El presidente Obama designó, el 6 de diciembre de 2014, a Ashton Carter como nuevo secretario de Defensa.
La nominación del señor Ashton Carter ha encontrado una acogida tan calurosa como unánime entre las grandes firmas estadounidenses que se dedican a la fabricación de armamento.
Politico revela que Ashton Carter, a pesar de su condición de alto funcionario gubernamental, es también consejero de SBD Advisors, una firma de consejería estratégica que se jacta de trabajar desde la sombra [2].
Otra característica de Ashton Carter es que siempre ha apoyado muy tempranamente los proyectos de guerra que el grupo de presión militaro-industrial ha ido imponiendo sucesivamente a la opinión pública estadounidense. Basta con recordar que ya en 1996 Ashton Carter aconsejaba atacar Irak e Irán y que en 2006 proponía atacar Corea del Norte.
La nominación de este individuo confirma nuestro análisis [3]:
la Casa Blanca ya no tiene política de defensa y pone el Pentágono en manos de simple administrador que no tendrá ninguna autoridad, ni para reformar el sistema ni para elaborar ningún tipo de estrategia;
el general David Petraeus (ex jefe de la CIA y artífice de la guerra secreta contra Irak y Siria) conserva su influencia ya que Ashton Carter está en realidad muy vinculado a él.
[2] “Ash Carter an adviser at ‘stealth’ consulting firm”, Austin Wright, Politico, 4 de diciembre de 2014.
[3] «¿Todavía tiene Obama una política militar?», por Thierry Meyssan, Red Voltaire
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