lunes, 17 de noviembre de 2014
Cuando se llega a
presidente de un país con un programa determinado hay que llevarlo a
cabo, como hizo Hugo Chávez, cueste lo que cueste, que para eso te
habría elegido la mayoría. Quien tenga dudas al respecto, mejor que se
quede en casa y no venda humo.
Pablo Iglesias,
Secretario General de Podemos, dijo ayer en La Sexta que si llegara a la
Moncloa, dimitiría como presidente de Gobierno si no pudiera cumplir su
programa electoral:
"Aplicaremos mecanismos
de revocación para que lo decidan los ciudadanos, para que no dependa de
la honorabilidad del político", eso está muy bien pero hay otra
cuestión:
Admitir que quizás no
pudiera cumplirse el programa electoral es más de lo mismo, más de la
casta. Demuestra que "algo" o "alguien" que puede estar dentro o fuera
de las fronteras- y a los que nadie ha votado- podrían impedirlo con lo
cual estamos reconociendo la inexistencia de la democracia.
PS: "Ha sido la entrevista más difícil que me han hecho nunca", dice Pablo iglesias. Y sí. Ayer, Podemos salió mal parada, hay que reconocer las cosas por mucho que duelan o molesten. Matizaciones cobardes echan por tierra ilusiones. Hugo Chávez siempre dijo que cumpliría su programa electoral, nunca matizó. Y aunque digan que son dos países, dos contextos diferentes, hay una razón de peso a favor de la comparación: Chávez sabía que podían asesinarlo en cualquier momento. Y no le importó.
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