EL PASTEL CUBANO

JM Álvarez

martes, 20 de enero de 2015

Comienzan las maniobras sobre el mejoramiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, proceso que se dice será lento, de poco a poco, que los cubanos deben mostrar estar dispuestos a bailar la música que le toquen si quieren superar el estancamiento de su economía.

Los propósitos están claros, Estados Unidos dice claramente que busca por esta vía lo que no consiguió por la otra, los cubanos tercamente dicen que mantendrán su posición de ser un país libre y soberano sin tutelaje extranjero de ningún tipo.

Las armas para cada caso, sabemos cuáles son.

Pero en medio de este muy importante asunto político hay muchos que se disponen para hacer mucho dinero, especulan con lo que harán en Cuba para sacar de allí lo más que puedan y lo más pronto posible. Una rara forma de ayuda al pueblo cubano.

Desde luego con un propósito serio, mucho se puede hacer pero nada serio se podrá  conseguir sin contar con el gobierno cubano, al cual ya los buitres del "business" tienen descalificado y dan por contado sucumbirá en el proceso.

Para facilitar eso se intentará manejarlo todo por la iniciativa privada.

Hay hasta los que piensan montar garitos o casinos para ganar a lo grande, o volver a los tiempos del negocio de los parquímetros que el pueblo cubano destruyó el primer día del triunfo de la revolución, en realidad creo exageran las expectativas.

Otros especulan con clínicas privadas para sustituir el sistema gubernamental de salud para todos, los más pillos van por el gran objetivo de lucrar por esta vía del presupuesto dedicado por el país a la salud con planes y proyectos fantasmas.

O los programas de escuelas privadas financiadas por el gobierno que tan buen negocio son en otros países y que introducirán en Cuba para mejorar la educación.

Los mejor conectados esperan por las inversiones o ayudas del gobierno americano, que ellos se encargarán de hacer desaparecer, para que muy poco llegue a Cuba.

Todos esos ven a Cuba como un inmenso pastel que estará a su disposición.

Antonio González