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domingo, 3 de agosto de 2014

OJALÁ IU DESAPAREZCA MUY PRONTO





Por CeroNegativo



La política es un auténtico rollo patatero. Bueno, no la política; matizo, la práctica de la política de base tal y como está planteado a día de hoy por las organizaciones de izquierda… en definitiva: la militancia en organizaciones de izquierdas es un rollo macabeo.

Del PP o del PSOE no hablo porque no lo conozco, ni de hace más de 20 años o del futuro tampoco porque lo primero no lo he vivido y para lo segundo tampoco tengo dotes adivinatorias. Pero desde mediados de los 90 del siglo pasado hasta la fecha puedo prometer y prometo que militar en IU o en el PCE un auténtico coñazo.


Tiempo y tiempo invertido en reuniones, asambleas, manifestaciones, repartos de propaganda, etc. Tiempo que te quitas de estudiar, trabajar, leer, estar con amigos o familia, dormir o sencillamente no hacer nada; que siempre fui más de Paul Lafargue que de Alecsei Stajánov, que se le va a hacer.

Otra cosa es que te guste saber cosas de política y seguirla. Ahí no me meto, eso es un frikismo como cualquier otro ¿Qué hay de malo en saber la historia del partido comunista de un país que el común de los mortales no saben ni que existe? ni más ni menos que en saberse la alineación que ganó la primera copa de Europa de los Toronto Raptors o el quinto novio empezando por la derecha de la mujer del torero que se hizo domador de leones. Quien más quien menos todo el mundo es friki de algo, el que esté libre de culpa que tire la primera piedra, y tú, si tú, que estás leyendo un blog de política irrelevante de tres al cuarto seguro que no eres el más indicado… ¡Friki, más que friki!

Bueno, total, que estábamos en que la militancia no mola un carajo. Hasta donde yo se los que militamos lo hacemos porque sentimos que tenemos que mejorar el mundo y creemos que la política (la militancia) es la mejor manera que sabemos de poner nuestro granito de arena. Con esa concepción las organizaciones en las que se milita no son fines en sí mismos sino herramientas para un fin. Además un fin bastante claro.

Obviamente uno le tiene cariño a sus siglas. Al PCE por todo lo que es y significa y a IU pues lo mismo pero un poquito menos, claro.

¿A qué viene todo esto? Pues a que los frikis de la política con especialidad en iuología, como un servidor, andamos de un par de días a esta parte hablando de un manifiesto que ha surgido de «dirigentes de IU CM»: IU, un proyecto de largo recorrido, y que, yo al menos, conocí por una noticia de eldiario.es.

Como con la mayoría de esta moda que nos asola últimamente de los manifiestos es difícil estar contra la literalidad de estos, ya que suelen ser poco concretos y bastante etéreos.

En este, como en todos, hay que ocuparse de leer entre líneas y preocuparse de conocer a los promotores para decidir si se apoya o no. Eso, o usar mi táctica que es no suscribir ninguno por sistema y ya, aunque reconozco que no esta será una opción para los que me superen en frikismo.

En este caso los promotores que se cita son dos primeros espadas de IUCM: Ángel Pérez y Gregorio Gordo.

En cuanto a la lectura entre líneas coincido con el redactor de eldiario.es en que va contra Alberto Garzón y el desarrollo actual de la refundación, convergencia, conformación-de-un-bloque-chachi-de-las-flores (o como rayos lo llamen ahora) en general. Y particularmente por estar en contra de converger con la única izquierda electoral realmente existente con la que no se ha ido en coalición para generales o europeas aún: Podemos.

Todo esto me hacen posicionarme claramente y sin duda en contra. Lo siento pero no firmo.

Pecan a mi entender los redactores de una mezcla de vértigo ante el cambio y de confundir métodos y fines, lo que Hugo Martínez Abarca denomina con gran acierto «nacionalismo de siglas» hablando también de este manifiesto ayer en cuatropoder.es.

Decía Alberto Garzón el otro día «Quiero la revolución y me dan igual las siglas» y no puedo estar más de acuerdo. Yo no estoy en IU para que IU saque muchos votos o logre pagar la deuda de IUCM. Estoy en IU para cambiar el mundo (a mejor), porque es una herramienta útil, la más útil que conozco por ahora a ese fin.

Pero yo no quiero que IU perviva en el tiempo porque sí, todo lo contrario. Si mañana amanezco en un mundo sin clases y sin Estados donde reina irreversiblemente la paz y la fraternidad entre los seres humanos y el respeto al planeta; antes de mediodía espero que hayamos bajado la persiana y espero también que el comunicado final, si es que hace falta, sean dos simples palabras «¡Por fin!»

¿Largo recorrido? ¡Ojalá que no! IU tiene fecha de caducidad, el día que cumpla sus objetivos o cuando el análisis concreto de la realidad concreta y/o la acumulación de fuerzas nos lleve a una herramienta mejor para acercarnos a nuestros objetivos. Ese día diré adiós a IU encantado, como la humanidad dijo adiós al chopping tool para abrazar el bifaz.

¿Largo recorrido? ¡Ojalá que no! Ojalá que IU desaparezca mañana a medio día. Yo me alegraría y mucho. 


OTRA HUMANIDAD ES NECESARIA 




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