julio ni lo había visto anteriormente. El indigente fallecido llegó a
Valencia hace seis años, procedente del norte de España, y desde
entonces pernoctaba en cajeros de bancos y zonas ajardinadas.Sus últimos
hogares conocidos fueron los parques de la Remonta y Doctor Lluch.
También durmió varias noches en vestíbulos de sucursales bancarias del
Cabanyal, pero estos días tan gélidos los cajeros están muy solicitados y
son los mismos indigentes los que no admiten más compañeros de colchón
en el habitáculo bancario.
Con la muerte de Julio
son ya tres los indigentes fallecidos en las calles de Valencia en las
últimas semanas. En la madrugada del 19 de enero, Lukas R., de 33 años y
nacionalidad polaca, murió en un parque de Valencia tras ingerir gran
cantidad de alcohol de 96 grados mezclado con gaseosa, un cóctel que la
víctima solía tomar con varios compatriotas para calentar su cuerpo y
soportar las bajas temperaturas.
Otro ‘sin techo’ de 50
años fue encontrado muerto el miércoles en el vestíbulo de una entidad
bancaria en la calle Las Barcas, en el centro de la ciudad de Valencia,
donde la víctima solía dormir y se resguardaba del frío. En los últimos
cuatro días, los asistentes sociales del Ayuntamiento de Valencia y la
Policía Local han atendido a una treintena de indigentes en las calles.
Nueve de ellos rechazaron la ayuda municipal, cuatro fueron ingresados
en la Casa de la Caridad y en pisos de la asociación Obra Mercedaria, y
al resto les entregaron mantas y sacos de dormir.
lasprovincias.es
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