14 de junio de 2014
De nuevo la vieja
estrategia: provocar incendios intencionados para que después le
soliciten ayuda para apagarlos, una estrategia necesaria para mantener
el estatus de superpotencia en pleno declive. Obama estudia bombardeos aéreos en Iraq.
El presidente de Estados
Unidos, Barack Obama, cuyo ascenso fue indisociable del no a la guerra
de Iraq, estudia intervenir con ataques aéreos en este país para ayudar
al Gobierno de Bagdad a frenar el avance de los yihadistas. Entre las
opciones que Obama estudia figura el envío de drones —aviones sin
piloto— o aviones de guerra, pero no el despliegue de tropas.
Las victorias del Estado
Islámico de Iraq y el Levante (EIIL) trastocan la estrategia de
repliegue en Oriente Próximo de la Administración de Obama, desmienten
los diagnósticos optimistas sobre el país de colaboradores del
presidente y obligan a EE UU a ocuparse con reticencias de una guerra
que quería olvidar.
La Casa Blanca, ante las
críticas por haberse marchado antes de tiempo, se ha esforzado el
jueves por aclarar por qué EE UU se desentendió de Irak, en qué
condiciones podría ahora regresar y cómo la escalada de violencia y
sectarismo en este país puede alterar los planes de la primera potencia
para retirarse de Afganistán en 2016.
El País
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