lunes, 26 de enero de 2015
Lo más interesante de
que Syriza ganó es que ahora está por ver qué pasos dará, pero, no
olvidemos que Syriza ni se ha cuestionado el euro ni se ha cuestionado
la salida de Europa; por tanto, tampoco el Sistema.
Algunos comparan por ahí
la victoria de Syriza con el primer triunfo de Hugo Chávez en
Venezuela, lo cual me parece fuera de lugar.
Chávez no era marxista-
que llevara el camino de serlo o no, nunca lo sabremos- y hablaba, sin
que le diera miedo o vergüenza, del socialismo del siglo XXI que
consistía desde mi punto de vista, en cambiar la sociedad apostando por
un multipartidismo verdadero (con los peligros que ello conlleva pues la
burguesía no queda maniatada) dándole la vuelta a las viejas
herramientas burguesas, es decir: tomar gobierno y poder y crear un
ejército al servicio del pueblo que impediría el retorno del viejo
sistema. En ese sentido, entiendo que en gran medida, lo logró.
Sea como fuere, lo que
no se le puede negar a Chávez con su Biblia y su Cristo, es que fue un
revolucionario y puso a Venezuela patas arriba. Ni Tsipras ni Pablo
Iglesias son revolucionarios.
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