LA DOBLE MORAL, EL DOBLE RASERO Y LA HIPOCRESÍA PERIODÍSTICA NEOLIBERAL ES TAN PATÉTICA COMO ENORME
Este domingo 9 de noviembre, Alemania celebra los 25 años de la caída del muro de Berlín.
Para la singular efemérides no faltará un gran espectáculo lúdico-cultural, recordando que hace 5 lustros se derribaron los 17 kilómetros de un muro que separaba dos comunidades, aunque gobernadas por diferentes sistemas: la República Federal y la República Democrática, ambas alemanas.
Durante los 28 años que duró aquella barrera de ladrillos, se produjeron 125 muertos.
Las actividades conmemorativas se realizarán en medio de un paro de transportistas ferroviarios, que protestan y exigen un aumento salarial.
Como es natural, una noticia de esta clase siempre despierta emociones encontradas, no por la alegría que generó la eliminación de esa traba de ladrillos, sino por la hipocresía que hoy muestran todos los medios de comunicación hegemónicos, que callan y silencian hoy todavía, las construcciones del mismo significado que se han alzado en otros lugares del mundo, justo a los pocos años de aquella fecha.
CADA CRUZ EN EL MURO ES EL RECUERDO A UN ASESINADO POR LA POLICÍA FRONTERIZA. HAY MÁS DE DIEZ MIL.
Desde entonces, esas barreras han sido “perfeccionadas” en sus tres dimensiones con materiales muy costosos, miles de cables eléctricos, objetos punzantes, cientos de torres de vigilancia, etc.
La frontera entre EE.UU. y México no es una simple pared de tres metros de altura, sino un mosaico de vallas de acero y hormigón, con miles de cámaras infrarrojas, sensores especiales, aviones teledirigidos y cerca de 20.000 agentes de la Patrulla Fronteriza de Estados Unidos.
El resultado de la instalación del Muro alcanza ya los DIEZ MIL muertos.
LOS MEDIOS NO HABLAN DE ESTE MURO, NI DE LOS MILES DE MUERTOS QUE HAN PROVOCADO LOS POLICÍAS FRONTERIZOS DE AMBOS SECTORES
Los muros israelíes son varios. En Cisjordania, hay uno aún no finalizado, una de esas construcciones que se extiende hasta 22 kilómetros dentro de aquel territorio.
Cuando esté completamente terminado, aproximadamente el 10% de esa zona, robada a sus legítimos dueños, quedará del lado israelí y será aislado del resto de Cisjordania. El proyecto final estima su longitud total en 721 kilómetros.
Hasta ahora, sólo en ese área, soldados y policías israelíes han asesinado a más de doscientas personas.
UNA
ENORME CONSTRUCCIÓN EN CISJORDANIA QUE ROBA TERRITORIO Y SEPARA
COMUNIDADES, MIENTRAS LA POLICÍA DEL RÉGIMEN DISPARA CONTRA QUIENES
INTENTAN PASAR AL OTRO LADO
El Muro de Melilla (existe otro en Ceuta), comenzó a construirse en 1998 y aunque inicialmente era una sola valla, fue ampliándose a dos, ambas de tres metros de altura, que se alzaron hasta los seis metros y en 2007 se añadió un sirga tridimensional de 3 metros de altura entre las dos.
Hoy, la barrera alcanza 12 kms. de longitud, con las dos vallas de 6 metros de altura coronadas con alambres y cuchillas que provocan profundos cortes en las manos y piernas de quienes intentan saltar. Su costo total asciende a más de 100 millones de euros.
ESPAÑA COLOCA NO UNO, SINO HASTA DOS MUROS EN SUS COLONIAS DE CEUTA Y MELILLA (Marruecos)
La vergüenza es un sentimiento ajeno a los medios neoliberales, como la deontología y la objetividad.
Sus voceros lanzan miles de soflamas en este 25º aniversario de la destrucción del muro de Berlín.
Pero además de hablar con la boca pequeña o silenciar la existencia y los crímenes que se cometen en otros muros, más humillantes y asesinos, recuerdan aquella efemérides del 9 de noviembre de 1989 y sonríen, no porque el derribo de aquella pared significara el abrazo entre dos pueblos separados, sino porque encarnaba el principio de la caída del campo socialista.
Desde aquel año, como hemos visto, otro muros mucho más enormes y sofisticados, los que construye el capitalismo salvaje, han seguido creciendo.
Sin embargo, también crece el socialismo; y lo hace precisamente para denunciar esas barreras y construir la paz en un mundo mejor, no desde Berlín, sino desde el continente latinoamericano, donde reside la única esperanza viva para lograr un sistema más justo, solidario y pacífico.
Desde Cuba, Venezuela, Nicaragua, Ecuador, Bolivia, Argentina, Uruguay, Brasil… millones de ciudadanos/as van quitando uno a uno los bloques de ladrillo de otro inmenso muro: el que separa a los ricos de los pobres.
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