Esta historia dio comienzo el 14 de abril de 1945, cuando ya 
España llevaba seis años bajo la dictadura nacional católica franquista.
 El 14 de abril era un día de gran significación para muchos 
antifascistas españoles, ya que en tal día de 1931 se había proclamado 
la II República.
En 1945, la cárcel de Castellón todavía encerraba centenares de 
presos combatientes antifranquistas. Uno de ellos, se llamaba Manuel 
Recaseus Agustí.
Aquél 14 de abril de 1945, numerosos presos -entre ellos Manuel-
 firmaron una solicitud a la dirección de la prisión conforme no siendo 
creyentes católicos se les dispensase de asistir a la misa que 
diariamente se celebraba en el patio de la prisión. El Director del 
penal despreció la solicitud y mantuvo la obligación de asistir y con 
ello “salvar sus almas extraviadas”. Llegó la misa y asistieron los 
presos; pero cuando según el rito religioso correspondía que los fieles 
se arrodillasen, los presos -infieles- se mantuvieron en pie. El cura y 
los funcionarios se lanzaron sobre los reos y les empujaron a puñetazos y
 patadas hacia las celdas.
Pasó una semana, cuando se presentó una orden de la dirección 
del penal conforme un preso de cada celda debía salir en la madrugada 
del día 24 al patio de la cárcel para presenciar una ejecución. Se 
trataba de Manuel Recaseus, elegido como ejemplo para escarmentar en él 
la insolencia de los que se habían plantado el día 14. El cura sermoneó a
 los presos e inmediatamente sonó la descarga de la fusilería. Hasta el 
día siguiente, el cadáver de Manuel Recaseus permanecerá tirado en la 
esquina del patio.
Sin embargo, ese mismo día por la tarde llegó al penal una 
Comisión de la Dirección General de Prisiones, presidida por un tal 
Anastasio Martín Nieto. Había sido avisada por el subdirector de la 
prisión, Alejandro González Boisán, y el capellán castrense de la 
prisión, quienes manifestaban su insatisfacción con la “debilidad de 
castigar con un solo fusilamiento tamaña insolencia a la Iglesia y a las
 autoridades”.
Enseguida la Comisión sentenció: que en la próxima madrugada, 
“día 25 de abril, sean fusilados como escarmiento 28 presos” y que, como
 en el caso de Manuel Recaseus, “sean testigos de ello un reo por cada 
celda”.
Llegado el momento, formaron en el patio dos compañías de soldados y sacados de sus celdas los reos testigos.
Después, en el enorme silencio de las galerías restallaron, uno
a uno, golpe a golpe sobre todos, los nombres de los 
sentenciados para ser asesinados: Pascual Luis Gómez, José Diago Torres,
 Julio Nebot Vilar, Agustín Ventura Ballester, José Arnau Piñol, Ismael 
Cervera Torres, Bautista Broch Blasco, José Murgui Ferrando, 
Rafael Gómez Illán, Pascual Cubedo Péris, Juan Rabasa Gumbau, Miguel 
Tormos Adsuara, Bautista Péris Muñoz, Cristóbal Gómez Rubio, José Broch 
Paré, Vicente José Molés, Bautista Llorens Usó, José Paus Manrique, 
Calixto Tormos Martínez, José Bernat Llop, José Márquez Gómis, Bautista 
Daras Fuster, Vicente Navarro Bernat, Francisco Gil Muñoz, Francisco 
Borja Rosell, Miguel Nebot Guinot, Antonio Candomir Piñero y Bautista 
Ballester Martí.
Pese a todo, ninguna voz tapó la interminable descarga de los fusiles; ni tampoco los secos disparos de los tiros de gracia. “Los cadáveres inmolados de los reclusos permanecieron durante dos días en el recinto de la Prisión Provincial donde quedaron a la intemperie y completamente abandonados”.La primera compañía de soldados actuó de pelotón de ejecución. La segunda apuntaba sus fusiles hacia los testigos, a los que se pretendió obligar a cantar el himno de la Falange bajo pena de ser también fusilados. Además, fueron avisados de que al menor indicio de rebelión serían ajusticiados nuevos reclusos.
Un día antes de recordar esta historia, se conoció que el papa 
católico Juan Pablo II se dispone a declarar como hombres santos de su 
secta a los sacerdotes del bando nacional que fueron muertos durante la 
guerra civil española. Según informa la propia oficina eclesial, su 
muerte violenta (que no su vida) y su adscripción al franquismo son las 
razones fundamentales de su proceso de beatificación.
http://amnistiapresos.blogspot.com.es/
 

 
 
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